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REPARACIÓN ENDOVASCULAR DE LESIÓN DE LA

ARTERIA AXILAR TRAS LUXACIÓN GLENOHUMERAL


ANTEROINFERIOR

CASO CLÍNICO
ANAMNESIS
Mujer de 70 años de edad que hace 5 años fue diagnosticada de una artropatía por rotura del
manguito de los rotadores del hombro derecho y que hace 3 años sufrió un episodio de luxación
glenohumeral anteroinferior en el mismo lado. Acude al Servicio de Urgencias tras haber sufrido un
nuevo traumatismo en el hombro derecho. Refiere dolor e impotencia funcional en ese nivel,
además de disestesias y dolor insidioso en toda la extremidad superior.

EXAMEN FÍSICO
A la exploración, la paciente presenta una deformidad en charretera del hombro derecho con una
marcada impotencia funcional. La mano está fría y cianótica. No se palpa el pulso radial.

PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
• Rx anteroposterior y transtorácica del hombro derecho: luxación glenohumeral
anteroinferior sin lesiones óseas asociadas.
• Angio-TC (fig. 1), tras proceder a la reducción: trombosis en el tercio distal de la arteria axilar
derecha con un seudoaneurisma de 1 cm de diámetro y un importante hematoma de partes
blandas con varios puntos de sangrado activo.

DIAGNÓSTICO
Luxación glenohumeral anteroinferior derecha asociada a lesión del tercio distal de la arteria axilar
y cuadro de isquemia aguda de la extremidad superior.

TRATAMIENTO
Se realiza una reducción cerrada de la luxación mediante la maniobra de Hipócrates modificada.
Tras visualizar en la angio-TC la lesión de la arteria axilar, se solicita la valoración por parte del
cirujano vascular, quien, de urgencia, realiza una reparación endovascular de la misma. Mediante
control angiográfico, se lleva a cabo un cateterismo por vía femoral y humeral, de forma que se pasa
una guía a través de la lesión axilar, y se realiza una angioplastia para, posteriormente, implantar
una endoprótesis (stent) (fig. 2). Se drena el hematoma axilar mediante hemostasia y se deja un
drenaje. La paciente recupera el pulso radial.
EVOLUCIÓN
Al día siguiente de la cirugía, la paciente presenta una paresia del plexo braquial debido a una
neuroapraxia en relación con una compresión del hematoma. Dos meses más tarde, la recuperación
de la movilidad y de la fuerza de la extremidad superior derecha es completa y la paciente presenta
pulsos distales normales. En una angio-TC de control se observa el buen estado de la reparación de
la arteria axilar.

DISCUSIÓN
La luxación glenohumeral representa el 50% de todas las luxaciones y es la más frecuente del
hombro. Las lesiones asociadas más frecuentes son las óseas (HillSachs, Bankart y fractura del
troquíter). Las lesiones del nervio y de la arteria axilar son menos habituales, a pesar de lo cual es
fundamental realizar siempre una adecuada exploración neurovascular antes y después de la
reducción. Las lesiones vasculares se producen con una mayor incidencia en pacientes con
luxaciones recidivantes, debido a las adherencias de las partes blandas, y en los de edad avanzada,
debido a la ateroesclerosis, que disminuye la elasticidad de los vasos. Nuestra paciente presentaba
ambos factores predisponentes. La lesión de la arteria axilar normalmente se localiza en la porción
distal de la misma. Se ha postulado que, en esa zona, la arteria se tensa sobre el borde inferior del
pectoral menor, que actúa como una palanca cuando la cabeza del húmero se desplaza hacia abajo
durante la luxación.

Clínicamente, el paciente podría presentar un hematoma expansivo con cianosis, palidez o frialdad
periféricas, pulsos distales reducidos e, incluso, signos de shock. El dolor del brazo en reposo, como
sucede en nuestro caso, está relacionado con un cuadro de isquemia aguda de la extremidad. El
diagnóstico definitivo se obtiene mediante una angio-TC, que ofrece información detallada de la
localización y de la naturaleza de la lesión. En la actualidad, la reparación endovascular de estas
lesiones es una alternativa viable a la cirugía abierta. Las ventajas que ofrece son la posibilidad de
realizar el procedimiento bajo anestesia local, el uso de una incisión más pequeña que reduce el
dolor postoperatorio y el tiempo de hospitalización, así como que evita la disección axilar y el riesgo
de lesiones del plexo braquial o de la vena axilar.

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