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en sangre (o las concentraciones de glucosa en sangre). Tienes que mantener estables esas
concentraciones. El hecho de tener una concentración excesiva de azúcar en sangre puede
hacer que te encuentres fatal, y si la tienes a menudo, puede ser muy malo para tu salud.
Tener demasiado azúcar en la sangre durante largos periodos de tiempo puede causar
problemas de salud graves si no se trata. La hiperglucemia puede dañar los vasos sanguíneos
que llevan sangre a órganos vitales, lo que puede incrementar el riesgo de enfermedades de
corazón, accidentes cerebrovasculares, enfermedades renales, problemas en la vista y
problemas neurológicos. Estos problemas no suelen afectar a niños ni adolescentes que hace
pocos años que padecen una diabetes. Pero pueden aparecer en la etapa adulta en algunas
personas con diabetes, sobre todo si no se han tratado o no han controlado bien su
enfermedad.
Las concentraciones de azúcar en sangre se consideran altas cuando están por encima de los
márgenes de referencia considerados normales. El equipo médico que lleva tu diabetes te
indicará cuáles son esos márgenes en tu caso en concreto.
Controlar la diabetes es como un triple malabarismo porque debes tener en cuenta las
siguientes tres cosas:
1. los medicamentos que tomas (insulina y/o pastillas para la diabetes)
2. los alimentos que se comes
3. la cantidad de ejercicio que haces
Estas tres cosas deben estar bien equilibradas. Si alguna de ellas se descompensa, lo mismo
puede ocurrir con tu concentración de azúcar en sangre. Por lo general, un exceso de azúcar
en sangre puede estar provocado por:
Para tratar la hiperglucemia, primero hace falta saber qué es lo que la ha provocado. El equipo
médico que lleva tu diabetes te dará recomendaciones específicas para mantener las
concentraciones de azúcar en sangre dentro de unos márgenes saludables. Pero hay formas
de manejar las principales causas de la hiperglucemia:
Elabora un programa
No hacer suficiente que te permita reservar
ejercicio físico tiempo para hacer
ejercicio.
Ajusta tu medicación
siguiendo las
instrucciones de tu
equipo médico.
No te preocupes demasiado por tener una concentración alta de azúcar en sangre de tanto en
tanto. Pero si tienes hiperglucemias repetidamente, deberías comentárselo a tu médico.
Cuando el cuerpo no puede utilizar la glucosa como combustible, empieza a utilizar la grasa.
Cuando ocurre esto, se liberan a la sangre unas sustancias químicas llamadas cuerpos
cetónicos o cetonas. Algunos de estos cuerpos cetónicos, al igual que la glucosa sobrante, se
eliminan a través de la orina.
Una concentración elevada de cuerpos cetónicos en sangre puede ser problemática porque
hace que la sangre se vuelva ácida. Una cantidad excesiva de ácido en la sangre altera el
equilibrio químico del organismo y provoca los síntomas que se relacionan a continuación. En
las personas con diabetes, este problema recibe el nombre de cetoacidosis diabética,
abreviada como CAD. La cetoacidosis diabética es una afección muy grave que, si no se trata,
puede conducir al coma o incluso a la muerte. Lo bueno es que se puede prevenir y se puede
tratar.
La cetoacidosis diabética se da más a menudo en personas que tienen una diabetes tipo 1,
pero a veces se puede dar en personas con una diabetes tipo 2.
encontrarse agotadas
tener mucha sed u orinar mucho más que de costumbre
tener la boca seca o presentar signos de deshidratación.
Estos síntomas están provocados por el hecho de tener una concentración excesiva de azúcar
en sangre, algo que suele ocurrir antes de que una persona desarrolle una cetoacidosis
diabética. Si la persona no recibe tratamiento, puede presentar los siguientes signos de
cetoacidosis diabética:
dolor abdominal
náuseas y/o vómitos
aliento de olor afrutado
respiración rápida y profunda
confusión
pérdida de la conciencia ("coma diabético").
¿Cómo puedes saber si tienes una cetoacidosis diabética? Puesto que los síntomas de la
cetoacidosis diabética se parecen a los de la gripe, es importante que te midas la
concentración de azúcar en sangre y de cuerpos cetónicos en orina (o en sangre) cuando te
encuentres mal o cuando creas que podrías tener síntomas de cetoacidosis diabética.
Puesto que los cuerpos cetónicos aparecen en la orina (así como en la sangre), la
concentración de cuerpos cetónicos se puede medir en casa analizando una muestra de pis.
Si la prueba de orina da negativo, suele significar que los síntomas no se deben a una
cetoacidosis diabética.
Informa a tus padres o a alguien de tu equipo médico si presentas cualquiera de los síntomas
de cetoacidosis o si te encuentras mal y no sabes qué tomar para controlar tu diabetes.
Lleva siempre una pulserita o collar de identificación médica donde ponga que eres diabético.
Así, si no te encuentras bien, quienquiera que te ayude sabrá que debe pedir ayuda médica.
Esta identificación médica también puede contener el teléfono de tu médico o el de uno de tus
padres.
Por bien que se cuiden, las personas con diabetes a veces tendrán alta la concentración de
azúcar en sangre. Pero la mejor forma de evitar problemas consiste en mantener unas
concentraciones de azúcar en sangre lo más cerca posible de los valores normales, lo que
implica seguir al pie de la letra tu plan de control de la diabetes. Midiendo tu concentración de
azúcar en sangre varias veces al día, podrás saber cuándo está demasiado alta. Entonces te
la podrás tratar y ayudarás a prevenir la cetoacidosis diabética.
Aquí tienes otros consejos para evitar las concentraciones altas de azúcar en sangre y
prevenir la cetoacidosis diabética:
Intenta hacer las comidas principales y los tentempiés a las horas adecuadas y no
te saltes ninguno.
Inyéctate la cantidad adecuada de insulina.
Mide tu concentración de azúcar en sangre a menudo, y tu concentración de
cuerpos cetónicos cuando te lo recomiende tu plan de control de la diabetes.
Sigue al pie de la letra tu plan de control de la diabetes
– Aspartamo: es otro sustituto del azúcar, el cual también fue prohíbo
en 1969 por la FDA. A temperaturas elevadas, se descompone en metanol
(alcohol) y fenilalanina, convirtiéndose en sustancias peligrosas que pueden
destruir el nervio óptico y causar ceguera. Además, también se puede
transformar en formaldehído, el cual es un intenso cancerígeno.
– Ciclamato sódico, o sustituto del azúcar: con un sabor 200 veces más
dulce que el azúcar, este producto fue prohibido en 1969 por la Administración de
Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) por
aumentar la incidencia de cáncer en la vejiga.