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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA


PRIMERA SALA PENAL LIQUIDADORA
Av. Arenales cuadra 26 – Edificio “ALIMAR” – Telefax 4407096

EXP. NRO. 96-08


D.D. Dr. LIZARRAGA REBAZA

SENTENCIA

Lima, doce de enero


del año dos mil doce.-

VISTOS; En Audiencia Pública el proceso penal


seguido contra CARLOS ALBERTO CHOCÑA VICENTE y LUIS
JOHNY CASTRO CARO como presuntos autores del delito contra la
Administración Pública (corrupción de funcionarios) – cohecho pasivo
propio - en agravio del Estado.

RESULTA DE AUTOS:

Que, a mérito de la denuncia por escrito del ciudadano Luis Alberto


Hurtado Rodríguez obrante de fojas 01 a 04, se ordenó la investigación Fiscal;
y los recaudos acompañados a la misma y formalizada la denuncia del señor
Fiscal Provincial Penal obrante de fojas 223 a 226, el Juez Penal abrió
instrucción en Vía Ordinaria en fecha 25 de agosto del 2008 que obra de
fojas 227 a 233, dictándose mandato de comparecencia restringida; que
realizadas las diligencias conforme a su naturaleza, los autos fueron elevados a
la Superior Sala Penal que lo remitió al despacho del Fiscal Superior quién por
dictamen de fojas 604 y 620, y aclarado a fojas 875, formula acusación

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sustancial. La Sala de conformidad con lo opinado por el señor Representante


del Ministerio Público, emitió el Auto Superior de Enjuiciamiento mediante
Resolución de fecha 14 de noviembre del año 2011, obrante a fojas 876, se dió
inició a la realización del Juicio Oral, el mismo que se verificó de las Actas de
su propósito, que oída la requisitoria oral del señor Fiscal Superior Adjunto,
los Alegatos de la Defensa, así como la Defensa Material del procesado, fueron
recibidas sus respectivas conclusiones, las mismas que obran en pliegos
separados y han sido tomados en cuenta al momento de expedirse el presente
fallo, ha llegado la oportunidad procesal de expedir Sentencia; y,

CONSIDERANDO:

Que, la determinación de si el acusado es o no responsable penal y por


tanto si su actuación que es precisamente lo que se juzga, merece la
imposición de una pena o no, impone al juzgador la realización de un doble
juicio: de una parte, un juicio histórico tendiente a establecer si un
determinado hecho o conjunto de hechos ha existido o no con anterioridad
al proceso; de otra parte, un juicio de valoración jurídica que tiende
lógicamente a concluir si el hecho que históricamente sucedió puede ser
calificado como penalmente ilícito y merece la imposición de una pena; por
ello la sentencia constituye un silogismo que parte de una premisa mayor
constituida por la norma, una premisa menor constituida por los hechos,
teniendo finalmente al fallo como conclusión.

Que la labor de tipificación, previa a la sentencia, adquiere una


dimensión trascendental para el proceso, comprendiendo no sólo la
interpretación sino también la valoración de los elementos configurativos del

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tipo por parte del juzgador; es así que a través de ella, queda establecida no
solo la norma presuntamente transgredida y con ello el bien jurídico afectado,
sino que también será el presupuesto del que partirá la actividad probatoria;
por todo esto, para establecer la responsabilidad penal, supone en primer
lugar, una imputación penal, precisando las normas aplicables y las
pretensiones de las partes procesales; en segundo lugar, la valoración de la
prueba actuada con la finalidad de establecer los hechos probados; y en tercer
lugar, realizar la subsunción lógica de los hechos a las normas y
posteriormente de ser el caso - se individualizará la pena y se determinará la
reparación civil -, en caso contrario se resolverá de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo doscientos ochenta y cuatro del Código de Procedimientos Penales; en
consecuencia se tiene:

IMPUTACIÓN PENAL:

Según la versión incriminatoria del Ministerio Público se imputa a los


acusados CARLOS ALBERTO CHOCÑA VICENTE y LUIS JOHNY
CASTRO CARO, en su condición de efectivos policiales, desempeñándose en
el Departamento de Investigación Financiera de la Dirección Nacional
Antidrogas - DINANDRO, órgano en el cual se venía investigando la denuncia
signada con el número 306-2007, seguida contra Jorge Alberto Martínez
Cáceres y otros por delito de Tráfico Ilícito de Drogas - Lavado de Activos -,
desde el 29 de enero del 2007, solicitaron la suma de dos mil dólares
americanos a Luis Alberto Hurtado Rodríguez, para no involucrarlo en la
misma y evitar su detención, hecho que se realizó a través de llamadas
telefónicas, cartas a la embajada en la cual laboraba, y cuando éste concurrió a
las oficinas de la dependencia policial, sin embargo, ante la negativa de acceder

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a tales requerimientos, meses después, fue involucrado en dicha investigación


que concluyó con el Atestado N°013-07-2007-DIRANDRO /DINFI-DD, del
02 de agosto de 2007, siendo citado formalmente para dar su declaración el 23
de octubre de 2007, donde le informan que estaba involucrado en la
investigación de Lavado de Activos, por sindicación de Martínez Cáceres,
detenido meses antes por Tráfico Ilícito de Drogas, declaración donde deja
constancia de estar siendo extorsionado por efectivos policiales, en referencia a
quienes lo investigaban.

Posiciones de las partes procesales respecto a los hechos materia de


juzgamiento:

 El señor representante del Ministerio Público, sostiene su reproche


penal frente a la conducta desplegada por los acusados CARLOS ALBERTO
CHOCÑA VICENTE y LUIS JOHNY CASTRO CARO como autores
del delito contra la Administración Pública (corrupción de funcionarios) -
cohecho pasivo propio - en agravio del Estado, significando que la misma se
encuentra subsumida en el segundo párrafo del artículo 393° del Código
Penal, que sanciona al “(…) funcionario o servidor público que solicita, directa o
indirectamente, donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio, para realizar u omitir
un acto en violación de sus obligaciones o a consecuencia de haber faltado a ellas, (…)”. Por
lo que, los procesados CARLOS ALBERTO CHOCÑA VICENTE y
LUIS JOHNY CASTRO CARO deben ser sujetos de sanción penal y civil,
solicitando se le imponga a los antes citados siete años de pena privativa de
la libertad, tres años de inhabilitación, y el pago de veinte mil nuevos
soles por concepto de reparación civil a favor del Estado.

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 El agraviado, el representante de la Procuraduría Pública, no ha


concurrido como Parte Civil.

 La defensa técnica de los procesados CARLOS ALBERTO


CHOCÑA VICENTE y LUIS JOHNY CASTRO CARO, frente a la
imputación contra sus patrocinados, señala que es un acto de venganza del
denunciante Luis Alberto Hurtado Rodríguez, quien al verse sometido a una
investigación por lavado de activos, denuncia a los efectivos policiales a
efectos de restar credibilidad a la misma, sindicación que no se encuentra
sostenida por medio probatorio alguno, por lo que, solicita la absolución de
los cargos incoados en su contra.

FUNDAMENTOS:

El Tribunal, sobre la base de lo expuesto por las partes procesales,


procederá ha analizar y contraponer tales posiciones a efectos de emitir un
pronunciamiento conforme a los cánones de Justicia del que goza todo ser
humano en un Estado Constitucional de Derecho.

PRIMERO.- VALORACIÓN DE LOS ELEMENTOS Y MEDIOS DE


PRUEBA

La prueba es la demostración de una afirmación de la existencia de un


hecho o de una cosa, sirve al descubrimiento de la verdad (construcción y
determinación de las proposiciones fácticas propuestas por los sujetos

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procesales) acerca de los hechos que en él se investigan y respecto de los cuales


se pretende actuar la Ley sustantiva[1].

Que, la denominada prueba indiciaria consiste en la actividad probatoria


de naturaleza necesariamente discursiva e indirecta, cuya fuente es un dato
comprobado[2], concretándose en la obtención del argumento probatorio
mediante una inferencia correcta.[3]

Juicio de Subsunción:

SEGUNDO.- Que el delito contra la Administración Pública - cohecho


pasivo propio -, imputable a los procesados CARLOS ALBERTO
CHOCÑA VICENTE y LUIS JOHNY CASTRO CARO, se materializa
cuando el agente solicita directa o indirectamente, donativo, promesa, o
cualquier otra ventaja o provecho para realizar u omitir un acto en violación de
sus obligaciones o a consecuencia de haber faltado a ellas.

“El legislador ha independizado en un subtipo aparte de la acción de solicitar que en


la redacción original iba junto a la “recibir” el fundamento de esa decisión radica en la idea
que tiene mayor desvalor de acción un comportamiento que involucra activamente la voluntad
delictiva del sujeto publico que la simple conducta pasiva de aceptar o recibir. Resulta en esta
perspectiva mas dañino para las valoraciones sociales y mas lesivo al bien jurídico protegido el
hecho que un funcionario se atreva a requerir donativo, ventaja o beneficio, tome la iniciativa,

[1] CAFFERATA NORES, J. La Prueba en el Proceso Penal; Buenos Aires; Editorial


Desalma ;1986;p. 3.
[2] Éste dato comprobado no es más que el indicio pues el mismo conduce hacia otro dato
por descubrir y porque está vinculado al thema probandum. En: MIXAN MASS, Florencio.
Prueba Indiciaria; Trujillo - Perú; Ediciones BGL; 1995, p. 25.
[3] MIXAN MASS, Florencio. Ob. Cit., p. 22.

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al implicar ello un compromiso mayor en el quebrantamiento de los roles especiales del agente,
lo que amerita el trato punitivo superior en relación a las simples conductas pasivas
señaladas. Este sustento puede ser objeto de cuestionamiento si se pone la atención en el dato
que la solicitud es una conducta de anticipación de las barreras punitivas a diferencia de
recibir donde ya se concreta un resultado material de lesividad, lo que implicaría un
tratamiento punitivo distinto al ya regulado con la reforma de 2004.

Merece poner atención en la circunstancia que la solicitud de donativo u otro medio


corruptor que le dirige el sujeto público a un tercero no debe suponer una coacción o
forzamiento de la voluntad de este, pues con ello se desnaturaliza los alcances del tipo penal,
configurando más bien ello una concusión o de acuerdo a las características concretas que
rodean el caso extorsión. La solicitud, para ser típica de cohecho pasivo debe dejar intacta la
opción de negarse que tiene el destinatario ante el requerimiento formulado. Basta entonces
que la petición llegue a su conocimiento en términos de que es la propuesta dolosa que el sujeto
público le dirige como regla de juego o línea de comportamiento frente a un asunto de
naturaleza administrativa que es de su conocimiento. Es notoria la venalidad del agente que
transgrediendo sus deberes funcionales, somete a precio el principio de imparcialidad. La
conducta u opción que adopte el destinatario que toma conocimiento de la propuesta es
indiferente para articular tipicidad objetiva. Se ha discutido en la doctrina española el tema de
si el destinatario debe haber captado (internalizado) la relación entre la solicitud y el acto
oficial o basta la simple solicitud. Dos posiciones, las que describe Olaizola Nogales en su
monografía dedicada al estudio del cohecho, al respecto capitalizan el debate en :a) no resulta
exigible dicho entendimiento por el particular al que le llega la solicitud, basta que esta sea
reconocible objetivamente (posición mayoritaria), b) es necesario que el destinatario
comprenda, internalice la petición que le formula el agente (posición minoritaria), puesto que

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sólo en ese momento es cuando se lesiona la confianza del destinatario y comienza el peligro
para el bien jurídico protegido.” [4]

TERCERO.- De las diligencias y compulsa de las pruebas actuadas en el


transcurso del presente proceso penal, siendo introducidas y sometidas al
Debate Oral bajo los principios rectores de inmediación y contradicción,
tenemos:

La supuesta solicitud de dinero de parte de los procesados, nace como


consecuencia de una investigación policial por Lavado de Activos, es decir, se
deben acreditar los hechos previos que produjeron la citada diligencia, y la
correspondencia en sus fechas, así como la necesidad de citar al ciudadano
Luis Alberto Hurtado Rodríguez.

3.1) En fecha, 25 de octubre del año 2007, el ciudadano Luis Alberto


Hurtado Rodríguez, abogado de profesión, interpone denuncia penal contra
los citados procesados.

3.2) El inicio del hecho materia de juzgamiento, se produce entre enero


y febrero del año 2007, cuando recibió una llamada a su celular, de un sujeto
que se identificó como el mayor Luis Castro Caro, quien le informó que se
encontraba siendo investigado por el delito de lavado de activos.

[4] ROJAS VARGAS, FIDEL: Delitos contra la administración pública - Editorial Grijley 4°
Edición - Pág. 689-691.

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3.3) Poco tiempo después, volvió a llamarlo el procesado Castro Caro


indicándole que se constituya a las instalaciones de la DINANDRO o se
comuniqué a los números N° 97357610 y N° 99703149.
3.4) Posteriormente, se apersona a la dependencia policial, y es ahí
donde el procesado Castro Caro le informa los avances de la investigación por
lavado de activos, y le solicita la suma de dos mil dólares americanos en
presencia del procesado Chocña Vicente.

3.5) Segunda citación al ciudadano Luis Alberto Hurtado Rodríguez


para el día 23 de octubre del año 2007 para que declare sobre la investigación
policial en su contra por lavado de activos (ver fojas 12).

3.6) El ciudadano Luis Alberto Hurtado Rodríguez se constituyó al


penal de Lurigancho a entrevistarse con Martínez Cáceres (recluido por
Tráfico Ilícito de Drogas), quien fuera la persona que lo sindicó y dio inició a
la investigación policial en su contra.

3.7) Acta en la cual el ciudadano Luis Alberto Hurtado Rodríguez hace


constar que el testigo Martínez Cáceres no lo conoce, fechada el 26 de octubre
del año 2007, la cual fue certificada notarialmente (ver fojas 30).

3.8) Informe Policial N° 242-12-2007-DIRANDRO-PNP/DINFI-


SEC, mediante el cual, la unidad policial respectiva informa que conforme a lo
dispuesto en la denuncia N° 306-2007 del 07 de setiembre del año 2007, la
Fiscalía Provincial Mixta de Puente Piedra, ordena a la División Especializada
de la Dirección Antidrogas, amplié las investigaciones contra Jorge Alberto
Martínez Cáceres y otros, y se comprenda al ciudadano Luis Alberto Hurtado

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Rodríguez, por la presunta comisión del delito de lavado de activos (ver fojas
39).
3.9) La primigenia declaración del ciudadano Luis Alberto Hurtado
Rodríguez, por el presunto delito de lavado de activos, fue recibida el 23 de
octubre del año 2007 en presencia del representante del Ministerio Público,
doctor Walter Flores Choco (ver fojas 90).

Conclusión: Todas las acciones “exculpatorias” del ciudadano Luis


Alberto Hurtado Rodríguez se desarrollaron a partir del 25 de octubre del año
2007, es decir, con posterioridad a la segunda citación policial (23 de octubre
del año 2007) por el presunto delito de lavado de activos.

3.10) El ciudadano Luis Alberto Hurtado Rodríguez refiere que los


procesados lo amenazaron indicándole que lo comprometerían en otros
procesos penales si no accedía a entregarles dinero.

3.11) En ese sentido, el ciudadano Luis Alberto Hurtado Rodríguez en


su denuncia escrita, indicó que el testigo Jorge Ítalo Pérez Vargas, fue quien lo
acompañó a la delegación policial, y agrega que presenció este hecho.

3.12) Sin embargo, en el presente Acto Oral ha modificado su versión


indicando que el testigo Jorge Ítalo Pérez Vargas, lo espero afuera mientras era
“presionado” por los procesados, mas aún, el citado testigo, no ha concurrido
a ninguna de las citaciones realizadas en las distintas etapas del presente
proceso, a efectos de poder brindar su versión de los hechos.

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Conclusión: A lo largo del contradictorio no se ha probado la


imputación fiscal ni mucho menos la versión del ciudadano Hurtado
Rodríguez.

3.13) El testigo Julio Cesar Garces Solano señaló que el ciudadano Luis
Alberto Hurtado Rodríguez jamás le refirió algún tipo de presión ni mucho
menos solicitud de dinero de parte de los procesados (fojas 161 y 377).

Conclusión: Asimismo, sobre el particular, tenemos el dicho del


ciudadano Luis Alberto Hurtado Rodríguez, quien no ha logrado hilvanar una
versión coherente que explique, como un abogado dedicado a intervenir en
delitos contra la Salud Pública (tráfico ilícito de drogas y lavado de activos),
con cuatro años de experiencia, que asesoraba a ciudadanos extranjeros en la
materia, pueda haberse visto presionado por efectivos policiales, que
supuestamente le solicitaban dinero para no involucrarlo en un proceso penal.

3.14) Respecto del testigo Jorge Alberto Martínez Cáceres, además de


ser un sujeto condenado por delito de tráfico ilícito de drogas y teniendo un
proceso pendiente por lavado de activos, se tiene que afirma que alcanzó a
recuperar - de forma ilegal - parte de unos treinta y dos mil dólares americanos
que tenía depositado en un Banco; significándose, que sus declaraciones se
han tornado a lo largo del presente proceso en inconsistentes, advirtiéndose
serias contradicciones, como el hecho de no poder establecer si proporcionó
el nombre del ciudadano Luis Alberto Hurtado Rodríguez a los efectivos
policiales ahora procesados, o si fueron éstos quienes lo refirieron; si fue su
abogado defensor en algún momento o siquiera poder reconocerlo, llegando
incluso a desconocer a los propios procesados (ver fojas 180), mas aún ha

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señalado adolecer de lagunas mentales (ver fojas 106), aspecto que se ha


advertido al prestar su testimonio en el contradictorio al no poder explicar sus
divergencias en sus respectivas declaraciones.

Conclusión: El dicho del testigo Jorge Alberto Martínez Cáceres, no


puede ser tomado en cuenta por este Tribunal para corresponder la tesis
incriminatoria del Ministerio Público.

CUARTO.- En relación al considerando precedente, se advierte que cono


única prueba de cargo del delito imputado, se tiene la versión incriminatoria
que realiza la persona de Hurtado Rodríguez, al respecto debemos tener en
cuenta lo establecido en el Acuerdo Plenario de la Corte Suprema de la
República número N° 2-2005/CJ-116, de fecha treinta de septiembre de
dos mil cinco:

“Que, tratándose de las declaraciones de un agraviado, aún cuando sea el único testigo
de los hechos, al no regir el antiguo principio jurídico testis unus testis nullus, tiene entidad
para ser considerada prueba válida de cargo y, por ende, virtualidad procesal para enervar la
presunción de inocencia del imputado, siempre y cuando no se adviertan razones objetivas que
invaliden sus afirmaciones. Las garantías de certeza serían las siguientes: a) Ausencia de
incredibilidad subjetiva. Es decir, que no existan relaciones entre agraviado e imputado
basadas en el odio, resentimientos, enemistad u otras que puedan incidir en la parcialidad de
la deposición, que por ende le nieguen aptitud para generar certeza. b) Verosimilitud, que no
sólo incide en la coherencia y solidez de la propia declaración, sino que debe estar rodeada de
ciertas corroboraciones periféricas, de carácter objetivo que le doten de aptitud probatoria. c)
Persistencia en la incriminación…”

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De lo precedentemente expuesto, se tiene que esta versión


incriminatoria adolece de los criterios que brindarían certeza a su afirmación,
toda vez, que el mismo ha afirmado que se encuentra siendo investigado en
otros procesos, por extorsión, tráfico ilícito de drogas y lavado de activos (ver
fojas 63, 77 y 84), ésta última, a consecuencia, de las investigaciones realizadas
por los ahora acusados, lo que le resta credibilidad a su imputación, la que
evidentemente resulta parcializada, tanto más, si como se ha establecido que
comunica de los supuestos hechos delictuosos cuando ya se encontraba
investigado formalmente, y no oportunamente, esto es, cuando refiere que se
materializó el pedido o entrega de dinero.

QUINTO.- Si bien no escapa al conocimiento de este Colegiado, el hecho –


por demás inusual - que un efectivo policial (procesado Castro Caro) se
comunique previamente con un ciudadano investigado por un delito, sin
mediar una orden fiscal que ordene una investigación en su contra, conforme
lo aceptado por éste y lo corroborado en autos (ver reporte de llamadas
obrante a fojas 456 y 560), este solo acto, no constituye un elemento de prueba
determinante como para erigir su responsabilidad penal, estando a los puntos
previamente reseñados, la que en todo caso resulta una infracción
administrativa que debe ser sancionada en la vía extra penal.

SEXTO.- El articulo 8.2 de la Convención Americana de Derechos Humanos


establece que “toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se establezca legalmente su culpabilidad”. En cuanto a su contenido, la
Corte Interamericana de Derechos Humanos ha precisado que “el principio de la
presunción de inocencia, tal y como se desprende del articulo 8.2 de la Convención, exige que
una persona no pueda ser condenada mientras no exista prueba plena de su responsabilidad

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penal. Si obra contra ella prueba incompleta o insuficiente, no es procedente condenarla, sino
absolverla”; en el mismo sentido, nuestra Constitución Política en su articulo
2.24“e”, expresa: “Toda persona es considerada inocente mientras no se haya declarado
judicialmente su responsabilidad”. En ese orden de ideas, se colige que la coherente,
uniforme, y persistente negativa de los procesados CARLOS ALBERTO
CHOCÑA VICENTE y LUIS JOHNY CASTRO CARO en su
participación del evento delictivo, se encuentra corroborada por los
considerandos precedentes.

 CONCLUSIÓN:

En consecuencia, no habiéndose desvirtuado la Presunción de


Inocencia que consagra a favor de toda persona, el artículo segundo, inciso
vigésimo cuarto, parágrafo “e” de la Constitución Política del Estado,
procede absolver a los procesados CARLOS ALBERTO CHOCÑA
VICENTE y LUIS JOHNY CASTRO CARO de los cargos formulados
por el Ministerio Público.

 DECISIÓN:

Fundamentos por los cuales la Primera Sala Penal Liquidadora de la


Corte Superior de Justicia de Lima, con el criterio de conciencia que la ley
autoriza y administrando justicia a nombre de la Nación, de conformidad con
el artículo 284° del Código de Procedimientos Penales.

FALLA:

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ABSOLVIENDO a CARLOS ALBERTO CHOCÑA VICENTE y


LUIS JOHNY CASTRO CARO de la acusación fiscal por el delito contra la
Administración Pública (corrupción de funcionarios) – cohecho pasivo
propio - en agravio del Estado.

MANDARON:

Que, consentida o ejecutoriada que sea la presente resolución se archive


definitivamente todo lo actuado, debiéndose anular los antecedentes que se
pudieran haber generado durante la secuela del proceso, de conformidad con
lo dispuesto por el Decreto Ley número veinte mil quinientos setenta y nueve.-
S.S.

MARCO ANTONIO LIZARRAGA REBAZA [5] JUANA ESTELA TEJADA SEGURA


PRESIDENTE y D.D. JUEZ SUPERIOR

CESAR IGNACIO MAGALLANES AYMAR


JUEZ SUPERIOR

[5] Director de Debates – EXP. N° 96-08-LCRM

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