Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Juan no quiere decir que los sucesos del capítulo 18 acontecen cronológicamente
“después” de todo lo que se menciona en el capítulo 17. Este “otro ángel” se une al
mensaje de los tres ángeles, en la proclamación del mensaje final de Dios para el
mundo, y es una repetición del mensaje del segundo ángel.
Este ángel “desciende con gran poder y la tierra es alumbrada con su gloria”. Poder
viene del gr. Exousía, autoridad, pues viene desde la sala del trono del universo, para
amonestar a los habitantes de la tierra del inminente destino que aguarda a Babilonia
la grande. “Alumbrada” o iluminada, a pesar de los esfuerzos satánicos por envolver la
tierra en tinieblas, Dios ahora la alumbra con la luz gloriosa de la verdad salvadora,
pues la “gloria” en este caso representa el carácter de Dios, como se revela
particularmente en el plan de salvación.
Este ángel “clamó con voz potente” para que todos pudieran oír, el mensaje que
deberá proclamarse durante el tiempo del fuerte clamor del tercer ángel; para que
todo el mundo y toda nación, tribu, lengua y pueblo tengan la oportunidad de ser
advertidos acerca del fin.
Existe por cierto un veredicto (vv. 1-3) que proclama: “Ha caído, ha caído la gran
Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y
albergue de toda ave inmunda y aborrecible.
Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes
de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de
la potencia de sus deleites”. (Ap 18:2-3).
La caída y colapso de la Babilonia del tiempo del fin es tan cierta como la devastación y
destrucción de la antigua Babilonia. La presentación de la destrucción de Babilonia
como el sistema religioso apostata y opresivo del tiempo del fin en términos de un
colapso es grandemente significativo como lo describe Gregory K. Beale: “La seguridad
de la caída de Babilonia en el futuro está enraizada en el hecho de que la caída de la
antigua Babilonia fue predicha de la misma manera y su cumplimiento fue un hecho.
Juan cree que Dios continuará actuando en el futuro como actuó en el pasado. La
profecía y cumplimiento de la caída de la antigua Babilonia es vista como un referente
histórico de la caída de una Babilonia mucho más grande”.
La Babilonia anti típica que Juan describe para estos últimos días ha fornicado con los
reyes de la tierra en su afán de unir a la iglesia con el estado, para finalmente utilizar el
poder civil en contra de sus oponentes.
La Babilonia que Juan describe en los capítulos 14:9-13; 17-18, es descrita como un
falso sistema de adoración que engañaría al mundo entero (Ap 13:5, 8), al punto de
obligar a los hombres a través de la imposición de leyes de muerte (vv. 15-17).
INVITACIÓN A SALIR DE BABILONIA (Apocalipsis 18:4-8)
“Y oí otra voz del cielo que decía: Salid de ella pueblo mío, para que no seáis participes
de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta
el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como ella os ha dado, y
pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella
el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento
y llanto; porque dice en su corazón yo estoy sentada como reina y no soy viuda y no
veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas, muerte, hambre y llanto y
será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor que la juzga”.
La invitación a “salid”, es una repetición del mismo llamado que hizo Dios a su pueblo
en el pasado, para que salga de la Babilonia literal y vuelva a Jerusalén; así también su
pueblo de hoy en día, es llamado a salir de la Babilonia mística a fin de ser considerado
digno de entrar en la nueva Jerusalén. Esta voz es una repetición del mensaje del
segundo ángel.
La profecía indica que “en un solo día vendrán sus plagas”, sugiriendo con esto que su
castigo le vendrá en un momento, para recalcar lo repentino e inesperado de su
castigo, antes que la duración del mismo.
Y todo piloto y todos los que viajan en naves, y marineros y todos los que trabajan en
el mar, se pararon lejos”. Estos “mercaderes”, hoy en día son simbólicos pues
representan a los vendedores de la mercadería espiritual de Babilonia, los que han
vendido sus doctrinas y mandamientos a los reyes y moradores de la tierra. Esta
mercadería está representada en capítulos anteriores por “el vino de Babilonia que ha
embriagado a todo el mundo”. La amplitud de esta mercadería está representada
simbólicamente en los 28 artículos que se describen, aclarando que estos mercaderes
son los grandes de la tierra.
Sin embargo merece destacar aquí una de las mercancías con las cuales Babilonia ha
comerciado con los reyes y mercaderes; nos referimos a lo que aquí se denomina
“almas de los hombres”, es decir seres humanos o personas, que por el contexto que
aquí estamos estudiando han sido engañados con la mercadería del vino de Babilonia,
atentando contra las conciencias de millones de seres humanos. A estas personas
sinceras que fueron embriagadas, va dirigido el último mensaje del tercer ángel, para
que salgan de Babilonia y se unan al remanente que Dios llama “pueblo mío”.
Las agencias satánicas han sido incitadas desde lo bajo, y ellas han inspirado a
hombres a unirse en una confederación de mal, para llevar perplejidad, vejamen y gran
angustia al pueblo de Dios. El mundo entero ha de ser conmovido por la enemistad
contra los adventistas del séptimo día, porque ellos no rendirán pleitesía al papado,
honrando el domingo, la institución del poder anticristiano. Es el propósito de Satanás
hacer que sean extirpados de la tierra, a fin de que la supremacía de ese poder en el
mundo no sea disputada”.
Aquí encontramos el contraste entre las actitudes de los que se dejaron engañar por
Babilonia, y los que prefirieron morir por la verdad que es Cristo, mencionándose “a
los apóstoles y profetas”, a quienes Roma condenó, entregándolos al estado para que
los ejecutará, prohibiendo que la gente lea sus escritos y sosteniendo que la autoridad
de los concilios tenía más autoridad que las Escrituras. Ahora Dios “os ha hecho
justicia”, por ello no es de extrañarse que los redimidos proclamen la justicia de Dios
por la eternidad; porque ningún caso de injusticia quedará impune a los ojos de un
Dios justo y misericordioso.