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aeróbicos. Todos los pasos oxidativos en la degradación de glúcidos, grasas y aminoácidos convergen en esta
etapa final de la respiración celular en la que la energía de la oxidación impulsa la síntesis de ATP.
En los eucariotas la fosforilación oxidativa tiene lugar en la mitocondria donde se produce la reducción
de O2 a H2O gracias a los electrones cedidos por el NADH y el FADH2 y tiene lugar tanto en la luz como en la
oscuridad. En procariotas, dicho proceso ocurre en la membrana plasmática.
FOSFORILACIÓN OXIDATIVA
La mitocondria
Las mitocondrias poseen dos membranas:
La membrana mitocondrial externa es fácilmente
permeable a pequeñas moléculas (PM < 5000 Da) e
iones, que se mueven libremente a través de canales
transmembrana compuestos por una familia de
proteínas integrales de membrana llamadas porinas.
La membrana interna es impermeable a la mayoría de
moléculas pequeñas e iones (H+, O2-, etc.). Las únicas
moléculas que cruzan la membrana interna son
aquellas para las que hay proteínas transportadoras
específicas de metabolitos esenciales (ADP, ATP, ácidos
carboxílicos, Ca2+, aminoácidos, etc.).
La membrana interna aloja los componentes de la
cadena respiratoria y la ATP sintasa. La matriz
mitocondrial, el espacio acotado por la membrana
interna, contiene el complejo de la piruvato
deshidrogenasa y las enzimas del ciclo del ácido cítrico,
de la ruta de la β-oxidación de los ácidos grasos y de las
rutas de oxidación de los aminoácidos, es decir, todas
las rutas de oxidación de combustibles excepto la
glucolisis, que tiene lugar en el citosol.
Las deshidrogenasas ligadas al NAD eliminan dos átomos de hidrogeno de sus sustratos. Uno es
transferido en forma de ion hidruro al NAD+ mientras que el otro aparece como H+ en el medio. El NADH y el
NADPH son transportadores electrónicos hidrosolubles que se asocian reversiblemente con deshidrogenasas.
El NADH transporta los electrones que provienen de reacciones catabólicas a su punto de entrada en la cadena
respiratoria, el complejo de la NADH deshidrogenasa (COMPLEJO I). El NADPH generalmente suministra
electrones a reacciones anabólicas. Ni el NADH ni en NADPH pueden atravesar la membrana interna de la
mitocondria, pero los electrones que transportan pueden ser lanzados a través de ésta indirectamente.
Las flavoproteínas contienen un nucleótido de flavina, FMN o FAD, fuertemente unido, a veces de
manera covalente. El nucleótido de flavina oxidado puede aceptar un electrón (dando la forma de
semiquinona) o dos (produciendo FADH2 o FMNH2).
- Quinonas
La ubiquinona (quinona hidrofóbica), también llamada coenzima Q o sencillamente Q, es una
benzoquinona liposoluble que contiene una larga cadena lateral isoprenoide. La ubiquinona puede aceptar un
electrón, transformándose en el radical semiquinona (●QH), o dos electrones, formando ubiquinol (QH2). Es
capaz de actuar como puente entre un dador de dos electrones y un aceptor de un electrón. Debido a que la
ubiquinona es, al mismo tiempo pequeño e hidrofóbica, puede difundir libremente dentro de la bicapa lipídica
de la membrana mitocondrial interna y puede hacer de lanzadera de equivalentes de reducción entre otros
transportadores electrónicos de la membrana menos móviles.
- Citocromos b, c, c1, a y a3
Los citocromos son proteínas con una intensa absorción de la luz visible característica, debido a la
presencia del grupo prostético hemo que contiene hierro. Las mitocondrias contienen tres clases de
citocromos que se distinguen por diferencias en su espectro de absorción de la luz y que se designan a, b y c.
Cada tipo de citocromo en su estado reducido (Fe2+) tiene tres bandas de absorción en el espectro visible. La
banda de longitud de onda más larga está cerca de 600 nm en los citocromos de tipo a, cerca de 560 nm en
los del tipo b y cerca de 550 nm en los del tipo c.
Los cofactores hemo de los citocromos a y b están
unidos muy fuertemente, aunque no de manera covalente, a
sus proteínas asociadas; los grupos hemo de los citocromos del
tipo c están unidos de forma covalente a través de residuos Cys.
- Proteínas ferro-sulfuradas
En ellas, el hierro está presente no en forma de hierro sino en asociación con átomos de azufre
inorgánico o con átomos de azufre de residuos Cys de la proteína, o con los dos al mismo tiempo. Estos centros
ferro-sulfurados (Fe-S) van desde estructuras sencillas con un solo átomo de Fe coordinado a cuatro residuos
Cys─SH con centros Fe-S más complejos con dos o cuatro átomos de Fe.
Las proteínas ferro-sulfuradas de Rieske son una variante de las anteriores, en las que un átomo de Fe está
coordinado con dos residuos His en lugar de con dos residuos Cys. Todas las proteínas ferro-sulfuradas
participan en transferencias de un electrón en las que se oxida o reduce uno de los átomos de Fe de la
agrupación ferro-sulfurada.
En la reacción global catalizada por la cadena respiratoria mitocondrial se transportan electrones
desde el NADH, el succinato u otro dador electrónico primario a través de las flavoproteínas, la ubiquinona,
las proteínas ferro-sulfuradas y los citocromos y, finalmente, al O2.
Complejos multienzimáticos
Los transportadores de electrones de la cadena respiratoria están organizados en complejos
supramoleculares incrustados en membranas que se pueden separar físicamente. El tratamiento de la
membrana mitocondrial con detergentes permite la resolución de cuatro complejos distintos de
transportadores electrónicos, siendo cada uno de ellos capaz de catalizar la transferencia electrónica a través
de una porción de la cadena. Los complejos I y II catalizan la transferencia de electrones a la ubiquinona a
partir de dos
dadores
electrónicos
diferentes: NADH
(complejo I) y
succinato
(complejo II). El
complejo III
transporta
electrones desde
la ubiquinona
reducida al
citocromo c, y el
complejo IV
completa la
secuencia
transfiriendo
electrones desde el citocromo c al O2.
CICLO Q
El ciclo Q adapta el cambio entre el transportador de dos electrones, la ubiquinona y los
transportadores de un electrón, los citocromos b562, b566, c1 y c, y explica la estequiometria medida de cuatro
electrones translocados por cada par de electrones que pasan del Complejo III al citocromo c.
Este ciclo cuenta de dos etapas. En la primera, Q en el lado de la matriz mitocondrial se reduce al
radical semiquinona, que en la segunda etapa se convierte en QH2 (ubiquinol, la forma reducida). Mientras
tanto, en el lado del espacio intermembrana se oxidan dos moléculas de QH2 a Q, liberando dos protones por
Q, es decir, cuatro protones en total hacia el espacio intermembrana. Cada QH2 cede un electrón (vía el centro
de Fe-S de Rieske) al citocromo c1, y un electrón (vía citocromo b) a una molécula de Q cerca del lado de la
matriz mitocondrial, reduciéndose en dos pasos a QH2. Esta reducción también utiliza dos protones por Q,
tomados de la matriz.
COMPLEJO IV: CITOCROMO C OXIDASA
El Complejo IV transporta electrones desde el citocromo c al oxígeno molecular, reduciéndolo a H2O.
Dicho complejo es una enzima muy grande (13 subunidades; PM 204.000) de la membrana mitocondrial
interna. Las bacterias poseen una forma mucho más sencilla con solo tres o cuatro subunidades, pero que
sigue siendo capaz de catalizar tanto la transferencia de electrones como el bombeo de protones. La
comparación de los complejos mitocondrial y bacteriano sugiere que son esenciales tres subunidades para la
función.
La subunidad II mitocondrial contiene dos
iones Cu que forman complejo con los grupos –
SH de dos residuos Cys en un centro binuclear
(CuA) que se parece a los centros 2Fe-2S de las
proteínas ferro-sulfuradas. La subunidad I
contiene dos grupos hemo, a y a3, y otro ion
cobre (CuB). El hemo a3 y el CuB forman un
segundo centro binuclear que acepta los
electrones del hemo a y los transfiere al O2
unido al hemo a3.
La transferencia de electrones a través del
complejo IV va del citocromo c al centro CuA, al
hemo a, al centro hemo a3-CuB y finalmente al
O2. Por cada cuatro electrones que pasan a
través del complejo, la enzima consume cuatro
H+ “sustrato” de la matriz, convirtiendo el O2 en
2H2O. También utiliza la energía de esta
reacción redox para bombear un protón hacia
el espacio intermembrana por cada electrón
que pasa.
MECANISMO DEL COMPLEJO CITOCROMO C OXIDASA
Cuatro moléculas de citocromo C se unen consecutivamente a la enzima y transfieren un electrón para
reducir una molécula de O2 a H2O.
1. Los electrones de dos moléculas de citocromo c reducido fluyen por la vía de transporte electrónico,
uno parando en el CuB y el otro en el hemo a3. Con ambos centros en estado reducido, pueden unir
juntos una molécula de oxígeno.
2. Cuando se une el oxígeno molecular, extrae un electrón de cada uno de los iones cercanos para formar
un puente peróxido (O22-) entre ellos.
3. Dos moléculas más de citocromo c se unen y liberan electrones que se dirigen al centro activo. La
adición de un electrón así como un H+ a cada átomo de oxígeno reduce los dos conjuntos de oxígeno-
ion a CuB2+-OH y Fe3+-OH.
4. La reacción con otros dos iones H+ permite la liberación de dos moléculas de H2O y restaura
la enzima a su forma inicial, completamente oxidada.
4 Cit c (reducido) + 8H+ (matriz) + O2 4 Cit c (oxidado) + 4H+ (espacio intermembrana) + 2H2O
RESUMEN DE REACCIONES DE TRANSFERENCIA DE ELECTRONES EN LOS COMPLEJOS
MITOCONDRIALES
Por cada par de electrones transferidos al O2, 4 H+ son bombeados por el Complejo I, 4 H+ por el
Complejo III y 2 H+ por el complejo IV; todos ellos desde la matriz mitocondrial (lado N), hacia el espacio
intermembrana (lado P). Por lo tanto, la ecuación vectorial del proceso es:
SÍNTESIS DE ATP
Teoría quimiosmótica
El modelo quimiosmótico propuesto por Peter Mitchell es el mecanismo químico que acopla el flujo
de protones con la fosforilación. Según dicho modelo, la energía electroquímica inherente a la diferencia en
la concentración de protones y a la separación de cargas a través de la membrana mitocondrial interna (la
fuerza protón-motriz) impulsa la síntesis de ATP a medida que los protones fluyen de manera pasiva de vuelta
hacia la matriz a través de un poro asociado a la ATP-sintasa. Para resaltar el papel crucial de la fuerza protón-
motriz, la ecuación de la síntesis de ATP se escribe algunas veces como:
ADP + Pi + n HP+ ATP + H2O + n HN+
Cuando se suspenden mitocondrias aisladas en un tampón que contiene ADP, Pi y un sustrato oxidable
tal como el succinato, tienen lugar tres procesos que pueden medirse fácilmente: se oxida el sustrato (el
succinato da fumarato), se consume O2 y se sintetiza ATP. El consumo de oxígeno y la síntesis de ATP dependen
de la presencia de un sustrato oxidable (succinato en este caso), así como de ADP y Pi.
Los postulados de dicha teoría son:
La membrana interna es impermeable a los H +.
El transporte de electrones a través de la cadena respiratoria está asociado al transporte de H + desde
la matriz hacia el espacio intermembrana.
Se conserva la energía de oxidación de los procesos metabólicos en forma de potencial
electroquímico, ya que se genera un gradiente electroquímico de protones.
La cadena respiratoria esta acoplada a la síntesis de ATP.
Las [H+] en las dos fases acuosas (espacio intermembrana y matriz) separadas por la membrana
interna, constituyen la fuerza responsable (fuerza protón-motriz) de la formación de ATP: el flujo de
protones a favor de su gradiente electroquímico proporciona la energía libre para la síntesis de ATP a
partir de ADP y Pi, por acción de la ATP sintasa de la membrana mitocondrial.
Otro desacoplante del gradiente de protones es la proteína UCP, inicialmente conocida como termogenina.
Esta proteína es abundante en células adiposas, especialmente en el tejido adiposo marrón.