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MINISTERIO DE EDUCACION Y JUSTICIA SUBSECRETARIA DE CULTURA DIRECCION GENERAL DE INSTITUTOS DE INVESTIGACION CUADERNOS DEL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA BUENOS AIRES REPUBLICA ARGENTINA 1963 INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA Director JULIAN OACERES FREYRE Secretaria SUSANA CHERTUDI Tele de Seccién RICARDO L, J, NARDI In adores SANTIAGO ALBERTO BILBAO — OFELIA B. ESPEL OLGA FERNANDEZ LATOUR — GUILLERMO PERKINS HIDALGO Encargado do Canjo y Publicaciones JOSE AUGUSTO RODRIGUEZ Encargada de Habilitacién ZULIMA INES MATEU Eneargado do Personal ROBERTO LUIS ACUSA Adseriptos honorarios HORACIO JORGE BECCO — AUGUSTO RAUL CORTAZAR JORGE M, FURT — MANUEL GOMEZ CARRILLO BRUNO C. JAOOVELLA — ANTONIO PAGES LARRAYA LEYENDAS Y SUPERSTICIONES DEL IBERA Gvrursrvo Praxuys Hipaico Isrropuceré Desde 1943, afio en que fui heeado por la Comisién Nacional de Cultura para investigar el folklore de la laguna Iberé, muchas cosas interesantes he aprendido, he visto y he escuchado hasta la fecha, para poder seguir con éxito por el camino que quiso para mi el insigne maestro don Juan Alfonso Carrizo, fiandé rubichd cué, carat arandi, pord, jha beraité (nuestro ex jefe, sefior sabio, bueno y muy brillante) Recoger folklore en Corrientes no es una tarea facil. No es lo mismo que trasladarse a la provincia a comprar ganado, yerba, mandioea o fruta citrica. ‘“jEs duro el eatete!”’, como dicen por alla. Sobre todo en pleno cam- po, en los lugares bravios como en la cuenea de la laguna Iberd, por ejemplo, hay que actuar cordialmente y vestir como corresponde. Digo esto como un anticipo para el futuro investigador que ha de seguir mis modestos pasos El mismo tendrd que poscer, por lo menos, algunos conoeimientos elementa- les del avéteé y seguir estudiando el idioma autéctono. He aqui el nombre de los autores euyo contacto debe buscar: Montoya, Bertoni, Muniagurria, Ortiz Mayans, Bianchetti, Peralta, Saguier y Morinigo. Para conquistar el corazén de un pueblo, hey que convivir con el pueblo. Hay que hacerse co- Participe de sus tristezas y alegrias, de sus costumbres, de sus pricticas su- persticiosas y hasta de eu fe legitima. Conviene recordar aqui el romance del Conde Arnaldos: “Yo no digo mi cancién sino a quien conmigo va"’. Menén- dez Pidal cita la reflexién que hace Nigra: ‘‘al ver que la arisea gente del pueblo, depositaria del tesoro tradicional, sdlo se atreve a comunicarlo al que va con ella siguiendo su misma vida sencilla..."’. Sobre todo en Corrientes, donde se habla y se piensa en castellano y en guarani, la tarea de un inves tigador, para ser completa, requiere el dehido espacio, Es obvia la influencia del Jenguaje acostumbrado sobre el espiritu. Monsefior Gustavo J. Francesehi tiene una afirmaeién exacta: ‘EI que habla en un idioma determinado, pien- sa en ,..”, Hl idioma, como bien lo refirma Gabriela Mistral “es una aguia cuya punta hiere y hace vibrar las més ocultas cuerdas del alma’. El tipo psicoldgico, el hombre folk de Corrientes, no es locuaz ni comu- nicativo como afirman desde el asfalto algunos escritores equivoeados. Es més bien un perezoso verbal. Para conseguir su colaboracién, hay que mere- cer primero su confianza y amistad. “El correntino, por habito y por tem- Peramento es seco, parco de palabras”, expresa con antoridad el Dr. Valerio Bonastre en su obra Corrientes on la Cruzada de Caseros. Slo ‘eambian- do la acepeién de “seco” por la de “serio”, ninguna otra opinién al 258 respecto se acerea més a lo que yo he notado. La palabra ‘seco’ ineluye una idea de antipatia y el hijo de Corrientes no es antipatico. Es cabalmente correcto, es cabalmente serio y tal como debe ser el HOMBRE, con mayiiscula. El folklore hispano - guarani o guarani - espafiol de Ja laguna Iberd, tiene su rafz vernécula fundamental en la parcialidad familiar de los caracarées. Estos se lamaban asi porque adornaban habitualmente sus cabezas con pla- mas de carancho. La laguna Ther, que abarca una superficie total de 22.000 km2., es una zona propicia para fecundas investigaciones cicntificas de distinto orden. Ella se extiende sobre Corrientes, la del milagro fundamental de 1588, la del in- menso orgullo de Yapeyi, a la augural manera de una futura madre. Es como una enamorada eterna. Hay algo entre ella y el sol que habla de un eonnubio largo. Famosos extranjeros —Bonpland, Azara, Blasco Ibajiez y otros—nos han legado sus elogios y experiencias sobre ella. Se dijera que la laguna Tberé, con el faseinante velo de encantamiento que la rodea, resucita en su profunda hoyada la remota emanacién telirica de Canaan, Nada falta en su seno, Hasta tiene ombalsados o pequefias islas flotantes que el viento meee como naves de aroma. Las especies de su flora son tan buenas como las de su fauna, Cualquier estudioso contempordneo se sorpren- derfa al contemplar su vibracién biolégica. Es una listima que los eazadores furtivos, los ‘‘mariseadores”’, que actiian sin el contralor de una vigilancia rigida y permanente, estén agotando poco a poco las variedades de su tesoro. Para evitar las picaduras venenosas los cazadores del Iberd, que nadan Y se sumergen como peces arriesgindose descalzos por entre los carrizales turbios, se atan a las polainas de votonia una bolsita con isipd, 0 evan col- gado al cuello, como los siringueros del Amazonas y fray Pedro José de Pa- ras en 1749, el sencillo amuleto de un colmillo de yacaré o de zorro. El isipé, el guaco del Peri, que se usa como enerda o alambre, ahuyenta a las viboras. Hilas no se acercan a los fnertes tallos de esta enredadera en la que Ambro- setti ereyé encontrar el origen del mito del Cad-pora o fantasma del bosque. Las virtudes del isipé como antiséptieo eran ya conocidas por los indios. Los cazadores del Iber4 son devotos de San Marcos, que los protege contra la sorpresa de los tigres y de los toros bravos. Ya no hay tigres en la laguna. Como recuerdo de su existencia, en el Rineén del Socorro, sobre Paso Picada, departamento de Mercedes, por ejemplo, sélo quedan los restos de las tram- pas de postes de fiandubay que se usaban antiguamente para atraparlos con el cebo sanguinolento de un pedazo de carne fresea. En la doble temtica animica y material tratada por el folklore ningan aspecto de la capacidad del hombre tiene mas importancia que la mésica y Ja poesia. ‘La poesia es més filosétiea y profunda que la historia” diee él Estagirita. No obstante, fue por el limen brumoso de la leyenda por donde pasaron hasta Ja historia los hechos todos, la mistica, la filosofia, la organi- zacién social, la téeniea y el soplo ereador del arte de los egipeios, de los hindies, de los persas, de los griegos, de los romanos. “Siempre hay leyendas y cuentos —expresa Ernesto Hello— cerea de la cuna de los pueblos y de los nifios’’, Como la de las islas de San Balandrn, Ja leyenda de la escondida Atlin- 254 tida, que anunciaron al mundo los sacerdotes faradnicos, movid irresistible. mente la tentacién de Jos navegantes. La leyenda azteca de Quetzalcoatl —el misionero blaneo— comin en casi todas las tradicioncs raciales de Amerindia, el Ttzanna de los mayas, el Votan de Guatemala, el Viracocha de los ineas, la misma del Pai Zumé 0 Avaré Chumé Marangaté de los guaranties del Para- guay, del sur del Brasil, de Misiones y de Corrientes, favorecié la empresa de Hernin Cortés frente al piadoso asombro de Moctezuma. Si la remota supersticién de la astrologia dio indiscutible origen a la formacién de la ciencia astrondmica, la leyenda, que fue la piedra fundamen- tal de Ia historia, todavia la contin‘ia nimbando en la sucesién del tiempo. Por eso el Arbol del folklore es grande porque sirve a la historia colaborando en su veraz pintura como unénime documento estético y etuogrifico de un micleo humano determinado, En el campo de la literatura popular, la leyen- da y Ia estrofa son sus flores més bellas y elocuentes. Como necesitarfa mucho espacio para citar todas las leyendas y supers- ticiones que recogi en la zona, hoy solo me ocuparé de algunas, en especial de las relativas a su fauna y a sa flora, que son las que cuentan con mayor vigeneia en la memoria de su aren gregario. ORIGEN DE BIENTS CULTURALES 1, El avati Segiin la leyenda, el av murié fue sepultado sin proli, ella surgié después el matz... EI vocablo avati significa ‘nariz de hombre’, Informante: Escolisties Medina, 72 afios. Carlos Pellegrini, Costa del Ibera, Depar- tamento de San Martin, ti procede de Ja nariz de un indio. Cuando éste }dad, quedando con su nariz al descubierto, De 2. La mandioca Era una joven india hija de un poderoso cacique, rubiché guazit o jefe grande. Se hallaba enamorada firmemente de un guerrero de su tribu, pero su padre se alz6 entre ella y 61 como una muralla. Entonces la joven huyé un dia desesperada por el rigor de Ja tutela pa- terna. Cuando la fueron a buscar, Ia encontraron muerta en el campo... La leyenda cuenta que de su tumba broté més tarde Ja planta de la mandioea. Informantes: Maria Luisa S, de Molinas, 90 alos, Santo Tomé, Pedro Viota, $5 afios, posadero, Costa del Therd, Carlos Pellegrini, Departamento San Martin, 8. La yerba mate Al respecto del érbol de cad 0 la yerba mate corren varias leyendas, ya recogidas por mi, que se dilatan con ligeras variantes sobre los cuatro rum- bos de la provincia. Hay una de ellas que cuenta lo siguiente y euyo conte- nido me parece hermoso por el fino fianduti de su trama autéctona, Yaei, la una y Araf, la nube, bajaron un dia a la tierra para cono- cerla bien, convertidas en dos deslumbrantes mujeres dignas de enamorar y cautivar el corazin de los més apuestos y aguerrides prineipes del penacho ¥ Ja flecha. Al llegar a la tierra comenzaron a caminar cerea de un bosque, 255 admirando los altos arboles y las fragantes flores que encontraron a su paso. Than a cruzar felices un pequefio arroyo, cuando un enorme yaguareté les cerr6 repentinamente el sendero eon un espantoso rugido. Yaef y Arai que- daron como paralizadas de miedo. El yaguareté las contemplaba con los ojos encendidos de eodicia, cuando el sithido de una flecha eruzé ante ellas. EL yaguareté lanz6 otro rugido y cayé como fulminado. Entonees ellas, tomando su primitiva forma de luna y nube se remontaron al cielo. 51 joven cacique que habia disparado el certero flechazo sobre el tigre. ereyé que no era cierto lo que vefan sus ojos. Se tendié después sobre el pasto y se queds com- pletamente dormido. “Eneontrards una nueva planta a tu lado —le dijo Araf en su sucfio— que seré wtil para tu raza, Haran con sus hojas un bebedizo refreseante ¥ sano,..’” El cacique desperté poco rato después y hallé cfectivamente una nueva planta a su lado, casi en el mismo sitio donde habia eaido el yaguareté, Era el Arbol del ead o la yerba mate,, la que hoy se Hema con razén el ovo verde de nuestra patria, Informantes: Raméu Moreno, 82 afios. Colonia Galarza, Costa del Theré. José Luis Navajas, 47 aiios, lacendado, Gobernador Virasoro, Zoua de los yorhalos de “Las Marias”, FAantassas. 4, Los Ab - 46+ De acuerdo con una viejisima Ieyenda, los AG- Ad, eran unos horribles enanos antropéfagos que devoraban a los indios desprevenidos que poilian cazar en el monte. Cuentan Jos paisanos, en especial los que viven en los sitios donde abundan las palmeras, como en Ia cuenca de Ia laguna del Therd, por ejemplo, que era trepéndose a esas plantas, como se libraban de ellos los indios guaranies, Los AG-A6 ge alejaban al verlos asi protegidos porque la palmera es una planta que tiene pora, alma, espiritu 0 fantasma,.. 4Qué ve- rian en ella los A6-A6, para alejarse de inmediato de sus perseguidos? Es el misterio de una leyenda autéetona que no quiere morir en la sucesién im- Wwida del tiempo. Informante: Dalmacio Ratalta, curandero, 97 affos. Colonia Galarza, Costa del Ther Departamento de Santo Tom, 5. Kl Yact Yateré EI Yaei Yateré, ave trepadora del tamafio de una paloma para unos y ‘is pequefia para otros, tiene un silbido impresionante que sobrecoge el éni- mo, ya sea escuchado de dia o de noche, Es algo que parece verdaderamente encantado. El mismo es una perfecta y clara onomatopeya espaciada de Jas cinco silahas de su nombre. “Al escucharlo —dicen los cazadores— se piensa en seguida en el enano rubio de su nombre y da micdo encontrarse de re- pente con él en la marafia del monte”. Yaci Yateré signifien ‘fragmento de Ja luna’. La imaginaeién popular expresa sobre é que es un hermoso enano de 1, Narciso R, Colman los reeuerda on su pocma Sandé Ipi Cuéra, Nuestros ante- Pasados, publicado por la Bibliotcea de Ia Sociedad Cientifiea uel Paraguay. 256 larga cabellera rubia, Anda casi desuudo, ya que sélo cubre su euerpo con un eseaso chiripé. Es un duende muy afecto a los dulees y a la miel silvestre que cuida para su deleite. Lleva siempre en su diestra un bastén de oro con siete tarjas megras que son las que indican las siete virtudes que lo hacen poderoso, Rapta a los nifios y a las doncellas que se aventuran a internarse en el monte a la hora de la siesta. Se dice que para vencerlo hay que robarle ‘ico bastén, para lo cual debe prepararse, lejos de las casas, un gran hanquete con diversos dulees colocados sobre una mesa cubierta con un largo mantel que ocultaré al audaz que, aprovechando la gula del duende, lo des- Ppojaré de su cetro, El Yaci Yateré es la objetivacién antropomérfica mas interesante y pod tica que rige en el euadro folklérico de la laguna Iberia. Informante: Seiora vivda de Fretes, 53 aiios, Carlos Pellegrini, Departamento San Martin. EspiiTus DE LA NATURALEZA 6. La Curiyt y ol Yyara En esta enorme boa constrictor, la Curiyti, que ega a medir hasta si metros de longitud, se encierra el espirita del fabuloso padre o dueio de la laguna Thera: Yyara. Este era un pigmeo de heretilea fuerza que moraba en lo mis espess de su marafia. Alli reinaba soberano, velludo y 4gil como un mono, robando donecllas y matando indios. Con la ayuda de Afa, tyara se transformaba en cualquier péjaro para realizar sus raptos de enamorado. Tanto su yor como su aspecto fisico eran sumamente horribles. Cubria su desnudez con un euero de capi-iré 0 carpincho, alimentindose con los productos naturales de la rica cnenea de sn dominio como frutos, peces y mic! silvestre. El enano Yyara, el padre o duefio de Ja laguna Therd, constitufa por sus maldades el terror de los aborigenes. Por eso fue condenado por Dios a se- micjante La piel de Ja euriyit, que es vistosa y tiene diversos matices, se cotiza favorablemente en el mercado, El primer historiador que nos habla de ella, es cl soldado aleman Ulrico Schmidl en sa libro Derrotero y Viaje a Espaia y Las Indias, Como no es ponzofiosa, las cazadores del Ther’ comen su carne con gusto, especialmente la pulpa del Tomo de la euriyti. Con clla se hacen tiernos y sabrosos bifes. Los cazadores aseguran que la carne del Jomo de Ja cuviyti es superior a la de la perdiz o inambi. Como mis la aprovechan es frita, pero también la comen en estofado, corrtada en trozos mas bien chicos y con bastante tempero 0 condimento. Informante: José Martinez, eazador. Costa del Theri, Departamento de San Martin, 7. Bl curupt Como el Yaci Yateré y el Cuarahi Jara o Duefio del Sol, cl Curupt es otro interesante duende de le mitologia guarani. Su nombre esté también en Ja flora, en la leyenda y el refran, Con Ja savia lechosa de la planta del curupi, muy difundida hasta ayer como probable sustituta del caucho, Ja terapetitica regional combate el do- Jor de muelas y algunas enfermedades de la piel como la eczema y la verruga. 257 Esta creacién de la fantasia y del temor del indio, que pertenece al grupo taxonémico de las objetivaciones establecidas por Brano Jacovella y Rafael Jijena Sanchez, es un hominenlo deforme, granujiento, monstruoso y laseivo, euyos pies no tienen dedos sino talones, con una mano de plomo ¥ otra de lana. Cuando sorprende a wn nifio o a cualquier persona en el monte, le da a elegir una de ellas oculténdolas a su espalda, ya para aca- riciar, ya para eastigar, burlonamente, segin sea el resultado de Ia eleccién impuesta. Con sus extrafios pies, el curupi despista a los que intentan se- guir sus huellas en la marafia. La exuberante imaginavién del pueblo lo Pinta a eapricho. Para unos el curupi es el pora espiritu, alma o fantasma protector de los enamorados y de las mujeres embarazadas que confian cie- gamente en él. Este duende ayuda a las mujeres gravidas vigilando su paso por el monte y librindolas de las arafias, de las viboras y de las fieras en general. Para otros, no es més que el terrible sitiro que rapta a las eriatu- ras desobedientes y aprisiona a las guainas o doncellas que se aventuran a internarse en la selva durante la noche o el medio dia. El curupi es ademis un duende bromista y travieso, algo asi como un traicionero Perurima o Pe- dro Urdimales. Le agrada golpear sin dejarse ver y es suya la ocurrencia de cambiar el contenido de las maletas de los que eruzan a caballo por sus dominios, Nenandolas de piedras, de arena, de carbén, de hojas de sucio limo. Eloy Fariiia Nitfiez, en la pagina 215 de su libro Conceptos estéticos ¥ mitos guaranties, reclama a su respeeto la atencién de los estudiosos. “En este homiineulo grosero, como Farifia Niifiez lo Mama evocando el culto de Dionysos entre los egipeios y los griegos, se manifiesta claramente el acre sensualismo de la raza guarant”. El Curupi posee un razgo viril caracterfstico, que lo distingue total- mente de los demis congéneres demoniacos, consistente en su cnorme falo con el que envuelye a las doncellas que desea poseer. Sélo cortindoselo, ellas pueden librarse de él Recordando seguramente a este enano de largo miembro es que dice el refran Avé carapé, tembd puct: Hombre petiso, pene largo. No obstante, su vigencia como duende no es, en el folklore regional, ni tan vasta ni tan firme como Ja del Yaci Yateré o el Cuarahi Yara, por ejemplo. Debilita o amen- gua su accién de tal, una vieja leyenda paralela que lo da como transfor- mado en la lechosa planta de su nombre. Sobre esta objetivacién antropomérfica rige el siguiente apotegma com- parativo de observacién campera. El curupi respeta a las mujeres embaraza- das tal como hacen los animales mzchos, que no se sirven de las hembras prefiadas. Por etimologia, Ia palabra curup{ parece una contraecién de curupiré, que significa exactamente ‘picl sarnosa 0 con granos’. 8. El Pombero, Cuarahi Yara o Mascadita El Pombero o pomberito, como Io Haman carifiosamente, es el més po- pular de los duendes correntinos en todo el rancherio de la cuenca de la laguna Theré. El también esti en las conversaciones, en Jas coplas, en los refranes y en los euentos. Es bajo y fornido, yendo siempre cubierto con su infeltable y gran sombrero de paje. Es tan enamorado y lascivo como el curupi, Tione los pies velludos ¥ no hace ruido al caminar, por eso lo Jaman 258 Piragiié, nombre que ha pasado a los politicos autonomistas o colorados. Se ‘ice que el Pombero es un fiel amigo en el que se puede confiar ciegamente en cualquier momento de necesidad. Como es un gran fumador y le gusta chicar 0 masear tabaco, para tenerlo siempre contento hay que dejarle a la noche y en cualquier lugar del exterior, como ser una ventana, sobre un poste de alambrado, etc., un naco de peti, cigarros de hoja o en ‘iltimo easo cigarrillos. Por eso se lo Nama también mascadita. Le agrada sobre todo el peti hii 0 tabaco negro. Dice bien Pedro Inchauspe en la pigina 203 de su libro Més voces y costumbres det Campo Argentino: ‘Tener propicio al se- fior de las péjaros es contar con el m&s seguro payé o amuleto de buena suerte. Su amistad se mantiene con ofrendas y entre estas ninguna le place ‘tanto como la de un poco de tabaco negro para masticarlo al uso correntino”’. “De esa costumbre se deriva el apodo de Mascadita que le dan al Pom- bero los islefios y mariseadores —Cazadores furtivos— de la laguna Iberé, y otras regiones veeinas’’. El Pombero es un duende proteico. Puede transformarse en un ave, en un tronco que flota, en cualquier cosa. Tione el don de hacerse invisible y penetra en los ranchos por cualquier rendija, Su modo de anunciarse ¢s piando como un pollite, pero imita perfectamente el canto de todos los pa- Jaros, Por temor a que se manifieste, algunos sélo lo nombran en vor. baja, aunque tiene también sus adeptos que aseguran tener pacto y conversar con 4, Duerme en las taperas y en los hornos abandonados. Hipnotiza a las j6- yenes que desea poseer, por eso el pueblo suele decir cuando hay un naci- miento sospechoso de padre desconocido: ;Seguro que fue el Pombero! ‘A propésito de la predileccién que el Pombero siente por las mujeres, se asegura en Corrientes que éste se enamora de las que estfin embarazadas y que evan en gu vientre un fruto femenino. Ellas dicen que saben con se- guridad si es una mujer Ia que van a dar a luz, pues sienten, desde los primeros meses, que el Pombero las acompatia cuando andan por la obsen- ridad o cuando duermen. Escuchan con absoluta claridad su piar suave. Tanto esté bajo la cama, como pusa antes que ella, cuando la mujer sale de Ja casa. Siempre esté a su lado cuidéndola, protegiéndola, y muchas veces so Tas oye quejar diciendo que el constante piar del Pomberito bajo la almo- hada les ha impedido dormir. Entre los araucanos hay también un Pombero Hamado Peuken que per- sigue a las mujeres. Es igualmente un duende bajo y laseivo que pertenece a las regiones boscosas de los hacheros de Chile. Como San Antonio y cl Negrito Pastorero del folklore del Brasil, el Pombero interviene también en la biisqueda de los objetos perdides, por eso se oye decir Pomberito, Pomberito si me haces encontrar... (aqui el nombre del objeto perdido) yo te ofrezeo un tabaquito! sta promesa debe ser cumplida para evitar que el Pomberito se enoje, ya que su disgusto es de euidado.. El nombre guarani del Pomberito es Cuarahi Yara o Dueiio del Sol. Es el guardiin del monte. El duende de las pesadas siestas correatinas, El protector de los pajaros. Sobre todo en el campo y cerca de los lugares frondosos y bravios, el Cua- 259 rahi Yara o Duefio del Sol, el Powbero, contribuye en mucho a amantener Ja tranquilidad hogarefia, ayudando a los padres en la buena formacién de sus hijos. Este Pora persigue y rapta a los nifios que se alejan de sus easas du: rante la siesta, aprovechando el suefio de sus padres para hacer sus pri- metas picardias, hasta las de indole sexual, castigando eon predileceién a Jos que tienen lx eostumbre de matar a los pijaros que emhellecen Ja exis teneia con sus cantos y colores La creencia en la realidad del Pombero, Mascadita o Cuarahi Yara eons- tituye un verdadero dique para las travesuras infantiles, Los padres se sir. ven de él como de un misterioso y terrible policfa del campo. Hay en nuestra fauna un hermoso pajarito de color rojo vivo que tam- bign se Hama Cuarahii Yara o brasita de fuego Se han ocupado de este duende, Juan B. Ambrosetti, Eloy Fari fiez, Ernesto Ezquer Zelaya, Pedro Inchauspe y otros ia Nii- 9. El Caé Pora Hs éste, el fantasma del bosque, ol Ymico mito guarani que tiene una manera biforme de presentarse. Todos los cazadores que traté en la zona —Villalba, Baldovino, Rodriguez, Franco, de Leén, Fleitas, Segovia y don Lorenzo Aguirre, éste en mi tiltimo viaje a la laguna, enero y febrero de 1964— me lo han confirmado varias veces. Ya es una mujer hermosa y des- nuda que tienta, trastorna y distrae a los cazadores con sus encantos hasta el punto de hacerlos perder el rumbo, ya es un fornido y gigantesco negro que los asusta y ahuyenta con un largo litigo con el cual también castiga a sus perros, La vision femenina del Caé Pora, aunqque fantistica, no des- agrada al cazador correntino que es por temperamento ardiente y sensual al extremo, Se dijera que hasta la desea... a pesar de la amenaza de padecer de locura que pesa. sobre el hecho de contemplarla varias veees. El Ca Pora varén, fuerte y terrible. tiene algo par color, sino por su ronea, scea y cortante voz, como también por su misi de protector del monte y de su fauna, con el fatal Sachdyoj que deseriben eu sus libros Carlos Villafuerte y Orestes Di Lullo, respectivamente, (Ver: Voces y Costumbres de Catamarea y El Folklore de Santiago del Estero). io, no por su 10. Ipéra Es un negro terrible y fuerte, de enorme boca y cuerpo relueiente, que Je agrada atrapar con preferencia a los nifios y a las gnainas o doncellas que lo provocan con su belleza. Tal como Jipiter, Ypéra tiene Ja propiedad de transformarse en eualquier ave acuética, en un tronco que flota, ete. De esta manera puede acerearse con facilidad a sus victimas, Asi antropo- mérfieo y cambiante, se dijera también que el negro Ypéra es una copia india de Proteo. Ypdra, en guaran{, siguifiea exactamente ‘fantasma, duende © espiritu del agua’, tal como Cad pora quiere decir también ‘fantasma de la Yerba’, y por exteusién, ‘del monte’ o caigiif. Algunos paisanos aseguran que Ipdra es solamente un negro del agua, que no tiene la virtud de poder transformarse, como su hermano Cad pora o sefior de las frondas. En eam- bio, otros afirman lo contrario; por eso, se suele eseuchar el dicho de lo agarré 260 Ypéra o lo levé ipéra, cuando alguien muere repentinamente ahogado, te- niendo la cereania de un troneo o de cualquier ave nadadora... Informante: Milciades Montenegro, 69 afios, Estancia Sam Marcos, Colonia Galarza, Santo Tomé. 11. Ysi, la madre del agua Tanto en la costa fronteriza del rio Uruguay, como lejos de ella y ya en el corazén de la provineia de Corrientes, como en toda la euenca de la laguna Thera, por ejemplo, se extiende y rige la ereeneia sobre la maravillosa existencia de Isi o la madre del agua. En el bejueo, liana o enredadera silvestre que se Hama isipd, el sabio Ambrosetti creyé encontrar el origen del mito de Cai Pora o fontasma del bosque. La palabra guarani isipé significa ‘mano de la madre del agua’ ? 4No scré esta planta tan itil al hombre la que originé la creencia en esa objetivacién casi homénimat ;Serd acaso su nombre un derivado despren- Gido det mismo tronco fundamental de ella? Segan cuentan, si, es una mujer encantadora de perfectas formas es- eulturales, que sélo Tegan a conocer y a poscer algunos. Son los que la maga lige para el placer y la desgracia. Se afirma que estos quedan locos o que mueren después repentinamente, atacados de un mal deseonoeido, algo ast como de una infinita tristeza o de un desgano completo y progresivo para seguir viviendo sobre la tierra, A pesar de estas amargas noticias que la vinculan en cierto modo a los hechizos fatales de 1a Ciree griega, los hom- bres det agro que se bafian con frecuencia en los rios, arroyos y lagunas de nuestro predic, no Ja temen en absoluto, Al contrario, suefian siempre con ella y quisicran poder contemplar su gran belleza y disfrutar alguna vez de sus dulces earicias embriagadoras y alucinantes... Sélo a los nifios les eausa horror y no quieren bafiarse nunca sin la eompafifa guardiana de sus padres. Para ellos, seguramente, la madre del agua es como una bruja te- rrible y fea. Principalmente los nadadores, los balseros y peseadores que son los que més andan y se introducen en gus vastos dominios, la buscan y 1a descan con entusiasmo. Tal es Ja influencia que ejerce sobre cl vulgo la objetivaci de Isi, la deslumbrante mujer madre del agua, que atrae y pierde para siem- pre a todos los faseinados que Hegan a poseerla. Nada les importa el peligro que trae agregado el deleitoso conocimiento de su misterio... La ilusién de semejante eonnubio, Ja tentacién de ese placer supremo, es superior a todas Jas amenazas que rigen al respecto del amor con ella. El hombre rudo que vive en pleno contacto eon la naturaleza, es mucho mis sensual y apasionado que el hombre culto de Ja ciudad. El sombrio final del poético idilio con la madre del agua, es algo que se parece al destino alado del zéngano que mucre al poseer a la abeja reina. Igual cosa succde al Mamboreta y a otros galanes irracionules. La hembra, después del acto, les devora las entrafas.. 2. En realidad, el isips cs como una mano vegclal que agarra y detiene al cami: nanto despreocupado que lo leva por delante sin darse cuenta, Esta planta es un poderoso antiséptico cue ya conocian y utilizaban log indios guaranties. Sus largos y fuertes tallos se aprovechan bien y tanto como el alambrc, para asegurar los rauchos y Jas jangadas. Tiene ademas otras virtudes prictieas y medicinal 261 Hay una leyenda que se identifica en mucho con la objetivacién de Isi, por la triste muerte que tuvo el joven indio protagonista de ella, Es la le- yenda de la hermosa Tyara, que nada tiene que ver con la del monstruo ena- no del mismo nombre que era el duefio y sefior de la laguna Tberé euando Negaron al Plata los primeros heraldos de San Ignacio de Loyola. Para tentar a sus pobres aunque ilusionadas vietimas, la madre del agua se muestra primeramente a ellas en toda su espléndida desnudez, a una dis taneia aproximada de veinte a treinta metros. Desaparece nego, vuelve a mostrarse ya més lejos o ya més cerea, contintia haciendo lo mismo hacia Ia orilla en una sonriente y callada invitaeién. A veces también se presenta de improviso en el monte, saltando y corriendo como una ninfa perseguida que busea amparo. La encantadora madre del agua no mata en seguida a sus amantes, Sélo Jos condena a desaparecer después de locura o de tristeza. TInformanta; Miteiades Montenegro, 69 afos, Estancis fon Marcos, Colonia Galarza 12. El Pora EI voeablo pora significa en guarani ‘duende o fantasma’, como Ypora, “fantasma del agua’ y cad pora ‘fantasma del bosque’. El pora es el alma, el espfritn, el hilito, la sombra 0 Ia esencia del Mal o del Bien, lo demoniaco 6 lo santo que entra en un cuerpo cualquiera, que se posesiona de una planta, de una piedra o de un pajaro, por ejemplo, para fijar su naturaleza domi- nante. Entre las plantas que tienen pora, alma, espiritn o fantasma, se se- Gialan a la palmera, el banano 0 pacovd y a la yerba mate o cad. Entre los pAjaros con pora se registra al caburé y al picaflor o mainwmbi. El pora dol caburé es traidor o diabélico, porque esta especie ernitolégiea de color overo como la lechuza, aunque més pequefia, atrae con su canto a sus congéneres alados para devorar después al que le agrade. Con Ja pluma del caburé se prepara un payé de amor, para perder a las guainas o donecllas lindas en bene- ficio del hombre interesado en poseer este famoso talisman de carfcter donjua- neseo. El pora del pieaflor es benéfico porque tiene influencia sobre la salud y <1 progreso econémico de la personayen el umbral de cuya casa se debe ente- rrar sa diminuto cuerpo, como payé propiciatorio de buena suerte general Con Ja raiz del arbol del cad o la yerba mate, se prepara un payé para tener amigos leales en el claro camino de la vida, porque también es una planta con pora bueno, como el banano 0 pacové y la palmera, euya virtud se recuerda en la leyenda de los aé- a6. Por esta misma creencia es que a Jos nifios Jactantes se les debe friccionar el cuerpo con polvo yerba mate, para que sean buscados en su existencia por amigos fieles y sinceros. La nica piedra con pora es la piedra imén, la ité card, ‘la piedra que come’ de los guaranies. Asi pensaba de ella Tales de Mileto, el viejo sabio de Grecia. Se afirma que la piedra imin trae buena suerte para la paz, la eoncordia y la economia de la familia, Por eso el paisano correntino cree reforzar su poder, preparando con ella un payé simpatico, mezelado con cuen- tas de coral y pedazos de acero como agujas y hojas chicas de cortaplumas para que Je sirvan de alimento, porque la ité ear, como su nombre lo in- diea, es la piedra que come... 262, Entre las varias oraciones que corren a su respecto, hay una que ex- presa lo siguiente: iPoderosa piedra imin, ta, que tanto bien hiciste, como a otros gloria diste, dame a mf ventura y pan! ‘Al payé con Ja picdra imén hay que hacerlo escuchar por lo menos una misa para que reciba en ella la bendicién de Dios. Informante: Juan Pio Monz6n, 85 aos, Colonia Carlos Pellegrini, Departamento de San Martin, SERES METAMORFOSEADOS 13. Cambé nambé Asi se designa, por la siguiente leyenda, a la semilla del timbé. ‘A la vera de una inmensa selva se alzaba el rancho de un honrado lefiador que vivia alli acompafiado de una nifia de corta edad, que era todo el tesoro que su difunta esposa le habla dejado como herencia. Aquel hom- bre, que era un bizarro negro, la euidaba con abnegacin y trabajaba feliz a su lado porque la nifia le correspondia con igual fervor. Una tarde, misteriosamente, su hijita desaparecié del lugar, perdida aca- so en la espesura. El negro quedé como enloquecido. Fue tanta su desespe- racién de padre, que el pobre comenz6 a corer sin miedo dia y noche por entre las malezas, Hamando a la nifia de su corazén y acostindose de trecho en trecho con el ofdo pegado al suclo, para poder percibir mejor el retumbe de los tiernos pasos de su adorada compajierita, En esta actitud le sorprendié Ia muerte, ya rendido por el cansaneio de una incesante biisqueda, después de haber recorrido vanamente casi toda la inmensa selva que se extendia junto a su rancho. Entonces Nandeyara, como recuerdo del lefiador ealdo, hizo brotar de su cuerpo el Arbol del timbé. El grueso tronco de esta especie de nuestra flora, resistente y liviano, ya usado por los indios para tal trabajo, se sigue utilizando todavia para fabricar las embareaciones monoxilas como las ¢a- noas o piraguas, La semilla tiene el color y la exacta forma de una cambé nami u oreja de negro. Por eso se la lama asi, de acuerdo a la leyenda que rodea al Arbol del timbé. Con ella, el saber popular prepara un cocimiento que es especial para quitar Jas manchas de la ropa. La semilla del timbé es el qui- lay del correntino pobre del campo. Informante: Epifanio Rojas, exzador, 50 afios, Coloni: partamento de Santo Tomé, Galarza, Costa del Tberé, De- 14. El aguapé Como casi todas las aves, los animales y las plantas, el aguapé 0 ca- malote también vive aureolado por la leyenda. Se cuenta que el camalote, antes de ser lo que es, era un fornido cacique, rubichd o jefe guarant de hermosa estampa varonil, del que se habian enamorado locamente dos her- manas de perverso temperamento. La tradicién sostiene que Nandeyara lo transform6 un dia en la planta acudtice de su nombre, para librarlo de morir envenenado por el furor de Jas dos hermanas rivales y desdefiadas, 263 El aguapé o camalote tiene propiedades medicinales. Con sus hojas fres- cas y bien machacadas, se prepara un emplasto que es muy eficaz contra todas las inflamaciones feas de In piel. Asi lo recomienda la terapéutica po- pular de Ja zona. Informante: Manuel Frauco, 95 afios, dircetor de Ja Bxcwela Nacioual N° 163. Colo- nia Carlos Pellegrini, Departamento de San Martin, 15, El Ysipd El recio indio Ibir4pité amaba con locura a Caavétorf, la més bonda- dosa joven de la tribu que gobernaba su anciano padre. Un dia éste le dijo a Thirdpita —Desde hoy en adelante ti serds aqui el cacique. Yo ya estoy viejo y debo descansar. Lo tinieo que te pido es que te cases con Isipé. —Modo lo haré, todo lo haré, padre mio; pero no puedo casarme con Ja hermosa Isipd porque amo locamente a la dulee Caavotori. —Si no te casas con ella dentro de tres Iunas, te despreeiaré para siempre ante toda la tribu. El pobre Ybirdpité decidié hablar con isip6 para confesarle su amor por Caavétori y pedirle que intereediera en su favor ante su padre. Isipé Jo escuché un rato en silencio y después le dijo con maldad y despecho: —Yo te amo, thirépiti. Eres hermoso y no permitiré que seas de otra amujer. Mi aliado es Afi, y por él juro que no serés de Caavétori. ibirdpit salié de alli desesperado y empez6 a caminar sin rumbo. Por fin después de mucho meditar, fue a ver a Caavétor, Ja tomé en sus brazos y le di —Vamos hacia Ja dicha 0 hacia la norte. Tenemos que huir de agni. —Yo no tengo miedo si tii me Mevas. Vamos adonde quieras —le re: pondié ella eon decisién. Pero Ja maligna Isip6 no se habia quedado quieta; imploré la asisten- cia de su aliado And, y siguié de cerea la seereta marcha de Ia pareja enamorada, bajo los altos Arboles de la tupida selva guaran. Cuando Tbird- pita se dio cuenta de ello, eché a correr con su preciosa carga en los braros Anduvo asi un largo rato y de pronto se detuyo como paralizado, con las piernas maneadas por extrafios lazos Comprendié entonces con espanto que Jos tres se estaban transformando en plantas del bosque, dio un grito que hizo estremecer a las fieras y a los péjaros, y ya no vio después absoluta- mente nada, El juramento de Ja encantadora como perversa Isipé se habia eumplido: “No permitiré que seas de otra mujer’, Afid, el diablo, habia escuchado sus ruegos; tal es la leyenda que aureola la vida vegetal de las tres especies nombradas. Hay otra leyenda relativa a esta planta y a su especial virtud come contraveneno * isip6 y ian muy Telices en eompaiiia de su anc andurié eran dos encantadoras hermanas gnaranfes que vie ‘ano padre, Las dos se enamoraron 8. El viejo curandero de la regién iberana de Galarza, don Dalmacio Batalla, ya fallecido, asoguraba haber eurado con tal remedio a muchas personas pieadas por ¥i- boras y araias. 264 una_vex de un vigoroso indio joven, Mamado Aguapé, que hallaron casi moribundo en la costa de un rio cercano y que ellas consiguieron reanimar- Jo con algunos masajes y varios tragos de aguardiente de maiz o avati. Co. mo el joven estaba enamorado de otra mujer y no podia corresponder a ninguna de las dos hermanas, Nandurié le preparé un poderoso veneno ¥ se lo dio a beber. fsipé fue a verlo con Ja generosa inteneién de salvar su vida, pero como é1 no podia quererla se alejé de su lado con amargo des- pecho. Ella era la finiea que podia salvarlo, porque poseia el scereto de veneer los males. En eso estaba cuando Nandeyara los transformé a los tres Cre6 para ello dos nuevas plantas y um nuevo animal terrible, Ja vibora que hoy se conoce con el mismo nombre de la perversa hermana de Isipé. La fandurié es una de las viboras mis venenosas que existen en la fauna de la regién. Como contraveneno a su pieadura, en cl campo se recomienda prineipaimente el isipé, el tabaco negro, el lantén y sapirangiiy. El aguapé o camalote es también una planta medicinal y benéfica, tal como era y se Hamaba el indio de la leyenda que ella recuerda en la sucesién del tiempo. Con sus hojas humedecidas se corta la ficbre y se eura la inso- lacién, aplieadas de rato en rato sobre la frente del atacado. Aprovechadas en infusién, las hojas del aguapé sirven ignalmente como sedativo para los do- lores en. general. El ibirépité, arvol colorado, o canafistula, es una frondosa planta de madera dura y dtil para la construceién. Se da el nombre de caavotorf, a una plantita rastrera de hermosas flores perfumadas, que crece en las orillas de Jos arroyos y se suele cultivar en los jardines como adorno. Informante: Juan Pio Monz6n, 85 afios. Colonia Carlos Pellegrini, Departamento de San Martin, 16. Ht Teyte Es esta la primera leyenda de cardcter incestaoso que he encontrado en- tre las leyendas correntinas del Iberé. El lagarto, el teyit, era un hombre Ueno de vieios que se alimentaba especialmente de micl y de huevos freseos casi siempre robados en los gallineros de sus vecinos. Su pecado fundamen- tal, su gran pecado, era la Injuria, El teyd se dedicaba a enamorar a las mujeres més lindas de su familia, perseguia a sus hermanas y no se libré de él ni siquiera su propia madre. El diablo era su aliado y nada temia el infame, Una dia aquel hombre leg6 al ineesto. El enojo y el asco de Nan- deyara subieron entonces hasta el extrem —iTe arrastrarés, maldite! —grité desde las estrellas. Y asi nacié el teyt, que todavia conserva su preferencia por la miel ¥ los huevos frescos, Hata leyenda que evoea en su desenlace el anatema de Jebovi a la ser- piente del Paraiso, puede haber sido ereada por los heraldos de San Ignacio de Loyola para moralizar a los indios disolutos. La paremiologia popular registra dos apotegmas comparativos que s aplican al hombre enamorad —{Se lambe como el teyé por Ja miel! —iSe lambe y se relambe como el lagarto frente a un nidal! Hay una vieja copla que expresa 265 Cada vez que tengo cerea tu boquita de clavel, yo me lambo y me relambo como el teyd por la miel EI paisano cambia el verbo lamer por lamber. Informante: Juan Pio Monzén, 85 aiios, Paso Picado, Costa del Theri, Carlos Pelle- Brini, Departamento de San Martin, IT. El Chesi La_leyenda ornitol6gica del Chesi es muy semejante a la del Cari. la mis tipiea de Corrientes, aunque no encierra en su trama la pasién por Ia danza. En ella intervienen una madre enferma y wn hijo desobediente y despreoeupado. A pedido de la autora de sus dias, el joven protagonista sale & buscar remedios, pero como Je gusta mucho Ja fruta se detiene ante un plet6rico duraznero que encuentra en el camino. Mientras tanto su madre muere olvidada. Tupa, que lo ha visto todo desde el cielo, lo condena enton- cer a vivir amfndole eternamente convertido en el triste pijaro de su nom- ‘bre. El Chesi es ariseo y no se deja ver con facilidad. Su impresionante y monétono canto —che si che si, ‘mi madre, mi madre’— se oye principalmen- te en noviembre, en el mes de los santos y de los muertos. Informante: Irineo Villalha, 70 afios, cazador. Carlos Pellegrini, Costa del Tberd. 18. El pacaé El pacad, la pacad o gallina del monte, como también Io Hama el pueblo, era un mozo necio y haragin que poco duraba en Jas estancias donde s¢ empleaba como peén. Vivia con su madre ya vieja en un pequefio rancho Un dia la abandoné misteriosamente. 4 Qué habia pasado? Aquel mal hombre habia encontrado un entierro de oro y plata en una botijuela o tinaja. De Ja noche a la mafiana se convirtié en un hombre rico y poderoso. Compré campo y ganado. Pas6 el tiempo. Una noche alguien lamé a Ja puerta. Fra su madre enferma y hambrienta, que mucho se alegré de volver a verlo. Ella Jo quiso abrazar con carifiosas palabras, pero él Ja rechazé con airado gesto. La pobre madre le pidié solamente que Je dicra una cebadura de mate y el infame se la negé dieiendo: —10pé el cad, opé el ead! (Se acabé la yerba, se acabé la yerba) Por eso fue castigado por Dios a perpetuar su ingrata contestacién filial. La historia del paca no es otra, Para nombrarlo se omite lao de op4, euyo sonido se advierte con facilidad cuando se eseucha con atencién su ean- to: ;Opé el cad, opd el cad! El prea es une especie de esbelto pollo de vistoso aspecto por su_ plu maje de color verde amarronado, cuya tierna carne se aprovecha con deleite, Es como la martineta, la perdiz 0 inambit comin y los patos y patillos sil- vestres que abundan en la laguna Iberé, En la cocina de los pobres y de los ricos no faltan munca estas sabrosas presas de la opulenta cinegétiea co- mareana. El pacad habita en los sitios boseosos, eerea de los riachos, arroyos y la- gunas. Por eso, en el Paraguay, segin el Diccionario de Ortiz Mayans, se lo lama Ypacaa o gallineta del agua. Su canto se oye generalmente al atarde 266 monétono y triste, Pareee una queja, ya al Megar la noche y en el silencio del campo: ;Opé el cad, opi el cad! (Se acabé Ia yerba, se acabé la yerba). Con ligeras variantes trae esta leyenda Juan B. Acosta en Ja pigina 90 de su libro Ipotiyavé publicado en Buenos Aires en 1953. Informante: Benjamin Franeo, 65 alos, cazador. Colonia Galarza, Costa del Iber’, Departamento de Santo Tomé. 19, La pollona Fue, en sit primitiva forma, la hermosa euflataf o doneella que fasciné al famoso gaucho Carau, hasta el punto de hacerle olvidar los urgentes re- medios que salié a buscar para su madre enferma, Dulcemente retenido en sus brazos en el vaivén del baile, el apasionado gaucho Carau se perdié para siempre en los esteros de su destino. En castigo de su mal comportamiento filial. Dios lo condené a vivir en ellos con la misma mujer que lo habia en cantado. Por eso canta la copla tradicional hilingite que traduzco: El carau y Ja pollona son dos bichitos del agua, cuando el carau se lamenta Ja pollona lo consuela. Mas pequefia que el carau, que viste de luto riguroso, la pollona es de un plumaje castafio oscuro. El paisano supersticioso respeta Ia vida de Ja pareja y prohibe que se Ja mate. Informante: Solano Jones, 61 afios, hacendado, Costa del Iber4, Carlos Pellegrini, Departamento de San Martin, 20. El cuervo El euervo, el iribii, era un gaucho muy comilén de carne, que un dia de miseria salié de su casa en busca de alimento. Anduyo y anduvo hasta que encontré una osamenta, Como tenia mucha hambre probé Ia presa y le gusté. El mozo comié todo lo que quiso. Sacié bien su apetito con la carne putrida ¥ se tendiG después a dormir tranquilamente sobre el pasto, sin importarle €l olor ni las moseas que lo rodeaban, Cuando aquel gaucho desperté, ya no era el mismo. Su ewerpo estaba Ueno de plumas negras, su boca era un largo pico, sus piernas tenfan pias y ufias filosas... Dios, que habia co.- templado con disgusto y asco su terrible banquete con a osamenta, lo até Para siempre a ella, Por eso es que dice el vulgo, cuando una persona sale de su casa y tarda mucho en volver: Hizo como el cuervo, encontré una osa- menta y so queds Entre los cazadores hay una interdiecién que ordena: No hay que tirar- Te al cuervo con la escopeta porque su cafio se humedece para siempre. 21. EL Chajé Dos hermanas, dos jévenes mujeres estaban lavando a orillas de un arro- yo. Jestis y San Pedro, que pasaban por alli, manifestaron nevesidad de beber. Ja respuesta fue aleanzar a los deseonocidos una calabaza con agua jabonosa. Después de agregar algo que las lavandoras no entendieron, los caminantes si- guieron viaje. De pronto las dos notaron con espauto que se iban alivianando, 207 que sus piernas se afinaban poeo a poco, que sus vestidos se transformaban en plumas grises, sus boeas en picos, sus brazos en alas... Entonees una de ellas grit6: —1¥ahé, Yahé! (;Vamos, vamos!) Y Jas piearas castigadas se alejaron volando. Eran ya el macho y la hembra, cra ya la primera pareja de chajies que sureaba el espacio del Parana Guazi. Tal es la leyenda més difundida, Existen otras versiones, aunque desa- rrolladas sobre el mismo tema de la sed y donde sélo cambian los protago- nistas de la rogativa. En una, por ejemplo, son la Virgen y el Niiio los que aparecen. En otra es Yaci, la luna, la que surge en el cuadro con la tierna carga de un cunumé o pequeio. El poeta Carlos Alberto Castcllin, hijo de Mercedes, en su premiada le- yenda en verso sobre el chajé, donde emplea el Taragiii iie’é o lenguaje de Corrientes con cl sello caracteristico de su fonética, localiza su origen en la’ profunda y vasta depresién lacustre del Therd: {Sintié? ;Son las hermanas, aquellas son hermanas que all por las edades de un tiempo que ni sé, Jueron Jos solas duefias de estos lugares donde por su maldé denguno quiso poner el pie! Mareos Sastre, en el capitulo VITT de El Tempe Argentino, tiene un ad- mirable articulo sobre el picaflor y el chajd, tan distintos en su tamafio y en sus costumbres, pero también tan ‘tiles al hombre. En su ofieio de guardian principal del campo, el pitén que tiene como ayudante al tero. Informantes: Pedro Leiva, 53 afios, cazador, Colonia Galarza. Silvio Martinez, 72 afios. Santo Tomé. es como un ca- 22. FL chingolo Todavia parece que anda con grillo, recordando al mundo un pecado, Era un hombre, un ava impetuoso y leno de soberbia. Tenfa mucha fuerza y co- metié una vez la terrible profanacién de derribar el pesado portal de una iglesia. Por eso fue engrillado y conducido a la céreel, de donde mis tarde salié volando, doblemente castigado por la justicia del Cielo. El chingolo 0 cuchillo, diminuto y nervioso, es el tinico pajaro que ca- mina a saltitos como si estuviera maneado por invisibles grillos... El cachilo es sociable y visita los patios familiares en busca de migas de pan y restos de comida. Sdlo se aleja con rapidez, cuando advierte la presencia peligrosa de un gato, Por eso dice el refrén, cuando alguien Mega a una casa eomo el ehingolo, en forma inesperada, sin previa invitacién ni aviso, a la hora habitual de la comida: iEntra. solo, como el chingolo! Informante: Mclitén Vargas, 73 afios, potn de cstaneia, Carlos Pollegtini, Costa del beri, Departamento San Martin. 23, El Alonso Garcia Este pajaro, muy parceido al hornero aunque algo mas grande, se halla cireundado por la siguiente historia legendaria, 268 Era un mozo sumamente perverso que maltrataba a sa padre, ya_casi anciano, con toda clase de buxlas y de disgustos. Vivian ambos cerea de la laguna Theri, donde tenian un humilde rancho. Alonso Garcia gustaba mucho de Ja miel silvestre y solia salir a buse: panales. En vano su padre bondadoso le aconsejaba que no lo hiviera. Alon. so no lo eseuchaba y un dia pagé muy caro su capricho y su gula. Mientras iba eaminando, perseguido por un evjambre de abejas que Ie clavaban por todas partes sus aguijones, cayé repentinamente en un sucio tembladeral de los esteros. Alli comenzaba a hundirse desesperado, cuando sintié con sorpresa gue se alivianaba y que aseendia del fango como em- pujado por una fuerza extraiia. Se dilaté entonces por ¢l monte del Ibert un nuevo canto de ave... y el perverso espiritn de Alonso Garcia se lanr6 al espacio. De tal manera lo castigé para siempre la soberana ley de la Providencia, Esta especie, que es como ya he dicho algo més grande que el hornero, s6lo se diferencia de 61 por la hechura de su nido y por sus feas costum- bres de rapifia, Por eso hay quienes Je Haman también Alonso bravo. Con respecto a su parecido con el virtuoso albafiil de nuestra fauna alada, en sus Antiguas y Modernas Supersticiones del Rio de la Plata, pagina 166, Da niel Granada expresa: ‘No es cl mismo pajare, como Avara supone””. Informante: Manucl Franco, 95 afios. director de Ia Escuela Nacional N° 163, Colo- nia Carlos Pellegrini, Departamento San Marti 24, El pitogiié No es otro pijaro que el benteveo, el pito Juan o el bichofeo, como también se lo Hama en otras partes. Una pobre vieja casi centenaria vivia a Ja orilla de un espeso monte con la tiniea compaiiia de dos muchachos huérfanos que ella habia recogido. La anciana apenas comfa ya, pero sus hijos adoptivos se alimentaban con Jos productos naturales que ofrecfa la zona, como perdices, peces, tatties y frutas tan sabrosas coma Ja pitanga, el arasi y el flangapiri. El vicio del peti o tabaco entretenia la monétona existencia de aquella mujer, a quien Je agradaba sobremanera fumar en um ristico pito de palo que de continuo estaba acariciando. Los muchachos se lo llenaban y encen- dian. Ast pasaba Ja mayor parte de sus horas, sentada en un sillém de paja con la blanca cabellera sujeta por una sucia vincha. Cuando el tabaco de- jaba de arder, ella gritaba Ilamando a los muchachos con insistencia: —iPito giie, pilo giie! (Pito apagado, pito apagado). —jEnseguida, mama, enseguidita! —le respondian ellos, que siempre s+ acercaban corriendo para no oirla rezongar ni soportar sus insultos, que sa- bian ser duros. Aquel Hamado chillén, pito gité, pito giié, pito giié, repetido dia a dla durante largos afos, llegé a coustituir una verdadera pesadilla para Jos mu- chachos que no podian jugar ni salir ibremente a cazar por el monte bajo Ja luz del sol. La biisqueda de alimentos la tenian que realizar por turno para no dejar a la mujer sola, Al promediar una mafiana, eansados ya de de semejante vida, después de comer wna mulita asada y algunos fruios, decidicron marcharse definiti 269 vamente, condenando a su propia suerte a la pobre mujer que los habia stiado. En ese momento, ella se hallaba durmicndo en su sillén de paja, eon el pito 0 eachimbo apagado entre las rugosas manos. Cuenta la leyenda que muy grande fue la desesperacién que sintié la mneiava al despertar més tarde lamaudo en vano a los muchachos, y que de tal manera se fue transformando en el ave que actualmente es. Tanto su acostumbrado grito, como la sucia vincha que la vieja usaba para sujetar el cabello, se perpetiian en la cabeza y en Ja garganta de esta especie insectivora tan ‘itil a la agricultura como temida por la supersticién. Se dice que el pitogiié anuncia desgracia como cl ipeci y el suinda, Este pajaro protector de Jas plantas y de los sembrados, es encmigo del Perjudieial gusano conocido con el nombre de bicho del costo. Informante: Silvano Hernéndez, 67 afios. Colonia Carlos Pellegrini, Costa del Tberé, Departamento de San Martin, 25. El carayé Rigen varias leyendas sobre el canayé, mono grande y aullador de los montes del Paraguay, de Misiones y de Corrientes. Casi todas ellas son de caréeter cristiano, donde como protagonistas principales aparecen la Virgen, San José y el Nifio. En Ja zona del Tberé donde hay una isla que se lama Carayé4, corre Ja siguiente, cuyo vuelo me parece limpiamente vernéeulo. 1Quién era el carayé en su primitiva format Era un indio, Aunque le gustaba sobremanera el bosque, tenia también un miedo extremo a las fie- ras. Cerca de su choza vivia un famoso Carat payé o sefior hechicero. Un dia fue a confierle su corazén. —Quiero, si es posible —comenz6 diciendo— que me conviertas ahora mismo en un animal de mis costumbres, para que nada me hagan los tigres, ni los leones, ni las serpientes, ni los zorros. El indio deseaba vivir tran quilo entre todos los cuadrdpedos y reptile Ah, si pudiera trepar siempre a los drboles; esa seria mi mayor ven- tura! —Bueno— le respondié el Carat Payé. —jSerés lo que deseas! Pronuncié en seguida unas cuantas palabras incomprensibles, dio ex- trafias vueltas alrededor de su visitante y quemé después varias hojas secas y pulverizadas de caé y peti 5. Asi, casi sin darse cuenta, el indio se fue transformando poco a poco en lo que actualmente es. Iaformante: Ireneo Villalba, 70 afios, cazador, Ruta 14, Carlos Pellegrini, Departa- mento de San Martin. 4. Esta isla fue visitada en 1910 por ei mayor Pedro Upart, cuando so resliz6 Ja expedicién al Theré organizada por la Sociedad Cientifiea Argentina, 5. La yerba mate ¥ el tabaco fucron las especies aromiticas mis usadas por Jos brujos guarantos. El tabaco se usé igualmente en las Antillas, en México, en Ve~ nomuela ¥ en el Pera, Como puede apreciarse, ex esta Ia primera leyenda recolectads, por mf, donde aparece el lojano Carai Payé 0 ‘sefior hechicoro’ de la raza Tapaicut, con todo el poder transformador de Dios, Tupé o Nandey4ra, y también de Tupasi, Ia Virgen 0 In Madre de Dios. 270 26. Bl Aguaré Chai Aunque pertenece a la misma familia del zorro comin, el aguard chat, el més pequefio de los zorros, tiene su historia particular. Se dice de él que fue antiguamente un muchacho travieso ¥ glotén al extremo, muy dado a las malas artes de argelar a los demas con sus feas eostumbres Para que siguiera asi recordando al mundo su pasado, Nandeyara lo eastig6 un dia con la forma animal que actualmente luce. Rige una copla popular inspirada por él, que publica y sefiala sus prin- cipales vieios de ayer y de hoy: i Aguaré chat, bichito relajado come la gallina a y suelta el caballo atado! Segin asegura el paisano, cl aguaré chat o zorro chico, es el peor ejem- plar de Ja especie, el mas dafiino y terrible de todos los zorros de la fauna de la regién. Informante: Milefades Montenegro, 69 afios. Estancia San Marcos, Colonia Galarza, Costa det ber. 27. La Moedi Cogoé La gallineta o gallina de Guinea, la mocéi cogoé, el ave més ponedora, era una mujer mala y consentida por su belleza, que engafiuba miserable- mente a su fiel esposo, Por eso fue condenada por Dios a vivir eternamente en semejante forma, De acuerdo con esta leyenda y para atraer a la clientela, las mujeres de mala vida suelen enterrar una pata de gallineta en la entrada principal de sus casas Informante: Nicasio Vargas, 75 afos. Santo Tomé. 28. El Suindé Era una costurera joven que tenia siete hijos. No obstante la pobreza de su existencia, le agradaba sobremancra vestir lujosamente y lucir sus ‘trajes en toda clase de fiestas y de reuniones, Una noche, al regresar a si asa después de varias horas de alegria, reeibié In enorme y desgarrado sorpresa de comprobar que todos sus hijos habian muerto de frio. Fue tan- ta su desesperacién de madre, que agarré la tijera y comenzé a cortar las sicte mortajas que necesitaba, casi sin darse cuenta de lo que hacia. En eso estaba, cuando se fue transformando poco a poco en ave... EL paso de un suinda o corta mortaja por la vecindad de un hogar, imi- tando perfectamente el ruido caracterfstico de una tijera en aceién, es tan temido por el vulgo supersticioso, como la preseneia y el canto bullieioso del ‘pect o pijaro carpintero. Muy mala sefia para una easa es oir al suindé por sicte veces en el transcurso de una sola nocke. Informante: Marfa Luisa Ch. de Molinas, 91 aos. Santo Tomé. 29. El Isondi Asi se Uamaba en guarani a la Inciérnaga o gusano de luz, que tiene también su historia especial, como la mayoria de los arboles y de los ani- 271 males que preocupan por algiin motivo la imaginacién del hombre frente al misterio de Ja naturaleza, El vulgo afirma que el isondi era un joven y hermoso guerrero, para el cual no habia mujer imposible. Los envidiosos de su irresistible atraceién Jo mataron wna noche a puiialadas. Cada vez que hundian sus filosos pufia- les en el euerpo del infeliz, de é se desprendian pequefias chispas resplan- decientes, las euales se fueron transformando y multiplicando después en la gran familia alada del isondi 0 gusano de luz § Este insecto volador, que parece tener su nido de proyeceién sobre Co- rrientes en la euenca de la laguna Thera, embellece con sus refl Jenciosa oseuridad de las noches. El isondi, tal como mensajero de lo des- conocido despierta y acicatea en la sombra la supersticiosa mentalidad del paisano. Informante: Gregorian Godey, 88 af Estancia Caza ‘ava, Departamento Santo 30. KL Lobisén Ta idea més comim que se tiene de 61 en la costa del Ibera es Ia de su transformacién canina. El perro negro, yagud hi, de gran tamatio, es el animal mareado por la supersticién, No obstante, la impresionable imagina. cin del sujeto vidente no puede precisar su aspecto con nitidez, Concep- cién Barrientos, por ejemplo, la misma mujer que me hablé en Paso Picada sobre la Salamanca, me dijo textualmente: —Hs una cosa que no se entiende... El poeta Rafael Jijena Sincbéz, en su libro El Perro Negro, vefirma Ja vigencia del mismo en el folklore. La persona sefialada eomo Jobisén es el séptimo hijo varén seguido y no bautizado de cualquier familia, No come carne, es escudlido, hermético, solitario, muestra siempre las uiias largas y sueias de tierra y tiene eostumbres singulares que lo hacen sospechoso al extremo, Para la gente de la regién no pasan nunca desapercibidas las ca. racteristicas habituales del hechizado. De esta objetivacién demonfaea, a la cual ‘‘no le entra bala”, se afirma que sélo se le pucde ahuyentar con ka sefial de la Santa Cruz y tirdndole con botellas y tizones encendidos. Segtin Ja yor del pueblo, es “a lo tinico que tiene miedo". yPor qué? Porque la cruz es el payé guazi o talisman grande de Dios, porque las botellas cortan ¥ los tizones encendidos queman y 61 sabe que si lo hieren en cualquier for- Ima quedaria marcado, descubriéndose ante los demis. Para saber si el perro completamente negro que aparece de pronto rondando la casa y hasta den- tro de ella, como en Ja cocina, por ejemplo, es en realidad el sujeto sospe- chado, (siempre hay uno), se le lama por su nombre de gente, Si es él, s¢ volveré furioso hacia Ja persona que lo nombré y echéndosele encima tra. taré de matarla, Por eso hay que prevenirse antes teniendo a mano lo que teme. Si no se puede o no se quiere proceder asf, no se le debe hacer caso y por lo tanto hay que dejar que siga dando vueltas hasta que se vaya solo. El lobisén que no come carne, gusta en cambio de la leche, Se asegura 6. La gratia correcta de este voeablo es isoindi, El vulgo le Hama igualmente taca 0 taca-taca, 272 que en Ios tambos por donde ronda habitualmente, los terneros enflaquecen por falta de alimento necesario, ya que se bebe Ja leche dejando vacias las ubres de las vaeas. Por eso es que cuando muere algiin sujeto sospechado de tal, se fijan si tiene leche en los labios y si se ven rastros de ella en Jos ofdos o en la nariz, pues ereen quo al morir pierden por alli algo de lo que han tomado. Otras de las cosas que més le agradan, son las distintas clases de exerementos, especialmente los de gallina. El pueblo sabe cuando el lobis6n ha rondado por su hogar. El patio de tierra amanece limpio.. Aseguran que el hechizado, para poder transformarse, cosa que hace dos veces por semana, martes y viernes, a la entrada del sol y en un Ingar solitario, debe desnudarse completamente, Para tornar a su estado natural tiene que regresar antes de que amanezea, pues en caso contrario se encon- traré desnudo donde lo tome el dfa. Lo que cuentan, hecho correr por uno que dice “lo sorprendié de lejos’, es que da, todavia en forma perruna y quejndose como si sufriera, varias vueltas y saltos sobre si mismo, hasta que de pronto se ve que el perro ha desapareeido y un hombre desnudo se levanta del suelo. Sobre esta objetivacién corren varios cuentos y sucedidos que pretenden corroborarla. Mucho se ha escrito hasta la fecha, Plinio, Virgilio, Cervantes, Menén- dez y Pelayo, Braga, etc., sobre esta supersticién tan remota y estudiada en el mundo entero. Petronio en El Satiricén, eap. 62, pone en boca de Ni- cero, la historia de un soldado licintropo de la que extracto esta referen- cia: ‘Convertido en lobo comenz6 a dar aullidos y se metié eorriendo en el bosque’’. La. vor Jobis6n o lobishomen es de indudable origen europeo. Bila Negd hasta el Plata con los espafioles y portugueses de la conquista. La sombra del lobisn se dilata como adherida a la mentalidad propicia de la comarea, tanto como las viejas précticas mortuorias de las ofrendas y la novena de Ta mesa, Todas estas manifestaciones de la psicologia popular correntina, que vibran en el paisaje frente al sin par espejo de la laguna, constituyen to- dayia un interesante aspecto del opulento valor folklérico nacional. 31. La Bruja Asi como el lobisén, la bruja es la séptima hija mujer seguida y que no haya sido bautizada. Cuentan que también son los dias martes y viernes Jos de su transformacién en personaje maligno, ya que ella no cambia de forma humana. Pasa volando bajo, rozando con los techos de las casas, mon- tada en una eseoba, desnuda (pelada dice el pueblo) y haciendo ofr su ear- cajada horrible, estridente y diabéliea. Se va burlando de todos pues su mirada atraviesa techos y paredes biendo asi lo que sucede en todas las casas 7. Pero hay en su contra, una tnica formula infalible que le hace caer irremediablemente. En el momento en que se la ve pasar hay que arrojar hacia ella y Io mas cerea posible un calzoncillo usado del hombre... 7. Por eso ,a 1a mujer sospechada de bruja, sus vecinos la tratan bien, halagdn: dola siempre, para evitar su venganza, ya que siendo sumamente chismosa y dado su terrible poder, contaria a todos los secretos mis intimos de eada hogar. 273 El empleo de la eseoba, como elemento magico indispensable de estas mujeres endemoniadas, es comiin en la historia de todas las brujas del fol- lore universal. Informantes: Rogelio Lacroix y sefiora, hacendados, 68 y 56 affos, Estancia Las Mt rias, uta 14, Colovia Carlos Pellegrini, Costa del Thera, Departamento de San Martin, 82. Anahi Es una prineesa india sumamente fea pero cuya dulce vor remedaba para sus vasallos el maravilloso canto del corochiré o zorzal. Aunque vivia en paz en sus dominios, cuando se anuneian los conquistadores espafioles, el honor de su raza la Ievé a la lucha. Hecha prisionera y atada al Arbol de su destino fue supliciada un dfa: Ja condenaron a las llamas por haber dado muerte 2 su centinela. Desde aquel instante, tal como euenta el vulgo, Ja sangre de la prineesa Anahi, la de la vor de pajaro, subsiste transfigu- rada en la flor del ceibo 0 cuifiandi. El artista correntino Osvaldo Sosa Cordero tiene una delicada evoca- cién musical de ella. Informante: Jacinto Fretes, 47 afios. Paso Piends, Carlos Pellegrini, Departamento de San Martin, Ex praia 83. Las dos hijas del diablo Satands, que espiaba al Sefior, al ver que Este habia formado al hom- bre con un poco de barro, quiso hacer algo igual o parecido. Junté la tierra necesaria, le heché agua, amas6 un rato y comenz6 a modelar. En eso estaba cuando de la pasta que tenia en sus manos salt6 la vibora... Pasaron los dias. Dios continuaba completando su gigantesea obra de poblar al mundo, siempre valiéndose para ello de la misma mezela, Mientras tanto, el diablo se mordia de envidia. Una mafiana, el Sefior se decidié a crear las aves que debian embellecer la vida con sus cantos. La primera que sureé el espacio fue la golondrina. Satangs, que no dejaba de espiar a Dios, quedé mis ma- ravillado que nunea y volvié a repetir la prueba de hacer algo igual o pa- recido. Junté la tierra necesaria y eché agua, amasé un rato y comenzé a modelar. En eso estaba, enando del barro que tenia en sus manos salté la araiia, Informantes: Eduardo Ponce y Mauricio Fernéndes, 47 y 50 aflos. Ruta 14, Costa del Theré, Carlos Pellegrini, Departamento de San’ Martin, PERSONAS CON FUERZAS SOBRENATURALES 0 at4aICas 84. Santo Antonio Marta Asi le Hamaba y asf le continita Tamando hasta hoy el vulgo supersticioso. Dieen que Santo Antonio Maria sucumbié Iuchando contra una partida policial. Fue algo asi como el Conselheiro de los sertones de Brasil que deseribe Enuclides de Cunha. Aquel también se lamaba Antonio. 274 Ernesto Ezquer Zelaya lo compara, en Puitado Yokd, con Jerénimo Sola- né, el eélebre milagrero gaucho del Tandil. Su nombre y su recuerdo todavia venerados por el paisanaje erédulo, especialmente por los enfermos, pertene- cen al folklore riquisimo de Taragiii. Mezela de bondad y de odio, de apéstol ¥ de bandido, pas6 por el noroeste de la provincia arrastrando tras de si, 1 fos y adultos. Voy a sintetizar aqui su historia de manosanta, de médico y de adivino. Antonio Maria se dedicaba al comercio de tacuaras. La corriente del Pa- rané lo eargé muchas veces sobre su pardo lomo movedizo. Asi transcurria su vida, pareja, sin alternativas, conduciendo y negociando Jargas jangadas. Un dia de tempestad, allé por la aurora del afio 1840, Antonio Maria naufragé con sus compaiieros de trabajo, Todos perecieron. Sélo él eseapé del desastre. Desde entonces sintié un misterioso impulso de predicacién. Se creta un ele- gido, un juez agreste y necesario, un ser llamado por la Providencia para una gran accién en la comarca. Ya no era cl mismo Antonio Maria que cono- cié la gente de Yaguareté Cora 8. En ese pueblo poseyé un ranchito. El ac- cidente del Parand lo habia cambiado por completo, De pareo y taciturno que era se torné locuax y dominador. Con tales atributos, amén de las armas inse- parables que manejaba con singular destreza, Antonio Maria saliG a pro- pagar st nueva por los-propicios campos de los departamentos de San Miguel ¥ de Ituzaing6. Tenia que retribuir a Dios su salvacién, tenia que servir a Randeyara con fandtico eclo, Ascguran que parecié adquirir dos personali- dades, pues, mientras por un lado curaba a los enfermos, por el otro era vengativo y cruel con los que dudaban de su poder. La cuenca del Therd lo atrajo Inego a su enmarafiado seno, Fabrieé una canoa y remout6 el arroyo Carambola. Se instalé en el Supt 0 Campo Ancko. Alli tuvo su refugio, sa timbé protector, que era a la vez templo y vivienda. Sus secuaces fueron con él fieles hasta el sacrificio. Por aquella época se realizaban erfmenes sospechosos. En seereto, con te- mor profundo, se acusaba a Antonio Maria, La tniea persona que se atrevié a denunciarlo ‘a las autoridades, una pobre mujer en estado de gravider, pagé con Ja muerte su valentia. Lo ayudaba como seeretario confideneial un indio castellanizado por el sello de su apellido Acufia, Después se le agregaron, entregados a él por sus Propios padres, José Domingo Esquivel y Juan Solis. Estos dos muchachos impresionables, que no opusieron resistencia alguna, quedaron a su lado co- mo aprendices. Con ellos comenzé sus ritos, sus euraciones, sus misas negras Y sus hazafias rojas. Acufia, principalmente, lo segufa con sumisién perruna, Para que no Iloviera sobre la copa de su amado arbol, el timbé precitado, Je bastaba con dar tres vueltas en oracién alrededor de su recio tronco. Su timbé vio prodigios, como si Dios 0 Satanis le oyesen. Tal es al menos lo que la tradicién sostiene, Antonio Maciel, el Conselheiro de los sertones, tam- bién tenfa sus ramas predilectas, como el eélebre bongo Guirioki del siglo VIT, que recuerda Fukuyiro Wakatsuki en el texto de sus Tradiciones Japonesas (pagina 133, Coleceién Austral). 8, Yaguareté Cord, su nombre de origen, significa ‘corral do tigres’, Fue susti- tufdo ‘en 1870 por el dé Coneepeién. 275 Los tentéculos de Ja magia de Antonio Marfa, agrandando en la supers- ticiosa imaginaeién popular, Ja efieacia de sus poderes, se extendieron muy pronto por el contorno. Desde los puntos més Jejanos de la provineia acudian ‘a verlo en procura de sus palabras, de sus lecciones, de sus sabias recetas. El montuoso paso iberano del Nupi, situado a unas treinta leguas apro- ximadas del pueblo de Ituzaing6, dura jornada que hasta hoy se cumple para implorar las gracias de su sombra, recibié silencioso por varios afios, la es- peranzada visita de infinidad de rostros desconocidos y dolientes, Informante: Lorenzo Aguirre, 70 aiios, cazador. Paso Pieads, Carlos Poltegrini, ANDIALES aMfTiCos 35. El toro negra Este animal enorme, de reluciente pelo, de Jargos cuernos y ojos de fue- go, era duefio absolato de una de las frondosas i: que la laguna Iberd tiene en’ su continente, Alli reinaba soberano y faseinador, atrayendo periédica- mente por la noche con su mugido sonoro y dulee a todas las vacas de las estaneias veeinas que dejaban sus dormideros y se lanzaban a la carrera en su busea, Bl yacaré, In curiyd, el venado, el carpincho, el aguard, el yagua- reté y demés habitantes del agna y de los zarzales, se paralizaban de miedo cuando escuchaban su llamamiento y lo veian venir nadando hacia la costa. Las vacas se le acereaban vencidas y él regresaba a su isla con las mejores. La leyenda del toro negro del Ibera se vineula por su tematica con la del enano fyara, el fabuloso padre o duefio de Ja. gran laguna correntina. Informantes: Fulasia Talavera de Barugné, #0 afios, Santo Tomé. Solano Jones, 01 fafos, hacendado, Colonia, Carlos Pellegriui, Costa del Tberé, Departamento do San Martin, 36. El péjaro dorado del Toor Cuenta la tradicién que cn Ja vasta euenea de Ia laguna Lberd, existié antiguamente un misterioso pajaro dorado de reluciente plumaje, al que los naturales le atribuian propiedades maravillosas de distinta indol ‘Aquel pajaro encantado, que moraba con preferencia en las impenetra- bles islas de la laguna correntina, anunciaba la felicidad y era sefial segura de paz y de salud para todos los que tenfan la inmensa suerte de contem- plarlo en vuelo, Hacia su nido eon cerdas entrelazadas y elegia para colgarlo las ramas de los Japachos y los laureles. Tenia cl tamaiio de un piijaro me- diano, més bien pequefio y s6lo dejaba ofr su melodioso y atrayente canto a la sombria hora del atardecer. El pajaro dorado y brillante de Ja laguna del Iberd, desapareeié un dia de la zona tan misteridsamente como habia Negado. Informante: Mileiades Montenegro, 69 alos. Santo Tomé. 37. El Pirahic Es Ja objetivacién acudtica més temida, especialmente por Ios nadadores. El Pirahti, verdadero monstruo de gran tamafio, tiene Ia cabeza parecida a Ia de un caballo y su lomo es negro y brillante. ste pez se forma en las Viejas canoas de timbé abandonadas y se cuenta de é que vuelca las embar- 276 caciones livianas y devora con rapidez a los que tienen la desgracia de caer en sus dominios. De ahi el temor de los nadadores. Informante: Solauo Joues, 61 alos, hacendado, Estoncin Ovecht Rati, Costa del bers. 38. El Mboi Vagué, ct Nandi Taté y la Mboi - Tate El Mboi Yagué 0 vibora perro, atrac con sus ojos y con su aliento. Se vinenla por sa fonética a la gigantesca boa curiyit El Nandi Pild, avestruz colorado o Nandi Tatd, avestruz de fuego, so- fiala, donde aparece levantando 1a cabeza y golpeando fuertemente sus alas. Ja existencia de un tesoro escondido. Este se muestra indistintamente en el Hano, las euchillas los ecrros. Persigue y castiga eon su aparicién, que trac la enfermedad y la muerte, a los compadres que Hegan a violar la interdic- eign de no tener entre ellos contacto carnal. El eseritor Ernesto Ezquer Zelaya en la pag. 109 de su libro Corrien- tes ti (Campo Correntino) recoge fielmente esta supersticién La Mboi-Taté 0 vibora de fuego, protege los campos como el Caé-Pora Jos montes y el Ipora las agnas. Se refugia igualmente en las lagunas, este- ros y bafiados como su congénere el Mboi-Yagué y sucle trausfigurarse ora en una brasa, ora en un troneo encendido, ora en un jumeo o piri, ete., siempre dando Ja idea de su fantistico poder vengativo, La Mboi-Taté que eastiga con la iuerte @ los que incendian los campos, sin neeesidad 0 por hacer daio, puede también causar la amnesia o la locura al aparecer frente a cualquier jinete 0 caminante. Se dice que hasta los caballos desobedecen Ia voz de su amo y pierden el rumbo por un tiempo. Informante: Solano Jones, 61 afios, haccnilado, Kstaneia Ovechs Rati, Costa del Ibert. 39. Yaguarén ‘Yaguarii o Yaguarén es un sustantivo guaranf aportuguesado, como lo prueba el toponimico que rige en el territorio del Brasil. Se trata de un enorme perro devorador que caza sorpresivamente en el agua, o que hace caer a ella a las personas despreocupadas o audaces que se aproximan dema- siado al borde de los barrancos. Valiéndose de sus patas de largas y filosas pezufias, el Yagnard o Yaguaron horada facilmente la tierra que sostione a los mismos. Para el Yaguarit tanto vale una vaca, un ternero o un caballo como el delicajio plato de los pulmones de ura mujer o de un hombre. Segén el vul- go supersticioso, esta es la achura que mis le agrada saborear a este insa- ciable monstruo de la mitologia autetona de América. Informantes: Delfina Ortega y Baltasar Ordenavia, 68 y 80 afos, Santo ‘Tom 40. El Monay Es un monstruo que vive con preferencia en los lugares apartados del campo. Asogura el paisano que el Mofiay se presenta rodando como una pipa que cae o resbala desde una loma, dejando a su paso marcado el suelo como si hubiera sido golpeado por muchos picos. El Mofiay es un duende zoolégico que va muriendo poco a poco en la eredulidad regional. Antigua- mente, los padres solian amedrentar a sus hijos con la siguiente frase: —iChaque, chaque, ofiva el Mofiay! (Cuidado que viene el Mofiay!). El Mojiay, reeogido por Juan B. Ambrosetti en Supersticiones y Leyen- das, es como una marea informe terrible y fatal para quien la ve. Informante; Maria 8. de Moliuas, 90 afios, Santo Tomé. LEVENDAS RELIGIOSAS 41. El paraiso Después de crear el trigo, la primera planta para el pan del hombre, Dios decidié crear también el primer arbol para su sombra. ¢Qué hizo para clot Tomé un guijarro, lo sopl6 con su divino sliento y lo enterré. Asi na- ci6 el paraiso, el primer arbol de sombra que aparecid en el mundo. Hay una copla que refirma en el tiempo la vigencia de esta leyenda: Al notar su nacimiento alegre el gallo canté. El paraiso fue el Arbol primero que Dios planté. Informante: Manuel Franco, 35 aos, director de la Eseucla Nacional N° 163. Co- lonia Carlos Pellegrini, Departamento de San Martin. 42. El Araract Después del milagro del Pesebre, la Virgen reunié un dfa a los pijaros para averiguar si ellos, mas que los hombres, erefan en el nacimiento de N.S. Jesucristo. Maria les pidié que sélo asintieran o negaran con la cabeza. No obstante esta facilidad para responder, los pajaros se mostraron indecisos, permanecieron quietos y algunos de ellos se alejaron volando. Desilusionada con la actitud de la mayoria, Ia madre de Jesiis iba ya a suspender su in- terrogacién, cuando moviendo la cabeza y realizando un gran esfuerzo, dijo confusamente el ararac desde una rama: —Creeg, ereeg, creo! Entonees 12 Virgen, recompensando con justicia la fe del loro, le concedis para siempre la gracia de imitar con claridad el acento humano Informantes: Eulesia Talavera de Baruqué, 90 afos, Santo ‘Tomé. Patricio Moledo, 41 fos, camicero, Carlos Pellogrini, Costa dol Iberd, Departamento de San Mastin. 43. La Inambii La leyenda de la perdiz, como la de la micuré 0 comadreja, como Ia del rosal y Ja salvia y también la del mirto, se vincula directamente con la historia de Ja Sagrada Familia. Cuando la Virgen y San José huian con Jesis para librarlo de la matanza de inocentes ordenada por el cruel Hero- des, la inquieta perdiz, iniciando repentinamente su sonoro yuelo, asusté al burrito en que viajaban. El jumento sorprendido arrojé sin querer al suelo su sagrada carga. El Patriarea no dijo nada, pero la Virgen Madre se Je- vant6 exclamando. —iSélo la Nuvia saciard tu sed! Justificando el castigo impuesto y por mAs que la zoologfa calle al res- peeto, el yulgo de a regién cree firmemente que Ia inambi no bebe de otra manera. Informante: Pedro Vista, 45 afos posadero, Carlon Pellegrini, Paso Pieads, Theré. 278 44. La Micuré Siguiendo el ejemplo de los Reyes Magos, aunque sin més tesoro que su corazén, la comadreja también fue a visitar al milagroso Nifio del Esta- blo. La Virgen le conté lorando que se sentia muy débil por falta de alimento. —iNo se aflija, Sefiora!— le dijo compadecida lla, saliendo apresurada sin esperar respuesta. ‘Al poco rato volvié con una gallina para que Maria se preparara el acostumbrado ealdo. La Virgen agradecida la bendijo. Por eso la comadreja no sufre durante el parto. De esta relacién deriva Ja prdetiea de colocar un euero de micuré en el lecho de las mujeres embarazadas, pues cree alli la gente que de tal ma- nera ¢l alambramiento seré feliz. Del mismo modo, como alimento propicia- torio para tener un parto rapido y sin dolores, la supersticién profilsetica aconseja a las futuras madres, que tomen regularmente caldo de cola de micuré o comadreja. Informantes: Concopcién Barrientos, 55 afios. Maria Rosa Fretes de Reyes, 28 afios. Colonia Carlos Pollegrini, Departamento de San Martin. 45. La Carumbé Como todos Jos demés animales, Ja tortuga también fue a visitar a los felices padres del milagroso establo de Belén, En aquella époea era agil y esbelta, aunque muy comodona y dada a la buena vida. Era un dia de fuerte Nuvia. La Virgen Maria necesitaba alimentarse bien y se hallaba sumamente débil. Le pidié a la tortuga que fuera a tucrle algo de comer, pero la ca- rumbé Je dijo que ella no podia porque se iba a mojar mucho. Entonees la Virgen Madre Je respondié enojada: —Desde hoy en adelante no te mojarés con la Muvia y andards siempre muy despacio... Fue asi como nacié la tortuga, con la pesada y dura coraza que Ileva encima, L Informante: Ramén Sutrez Cabafios, 68 aos. Bstancis Vuelta Ombé, Caza Pava. 46. San Onofre Este santo de legitima tradicién eristiana se halla envuelto por la su- persticiin y la prictiea nebulosa del payé que se hace con su imagen, tra- bajada generalmente en hueso. La figura de San Onofre, el famoso monje egipcio del siglo TV, aparece con su euerpo desnudo, sin ninguna ropa y slo cubierto por una larga barba que le tapa las partes pudendas y le Hega hasta las roglillas. Asi lo presenta la artesania comareana. Le Haman el santo calavera porque dicen que a Sun Onofre le agrada sobremanera la caiia. Su veneracién sera scereta, es decir, no debe estar expuesto a las miradas de personas extraiias, por eso estaré colocado dentro de un armario, sobre una repisita detrés de una puerta, ete, También aseguran que para que la ayuda sea siempre efectiva y permanente, debe tener delante una moneda de cualquier valor. Se dice que San Onofre favorece a los jugadores ha- ciéndoles ganar a los naipes, a la taba, a las carreras cuadreras y a la rifia de gallos, que son los juegos que més se realizan en el 4rea del campo. Los jugadores, antes de salir de sus casas, no deben olvidar de guardar su ima- gen de hueso en el bolsillo del einto o en la eartera, teniendo la precaucién 279 de tocarla de ver en cuando, sin que nadie sospeche de tal payé. Al respecto de esta devocién de legitima tradicién cristiana, pero que se halla, como ya he dicho, envuelta on la obscuridad de la supersticién del pueblo, rige tam- dién la siguiente rima: En mi casa hay un altar dedicado a San Onofre mi mujer le pone cafia en un vasito de plomo, pero la pobre no sabe que soy yo el que me la tomot Informante: Juan Pio Monaén, 80 afios. Colonia Carlos Pellegrini, Costa dot Tberiy Departamento de San Martin. 47. San Sin Asi separan los paisanos el nombre del lejano vengador del pueblo he- breo. Lo imaginan un santo cabal consagrado por la Iglesia, que favorece especialmente la fuerza fisiea, San Séu es el protector de los hacheros del monte, Ellos son sus devotos principales y le piden la resistencia que deben tener para su rudo trabajo. El manejo del hacha requiere salnd, fuerza y aguante para seguir eseuchando y repitiendo a su vez el ;neike! o grito de estimulo tradicional de los hacheros. iNeike! es una interjeccién de animo que equivale al jea! y al idale! del castellano, El payé de esta devocién representa a un toro dominado por el santo, que le hace bajar la cabeza con la presién de sus recios miseulos. Por eso este amuleto se confecciona con gnampa de toro. Informante: Juan Pio Monzéu, 80 afios. Colonia Carlos Pellegrini, Costa del Ther Departamento de San Martin, CREENCIAS ¥ PRACTICAS MAUICAS 48. Ité Cart La creencia en las virtudes de la piedra imén 0 calamita, viene desde muy lejos. Para Tales de Mileto, sciseientos afios antes de N. 8. Jesueristo, era un alma o un espiritu, Se la usaba entre los aztecas y los ineas. Para que la Ité Cari 0 piedra que come de los guaranies, multiplique el po- der natural de una persona, hay que hacerla escuchar por lo menos una misa. De tal modo queda como bautizada, Informante: Antonio Gémez, 70 aifos. Santo Tomé. 49, El Payé La posesién de un payé, cualquiera sea Ja intencién eon que se lo haya preparado, en un hecho que debe ser rodeado del mayor misterio. Nadie debe saber nada de su existencia, nadie debe verlo jamés. El que lo muestra pierde su proteccién, Hay que respetar y hacer respetar la interdiccién de rigu- oso secreto, que pesa sobre él. La misma es mis fuerte todavia enando en su confeceién entra la imagen de un santo Muchos y variados son los elementos que pueden integrar la prepara- cién de un payé o talismin para exclusivo uso privado, porque hay también 280 Jos que se destinan a otras personas y que son verdaderos maleficios como 1a saladura, ta tigadura, el manco del sapo, el culo de la taba y otros. Con estos payés destinados al préjimo, se busca el daiio, se enferma, se empo- brece y se mata. Hi payé se confeciona con diversos elementos, como con el enerpo di secado de un pieaflor, eon los huesos pulverizados de muertos, con cera, con pelecho de vibora, con polvo de tabaco o petf, con hojas de teyti cad 0 yerba de lagarto, con monedas, con cuentas de coral 0 con imégenes de san. tos, con cintas tomadas de las cruces de los cementerios, con la medida del largo del cuerpo de un angelito, ete., ete. Cuando un payé esta bauticado, es decir, cuando se lo ha Uevado a la iglesia para hacerle escuchar una misa, su poscedor se debe abstener de €o- pular con otra mujer que no sea la suya Como un contra maleficio muy bueno, la supersticién demética reco- mienda el uso de un huesito semejante a la figura de un santo, que tiene el yacaré en su cuerpo. Con la vena filiea de un tigre yaguareté, se obtienc un payé que favorece la fuerza y el valor de su duefio. Este payé debe ser envuelto en un pedacito del cuero del mismo animal. Con el penacho que tiene el tero en la cabeza se hace un payé para ser siempre enérgico, Agil y despierto. En el pasado, existia también el curundi, que era un payé considerado como mas puro y superior, de cardcter casi sagrado. Tl eurundd se hacia siempre con la estampa de un santo con la oracién correspondiente y tocado con un rocio de agua bendita en cruz en la pila de un templo. El pueblo ha olyidado el voeablo curundii y hoy se Mama exclusivamente payé a todo talisman 0 amuleto. Por eso para el paisano correutino hasta la eruz de Cris to es el payé guazit, el talismin o amuleto grande, y no cl curundi pord, 0 talisman lindo y bueno, como también la podria Mamar. La seméntica de la voz por, es doble. Blla sc aplica a lo bello y a lo bueno. En este sentido, los guaranies coincidian mentalmente con Platén para quien lo bello cra siempre lo bueno. Para ellos un carat pord era tam. bién un seiior bello de corazin, es decir, un sefior bueno. Para salar 2 una persona, hay que prenarar primeramente, pisindola entre dos piedras, la poreién de sal gruesa necesaria que se ha de usar. Para ello no hay que emplear jamés cl mortero de la casa, itil del hogar que se debe tratar siempre con cl mayor respeto. El hecho de violar esta interdiccién traeré la yeta para la casa, argelando también al mortero 0 angui ¥ a todos Jos alimentos que se machaquen en él. La sal pisada entre Jas dos piedras, que han de tirarse después lejos de la casa, debe ponerse sobre el asiento que ocupara la persona elegida para el terrible maleficio de la saladura. Bastaré s6lo un poquito de ella, disimuladamente esparcida en el asiento, para que el sujeto en cuestién resulte empayesado. No hay que olvidarse de nombrarlo tres veces, maliiciéndolo en nombre de Satanas: Yo te maldigo, Fulano de Tal, para que seas siempre un desgraciado en balud y dinero. También se enyeta o argela a una persona, salando su fotografia y en- terréndola después a las 24 horas en punto, a la entrada del cementerio del pueblo. - 281 El maneo del sapo se hace asi: se caza un ejemplar de cururit 0 sapo grande y se le ata fuertemente las patas con un piolin. El pobre batracio queda asi maneado y ya no podria saltar y moverse hasta la muerte. Fulano de Tal —son las palabras— yo te alo a este sapo. Que asi sca tu vida para siem- pre. El sapo debe ser tirado luego a un yuyal o en Ja corriente de un rfo © de un arroyo nombrando siempre a la persona euyo mal se desea. La ligadura se prepara haciendo primero un mufiec» de trapo atravesado Por tres agujas y fuertemente atado & un piolin con nueve nndos, En el mo- mento de atarlo debe darscle el nombre del destinaterio del mal ;Maldito (fulano) matdito seas! ‘Yo te ligo y te guardaré en mi casa donde te seguiré ligando més y més hasta que te quedes duro como wn mucrto... Esta ope- racién se repetird durante siete viernes seguidos, a In entrada del sol, nom- brando y maldiciendo al destinatario cuyo mufieco tepresentativo debe es- cupirse eon asco, Para hacerle a una persona el maleficio, payé 1 quebranto de la taba, se toma un hueso virgen, sin manoseo, se pone la paite de la yefa para arri- ba, se la forra con un pedazo de género o papel obsenro, si cs uegro mejor, luego se la va atando con nueve pedazos de piolin, euerdas o tiras de cual- qnier clase, anudando cada uno nueve veces al mismo tiempo que se va trans- mitiendo al payé todo el mal que se desea @ la persona odiada, nombréndola y maldiciéndola. Finalmente se entierra o se esconde la taba siempre con ja parte de la yeta hacia arriba, debajo del piso de la casa, cosa que se puede hacer con la mayor facilidad ya que estas son, on general, de tierra apisonada. Para hacer estos payés 0 maleficios destinados al projimo, los dias ca- balisticos son siempre el martes y el viernes. Lov néimeros propiciatorios son también el 3, el 7 y el 9. Los diag sagrados in‘luyen en Ja imaginacién po- pular y por eso son de prefereneia los de la Pusién de N.S. Jesucristo. He aqui Io que se oye expresar al pueblo sobre las personas que parecen empayesadas porque no progresan, porque viven enfermos, porque mueren enfermos, ete.: A ese lo salaron. Fulano esté ligado, A don Roque le hicieron el manco del sapo. Angé el pobre, de sewuro que le hicieron el culo de 1a, taba... Angé es una interjeceién de listima que significa: ‘Pobre alma’... Informante: Juan Pio Monz6n, 80 afos, Costa del Toeré, Departamento de San Martin. 50. San La Muerte ‘La supersticién regional ha canonizado también a San La Muerte, la ewi pird jha mondé, que quiere decir ‘la mujer flsea y ladrona’, como la denomina filoséficamente el vulgo. Entre los més adictos a la teneneia de este payé, se halla el avé mafero, el hombre que tiene que huir de la policia, cl de los robos y de las peleas, que pertenece a la genealogia de la gente wid o del diablo, que vive siempre fuera de la ley. El payé de San La Muerte se hace de plomo, representando a un es- queleto de abultada cabeza. Informante: Juan Pio Monz6n, 80 ais, Colonia Carlos Pellegrini, Costa del Theré, Departamento de San Martin. 282

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