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Racionalidad Teológica
En este aspecto, así como en los anteriormente mencionados. Tomas sigue las líneas de análisis
de Aristóteles, prolongándolos, al mismo tiempo, hacia una dimensión que corresponde propia y
exclusivamente a la fe. No obstante, esta interacción, que para más de un filosofo es
inaceptable, puede ser comprendida si se tiene en cuenta que Tomas de Aquino siempre se
presentó como teólogo y nunca como filosofo en sentido estricto, aunque esto no le impidiera
realizar estudios filosóficos (especialmente en los comentarios a los textos de Aristóteles e incluso,
a los de Platón) de una agudeza excepcional.
Dada la importancia del problema ontico, en cualquier horizonte filosófico y por este uno de los
terrenos en los que más clara y delicadamente se entrecruzan las exigencias racionales y las
enseñanzas de la fé, parece necesario tener en cuenta el procedimiento de análisis de Tomas,
especialmente en la Sumateológica, ya que esta estructura esta presente , directa o
indirectamente, en todas sus obras de “ teología racional “.
Sus trabajos teológicos están divididos en cuestiones, que corresponden a problemas que deben
ser analizados. Cada cuestión, en artículos, en los cuales se divide los diferentes aspectos del
problema. Así la temática o problemática general, esta dada por la cuestión, pero la unidad de
análisis es el articulo. Veamos pues la estructura del artículo:
1. El punto inicial es siempre una afirmación que debe ser probada; esta afirmación es,
normalmente una premisa que tiene relación directa con la enseñanza de la iglesia.
3. Argumento de autoridad; Tomas se apoya sobre una fase bíblica o sobre la afirmación de un
teólogo o filosofo reconocido como autoridad por la iglesia. Esta es la dimensión de la autoridad
Si Tomas actuara como simple creyente, al llegar a esta etapa podría pararse, ya que, para el fiel,
la autoridad de la iglesia es decisiva, y definitiva para destruir las dificultades presentadas en el
punto 2.
Este argumento de autoridad debe ser suficiente para que el creyente acepte como probada la
proposición enunciada en el punto 1. Sin embargo , Tomas esta convencido, y aquí se sitúa el
fundamento de su teología racional, que la verdad revelada, la enseñanza de la fé, no es opaca
para la inteligencia humana, de tal forma que está puede llegar a comprender una verdad que
Dios núnca pretendió ocultar al hombre. Por eso Tomas no se para en este nivel 3, si no que
continúa:
Existencia y Ser
A través de esta dinámica de la inteligencia, podemos ver que para Tomas lo importante y
definitivo no es la esencia sino el conocimiento que a través, de ella, se obtienen de las realidades
concretas. El conocimiento de la esencia permite aclarar y profundizar la aprehensión confusa del
conocimiento sensible. Pero dado que el proceso del conocimiento no se limita a un solo juicio,
sino que son varios los que intervienen para poder explicitar la complejidad de la realidad, nuestra
inteligencia necesita discurrir, poner en conexión de una manera coherente, varios juicios; esta
operación se denomina razonamiento.
Para Tomás, el movimiento de abstracción puede implicar un razonamiento inductivo, dadas las
limitaciones de nuestra inteligencia que nos impiden captar de una manera intuitiva la esencia de
las cosas. Este movimiento inductivo, en el cual está implicada la abstracción y que tiene como
objeto la esencia, es propio del procedimiento investigativo. Una vez que la inteligencia está en
posesión de la esencia., el movimiento para aplicarla correctamente a los individuos de los cuales
se “abstrajo” no se realiza en una operación simple, sino siguiendo un procedimiento llamado
razonamiento deductivo.
La necesidad de distinguir claramente estas etapas, que nos limitamos a resumir, se debe tanto a
los límites de la inteligencia humana como a la complejidad de la realidad. Estos dos aspectos
imponen a Tomás la formulación a una concepción analógica de la realidad. La realidad es, existe;
pero nuestra inteligencia puede caer fácilmente en la tentación de considerar que sus conceptos
se pueden aplicar unívocamente, con el mismo sentido a toda la realidad. Lo cual es
profundamente erróneo, en su opinión. La concepción analógica de la realidad tiene su origen en
Aristóteles, quien se opone a través de este aspecto a Platón. La analogía se pude resumir en una
frase repetida frecuentemente en los trabajos aristotélicos: “lo-que-es se dice de múltiples
maneras”; y la analogía pretende, básicamente, respetar esta multiplicidad de las manifestaciones
de la existencia dentro de la unidad universal del concepto. De ahí la necesidad de reglas precisas
para que la inteligencia no haga a lo largo de su camino cognoscitivo (aprehensión, abstracción,
juicio, raciocinio,…) extrapolaciones abusivas.
En gran parte todos estos elementos están presentes en la filosofía de Aristóteles. Tomás precisa
y explicita diferentes aspectos, pero raramente innova. Esto es válido no obstante, a propósito de
la dimensión en la cual nos hemos situado hasta el momento; la relación entre la realidad y el
sujeto que conoce. Cuando pasamos a la parte objetiva, a la consideración de la realidad por ella
misma, la perspectiva de Tomás es distinta, en esta dimensión la influencia de Aristóteles está
dominada por la doctrina tradicional del pensamiento cristiano, resumida en un punto preciso: la
creación, y explicitada por Tomás a través de la procesión.
Ser y Creación
· La procesión es el término general para indicar que una realidad procede de otra, que una
realidad es causada por otra realidad: un hijo por su padre o un fruto por una planta. La afirmación
fundamental en este punto, es que toda realidad procede de Dios.
· La creación precisa el modo como proceden las cosas de Dios. La creación es el ex nihilo, el
acta por el cual Dios hace que las cosas existan a partir de la nada. La creación restringe pues, de
una manera muy precisa, el significado de la procesión, cuando este término se aplica a las
relaciones causales entre Dios y las cosas: sólo la acción divina es ex nihilo. Consiguientemente
Dios crea al ser, mientras que cualquier otra procesión parte de algo ya existente, como es el caso
de la relación padre-hijo o planta-fruto.
Estas realidades, que proceden de un acto creador original, están compuestas de materia y de
forma, principios propios del movimiento que la inteligencia humana pude distinguir y
comprender a través del proceso abstractivo (anteriormente indicado). Estos dos principios
explican el movimiento, pero toda realidad constituye una unidad que no se destruya en el
movimiento; al contrario, el movimiento permite su afirmación continua como realización de la
perfección que le es propia. Para explicar esta identidad dinámica, Tomás utiliza los principios
postulados por Aristóteles en su filosofía primera (o Metafísica), siguiendo, de nuevo, los ejes de
análisis establecidos por el filosofo griego, a cuyo estudio emitimos
En el estudio del ser, Tomás integra la filosofía de Aristóteles dentro de una estructura de
pensamiento propiamente cristiana. Su originalidad no reside tanto en sus aportes originales a los
estudios ontológicos (aunque en ciertos puntos haya tematizaciones importantes, por ejemplo
sobre la analogía), como en su gran esfuerzo de síntesis que, por las exigencias implicadas,
representó un aporte decisivo en la orientación de los estudios teológicos medievales.