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2. AUTOESTIMA.
2.1. Definición de Autoestima.
Alcántara (1993) define la autoestima habitual como una “Actitud hacia uno mismo, la
forma habitual de pensar, amar, sentir y comportarse consigo mismo. Es la descripción
permanente según la cual nos enfrentamos como nosotros mismos”. Es el sistema
fundamental por al cual ordenamos nuestras experiencias refiriéndolo a nuestro “YO”
personal.
c) Valoración: elogiar el esfuerzo del adolescente, siempre es más motivador para él,
que hacerle constantemente recriminaciones. Ciertamente que a veces, ante las
desobediencias o las malas respuestas, se pueden perder las formas, pero los mayores
deben tener la voluntad de animar aunque estén cansados o preocupados; por esto, en
caso de perder el control, lo mejor es observar, pensar y cuando se esté más tranquilo
decir, por ejemplo: “esto está bien, pero puedes hacerlo mejor”.
4. IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA:
La autoestima es importante por lo siguiente:
Condiciona el aprendizaje. Alumnos que tiene un auto imagen positiva
de sí mismo se hallan en mejor disposición para aprender.
5. NIVELES DE AUTOESTIMA.
Según Coopersmith, S. (1996), la autoestima puede presentarse en tres
niveles:
De lo anterior se afirma que: los individuos con alta autoestima, reflejan un auto
concepto positivo sobre su imagen corporal, así como en relación a sus habilidades
académicas, familiares y sociales.
Ello implica que los individuos con alta autoestima se muestren seguros,
acertados, eficientes, capaces, dignos y demuestren estar en disposición
para lograr las metas, resolviendo problemas y demostrando habilidades de
comunicación. Por tanto, un individuo que tiene una autoestima alta o
positiva se evalúa a sí mismo de manera positiva y se siente bien acerca
de sus puntos fuertes, demuestra auto confianza y trabaja sobre su área
débiles y es capaz de personarse a sí mismo cuando falla en algo acerca
de sus objetivos.
En el caso contrario, los individuos de autoestima baja, pueden exhibir una actitud
positiva artificial hacia sí mismos y hacia el mundo, en un intento desesperado de hacer
creer a otros y a sí mismo que es una persona adecuada. Por ello, pueden retraerse,
evitando el contacto con otros, puesto que temen que más tarde o temprano los
rechazarán. Un individuo con baja autoestima es esencialmente una persona que
consigue muy pocas cosas o razones para sentirse orgullosa de sí misma. Entre las
características de estos individuos se encuentran que se muestran retraídos, confusos,
sumisos, con dificultades para identificar soluciones a las experiencias que se les
presentan, lo cual los traduce en erráticos en algunas de sus conductas, todo lo cual
refuerza sus problemas de auto concepto y autocontrol, afectando así la autoestima.
Los que aceptan el fracaso. Sujetos derrotistas que presentan una imagen
propia deteriorada y manifiestan un sentimiento de desesperanza aprendido, es decir que
han aprendido que el control sobre el ambiente es sumamente difícil o imposible, y por
lo tanto renuncian al esfuerzo.
En este orden de ideas, el juego de valores habilidad-esfuerzo se torna riesgosa para los
alumnos. Esto significa que, en una situación de éxito, las autopercepciones de
habilidad y· esfuerzo no perjudican ni dañan la estima ni el valor que el profesor otorga.
Sin embargo, cuando la situación es de fracaso, las cosas cambian. Decir que se invirtió
gran esfuerzo implica poseer poca habilidad, lo que genera un sentimiento de
humillación. Así, el esfuerzo empieza a convertirse en un arma de doble filo y en una
amenaza para los estudiantes, ya que estos deben esforzarse para evitar la desaprobación
del profesor, pero no demasiado, porque en caso de fracaso sufren un sentimiento de
humillación e inhabilidad. Dado que una situación de fracaso pone en duda su
capacidad, es decir, su autovaloración, algunos estudiantes evitan este riesgo, y para ello
emplean ciertas estrategias como la excusa y manipulación del esfuerzo, con el
propósito de desviar la implicación de inhabilidad
Lo que estas teorías tienen en común es la creencia de que las personas están motivadas
de modo continuo por la necesidad innata de explotar su potencial. Así, desde la
perspectiva humanista, motivar a los estudiantes implica fomentar sus recursos internos,
su sentido de competencia, autoestima, autonomía y realización.
El rendimiento escolar del estudiante depende del más fundamental de todos los
conocimientos: aprender a aprehender. Los objetivos a reeducar como clave
fundamental son los siguientes:
Relación. La capacidad de relacionarse con los demás, una capacidad que se basa en
el hecho de comprenderles y de ser comprendidos por ellos.
La autoestima en los estudiantes es un tema importante, puesto que puede llegar a ser un
factor determinante en el rendimiento académico de los estudiantes, aunque quienes se
ven inmiscuidos en el quehacer educativo saben que existen otros factores como los son
el ambiente universitario, el propio docente y su metodología, la misma participación de
la familia y su estatus económico, el nivel cultural de éstas, pero un factor con gran peso
lo tienen las mismas capacidades, habilidades, sentimientos, destrezas de los alumnos y
la valoración que ellos tengan de sí mismos, puesto que pueden llegar a favorecer el
aprendizaje o constituir una barrera.
Cuando el docente posee un bajo concepto del estudiante, éste lo intuye, y se sitúa en
clara desventaja frente a la opinión del docente, experto y dotado de reconocimiento
oficial. Con el tiempo, el estudiante acaba aceptando la opinión negativa del docente y
se comporta como tal. El problema se agrava si consideramos que, por una parte, el
docente no puede cambiar si no ve resultados positivos en el estudiante, y por otra, que
éste no va a mejorar si el docente no le señala sus limitaciones y no le ayuda.
El problema se hace más evidente cuando el estudiante ha repetido más de una vez una
asignatura o si lleva asignaturas atrasadas. Lo anterior puede originar en él
insatisfacción personal, desmotivación e incluso baja autoestima ante la imposibilidad
de concluir con éxito sus estudios. En ocasiones, estas deficiencias son tal que el
estudiante se ve obligado a desertar del sistema educativo o, en el mejor caso, no deserta
pero sí cambia de institución universitaria a una en que según su criterio la carga
académica o las exigencias académicas sean menores. Sin embargo, la mayoría de los
estudiantes que desertan del sistema educativo o de la institución universitaria
manifiestan que las causas son externas y no se hacen responsables de ello, lo que indica
lo difícil que es afrontar un fracaso como tal (Abarca y Sánchez, 2005).
En consecuencia, a través del presente estudio buscamos relacionar la autoestima con el
rendimiento académico de los estudiantes.
12.OBJETIVO DE LA INVESTIGACIÓN
12.1. Objetivo general:
Determinar de qué manera se relaciona la autoestima y el rendimiento académico de los
estudiantes de la Escuela de Estadística de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional
José Faustino Sánchez Carrión.
15. BIBLIOGRAFIA:
(ALCÁNTARA, 2013)