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Características
Fabricación
Usos
La industria de las velas supone uno de los más importantes sectores de consumo
de cera refinada en el mundo, siendo la parafina la preferida para hacer velas.
Además, a pesar de la progresiva diversificación de las aplicaciones de las ceras,
la fabricación de velas sigue siendo el destino de la mayor parte de la parafina
producida en el mundo. Es un producto seguro y natural y su grado de refino en el
caso de las parafinas hidrotratadas es tal que cumplen con las exigentes normas
de la FDA americana para su uso alimentario.
Industria cosmética
La industria cosmética utiliza cada vez más la parafina para su uso tradicional
como hidratante de pies y manos, o como ingrediente activo en cremas (por su
consistencia similar a la vaselina), tratamiento reductor, reafirmante o en
aplicaciones fisioterapéuticas. La propiedad más valorada en la parafina es su
poder hidratante.
Al aplicar la parafina sobre la piel se forma una película que retiene la pérdida de
la hidratación, manteniendo la temperatura de la piel. Se comporta como un
aislante térmico que induce a la pérdida de líquidos y a la eliminación de toxinas.
El uso de la parafina está muy extendido en los centros de belleza para mejorar
sobre todo el aspecto de pies y manos. La mejor época para su aplicación
coincide con los cambios bruscos de temperatura que facilitan las pérdidas de
agua en la piel, ya que la parafina es un potente hidratante especialmente indicado
para pieles castigadas.
Fisioterapia
Los baños de cera o parafina son muy utilizados en fisioterapia como agentes
terapéuticos y calmantes del dolor. Los recipientes para baños de cera o parafina
tienen unos controles de seguridad y reguladores de temperatura que permiten
trabajar sin riesgos con substancias de por si tan inflamables. Obtenemos con los
baños de parafina tratamientos de fisioterapia locales muy útiles para procesos
reumatológicos y artríticos de miembro superior e inferior, aunque especialmente
se tratan manos y muñecas.
Otros usos
Las fibras naturales contienen sustancias con propiedades céreas que actúan
como agentes protectores contra influencias atmosféricas y biológicas. Al tratar las
fibras, estas sustancias son eliminadas y con ellas las características de fricción y
absorción que aportan, dando como resultado la pérdida de suavidad, flexibilidad y
elasticidad, haciendo necesario re-aplicar un acabado adecuado.
La parafina se aplica por sí sola o mezclada con otros tipos de cera para el pulido
de tablas, actuando como lubricante y como protector de la superficie.
Aplicación y resultados
Para aplicar la parafina, la zona a tratar debe estar muy limpia y desinfectada, y es
recomendable aplicar una crema humectante. La parafina debe ser calentada en
un calentador apropiado a temperatura elevada, entre 45 y 55 grados.
Pincelando la parafina sobre la zona a tratar, pasando una brocha o pincel las
veces que haga falta para conseguir una capa con un espesor adecuado.
Aplicada la parafina, se cubre la zona con una sustancia aislante, papel preparado
o plástico, además de toallas para mantener el calor. Es importante que el cliente
no se mueva para evitar que la parafina pueda romperse.
Pasados unos quince minutos, se retiran los envoltorios y la parafina con sumo
cuidado. Para tratamientos reductores, se aplica la parafina líquida sobre la zona a
tratar a una temperatura cálida y se acompaña la aplicación con un masaje para
activar la circulación. Después se aplican mantas térmicas para estimular la
transpiración y la eliminación de toxinas. A continuación, se retira la parafina y se
aplica frío para provocar una vasoconstricción y se termina el tratamiento con la
aplicación de una crema reductora.