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CONOCIMIENTO.

Según la definición más aceptada el conocimiento es el compendio universal


de informaciones que se interrelacionan de uno o varios temas y que provienen
del resultado de experiencias, reflexiones y sensaciones con el fin de
interpretar el mundo. Hablamos además de conocimiento el que deriva de la
aplicación del método científico en sus varias ramas así como de la aplicación
de ésta en las otras disciplinas.

Tipos de conocimiento

Existen muchas formas de clasificar el conocimiento entre las que se


encuentran:

1. Conocimiento filosófico

Este se deriva a partir de la introspección y la reflexión sobre la realidad del


análisis de las conductas humanas además de las circunstancias que nos
rodean a nosotros y al mundo, se alimenta en la experiencia a dada por
observaciones directas de fenómenos naturales o sociales sin llegar a la
experimentación, es por esto que el conocimiento filosófico

es independiente del conocimiento cientifico.

2. Conocimiento empírico

Es el conocimiento que resulta de lo que fue directamente observable. Se


considera el empirismo como todo aquel que se aprende en el medio mediante
la experiencia personal. Su principal fuente se basa en la observación y
experiencia, sin empleo de método alguno

3. Conocimiento científico

Es la rama del conocimiento que se realiza a partir del método, el cual, da


como resultado un análisis crítico de la realidad a partir de la
comprobación. aun cuando tambien usa la observación como en el caso
del empirismo, éste origina conclusiones válidas. El conocimiento científico
permite la crítica y la modificación de sus conclusiones y premisas básicas.

4. Conocimiento intuitivo

El conocimiento intuitivo es el que se establece a partir de la relación entre los


fenómenos o informaciones sin que sea necesario una comprobación
directa. Se vincula a la experiencia y a la asociación de ideas y de
sensaciones.

CIENCIA
Se entiende por Ciencia el conjunto de conocimientos objetivos y verificables
dados a partir en su gran mayoría a partir del método científico sobre una
materia determinada que son obtenidos mediante la observación y la
experimentación, la explicación de sus principios y causas y la formulación y
verificación de hipótesis y se caracteriza, además, por la utilización de una
metodología adecuada para el objeto de estudio y la sistematización de los
conocimientos.

Holístico.
Concepto de lo que se considera como un todo o como cuando nos referimos
al todo en si.

FUNCIONALISMO
Doctrina sociológica y antropológica que considera que la sociedad está
constituida por partes que funcionan para mantener el conjunto y en la que el
mal funcionamiento de una parte obliga al reajuste de las otras.

Método empírico-analítico
Según Wikipedia: “El método empírico-analítico es un modelo de
investigación científica, que se basa en la experimentación y la lógica empírica,
que junto a la observación de fenómenos y su análisis estadístico, es el más
usado en el campo de las ciencias sociales y en las ciencias naturales.”

Podríamos concluir que el conocimiento Empírico es el que se adquiere de la


experiencia, del ensayo y error y su respectivo análisis de resultados obtenidos.

Pasos generales del método empírico-analítico

Existen variadas maneras de formalizar los pasos de este método. De entre


ellas destacamos:

 Forma convencional:

Identificación de un problema de investigación.

Formulación de hipótesis.

Resultados.

 Formulación de Neil J. Salkind.


Formulación de un problema.

Identificar factores importantes.

Formulación de hipótesis de investigación.

Recopilación de la información.

Probar la Hipótesis.

Trabajar con la hipótesis.

Reconsideración de la teoría.

Confirmación o refutación.

Totalidad

La categoría de totalidad es esencial en el pensamiento de Lukács y de Lucien


Goldmann y la profesora Teodora

En Historia y conciencia de clase, Lukács llegó a sostener que lo que distinguía


de manera decisiva al marxismo de la ciencia burguesa no era tanto el
predominio de los motivos económicos a la hora de explicar la historia, sino la
noción de totalidad.

En la sociedad burguesa, la posibilidad de abarcar el mundo como un todo ya


no es inmediata. La división del trabajo impuesta por el capitalismo, la
explotación del hombre, la lucha y antagonismo de clases y las contradicciones
sociales inherentes a la sociedad burguesa desintegran la conciencia de
totalidad. La aprehensión del todo ya no puede ser espontánea. La alienación
nos hace percibir el mundo como una serie de fenómenos inconexos y es
necesario estructurar lo real para ver bajo las apariencias, las leyes y
relaciones entre los datos que nos llegan a la conciencia. Muchas veces los
datos no nos permiten construir la organización objetiva de la realidad, por lo
que la visión del mundo es confusa, los datos se interpretan mal y se
seleccionan sesgadamente, con lo que se tiene una visión de la realidad parcial
que solo da cuenta de un aspecto y no de toda la realidad.

Por ello, la Totalidad es el conjunto universalista que acapara todos aquellos


aspectos de la realidad, y no solo la visión parcial, absolutista y simplista de
una visión dogmática o sistema establecido.

El marxismo es el modelo teórico explicativo de la realidad compuesto


principalmente por el pensamiento desarrollado en la obra de Karl Marx,
filósofo, sociólogo y periodista revolucionario alemán de origen judío,1 quien
contribuyó en campos como la sociología, la economía, el derecho, y la
historia; así como también la serie de pensadores que complementan o re-
interpretan este modelo, tradición que va desde el coeditor de Marx, Friedrich
Engels, hasta otros pensadores como Lenin, Stalin, León Trotski, Rosa
Luxemburgo, Antonio Gramsci, Georg Lukács o Mao Zedong. Por lo tanto es
correcto hablar de marxismo como una corriente del pensamiento humano. El
marxismo se asocia principalmente al conjunto de movimientos políticos y
sociales que surgieron durante el siglo XX, entre los que destacaron la
Revolución rusa, la Revolución china y la Revolución cubana. Para estos
movimientos sociales el nombre correcto es «comunismo» o «socialismo». Es
incorrecto plantear estos movimientos como sinónimo de «marxismo», porque
ni todo su componente humano ni toda su doctrina política se basó en el
marxismo como tal.

Los componentes centrales del modelo teórico explicativo marxista son


esencialmente cuatro elementos:

En primer lugar, el concepto de «lucha de clases», que es formulado por


primera vez en el Manifiesto comunista y que progresivamente se va
transformando en el método de análisis de la historia humana en torno a los
conceptos de «clase social», «contradicción» y «división social del trabajo».
Este método está a la vez basado en la lógica hegeliana comúnmente llamada
«dialéctica» (aunque en términos estrictamente hegelianos se trata de una
«lógica ontológica», modelo que a la vez sobrepasa al concepto hegeliano de
dialéctica). Curiosamente, Marx nunca especificó en una obra en particular
cuáles eran los límites globales de este método, ni cuál era el concepto que él
tenía de dialéctica, sin embargo se cita el prólogo de la Crítica de la economía
política, de 1859, como su formulación más precisa.

El segundo punto central del modelo teórico marxista es la crítica a la


economía capitalista, el cual es desarrollado extensamente en su obra El
capital, compuesta por tres tomos oficiales y un cuarto tomo editado de manera
póstuma bajo el nombre de Historia crítica de la teoría de plusvalía. En esta
obra Marx desarrolla, entre otras cosas, un modelo alternativo para calcular el
concepto de «valor» de la economía capitalista, basado en el «tiempo de
trabajo socialmente necesario» para la producción de «mercancías». Esta
investigación tiene directas consecuencias políticas, pues la hipótesis marxista
probaría que en realidad la sociedad capitalista se funda en torno al robo del
trabajo humano a través del concepto de «plus valor», legitimado en el estado
de derecho a través de la propiedad privada sobre los medios de producción y
el libre usufructo de esas ganancias.

El tercer punto central es el concepto de «ideología», que es desarrollado por


Marx en sus primeros libros como La ideología alemana (en coautoría con
Engels) y que intenta explicar las formas de dominación mental de la sociedad
capitalista y su relación con la composición económica de esta. Este concepto
es abandonado durante algunos años por Marx para centrarse en el análisis
político. Sin embargo, vuelve a aparecer con fuerza en su libro El capital, bajo
el concepto de «fetichismo de la mercancía», que sería una forma de explicar
la incapacidad psicológica de una persona de percibir el «valor de uso» de una
mercancía. Este concepto es extremadamente importante, porque describe
todas las consecuencias de las formas de producción de la vida dentro del
capitalismo.
El cuarto punto central del modelo teórico marxista es el concepto de
«comunismo», el cual es una teórica y utópica sociedad humana que puede
sobrepasar los límites de la sociedad capitalista fundada en la explotación
humana. Marx utilizó muchas veces la palabra, pero jamás explicó cuales eran
sus alcances y características (salvo algunas referencias relativamente cortas
pero lúcidas, como por ejemplo las que pueden encontrarse en su Critica del
programa de Gotha de 1875). Un análisis crítico de la obra de Marx
demostraría que él no habría estado dispuesto a describir algo que todavía no
existe; por lo tanto, el significado de «comunismo» se encuentra en una
síntesis, tanto como de los problemas económicos fundamentales encontrados
de manera explícita en El capital como un análisis de la crítica política-jurídica
hecha por Marx a las instituciones capitalistas.

Engels acuñó el término socialismo científico para diferenciar el marxismo de


las corrientes socialistas anteriores englobadas por él bajo el término
socialismo utópico. También se emplea el término socialismo marxista para
referirse a las ideas y propuestas específicas del marxismo dentro del marco
del socialismo.

El objetivo que se propone es que los trabajadores tengan acceso a los medios
de producción en forma institucionalizada; es decir, utilizando las instituciones
públicas del Estado para que los trabajadores obtengan medios de producción
y evitar que «la burguesía vaya concentrando cada vez más los medios de
producción, la propiedad y la población del país. Reúne a la población,
centraliza los medios de producción (principalmente, las fábricas) y concentra
en pocas manos la propiedad».2

Marx propone la abolición de la apropiación privada (un concepto más amplio


que el de propiedad, que es meramente jurídico) sobre los medios de
producción, esto es, «la abolición del sistema de propiedad burguesa», tal y
como lo menciona en su Manifiesto comunista: «Lo que caracteriza al
comunismo no es la abolición de la propiedad en general sino la abolición del
sistema de propiedad burgués»,3 ya que la burguesía no solamente se apropia
del producto social mediante la ley, sino que también corrompe las instituciones
u otros mecanismos legales para apropiarse de la propiedad de los
trabajadores. Un ejemplo de ello ha sido el robo (despojo) de tierras a
indígenas y campesinos para la instalación de agroindustrias y proyectos
minero-energéticos.

Con el acceso a los medios de producción por parte de los trabajadores, el


marxismo concluye que se logrará una sociedad sin clases sociales donde
todos vivan con dignidad, sin que exista la acumulación de propiedad privada
sobre los medios de producción por unas cuantas personas, porque supone
que ésta es el origen y la raíz de la división de la sociedad en clases sociales.
Esto implicaría una enorme competencia y eficiencia en la economía; además,
el trabajador no se podría explotar a sí mismo ni tampoco podría explotar a otro
trabajador porque ambos tendrían medios de producción. Lo que dicho
panorama podría ocasionar es que los trabajadores se organizarían para crear
empresas más grandes a través de asociaciones justas; por tal motivo Marx
expresa que «el precio medio del trabajo asalariado es el mínimo posible. Es
decir, el mínimo necesario para que el obrero permanezca vivo. Todo lo que el
obrero asalariado obtiene con su trabajo es, pues, lo que estrictamente
necesita para seguir viviendo y reproduciéndose. Nosotros no aspiramos en
modo alguno a impedir los ingresos generados mediante el trabajo personal,
destinados a adquirir los bienes necesarios para la vida». Y recalca en su
Manifiesto: «Solo aspiramos a destruir el carácter ignominioso de la explotación
burguesa, en la que el obrero solo vive para multiplicar el capital». Así,
entonces, el trabajador o trabajadores serán dueños de sus propios negocios,
iniciando un elevado comercio; por esa razón, en el Manifiesto especifica que
«el comunismo no priva a nadie del poder de adquirir bienes y servicios».

Marx considera que cada país tiene sus particularidades y, por tanto, las
medidas para proveer a los trabajadores de medios de producción pueden ser
diferentes, y que al principio parecerá que no son suficientes. Marx tiene en
clara la ley de la escasez y por ende la distribución de medios de producción en
forma institucionalizada y legal se dará poco a poco en una transición lenta
pero efectiva; por tal motivo concluye en su Manifiesto: «(...) por medio de
medidas que, aunque de momento parezcan económicamente insuficientes e
insostenibles, en el transcurso del movimiento serán un gran resorte propulsor,
y de las que no puede prescindirse, como medio para transformar todo el
régimen de producción vigente».

En conclusión, Marx propone el uso de las instituciones del Estado, como por
ejemplo el uso de los impuestos para financiar la compra y distribución de los
medios de producción a los trabajadores, que al paso del tiempo formará un
mercado de competencia perfecta.

Índice

 1 Las raíces filosóficas del marxismo


 2 Influencias intelectuales en Marx y Engels
 3 La concepción materialista de la historia
 4 La economía marxista
 5 Análisis de clases
 6 El marxismo y la religión
 7 Conceptos y nociones abstractas principales de Karl Marx
o 7.1 Marx, observador de la evolución de las sociedades humanas
o 7.2 Las fuerzas productivas, relaciones sociales de producción y
el modo de producción
o 7.3 La acumulación de capital, trabajo, mano de obra excedente y
la alienación
o 7.4 La teoría marxista del trabajo
o 7.5 La lucha de clases
 8 Partidos, movimientos y gobiernos inspirados en el marxismo
 9 Corrientes surgidas del marxismo clásico
 10 Críticas al marxismo
 11 Algunas de las obras de Karl Marx
 12 Véase también
 13 Referencias
 14 Bibliografía
 15 Enlaces externos

Las raíces filosóficas del marxismo

Primera edición del Manifiesto del Partido Comunista.

Marx tuvo dos grandes influencias filosóficas, la de Feuerbach, que le aportó y


afirmó su visión materialista de la historia, y la de Hegel, que inspiró a Marx
para la aplicación de la dialéctica al materialismo. Aunque para su trabajo de
disertación doctoral eligió la comparación de dos grandes filósofos materialistas
de la antigua Grecia, Demócrito y Epicuro, Marx ya había hecho suyo el
método hegeliano, su dialéctica. Ya en 1842 había elaborado su Crítica de la
filosofía del derecho de Hegel desde un punto de vista materialista. Pero a
principios de la década de 1840, otra gran influencia filosófica hizo efecto en
Marx, la de Feuerbach, especialmente con su obra La esencia del cristianismo.
Tanto Marx como Engels abrazaron la crítica materialista de Feuerbach al
sistema hegeliano, aunque con algunas reservas. Según Marx, el materialismo
feuerbachiano era inconsecuente en algunos aspectos, por ello lo llama
«contemplativo». Es en las Tesis sobre Feuerbach (Marx, 1845) y La ideología
alemana (Marx y Engels, 1846) donde Marx y Engels ajustan sus cuentas con
sus influencias filosóficas y establecen las premisas para la concepción
materialista de la historia.

Si en el idealismo de Hegel la historia era un devenir de continuas


contradicciones que expresaban el autodesarrollo de la Idea Absoluta, en Marx
son el desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción
las que determinan el curso del desarrollo socio-histórico. Para los idealistas el
motor de la historia era el desarrollo de las ideas. Marx expone la base material
de esas ideas y encuentra el hilo conductor del devenir histórico.

Influencias intelectuales en Marx y Engels

Marx y Engels se basaron en la filosofía alemana de Hegel y de Feuerbach, la


economía política inglesa de Adam Smith y de David Ricardo, y el socialismo y
comunismo francés de Saint-Simon y Babeuf respectivamente, para desarrollar
una crítica de la sociedad que fuera tanto científica como revolucionaria. Esta
crítica alcanzó su expresión más sistemática en la obra más importante
dedicada a la sociedad capitalista, El capital: crítica de la economía política.

Además de las raíces mencionadas, algunos pensadores marxistas del siglo


XX, como Louis Althusser o Miguel Abensour, han señalado en la obra de Marx
el desarrollo de temas presentes en la obra de Maquiavelo o Spinoza. También
diversos sociólogos y filósofos, como Raymond Aron y Michel Foucault, han
rastreado en la visión marxista del final del feudalismo como comienzo del
absolutismo y la separación del Estado y la sociedad civil, la influencia de
Montesquieu y Tocqueville, en particular en sus obras sobre el bonapartismo y
la lucha de clases en Francia.

Karl Marx.

La concepción materialista de la historia

Véase también: Materialismo histórico

Marx resumió la génesis de su concepción materialista de la historia en


Contribución a la crítica de la economía política4 (1859):

El primer trabajo emprendido para resolver las dudas que me azotaban, fue
una revisión crítica de la filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya
introducción apareció en 1844 en los Anales francoalemanes, que se
publicaban en París. Mi investigación me llevó a la conclusión de que, tanto las
relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí
mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que, por
el contrario, radican en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto
resume Hegel siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo
XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y que la anatomía de la sociedad civil
hay que buscarla en la economía política.

En Bruselas, a donde me trasladé a consecuencia de una orden de destierro


dictada por el señor Guizot, proseguí mis estudios de economía política
comenzados en París. El resultado general al que llegué y que una vez
obtenido sirvió de hilo conductor a mis estudios puede resumirse así: en la
producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones
necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que
corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas
materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura
económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas
de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el
proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del
hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que
determina su conciencia.

Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas


materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de
producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto,
con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta
allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se
convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social.

Al cambiar la base económica se transforma –más o menos rápidamente– toda


la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas
transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios materiales
ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden
apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas
jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra las formas
ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan
por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo
que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de
transformación por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse
esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto
existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción.

Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las


fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más
elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales
para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por
eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede
alcanzar, porque, mirando mejor, se encontrará siempre que estos objetivos
sólo surgen cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las
condiciones materiales para su realización. A grandes rasgos, podemos
designar como otras tantas épocas de progreso en la formación económica de
la sociedad el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno
burgués.

Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del


proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo
individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de
vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la
sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para
la solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo
tanto, la prehistoria de la sociedad humana.

La economía marxista

Artículo principal: Economía marxista

Adam Smith

David Ricardo
Los economistas burgueses criticados por Marx.

La economía política es esencial para esta visión, y Marx se basó en los


economistas políticos más conocidos de su época, los economistas políticos
clásicos británicos, para posteriormente criticar su forma de pensar. La
economía política, que es anterior a la división que se hizo en el siglo XX de las
dos disciplinas, trata las relaciones sociales y las relaciones económicas
considerándolas entrelazadas. Marx siguió a Adam Smith y a David Ricardo al
afirmar que el origen de los ingresos en el capitalismo es el valor agregado por
los trabajadores y no pagado en salarios.[cita requerida] Esta teoría de la
explotación la desarrolló en El capital, investigación dialéctica de las formas
que adoptan las relaciones de valor.

En su labor política y periodística, Marx y Engels comprendieron que el estudio


de la economía era vital para conocer a fondo el devenir social. Fue Marx quien
se dedicó principalmente al estudio de la economía política una vez que se
mudó a Londres. Marx se basó en los economistas más conocidos de su
época, los británicos, para recuperar de ellos lo que servía para explicar la
realidad económica y para superar críticamente sus errores.

Vale aclarar que la economía política de entonces trataba las relaciones


sociales y las relaciones económicas considerándolas entrelazadas. En el siglo
XX esta disciplina se dividió en dos.

Marx siguió principalmente a Adam Smith y a David Ricardo al afirmar que el


origen de la riqueza era el trabajo y el origen de la ganancia capitalista era el
plustrabajo no retribuido a los trabajadores en sus salarios. Aunque ya había
escrito algunos textos sobre economía política (Trabajo asalariado y capital4 de
1849, Contribución a la Crítica de la Economía Política4 de 1859, Salario,
precio y ganancia4 de 1865) su obra cumbre al respecto es El capital.

El capital ocupa tres volúmenes, de los cuales sólo el primero (cuya primera
edición es de 1867) estaba terminado a la muerte de Marx. En este primer
volumen, y particularmente en su primer capítulo (Transformación de la
mercancía en dinero), se encuentra el núcleo del análisis marxista del modo de
producción capitalista. Marx empieza desde la «célula» de la economía
moderna, la mercancía. Empieza por describirla como unidad dialéctica de
valor de uso y valor de cambio. A partir del análisis del valor de cambio, Marx
expone su teoría del valor, donde encontramos que el valor de las mercancías
depende del tiempo de trabajo socialmente necesario para producirlas. El valor
de cambio, esto es, la proporción en que una mercancía se intercambia con
otra, no es más que la forma en que aparece el valor de las mercancías, el
tiempo de trabajo humano abstracto que tienen en común. Luego Marx nos va
guiando a través de las distintas formas de valor, desde el trueque directo y
ocasional hasta el comercio frecuente de mercancías y la determinación de una
mercancía como equivalente de todas las demás (dinero).

Así como un biólogo utiliza el microscopio para analizar un organismo, Marx


utiliza la abstracción para llegar a la esencia de los fenómenos y hallar las
leyes fundamentales de su movimiento. Luego desanda ese camino,
incorporando paulatinamente nuevo estrato sobre nuevo estrato de
determinación concreta y proyectando los efectos de dicho estrato en un
intento por llegar, finalmente, a una explicación integral de las relaciones
concretas de la sociedad capitalista cotidiana. En el estilo y la redacción tiene
un peso extraordinario la herencia de Hegel.

La crítica de Marx a Smith, Ricardo y al resto de los economistas burgueses


reside en que sus análisis económicos son ahistórico (y por lo tanto,
necesariamente idealista), puesto que toman a la mercancía, el dinero, el
comercio y el capital como propiedades naturales innatas de la sociedad
humana, y no como relaciones sociales productos de un devenir histórico y, por
lo tanto, transitorias. Junto con la teoría del valor, la ley general de la
acumulación capitalista, y la ley de la baja tendencial de la tasa de ganancia,
son otros elementos importantes de la economía marxista[cita requerida].

Análisis de clases

Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases


sociales, de las que toman en consideración principalmente dos:

 La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los


individuos que venden su mano de obra y no poseen los medios de
producción», a quienes consideraba responsables de crear la riqueza de
una sociedad (edificios, puentes y mobiliario, por ejemplo, son
construidos físicamente por miembros de esta clase; también los
servicios son prestados por asalariados).
 La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al
proletariado. Constituyen la clase mercantil por excelencia: su riqueza
proviene de la administración intelectual de los negocios. Se apropian
del excedente económico de toda la sociedad por el mecanismo de la
plusvalía, capaz de confiscar de forma no coercitiva (mercantil, racional)
el valor trabajo, pilar de todo valor y riqueza.

Existen otras clases que integran aspectos de las dos principales, o que
estando asociadas a alguna, manifiestan nuevos rasgos propios particulares.

 El lumpenproletariado: los que viven en pobreza extrema y no pueden


hallar trabajo con regularidad. Abarca desde la amplia masa de
indigentes desocupados y/o con trabajos precarios, hasta sectores en
extremo marginales como las prostitutas y los soldados del crimen
organizado, etc.
 La pequeña burguesía: forma parte del pueblo trabajador, pero en menor
o mayor medida su trabajo crea capital y encuentra en él su sostén,
aunque en niveles de acumulación siempre muy inferiores al de la gran
burguesía. Este capital genera los más diversos segmentos sociales,
según sea principalmente intelectual (profesionales), o mercantil
(pequeños comerciantes), o inmobiliario (pequeños y medianos
campesinos, rentistas urbanos) o financiero (pequeños especuladores) o
directamente industrial (pequeños empresarios).

El marxismo y la religión
El marxismo ha sido tradicionalmente opuesto a todas las religiones. Marx
escribió al respecto que "«el fundamento de la crítica irreligiosa es: el ser
humano hace la religión; la religión no hace al hombre» y la frase cuyo final se
haría célebre:

La miseria religiosa es, por una parte la expresión de la miseria real y, por la
otra, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura
oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así como es el espíritu de una
situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo.5

La referencia al opio ha prestado a una interpretación vulgar ya que éste no es


–como suele suponerse– un estupefaciente ni tampoco un alucinógeno, sino un
narcótico analgésico. Este equívoco del lector contemporáneo ha derivado en
una confusión frecuente respecto de la sentencia marxista, según la cual
parecería que Marx despreciaba la religión.6 La cita completa revela el porqué
de la referencia a un opiáceo: jamás pretende que la religión se considere una
forma de degradación intelectual ni tampoco una mera ilusión generada por las
clases dominantes (interpretación no marxista que suprimiría la idea que éste
tenía de la ideología, esto es, la ilusión de universalidad dentro de cada clase),
sino que la religión sea, por el contrario, el anestésico necesario de la sociedad
entera frente a la alienación social y de las clases oprimidas frente a sus
condiciones materiales de existencia.

En Marx, la crítica de la religión no es una defensa del ateísmo, sino la crítica


de la sociedad que hace necesaria a la religión. La supresión de estas
condiciones y la realización plena de la comunión humana se desvincula de la
condición biológica, proyectándose «al cielo» como intervención divina en una
parusía futura, particularmente en el especial caso del cristianismo, 7 en vez de
construirse políticamente mediante la abolición de la propiedad privada y la
división del trabajo. El fundamento filosófico del rechazo marxista de la religión
ha estado vinculado al desarrollo del materialismo dialéctico por parte de
Engels y Lenin.

En cualquier caso, ha habido diversos teóricos que consideran que ser


marxista y religioso es compatible. Dentro de ellos se puede señalar al irlandés
James Connolly y a diversos autores dentro de la teología de la liberación
como Camilo Torres y Leonardo Boff. Pero la crítica teórica hacia cualquier
religión se basa en que ésta es concebida como el resultado de la producción
de la superestructura de la sociedad, es decir, de la fabricación de ideas
ideológicas que se hace una sociedad sobre sus propios modos de producción
económicos. Así, la religión siempre es una concepción de ideas políticas que
tienden a reafirmar la estructura económica existente. Los textos marxistas
donde se puede encontrar información sobre la concepción marxista de la
religión son: La ideología alemana de Marx y Engels, y La filosofía como arma
de la revolución de Louis Althusser. Marx describe a la religión como un ente
alienador, el cual le pone como meta alcanzar a Dios, situación imposible para
un humano pues Dios es la esencia humana deificada, es decir: la humanidad
le ha dado sus mejores características a Dios. La religión haría conformista al
hombre y lo obligaría a no luchar en este mundo, pues este es solo un preludio
del verdadero. La síntesis cristiano-marxista de los teólogos de la liberación
replica que el marxismo no implica este aserto y que, de ser así, también las
clases dominantes impregnadas de espíritu religioso serían conformistas
respecto de su existencia material e incluso serían pasivas frente a un conflicto
con otras clases sociales. Para estos, en cambio, la religión –y en particular la
cristiana– siempre exige una lucha en este mundo en función de una
comunidad religiosa: sea con o sin clases dependiendo de cómo se la entienda
políticamente. Debe recordarse que para el catolicismo la resurrección es el
regreso al edén en la tierra y que, aunque dependa de Dios, ningún esfuerzo
individual tendría sentido si estuviera coronado por una muerte sin retorno
(incluso si la realización plena de la humanidad pudiera hacerse sólo
socialmente y no biológicamente como en la resurrección cristiana), ya que la
salvación de cada hombre de acuerdo a su esfuerzo dentro del alienado mundo
presente sólo puede ser asegurado con la eternidad y la participación en el
mundo venidero. Esto es igualmente cierto tanto para el ideario de
autorrealización personal de la derecha cristiana (calvinista o al menos
reconciliada con la burguesía), como para la lucha de clases de la izquierda
cristiana (marxista o no), como para las originarias posiciones ascéticas y
apolíticas del cristianismo primitivo. Estas últimas en particular dieron forma
estamental a la dicotomía interna entre la vida económica y la religiosa del
occidente medieval extramundano y a su peculiaridad histórica de fusión entre
«sociedad civil» y «sociedad política» descrita con atención por Marx en su
obra Sobre la cuestión judía, cuya visión llegaría, junto con la opuesta de
Nietzsche, a Max Weber, y que entroncaría en el debate marxista-weberiano
sobre la influencia económica de la religión.

En su versión más ortodoxa, la interpretación marxista de la religión sería la de


una forma de alienación cuya consecuencia para el hombre sería perder sus
virtudes para adjudicárselas a un inventado ser supremo. Según Karl Marx,
esto es lo que ocurriría en particular con la religión monoteísta: el hombre toma
toda virtud que posee y toda idealización metafísica posible, y se la atañe a un
ser supremo de su propia creación, devaluándose a sí mismo y dedicando su
ser y propio destino a su voluntad y una trascendencia irreal posibilitada por su
existencia.

Conceptos y nociones abstractas principales de Karl Marx

Marx, observador de la evolución de las sociedades humanas

El concepto de clase social no fue inventado por Karl Marx, sino por los
fundadores de la economía política (Adam Smith…), los fundadores de la
tradición de la historia política francesa (Alexis de Tocqueville), y de la historia
de la revolución francesa (Guizot, Mignet, Thierry). Para los teóricos ingleses,
los criterios de identidad de una clase social, se encuentran en el origen de los
ingresos: los tipos de ingresos, la renta de la tierra, las ganancias y los salarios.
Estos tres grupos son los principales para la nación; terratenientes,
trabajadores y empresarios.

Entre los pensadores franceses, el término de “clase” es un término político.


Por ejemplo para autores como Tocqueville, existen diferencias entre clases
cuando los diversos grupos sociales compiten por el control de la sociedad.
Por lo tanto, Marx toma prestado de los economistas clásicos la idea implícita
de clases como un factor de producción, la historia de las clases y el conflicto
como productor de la historia. A todas estas teorías, Marx aporta el concepto
del estado de la clase social como su lucha intrínseca: sin lucha no hay clases.
Las clases sociales se consiguen con las luchas perpetuas históricamente
determinadas. Marx señaló su contribución a la comprensión de las clases
sociales:

Ahora, para mí, que no soy yo quien merece el mérito por el descubrimiento de
la existencia de las clases en la sociedad moderna, al igual que de la lucha que
se dedica a ella. Los historiadores burgueses habían puesto delante de mí, el
desarrollo histórico de esta lucha de clases y, algunos economistas burgueses
me describieron la anatomía económica. Lo que yo aporto es: la demostración
de que la existencia de las clases sociales sólo va unida a las fases históricas a
través del desarrollo de la producción, que la lucha de clases conduce,
necesariamente, a la dictadura del proletariado y que esta misma dictadura no
representa sino una transición hacia la abolición de todas las clases y hacia
una sociedad sin clases.

Carta a J. Weydemeyer. 5 de marzo de 1852.

Para Marx, las clases sociales son parte la realidad social. Las luchas de estas
clases sociales, señalan el cambio social como un fenómeno duradero. Estas
clases son el resultado de un mecanismo de división del trabajo, que se
desarrolló al mismo tiempo que la privatización de los medios de producción.
Las clases sociales surgen cuando la diferenciación de las tareas y las
funciones dejan de ser cosa del azar para convertirse en una herencia. Hay
una tendencia hacia la polarización entre las dos clases más antagónicas entre
sí. Este antagonismo es la base de toda transformación que afecte al
funcionamiento de la organización social y que modifique el curso de la historia.
Para Marx, el proceso de producción capitalista crea dos posiciones: la de los
explotadores (empresarios) y los explotados (trabajadores). Los
comportamientos individualistas y colectivos se explican a través de estas
posiciones en la reproducción de un sistema. El conflicto de clase es un rasgo
cultural de la sociedad. Estos conflictos son el motor de los grandes cambios
sociales. Marx se interesa por los cambios endógenos, es decir, aquellos que
nacen del funcionamiento de la sociedad.

Las fuerzas productivas, relaciones sociales de producción y el modo de


producción

Cada etapa de la sociedad que se ha dado a lo largo de la historia se puede


caracterizar a través de un modo de producción diferente.

Un modo de producción se basa en el conjunto formado por las fuerzas


productivas y las relaciones sociales de producción que se dan en la sociedad.
En cada una de las etapas de la evolución, el modo de producción demuestra
un estado de la sociedad. Este es tomado como algo social, ya que sin fuerzas
productivas, no puede haber ninguna duda sobre la falta de producción. Dichas
fuerzas productivas son: los instrumentos de la producción, la fuerza de trabajo
de los hombres, los objetos de trabajo, los conocimientos y las técnicas, la
organización… Con motivo de todas estas actividades de producción y a través
de ellas, los hombres entran en las relaciones sociales. El modelo de
producción no puede ser reducido a un simple aspecto técnico, ya que es uno
de los conceptos más importantes para Marx.

La sucesión de modos de producción a lo largo de la historia se puede resumir


de la siguiente manera: se pasa de un comunismo primitivo al modo de
producción esclavista, de este al feudal, después al capitalista y finalmente al
socialista/comunista (ambos son sinónimos). En la sociedad
comunista/socialista, la contribución productiva será aplica al principio resumido
en la frase: “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su
necesidad”.

Sin embargo, Marx forma parte de un pensamiento dialéctico, en


contraposición al mecanismo que está presente en el materialismo anterior, ve
la convivencia entre clases, como un papel determinante en el desarrollo de la
historia. A través de esta visión, el proletariado se transforma en una clase en
sí y para sí, se vuelve consciente de sus intereses de clases, que son:
socializar los medios de producción (socialismo) con el fin de maximizar las
fuerzas productivas, la extinción de las diferentes clases sociales y la existencia
de un estado político (comunismo). La historia sigue siendo la suma de las
contingencias sujetas a los vaivenes de las luchas sociales de clases. La
historia no es una evolución lineal entre los modos de producción, sino que es
una transformación dialéctica de tomar conciencia de clases que experimentan
fluctuaciones de lucha de clases en determinados momentos de la historia. En
este desarrollo, las fuerzas productivas son cada vez más contradictorias con
respecto a las relaciones sociales de producción, ya que no evolucionan al
mismo ritmo.

Más allá de un cierto nivel de producción, los sistemas sociales se bloquean.


Una época de revolución social que comienza a funcionar, permite eliminar las
viejas relaciones de producción para dar paso al desarrollo de relaciones más
coherentes al nivel alcanzando por las fuerzas productivas.

La acumulación de capital, trabajo, mano de obra excedente y la


alienación

La acumulación primitiva de capital está definida como: proceso de creación de


las condiciones para el nacimiento del capitalismo. La creación del capitalismo
supone el uso de dos condiciones anteriores: la existencia de un grupo social
(formado por hombres desprovistos de medios de producción y obligados a
vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario) y la acumulación de la
riqueza indispensable para crear negocios capitalistas. Esta creación requiere
de la unión de las condiciones necesarias para el nacimiento de dos clases
fundamentales de la sociedad capitalista: explotados (trabajadores) y
explotadores (empresarios).

La distinción entre trabajo y fuerza de trabajo es central para el análisis de la


distribución. La retribución del obrero se establece en un nivel correspondiente
a los gastos socialmente necesarios para asegurar su renovación. Es una
mercancía cuyo valor está determinado por la cantidad de trabajo social que
pide la producción de cada obrero.

Lo que afirma Marx se basa en la teoría aristotélica de la materia prima que,


distingue el valor de uso (utilidad del objeto) del valor de cambio (lo que el
objeto nos permite conseguir). En el proceso de intercambio se produce tanto,
una inversión en el valor de cambio como, una inversión en el valor de uso.

El diagrama de Adam Smith: ley de la oferta y la demanda, informa de la


existencia de un valor añadido al producto en el que los beneficios son
obtenidos por los capitalistas, pero no por el trabajador. Los salarios a partir del
valor social del producto (el valor social del objeto producido es una función de
las materias primas, las herramientas de producción y la mano de obra
necesaria para la producción).

El valor de cambio de un producto es el valor social que se aplica a una


ganancia como resultado de un exceso de trabajo. Es en torno a los beneficios
del valor agregado, que está emergiendo la lucha de clases, como proletarios
capitalistas. Marx va a demostrar que el trabajador está en su derecho de
reclamar el beneficio de este valor añadido, ya que este es un valor del mismo
uso. Lo que hará el empresario capitalista, es hacer del trabajo un producto que
cueste menos que el que utiliza, o dar más trabajo del que se requiere en la
mano de obra. La ganancia es el valor añadido producido por el empleado, que
el capitalista se apropia gratuita y legalmente.

El aumento de la producción, por parte del capitalista se puede obtener


mediante la ampliación de la jornada laboral, aumentando la intensidad de
trabajo o reduciendo los salarios de desempleo, el cual es la presión a la baja
sobre los salarios. Esta ganancia es la forma de expoliación del proletariado en
el capitalismo. Es la ganancia modificada que se produce como una forma
excedente, es la búsqueda del beneficio, es el motivo principal del capitalismo.
Una actividad se desarrolla si es rentable, y esta rentabilidad es la tasa de
beneficio obtenido (relación entre las ganancias y el capital total invertido). La
acumulación de capital conlleva una disminución a largo plazo de la tasa de
beneficio y una bajada en la tendencia de la tasa de provecho. Es un índice de
los límites históricos del capitalismo.

Si la modernización se incrementa, se trata de una sustitución creciente entre


el "trabajo muerto" y "trabajo vivo”. En este momento sólo existe el trabajo vivo,
que está creando valor, el trabajo muerto no anima al capital por medio de la
fuerza de trabajo. La acumulación excesiva de capital dará como resultado el
empobrecimiento de la clase obrera.

El capitalismo es víctima de su propia lógica. Hay cada vez menos capacidad


de manejar sus contradicciones y avances hacia una crisis inevitable.

La teoría marxista del trabajo


El trabajo no se trata solo de la transformación de una persona física (puesto
que también podemos encontrarlo en los animales), esto implica una facultad
de representación por parte de las personas.

La razón por la que Marx se dio cuenta de que esta actividad es totalmente
aristotélica (ya que comienza por la representación de un fin), fue mostrando
por lo que el fin es un mismo principio. El trabajo es principalmente una
representación comprensiva que comprende la finalidad del objeto y difiere a
este respecto al caso de los animales. El producto del trabajo humano debe
existir en la representación ideal del trabajador, es decir, el trabajo deseado es
un objeto que cumple perfectamente una de las funciones de la vida humana.
En el capítulo VII de El capital, Marx toma el esquema aristotélico en el que, es
el trabajador el que está subordinado al mismo fin que el mismo da. El trabajo
es tal, que el individuo se identifica y se reconoce con lo que hace: al realizar el
trabajo, el hombre también lleva a cabo su propio poder, su poder de
conceptualización y puede mejorar, por lo tanto, su capacidad de producción.
La Inteligencia, puesto que es relevada a través de la realización del trabajo, en
tanto que el hombre actualice en su trabajo las facultades que le son propias,
será conducido a un proceso de identificación: en el producto del trabajo, el
individuo una parte de su identidad.

Como el trabajo participa en la identidad de la persona, podemos decir que, el


trabajo no es solamente tener (la producción), pero igualmente debe de ser una
dimensión ontológica adecuada al trabajo.

Por eso Marx acusa al modelo de producción industrial capitalista de alienar a


los trabajadores. En efecto, el trabajador ya no se encuentra en este caso, en
el de la representación comprensiva, ya que se ignora el producto final y por lo
tanto, la razón de su actividad. La cuestión relativa a la identidad es entonces
anulada porque el único problema es el de la remuneración. Lo humano se
convierte en animal, revelando un reflejo del automatismo mecánico (véase la
película "Tiempos modernos" de Charlie Chaplin).8 En este sentido, se puede
entender la abolición de la esclavitud, no como una cuestión ética, sino más
bien como un cuestión de interés económico, ya que cuesta más mantener a la
gente en la servidumbre bajo el marco de la esclavitud que en el del trabajo
bajo marco del asalariado (véase la película “Queimada” de Gillo Pontecorvo
con Marlon Brando).

La lucha de clases

Artículo principal: Lucha de clases

Para Karl Marx y Friedrich Engels, "La historia de todas las sociedades
humanas hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases”9 (aunque sea
en una nota posterior Engels califica esta afirmación).10

La posición del individuo en las relaciones de producción (trabajador o


explotador) es según él, es el elemento que permite la definición de la clase.
Marx considera que, para que no haya una clase social, debe haber una
conciencia de clase: la conciencia de tener un lugar común en la sociedad.
Marx señaló que no basta con que muchos hombres estén del lado de un solo
plan económico para que se forme el espíritu de clase. Según Marx, los
personajes principales en la lucha de clases son, en la época capitalista, la
burguesía y el proletariado. El comunismo constituye para él, el estado de la
sociedad sin divisiones de clase y por lo tanto, es una sociedad sin lucha de
clases.

Según el análisis marxista, la clase social dominante organiza la sociedad


mediante la protección de sus mejores privilegios.

Para ello, se instaura el Estado, instrumento político de dominación: “policía y


ejército responsable de mantener la seguridad y el orden público, el orden
“burgués”. Marx también habla de "la ideología dominante". En cualquier
sociedad, hay ideas, creencias y valores que dominan la vida social y cultural.
Estas ideas dominantes son producidas por la clase dominante, es decir, la
burguesía. Por lo tanto, estas ideas expresan la opinión de estas clases, es
decir, la justifican y se esfuerzan en perpetuarse. Estas ideas penetran la
mente, y a menudo funcionan como una visión del mundo en contra de sus
intereses reales. Karl Marx no "inventó" el concepto de la lucha de clases. En
realidad, la lucha de clases se ha teorizado mucho antes que él, por
historiadores de la restauración, como François Guizot y Augustin Thierry.

La contribución fundamental de Marx en este concepto, en relación a estos


historiadores, es haber demostrado que la lucha de clases no se extingue en la
Revolución Francesa, sino que se prolonga en oposición
burguesía/trabajadores en la de era capitalista. Así, al final de la lucha de
clases se llegaría a una clase única, una vez extinguidas las clases sociales en
el comunismo.

Partidos, movimientos y gobiernos inspirados en el marxismo

Véase también: Categoría:Organizaciones comunistas

Mao Zedong (China)


Vladímir Ilich Lenin (URSS)

León Trotsky (URSS)

Desde la muerte de Marx en 1883, varios grupos del mundo entero han
apelado al marxismo como base intelectual de sus políticas, que pueden ser
radicalmente distintas y opuestas. Una de las mayores divisiones ocurrió entre
los reformistas, también denominados socialdemócratas, que alegaban que la
transición al socialismo puede ocurrir dentro de un sistema pluripartidista y
capitalista, y los comunistas, que alegaban que la transición a una sociedad
socialista requería una revolución para instaurar la dictadura del proletariado.
La socialdemocracia resultó en la formación del Partido Laborista y del Partido
Socialdemócrata de Alemania, entre otros partidos; en tanto que el comunismo
resultó en la formación de varios partidos comunistas; en 1918 en Rusia, previo
a la formación de la Unión de Repúblicas Socialistas soviéticas, dimanan dos
partidos del Partido Obrero Social Demócrata de Rusia: el Partido Comunista,
formación comunista, y el Partido Social Demócrata de Rusia.

En la actualidad sigue habiendo muchos movimientos revolucionarios y


partidos políticos en todo el mundo, desde el final de la Unión Soviética,
aunque el internacionalismo obrero ha sufrido una grave crisis. Aunque hay
partidos socialdemócratas en el poder en varias naciones de Occidente, hace
mucho que se distanciaron en aspectos relevantes de sus lazos históricos con
Marx y sus ideas. En la actualidad en Laos, Corea del Norte, Vietnam, Cuba, la
República Popular China y Moldavia hay en el poder gobiernos que se
autoproclaman marxistas.

Muchos gobiernos, partidos políticos, movimientos sociales y teóricos


académicos han afirmado fundamentarse en principios marxistas. Ejemplos
particularmente importantes son los movimientos socialdemócratas de la
Europa del siglo XX, el bolchevismo ruso, la Unión Soviética (Lenin, Trotsky,
Stalin) y otros países del bloque oriental, Mao Zedong, Fidel Castro, Ernesto
"Che" Guevara, Santucho, Kwame Nkrumah, Julius Nyerere, Thomas Sankara
y otros revolucionarios en países agrarios en desarrollo. Estas luchas han
agregado nuevas ideas a Marx y, por lo demás, han transmutado tanto el
marxismo que resulta difícil especificar el núcleo de éste. Actualmente las
transformaciones socio-económicas han obligado a repensar al marxismo en
una línea llamada posmarxismo en la cual se encuentran autores como Ernesto
Laclau y Chantal Mouffe.

La Revolución de octubre de 1917, encabezada por los bolcheviques (cuyas


figuras principales eran Vladímir Lenin y León Trotsky) fue el primer intento a
gran escala de poner en práctica las ideas socialistas de un Estado obrero.
Se suceden otra serie de gobiernos o dobles poderes obreros de relativamente
breve duración, impulsados por revueltas proletarias con activa participación de
los partidos comunistas locales, inspirados en el modelo de república de
consejos obreros. La mayoría de estos son aplastados por las fuerzas de la
reacción capitalista de las distintos gobiernos y potencias burguesas y
fracasan. Son el caso de la Revolución de noviembre de 1918, encabezada por
los espartaquistas en Alemania, la República Soviética Húngara de 1919, la
República Soviética Bávara de 1919, el bienio rojo o movimiento de consejos
de fábrica del norte de Italia de 1919 a 1920, el Sóviet de Nápoles, la República
Socialista Soviética Galiciana en 1920, la República Popular Soviética de
Bujará de 1920 a 1925, la República Socialista Soviética de Persia o República
Soviética de Gilan, de 1920 a 1921, etc.

Tras morir Lenin, Iósif Stalin se había hecho con una gran concentración de
poder en sus manos en el seno del Partido Comunista y del Estado soviético, el
cual fue fortaleciendo en detrimento de los propios soviets (ya de por sí
debilitados durante el hambre, la bancarrota económica y las masacres
ocasionadas por la Guerra Civil Rusa). Hasta su muerte, numerosas purgas se
vivieron en la URSS, bajo consignas tales como la "lucha contra el trotskismo",
"los sabotajes", o "los agentes del fascismo", en las que se logró inhabilitar a
los principales elementos críticos del PCUS y la sociedad soviética, muchos de
ellos comunistas, testigos directos de la Revolución y opositores en mayor o
menor medida a la deriva burocrática y la concentración de poderes que se
estaba generando en seno de la URSS, encarnada en una casta de
funcionarios y burócratas del partido, cuya divergencia de intereses respecto a
la clase trabajadora y el peligro que entrañaban para la revolución obrera
comienzan a manifestarse desde la primera mitad de los años 20, aún en vida
del propio Lenin. Dichas purgas sólo logran fortalecer el poder de la nueva
dirección del PCUS, encabezada ahora por Stalin, y pronto se extenderán a las
secciones nacionales del Komintern, que, a nivel internacional, comienza a ser
dirigido desde el comisariado de asuntos exteriores en Moscú.

Aunque llevaron a cabo pequeñas aportaciones teóricas al marxismo, Stalin y


sus seguidores se caracterizan por haber dado cobertura ideológica a sus
métodos y posicionamientos tácticos y políticos, encaminados al fortalecimiento
del control sobre los medios de producción y administración del Estado por
parte de la burocracia y dirección central del partido, a través de la falsificación
o la adaptación de los principios ideológicos del marxismo y del leninismo a sus
propios fines. Esto derivará en un sistema de gobierno y pensamiento
formulado bajo el nombre de marxismo-leninismo (si bien sus críticos dentro del
leninismo rechazan que se lo denomine de esta forma y reclaman para sí esta
denominación) y la teoría del socialismo en un solo país, también llamado
estalinismo, considerado por sus críticos marxistas como un alejamiento o
distorsión de los postulados y principios de la tradición marxista y pensadores
como Marx, Engels o Lenin; particularmente insistentes en esta postura son
aquellas corrientes basadas en los planteamientos de Trotsky y Lenin
(trotskismo) y las del denominado comunismo de izquierda, el marxismo
libertario o el comunismo de consejos, también críticos en este sentido con la
denominada corriente del leninismo (y por ende el trotskismo). A raíz de la
muerte de Stalin, esta burocracia termina por acaparar el poder y afianzarse en
la llamada nomenklatura. Ésta comenzará a medio plazo un proceso de
progresiva liberalización de la economía, que culminará con la perestroika.

Al final de la II Guerra Mundial se produjo una expansión, por la vía militar, del
poder político de la URSS, que se consolidó mediante el establecimiento de los
llamados Estados satélites o del Pacto de Varsovia, en los países del Este que
quedaron bajo su zona de influencia tras los acuerdos de Yalta y de Potsdam.
Estos Estados reprodujeron estructuras políticas y sociales y tipos de economía
y de gobierno muy similares a los de la Unión Soviética. Fueron gobernados
mediante la formación de Partidos Comunistas, encuadrados en la Komintern, y
adscritos a las fórmulas del marxismo-leninismo oficial. Algunos de los partidos
adscritos a la Internacional Comunista que llegaron a formarse por sí mismos,
lograron a la postre tomar el poder a través de insurrecciones guerrilleras y, en
algunos casos, con bastante apoyo popular, y establecer un estado que seguía
el modelo marxista-leninista oficial. Estas naciones comprendían a la República
Popular China, Vietnam, Corea del Norte, Yugoslavia, Albania, Etiopía, Yemen
del Sur, Angola, y otros. Después de la invasión militar por parte de Vietnam de
Kampuchea Democrática, gobernada por el Jemer Rojo, un gobierno de
estructura similar a aquél será establecido en Camboya.

En Chile, el gobierno de la Unidad Popular, encabezado por Salvador Allende,


que duró desde 1970 hasta el golpe de estado de 1973, tenía una fuerte
inspiración marxista. Si bien cambió radicalmente las formas de lucha
conocidas al concretar un gobierno por la vía electoral, la revolución a la
chilena buscaba la transformación de la sociedad hacia el socialismo. Al mismo
tiempo, la coalición que llevó a Allende al gobierno estaba construida por la
unión del Partido Comunista y el Partido Socialista, ambos declarados
marxistas-leninistas en ese tiempo.

En 1991, la Unión Soviética se disolvió y el nuevo Estado ruso ya no se


identificó con el marxismo. Otras naciones del mundo siguieron el mismo
camino. Actualmente el socialismo científico ha dejado de ser una fuerza
política prominente en la política mundial. China, donde gobierna el Partido
Comunista, relajó su concepción económica del marxismo en 1978 avanzando
progresivamente hacia un sistema económico más cercano al libre comercio.
Este proceso continúa hoy en día.

Desde el comienzo de la democracia en España, en 1975, el PSOE se


presentó a las elecciones como un partido marxista, proclamándose primera
fuerza de oposición en el gobierno. Posteriormente, en 1982, con Felipe
González a la cabeza, el PSOE abandonó su postura marxista; ese mismo año
el partido ganó las elecciones.

Corrientes surgidas del marxismo clásico

Durante el siglo XIX y sobre todo en el siglo XX, el marxismo se divide en


varias corrientes, entre otras:

 Austromarxismo
 Comunismo de izquierda
 Freudomarxismo
 Luxemburguismo
 Maoísmo
 Movimiento autónomo
 Marxismo-leninismo
 Marxismo libertario
 Marxismo occidental
 Posmarxismo
 Trotskismo
 Situacionismo

Críticas al marxismo

Artículo principal: Críticas al marxismo

El marxismo, tomado como cosmovisión, implica por su propia naturaleza un


sistema de pensamiento y un sistema de organización política dirigido a la
realización particular y socialmente consciente de un orden social mediante la
planificación central de la economía (p.e. un socialismo políticamente
establecido) que según éste es un necesario paso de la historia del hombre. El
marxismo funciona, según su propia doctrina, a manera de catalizador e
impulsor de la transición para la clase que de otra manera no podría ver
edificado para sí el socialismo y la realización posterior del comunismo. Es por
esto que es difícil de separar a sus más importantes críticos en categorías,
siendo que estos se han confrontado por separado o a la vez con los
regímenes marxistas instaurados por diferentes partidos únicos, usualmente
comunistas, con los movimientos que los llevaron al poder y con la teoría
marxista del mundo (i.e., el materialismo dialéctico y el materialismo histórico),
sin que nunca termine de quedar suficientemente claro si estos tres aspectos
del marxismo son verdaderos corolarios. En términos generales se puede, sin
embargo, diferenciar a efectos prácticos las críticas al marxismo por las
disciplinas de estudio más comprometidas en ellas.

Antropológicamente, el marxismo se confrontaría con el darwinismo quien


rechazaría que dicha teoría se analogara con el materialismo histórico 11 y con
Sigmund Freud quien llegaría decir que "las obras de Marx, como una fuente
de revelación, han tomado el lugar de la Biblia y el Corán, a pesar de que éstas
no están más libres de contradicciones y oscuridades que aquellos antiguos
libros sagrados"12 En contraposición a la antropología del americano Lewis H.
Morgan que Marx y Engels hicieran suya en El origen de la familia y según la
cual todas las economías primitivas serían de carácter comunista, la
antropología contemporánea de autores como Bronisław Malinowski y Fustel
de Coulanges entre otros, presenta una visión casi opuesta del origen de la
propiedad privada, que es resumida en la obra del historiador Richard Pipes
Propiedad y libertad. Respecto de la noción marxista de "ideología de clase", el
autor liberal-conservador Kenneth Minogue fue uno de los primeros en invertirla
en La teoría pura de la ideología, volviendo contra las propias doctrinas
sistémico-clasistas (que tratan de "ideológico" a todo pensamiento) la
acusación de reificación ideológica por parte de intereses revolucionarios en
una lucha de clases cuya existencia no puede ser puesta en duda sin apelar a
una instancia neutral.

El sociólogo clásico Max Weber continuaría la afirmación de Engels acerca de


la evolución propia, autónoma e interactiva de cada uno de los factores
determinantes del progreso histórico,13 pero insistiría en que no podría haber
entonces un determinante económico-tecnológico de última instancia: si se
acepta, con Engels, que la historia es la suma de todos estos factores entonces
necesariamente la influencia recíproca de fuerzas en un todo debe implicar
que, si la religión y la cultura no se adaptan necesariamente a la producción
económica, la economía como producción debe adaptarse a estas.
Implícitamente en su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo se
demostró la independencia de la superestructura ideológica respecto a la
infraestructura tecnológica, tesis usualmente malentendida como una suerte de
reverso del marxismo, como sí sería el caso del espiritualismo histórico de
Werner Sombart. Esta exposición weberiana creó un cisma dentro de la
sociología académica respecto del marxismo más dogmático, y la apertura a
posiciones más complejas como la del historiador Eric Hobsbawm o las
amistosamente separadas del marxismo como las esbozó el sociólogo analítico
Charles Wright Mills.

El economista y sociólogo austríaco Joseph Schumpeter revisó los orígenes del


capitalismo y rechazó la noción marxista de acumulación originaria como una
contradicción autorreferente que requiere capital inicial para la actividad de una
supuesta burguesía violenta originaria. A su vez, el institucionalista Douglass
North ha ofrecido en sus estudios una revisión paralela de la historia del
capitalismo que ha sido tenido muy en cuenta entre los historiadores marxistas.

La deontología marxista respecto de la praxis revolucionaria se enfrentaría a


serios problemas filosóficos que intentarían ser resueltos por pensadores como
Sartre desde una vía existencialista. Éticamente Marx llegó a considerar que
"un fin que requiere medios injustificables no es un fin justificable",14 sin
embargo dentro del marxismo como sistema la moral es en sí misma
consecuencialista ya que en éste los fines juzgan a los medios, 15 luego toda
justificación depende de su funcionalidad para un fin determinado (fin que
tampoco es juzgado desde un set de principios morales salvo el interés
"históricamente determinado" de un grupo de pertenencia: en su caso, una
clase social). Contra este historicismo predeterminado (con sus contradicciones
éticas para un interés individual enfrentado al interés del progreso histórico), el
epistemólogo y filósofo Karl Popper realizaría sus más agudas críticas en La
sociedad abierta y sus enemigos, obra que podría considerarse a su vez una
de las principales réplicas globales al marxismo, y que junto con las objeciones
de Bertrand Russell sería la más representativa de entre las críticas
epistemológicas al marxismo como un "dogma reforzado" imposible de ser
puesto a prueba mediante falsación, lo que llevaría a muchos marxistas a
volcarse a una posición epistemológica en las ciencias en general cercana a la
de Thomas Kuhn por la cual las contradicciones del marxismo deberían ser
probadas dentro de la misma teoría, y no frente a hechos que serían en sí
expresiones de una carga teórica previa.
En lo económico, V. K. Dmitriev en 189816 y Ladislaus von Bortkiewicz en 1906-
0717 y subsecuentes críticos expusieron que la teoría del valor de Marx y su ley
de tendencia a la baja en la tasa de beneficio eran internamente inconsistentes.
Como contrapropuesta, los más importantes economistas marxistas y/o
sraffianos, tales como Paul Sweezy, Nobuo Okishio, Ian Steedman, John
Roemer, Gary Mongiovi y David Laibman, propusieron sus propias versiones
correctas de lo que debería ser la economía marxista abandonando como
inadecuado el intento de Marx en El capital para el mismo fin, confrontándose
así con los marxistas que defienden a aquel y que en respuesta se apoyan en
una segunda teoría desarrollada a fines del siglo XX para interpretar, según
ellos en forma más adecuada, las últimas obras de Marx.18

En el ambiente académico las críticas a la teoría económica de Marx derivaron


principalmente de su incompatibilidad (nunca resuelta por ninguna de las
partes) con los descubrimientos microeconómicos del marginalismo. El conflicto
con la visión marxista de la producción tomó forma en la obra de dos de los
más importantes sistematizadores del marginalismo, representantes de las
variantes austríaca y británica: primero Eugen von Bohm-Bawerk, que dirigiría
las más conocidas críticas a la teoría del valor-trabajo y con ésta la explotación
por adquisición de plusvalía, tanto dentro de la teoría marxista 19 como desde el
subjetivismo austríaco (por el cual incluso los costos dependen de la
demanda); y luego Alfred Marshall que insistiría en la utilidad del capital y la
gestión en la creación del valor,20 así como la consideración de la demanda
como autónoma de la oferta aunque ésta se reconozca determinada por los
costos.

Desde la macroeconomía, John Maynard Keynes llegaría a decir que El capital


era "un manual obsoleto" al cual no sólo encontraba "científicamente
equivocado sino además sin interés o aplicación para el mundo moderno",
consideración que Joan Robinson criticaría como consecuencia de una pobre
lectura de Marx, así como de Say. Una aproximación macroeconómica
compatible con el marxismo fue esbozada por el economista polaco Michał
Kalecki.

Respecto a la aplicación práctica del método marxista y a sus resultados


políticos, las críticas usuales han sido menos a la doctrina marxista y más a los
aspectos empíricos contra el movimiento Comunista y sus regímenes. Estas
críticas se sostienen en términos humanistas y objetan el sacrificio en vidas
humanas en persecuciones sociales y políticas, y además sólo se han dirigido
al fenómeno totalitario como una situación circunstancial impuesta
deliberadamente por los dirigentes marxistas, o sea, como un fenómeno
aislado o al menos aislable de la teoría. Sin embargo algunas de estas críticas
han tenido una dimensión teórica (especialmente por parte de liberales clásicos
como Mises, Hayek, Isaiah Berlin y Raymond Aron, y anarquistas como
Proudhon, Bakunin, Piotr Kropotkin y Noam Chomsky)21 según las cuales el
fracaso político del totalitarismo, la interdependencia entre la falta de propiedad
personal y libertad personal, el colapso de la planificación centralizada de la
economía y la doctrina marxista-leninista serían elementos inseparables y
codependientes, por lo cual, o la teoría marxiana del progreso histórico debe de
estar equivocada y la dictadura científica pasaría a ser una profecía
autocumplida con resultados perjudiciales para la clase obrera, o bien la noción
de un "necesario progreso histórico" puede ser mayormente verdadera pero sin
embargo el marxismo la habría malinterpretado a su favor: esta última opción
sería planteada por el heredero de la crítica hegeliana al marxismo de
Alexandre Kojève, el neoconservador Francis Fukuyama.

Finalmente, diversos autores de orientación centrista y socialdemócrata han


hecho profundas reflexiones críticas de las bases filosóficas del marxismo, a
saber Jürgen Habermas,22 Hannah Arendt,23 Anthony Giddens, y
particularmente –por recordar las implicancias de que las relaciones sociales
de producción no pueden determinar la superestructura jurídico-política ya que
la presuponen– el jurista y pensador político Hans Kelsen quien, en su libro La
teoría comunista del derecho y el Estado, realizaría la que tal vez pueda
considerarse la objeción más incisiva a casi todos los aspectos relevantes de la
doctrina marxista, tanto en sus facetas políticas, su teoría jurídica e
institucional, social y económica.24

El capital
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El capital

de Karl Marx

Género Ensayo
Tema(s) Capitalismo

Idioma Alemán

Das Kapital, Kritik der


Título original
politischen Ökonomie

País Alemania

Fecha de
1867
publicación

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El capital. Crítica de la economía política (en alemán, Das Kapital - Kritik der
politischen Ökonomie), de Karl Marx, es como reza su subtítulo, un tratado de
crítica de la economía política; al mismo tiempo, ha sido también leído como
una obra de filosofía, como un tratado de economía, o como un tratado político
sobre las relaciones de dominación entre las clases, de un lado los proletarios y
de otro los burgueses.1

Índice

 1 Autoría y edición
 2 Partes
o 2.1 Primer Libro
 2.1.1 La mercancía, el dinero y el capital en abstracto
 2.1.2 El proceso de producción capitalista
 2.1.3 El proceso de acumulación del capital
o 2.2 Libro segundo
o 2.3 Libro tercero
 3 Polémicas
 4 Traducciones El capital al español
 5 Debate
 6 Véase también
 7 Referencias
 8 Bibliografía
 9 Enlaces externos

Autoría y edición

Marx trabajó en una intensa investigación y en la redacción de un extenso


manuscrito de su obra, principalmente entre 1861 y 1863, sin embargo solo
alcanzó a publicar en vida el primer libro de El capital, en 1867 y dedicado a
Wilhelm Wolff. La segunda edición alemana de este libro, corregida y
aumentada, fue dirigida por él y fue impresa en 1872 y publicada en 1873. Los
dos libros restantes, publicados entre 1885 y 1894, fueron editados, a partir de
los manuscritos de Marx, por su amigo y colaborador Friedrich Engels, quien
tuvo que llenar algunas lagunas, de apartados indicados pero no redactados, y
dar al texto de Marx una forma apropiada para la publicación. Marx también
había dejado en manuscrito el material para el libro cuarto, una historia crítica
de las doctrinas económicas centrado en el análisis de las teorías sobre la
plusvalía, del cual, Karl Kautsky publicó una edición sintética entre 1905 y 1910
2conociéndose en 1956 una edición completa de los manuscritos, publicada por

la editorial Dietz Verlag en Berlín.3

Partes

Portada de la primera edición de Das Kapital (Hamburgo, 1867).

La obra publicada repetidamente en varios idiomas con el título de El Capital es


un tratado en tres volúmenes, considerado unánimemente como la obra
cumbre de Karl Marx. El primer volumen se publicó en su primera versión en
Hamburgo en 1867; el segundo y el tercero fueron publicados por Friedrich
Engels después de la muerte del autor, en 1885 y en 1894, respectivamente.

1. Tomo I. El proceso de producción del capital.


2. Tomo II. El proceso de circulación del capital.
3. Tomo III. El proceso global de la producción capitalista o el proceso de
producción capitalista, en su conjunto.

Primer Libro

El primer libro es una exposición general del modo de producción capitalista,


sus elementos básicos y su articulación visto de manera general y de manera
analítica sin considerar ciertas variables (especialmente de la circulación), sino
centrándose especialmente en la fase de producción que Marx considera el
fundamento de todo el sistema capitalista y de manera general de todo modo
de producción.4

El libro se divide en 7 secciones:

 Sección 1: Mercancía y dinero


o Capítulo 1. La Mercancía:
 1. Valor de uso y valor de cambio. 2. Doble Aspecto del
Trabajo. 3. El valor, realidad social, Forma del valor. 4.
Apariencia material del carácter social del trabajo.
o Capítulo 2. De Los Cambios:
 1. Relaciones de los poseedores de mercancías:
condiciones de esas relaciones. 2. La relación de cambios
implica necesariamente la forma moneda. 3. La forma
moneda va unida a los metales preciosos.
o Capítulo 3. La Moneda o circulación de las mercancías:
 1. Medida de los Valores. La forma precio. 2. Circulación
de las mercancías. Curso de la moneda. El numerario o las
especies y el papel moneda. 3. Reservas de oro y de plata
o tesoros. El Dinero como medio de pago. La Moneda
universal.
 Sección 2: La transformación de dinero en capital
 Sección 3: Producción del plusvalor absoluto
 Sección 4: La producción del plusvalor relativo
 Sección 5: La producción del plusvalor absoluto y del relativo
 Sección 6: El salario
 Sección 7: El proceso de acumulación del capital

La mercancía, el dinero y el capital en abstracto

El primer capítulo del libro, Marx lo dedica a un análisis dialéctico de la


mercancía, pues parte del hecho de que la mercancía individual es la forma
elemental de la riqueza social en el capitalismo. Marx analiza, siguiendo a la
economía política clásica, a la mercancía en tanto valor de uso —un bien que
satisface ciertas necesidades humanas— y en tanto valor de cambio —un bien
que puede intercambiarse por otros bienes en una proporción determinada—.
Pero para Marx el valor de cambio de una mercancía es una manifestación de
algo más. Lo que permite que una cantidad X de mercancía A equivalga a una
cantidad Y de mercancía B es algo que no depende del carácter de valor de
uso de las mercancías ni de los trabajos particulares con las que fueron
producidas. Lo que hace posible la equivalencia es que ambas contienen la
misma cantidad de «trabajo humano abstracto» materializado en ellas. Marx
denomina como valor de las mercancías al trabajo socialmente necesario para
su producción, siendo la magnitud del valor determinada por la cantidad
(duración) de ese trabajo. A esta conclusión ya había llegado el economista
David Ricardo, pero Marx la retoma de manera crítica y la profundiza.5 El valor
de cambio sería, entonces, la forma del valor.

Luego Marx analiza las diferentes formas del intercambio de mercancías.


Desde el trueque ocasional —pues al principio se producía para el consumo
inmediato y solo se intercambiaba el producto excedente— hasta que la
producción se va orientando cada vez más hacia el intercambio, con lo que el
intercambio se va haciendo más regular y, necesariamente, una mercancía
particular —por ejemplo, el oro— se constituye en equivalente general de todas
las demás. Por último, al transformarse este equivalente general en mercancía
dinero, tenemos el reemplazo del oro en metálico por una representación del
mismo, en monedas y en billetes.

El último apartado del primer capítulo Marx lo dedica a explicar el fetichismo de


la mercancía. Como en la sociedad mercantil los productores solo se
relacionan entre sí mediante el intercambio de sus mercancías, y como este
intercambio es regulado por el valor de las mismas (proceso que ocurre "de
espaldas a los productores"), las mercancías mismas se convierten en el sujeto
del intercambio en vez de los productores. De esta manera, el intercambio
aparece como una relación social entre cosas y una relación objetiva entre las
personas.6

En los dos capítulos restantes de esta sección, Marx analiza el proceso de


intercambio de las mercancías (M-M en el caso de trueque, M-D-M cuando ya
existe el dinero; siendo M mercancía y D dinero) y los distintos papeles que
cumple el dinero en la economía mercantil: como medida de los valores, como
medio de circulación, como tesoro, como crédito, como dinero en sí y los
diferentes aspectos económicos al respecto; también muestra cómo y por qué
el dinero en tanto materialización de determinadas relaciones sociales, imprime
determinadas cualidades a la sociedad en su conjunto y a sus individuos. 7

En la sección siguiente, que consta de un único capítulo, Marx estudia la


transformación del dinero en capital. Si antes el intercambio simple de
mercancías se representaba como M-D-M, la transformación del dinero en
capital Marx la representa como D-M-D', siendo D' > D. La explicación de D' >
D está en que una de las mercancías compradas en la primera fase (D-M) es
una mercancía que produce valor nuevo, plusvalor. Esa mercancía es la fuerza
de trabajo.

El proceso de producción capitalista

A partir de la sección tercera, Marx entra a estudiar el proceso de producción


capitalista en sí. Hasta ahora había estudiado en abstracto a la sociedad
mercantil, donde solo existían productores de mercancías. Ahora estudia en
abstracto a la sociedad burguesa donde existen capitalistas y asalariados. En
la sociedad mercantil simple el proceso de producción tiene un carácter dual:
por un lado proceso de producción de bienes y por el otro proceso de
producción de valor. En la sociedad capitalista el proceso de producción
también tiene un carácter dual, pero distinto al de la sociedad mercantil: por un
lado es proceso de producción de bienes y por el otro es proceso de
producción de capital, de valor que se valoriza a sí mismo. Lo que distingue a
la sociedad capitalista es la organización de la producción en base al trabajo
asalariado, esto es, el alquiler de la fuerza de trabajo.

La fuerza de trabajo, productora de las mercancías, se cambia, se compra y se


vende como otra mercancía cualquiera y obedece a las mismas leyes del
mercado, sin importar que detrás de ellas hay un hombre, con su familia: el
proletario. Este proletario es libre, dice Marx parodiando el lema de la
revolución francesa- pero Marx hace notar que es en realidad libre en un doble
sentido: libre (o sea carente) de medios de existencia y de medios de
producción (y por tanto si no vende su trabajo no sobrevive) pero libre de
venderle su fuerza de trabajo al capitalista que él elija de entre los interesados
en comprarla. El trabajador asalariado vende su capacidad para trabajar, pero
ésta es una capacidad inseparable de la persona, y no se puede vender
aisladamente; por esto una vez hecho el contrato entre capitalista y trabajador,
éste, su personalidad completa, su cuerpo entero pasa a manos del otro. 8

En los capítulos siguientes Marx analiza las distintas formas del capital según
su función en el proceso de valorización (capital constante y capital variable), el
plusvalor en su forma relativa y absoluta, la jornada laboral (su extensión e
intensidad) y su división en trabajo necesario y plustrabajo, la tasa y la masa de
plusvalor, el papel de la cooperación en el taller o fábrica (que, gracias a la
optimización de la división técnica del trabajo por la manufactura, resulta en
una fuerza de trabajo social superior a la suma de las fuerzas de trabajo
individuales), un análisis histórico de las condiciones tecnológicas en las que se
realiza la producción capitalista (desde la manufactura hasta la gran industria
mecanizada), una descripción -y denuncia- de las condiciones de vida de la
clase obrera inglesa, un análisis de las distintas formas de salario y por último,
en la última sección, un análisis de la acumulación del capital.

El proceso de trabajo capitalista es un proceso de valorización y además de


producción de un plusvalor. Lo que comienza con una inversión de cierta
cantidad de dinero hecha por el capitalista termina, después del ciclo, en un
aumento de esa cantidad. En apariencia es como si el dinero se hubiese
multiplicado por sí mismo. Marx pasa a analizar y criticar las distintas maneras
en que los economistas clásicos han intentado explicar este aumento, y cómo
han fracasado de uno u otro modo, pero al profundizar en la teoría del valor de
David Ricardo, Marx logra explicar el secreto de la plusvalía al mismo tiempo
mientras estudia y expone el funcionamiento del modo de producción
capitalista. La formación de la plusvalía en el sistema capitalista, expone Marx,
se efectúa de la siguiente manera:

El trabajador vende su fuerza de trabajo al capitalista. El capitalista pasa a ser


dueño de esta mercancía de la que por tanto dispone o hace uso durante todo
el tiempo que le sea posible cada día, o sea que pone a trabajar al asalariado
todo el tiempo que le sea posible o sea la jornada de trabajo, que dadas ciertas
condiciones de producción, se prolongará como premisa por un tiempo mayor
que el tiempo que se necesita para producir, en las mismas condiciones
normales de trabajo, los medios diarios de existencia y reproducción (víveres,
vivienda, educación, hijos, etc.) del obrero. Pero a cambio, el capitalista paga al
asalariado un precio por su fuerza de trabajo como lo hace por cualquier otra
mercancía, es decir, paga un precio equivalente a lo que costó producirla. Así
que el capitalista no paga un precio por el trabajo que hace el asalariado,
porque el precio de las mercancías no está determinado por el uso que se hace
de ellas, sino por lo que costó producirlas, su valor: la cantidad de trabajo
socialmente necesario invertida en producirlas. Aquí es clave la distinción entre
la fuerza de trabajo y el trabajo. El capitalista paga el valor de la fuerza de
trabajo y a cambio recibe el valor creado por el empleo de la fuerza de trabajo
durante la jornada laboral. De manera que una parte de la jornada laboral, el
asalariado trabaja para reproducir el valor de su fuerza de trabajo, y la otra
parte trabaja "gratis" para el capitalista. Esta diferencia de valor entre el valor
de la fuerza de trabajo y el valor producido por su empleo es lo que Marx
denomina como plusvalía. Esta plusvalía es la base de la ganancia
capitalista.9

La premisa histórica básica para esto es el intercambio de mercancías, pues el


capitalista compra la fuerza de trabajo como una mercancía. Esto implica la
otra premisa histórica básica: que las condiciones sociales sean tales que el
trabajador tenga que vender su fuerza de trabajo como una mercancía, Marx ya
ha mostrado que esto es posible solamente si el trabajador carece de medios
de existencia y de medios de producción para trabajar, entonces como
poseedor de únicamente su fuerza de trabajo para sobrevivir se ve obligado a
vender su fuerza de trabajo al capitalista. La sociedad burguesa necesita de
trabajadores libres en un doble sentido: en el sentido de propietarios privados
de su fuerza de trabajo y en el sentido de carentes de medios de producción
propios. De esta manera, el proletario está obligado a vender su fuerza de
trabajo a algún capitalista para sobrevivir, siendo libre de decidir a qué
capitalista particular se la vende o siendo libre de no venderla y vivir en la
marginalidad y la extrema pobreza. Los trabajadores asalariados son libres solo
en el sentido de que no son esclavos ni siervos: ningún poder personal los
fuerza a trabajar. Lo que les fuerza a trabajar es el poder impersonal de la
economía.

En los siguientes capítulos, Marx expone la manera en que los capitalistas


intentan mantener y aumentar la plusvalía. Una manera, el aumento de
plusvalía absoluta, es la extensión de la jornada laboral (lo que incrementa el
tiempo en que el obrero trabaja exclusivamente para el capitalista) y la
reducción del salario (lo que incrementa la parte en valor que el capitalista da al
trabajador). Pero, tal como explica Marx, esto tiene unos límites "naturales" y
"morales".

Por ello el capitalista también procura aumentar la plusvalía de manera relativa,


modificando el proceso técnico de trabajo y las condiciones laborales,
introduciendo medios de producción más eficientes y/o aumentando la
intensidad o velocidad del trabajo. Esto hace disminuir el tiempo necesario para
producir las mercancías en general (incluyendo los medios de existencia del
obrero, pues así consigue disminuir el valor de la fuerza de trabajo). De esta
manera, sin modificar la extensión de la jornada laboral, el tiempo de trabajo
remunerado decrece en favor del tiempo de trabajo no remunerado. A este
proceso Marx lo denomina plusvalía relativa.10

Expone Marx que esta última consideración pone en claro que, en un momento
dado del desarrollo capitalista, el aumento de la plusvalía se convierte en un
problema técnico. Ante los daños físicos y morales ocasionados por la larga y
extenuante jornada de trabajo, la clase obrera eventualmente se organiza y
consigue imponer una disminución y reglamentación de la jornada de trabajo.
Si los capitalistas ya no pueden extender la jornada de trabajo, entonces el
problema del aumento de la plusvalía solamente es posible de manera relativa
y se torna esencialmente en un problema técnico: mejorar los medios técnicos
de la producción. La apropiación de los inventos mecánicos ha sido, a este
respecto, el gran recurso de los capitalistas. No obstante, como muestra Marx,
esto no quiere decir que la clase capitalista, permanentemente o al menos cada
vez que la plusvalía disminuye, no intente quebrar la oposición de la clase
obrera para extender la jornada de trabajo. Marx demuestra como la gran
industria con la aplicación de las ciencias naturales al servicio de la
mecanización del proceso de trabajo en lugar de favorecer a la clase obrera
reduciendo la jornada laboral (pues lo que antes se producía en un día de
trabajo artesanal se produce en una hora de trabajo industrial) termina
perjudicándole de diversas maneras: hacinamiento, extenuantes jornadas de
trabajo, trabajo infantil, insalubridad, etc. Esto no se debe a la industrialización
misma, sino a su empleo capitalista.11

El proceso de acumulación del capital

En la última sección del libro, que sintetiza los aportes de las secciones
anteriores, Marx expone cómo se reproduce el capital. La plusvalía extraída en
la producción se convierte en ganancia y si bien parte de esta ganancia es
consumida por el capitalista, otra parte es reinvertida en medios de producción
y salarios y así la convierte en pluscapital. El aumento del capital en funciones
mediante la extracción de plusvalía se denomina como acumulación del
capital.12

Esta es la «ley general de la acumulación capitalista» demostrada y enunciada


por Marx: a medida que aumenta la acumulación de capital se produce y
consolida necesariamente un número creciente de obreros sobrantes para el
sistema, una población supernumeraria teniendo que subsistir en condiciones
precarias y presionando a condiciones de explotación mayores a los demás
obreros y a mayor miseria para los obreros en general. A estos obreros
sobrantes se los denomina «ejército industrial de reserva». Esto explica que a
medida que se acumula capital y por consiguiente riqueza se produce de
manera pareja una acumulación creciente de miseria en la mayoría de la
población: la acumulación de capital en un polo es equivalente a la
acumulación de miseria en el otro.13

En el capítulo La llamada acumulación originaria, Marx analiza cómo en


Inglaterra se crearon a estos trabajadores libres para satisfacer la demanda de
fuerza de trabajo por la industria: expulsión masiva, a sangre y fuego, de los
campesinos de sus tierras; y una severa represión del "vagabundeo". Mediante
estos métodos extraeconómicos se logró de forma acelerada una
concentración de las tierras y un proletariado disciplinado para ser explotado en
la industria. «Si el dinero, como dice Augier, viene al mundo con manchas de
sangre en una mejilla, el capital lo hace chorreando sangre y lodo, por todos los
poros, desde la cabeza hasta los pies.»

En el apartado 7 de este capítulo (Tendencia histórica de la acumulación


capitalista), Marx, basándose en el análisis científico e histórico realizado hasta
el momento, retoma el programa revolucionario expuesto en el Manifiesto
Comunista: la expropiación de los capitalistas por la masa del pueblo, y el
establecimiento de una asociación de productores libres mediante la propiedad
colectiva sobre la tierra y los medios sociales de producción.14

Libro segundo

El libro segundo, publicados en 1885, tiene como subtítulo El proceso de


circulación del capital. Fue editado por Friedrich Engels, a partir de las notas
dejadas por Karl Marx. Se divide en tres secciones:

 Sección 1: La Metamorfosis del Capital y su Ciclo


 Sección 2: La Rotación del Capital
 Sección 3: La Reproducción y circulación del Capital Social en su
Conjunto

Trata sobre los principales fenómenos detrás del mercado, las relaciones entre
los diferentes sectores de la producción y entre la producción y el consumo y
cómo se realizan el valor y la plusvalía. El protagonista es el empresario
capitalista activo. Los trabajadores aparecen en el libro segundo esencialmente
como compradores de bienes de consumo y como vendedores de la mercancía
fuerza de trabajo, en lugar de productores de valor y plusvalía aunque, esta
última cualidad, establecido en el Volumen como en el libro primero, que de
todos modos es la base del análisis que se despliega. La lectura del libro
segundo es de gran importancia para la comprensión de la construcción teórica
de toda la argumentación de Marx y su visión del capitalismo como sistema.

Marx aclaró en una carta enviada a Engels el 30 de abril 1868 decía: «En el
libro 1 nos contentamos con la suposición de que si en el proceso de
realización, 100 libras se convierte en 110, ya están en el mercado los
elementos de una inversión ulterior de capital. Pero ahora investigamos las
condiciones en las cuales estos elementos ya se encuentran en existencia, a
saber, el entrelazamiento social de los diferentes capitales, de las partes
componentes del capital y de la renta (= pv)». Este entrelazamiento, concebido
como un movimiento de mercancías y de dinero, permitió a Marx plantear los
elementos básicos para de una teoría del ciclo económico, basada en el
desequilibrio periódica entre oferta y demanda en el modo de producción
capitalista.15 La Sección 3 ha sido así el punto de partida para profundizar el
tema, como lo hizo entre otros, Rosa Luxemburgo.16
Libro tercero

El libro tercero fue publicado solamente hasta 1894, subtitulado El proceso de


producción capitalista en su conjunto. Fue editado y completado por Friedrich
Engels, con ayuda del traductor del Libro I al inglés Samuel Moore, a partir de
notas dejadas por Karl Marx. Consta de siete secciones:

 Sección 1: La trasformación de la plusvalía en ganancia y de la tasa de


plusvalía en tasa de ganancia
 Sección 2: Cómo se convierte la ganancia en ganancia media
 Sección 3: Ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia
 Sección 4: Cómo se convierte el capital-mercancías y el capital-dinero
en capital comercial
 Sección 5: Desdoblamiento de la ganancia en interés y ganancia del
empresario. El capital a interés
 Sección 6: Cómo se convierte la ganancia extraordinaria en renta del
suelo
 Sección 7: Las rentas y sus fuentes

El trabajo es hoy más conocido para la Sección 3, que en resumen expone que
a medida que crecen la acumulación y la competencia capitalista, las
ganancias tienden a crecer con menor rapidez que el capital invertido y por
tanto el rendimiento de las inversiones tiende a hacerse menor. Según Marx
ello se debe a que el avance tecnológico hace que el empresario invierta
proporcionalmente más en máquinas y materias primas (capital constante,
valor ya existente), que en salarios (capital variable, que crea valor). La tasa de
ganancia desciende, aunque la suma total de las ganancias aumente, por que
el valor nuevo creado tiende a crecer menos que el valor invertido.17 Varias
causas contrarrestan esta tendencia,18 pero finalmente se impone. Al disminuir
la tasa de ganancia se reducen las inversiones y luego el empleo y el consumo,
multiplicándose el efecto, hasta que se producen quiebras. Los precios bajan,
pero de todos modos no hay quien compre las mercancías baratas debido al
desempleo y al cierre de empresas, llegándose a una recesión.17 La caída de la
tasa de ganancia se revierte por medio de la competencia desgarradora que
inutiliza grandes masas de capitales y sobre las ruinas resurge la acumulación
de capital, pues para los competidores victoriosos el aumento de la ganancia
vuelve a ser más rápido que el incremento de la inversión. La paralización de la
economía prepara su ampliación posterior, de la misma forma que el
crecimiento prepara la crisis.19 Así Marx formuló una teoría del ciclo económico
y sobre las crisis cíclicas del capitalismo.

Marx explica también en el libro tercero que hay competencia entre el capital
invertido en las diferentes ramas de la producción por la distribución de la
ganancia y que además la plusvalía obtenida de los trabajadores se divide
entre el capital industrial (o agrario); el capital comercial; el capital bancario que
cobra intereses por los préstamos y los propietarios de tierras.

La Sección 6 distingue dos clases de renta del suelo: la absoluta, que resulta
de la concentración de la propiedad de la tierra en manos de grandes
terratenientes que pueden controlar la cantidad de tierra que entra o sale del
mercado y que por tanto es una renta de monopolio; y la renta diferencial, que
se genera por la fertilidad del suelo o su ubicación (diferencial 1) o por la
inversión e innovación incorporada a ella (diferencial 2).

Polémicas

En el siglo XX los economistas marxistas y los técnicos de países socialistas se


apropiaron de la exposición positiva de las teorías de Marx, pretendiendo que,
en vez de ser un tratado de crítica de la economía política, El capital era un
tratado de economía política crítica. Las categorías que Marx trabajó en su libro
han sufrido numerosos usos derivados de esa lectura. La mayor parte de las
polémicas entre economistas marxistas y entre éstos y otros economistas no
marxistas parten de esa lectura.

Traducciones El capital al español

Existen varias traducciones al español de esta obra. La más conocida y


accesible es la realizada por Wenceslao Roces y publicada por la editorial
Fondo de Cultura Económica en 1946, corregida en 1959, reimpresa muchas
veces. Roces se basó en la cuarta edición alemana del Libro I (1890), la
segunda del Libro II (1893) y la primera del Libro III (1894). Roces trabajó
varios años corrigiendo y revisando su traducción y una edición nueva fue
terminada por él en 1988; editada por Ricardo Campa,20 fue publicada solo en
2014.21 Esta edición tomó en cuenta las críticas recibidas por la edición anterior
y utilizó la edición alemana de 1962 de Dietz Verlag. Roces había publicado su
primera traducción del Libro I en 1935, en Madrid, (Editorial Cenit); y fue el
traductor de las ediciones del Libro IV publicadas por el Fondo de Cultura
Económica, en 1945 la de Kautsky y, en 1980 la de los manuscritos completos.

El abogado republicano español Pablo Correa realizó la primera traducción del


Libro I El capital al castellano en 1883, a partir de la edición francesa.

El socialista argentino Juan B. Justo realizó la primera traducción del alemán al


español del Libro I, publicada en 1898.

La traducción publicada por EDAF en 1967 y la de Floreal Mazía publicada por


Editorial Cartago en 1973, se basan en la primera edición francesa de 1872-
1875.

Las traducciones de Pedro Scarón, publicada por Siglo XXI en 1975; de Manuel
Sacristán, publicada por Editorial Grijalbo en 1976; y de Vicente Romano
García, publicada por Ediciones Akal en 1977, fueron realizadas directamente a
partir de la edición alemana de Dietz Verlag en 1962, efectuada por grupos de
trabajo de los Institutos de Marxismo-leninismo de Berlín y de Moscú, a partir
de la cuarta edición alemana de 1890, pero teniendo en cuenta todas las
ediciones alemanas publicadas hasta entonces, la primera francesa y la inglesa
de 1887, y corrigiendo el conjunto a partir de los manuscritos de Marx y de las
pruebas de imprenta de Engels. Scarón enfatizó en las correcciones de los
errores de la edición de 1959 de la traducción de Roces y para el Libro I
destacó la importancia de basarse en la segunda edición alemana de 1872.
Scaron es responsable de la traducción integra del tomo I y de la tercera
sección del tomo II, así como de la supervisión de las otras dos secciones del
tomo II -traducidas por Diana Castro y del tomo III, traducido por León Manes. 22

Debate

Una exposición en castellano del núcleo de El capital que se aleja


argumentadamente de los tópicos marxistas y marxista-leninistas que durante
más de un siglo de polémicas cubrieron de sobreentendidos equívocos la
lectura rigurosa del texto, se encuentra en el libro de Felipe Martínez Marzoa
La filosofía de El capital. Taurus, Madrid, 1982.

Liberalismo económico
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El liberalismo económico es la doctrina económica desarrollada durante la


ilustración —desde finales del siglo XVII hasta el inicio de la Revolución
francesa—, formulada de forma completa en primer lugar por Adam Smith y
que reclama la mínima interferencia del Estado en la economía del siglo XIX.

Habitualmente se resume en la expresión francesa laissez faire, laissez passer


(«dejen hacer, dejen pasar»), que no obstante es el lema de la fisiocracia, una
teoría económica precedente. Incluye un espectro de diferentes políticas
económicas, tales como la libertad de circulación de mercancías, pero siempre
se basa en un fuerte apoyo a la economía de mercado y la propiedad privada.

Índice

 1 Historia del liberalismo económico


o 1.1 Adam Smith (1723-1790)
o 1.2 El liberalismo y el proletariado
o 1.3 Liberalismo y capitalismo
o 1.4 Liberalismo económico en el siglo XIX
 2 Véase también
 3 Enlaces externos

Historia del liberalismo económico

Adam Smith (1723-1790)

El país que sobresalió en su economía fue Francia, quien contaba con muchas
fuentes económicas y pudo salir en un periodo corto de tiempo de esta crisis.
Smith era escocés y se formó en las universidades de Universidad de Glasgow
y la de Universidad de Glasgow Oxford. En la primera fue profesor de Lógica y
de Filosofía Moral. En el año 1776 publicó su obra principal: La riqueza de las
naciones. Smith abordó a la economía desde la filosofía. Era un ferviente
defensor de las leyes de la naturaleza, del orden natural, y cuestionaba las
imperfecciones de las instituciones humanas. Para él la conducta humana
obedece de manera natural a las siguientes motivaciones: el egoísmo, la
conmiseración, el derecho de ser libre, el sentido de la propiedad, el hábito del
trabajo y la tendencia al intercambio. Si al hombre se lo deja en libertad, no
sólo conseguirá su propio beneficio, sino también impulsará el bien común. Así
Smith justificaba su reivindicación de dejar en libertad las relaciones de
intercambio entre los hombres. El libre juego de las motivaciones nombradas
conduce a un equilibrio natural. Cada individuo al buscar su provecho individual
«es conducido por una mano invisible a promover un fin que no entraba en su
propósito», el bienestar general. Dice al respecto: «nunca he sabido que
hiciesen mucho bien aquellos afectos a trabajar por el bien público». Todo esto
da pie a uno de los fundamentos del pensamiento liberal acerca de la libre
interacción entre oferentes y demandantes en los mercados, sin ningún tipo de
intervenciones estatales sobre ellos. A Smith también le preocupó el origen del
valor de las mercancías y sobre la base de ideas dejadas por William Petty
(1623-1687) y Richard Cantillon (1680-1734) elaboró la Teoría del valor-trabajo,
la cual considera que el origen del valor de intercambio (valor de cambio) de las
mercancías está en el trabajo del hombre. Divide al valor en dos: el "valor de
uso" que es la utilidad que posee un objeto determinado, mientras que el "valor
de cambio" es la capacidad de un objeto para ser intercambiado por otros y
está determinado por el tiempo de trabajo humano incorporado en su
producción. Por otra parte, le inquietaba que mientras los seres humanos se
reproducían, la tierra no lo hacía, lo cual provocaría en algún momento del
tiempo una situación de escasez de alimentos. Para esto proponía que los
salarios en la economía debían ser de subsistencia, o sea, lo necesario para la
subsistencia del trabajador y su familia. Consideraba que si el ingreso de las
familias fuese mayor al de subsistencia, el crecimiento poblacional se
aceleraría. Algo que observaba en su época era que se había pasado de la
producción artesanal, en la cual un mismo artesano realizaba todas las
operaciones, a una división del trabajo, en la cual cada operario realizaba una
sola operación, como por ejemplo, hacer puntas de alfileres. Esto permitía que
quien lo hiciera se especializara en dicha operación, mejorando los tiempos de
producción y la calidad de lo elaborado. Cualquier productor que buscara su
beneficio individual se vería obligado a dividir el trabajo de su empresa y de
esta manera estaría maximizando la producción de toda la economía. Eran las
motivaciones de la conducta humana las que garantizarían el crecimiento
permanente del todavía entonces incipiente capitalismo británico. Decía: «En
un sistema de laissez-faire, el aceite del interés personal mantiene funcionando
milagrosamente los engranajes económicos. No es necesario un planificador
[...]. El mercado resuelve todos nuestros problemas». Así se afirma que Smith
era un optimista acerca del futuro de las economías, ya que su crecimiento
permanente estaba garantizado por las motivaciones de la conducta humana y
la división del trabajo.

El liberalismo y el proletariado
Existen desacuerdos sobre la neutralidad en el punto de vista de la
versión actual de este artículo o sección.
En la página de discusión puedes consultar el debate al respecto.

En un primer momento, burguesía y proletariado se aliaron en contra de la


casta aristocrática, descendiente de la clase feudal del Medievo, que poseía el
poder en las sociedades europeas del Antiguo Régimen. Sin embargo, con el
advenimiento de los sistemas liberales a lo largo del siglo XIX, el conflicto entre
los intereses de proletarios y burgueses se hizo evidente. El liberalismo
implantó la igualdad política, pero, en sus primeras formulaciones, ignoró las
desigualdades económicas y sociales.

Los intereses del proletariado se expresaron en el desarrollo del movimiento


obrero y en las diversas teorías sociales (socialismo utópico, anarquismo,
marxismo), que aspiraban a transformar la sociedad o a sustituirla por otra
nueva en la que desaparecieran las desigualdades económicas.

Liberalismo y capitalismo

Según se realice desde una perspectiva marxista o liberal, el estudio del


capitalismo conduce a juicios radicalmente contradictorios. Analizando desde
las posiciones ideológicas del liberalismo, el capitalismo se manifiesta como el
único sistema económico capaz de asegurar a cada hombre el libre ejercicio de
sus facultades. La laboriosidad y el ahorro actúan en él, como instrumento de
prestigio social y de afirmación de las capacidades individuales. La libre
iniciativa conduce a la optimización de las capacidades de producción
disponibles y asegura, por consiguiente, el crecimiento económico y el
bienestar social.

La teoría marxista, por el contrario, cree descubrir en el capitalismo una


contradicción esencial entre el carácter social del trabajo y la apropiación
privada de la nueva riqueza generada, contradicción que se expresaría en un
antagonismo irreductible entre las clases básicas de la sociedad capitalista: el
proletariado y la burguesía. Del mismo modo, la igualdad política formal
proclamada por el liberalismo se reduciría a la nada como consecuencia de la
desigualdad económica, y el aparato estatal serviría fundamentalmente para la
exclusión de las masas trabajadoras de la vida política.

Liberalismo económico en el siglo XIX

La doctrina económica liberal se había desarrollado a finales del siglo XVIII, el


crecimiento de los mercados mundiales de bienes y de factores de producción
hizo que las ideas del liberalismo ganasen apoyo entre los industriales, los
comerciantes y los inversionistas, los gobiernos influidos por estos grupos
fueron adoptando medidas económicas liberales, se permitió la libre circulación
de productos, capital y trabajadores, permitiendo sus movimientos dentro y
fuera de Europa.
Fue la burguesía, concentrada en las ciudades, la principal protagonista de ese
proceso histórico. Sin embargo, el hecho que, a pesar de ello, siguiera excluida
de cualquier responsabilidad del gobierno, provocó la aparición en su seno de
un movimiento crítico contra la constitución feudal de la sociedad y del estado
absoluto.

Se desarrolló principalmente porque los empresarios no querían la intervención


del gobierno en las decisiones económicas que ellos realizaban.

Véanse también: Monetarismo y Escuela austríaca.

Véase también

 Liberalismo
 Economía ortodoxa
 Gobierno limitado
 Escuela de Salamanca
 Escuela austriaca
 Manchesterianismo
 Curva de Laffer
 Conservadurismo fiscal

Medios de producción
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No debe confundirse con Modo de producción.

Un medio de producción o capital físico es un recurso económico que


posibilita a los productores la realización de algún trabajo, generalmente para la
producción de un artículo. El término abarca recursos naturales, redes de
transporte y energía, fábricas, máquinas y herramientas.

Índice

 1 Medios de producción por sistema económico


o 1.1 Medio de producción capitalista
o 1.2 Medio de producción socialista
 2 Perspectiva marxista
o 2.1 Desarrollo conceptual
 3 Medios de producción y desindustrialización
 4 Véase también

Medios de producción por sistema económico


Están constituidos por las materias primas, las máquinas, las herramientas, el
dinero, así como por las unidades de producción, es decir, los talleres y
fábricas. También son medios de producción las oficinas, los almacenes y los
vehículos de transporte.

Medio de producción capitalista

Según la teoría marxista, los medios de producción son los instrumentos y


materiales que intervienen en el proceso de trabajo.

Los medios de producción son inherentes a todos los modos de producción, es


decir, intervienen tanto en el sistema esclavista, como en el feudal o el
capitalista. En cada uno de ellos estarán en manos de una clase social
diferente. Cuando se aplican a la producción se transforman en capital,
convirtiéndose entonces en instrumento de explotación de los trabajadores.

Según el marxismo, cuando la clase obrera realice su revolución contra el


capitalismo e instaure la dictadura del proletariado, los medios de producción
serán colectivizados y gestionados por los trabajadores. Por lo tanto, la
burguesía dejará de ostentar el papel de clase dominante y de explotar a sus
obreros mediante el pago de un salario que le garantice la percepción de una
plusvalía..

Medio de producción socialista

En el modo de producción socialista los medios de producción pertenecen a los


propios trabajadores que los utilizan y se estatuye que cada uno de ellos sea
retribuido con el fruto mismo de su trabajo o una cantidad equivalente. Por otro
lado, en el socialismo de estado de corte bolchevique, los medios de
producción son en teoría, de todos y para todos, es decir, no hay propietarios
individuales de los medios de producción, aunque quien ostenta el poder (clase
política gobernante) es quien en la práctica decide y actúa como dueño. La
sociedad pone en funcionamiento los medios de producción que son para
beneficio de la comunidad y no de una élite que detenta su propiedad para su
beneficio particular.

En el socialismo de Marx los medios de producción no pertenecen a los


capitalistas (empresarios), sino que pertenecen a los mismos trabajadores, que
son los que realmente poseen la fuerza de trabajo capaz de hacer que tales
medios produzcan bienes y servicios. De esta forma, no existe explotación
capitalista y el excedente de la producción, en teoría, retorna íntegramente a
los trabajadores.

Perspectiva marxista

Denominados en alemán como produktionsmittel, los medios de producción


son, según la teoría marxista, la conjunción de los medios y los sujetos del
trabajo. Concretamente eso incluye máquinas, herramientas, la tierra, las
materias primas, las unidades de producción de bienes (fábricas) y en general
todo aquello que media entre el trabajo humano en el acto de transformación
de la naturaleza y la naturaleza misma.

Desarrollo conceptual

El término es construido por Karl Marx quien explícitamente lo diferencia del


capital. Para Marx, los medios de producción son los instrumentos y materiales
del trabajo independientemente del modo de producción y de apropiación de la
ganancia. Sólo se convierten en capital dentro de relaciones sociales
particulares: cuando los mismos participan en el proceso de explotación en pos
del plusvalor (por tanto, cuando sirven, a la vez, como medios de explotación y
de sojuzgamiento del trabajador). Dentro de los medios de producción existe la
siguiente distinción:

Medios de producción directos: Intervienen directamente en el proceso


productivo, siendo la producción el resultado obtenido del conjunto de:

 Los operarios.
 El material.
 La maquinaria.

Medios auxiliares de producción: No intervienen directamente en el proceso


productivo, pero sin ellos el proceso no se puede llevar a cabo. Los más
importantes son los siguientes:

 Servicios generales
 Oficinas
 Talleres
 Almacenes de materias primas

La propiedad de los medios de producción, según la teoría marxista, determina


la posición dominante de la burguesía en el modo de producción capitalista. La
dictadura del proletariado se definiría por la expropiación de estos medios de
producción, que pasarían a ser apropiados por el proletariado que de esta
manera alcanzaría su emancipación. Según distintas modalidades del
socialismo, en la etapa socialista los medios de producción serán gestionados
por el Estado (por ejemplo, en la ex Unión Soviética) o mediante autogestión de
los propios trabajadores (por ejemplo, en la ex Yugoslavia).

Bajo el capitalismo, los medios de producción son propiedad privada del


capitalista, es decir, un medio de explotar el trabajo asalariado. Los
trabajadores carecen de tales medios y se ven obligados a vender su fuerza de
trabajo y a crear para éstos plusvalía.

Medios de producción y desindustrialización

El proceso de la economía se convirtió en un obstáculo para la profundización


conceptual de los mecanismos de explotación capitalista, las estructuras en las
que dirigía su referencialidad se trasladaron al espectro del capitalismo
financiero y, junto a lo anterior, se agravó con la desintegración de las
estructuras productivas clásicas. Desde el marxismo contemporáneo se habla
de que "hoy, más que nunca, los medios de producción están en manos del
gran capitalista pero con la diferencia que no se dejan huellas de su
apropiación". Por ejemplo, con la diferenciación de las políticas con que el
Estado grava a las empresas en el neoliberalismo, se ajustan mecanismos para
que se puedan renovar descontando el valor restante por cada recambio. En
algunos países esas políticas circulan con el nombre de depreciación, normal o
acelerada. Por otro lado, con el proceso de desindustrialización se consolida el
monopolio de las economías centrales por sobre las economías periféricas, no
teniendo la capacidad de construir sus propias pesqueras, maquinaria para el
agro, la industria mediana, etc. Es decir, elementos básicos para el desarrollo
económico dependen de la importación a países avanzados. Por eso, dentro de
la dispersión de clase producida por las transformaciones del fin de la
modernidad, se puede encontrar a obreros, profesionales y capitalistas
medianos en condiciones de similar precarización frente al gran capital
financiero y monopólico.

Plusvalor
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Se ha sugerido que Tasa de plusvalor sea fusionado en este


artículo o sección (discusión).
Una vez que hayas realizado la fusión de artículos, pide la fusión de
historiales aquí.
Este aviso fue puesto el 3 de mayo de 2015.

El plusvalor (también traducido como supervalía o plusvalía) es la expresión


monetaria del valor que el trabajador asalariado crea por encima del valor de su
fuerza de trabajo. Esto es, la expresión monetaria del plustrabajo.

Es la forma específica que adquiere el plusproducto bajo el modo de


producción capitalista y forma la base de la acumulación capitalista.1

Este concepto fue creado por Karl Marx a partir de la crítica a los economistas
clásicos precedentes como Adam Smith, David Ricardo, Rodbertus, etc. que ya
la habían enunciado pero no definido formalmente.[cita requerida]

Índice

 1 Origen del término


 2 Explicación
o 2.1 Tasa y masa del plusvalor
o 2.2 Plusvalor absoluto y relativo
 3 Otros usos
 4 Véase también
 5 Notas, citas y referencias
 6 Bibliografía
 7 Enlaces externos

Origen del término

Conviene recordar que Marx dice específicamente, en artículos por él editados,


que el concepto "plusvalía" lo toma de David Ricardo, quien desarrolla hasta
cierto punto la teoría del valor-trabajo, dándole ese nombre. Ricardo toma
como punto de partida el concepto de valor comentado por Adam Smith. Este
último es el primer economista conocido, por así definirlo, que plantea el
concepto de "valor" que es la base de la plusvalía o plusvalor y Ricardo
criticando a Smith es el primero en desarrollarlo de manera sistemática. Pero
Marx introduce por primera vez la distinción entre fuerza de trabajo y trabajo, lo
cual le permite explicar de manera eficaz la plusvalía y completar la teoría del
valor-trabajo, lo que no habían conseguido los economistas precedentes.

El plusvalor es un concepto indisolublemente unido a la teoría del valor-trabajo


y es central para la descripción que ésta realiza de la explotación bajo el
capitalismo. Estos conceptos aparecen definidos y utilizados principalmente en
El capital y en los cuadernos II y III de los Grundrisse.

El concepto de Plusvalía en Marx es igual a los beneficios de un empresario o


capitalista tras descontar todos los costes de producción. Estos costes de
producción son denominados en la obra El Capital, "capital constante" (c), o
costes de los medios de producción e inversión, y "capital variable" (v), o
costes de personal (fuerza de trabajo). Capital inicial (C) = c + v, mientras que
el Capital final (C1) = C + p, siendo p el valor de la plusvalía. Por lo tanto,
plusvalía (p) = C1 - C. Otro concepto es el valor de una mercancía, la cual
según Marx es igual a c + v + p, siendo p la plusvalía. Aunque plusvalía es
igual a beneficio empresarial, Marx introduce en un capítulo del libro I de la
obra El Capital un nuevo concepto económico de gran interés denominado
Tasa de la Plusvalía, la cual le permite medir la tasa de explotación de los
trabajadores por parte del capitalista. A diferencia de la plusvalía, la tasa de la
plusvalía (TP) es la diferencia entre la plusvalía (p) y los costes de la fuerza de
trabajo (v); es decir, TP = (p / v) x 100. Por ejemplo, si la plusvalía o beneficio
es 90 y los costes de personal son 90, la TP es igual a 100; o dicho de otro
modo, la tasa de explotación es del 100%. Si la plusvalía es igual a 90 pero los
costes de la fuerza de trabajo sólo son 45, entonces la tasa de explotación es
del 200%, ahondando y reproduciendo la desigualdad social. Marx, a su vez,
convierte la fórmula de la tasa de la plusvalía en una fórmula de horas de
trabajo para desglosar el trabajo necesario para la subsistencia, del trabajo de
excedente (plustrabajo) que genera la plusvalía. Por ejemplo, La suma de la
plusvalía más los costes de la fuerza de trabajo en este último caso es igual a
135 = 90 + 45. Si los trabajadores tienen una jornada laboral de 10 horas,
entonces 135 es 10, con lo cual, según una sencilla regla de tres, 90 = 6.6
horas de trabajo de excedente dedicadas a la plusvalía. Por el contrario, el
trabajo necesario para conseguir las condiciones de subsistencia del trabajador
= 3.3 horas de trabajo. Con este método Marx no sólo mide la tasa de
explotación de los trabajadores, sino la magnitud de la explotación.

Explicación

Según la teoría del valor-trabajo, cada mercancía encierra un valor


correspondiente al tiempo de trabajo socialmente necesario requerido para su
producción.2En el caso de un mueble esto incluye las horas de trabajo
necesarias para producirlo y las horas de trabajo que fueron necesarias para
producir cada una de las mercancías involucradas en el proceso de producción
(clavos, maderas, herramientas, etc).

La distinción anteriormente mencionada entre fuerza de trabajo y trabajo


permite revelar que las horas de trabajo son en realidad horas de empleo de la
fuerza de trabajo y el salario el valor para producir esa fuerza de trabajo, no el
"valor del trabajo" desempeñado por el trabajador.3 Siendo la fuerza de trabajo
una mercancía, su valor se puede también medir en lo necesario para su
reposición, es decir, lo necesario para que el trabajador —y sus futuros
reemplazos— puedan existir —y reproducirse— así como para volver al trabajo
cada nuevo día.

Dicho de otra manera, al obrero no se le paga por lo que produce sino, en


principio, con arreglo a lo que él vale (el valor de su fuerza de trabajo será
mayor si tiene una especialización). Además al obrero, al que se le paga un
salario (basado en el valor de su fuerza de trabajo) es diferente al valor de su
fuerza de trabajo por las diferencias de género, edad, las condiciones
geográficas del país en el que vive, al sector en el que trabaja y también con
arreglo a ciertas oscilaciones por la oferta y la demanda de ese puesto de
trabajo.

La plusvalía existe porque el trabajador labora más tiempo del necesario para
producir y reproducir su vida. Por lo cual se define como la diferencia entre su
jornada laboral y el trabajo necesario (igual al valor de su fuerza de trabajo)
multiplicando a la Expresión monetaria del tiempo de trabajo (m):

Si la Expresión monetaria del tiempo de trabajo es unitaria ( ) entonces el


plusvalor o plusvalía es igual al plustrabajo:

Por ejemplo. Supongamos que el trabajo socialmente necesario para producir


los bienes que el trabajador y su familia necesitan para vivir durante un día es
de 4 horas y el salario del trabajador es igual al valor de su fuerza de trabajo (

, por lo que ).

Teniendo además en cuenta que el capitalista busca alquilar la fuerza de


trabajo por la mayor cantidad de horas posible (aunque la extensión de la
jornada laboral dependerá más que nada de regulaciones legales y de la
fortaleza gremial de los trabajadores) y que es dueño de todo lo producido en
su empresa.

Si la jornada laboral es de 8 horas, entonces habrá 4 horas en que el trabajador


reproducirá su remuneración (trabajo necesario) y 4 horas en las cuales
trabajará gratuitamente, sin remuneración (trabajo excedente, o plustrabajo).

El valor creado por este plustrabajo (materializado en un plusproducto) es el


plusvalor, el cual es apropiado gratuitamente por el capitalista. El plusvalor,
entonces, es tanto la forma específica que adquiere el plusproducto bajo el
régimen de producción capitalista como la base de la acumulación capitalista.

Tasa y masa del plusvalor

La masa de plusvalor es la cantidad de trabajo excedente producida por toda la


fuerza de trabajo. Por ejemplo, si la jornada laboral es de 8 horas y en 4 horas
el obrero reproduce el valor de su fuerza de trabajo, la masa de plusvalor es el
valor de lo producido en esas 4 horas de plustrabajo. Si el capitalista contratara
a 10 trabajadores (T) la masa de plusvalor sería 40. Esto es porque la masa del
plusvalor (P) se define del modo siguiente:

En el ejemplo:

Plusvalor absoluto y relativo

El plusvalor absoluto y el plusvalor relativo son las dos formas que posee el
capitalista de aumentar la tasa de explotación y con ello la masa de plusvalor
que obtiene.

El plusvalor absoluto consiste en aumentar la masa de plusvalor mediante el


alargamiento de la jornada de trabajo. Aumentando la jornada del ejemplo
anterior de 8 a 10 horas, tenemos que el tiempo de reproducción del valor de la
fuerza de trabajo sigue siendo 4 horas, pero el tiempo de plustrabajo aumentó
de 4 a 6 horas. La tasa de explotación es ahora del 150 %.
El plusvalor relativo consiste en aumentar la masa de plusvalor aumentando la
fuerza productiva del trabajo. O sea, lograr que la fuerza de trabajo produzca
más en el mismo tiempo o que produzca lo mismo en menor tiempo. Por
ejemplo, si la fuerza productiva del trabajo se duplica, el valor de la fuerza de
trabajo se reproducirá en 2 horas en vez de 4 y el plustrabajo aumentará de 4 a
6 horas. Lo cual, asumiendo que la jornada laboral sigue siendo de 8 horas,
permite elevar la tasa de explotación de 100 % a 300 %.

Otros usos

En urbanismo, el término «plusvalía» hace referencia también al aumento del


valor del suelo a causa de acciones urbanísticas o ejecución de obras públicas
por parte de la administración pública, y no por los propietarios del suelo.45

Globalización
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Globalización

Factores que impulsan


su desarrollo:

 Apertura de
mercados
nacionales:
Libre comercio.
 Fusiones entre
empresas:
Multinacionales.
 Eliminación de
empresas públicas:
Privatizaciones.
 Desregulación
financiera
internacional a favor
del libre comercio:
los Tratados de libre
comercio.,

Beneficios potenciales:

 Mayor eficiencia del


mercado que
aumenta su
competencia
disminuyendo el
mismo.
 Mejoras en la
comunicación y
cooperación
internacional que
puede llevar a un
mejor
aprovechamiento y
explotación de los
recursos.
 Impulso desarrollo
científico-técnico al
ser lucrativo.
 Mayor capacidad de
maniobra frente a
las fluctuaciones de
las economías
nacionales.
 Eliminación de las
barreras de entrada
del mercado laboral,
financiero y de
bienes y servicios.

Riesgos:

 Irresponsabilidad de
empresas y
multinacionales.
 Aumento de
desequilibrios
económicos,
sociales y
territoriales.
 Descuido sobre los
índices de
desarrollo humano:
aumento de la
pobreza.

La globalización es un proceso económico, tecnológico, político, social,


empresarial y cultural a escala mundial que consiste en la creciente
comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo
sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de
transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter
global. La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico
producido principalmente por la sociedad, y que han abierto sus puertas a la
revolución informática, llegando a un nivel considerable de liberalización y
democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y
económico nacional, y en sus relaciones nacionales e internacionales.

Este proceso originado en la Civilización occidental y que se ha expandido


alrededor del mundo en las últimas décadas de la Edad Contemporánea
(segunda mitad del siglo XX) recibe su mayor impulso con el fin de la Guerra
Fría, y continúa en el siglo XXI. Se caracteriza en la economía por la
integración de las economías locales a una economía de mercado mundial
donde los modos de producción y los movimientos de capital se configuran a
escala planetaria («nueva economía») cobrando mayor importancia el rol de las
empresas multinacionales y la libre circulación de capitales junto con la
implantación definitiva de la sociedad de consumo. El ordenamiento jurídico
también siente los efectos de la globalización y se ve en la necesidad de
uniformizar y simplificar procedimientos y regulaciones nacionales e
internacionales con el fin de mejorar las condiciones de competitividad y
seguridad jurídica, además de universalizar el reconocimiento de los derechos
fundamentales de ciudadanía. En la cultura se caracteriza por un proceso que
interrelaciona las sociedades y culturas locales en una cultura global (aldea
global), al respecto existe divergencia de criterios sobre si se trata de un
fenómeno de asimilación occidental o de fusión multicultural. En lo tecnológico
la globalización depende de los avances en la conectividad humana (transporte
y telecomunicaciones) facilitando la libre circulación de personas y la
masificación de las TIC y el Internet. En el plano ideológico los credos y valores
colectivistas y tradicionalistas causan desinterés generalizado y van perdiendo
terreno ante el individualismo y el cosmopolitismo de la sociedad abierta. Los
medios de comunicación clásicos, en especial la prensa escrita, pierden su
influencia social (cuarto poder) frente a la producción colaborativa de
información de la Web 2.0 (quinto poder).

Mientras tanto en la política los gobiernos van perdiendo atribuciones en


algunos ámbitos que son tomados por la sociedad civil en un fenómeno que se
ha denominado sociedad red, el activismo cada vez más gira en torno a
movimientos sociales y las redes sociales mientras los partidos políticos
pierden su popularidad de antaño, se ha extendido la transición a la
democracia contra los regímenes despóticos, y en políticas públicas destacan
los esfuerzos para la transición al capitalismo en algunas de las antiguas
economías dirigidas y la transición del feudalismo al capitalismo en economías
subdesarrolladas de algunos países aunque con distintos grados de éxito.
Geopolíticamente el mundo se debate entre la unipolaridad de la superpotencia
estadounidense y el surgimiento de nuevas potencias regionales, y en
relaciones internacionales el multilateralismo y el poder blando se vuelven los
mecanismos más aceptados por la comunidad internacional. La sociedad civil
también toma protagonismo en el debate internacional a través de ONG
internacionales de derechos humanos que monitorean la actividad interna o
externa de los Estados. En el ámbito militar surgen conflictos entre
organizaciones armadas no-estatales (y transnacionales en muchos casos) y
los ejércitos estatales (guerra contra el terrorismo, guerra contra el narcotráfico,
etc), mientras las potencias que realizan intervenciones militares a otros países
(usualmente a los considerados como Estado fallido) procuran ganarse a la
opinión pública interna y mundial al formar coaliciones multinacionales y
alegando el combate a alguna amenaza de seguridad no sin amplios debates
sobre la legitimidad de los conceptos de guerra preventiva e intervención
humanitaria frente al principio de no intervención y de oposición a las guerras.

La valoración positiva o negativa de este fenómeno, o la inclusión de


definiciones alternas o características adicionales para resaltar la inclusión de
algún juicio de valor, pueden variar según la ideología del interlocutor. Esto
porque el fenómeno globalizador ha despertado gran entusiasmo en algunos
sectores, mientras en otros ha despertado un profundo rechazo
(antiglobalización), habiendo también posturas eclécticas y moderadas.

Índice

 1 Etimología
 2 Concepto
 3 Historia
o 3.1 Entorno político-económico previo
o 3.2 La nueva relación económica
o 3.3 En la cultura
o 3.4 Importancia de las ciudades
o 3.5 Puntos en el periodo de globalización
 4 Argumentos en favor de la globalización
 5 Globalización desde un punto de vista crítico
o 5.1 Puntos a considerar según los críticos
o 5.2 Críticas
 6 Véase también
 7 Referencias
 8 Bibliografía
 9 Enlaces externos

Etimología

Ciertos autores (como por ejemplo Guy Rocher)1 consideran que es más
adecuado en español el término mundialización, galicismo derivado de la
palabra francesa mondialisation, en lugar de globalización, anglicismo
procedente del inglés globalization, puesto que en español «global» no
equivale a «mundial», como sí ocurre en inglés. Sin embargo, el Diccionario de
la lengua española registra la entrada «globalización», entendida como la
«tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una
dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales» (DRAE 2006, 23ª
edición),2 mientras que la entrada «mundialización» no está en el Diccionario.

Concepto

El economista y escritor español José Luis Sampedro, en su libro El mercado y


la globalización (2002), define globalización como

Constelación de centros con fuerte poder económico y fines lucrativos, unidos


por intereses paralelos, cuyas decisiones dominan los mercados mundiales,
especialmente los financieros, usando la más avanzada tecnología y
aprovechando la ausencia o debilidad de medidas reguladoras y de controles
públicos.3

Esos poderes son tan fuertes que llegan a acuerdos al margen de todo control
político directo de los seres humanos que afectan al empleo, la salud y la vida
cotidiana de grandes sectores de la Humanidad como CETA, TTIP y TISA,
acuerdos que no se han publicado ni conocido ni sancionado por los que sufren
sus consecuencias,4 algo jurídicamente muy discutible.5 Contra esto (la falta de
perfeccionamiento de los procedimientos democráticos de control del gobierno
de los estados nacionales quienes, por ejemplo, son incapaces de concordar o
ponerse de acuerdo para evitar el fraude fiscal global, o de otra forma
explicado, solo se ponen de acuerdo en no ponerse de acuerdo) y la venta del
sistema político al capitalismo en general, ha surgido la llamada globalización
del descontento,6 plasmada en movimientos como el 15-M, Occupy movement
o los Indignados y organismos independientes de denuncia como Wikileaks, o
en protestas más desorganizadas y violentas como los disturbios de Francia de
2005. La globalización afecta a todo el mundo y por tanto exige un derecho
global que la controle, lo que revitaliza el derecho natural inherente a la especie
humana y debería desacreditar definitivamente en esta esfera el demasiado
prestigiado derecho positivo que esgrimen los estados nacionales para no
ponerse de acuerdo en medidas beneficiosas para todos. En ese sentido,
afirma Hans Küng en el contexto de la confección de una Declaración universal
de los deberes del hombre:

La globalización de la economía, de la tecnología y de los medios de


comunicación lleva también a la globalización de los problemas, desde los
mercados financieros y del trabajo hasta a los de la ecología y de la
criminalidad organizada. Esta globalización de los problemas demanda, por
tanto, también, una globalización ética -del ethos-: no un sistema ético
uniforme; pero sí un necesario mínimum de valores éticos comunes, de
actitudes fundamentales y criterios, a los que puedan comprometerse todas las
religiones, naciones y grupos de intereses. Por tanto, un ethos fundamental
común de los hombres. Ningún nuevo orden mundial sin un ethos mundial.7

De acuerdo con el economista Omar Alejandro Martínez, la globalización se


define como la etapa actual que vive el capitalismo mundial, siendo
caracterizada por la desaparición de las fronteras económicas que impedían la
libre circulación de bienes, productos y capitales, incluyendo tanto las leyes de
comercio como la política misma produciendo efectos en el medio ambiente, la
cultura, los sistemas políticos, el desarrollo y la prosperidad económica, al igual
que en el bienestar físico de los seres humanos que conforman las sociedades
de todo el mundo.

Historia

Barco británico cargado de mercancías cruza del mar Caribe al océano Pacífico
a través del canal de Panamá. La intensificación del comercio mundial ha
llevado al gobierno panameño a lanzar proyectos de ampliación del Canal.

Entorno político-económico previo

Aldo Ferrer señala que el actual proceso de globalización es parte de un


proceso mayor iniciado en 1492 con la conquista y colonización de gran parte
del mundo por parte de Europa.8 Marshall McLuhan sostenía ya en 1961 que
los medios de comunicación electrónicos estaban creando una aldea global.9
Rüdiger Safranski destaca que a partir de la explosión de la bomba atómica en
Hiroshima en 1945 nació una comunidad global unida en el terror a un
holocausto mundial. También se ha asociado el inicio de la globalización a la
invención del chip (12 de septiembre de 1958), la llegada del hombre a la Luna,
que coincide con la primera transmisión mundial vía satélite (20 de julio de
1969), o la creación de Internet (1 de septiembre de 1969). Pero en general se
ubica el comienzo de la globalización con el fin de la Guerra Fría, cuando
desaparece la Unión Soviética y el bloque comunista que encabezaba, cuyo
experimento fallido de colectivismo representaba el ocaso de los proyectos de
sociedades cerradas y economías protegidas. Si bien la autodisolución de la
Unión Soviética se produjo el 25 de diciembre de 1991, se ha generalizado
simbolizarla con la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.

El proceso de globalización también hace entrar en crisis al proteccionismo y el


Estado de Bienestar había ganado popularidad en período de entreguerras,
cuando en las naciones capitalistas se difunde la noción de que el Estado tiene
una doble función fundamental en el buen funcionamiento de la economía: uno
en asegurar la prosperidad de la población y el otro en evitar los ciclos de
crecimiento y recesión. Se crean así las bases para la aparición del
keynesianismo y el Trato Nuevo. En las siguientes décadas posteriores a la
Segunda Guerra Mundial se vio la emergencia a la preeminencia de las
"corporaciones" o empresas multinacionales, que desplazan la importancia de
las empresas del capitalismo clásico que tanto Adam Smith como Karl Marx
conocieron cuando formularon sus teorías.10 Se vio en Alemania un precedente
del éxito de la liberalización que tomarían otros países: el resurgimiento de su
nación en el denominado Milagro alemán.

Sin embargo, una nueva crisis que se inició a mediados de la década del
sesenta (ver estanflación), agudizada por la crisis del petróleo de 1973 provocó
una reorganización radical de la economía, fundada en la intensa promoción de
la innovación tecnológica (TIC), la reforma de las políticas de desarrollo (ver
Consenso de Washington) y tentativas de desmantelar del Estado de
Bienestar, que llegó a ser visto como —en las palabras de Margaret Thatcher—
un "estado niñera", sofocador de las libertades y restringidor de la capacidad de
escoger de los individuos. Ya desde las décadas de 1970 y 1980 varios
analistas y políticos encontraron necesario o conveniente efectuar una fuerte
crítica, sea desde un punto de vista pragmático o desde un punto de vista
liberal a formas socio-político y económicas anteriores, que ellos consideraban
estatizantes y en consecuencia restrictoras tanto de las libertades individuales
como del desarrollo económico y social, proponiendo nuevas formas a fin de
crear un terreno favorable para la revitalización de las economías.

En el gobierno de Pinochet en Chile (en lo que se llamó "experimento",11 ver


Milagro de Chile), seguido por el de Thatcher (1979-1990) en Gran Bretaña) y
el de Reagan (1981-1989) en EE. UU., etc. Implementaron parcialmente las
políticas económicas de economistas como Friedrich Hayek y Milton Friedman
respectivamente,12 lo que de hecho redundó en la generación de nuevas
interrelaciones entre los factores económicos y mercados de todo el mundo
(consumidores, trabajo, recursos naturales, inversiones financieras, etc.); sin
embargo ambos gobiernos fueron en otras áreas fuertemente intervencionistas.
A partir de entonces otros gobiernos aplicarían medidas combinando algún
nivel de liberalismo económico junto con la tecnocracia estatal, muchas veces
para poder contentar con algún grado de intervencionismo a sectores sociales
y grupos de presión que rechazan el desmantelamiento del Estado de
Bienestar. Todo este fenómeno en políticas públicas sería conocido,
especialmente por sus críticos provenientes del socialismo post-Guerra Fría,
bajo el confuso término de "neoliberalismo".

El 9 de noviembre de 1989, se produjo la caída del Muro de Berlín, abriendo


camino a la implosión de la Unión Soviética en 1991 y la desaparición del
bloque comunista. A partir de ese momento comenzó una nueva etapa
histórica: la globalización. Ante los hechos en julio-septiembre de 1989 el
economista político estadounidense Francis Fukuyama publicó un artículo
titulado El fin de la Historia, llegó a decir que «lo que podríamos estar viendo no
es solo el fin de la Guerra Fría, o de un particular período de post-guerra, sino
el fin de la historia como tal: esto es, el punto final de la evolución histórica de
la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como la
forma final de gobierno humano». Posteriormente se retractaría de tal
afirmación.[cita requerida]
Durante este periodo destaca el rol de los organismos internacionales como
OMC, OCDE, FMI y BM que en las últimas décadas han sido retratados como
impulsores de la globalización, sin embargo, la globalización siendo un proceso
civil y de mercado más bien tiende a ser vista como un orden espontáneo
independiente de los organismos políticos, siendo discutido si las acciones de
los organismos supraestatales dificultan en vez de facilitar la globalización. 13
Una organización privada que anualmente se reúne para dar su respaldo al
proceso globalizador es el Foro Económico Mundial.

La nueva relación económica

Cibercafé en Seúl

La globalización en sí misma es un proceso continuo y dinámico, que desafía


las leyes de los países en su forma de regular el funcionamiento de empresas y
el comportamiento económico de los individuos a nivel internacional que, si
bien pueden dar trabajo a la mano de obra desocupada o ser los contratados,
también pueden beneficiarse de irregularidades y debilidades subsistentes en
un determinado país. Es fácil para estas empresas simplemente trasladar sus
centros de producción a lugares en los cuales se les dé el máximo de facilidad.
Es también un desafío a los proyectos de desarrollo de los países,
especialmente para aquellos que están en vías de desarrollo, pues no solo
considera cualquier intervención estatal como inimica a los intereses de esas
empresas (en la medida que tales planes implican regulaciones y demandan
impuestos y otros recursos) sino que además asevera que la idea misma del
desarrollo social como meta y objetivo gubernamental o estatal precluye la
libertad individual y distorsiona tanto la sociedad como el mercado.(ver por
ejemplo posición paretiana en: [5]}

Estas fueron las pautas de un primer momento en esta nueva relación socio-
económica. Se puede observar, como ejemplo, que los altos costes de
producción en los países desarrollados, que confluyendo con una apertura de
los países del este oriental, especialmente China e India, a los mercados de
capitales y su inclusión como miembros de la Organización Mundial de
Comercio (OMC), resultó en el traslado masivo de la producción industrial
desde Europa y EE. UU. a esos u otros países que ofrecían condiciones más
favorables al incremento de las ganancias de esas empresas internacionales.

A nivel cultural, el incremento de la intercomunicación física y virtual, han


incrementado y facilitado este proceso. La interconexión física se basa en la
masificación del transporte. La interconexión virtual se basa exclusivamente en
la tecnología, por ejemplo, Internet. Esto ha llevado a dos resultados
contradictorios: por un lado la centralización del control administrativo y político
a niveles gubernamentales y corporativos se ha visto facilitada enormemente.
Por otro, se ha facilitado de manera igualmente enorme la diseminación de
ideas críticas y la comunicación a nivel de ciudadanos comunes y corrientes,
que anteriormente estaban para su información a merced de los medios
establecidos o no podían responder rápida y efectivamente a decisiones que
los afectaban.

En la cultura

Detalle de una de las exposiciones de los Guerreros de terracota, en Estados


Unidos.

La globalización en la cultura se manifiesta en la integración y el contacto de


prácticas culturales: marcas, consumo de medios, valores, iconos, personajes,
imaginario colectivo, costumbres, relaciones, etc. En un sentido restrictivo del
concepto de cultura, se entiende sobre todo lo relacionado con la difusión y
consumo de los productos culturales al alcance mundial, fundamentalmente
cine, televisión, literatura y música, en los que el factor tecnológico multiplica su
capacidad de difusión a gran escala.

A esto se suma la existencia de focos de atracción para un intenso turismo


cultural, manifestados en los principales destinos turísticos y en los grandes
eventos expositivos (grandes museos, ferias y convenciones) que aspiran a
hacer accesible una cultura de alcance mundial, en estrecha relación con la
ampliación de las redes de transporte internacionales, especialmente el aéreo.

El mercado mundial para las industria del entretenimiento, de las que el cine
estadounidense ha sido el mayor exponente a lo largo de todo el siglo XX,
depende de dos factores técnicos: medios de comunicación e idioma. La
barrera del idioma sigue dependiendo de la realización de doblajes y
traducciones, en las industrias de contenidos narrativos, creándose mercados
sectoriales para las grandes lenguas multinacionales como el español o el
francés, además de la posición dominante del inglés.

Con la progresiva y rápida digitalización de todos los soportes de


comunicación, se reducen las barreras a la difusión mundial, reservada durante
buena parte de la segunda mitad del siglo XX a las firmas de radiodifusión, los
circuitos de exhibición y los acontecimientos de cobertura internacional
(especialmente los deportivos). La cultura global es por lo tanto audiovisual, y
de masas. Los argumentos universales narrativos y simbólicos tienden a
fundirse en los nuevos iconos audiovisuales, renovados en su estética (estilo,
actores, efectos especiales, ambientación, etc.)14

Importancia de las ciudades

Las nuevas condiciones socio-económicas terminan difuminando el poder y las


atribuciones de los estados-nación. Ante este panorama surgen con fuerza las
ciudades, grandes urbes, que compiten entre ellas para atraer capital, talento y
turismo. Han dejado de formar parte de un orden jerárquico que establecía su
preeminencia en factores poblacionales, de conectividad, o culturales. En la
globalización las ciudades son una puerta, un modo de acceso a la economía
global, y las ciudades dejan de ser hitos, y pasan a conformar redes. Una mejor
inserción en estas redes supone mayor competitividad y atracción.
Simultáneamente, la globalización es la impulsora del acelerado proceso de
urbanización y metropolización de la humanidad. En los procesos migratorios,
además de las causas económicas, ambientales o bélicas para abandonar un
territorio está la perspectiva de acceder a la economía global, de la mejora en
las condiciones de vida que supone en muchos casos llegar a la ciudad. Y unas
tienen mucho más que ofrecer que otras.15

Puntos en el periodo de globalización

A continuación algunos puntos de la creciente interdependencia entre los


países del mundo. No es una lista que refleje todo lo que la globalización es,
pero estos eventos pueden identificarse en el contexto de la misma.

 En noviembre de 1989 el economista estadounidense John Williamson


incluyó en un documento de trabajo una lista de diez políticas que
consideraba más o menos aceptadas por los grupos económicos con
sede en Washington y lo tituló el Consenso de Washington. para
algunas personas representan los puntos claves de la globalización, sin
embargo ambas cosas no son lo mismo.

 La creación en 1995 de la Organización Mundial de Comercio (OMC) es


uno de los momentos decisivos de la globalización. Por estar integrada
por la mayoría de los países de la población mundial: propiedad
intelectual, regulación de empresas y capitales, subsidios, tratados de
libre comercio y de integración económica, régimen de servicios
comerciales (especialmente educación y salud), etc.

 Crisis económicas: La velocidad y libertad alcanzada por los capitales


para entrar y salir de países y empresas está asociada a una serie de
crisis eco-financieras locales de impacto global. La primera de la serie se
produjo en México en 1994/1995 y su impacto global se conoció como
efecto Tequila. Con posterioridad se produjeron la crisis asiática en
1995/1997 (efecto Dragón), la crisis rusa en 1998 (efecto Vodka), la
crisis brasileña en 1998/1999 (efecto Samba) y la crisis argentina en
2001/2002 (efecto Tango). Las reiteradas crisis económicas ha
generado una amplia discusión sobre el papel desempeñado por el
Fondo Monetario Internacional.

 Detención de Pinochet y creación de la Corte Penal Internacional: En


octubre de 1998 el ex-dictador de Chile, Augusto Pinochet, fue detenido
en Londres acusado en España por tortura y terrorismo. El 24 de marzo
de 1999 el Tribunal de los Lores del Reino Unido resolvió que Pinochet
podía ser extraditado, aunque finalmente la extradición no fue
completada debido a la supuesta demencia del comandante. El hecho
es destacado como un punto de inflexión en la globalización de los
derechos humanos.

 Simultáneamente en 1998 se firmó el Estatuto de Roma creando la


Corte Penal Internacional, que entró en vigor el 1 de julio de 2002 luego
de alcanzar la cantidad de ratificaciones necesarias. En 2003 la Corte
penal Internacional quedó constituida. El principal problema para el
funcionamiento de la misma es la posición de los Estados Unidos,
opuesto a su jurisdicción.

 Ingreso de China en la OMC: En 2001 (Ronda de Doha) y después de


15 años de duras negociaciones, China ingresó en la OMC. De este
modo el país más poblado del mundo (22 % de la humanidad), quinta
economía mundial y la de mayor crecimiento en los últimos 30 años, se
incorporó plenamente al mercado mundial. Los enormes
desplazamientos de capital y trabajo que está causando la economía
china, así como las consecuencias para el sistema mundial que tendrá la
vinculación de una gigantesca y pujante economía de "mercado
socialista" (ver también socialismo de mercado) con el sistema
capitalista mundial, son discutidas apasionadamente por los estudiosos
de todo el mundo. Existe sin embargo un amplio consenso de que
China, y su creciente liderazgo económico en Asia, está impulsando un
proceso histórico que será determinante en el curso del siglo XXI y la
orientación de la globalización mundial.

 Los atentados del 11 de septiembre de 2001, contra el Centro Mundial


de Comercio (World Trade Center) de Nueva York y el Pentágono,
transmitidos en vivo y en directo por las cadenas globales de televisión a
toda la Humanidad, adquirieron una significación mundial. A partir de
ese momento, la lucha contra el terrorismo internacional y la defensa de
la seguridad nacional de los Estados Unidos, adquirirá una jerarquía
prioritaria en la agenda global, propondrá la necesidad de restringir los
derechos humanos para garantizar la seguridad, y reinstalará el valor del
Estado.

 En los disturbios de Francia de 2005, en noviembre, miles de jóvenes


franceses, hijos de inmigrantes provenientes del norte de África,
protagonizaron durante dos semanas una revuelta que tuvo su sello en
la quema de miles de automóviles en París. En la región de París, más
de la mitad de la población menor de 15 años, es originaria de África, lo
que ha dado un vuelco a la cultura de la zona en menos de una
generación. El acontecimiento sorprendió al mundo y puso sobre el
tapete la cuestión de las migraciones internacionales y las
desigualdades sociales y territoriales en la globalización.

Argumentos en favor de la globalización

Es importante anotar que entre los partidarios del desarrollo económico y


social, existen corrientes con visiones encontradas y radicalmente diferentes en
su percepción sobre los beneficios de la globalización; es el caso del
liberalismo libertario y el neoconservadurismo en lo político, o la escuela
austríaca y el monetarismo/escuela neoclásica en la doctrina económica.

 Los liberales libertarios y otros partidarios del laissez-faire capitalista


dicen que los altos niveles de libertades políticas y económicas, en la
forma de democracia y capitalismo, han sido fines valuables en sí mismo
en el mundo desarrollado y han producido altos niveles de riqueza
material. Ellos ven en la globalización un proceso benéfico de extensión
de la libertad y el capitalismo.16

 Aquellos que apoyan el libre comercio proclaman que el aumento tanto


de la prosperidad económica como de oportunidades, especialmente en
los países en desarrollo, incrementara las libertades civiles y llevara a
una alocación de recursos más eficientes. Las teorías económicas de la
ventaja comparativa sugieren que el mercado libre produce tal alocación
efectiva de recursos, a mayor beneficio de todos los países que estén
envueltos. En general, esto conduce a reducción de precios, más
empleos, incremento en la producción y de niveles de vida
especialmente para los que viven en países en desarrollo. 1617

 Existen también los llamados "globalistas" o "mundialistas", que


proponen una "globalización democrática". Ellos creen que la primera
etapa de la globalización, orientada al mercado o a asuntos económicos,
debe ser seguida por una etapa de creación de instituciones políticas
globales que representen las visiones o aspiraciones del "ciudadano
mundial". Su diferencia con otros "globalistas" es que ellos no definen
por adelantado una ideología para orientar esta voluntad, dejándola a la
voluntad de esos ciudadanos a través de un proceso democrático

 Proponentes de la globalización argumentan que el movimiento anti-


globalización es proteccionista y usa evidencias puntuales y anecdóticas
para apoyar sus visiones, mientras que las fuentes estadísticas proveen
un apoyo fuerte a la globalización.

 A pesar de que algunos lo discuten, la desigualdad del ingreso a nivel


mundial parece estar decreciendo, como el economista Xavier Sala-i-
Martin argumentó en 2007 - [6].18 Dejando de lado quien tiene la razón,
se puede alegar que más importante es la medida de pobreza absoluta:
si todos vivieran en la miseria, la desigualdad de ingresos seria muy
baja.
 Desde 1981 al 2001, de acuerdo a figuras del Banco Mundial, el número
de personas que viven con un dólar o menos de ingreso al día ha
declinado en términos absolutos de mil quinientos millones de personas
a mil cien millones. Al mismo tiempo, la población del mundo aumentó.
Así pues, en términos porcentuales el número de tales personas declinó
en los países en desarrollo de 40% a 20%. de la población.19 con las
mayores disminuciones teniendo lugar en las economías que han
reducido más las barreras al comercio e inversión. Sin embargo, algunos
críticos advierten que seria conveniente usar medidas más detalladas de
la pobreza.20

 El porcentaje de personas que viven en menos de dos dólares de


ingreso al día ha caído mucho en áreas afectadas por la globalización,
mientras que las tasas de pobreza ha permanecido estable en otras
áreas. En Asia del Este, incluyendo China, ese porcentaje ha decaído en
un 50.15 %, comparado con un incremento del 2.29 % en África
subsahariana.17

Cambio
Demogra Percentu
Área 1981 1984 1987 1990 1993 1996 1999 2002
fía al 1981-
2002

Menos de 57.7 38.9 28.0 29.6 24.9 16.6 15.7 11.1


-80.76%
$1 por día % % % % % % % %
Asia del
Este y
Menos
Pacífico 84.8 76.6 67.7 69.9 64.8 53.3 50.3 40.7
que $2 -52.00%
% % % % % % % %
por día

Menos
11.8 10.9 11.3 11.3 10.7 10.5
que $1 9.7% 8.9% -8.25%
% % % % % %
por día
América
Latina
Menos
29.6 30.4 27.8 28.4 29.5 24.1 25.1 23.4
que $2 -29.94%
% % % % % % % %
por día

Menos de 41.6 46.3 46.8 44.6 44.0 45.6 45.7 44.0


+5.77%
África $1 por día % % % % % % % %
subsaharia
na Menos de 73.3 76.1 76.1 75.0 74.6 75.1 76.1 74.9
+2.18%
$2 por día % % % % % % % %

Fuente: World Bank, Poverty Estimates, 200217


 La esperanza de vida se ha casi doblado en los países en desarrollo
desde la Segunda Guerra Mundial y está empezando a cortar la
distancia entre ella y la de los países desarrollados, donde el
mejoramiento ha sido menor. Incluso en los países del África
subsahariana, la región menos desarrollada, la esperanza de vida ha
aumentado de menos de 30 años antes de esa guerra a alrededor de 50
años antes de la pandemia de sida y otras empezaran a reducirla
nuevamente al presente nivel de alrededor de 47 años. La mortalidad
infantil ha decrecido en todas las regiones del mundo en desarrollo.21

 La presencia de la democracia ha incrementado dramáticamente: desde


una posición en la cual había muy pocas naciones con sufragio universal
en 1900 a estar presente en un 62,5 % de todos los países en el 2000.22

 Los derechos de las mujeres (ver Feminismo) ha avanzado. Incluso en


áreas tales como Bangladés ellas están logrando acceso a trabajos que
proveen estabilidad e independencia económica.16

 La proporción de la población mundial que vive en países en los cuales


las provisión de alimentos per cápita es menor que 2200 calorías o
9,200 kilo julios por persona por día disminuyo desde 56 % en 1960 a
menos de 10 % en 1990.23

 Entre 1950 y 1990. la tasa de alfabetización mundial aumento del 52 %


al 81 %. Las mujeres han representado mucho de ese crecimiento: la
tasa de alfabetización femenina, como porcentaje de la masculina,
aumento de 59 % en 1970 a 80 % en el 2000.24

 Hay tendencias similares en lo que respecta a acceso a electricidad,


autos, radios, teléfonos, etc. Al mismo tiempo que una proporción
creciente de la población con acceso a agua potable.25

 El porcentaje de menores en la fuerza de trabajo ha caído desde un


24 % en 1960 al 10 % en el 2000.26

 Indur M. Goklany, en su libro 'The Improving State of the World también


encuentra evidencia que esas, y otras, medidas del bienestar humano
están mejorando y que la globalización es parte de la explicación.
También busca responder al argumento que el Impacto ambiental
limitaría ese progreso.

 Otros autores, tales como el senador canadiense Douglas Roche,


simplemente ven la globalización como inevitable y argumentan a favor
de crear instituciones tales como una Asemblea Parlamentaria de las
Naciones Unidas elegida a fin de supervisar y controlar la acción de
cuerpos e instituciones internacionales no electos.

 A pesar que los críticos de la globalización se quejan que esta implica un


predominio de la cultura occidental (u occidentalización) un informe del
año 2005 de la UNESCO27 muestra que el cambio cultural se está
haciendo en ambas direcciones. En el 2002, China fue el tercer país en
exportaciones de bienes culturales, detrás de Gran Bretaña y EE. UU.
Entre 1994 y el 2002, la proporción de esas exportaciones de tanto
Norteamérica como Europa decayó, mientras las exportaciones de Asia
crecieron hasta sobrepasar a la estadounidense.

Los proponentes de la globalización critican duramente algunas políticas


corrientes en países desarrollados. En particular, los subsidios a la agricultura y
las tarifas protectivas en esos países. Por ejemplo, casi la mitad del
presupuesto de la Unión Europea se emplea en subsidios agrícolas, en su
mayoría, a las grandes empresas y granjas industrializadas que constituyen un
poderoso lobby.28 Japón, por su parte, concedió a su sector agrícola 47 mil
millones de dólares en el 2005.29 casi cuatro veces la cantidad que dio en
Ayuda oficial al desarrollo.30 Los EE. UU. dan 3900 millones de dólares cada
año a su sector agrícola algodonero, que incluye 25 mil granjeros, tres veces
superior al presupuesto completo de USAID para los 500 millones de
habitantes de África31 `Estas políticas agotan los recursos de los contribuyentes
e incrementa el precio a los consumidores en los países desarrollados,
disminuye la competencia y eficiencia, evita las exportaciones de agricultores
más eficientes y otros sectores en los países en desarrollo y socaba las
industrias en los cuales los países desarrollados tienen ventajas comparativas.
Así, las barreras al comercio dificultan el crecimiento económico no solo de las
naciones en desarrollo, lo que tiene un efecto negativo en los niveles de vida
generales.32

Globalización desde un punto de vista crítico

Somos cultura que camina en un mundo globalizado, frase que corona la


pintada de la imagen, tomada en la localidad de Humahuaca en el norte de
Argentina

La globalización es un fenómeno complejo, no debería ser sorpresa por lo tanto


que provoque diferentes reacciones entre diferentes individuos o grupos. Para
algunos, como el senador canadiense, amenaza la estructura misma de la
"Nación estado" y el concepto moderno de democracia, mientras que para
otros, tales como los partidarios del Islamismo político, busca imponer
estructuras políticas no islámicas (laicas) sobre países que lo rechazan. Para
unos, amenaza la identidad nacional, mientras que para otros –por ejemplo
para el escritor Mario Vargas Llosa–33 ven esa identidad como una
construcción impuesta que busca obliterar diferencias individuales y culturas
locales en aras de una unidad artificial. Aun otros ven el proceso como
simplemente una continuación o incluso agudización de procesos explotativos,
resultado directo del neocolonialismo capitalista, mientras para otros amenaza
el fin de esa predominancia.34 Para algunos, promete una nueva era de
riquezas para todos, para otros, tales como el escritor Eduardo Galeano es la
seducción de un consumismo que arruinará económica y moralmente a la
mayoría35 (comparar también con la posición de la Iglesia católica36).

Antes de hacer una crítica es necesario considerar un aspecto fundamental: la


diferencia entre lo que los partidarios del proceso proponen y la manera que
esas propuestas han sido o están siendo implementada. El libre comercio de la
globalización no solo se refiere al libre movimiento de capitales sino que
también al libre movimiento de bienes y personas. Por lo tanto los globalistas
consideran inaceptable, como se ha visto, las barreras aduaneras y tratos
preferenciales que los países desarrollados imponen o practican cuando así les
conviene. Las mismas objeciones se aplican a las barreras de todo tipo a la
migración y movimiento de los trabajadores: ¿cómo pueden los recursos ser
distribuidos racionalmente o las sociedades derivar el máximo de beneficio del
sistema cuando se imponen condiciones que son últimamente irracionales en
términos económicos?

Puntos a considerar según los críticos

 La apertura generalizada de los mercados de bienes y capitales que


sugiere el fin de los bloques comerciales, tratados regionales e
independencia económica de los países pero al mismo tiempo facilita la
capacidad de resolver necesidades económicas que actores locales han
sido incapaces de satisfacer.

 La creciente privatización de los sectores económicos públicos como la


sanidad, la enseñanza y las administraciones públicas (además de otras
empresas públicas), por parte de gobiernos de corte neoliberal, junto al
auge de la empresa multinacional y el adelgazamiento de empresas y
estado nacionales.

 El fomento de la competencia como valor económico universal, que por


un lado incrementa la cantidad y calidad de los productos y por el otro
amenaza las condiciones de trabajo como salarios y derechos laborales.
Esta eterna competencia entre empresas multinacionales favorece a la
depredación del medio ambiente en plena crisis climática global.

 El acceso a los mercados internacionales de las élites oligárquicas de


países ricos en recursos naturales pero poco desarrollados
industrialmente lleva al abandono de intentos políticos de promover
progreso y justicia social en dichos países, ya que dichas élites destinan
su producción a una exportación mucho más lucrativa, a corto plazo, que
establecer un tejido industrial local nacionalizando su producción.

 Dentro del nuevo debate sobre multiculturalismo: el intercambio cultural


respetuoso versus la mundialización cultural occidental que amenaza la
pérdida de la integridad de las culturas o identidades nacionales del
resto de países del mundo.

 Conflicto entre la concepciones de la cultura como "civilización" o 'Alta


Cultura' versus la extensión de la "Cultura del Hombre Común" o cultura
popular.

 La posibilidad del renacimiento de culturas regionales o folclóricas y


valores individuales versus la homogeneización cultural producto de la
masificación e internacionalización de los medios.

 El reforzamiento de una conciencia de "comunidad humana" versus la


adquisición acritica de elementos culturales de sociedades dominantes.

 Sobrevaloración de lo material y del consumismo sobre lo social o moral


y sobre lo ético. Fomento de la tecnificación industrial por encima de la
eficiencia productiva.

 El posible decaimiento del nacionalismo frente al refuerzo del


internacionalismo.

 La conquista del sistema político de según que países indefensos de


manos de empresas multinacionales que pueden llegar a contratar
incluso a su propio ejército privado.

 La generalización de la democracia y el estado de derecho


convencionales como formas de gobierno predominantes a nivel mundial
versus el resurgimiento de áreas y periodos de profunda inestabilidad
política debido, por un lado, a la pérdida de poder por parte de los
gobiernos frente a poderes externos (produciendo los llamados estados
fallados) y, por el otro, al rechazo a lo que se ve como concepciones
occidentales de hacer política, que genera escenarios de confrontación
cultural.

 La disminución paulatina en los controles migratorios en países en vías


de desarrollo que puede llevar a la pérdida de los sectores más
innovadores (ver fuga de cerebros) o a la 'invasión' de élites
empresariales internacionales en países pobres. El incremento de las
restricciones migratorias en los países desarrollados que acogen los
flujos migratorios, de sur a norte, partiendo el planeta en un hemisferio
ultra desarrollado y en otro intencionadamente pobre y comercialmente
rentable y sometido.

 La búsqueda de un mejor ordenamiento económico y social, por la vía


del uso de monedas nacionales nominativas y con trazabilidad de
cadenas de pago, y por la vía del uso en la economía mundial de una
verdadera moneda internacional no vinculada en forma rígida con
canastas de monedas nacionales (ver Consenso de Barcelona y Centro
de Estudios Joan Bardina).
 Las críticas a la globalización surgieron de los ciudadanos de la mayor
parte de los países del mundo, a partir de la caída del muro de Berlín. El
premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz propone dos alternativas
de solución a la globalización: cambiar el gobierno de la globalización y
trasladar a los países pobres el intervencionismo de los países ricos. Por
otro lado, hay muchos que piensan que se debe controlar la
globalización, ya que el mundo estaría dominado por las empresas
multinacionales, por lo tanto es importante la creación de un gobierno
mundial que sea capaz de crear una nueva y poderosa ONU, que
incentive y promueva el diálogo o permita la alianza entre las
civilizaciones. En cuanto a las finanzas, de nuevo Stiglitz argumenta que
los organismos internacionales, como el FMI y el BM han fracasado en
ese aspecto, por lo que la solución es corregir su intervencionismo. En
otro orden de ideas, en el caso del comercio internacional es
conveniente fomentar el proteccionismo entre los países con la creación
de uniones como es el caso de la Unión Europea o el Mercosur.
Finalmente, una alternativa de solución para la globalización es debilitar
la intervención económica y política de los países ricos hacia los países
subdesarrollados.37
 Roland Robertson afirma que la globalización está marcada
culturalmente por procesos de glocalización, término utilizado para
definir las transformaciones mediante las cuales las culturas locales
adaptan y redefinen los productos de la cultura global para ajustarlos a
sus necesidades, creencias y costumbres particulares. La glocalización
puede entenderse tanto en un sentido económico como en el cultural. En
el económico, se busca insertar a las industrias locales en escenarios
globales adaptándolas a las peculiaridades del entorno; en el cultural, se
intenta mezclar elementos locales con los globales, aunque esto puede
generar una confrontación entre quienes están a favor y quienes están
en contra de la integración de estas prácticas. También se ha utilizado el
adjetivo "glocal" para calificar fenómenos culturales o sociales, como la
migración o la popularización de temas musicales, que se extienden en
regiones más amplias que el país de origen sin perder, hasta cierto
punto, su carácter nacional.38

Críticas

Véanse también: Antiglobalización, Desarrollismo y Dirigismo.

Las críticas al proceso globalizador configuran lo que se denomina movimiento


antiglobalización o altermundismo y sus cabezas mediáticas generalmente
están ubicadas en un contexto nacionalista, de extrema izquierda, de alguno de
los nuevos movimientos sociales progresistas, de la socialdemocracia ortodoxa
(aquella que rechaza la Tercera Vía) o del populismo tercermundista (que
puede incluir componentes antioccidentales o antiestadounidenses), así mismo
varios movimientos religiosos conservadores y la extrema derecha se han
posicionado en contra de la globalización. El punto en común mayoritario que
tienen estas críticas es que equiparan globalización a imperialismo y
neocolonialismo (ver Teoría de la dependencia), todas se oponen a lo que han
denominado fundamentalismo de mercado y acusan a la globalización de
fomentar un estilo de vida consumista y postmaterialista.

Como solución más generalizada todas estos credos ideológicos apuntan a la


necesidad de un Estado fuerte y regulador para la sociedad y proponen el
resurgimiento del desarrollismo, el dirigismo y el proteccionismo en las políticas
económicas de las naciones, a la vez que reclaman reeducar a la sociedad en
torno a valores que contrarresten los valores y costumbres individualistas.

 Una primera crítica utiliza los puntos de vista de los teóricos de la


globalización misma. Como se ha visto, estos se oponen a las barreras y
trabas al movimiento tanto de bienes como de personas que los
gobiernos que dicen seguir las políticas globalización imponen sobre los
productos y personas de otros países. Igualmente cuestionable son las
subvenciones y otras medidas proteccionistas que esos países utilizan.
En ese sentido, se ha afirmado que las instituciones del "Consenso"
están al servicio de sus accionistas mayores (es decir, EE. UU.) y no al
de quienes fue creado para beneficiar.39

 Otra crítica que se puede aducir es que si aceptamos la sugerencia de


los proponentes de la globalización que tanto la democracia como el
capitalismo fueron las fuentes de la prosperidad económica de los
países desarrollados, sigue que el rol que el estado ejerció a nivel
nacional en la emergencia de esa prosperidad necesita ser replicado no
solo al nivel de los países que se integren al sistema40 sino también al
internacional.4142 Incluso algunos proponentes de la globalización
reconocen esto43 (a pesar que se argumenta que la democracia por sí
misma no promueve el crecimiento económico44cabe considerar que el
origen de los presentes niveles de Desarrollo económico y Bienestar
social en ciertos países se debe a consideraciones políticas que se
hacen urgentes con la expansión y profundización de la democracia —
ver "Origines y Evolución" en Estado de bienestar— Quizás se puede
sugerir que si bien la mera democracia no produce prosperidad, una vez
que se ambas se hacen presentes crean un sistema de
retroalimentación positiva).454647

 Una tercera crítica, esta vez de oponentes al proceso, sugiere que sus
proponentes se han y están, por un lado, apropiándose de los resultados
de las acciones de terceros y por el otro, malinterpretando los hechos —
incluyendo el distorsionar los datos estadísticos básicos48— a fin de
propagar sus ideas:4950

 En adición, se puede mencionar que la disminución en las tasas de


pobreza relativa en países que aplican las políticas del FMI no parece
estar lográndose gracias a la disminución de los extremos en la
distribución del ingreso, sino gracias a la pérdida de ingresos de las
clases asalariadas de países industrializados y la pauperización de las
clases medias,51 especialmente en países desarrollados y de ingresos
medios, tales como los de América latina.52 quienes se encuentran ahora
desprovistos de los sistemas de seguridad y apoyo que gozaban, por
ejemplo, en educación, medicina, seguros, pensiones de jubilación y
otros servicos estatales, etc. La concentración de propiedad a nivel
mundial continúa y se acentúa, lo que no debería ser sorpresa, ya que
en la segunda mitad de la década del noventa del siglo pasado algunos
estudiantes de las políticas del desarrollo —por ejemplo, Michael P
Todaro "Economic Development"— advertían que la presencia de
empresas multinacionales en países en desarrollo podría resultar en el
empobrecimiento a largo plazo de esos países debido al desplazamiento
de empresas locales, la desviación de recursos locales a fin de servir
mercados más lucrativos en otras regiones y la exportación de
ganancias, etc.53

 Las políticas tanto del Consenso de Washington como del resto de los
proponentes de la globalización sugieren que seria posible lograr niveles
de prosperidad económica a nivel mundial similares a los que se ven en
Europa o EE. UU. Esta presunción es cuestionable, especialmente
desde un punto de vista ecológico54 (ver: Los límites del crecimiento).

Filantropía
(Redirigido desde «Filantropia»)

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Parábola del buen samaritano: El samaritano ayuda al desahuciado sin motivo


alguno, un ejemplo de filantropía.

El término filantropía designa, en general, el amor por la especie humana y a


todo lo que a la humanidad respecta, expresada en la ayuda desinteresada a
los demás.
Etimológicamente, la palabra deriva del griego φίλος (phílos) y άνθρωπος
(ánthropos), que se traducen como “amor” (o “amante de”, “amigo de”) y
“hombre”, respectivamente, por lo que filantropía significa “amor a la
humanidad”. Su antónimo es misantropía.

Los donativos a organizaciones humanitarias, personas, comunidades, o


trabajando para ayudar a los demás, directamente o a través de organizaciones
no gubernamentales con fines no lucrativos, así como lo es el trabajo de
voluntario para apoyar instituciones que tienen el propósito específico de
ayudar a los seres humanos y mejorar sus vidas, son considerados actos
filantrópicos, siempre y cuando no estén movidos por intereses económicos.

La filantropía comúnmente se superpone con la caridad, aunque no toda


caridad es filantropía, o viceversa. La diferencia comúnmente citada es que la
caridad alivia los problemas sociales, mientras que la filantropía intenta resolver
esos problemas definitivamente (la diferencia entre dar un pescado a un
hombre hambriento y enseñarle a pescar).[cita requerida]

Índice

 1 Historia
o 1.1 Mundo antiguo
o 1.2 Filantropía moderna
o 1.3 Filantrocapitalismo
 2 Ventajas para el filántropo
o 2.1 Mejora de su imagen pública
o 2.2 Ventajas fiscales
 3 Críticas de la filantropía
o 3.1 Elección de unos objetivos sobre otros
o 3.2 Privatización de servicios
o 3.3 Vanidad
 4 Lista de algunas donaciones filantrópicas
 5 Véase también
 6 Referencias
 7 Enlaces externos

Historia

Mundo antiguo

El término fue creado por Flavio Claudio Juliano (331/332 - 26 de junio de 363),
quien fue emperador del Imperio romano desde 361 hasta su muerte. Una de
las tareas principales de Juliano como emperador fue la de restaurar el
paganismo. En este intento imitó a la Iglesia Católica en todas sus
instituciones, también en su doctrina, como en este caso. Así acuñó el término
"filantropía" para suplir al cristiano de caridad, que formaba una de las virtudes
de la nueva religión y que nunca había sido parte del paganismo como religión
en Roma o Atenas.
En la antigua Grecia la filantropía se definía como el "amor al ser humano". Es
la naturaleza esencial y el propósito de la humanidad, la cultura y la civilización
— un concepto intrínsecamente filosófico, que contiene tanto la metafísica
como la ética.

Los griegos adoptaron el "amor a la humanidad" como un ideal educativo, cuyo


objetivo era la excelencia (areté) — el autodesarrollo máximo de cuerpo, mente
y espíritu, que es la esencia de la educación liberal. La Academia de Platón
define philanthropia como "un estado de buenos hábitos derivados del amor a
la humanidad". También se asoció con la libertad y la democracia.1

Filantropía moderna

La filantropía moderna comienza en la ilustración, después del siglo XVII en


Europa, con filósofos inclinados hacia una visión más progresista de la historia.
Esta tendencia alcanzó una articulación especialmente en la Ilustración
escocesa.2 Influenciados por estas ideas, empiezan a florecer en Inglaterra, y
las clases altas adoptan cada vez más una actitud filantrópica hacia los más
desfavorecidos en los club de caballeros y otras asociaciones.

Algunos filántropos importantes de este periodo en Inglaterra fueron: Thomas


Coram, William Wilberforce y Lord Shaftesbury entre otros.

Otro importante ejemplo fue el del filántropo suizo Henry Dunant, el cual funda
la Cruz Roja en Ginebra en 1863. Durante la guerra franco-prusiana de 1870
Dunant dirigió personalmente las delegaciones de la Cruz Roja que trataron a
los soldados heridos.3

En Estados Unidos destacó el empresario Andrew Carnegie, que escribió El


evangelio de la riqueza4 y se dedicó a la filantropía a gran escala, con especial
énfasis en la creación de bibliotecas locales, la paz mundial, la educación y la
investigación científica.5 Otros filántropos americanos importantes del siglo XX
fueron los empresarios John D. Rockefeller y Henry Ford.

Filantrocapitalismo

En el siglo XXI se produce una irrupción de filántropos multimillonarios como


Bill Gates, Warren Buffett y George Soros, que crean fundaciones que
gestionan con técnicas empresariales para dirigir los resultados de sus
actividades no lucrativas, una característica que Matthew Bishop, editor de The
Economist, bautizó con el nombre de «filantrocapitalismo», neologismo
formado por «filantropía» y «capitalismo». Con estas fundaciones, los
filántropos ejercen una gran influencia en los gobiernos de un mundo ya
globalizado.67

Ventajas para el filántropo

Mejora de su imagen pública


La publicidad que se hace de las grandes donaciones filantrópicas ayuda a
mejorar la imagen de marca del donante, de manera que se le asocia una
percepción de compromiso con la sociedad. Las empresas que realizan este
tipo de donaciones se benefician de una ventaja competitiva fruto de esta
mejora de su propia imagen pública, además de mejoras en la actitud y
productividad de sus empleados.8

Carol Cone, presidenta de Cone Communications, comenta al respecto:

En ocasiones la filantropía tiene mayor incidencia que la publicidad y es con


frecuencia un motivador más fuerte que las mismas promociones.
8

Ventajas fiscales

Las donaciones filantrópicas gozan de ventajas fiscales en numerosos países,


lo que supone un incentivo económico.

En Estados Unidos se aplica a las donaciones una deducción fiscal igual a la


tasa impositiva marginal que, por tanto, es mayor cuanto mayores son los
ingresos del filántropo.9 En España existen diversos conceptos que tienen
deducciones del 25% o 30% en la declaración de la renta; aquellas donaciones
que no entran en los supuestos especificados tienen una deducción del 10%. 10

Críticas de la filantropía

La filantropía, en particular, la filantropía enfocada en las grandes donaciones


de dinero, no está exenta de escepticismo.

El filósofo marxista esloveno Slavoj Žižek, en el artículo «Los comunistas


liberales de Porto Davos», calificó la filantropía de «máscara humanitaria» con
la que los grandes capitalistas, denominados «comunistas liberales», «dan con
una mano lo que quitaron con la otra» a través de la explotación laboral, la
represión antisindical o las prácticas monopolísticas.11

Elección de unos objetivos sobre otros

El donante es quien elige cuánto dona y para qué.

Privatización de servicios

La filantropía es una manera en la que algunos servicios que eran prestados


por la administración pública pasan a depender de donaciones individuales.

Vanidad

En numerosos casos, el donante exige, como contrapartida a la donación, que


se renombre en su honor la institución con la que se colabora o bien parte de
ella.
Lista de algunas donaciones filantrópicas

Nota: estos son valores nominales y no se han ajustado a la inflación.

 $31 mil millones de Warren Buffett y Bill Gates.12

 $9 mil millones de Chuck Feeney.

 $4 mil millones de Carlos Slim.13

 $2 mil millones de Azim Premji a la Azim Premji Fundación en 2010.14

 $2 mil millones de Jeff Bezos

 $1 mil millones de Ted Turner a Naciones Unidas.

 $540 millones de Rockefeller a la Fundación Rockefeller y otras


fundaciones, en el transcurso de su vida.15

 $350 millones ($7 mil millones en términos modernos) de Andrew


Carnegie a buenas causas, incluyendo el edificio Carnegie Hall de
Nueva York.16
 $500 millones de Michael Jackson a más de 39 organizaciones de
caridad. Adicionalmente, dicho artista dejó el 10% de su fortuna para
obras caritativas, de acuerdo a su testamento.

 $424 millones de gestores de Reader's Digest al Museo Metropolitano


de Arte de Nueva York.

 $220 millones de Phil y Penny Knight (fundador de Nike) a la


Universidad de Oregón.

 $15 millones de Mark Zuckerberg al alcalde de Newark, Nueva Jersey


para las escuelas públicas.

Asistencialismo
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 Necesita ser wikificado conforme a las convenciones de estilo de


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acreditada.

Estas deficiencias fueron encontradas el 19 de octubre de 2011.


Según Mario Fuentes Destarac "El asistencialismo público es la acción o
conjunto de acciones que llevan a cabo las instituciones estatales con la
finalidad de prestar socorro, favor o ayuda a individuos o grupos de individuos
en condiciones de desprotección o de vulnerabilidad, de manera temporal o
permanente. Se basa en el principio de la benevolencia, es decir en la
compasión y la lástima, y se traduce en la limosna o el auxilio que se presta a
los necesitados, a manera de una actitud solidaria con el sufrimiento ajeno."1 El
asistencialismo es una forma de aplicación de la asistencia, obligación que
contraen los gobiernos con sus ciudadanos a través de una constitución, por la
cual se señala el carácter de dignidad de todo ser humano sin distinciones de
ningún tipo.

El asistencialismo social puede ser visto como toda ayuda brindada a alguna
persona considerada en situación desventajosa, desprotegida o adversa.
Puede ser asistencia social por parte del gobierno, órdenes religiosas u
organizaciones de carácter social y sin fines de lucro. Se representa en la
acción de extender un bien o atención a los llamados “necesitados”.2

El asistencialismo filantrópico, apunta a la racionalización de la ayuda,


distinguiendo a los necesitados de los que se pueden aprovechar de la
situación. La asistencia busca ser concedida solamente a los pobres que
buscaban medios considerados honestos para cambiar esa condición social.
Así, busca que al mismo tiempo que se proporcione asistencia material; se
incentive a los individuos socorridas al trabajo tenaz. Con esto, se empeñan en
inculcar en las personas atendidas el interés por un trabajo constante, regular e
ininterrumpido, y una moral hacia la sociedad.3

Índice

 1 Derechos de dignidad del hombre y el ciudadano


 2 Papel de las ONGs
 3 Véase también
 4 Referencias

Derechos de dignidad del hombre y el ciudadano

Estos pueden encontrarse en los siguientes ejemplos:

 Vivienda a personas sin hogar (derecho a vivienda)


 Duchas comunitarias
 Lavandería
 Albergue
 Comedores sociales
 Atención sanitaria
 Pileta libre
 Artículos de farmacia (perfumes, jabón, champú)
Los gobiernos pueden ofrecer estos servicios en especies, poniendo a
disposición del necesitado lo arriba indicado, o bien en dinero a través de
medidas como la renta básica universal que aplican países como Finlandia o
Cuba. Debido al modelo de política económica imperante, este servicio podría
ser subcontratado por los ayuntamientos a empresas públicas.

Papel de las ONGs

Algunas ONGs también aportan bienes y servicios a la comunidad, siendo


obligación de los gobiernos, y no de entidades privadas. Lo hacen como
servicio desinteresado y sin ánimo de lucro (y con la experiencia y el
convencimiento de que el servicio al prójimo es la mejor dedicación)

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