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Artículo 3º: Se dispone de un pago extraordinario de $ 6.000 (pesos seis mil) para las
personas que perciban planes sociales o asistenciales, incluida la Asignación Universal
por Hijo para Protección Social (Decreto N°1602/09) otorgados por el gobierno
nacional, los gobiernos provinciales o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que
deberá ser abonado por el organismo que correspondiese antes del 31 de diciembre de
2019.
Sr Presidente:
El salario real para quienes están registrados cayó 20 % en estos últimos 4 años, si se
compara la evolución del índice de la remuneración imponible promedio de los
trabajadores estables (Ripte), que publica la Secretaría de Seguridad Social y la
inflación de CABA. En el empleo público la pérdida de poder de compra del salario
supera el 30%. Como dijimos, para los no registrados la pérdida es aún peor.
Este año además la inflación terminará en una cifra cercana o superior al 55 % anual,
afectando al conjunto de los asalariados y sectores populares. Es decir, han pulverizado
los ingresos de trabajadoras/es, jubilados/as y beneficiarios de planes sociales o
asistenciales.
Hace pocos días el dirigente de la CGT Héctor Daer descartó la posibilidad de que la
central obrera reclame el pago universal de un bono extraordinario de fin de año, al
reafirmar que el reclamo deberá evaluarse sector por sector, y que, "donde la actividad
dé, el sindicato lo pedirá". Daer fue categórico al señalar que no habrá un bono
extraordinario de fin de año "de características universales" sino que la definición será
sector por sector, en función de la situación en la que se encuentra cada una de las
actividades. Ni hablar además de prohibición de despidos o doble indemnización para la
CGT.
Coinciden así con lo que dicen los empresarios. Las patronales, en especial quienes "la
levantaron con pala" en momentos del ciclo económico creciente, en las crisis buscan
hacer que los costos recaigan sobre las y los trabajadores. Y así lo están haciendo con
los cierres de empresas, los preventivos de crisis (muchos de ellos truchos), las
suspensiones y los aumentos de precios, mientras la CGT mira para otro lado.
Mientras los salarios siguen corriendo muy de atrás a las subas de precios (algunas
autorizadas por el Gobierno, otras a fuerza de la prepotencia de las grandes empresas),
arrecian nuevos aumentos: en los alimentos, en los combustibles, las prepagas, la
telefonía móvil y los servicios públicos. Una sangría sobre el bolsillo del pueblo que no
se detiene.
Por las razones expuestas es que solicitamos la aprobación del presente proyecto de ley.