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DEFINICIÓN DE PSICOLOGÍA JURÍDICA

Latín y griego. Estas son las dos lenguas de las que procede el origen etimológico
de las dos palabras que dan forma al término que nos ocupa. En concreto,
podemos determinar que psicología está conformada por dos vocablos griegos:
psyche, que significa “alma”, y logia, que puede traducirse por “el estudio de”.

Por su parte, el vocablo jurídica emana de la palabra latina iuridicus, que a su vez
es fruto de la suma de ius, que es sinónimo de “Derecho”, y del verbo dicere, que
es equivalente a “decir”.

La psicología jurídica comprende el estudio, explicación, evaluación,


prevención, asesoramiento y tratamiento de los fenómenos psicológicos,
conductuales y relacionales que inciden en el comportamiento legal de las
personas. Para eso, utiliza los métodos propios de la psicología
científica.

La psicología jurídica es, en definitiva, un área de trabajo cuyo objeto de estudio


es el comportamiento de los actores jurídicos en el ámbito del derecho, la ley y
la justicia. Se trata de una disciplina reconocida por asociaciones y
organizaciones de todo el mundo.

Además de todo lo expuesto podemos determinar que la psicología jurídica más


claramente se encarga de estudiar, evaluar y prevenir todo lo que son los
fenómenos de conducta, psicológicos y de tipo relacional que influyen en el
comportamiento legal de las personas.

De ahí que dentro de la psicología jurídica proceda a analizar, intervenir y


estudiar lo que es la victimología, la psicología penitenciaria, la psicología de la
delincuencia, la psicología policial y la mediación. Todo ello sin olvidar tampoco
que también trabaja en áreas como la psicología del menor, la familia y el derecho
civil, penal y laboral.
Entre las funciones del psicólogo jurídico, se encuentran la evaluación y
diagnóstico de las condiciones psicológicas de los actores jurídicos; el
asesoramiento a los órganos judiciales en cuestiones propias de su disciplina; el
diseño y realización de programas para la prevención, tratamiento, rehabilitación
e integración de los actores jurídicos en la comunidad o el medio penitenciario; la
formación de profesionales del sistema legal en contenidos y técnicas psicológicas
útiles en su trabajo; las campañas de prevención social ante la criminalidad; y la
asistencia a la víctimas para mejorar su calidad de vida.

Cabe destacar que la psicología jurídica tiene diversos ámbitos de aplicación.


Aplicada al derecho penal, se encarga, por ejemplo, de emitir informes para
jueces y tribunales de acusados y víctimas. Como psicología penitenciaria,
estudia la personalidad de los internos conforme a los métodos psicológicos y
evaluando sus rasgos temperamentales. En las tareas de mediación, por otra
parte, se dedica a preparar un contexto adecuado para que las partes puedan
comunicarse y tengan mayores posibilidades de alcanzar un acuerdo.

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