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La construcción significativa
del mundo social
Introducción a la sociología comprensiva
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método o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución
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© by Ilse Schütz
· © 1993 de todas las ediciones en castellano,
Ediciones Paidós Ibérica, S. A.,
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y Editorial Paidós, SAICF,
Defensa, 599 - Buenos Aires
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ISBN: 84-7509-943-2
Depósito legal: B-48.584/2000
Observación .................................................................................. 73
41. El pasado como una dimensión del mundo social . . ... .. . . 235
obra de nuestro autor es, sin lugar a dudas, una de las aportaciones más
ricas y originales que ha conocido la fenomenología en su dimensión
social, así como una de las más interesantes y estimulantes respecto a
la cuestión de la intersubjetividad. Pero ¿cuál es el objeto de estudio
de la «fenomenología de la acción social»? El propio Schütz lo aclara:
... el objetivo que estudiaremos es el ser humano que mira el mundo desde
una actitud natural. Nacido en un mundo social, se encuentra con sus con
géneres y da por sentada la existencia de éstos sin cuestionarla, así como
da por sentada la existencia de los objetos naturales que encuentra.21
... esa realidad que la persona alerta, normal y madura encuentra dada de
manera directa en la actitud natural.27
O también:
No toda clase de contacto entre los hombres tiene carácter social; sino
sólo una acción con sentido propio dirigida a la acción de o�ros. Un choque
Weber requiere entonces que la persona que realiza illla acción social
este consciente de mucho más que de la pura existencia del otro. Debe dar
se cuenta del significado de la conducta del otro e interpretarlo.32
... yo tendría que ser capaz de recordar todas las vivencias del otro y, por
lo tanto, de haber vivenciado esas vivencias en el mismo orden en que él
lo hizo; y finalmente debería haberle otorgado exactamente el mismo gra
do de atención que él les acordó. En síntesis, mi corriente de conciencia
tendría que coincidir con la del otro, lo cual equivale a decir que yo tendría
que ser la otra persona (...).
Parecería que estas conclusiones llevaran a la negación__ de la posibili
dad de una sociología comprensiva y, más aún, a negar que alguien pueda
llegar a comprender la experiencia de otra persona. Pero éste no es de nin
guna manera el caso. No estamos afirmando que las vivencias de otro per
manezcan inaccesibles en principio para mí ni que carezcan para mí de sig
nificado. Más bien, la cuestión reside en que el significado que doy a las
vivencias de otro no puede ser exactamente el mismo que el significaado
que les da el oLro cuando procede a interpretarlas.40
Tanto Berger como Luckmann han aplicado cada uno por su cuen
ta las tesis de Schütz básicamente al estudio del fenómeno religiosos7
dando lugar a obras de notable interés, aunque, evidentemente, su pro-
Joan-Carles Melich
Universidad Autónoma de Barcelona.
Otoño de 1 993
GEORGE wALSH
FREDERICK LEHNERT
Geneva, Nueva York
Septiembre de 1966
INTRODUCCION *
ficado sin el texto, pero creo que resultará valiosa para el lector como
medio de referencia entre partes del libro e instrumento que le per
mitirá controlar su progreso. Una vez captados los conceptos del capí
tulo IV, se comprenderá la posición metodológica fundamental de
Schütz, y se desarroUará sin dificultades la argumentación contenida
·
1 Cf. Lewis W. Beclc, "Agent, Actor, Spectator and Critic", The Monist,
XLIX, n9 2.
13
7 Cf. Lewis W. Beck, op. cit. Para un tratamiento general desde el punto de
vista de lá filosofía analítica, véase Stuart Hampshire, Thought and Action {Nueva
York, 1960).
22
GEORGE WALSH
Geneva, Nueva York
Enero de 1967
PREFACIO DEL AUTOR
ALFRED SCHÜTz
Viena
Marzo de 1932
PREFACIO A LA SEGUNDA EDICION ALEMANA
hs: SCBÜ'rz
Nueva York
Octubre de 1959
GLOSARIO
Akt Acto
Anzeichen indicación
Aufbau construcción
Chance probabilidad
Ego yo
Einstellungsbeziehung relación de orientación
Entwurf proyecto
Erfahrung experiencia
Erfahrungsvorrat repositorio de conocimientos (disponibles)
Erfahrungszusammenhang contexto de experiencia\
Erlebnis vivencia
Erzeugnis producto
Folgewelt mundo de los sucesores
Fremdeinstellung orientación-otro
Fremdverstehen comprensión intersubjetiva
Fremdwirken actuar-sobre-el-otro
Gegenstand objeto ( y derivativos)
Gegenstiindlichkeit objetividad
Geisteswissenschaften ciencias culturales
Gleichzeitigkeit simultaneidad
Handeln acción
Handlung acto
Ich yo
Ihrbeziehung relación-ellos (lit., relación-usted )
Je-Meinigkeit autopertenencia
Kausaladiiquanz adecuación causal
Kundgeben comunicación
Mitwelt mundo de (meros) contemporáneos
natürUche Anschauung intuición natural o percepción
Naturwissenschaften ciencias naturales
Obfekt objeto
Obfektivation objetivación
Schema esquema
Selbstauslegung autoexplicación
Selbsthabe captación inmediata o aprehensión de la
cosa misma
Sinn significado ( en la terminología de Hus
serl, estrictamente = sentido)
Sinnadiiquanz adecuación de significado
Sinndeutung interpretación de significado
Sinngebend dotación de significado
Sinnhaft significativo
Sinnsetzung establecimiento de significado
Sinnzusammenhang contexto de significado
soziale Beziehung relación social
32
1 [El concepto de espíritu objetivo ( obfektiver Geist) a que nos referimos aquí
es el de Dilthey. Significa la totalidad del medio cultural, dotado de su propia
forma y estructura interna. Es el objeto específico ele las Geisteswissenschaften, es
decir, de las ciencias humanas o culturales. Véase en la Introducción un examen de
este concepto.]
34
p
La "sociología com rensiva" ( verstehende Soziologie) de Max
\Veber parte de la misma idea básica. Esto no implica cuestionar la
originalidad de la enorme contribución de Weber, ni siquiera afirmar
su dependencia de Simmel. Por lo contrario, la obra de Weber, al
reunir como lo hace, muchas de las corrientes de su época, es en todo
sentido el producto único de un genio asombroso. Es él quien dio
a la sociología alemana actual su dirección, en la medida en que cons
tituye una ciencia y no una ideología, y quien facilitó a esa ciencia
las herramientas que necesitaba para cumplir su tarea. Las obras más
importantes de la sociología alemana contemporánea, por ejemplo, las
de Scheler, Wiese, Freyer y Sander, serían inconcebibles si Weber no
hubiera puesto antes los fundamentos.
' 'Ahora bien ¿en qué consiste la gran realización de Max Weber?
En primer lugar, fue uno de los primeros en proclamar que las ciencias
sociales deben abstenerse de formular juicios de valor. Emprendió la
J;>atalla contra las ideologías políticas y morales que con demasiada
facilidad influyen sobre el juicio del científico social� sea esta influencia
consciente o no. Con el mismo temperamento, definió la tarea de la
sociología no como especulación metafísica sino como descripción sim
ple y cuidadosa de la vida social. "Para él la sociología ya 'no es la
fisolofía de lá existencia humana. Es la ciencia particular de la con
ducta humana y sus consecuencias." 4
La estructura lógica de su sociología 5 corresponde a esa posición
básica. A partir de los conceptos de acción social y de relación social
( �eziehmy�), deriva por medio de descripciones y tipificacio
nes siemp!eñüevas las dos. categorías de "relación comunal" ( Verge
meinschaftung) y "relación asociativa" (Vergesellsch_..aftun¡; ) .6 �
-
(Sirnmel, Soziologie, 2� ed., Munich, 1922). [Traducción inglesa de Kurt H. Wolff,
The Sociology of Georg Simmel ( Glencoe, Ill. , 1950 ) . Otros dos capítulos de la
obra de Simmel, traducidos por Albion W. Srnall, aparecieron en el American Jour
nal of Sociology, xv ( 1909 ) , 289-320; xvr ( 1910 ) , 372-91. Respecto al punto a que
nos referimos aquí, cf. Simmel ( trad. Small) , "The Problem of Sociology", Ameri
can /ournal of Sociology, xv ( 1909 ) , 296-97. Una traducción más literal, pero idio
máticamente menos elegante, de Vergesellschaftung es "societalización". Cf. Theo
dore Abel, Systematic Sociology in Germany, Nueva York, 1929.]
4 Karl Jaspers, Die geistige Situation der Zeit (Berlín y Leipzig, 1931 ) , pá
gina 137. [Trad. ingl. Man. in the Modern Age, por Eden y Cedar Paul ( Londres,
1951 ) , pág. 151.]
5 De las obras de Max Weber, las más importantes para nuestras finalidades
son su libro principal, Wirtschafr und Gesellschaft, l� ed. ( Tubinga, 1922 ) . [Hay
versión castellana: Economía- y- -sociedad. México, Fondo de Cultura Económica,
1957.] Infortunadamente quedó inconcluso, y los trabajos incluidos en el volumen
Gesammelte Aufsatze zur Wissenschaftslehre ( Tubinga, 1922) . [La parte I de
Wirtschafr und Gesellschafr, vol. I hasta la pág. 180, fue traducida por A. M. Hen
derson y Ialcott ]'arsons con el título de The Theory of Social and Economic Orga
nization ( Glencoe;·-:rn:; 1957 ) . Utilizaremos esta traducción (mencionándola sim
plemente con las letras "T.I." ) para transcribir las citas que Schütz hace de Weber.]
6 ["Una relación social se llamará 'comunal' si -y en la medida en que- la
orientación de la acción social . . . se base en un sentimiento subjetivo de las partes,
sea afectual o tradicional, por el cual se perciban como vinculadas. Una relación so-
36
el caso típico de una asociación compulsiva es el Estado " (ibíd.; T. l., pág. 151).]
. . •
37
8 Cf. Marianne Weber, Max Weber, ein Lebensbild (Tubinga, 1926), por
·
9 [Umwelt (mis congéneres directamente vivenciados por mí, con los cuales
tengo una relación cara a cara ) . Schütz, cuando escribía en inglés, utilizaba tanto
"associates" ( asociados) como "consociates" ( consociados ) .] -
10 [El Mitwelt ( mundo de mis contemporáneos) y el Vorwelt ( mundo de mis
predecesores ) se conocen indirectamente, en contraste con el Umwelt. Estos con
ct>ptos están desarrollados sistemáticamente en el capítulo IV.]
11 [Véase la nota 26, en la pág. 42.]
39
15 Soziologie.
16 Ideen zur Staats- und Kultursoziologie (Karlsruhe, 1917).
17 Soziologie, vols. 1 y 11 ( Munich, 1924) . [Adaptación inglesa Systematic
Sociology, por Howard Becker (Nueva York, 1932 ) .]
18 System der Soziologie, vol. 1 (Jena, 1922-23 ) .
1 9 Ideologie und Utopie (Bonn, 1929 ) . [T.I., Ideology and Utopia, por Lewis
Wirth y Edward A. Shils ( Nueva York, 1936) .] [Hay versión castellana: Ideología
y utopía. Madrid, Aguilar, 1958.]
20 Die Wissensformen und die Gesellschaft (Leipzig, 1926) .
21 Individuum und Gemeinschaft, 3'- ed. ( Leipzig, 1926) .
22 Theorie des obfektiven Geistes ( Leipzig, 1923) .
42
Este libro, que parte de los problemas suscitados por Max Weber,
se apoya, sin reservas, en las conclusiones firmes a que llegaron los
dos filósofos antes mencionados. Trata de determinar la naturaleza
precisa del fenómeno del significado, y de hacerlo mediante un análisis
de la función constitutiva. Sólo después de haber captado con segu
ridad el concepto del significado como tal, podremos analizar paso a
paso la estructura significativa del mundo social. Siguiendo este pro
cedimiento estaremos en condiciones de fondear el aparato metodoló
gico de la sociología comprensiva en un punto mucho más profundo
que aquel al que había llegado Max Weber.
Hemos podido, pues, delimitar nuestro propósito y la manera en
que esperamos lograrlo. El propósito es el esclarecimiento del con
cepto básico de sociología comprensiva de Max Weber. Comenzaremos
mostrando la necesidad de realizar un análisis más amplio de conceptos
tales como "comprensión directa y comprensión motivacional'',27 "sig
nificado subjetivo y objetivo", y "acción significativa y conducta signi
ficativa". A partir de este último par de conceptos, trataremos, en el
capítulo II, la manera en que se constituye el significaQ.o en la vivencia
individual del yo solitario. Al hacerlo así, rastrearemos el significado
hasta su punto mismo de origen, en la conciencia temporal íntima, en
la duración del yo que vive la vivencia. Apoyados firmemente en el
concepto de la duración de Bergson, y aun más en el análisis que hace
Husserl de la constitución de la vivencia subjetiva -a partir de los
fenómenos de retención y reproducción- describiremos la naturaleza
de las vivencias discretas, de las conductas que surgen de la actividad
espontánea, y de la acción de acuerdo con un proyecto preconcebido.
Así, estableceremos un concepto inicial de significado sobre el cual se
basarán nuestros posteriores argumentos. El próximo paso consistirá
en llamar la atención hacia el fenómeno de modificación atencional y
analizar el "contexto significativo" ( Sinnzusammenhang) en el proceso
temporal de ejecutar sintéticamente un acto complejo. Mostraremos de
esta manera cómo el yo construye, a partir de su corriente de la con
ciencia ya vivenciada, un mundo complejo de vivencias. Al mismo
tiempo, explicaremos los esquemas interpretativos dentro de los cuales
el yo organiza sus vivencias en el proceso de autointerpretación.2ª La
última parte del capítulo II se dedicará a la consideración del contexto
motivacional, el complicado y peculiar contexto de significado que está
implicado en la acción.
En el capítulo III pasaremos de la autocomprensión a la compren•
No todo tipo de contacto entre seres humanos tiene un carácter social; este
carácter se limita, más bien, a los casos en que la conducta del actor está orientada
significativamente bada la de otros. Por ejemplo, un mero choque de dos cidistas
puede compararse con un evento. natural. Por otro lado, sus tentativas para evitar
el choque, o los insultos, golpes o discusión amistosa que pueden seguir a éste,
constituiiian "acción" social.30
\Veber requiere entonces que la persona que realiza una acción social
esté consciente de mucho más que de la pura existencia del otro. Debe
darse cuenta del significado de la conducta del otro e interpretarlo.
Pero aquí llegamos a un tercer nivel de significado. Una cosa es tener
la vivencia "eso es un congénere'', y otra totalmente distinta tener la
vivencia "esa persona se está comportando de tal o cual manera, y
yo voy a actuar en consecuencia". Estas dos vivencias pertenecen, de
hecho, a dos dominios diferentcs de significado. Weber lo expresa
claramente cuando al explicar el concepto de "el otro", observa:
Los otros pueden ser personas individuales y ser conocidas para el actor como
tal, o constituir una pluralidad indefinida y ser totalmente desconocidos como indi
viduos. Así, la "moneda" es el medio de intercambio que el actor acepta en pago,
porque orienta su acción según la expectativa de que un número muy grande pero
desconocido de individuos con los que él no tiene relación personal estarán dispuestos
a aceptarla en el intercambio, en alguna ocasión futura.si
objeto de todo acto social consiste en hacer que alguien se comporte de una cierta
manera mediante la propia conducta física ( neto expresivo ) . Véase su artículo
"Gegenstand der reinen Gesellschaftslehre", Archiv für Sozialwissensclwften, LIV,
329-423, especialmente 33.5.
:io Wirtschaft und Gesellschaft, pág. 12 [T.I., pág. 116] .
48
no reside en el logro de un resultado ulterior a él, sino en la ejecución del tipo espe
cífico de acción por sí mismo. Ejemplos de acción afectual son la satisfacción de
un impulso directo de venganza, de gratificación sensual, de devoción a una persona
o ideal, de arrobamiento contemplativo o, . por último, de abreacción de tensiones
emocionales. Tales impulsos pertenecen a esta categoría, cualquiera que sea el grado
de sordidez o sublimidad que posean.3 7
37 Loe. cit.
38 Ibíd., pág. 14 [T.I., pág. 120].
3 9 lbíd., pág. 12 [T.I., pág. 116] .
�o Véase el capítulo V, apartado 48, más abajo; compárese a este respecto
\Valther, "ifax Weber als Soziologe", Jahrbuch für Saziologie, 11 (Karlsruhe, 1926) ,
1-6.'5 . ··�pecialmente 3 5 y sigs.; también Crab, Der Begriff des Rationalen i n der
Saziologie .\fax ·webers (Karlsruhe, 1927) , especialmt>nte págs. 25-35.
49
4 1 Scheler, Wesen und Formen der Sympathie, 2"' ed. ( Bonn, 1923) , pág. 288
[T.I., The Nature of Sympathy, por Peter Heath (New Haven, 1954 ) , pág. 249] :
"Así, la percepción interna representa una polaridad entre actos, y esos actos son
capaces de referirse a nosotros mismos y a otros. Esta polaridad es intrínseca
mente capaz de abarcar la i:-ida interna de otros y la mía propia, tal como me abarca
a mí mismo y a mi propia experiencia en general Ibíd., págs. 296 y sigs. [T.I.,
• • • "
págs. 256 y sigs.] : "Lo que afirmamos es . . que en la medida en que concieme al
•
acto y a su naturaleza y al ámbito de hechos que aparecen dentro de él, cada uno
puede aprehender la experiencia de sus congéneres tan directamente ( o indirecta
mente) como la suya propia." Véase también Litt, Individuum und Gemeinschaft,
págs. 100 y sigs.
42 [Erfassbar in Selbsthabe, literalmente, "comprensible en la posesión inme
diata de la cosa misma". Cf. el uso del término Selbsthabe por Husserl, en "Klarheit
der Selbsthabe", Formale und Transzendentale Logik ( Halle, 1929 ) , § 16 c.]
43 Cf. cap. 111, t;partado 19, más abajo.
44 Las objecioneJ de Scheler a esta teoría (Wesen und Fcwmen der Sympathie,
págs. 281 y sigs. [T.I., págs. 243 y sigs.] ) son enteramente justificadas. Es sin duda
totalmente imposible inferir la existencia del yo del otro sólo a partir de la aparien
cia de su cuerpo y sin suponer que se da en sí misma toda la unidad psicofísica.
Véase más abajo, cap. III, apartado 19.
51
cualquier clase de objetos o estados de cosas cuya existencia es conocida para al
guien, indica a esa persona la existencia de otros objetos o estados de cosas, en el
sentido de que su creencia en la existencia de los primeros es el motivo de una
49 Véase, por ejemplo, Freyer, Theorie des obfektiven Geistes, págs. 14 y sigs ;.
Litt, op. cit., págs. 97 y sigs., 141 y sigs., 182 y sigs.; y, con anterioridad, Sander,
"Gegenstand der reinen Gesellschaftslehre", págs. 338, 354. Por otro lado, en su
Allgemelne Soziologie, Sander distinguió, en un agudo estudio, las múltiples facetas
del significado implícito en el concepto "expresión".
50 Reservamos para un tratamiento posterior otro sentido más del término
"expresión", que es el de expresión simbólica, como ocurre por ejemplo en el caso
del lenguaje. No lo hacemos aquí en parte por el deseo de evitar complicaciones in
necesarias, y en parte porque todo símbolo tal presupone un acto simlJólico, y los
actos simbólicos sólo son otros casos más de conducta exterior. Lo que aq1ú nos inte
resa es el problema general de cómo uno infiere las vivencias de otra persona, dada
su conducta exterior.
53
cado más arriba.51 Pero esto implica tan sólo decir que los cambios
corporales percibidos en él son indicaciones de su estado subjetivo. �o
implica de ninguna manera que esos cambios sean "expresiones" en
cualquier sentido voluntario o que el_, individuo esté "expresando una
intención". Sería totalmente incorrecto decir que mediante el acto de
aserrar la madera, el leñador expresa su deseo de voltear árboles. En
efecto, toda intención expresada es un mensaje, y esto presupone un
receptor del mensaje. Por lo tanto, sólo podemos hablar de "expresión"
en nuestro segundo sentido, si lo que se ·expresaba se entendía como
alguna clase de comunicación.52
¿Qué es lo que de hecho se expresa en el campo de expresión de
la otra persona? ¿Es la vivencia del otro? ¿Es quizás el significado a
que apunta subjetivamente?
Scheler se explica muy claramente respecto de este punto:
Creemos con certeza que conocemos directamente la alegría de otra pe1·sona
por su risa, su pesar y dolor por sus lágrimas, su vergüenza por su rubor, sus súplicas
porque extiende las manos, su amor por su mirada de afecto, su cólera porque rechi
na los dientes, sus amenazas porque cierra el puño, y el contenido de sus pensa
mientos por el sonido de sus palabras.53
libro mayor haciendo una demostraci6n científica, o está realizando alguna otra tarea "
de la cual este acto en · particular sería una parte apropiada. Esto es comprensión
racional de la motivaci6n, que consiste en ubicar el acto en un contexto de signifi
cado ( Sinnzusammenhang} inteligible y más indusivo. Así, comprendemos la ac
ci6n de cortar la madera o de apuntar un rev6lver en funci6n del motivo que se
añade a la observación directa, si sabemos que el leñador trabaja por un salario
o está cortando leña para su propia chimenea o, quizá, lo hace por divertirse. Pero
también podría estar "abreaccionando" un acceso de rabia, y así la situación sería
irracional . . , En todos los casos mencionados anteriormente el acto particular ha
sido colocado en una secuencia de motivación ( Sinnzusammenhang) comprensible,
cuya comprensi6n puede tratarse como una explicación del curso real de la con
ducta. Así, para una ciencia que se ocupa del significado subjetivo de la acción, la
explicación requiere que se capte el complejo de significado ( Sinnzusammenhang)
al cual pertenece un curso real de acción comprensible así interpretado. En todos
esos casos, aunque los procesos sean en gran medida afectuales, el significado sub
jetivo ( subfektlver Sinn) de la acción, incluido también el de los complejos signifi
cativos pertinentes, recibirá el nombre de signiticado "a que se apunta" ( gemeinter
Sinn) . Esto implica apartarse del uso ordinario, que sólo habla de intención, en este
sentido, en el caso de acción que persigue racionalmente un propósito.li6
nal o esclarecedora.
Consideremos la comprensi6n observacional y, bajo ese rubro,
comencemos por la comprensión observacional de "estados afectivos"
y "pensamientos". ¿Cómo podemos llegar a comprender el significado
subjetivo de esas vivencias mediante observación directa? Es muy
difícil determinar, como acentúa Weber mismo,5 7 si una acción afec
tual dada constituye conducta significativa y, por lo tanto, acción genui-
56 Weber, Wirtschaft und Gesellschaft, pág. 3 [T. l., págs. 96-98); cf. tam
bién el punto 3, ibíd., así como el ensayo de Weber, "über einige Kategorien der
Verstehenden Soziologie", Gesammelte Aufsiitze zur Wissemchaftslehre, especial
mente págs. 408 y sigs.
117 Weber, Wirtschaft und Gesellschaft, pág. 12 [T.I., pág. 116].
56
58 Formale und transzendentale Logtk, págs. 192 y sigs. [El resto de este
párrafo es una paráfrasis.]
57
63 [Husserl, Logimhe Untet'suchungen, 11, 37. Cf. también Farber, The Foun
dation of Phenomenology, págs. 227 y 232-36.]
04 Especialmente § 96, págs. 210 y sigs. Cf. también Husserl, 'Méditations
63
cartésiennes, Meditación V [T.I. del texto alemán, Cartesian Meditations, por Dorion
Cairns ( La Haya, 1960) ] .
65 [Remitimos al lector al conciso resumen de los puntos de vista de Husserl
sobre estas cuestiones que se encuentra en Farber, The Foundation of Phenomeno
,
67 Para que no haya ninguna confusión con un concepto que se puede encon
trar en una cantidad de autores contemporáneos, debe notarse que nuestro uso del
término "significado objetivo" carece de implicancias axiológicas. El hecho de que
el significado objetivo pueda presuponer ocasionalmente valores objetivos ( objektit;e
Werte) , y de que las objetividades ( Gegenstandlichkeiten) ideales estén constitui
das a partir de valores objetivos, son cuestiones que exceden el ámbito de este
estudio.
us ["Sobald wir sie in spezifischen Zuwendtmgen un.seres Bewusstseins auffas
sen," Husserl emplea el tém1ino Zuwendung para significar un "volverse hacia" o
..dirigir la mirada hacia" el objeto intencional, que con ello es "conocido de una
manera general". Está presente en todo acto de aprehensión, evaluación, fantasía,
etcétera, pero "no es en sí mismo un acto propiamente dicho". Es "lo perceptivo en
la percepción, lo fantasioso en la fantasía, lo aprobatorio en la aprobación, lo volitivo
en la voluntad, etcétera" (Ideas, § 37; T. l., págs. 121-22) .]
65
73 Essai sur les données immédiates de la conscience (París, 1889 ) [T.I., Time
and Free Will, por F. L. Pogson (Nueva York, 1912; también 1960 ) ) ; Matiere et
mémoire (París, 1896) [T.I., Matter and Memory, por N. M. Paul y W. Scott Pal
mer (Nueva York, 1959 ) ] ; L'Evolution créatrice (París, 1907) , [T.I., Creative Evo
lution, por Arthur Mitchell (Nueva York, 1911 ) ) ; L'Energie spirituelle (París, 1920)
[T.I., Mind Energy, por H. Wildon Carr (Nueva York, 1920 ) ] ; Introduction d la
métaphysique (París, -1903) [T.I., Introduction to Metaphysics, por T. E. Hulme
( 1955 ) ] ; y finalmente, Durée et simultanéité (París, 1922) .
74 Vorlesungen zur Phiinomenologie des inneren Zeitbewusstseins (ed. Heideg
ger); Suppl. VIII, Jahrbuch für Philosopme und phiinomenologische Forschung, volu-·
men IX (Halle, 1928) [T.I., The Phenomenology of Internal Time Consciousness,
por James S. Churchill (Bloomington, Ind., 1964). Este tema será tratado en detalle
en el capítulo siguiente.
75 [Cf. Husserl, Ideas, § l; T. l., pág. 51.)
76 [Ibíd., §§ 31-32; T.I., págs. 107-11.]
(:7
Observación
1º [Cf. ibíd., (T.I., págs. 44-50) para una detallada descripción del "fenómeno
de fluencia hacia el pasado".]
11 lbíd., pág. 406 [T.I., J:lág. 71].
79
lo tanto, parece posible decir que las objetividades que se constituyen originaria
mente en procesos temporales, miembro por miembro o fase por fase ( como correla
tos de actos continuos, multiformes, cohesivos y homogéneos ) , pueden ser aprehen
·
didas en una mirada retrospectiva como si se tratara de objetos completos en un
.Punto temporal. Pero luego este modo de darse se remite con seguridad a otro
"primordial" ,15
nosotros.16
Debemos distinguir entonces entre el ser preempírico de las vivencias, su ser
anterior a la mirada reflexiva de ate�ción que dirigimos hacia ellas, y su ser como
fenómeno. Al dirigir la atención fijándola en las vivencias y al aprehenderlas, ad
quieren un nuevo modo de ser. Llegan a "diferenciarse", "cobran relieve", y este
acto de difere�ciación no es sino el acto de aprehensión, y la diferenciación no es
nada distinto de ser aprehendido, ser el objeto del enfoque de la atención. Sin em
bargo, no debe pensarse esta cuestión como si la diferencia consistiera meramente
en que la misma vivencia, unida precisamente con el enfoque de la atención, consti
tuyera una nueva vivencia, la de dirigirse-hacia-ahí, como si ocurriera entonces una
mera complicación. Sin duda que cuando ocurre un enfoque de atención, es evidente
que distinguimos entre el objeto del enfoque (la experiencia A) y el enfoque de Ja
atención en sí mismo. Y sin duda tenemos razón al decir que nuestro enfoque de
atención se dirigía previamente hacia otra cosa, que luego ocurrió el enfoque hacia A,
y que A "ya estaba allí" antes de ese acto.17
Con cada Acto de espontaneidad surge algo nuevo. Este Acto funciona, por
así decirlo, en cada momento de su flujo como una sensación originaria que se va
borrando de acuerdo con la ley fundamental de la · conciencia. La espontaneidad
que comienza a actuar en etapas en el flujo de la conciencia, constituye un Objeto
temporal, es decir, un Objeto del devenir, un proceso, esencialmente todo un pro
ceso, y no un Objeto duradero. Y este proceso se va hundiendo en el pasado,25
Siempre que existe una constitución original de una objetividad de la concien
cia mediante una Actividad, la Acción original se cambia, en la constancia retencio
nal, en una forma secundaria que ya no es Actividad, sino que constituye una forma
pasiva, la forma de una "sensibilidad secundaria", según la llamamos. En virtud de
la síntesis constante de identidad, la conciencia pasiva es exactamente conciencia
de la misma cosa que se constituyó un momento antes en la originalidad activa.26
Todo esto es cierto respecto del juicio, que constituye un tipo de acción,
pero una acción que "desde el comienzo y a través de todas las formas
que toma en cada etapa, se refiere exclusivamente a lo irreal".27 Aun
las objetividades ideales
son metas, fines y medios concebibles; sólo son lo que son porque fueron engendra
das por la conciencia. Pero esto no significa que sólo sean lo que son en y durante
la producción primaria que las originó. Están "en" la producción primaria que las
engendra, en el sentido de ser conocidas en ella como una cierta intencionalidad
de la forma de Actividad espontánea, y en el modo del yo original. Este modo de
darse a partir de tal Actividad primordial no es sino su modo propio y peculiar
de percepción.28
.29 Confiamos en haber demostrado con lo dicho hasta ahora que es inadecuada
la distinción de Weber entre acción y conducta.
30 Ideen, págs. 145, 149, 164 [T.I., págs. 216, 220, 238); Zeitbewusstsein,
·
que vendrá con el completamiento. Sin embargo, nos esforzamos hacia tal meta
y buscamos, mediante nuestra acción, llevarla paso a paso a la realización concreta.32
85 Sein und Zeit, pág. 245 [T.1., Being and Time, por Macquarrie y Robin
son (Nueva York, 1962), pág. 185]. Tomamos aquí prestado el término de Heideg
ger sin comprometernos con el significado explícito que él le da. La palabra la uti
liza también Pfánder en su excelente estudio, "Motiv und Motivation'', Festschrift
für Lipps ( Leipzig, 1930) .
86 Estamos utilizando, contra el uso de Husserl, el término "fantasía" con in
39 No podemos entrar aquí en las obvias consecuencias que tiene para la ética
y la jurisprudencia, especialmente para el Derecho penal.
40 Remitimos al lector al excelente estudio de Moritz Geiger sobre este tema,
"Fragment über das Unbewusste"� Jahrbuch für Phiinomenologfe, IV ( 1921 ) , 1-136.
Nuestra terminología difiere, por supuesto; de la de Geiger. [Este primer párrafo del
.apartado 10 es una paráfrasis más bien que una traducción del original de Schütz.]
93
49 Ideen, págs. 223 y 234. [T.I., págs. 307 y 321. El párrafo precedente
fue abreviado en la traducci6n. )
liO Para el yo inmerso en la duración no hay elecci6n, sino sólo Impulso, como
demostró Reiner ( op. cit., pág. 22).
111 [Los tres párrafos siguientes son una adaptación, más bien que una tra
ducci6n directa.]
98
52 [Cf. Heidegger, Sein tind Zeit, pág. 42; T.1., pág. 68.]
1i3 [Cf. Husserl, Ideas, § 3, cap. 3.]
1 00
114 Cf. Reiner, op. cit., �g�. 24 y sigs., donde se encuentra un estudio de la
correlación fundamental entre actividad y pasividad.
101
ces también la fijación del rayo de la atención en su propio circuito apuntado perte-
nece a esta idea, pues el rayo también es una fase de la vivencia. Es entonces evi
dente que son posibles modos de alteración de la vivencia fijada, que indicamos bajo
el rubro "alteraciones en la distribución de la atención y sus modos",57
Es evidente que estas modifi caciones son no sólo las de la vivencia misma en
su aspecto noético, sino que también abarcan sus noémata, que, en el aspecto noemá
tico -sin que obste al núcleo noemático idéntico- muestran una nueva clase de
caracterizaciones. • • . Es obvio, además, que las modificaciones que ocurren en el
n6ema no son de una clase que simplemente se agregue a algo que permanece idén
tico � lo largo de alguna adición meramente externa; por el contrario, los noémata
55 La distinción crucial entre nóesis y nóema la formula Husserl con las si
guientes palabras: "Tenemos que distinguir las partes y fases que encontramos a tra-
. vés de una análisis real de la vivencia, en el cual tratamos la vivencia como un
objeto semejante a cualquier otro. • • • Pero por otra parte la vivencia intencional
es la conciencia de algo, y es así en la forma que su esencia prescribe: como memo
ria, por ejemplo, o como juicio, o como voluntad, etcétera, y entonces cabe pregun
tarse qué podemos decir esencialmente con respecto a este 'de algo' " (Ideen, 1,
pág. 181 · [T.I., pág. 257] ) .
La primera clase de inquisición es noética, la segunda es noemática. Las fases
noéticas son, por ejemplo, "la dirección de la mirada del puro yo hacia el objeto
a que éste tiende en virtud de su asignación de significado, hacia aquello que éste
'tiene in mente como algo significado', además la aprehensión de este objeto, la fir
me captación de él mientras la mirada Se desvía hacia otros objetos que entraron
en el círculo de 'conjetura'; igualmente los efectos de la explicitacíón, la relación, la
aprehensión sinóptica y el asumir las diversas actitudes de cree_ncia, presunción, eva
luación, etcétera" ( ibíd., pág. 181 [T.I., págs. 257-58) ) . "En completa correspon
dencia con los múltiples datos del contenido real, noético, hay una variedad de datos
desplegables en la intuición realmente pura, y en un 'contenid" noemático' correla
tivo, o, más brevémente, en un 'nóema'. • • . La percepción, por ejemplo, tiene su
nóema, y en la base de éste su significado perceptual, que es lo perclbtdo como
tal. En forma semejante, la evocación . . . tiene como su [nóema] lo recordado·como
tal, tal como es precisamente 'significado' y 'conocido conscientemente' en la evoca
ción; el juicio tiene como su [nóema] lo fuzgado como tal; el placer lo gozado como
tal, etcétera" ( ibíd., pág. 181 [T.I., pág. 258) ) .
116 Ideen, pág. 190 [T.I., pág. 267]. Respecto al problema de la atención,
cf. también Logische Untersuchungen, 11, l, págs. 160 y sigs., Zeitbewusst1Jein, pági
nas 484 y sigs. [T.I., págs. 178-79 y sigs .] .
5T Ideen, loe. cit.
1 02
81 Es evidente que nuestro concepto del "esquema" no tiene nada que ver con
el schema kantiano, que es "una síntesis de la imaginación" ( cf. Crítica de la razón
pura, B 185 ) . [Debido a esta diferencia de significado y de acuerdo con el uso de
Schütz en inglés, traducimos "schema" y "schemata" por "esquema" y "esquemas"
cuando se refieren al concepto del autor.]
s2 Cf. como ejemplo de esto lo que Husserl tiene que decir acerca de Ja cien
cia. La "ciencia" sólo es posible cuando los resultados del pensamiento pueden con
servarse en forma de conocimiento y permanecen disponibles para seguir pensando,
como sistema de proposiciones formuladas en forma neta y distinta de acuerdo con
los requerimientos lógicos, pero que carecen del claro apoyo de las presentaciones,
y por consiguiente son comprendidas sin introvisión, o si no actualizadas a la manera
<lf' un juicio (Ideen, pág. 124 [T.I., pág. 192] ) .
1 12
o "Voy a salir porque deseo conversar con A". Llamaremos a toda for
mulación-porque que sea lógicamente equivalente a una formulación
para, "pseudoformulación-porque". El rasgo interesante de este doble
modo de expresión es que la formulación-para representa la meta como
futura, mientras la pseudoformulación-porque la representa como un
proyecto que ocurrió en el pasado. Este es sólo un ejemplo más d el
doble sentido relacional d� la acció�, que comprende tanto una referen
cia retrospectiva hacmel pasaClo como una orientación hacia el futuro.
Necesitamos explicar con mayor detalle la configuración de signifi
cado dentro d e la cual están mutuamente relacionados el acto proyectado
y las acciones necesarias para llevarlo a cabo. Para que podamos dis
poner de alguna configuración de significado, debe ocurrir una aprehen
sión rnonotéticr.. d e acciones en sí mismas, consistente en etapas pero
representada como completamente constituida, es decir, como pasada
y terminada. Pero ¿cóino puede hacerse esto en el proyecto, cuando las
blema -que como vimos, es un Acto libre del yo-, tomándola como
punto de mira podemos preguntar por el "porqué" de la elección par
ticular, representando ese fundamento en el tiempo pluscuamperfecto.
En verdad, todo lo que hemos dicho respecto de la relación del motivo
para con el auténtico motivo-porque mantiene su validez en un nivel
más elevado para todo el complejo de temas que implica la elección
del problema y la elección del esquema interpretativo. Quien trate de
ordenar una vivencia concreta dentro del contexto total de su expe
riencia, orientará su procedimiento de acuerdo con un motivo-para de
interpretación. Lo hace eligiendo de entre todos los esquemas inter
pretativos almacenados en su experiencia pasada, el único que es per-
1 25
de una comunidad se da por sentada antes que la realidad del "yo" en el sentido del
propio yo y de sus vivencias personales privadas.4
1 Véase nuestra nota agregada al final del capítulo I, pág. 73, más arriba.
2 En las Meditaciones cartesianas, especialmente en la Meditación V, Husserl
nos ha dado un profundo análisis de la significación general de estas cuestiones, y
también ha fijado el punto esencial a partir del cual deben resolverse.
8 Esto se deduce del método con que Husserl trata el problema. Cf. Logik,
pág. 212.
4 Die Wissensformen und die Gesellschaff ( Leipzig, 1926) , II, págs. 475 y
siguientes.
1 28
7 Cf. también Husserl, Ideen, pág. 167 [T.I., pág. 241] : "Un examen más
detenido mostraría además que dos co"ientes de vivencias ( esferas de conciencia
para dos yoes puros) no pueden concebirse como dotadas de un contenido esencial
que sea idénticamente el mismo; además . . . ninguna vivencia plenamente-determi
nada de alguien podría nunca pertenecer a otro; sólo las vivencias que tengan idén
ticamente la misma especificación pueden ser comunes a ambos (aunque no comu
nes en el sentido de que sean individualmente idénticas ) , pero nunca dos vivencias
que por añadidura tengan absolutamente el mismo 'ámbitó."
1 30
dirigidas, como por ejemplo todos los actos dirigidos . hacia las vivencias inten
. •
No hace falta decir que no sólo son transcendentes los actos intencio
nales dirigidos a la corriente de conciencia de otm persona, sino que
entran en la misma clase mis vivencias del cuerpo de otra persona, de
mi propio cuerpo o de mí mismo como una unidad psicofísica. Nos
enfrentamos así inmediatamente con la cuestión del carácter específico
de esa subclase de Actos transcendentes que se dirigen hacia las viven
cias de otra persona. Podríamos decir que "percibimos" las vivencias
del otro siempre que no sobreentendamos que las intuimos directamente
en sentido estricto, sino que signifiquemos más bien que las aprehen
demos con la misma intención perceptual ( anschauliches Vermeinen)
con que captamos una cosa o hecho presente a nosotros. Es éste el
sentido en que Husserl utiliza la palabra "percepción" para significar
"tomar nota de": "el oyente toma nota de que el hablante expresa
ciertas vivencias suyas y, en ese sentido, puede decirse que las nota,
pero él mismo no vive esas vivencias -su percepción es 'externa' más
bien que 'interna"'.9 La clase <le percepción que es de carácter sigui
tivo 10 no debería confundirse con aquélla en . la cual un objeto nos
apare.ce directamente. Sólo aprehendo las vivencias de otro mediante
la representación signitivo-simbólica, y considero su cuerpo o cualquier
artefacto cultural que él haya producido como un "campo de expre
sión" 1 1 de esas vivencias.
Expliquemos un poco más ese concepto de aprehensión signitiva
del conocimiento subjetivo de otro. Todo el repositorio de mi expe
riencia ( Erfahrungsvorrat) de otro, desde una actitud natural, consiste
en mis propias vivencias ( Erlebnisse) de su cuerpo, de su conducta, del
curso de sus acciones y de los artefactos que ha producido. Por el
momento hablemos simplemente de la interpretación del curso de acción
de la otra persona, sin mayores precisiones. Mis vivencias de los actos de
otros consisten en mis percepciones de su cuerpo en movimiento. Sin
embargo, puesto que yo interpreto siempre esas percepciones como
el "cuerpo de otro", las estoy interpretando siempre como algo que
tiene una referencia implícita a la "conciencia de otro". Así, los movi
mientos corporales se perciben no sólo como hechos físicos sino tam
bién como un signo de que la otra persona tiene ciertas vivencias que
distingue cuando prefiere dividir su atención entre ellas. Además, puede hacer de
ellas µna, distinguiéndolas sin embargo una de otra, si decide dividir su atención,
aunque no dividiéndolas en dos entidades separadas.18
15 [O, literalmente, "todas mis vivencias de las vivencias del yo del otro son
aún mis propias vivencias" ("nJ.lll sind auch meine Erlebnisse von Fremden Erlebnis
sen noch immer je-meinige Erlebnisse" ) .]
18 Durée et simultanéite: a propos de la théorle d'Einstein, 2� ed. (París,
1923 ) . pág. 66.
1 33
17 [" ein Beharren im Ablauf der objektiven Zeit." Estas palabras · hacen
• • •
recordar un pasaie de Kant. Cf. la Crítica de la razón pura, B 183: "El schema de
la substancia es - la permanencia de lo real en el tiempo" ("die Beharrlichkeit des
Realen in der Zeit" ) .]
18 Bergson, op. cit., pág. 88 y passim.
19 Cf. Husserl, Méditatior.s cartésiennes, pág. 97: "Desde el punto de vista
fenomenológico, la otra persona es una modificación de 'mi' yo."
20 Husserl llega a la misma conclusión desde un punto de pa:::tida enteramente·
distinto: "Ella (la experiencia de la otra persona) establece una conexión entre la
experiencia viviente no interrumpida ni trabada que el yo concreto tiene de si núsmo,.
1 34
que proceden paso a paso y que dan por resultado síntesis de un orden
superior. Ahora bien, esto es, precisamente lo que ·weber quiere decir
al hablar de comprensi6n observacional por oposición a la motivacio
nal. Pero lo esencial en lo que respecta a la simultaneidad implicada
aquí no es la coexistencia corporal. No se trata de que yo s6lo pueda
comprender observacionalmente a aquellos que vivencio directamente.
En absoluto. Puedo ubicar imaginativamente las mentes d� personas
de épocas pretéritas en una casi simultaneidad con la mía, compren·
diéndolas observacionalmente a través de sus escritos, su música, su
arte. Tenemos aún que referimos a las diferentes formas que asume
esta comprensión en las diferentes esferas del mundo social.
Sin embargo, la simultaneidad de nuestras dos corrientes de con
ciencia no significa que a cada uno de nosotros se le den las mismas
experiencias. Mi vivencia de ti, así como el ambiente que te adscribo,
llevan la marca de mi propio Aquí y Ahora subjetivo y no la marca
del tuyo. También yo te adscribo un ambiente que ya ha sido inter
pretado desde mi punto de. vista subjetivo. Presupongo entonces que
en cualquier momento dado ambos nos estamos refiriendo a los mismos
objetos, que trascienden la experiencia subjetiva de cada uno de · nos
otros.21 Esto ocurre así por lo menos en el. mundo de la actitud natural,
el mundo de la vida cotidiana en el cual uno tiene experiencia directa
de sus congéneres, el mundo en el cual supongo que tú estás viendo la
misma mesa que yo veo. Veremos también, en un punto posterior, las
Hasta ahora sólo hemos estudiado casos en que el actor busca mera
mente producir cambios en el mundo externo. No trata de "expresar"
sus vivencias. Cuando hablamos de acción "expresiva" queremos sig
nificar aquella en que el actor trata de proyectar hacia afuera ( nach
aussen zu projizieren) 32 los contenidos de su conciencia, sea con el fin
de conservar a estos últimos para su propio uso posterior ( como en el
caso de un asiento en un libro diario ) o de comunicarlos a otro. En
cada uno de estos dos ejemplos tenemos una acción auténticamente
planeada o proyectada ( Handeln nach Entwurf) cuyo motivo-para es
que alguien tome conocimiento de algo. En el primer caso este alguien
· es la otra persona en el mundo social. En el segundo, es uno mismo en
el mundo del yo solitario. Estos dos son actos expresivos. Debemos dis-
41 Nuestro uso difiere aquí del que hace Husserl en Logical lnvestigations,
1 y VI.
42 [Las palabras que traducimos aquí como "objeto-acto" (act-obfect) y "ob
jeto-signo" ( sign-obfect) son, respectivamente, Handlttngsgegenst/Jndlichkeit y Zei
chengegenstiindlichkeit. Se refieren al acto y al signo considerados como objetos
repetibles y no como eventos únicos. ]
43 Por l o tanto, n o puedo admitir como . fundamental l a distinción d e Hans
Freyer entre el lado fisiogn6mico de una acción y su objetivación en el mundo ma
terial. ( Véase su Theorie des obfektiven Gelstes [Leipzig, 1923], págs. 29 y sigs.)
1 50
signos como tales, sino entre sus significados, que es sólo una manera
de decir entre las vivencias del yo cognoscente que establece, usa o in
terpreta los signos. Sin embargo, puesto que estos "significados" sólo
se comprenden en los signos y por medio de ellos, vale entre estos últi
mos la conexión que llamamos "el sistema de signos".
El sistema de signos está presente para quien lo comprende como
un contexto significativo de un orden superior entre signos previamente
experimentados. Para él la lengua alemana es el contexto significativo
de cada una de sus palabras componentes; el sistema de signos de un
mapa es el contexto significativo de cada símbolo que figura en ese· ma
pa; el sistema de notación musical es el contexto significativo de cada
nota escrita; y así sucesivamente.
·
tión sólo reside en saber qué significa esa frase: "haber sido experimen
tado". Si nos preguntamos en qué circunstancias hemos experimentado
la conexión entre el término "Bru:nalip" y el primer modo de la cuarta
figura, encontraremos que lo hemos aprendido de un profesor o de un
libro. Sin embargo, haber experimentado la conexión significa que de
bemos haber establecido en esa ocasión en nuestra mente que el término
"Bamalip" es el signo del primer modo de la cuarta figura. Por lo tanto,
la comprensión de un signo ( para ser más preciso, la posibilidad de su
interpretación dentro de un sistema dado) se remonta a una decisión
previa de nuestra parte, por la cual aceptamos y utilizamos este signo
cor;rio expresión de un cierto contenido de nuestra conciencia.
Todo sistema de signos es, por lo tanto, un esquema de nuestra ex
periencia. Esto es cierto en dos sentidos diferentes. Primero, es un es
quema expresivo; en otras palabras, he utilizado por lo menos una vez
el signo para designar lo que éste designa, y lo he hecho sea en la acti
vidad espontánea o en mi imaginación. En segundo lugar, es un esque
ma interpretativo; en otras palabras, ya he interpretado en el pasado
el signo como signo de lo que él designa: Esta distinción es importante
puesto que, como ya hemos demostrado, puedo reconocer el sistema de
signos como un esquema interpretativo, pero saber solamente que otros
lo hacen. En el mundo del yo solitario el esquema expresivo de un signo
y su correspondiente esquema interpretativo coinciden necesariamente.
Por ejemplo, si yo invento una escritura privada, los caracteres de ese
código los establezco mientras estoy inventando la escritura o utilizán
dola para redactar notas. En esos momentos es para mí un esquema
expresivo. Pero el mismo esquema funciona para mí como interpretativo
cuando leo luego lo que he escrito o cuando lo utilizo para redactar
más notas.
Para dominar en forma cabal un sistema de signos tal como un len
guaje, es necesario tener un claro conocimiento del significado de los
signos individuales que integran el sistema. Esto sólo es posible si el
sujeto cognoscente conoce el sistema de signos y sus signos individuales:
componentes como esquemas expresivos y como esquemas interpretati
vos que utilizó en experiencias previas. En ambas funciones, como es
quema interpretativo y como esquema expresivo, cada signo se remonta
a las experiencias que precedieron su constitución. Como esquema ex
presivo y como esquema interpretativo un signo sólo es inteligible en
función de las vivencias que lo constituyen y que él designa. Su signi
ficado consiste en su capacidad de transposición, es decir, su posibilidad
de retrotraernos a algo conocido de un modo diferente. Esto puede ser
el esquema de experiencia en el cual se comprende la cosa designada
u otro sistema de signos. El filólogo Meillet explica claramente este
punto en lo que respecta a las lenguas:
44 Citado por Vossler, Geist und Kultur in der Sprache (Heidelberg 1925), pági
na 115. [T.I., Osear Oeser, The Spirit of Language in Clvilization ( Londres, 1932 ) ,
pág. 104. La referencia e s a A . Meillet, Aper{;U d'une histoire de la langue grecque
(París 1913 ) , pág. 48.]
,
boca de un francés. 51 Vossler aplica esta tesis a toda la historia del len
guaje de la siguiente manera : "Estudiamos el desarrollo de una palabra
y encontramos que la vida mental de todos los que la utilizaron se pre
cipitó y cr1stalizó en ella".52 Sin embargo, para poder "estudiar la pa
labra", debemos ser capaces de utilizar un conocimiento de la estruc
tura mental de todos los que la han usado, tomado de nuestra experiencia
previa. La calidad particular de las experiencias . de quien emplea el
signo en el momento en que lo vinculó con lo signatitm es algo que
el intérprete debe tomar en cuenta más allá y por encima del significado
objetivo, si desea alcanzar una verdadera comprensión.
Hemos dicho que el significado agregado es no sólo subjetivo sino
ocasional. En otras palabras, el significado agregado tiene siempre en
sí algo del contexto en que se lo utiliza. Al comprender a alguien que
está hablando, interpreto no sólo sus palabras individuales sino su se
cuencia total articulada de palabras sintácticamente vinculadas: en
síntesis, "lo que está diciendo". En esa secuencia, cada palabra re
tiene su propio significado individual en medio de las palabras circun
dantes y a través de todo el contexto de lo que se está diciendo. Con
todo, no puedo decir realmente que comprendo la palabra hasta haber
captado el significado de toda la formulación. En síntesis, lo que nece
sito en el momento de la interpretación es el contexto total de mi ex
periencia. A medida que avanza la formulación, se construye una sín
tesis paso a paso, desde el punto de vista de la cual uno puede ver
los actos individuales de interpretación y establecimiento de significado.
El discurso es en sí mismo, por lo tanto, una especie de contexto de
significado. Tanto para el hablante como para el intérprete, la estruc
tura del discurso emerge gradualmente. La lengua alemana expresa
precisamente el aspecto que señalamos en su distinción entre Worter
("palabras desvinculadas") y Worte ( "discurso" ) . Podemos decir, en
efecto, que cuando palabras desvinculadas reciben un significado oca
sional, constituyen un todo significativo y se transforman en discurso.
Pero ¿qué es esa síntesis, qué es ese contexto significativo sobre
impuesto que sirve como esquema interpretativo para la comprensión
del significado ocasional de un signo? La respuesta es ésta: el discurso
es un acto de utilización de signos. La unidad del discurso de un deter
minado hablante es simplemente, . desde su punto de vista, la unidad
que pertenece esencialmente a todo acto. Ya hemos visto en qué con
siste esa unidad.ó3 Surge del proyecto o plan de acción propio de quien
utiliza el signo. De ello se sigue que el intérprete no puede captar esa
unidad hasta que se ha completado el acto mismo. Todo lo que puede
hacer es llegar a una aproximación basada en su conocimiento previo.
Esta limitación se aplica, en efecto, a la interpretación tanto del signi
ficado objetivo como del ocasional. Siempre tenemos que aguardar hasta
56 Zeug. Este es el término utilizado por Heidegger para designar los objetos
del mundo externo que están "disponibles". Cf. Sein und Zeit, pág. 102 [T.I., Being
and Time, Macquarrie y Robinson, pág. 135].
1 63
parte, cuál fue '1a intención del legislador". Todas estas diferencias se
remontan a la distinción entre significado objetivo y subjetivo del pro
ducto que acabamos de tratar.
Otra cuestión más antes de concluir este capítulo. La tendencia
a buscar un significado subjetivo para todo en la existencia está tan
profur.damente enraizada en la mente humana, la búsqueda del signifi
cado de todos los objetos está tal,l vinculada con la idea de que éstos
recibieron una vez su significado de alguna mente, que todas las cosas
del mundo pueden interpretarse como productos y, por lo tanto, como
evidencia de lo que ocurrió en la mente de Dios. En verdad, todo el
universo puede considerarse como el producto de Dios, de cuyos actos
creadores da testimonio. Esto es sólo una referencia al pasar, por su
puesto, a todo el sector de problemas que están más allá de las ciencias
en sentido estricto. En todo caso, el problema del significado subjetivo
y objetivo es la puerta abierta a toda teología y metafísica.
IV
[A] INTRODUCCION
ria, y el tipo de comp rensi 6n que usamos en las ciencias sociales. Nuestra
tarea consiste en establecer qué es lo que distingue a estos dos conjuntos
de categorías entre sí: 1 ) las categorías en funci6n de las cuales el .
hombre ubicado en el pun:to de vista natural comprende el mundo
social y que, de hecho , les son dadas a las ciencias sociales como material
con el cual deben empezar y 2) las categoría� que utilizan las ciencias
sociales mismas para clasificar este material ya preformado.
Sin embargo, las dos esferas se recubren. En efecto, en cierto sen
tido soy un científico social en la vida cotidiana cuando reflexiono sobre
mis congéneres y su conducta, en lugar de limitarme a vivenciarlos.
Vivo con ellos como un hombre entre hombres, los encuentro continua
mente en mi experiencia directa. Mis vivencias de la presencia de ellos
y de sus características personales 1 son inmediatas. No es menos inme
diata, y por cierto no menos integral para mi conciencia, que mi capta
ci6n del mundo físico que me rodea, en la medida en que este mundo es
espacial; incluye tanto mi propio cuerpo como el de los otros, junto con
mis movimientos. Tu cuerpo, por ejemplo, es espacial, no meramente en
el sentido de que sea un objeto físico o aun uno fisiol6gico, sino en el
sentido de que es un objeto psicofísico, es decir, un campo de expresi6n
de tus vivencias. Y de acuerdo con la tesis general del yo del otro, no
..
s6lo te vivencio conscientemente, sino que vivo contigo y envejezco
'contigo. Puedo atender a tq corriente de conciencia, . tal como puedo
atender a la mía propia, y me es posible, por lo tanto, devenir consciente
de lo que ocurre en tu mente. En la intencionalidad viviente de esta
experiencia te "comprendo" sin prestar necesariamente atenci6n alguna
a los actos de comprensi6n mismos. Esto ocurre porque vivo en el
mismo mundo que tú, vivo en los actos de comprenderte. Tú y tus
vivencias no s6lo me son "accesibles", es decir, están abiertas a mi
interpretaci6n, sino que las doy por sentadas junto con tu existencia
y tus características personales. Y esto, en el sentido estricto de nuestra
definici6n: mientras te estoy vivenciando directamente y hablando con
tigo, toda la complicada subestructura de mi propia interpretación de
ti escapa a mi atenci6n. No estoy interesado en tales cuestiones; mi
intencionalidad viviente, mi attention a la vie, tiene en ese momento
otros fines. Sin embargo, puedo cambiar en cualquier momento dado
todo esto y ubicar esos actos bajo el foco de mi atención. Por ejem
plo, puedo preguntar: "¿Te he comprendido correctamente?" "¿No
quieres decir otra cosa?" "¿Qué quieres significar con tal o cual acción?"
Estas son preguntas típicas que me veo forzado a formular cotidiana
mente en mis relaciones con los demás. En el momento de suscitar
tales cuestiones, he abandonado mi conciencia simple y directa de la
otra persona, mi captación de ésta en toda su particularidad subjetiva.
He abandonado la intencionalidad viviente de nuestra confrontación.
La luz bajo la cual la miro es ahora diferente: mi atención se ha
desviado hacia los estratos más profundos que hasta ese momento no
acción social. Supongamos, por ejemplo, que actúo hacia la otra per
sona como si ésta fuera meramente una cosa física, sin prestar atención
a sus vivencias como otro yo. Mis propias vivencias conscientes que
acompañan a mi acción no están en este caso, según la definición dada
más arriba, intencionalmente dirigidas hacia el otro yo. Mi acción, por
lo tanto, no es en este caso acción socifll. Weber coincidiría aparente
mente con este punto de vista. Recuérdese que él dijo que la colisión
de dos bicicletas no tiene el status de una acción social, pero que la
conversación que sigue sí lo es. El médico que realiza una operación
sobre un paciente anestesiado actúa en realidad "sobre el cuerpo" de
ese paciente, pero esto no es acción social en el sentido de Weber. El
· soldado que marca el paso siguiendo al hombre que tiene delante de
sí no está realizando tampoco una acción social, pues por regla general
orienta en este caso su conducta no según la conciencia del otro hom
bre sino según su cuerpo y además sólo según sus movimientos corpo-
rales como tales y no como claves de las vivencias del otro. .
Sin embargo, nuestra interpretación de las vivencias de conciencia
intencionalmente relacionadas con el otro yo no llena por completo los
requerimientos de la definición de Weber. En efecto, según esta defi
nición la acción social debe relacionarse con la conducta del otro y no
meramente con su estar ahí o tener las características que tiene. Y aquí
encontramos más dificultades. Una de ellas reside en el hecho de que
el concepto de conducta de 'Weber es en sí mismo absolutamente oscuro.
De hecho, de acuerdo con él, la conducta ni siquiera tiene por qué ser
.significativa. Ahora bien, en verdad es posible interpretarlo de tal
manera que su "orientación según la conducta del otro" sea equivalente
a nuestra "tesis general del otro yo". En otras palabras, sería orienta
ción según el hecho de que el tú tiene duración, que tiene ciertas
vivencias y está consciente de ellas. Si aceptamos esta interpretación,
podríamos proseguir diciendo que la conducta social debe orientarse
según la conducta de la otra persona, en el sentido de que se orien
ta según su conciencia y las vivencias que se constituyen dentro de
ésta. Carecería entonces por completo de importancia si el tú estaba
realmente "comportándose" en nuestro sentido, es decir, produciendo
vivencias a partir de la actividad espontánea.
Fritz Sander 4 ha sometido el concepto de conducta social de Max
Weber a una crítica que es ingeniosa y, en muchos aspectos, decisiva.
Señala que, según la definición de Weber, toda percepción del cuerpo
de otro es ya acción social y que este concepto resulta, por lo tanto,
demasiado amplio e impreciso para determinar el objeto de la ciencia
social.5 El ejemplo de Sander es muy instructivo. Sin duda, aun la
percepción interpretativa de las vivencias de otra persona constituye
consciente de mi atención hacia él. En tales casos yo, tú, nosotros, vivi
mos en la relació n social m isma, y esto es cierto en virtud de la inten
cionalidad de los Actos vivientes dirigidos hacia el partícipe. Yo, tú,
nosotros, somos llevados de esta manera de un momento al siguiente
en una modificación atencional particular del estado de hallarse mu
tuamente orientado uno hacia otro. La relación social en que vivimos
se constituye, por lo tanto, por medio de la modificación atencional
sufrida por mi orientación-otro, cuando yo capto en forma inmediata
y directa dentro de esta última la realidad verdaderamente viviente del
partícipe como alguien que está a su vez orientado hacia mí. Llama
remos "relación social viviente" a tal relación social.
La relación social viviente puede ocurrir de varias maneras distin
tas. En su pureza y plenitud, c om o mostraremos más adelante en
detalle, está vinculada con el carácter corporalmente .dado del tú en la
situación cara a cara. Como tal, es una relación viviente cara a cara
o una relación-nosotros pura. De ella derivan su validez todos los Actos
intencionales de orientación-otro que no pertenecen al dominio de la
realidad social directamente vivenciada, todas las maneras de inter
pretar el significado subjetivo, y todas las posibilidades de atender a
los mundos de los meros contemporáneos y de los predecesores. Una
de nuestras principales tareas en este capítulo será esclarecer las rela
ciones sociales que tenemos con los mundos de los meros contempo
ráneos y de los predecesores sobre la base de la relación-nosotros
pura, y demostrar cómo las primeras se deducen de la segunda. Pero
yo, que estoy viviendo dentro del mundo social, puedo también dirigir
mi atención hacia él ubicándome fuera de él y transformándolo en un
objeto de observación o pensamiento. Lo que ocurre entonces es que
atiendo en el tiempo pluscuamperfecto a los Actos intencionales que ya
he realizado mientras estaba orientado hacia-el-otro y hacia lo que he
captado en esos Actos, a saber, Ja orientación del otro hacia mí. Sobre
la base de esta atención, puedo proceder luego a juzgar la probabilidad
objetiva de la orientación mutua. Cuando lo hago estoy en cierto sen
tido realizando autoobservación. Si por ejemplo trato de actuar sobre
otro, sólo puedo saber si esa persona se ha orientado hacia mí después
de que mi acción está cumplida y terminada, y por lo tanto' es ya un
éxito o un fracaso. Por supuesto, el proyecto de mi actuar social estuvo
acompañado por protensiones que anticipaban tal reciprocidad. Sin em
bargo, sólo en el caso de que esas protensiones se hayan cumplido
puedo yo, como observador, hacer una «conjetura racional" respecto
de que existe realmente en ese caso una relación social. Mi actitud
es la misma, en este caso, que la de un observador externo. También,
desde mi punto de vista como observador, la presencia y disponibilidad
1 87
ciente de otro ser humano como· persona. 16 Estoy ya: orientado hacia el
tú desde el momento en que reconozco una entidad que vivencia direc
tamente como un congénere ( como un tú ) atribuyéndole vida y con
ciencia. Sin embargo, debemos tener bien en claro que no se trata de
un juicio consciente, sino de una experiencia prepredicativa en la cual
cobro conciencia d e un congénere humano como una persona. La orien
tación-tú puede entonces definirse como la intencionalidad de los Actos
por medio de los cuales el yo capta la existencia de la otra persona
en el modo del sí-mismo original.17 Toda experiencia externa de esta
clase, en el modo del sí-mismo oi:iginal, presupone la presencia real
de la otra persona y mi percepción de que está allí.
Ahora bien, deseamos acentuar que el estar allí (Dasein) del otro
es precisamente aquello hacia lo cual se dirige la orientación-tú, no
necesariament� las características del otro. El concepto de la orienta
ción-tú no implica conciencia de lo que está ocurriendo en la mente del
otro. En su forma "pura" la orientación-tú consiste meramente en estar
dirigido en forma intencional hacia el puro ser aquí de otro ser humano
vivo y consciente. Con seguridad la orientación-tú "pura" es un con
cepto formal, un constructo intelectual o, según la terminología de
Husserl, un "límite ideal".18 En la vida real nunca vivenciamos la
"existencia pura" de otros; en cambio, encontramos gente real con sus
propias características y rasgos personales. La orientación-tú no es
entonces, tal como ocurre en la vida diaria, la "pura" orientación-tú,
sino esta última cuando se ha realizado, y vuelto determinada en alguna
medida.
Ahora bien, el hecho de que yo te contemple como un congénere
no significa que yo sea también un congénere para ti, a menos que tú
estés consciente de mí. Y por supuesto, es perfectamente posible que
tú no me estés prestando en absoluto ninguna atención. La orienta
ción-tú puede ser, por lo tanto, unilateral o recíproca. Es unilateral
si sólo uno de nosotros nota la presencia del otro. Es recíproca si
estamos mutuamente conscientes uno del otro, es decir, si cada uno de
nosotros tiene la orientación-tú hacia el otro. De esta manera se cons
tituye a partir de la orientación-tú la · relación cara a cara ( o relación
social directamente vivenciada ) . Ya hemos formulado, en el apartado 31,
los criterios por los cuales se llama a una persona partícipe en tal
relación. Llamaremos "relación-nosotros pura" a la relación cara a cara
en la cual los partícipes están conscientes uno de otro y participan sim
páticamente uno en la vida del otro, por más breve que sea esa rela
ción. Pero también la "relación-nosotros pura" es sólo un concepto
24 Por "ambiente" quiero significar esa parte del mundo externo que puedo
aprehender directamente. Esto incluiría no sólo al ambiente físico sino también al
social con todos sus artefactos culturales, lenguajes, etcétera.
211 Véase apartado 20, más arriba, págs. 133 y 134.
26 [Cf. Husserl, Ideas, § 41.]
200
q
Imaginemos ue tenemos un caso de esta última. Digamos que yo
estoy observando la conducta de alguien y que ese alguien no sabe
o no presta atención a ello. Ahora bien, el problema es el siguiente:
¿Cómo sé lo que ocurre en su mente?. Pues bien, aunque esté mera
mente observándolo, su cuerpo es aún un campo de expresión de su
vida interna. Mientras lo miro puedo considerar mis propias percep
ciones de su cuerpo como signos de sus vivencias conscientes. Al
hacerlo así, tomaré en cuenta sus movimientos, palabras, etcétera, como
una prueba. Dirigiré mi atención hacia los contextos de significado
subjetivos de las indicaciones que percibo, más bien que hacia los
objetivos. Como observador directo puedo así captar en una sola mi
rada no sólo las manifestaciones exteriores -o "productos"- sino tam
bién los procesos en los cuales se constituyen las vivencias conscientes
que están detrás de ellas. Esto es posible porque las vivencias del otro
ocurren simultáneamente con mis propias interpretaciones subjetivas
de sus palabras y gestos.
La otra persona está tan presente en el sentido corporal para el
observador como lo está para alguien que participe con ella en una
relación social. Sus palabras pueden ser oídas y sus gestos vistos: hay
tantas indicaciones de su vida interna como en el caso de una relación
directa. Toda experiencia adicional que tenga el observador acerca de
la otra persona aumenta su conocimiento de esta última. Los ambientes
de ambos son congruentes y, por lo tanto, sus vivencias conscientes
probablemente se correspondan. Pero esta probabilidad no puede, en
principio, elevarse al nivel de la certeza. En este caso la situación
difiere de la que se presenta en una relación cara a cara. En esta
última puedo verificar a voluntad mi supuesto de que mis vivencias
corresponden a las de la otra persona. Puedo hacerlo apelando direc
tamente a un objeto del mundo externo que es común para ambos.
Pero en cualquier observación social directa realizada fuera de una
relación social, mi interpretación de la conducta de otro no puede con
trolarse por medio de su propia autointerpretación, a menos, por supues
to, que cambie mi rol como observador por el de participante. Cuando
comienzo a formular preguntas a la persona observada, ya no soy un
mero observador.28 Con todo, debe acentuarse que Ja observación social
directa puede convertirse a voluntad en una relación cara a cara, hacien
do posible con ello tal interrogación, mientras que eso no puede decir
se de los meros contemporáneos o de los predecesores de uno.
Puesto que la orientación-tú del observador hacia su s1;:jeto es uni
lateral, el contexto subjetivo de significado en que aquél interpreta
las vivencias de la otra persona no tiene su correspondiente contra
punto. Por Jo tanto, está ausente el reflejamiento mutuo y multifa
cetado característico de la relación cara a cara, en la cual el contenido
de los dos partícipes se identifica mutuamente. La conducta de la
32 Weber, Wirtschaft und Gesellschaft, pág. 14, punto 4 [T.I., pág. 119 ] .
S S [Hay una infortunada ambigüedad lingüística e n este punto. Una amistad,
por cierto, no es ( felizmente ) una serie continua de contactos en el sentido de
Cantor, de que entre dos contactos cualesquiera siempre hay otro. Es una serie
de contactos continuados o recurrentes. Pero aunque no sea una serie continua,
puede hablarse de ella como de una relaci6n continua, a menos que cada au revoir
sea una "ruptura" temporaria de la amistad.]
208
34 Habrá que describir con exactitud las diferentes formas de las relaciones
de orientación y de interacción social en el mundo de los contemporáneos.
35 ["Aufeinanderbezogen . . . aufeinander eingestellt."]
209
llame "ideal".
Demos unos pocos ejemplos para aclarar este punto. Cuando des
pacho una carta por correo, supongo que ciertos contemporáneos míos,
a saber, los empleados de la oficina de correos, leerán la dirección y
expedirán la carta de manera correcta.41 No pienso en esos empleados
de correos como individuos. No los conozco personalmente ni espero
conocerlos ·alguna vez. También, como señalaba Max Weber, cuando
acepto dinero lo hago sin ninguna duda de que los demás, que siguen
siendo por completo anónimos, lo aceptarán a su vez de mí. Para
utilizar otro ejemplo de Weber,42 si me comporto de manera de evitar
la llegada repentina de ciertos señores uniformados y con chapas de
identificación, en otras palabras, en la medida en que me oriento hacia
las leyes y hacia el aparato que las refuerza, también en este caso me
estoy relacionando socialmente con mis contemporáneos concebidos
bajo tipos ideales.
En ocasiones como éstas espero siempre que los otros se comporten
de una manera definida, se trate de empleados de correos, de alguien
a quien pago o de la pol icía Mi relación social con ellos c onsiste en
.
near mis acciones los tengo presentes. Pero ellos, por su parte, nunca
aparecen como personas reales, sino tan sólo como entidades anónimas
definidas en forma exhaustiva por su s acciones. Unicamente en tanto
realizan estas funciones tienen alguna pertinencia para mi conducta
social. No entran nunca en mis cálculos el modo como se sienten cuando
sellan mi carta, dan curso a mis cheques o examinan mi planilla de
réditos. Sólo supongo que hay "algunas personas" que 'nacen esas
cosas". El modo como se comportan al realizar su tarea se define
puramente, desde mi punto de vista, por medio de un contexto objetivo
43 Aun el tramposo se orienta por las reglas; de otro modo, no podóa real
mente hacer trampa.
215
típico, capaz de planear ese fin más amplio. Esto significaría que el
fin más amplio tendría que transformarse en el contexto objetivo de
significado de fundamental importancia desde el punto de vista del
intérprete. En otras palabras, el fin más amplio sería el único en fun�
ción del cual se definiría el acto. Finalmente, todo esto mantendrá
su validez para la construcción del auténtico motivo-porque. Este debe
postularse en alguna experiencia o pasaje de experiencia que sean típi
cos y pueC.an haber dado origen al motivo-para que ya hemos cons
truido.
La manera en que se construye un tipo personal ideal es entonces
la siguiente: se postula la existencia de una persona cuyo motivo viviente
real pueda ser el contexto objetivo de significado ya elegido para defi
nir una acción típica. Esta persona debe ser alguien en cuya con
ciencia la acción en cuestión pueda haberse construido paso a paso en
Actos politéticos, y cuyas propias vivencias provean el contexto subje
tivo de significado que corresponde al contexto objetivo, la acción que
corresponde al acto.
Y ahora vemos la razón básica por la cual, tanto en las ciencias
sociales como en la comprensión cotidiana de la conducta de otro, pode
mos ignorar la "acción total" en el sentido en que este último concepto
incluye las raíces esenciales de la acción en la conciencia de la persona.
La técnica de construcción de tipos personales ideales consiste en pos
tular personas que puedan ser motivadas por el tipo material ideal ya
definido. El acto manifiesto o curso externo de acción que el obser
vador ve como una unidad se retrotrae a un contexto subjetivo de sig
nificado y se inserta en la conciencia del tipo personal ideal. Pero
la unidad de este contexto subjetivo deriva por entero del contexto
objetivo original de significado, del contexto de significado que es la
base misma del tipo personal ideal. Y debemos acentuar con insistencia
el hecho de que esta unidad de '1a acción de la otra persona" es sólo
un corte transversal que el observador extrae de su contexto fáctico
total. Lo que se define así en la abstracción como la unidad del acto
de la otra persona dependerá del punto de vista del observador, que
variará a su vez de acuerdo con sus intereses y problemas. Este punto
de vista determinará tanto el significado que da el observador a sus
propias percepciones del acto como el motivo típico que le asigna. Pero
para cada motivo típico, para cada corte transversal congelado de con
ciencia, existe un tipo personal ideal correspondiente, que podría ser
subjetivamente motivado de la manera en cuestión. Por lo tanto, el
tipo personal ideal está determinado siempre en sí mismo por el punto
de vista del intérprete. Es una función de la pregunta misma que ese
tipo trata de contestar. Depende del contexto objetivo de significado
que ese tipo ideal meramente traduce a términos subjetivos y luego
personifica.
Es precisamente este punto el que la teoría de los tipos ideales
pasa por alto. Omite tomar en cuenta el hecho de que el tipo personal
219
ideal es por definici6n alguien que actúa de tal o cual manera y tiem•
tales o cuales vivencias. Más bien, invierte la dirección de la inferencia
y partiendo del tipo personal ideal como una "entidad libre" trata de
"descubrir" lo que este último quiere significar al actuar de tal o cual
manera. Además, esa teoría es bastante ingenua como para suponer
que los límites del acto pueden. ser demarcados objetivamente mientras
el actor está al mismo tiempo libre para dar al acto cualquier signi
ficado que prefiera. · Una interpretación de esta clase, sea que se la
realice en la vida cotidiana o en el campo de la sociología, tiene por
lo menos la ventaja de una neta división del trabajo. Mientras deja al
tipo personal ideal la función de "adjudicar un significado" a su acción,
se reserva para sí misma el privilegio de decir cuál es ese significado. Se
· evitan las contradicciones asegurándose de que el tipo personal ideal
esté construido de tal manera que deba adjudicar subjetivamente a
sus actos el significado preciso que el intérprete está buscando. La
ilusión consiste en considerar al tipo personal ideal como una persona
real, mientras que en realidad sólo es la sombra de una persona. "Vive"
en una dimensión temporal nunca-nunca que nadie puede vivenciar
. jamás. Vive a través del número mínimo justo de vivencias que per-
mite calificarlo de autor del acto dado. Sin duda, hay que represen
tarlo como "libre"; de otro modo, difícilmente confiriera "su propio
significado" al curso de acción en cuestión. Sin embargo, su libertad
sólo es aparente, porque el acto original que el científico social o el
observador de sentido común toma como su datum incluye ya dentro
de sí, por qefinición, motivos-para y motivos-porque preconstruidos e
inequívocos. El tipo ideal del actor es, entonces, el de la persona que
por definición vivencia politéticamente el acto ya concebido monoté
ticamente por el científico social. Y así, cualquier cosa que el científico
social permita que su tipo ideal informe acerca de sus acciones, es
sólo una profecía posterior a los hechos.
La ilusión de la "libertad" del tipo personal ideal surge del hecho
de que p�eguntamos qué clase de actos futnros podemos esperar d e
u n tipo personal ideal dado. Sigue siendo cuestión de conjetura y
de "espere y vea", cómo se llevará a cabo la conducta adscripta a un
determinado tipo ideal. Según todas las apariencias, la acción .espe
rada, ya definida con respecto a sus motivos-para y sus motivos-porque,
puede ocurrir o no ocurrir. Supongamos que llamo avaro a A, que es
una persona que conozco, identificándolo por ello con un tipo personal
ideal. Queda con todo abierta la cuestión respecto de si dará una
donación con fines benéficos. Sin embargo, estrictamente hablando, la
cuestión real no es en este caso si la acción del tipo ideal es libre y
no determinada. Más bien, consiste en si A es realmente un avaro.
Con seguridad, aun la determinación de los motivos del tipo ideal debe
estar sujeta al test de la experiencia social indirecta, y en última ins
tancia directa. E incluso en los encuentros sociales directos, según
hemos visto, los esquemas interpretativos utilizados en la comprensión
220
pertenencia.
Ahora bien, los tipos ideales que se construyen continuamente en
la vida cotidiana están sometidos a constante ajuste y revisión sobre la
base de la experiencia del observador, sea esta última directa o indi
recta. En lo que respecta a la experiencia social directa, el conoci
miento de los contenidos de la conciencia de la otra persona adquirido
en la relación-nosotros modifica los esquemas interpretativos típico
ideales, sean estos últimos posicionales o neutralizantes. Todo . el cono
cimiento que tenemos de nuestros congéneres se basa, en último análi
sis, en experiencia personal. El conocimiento típico-ideal de nuestros
contemporáneos, por otra parte no se refiere a la otra persona en su
inmediatez concreta dada sino en lo que ésta es, en las características
que tiene en común con otros. Interpretar la conducta de un contem
poráneo como típica significa explicarla como la conducta de un "hom
bre como ése que está ahí", de "uno de ellos". La orientación hacia
el mundo de los contemporáneos es necesariamente y siempre "orien
tación-ellos".
tación de los juicios de otras personas : "Por consiguiente, debemos distinguir entre
los juicios no explícitos de otro indicados por una proposición lingüística explícita
mente formulada, por una parte, y un correspondiente juicio o esclarecimiento explí
citos de lo que se quería significar, por otra . . . " "Si se trata del juicio de otra
225
habitual es, por lo tanto, más amplio que el que la palabra tiene en
el uso ordinario.
Hay otros tipos ideales que s e caracterizan por un grado aun mayor
de anonimidad que el de los tipos ideales habituales. El primer gru
po de éstos consiste en los así llamados "colectivos sociales", todos los
cuales son constructos referentes al mundo de los contemporáneos.56
Esta amplia clase contiene tipos ideales de grados de anonimidad
muy diferente. La junta directiva de una determinada sociedad o el
Senado de los Estados Unidos son tipos ideales relativamente concre
tos, y el número de otros tipos ideales que éstos presuponen es muy
limitado. Pero con mucha frecuencia utilizamos frases en las cuales
aparecen como sujetos gramaticales tipos ideales como "el Estado", "la
prensa", "la economía", "la nación", "el pueblo", o por ejemplo "la clase
trabajadora" 57• Al hacerlo, tendemos naturalmente a personificar estas
abstracciones como si fueran personas reales conocidas en la experien
cia social indirecta. Pero estamos cayendo aquí en el antropomorfismo.
En realidad esos tipos ideales son absolutamente anónimos. Cualquier
atribución de conducta que hagamos a los tipos no permite ninguna
inferencia con respecto · a la existencia de un contexto subjetivo de
significado correlativo en la mente de un actor contemporáneo. "Para
la interpretación subjetiva 58 de la acción en el trabajo sociológico"
dice Max Weber,
estas colectividades deben ser tratadas considerándolas solamente como las resultan -
puesto que sólo éstas pueden ser tratadas como agentes en un curso de acción subje
tivamente comprensible. . . . Para fines sociológicos . . . no existe algo semejante
a una personalidad colectiva que "actúa", Cuando se hace referencia en un contexto
sociológico a un "Estado", a una "nación", a una sociedad anónima", a una "fami
"
se de este estudio. Sobre este punto sólo puedo referir al lector a Felix Kaufmann,
"Soziale Kollektiva", en Zeitschrift für Nationalokonomie, que ya hemos citado
repetidamente. .
57 Para u n análisis de tales conceptos recomendamos la crítica que hace Mises
del concepto de clase ( Die Gemeinwirtschaft [Jena, 1922] , págs. 816 y sigs. ) .
[Remitimos al lector inglés a Mises, Socialism ( New Haven, 1951 ) , págs. 328-51,
que es la traducción de esta obra, y a su Theory and History ( New Haven, 1957 ) ,
págs. 112 y sigs. y 142 y sigs.]
58 [Verstehende Deutung.]
511 "Wirtschaft und Gesellschaft, págs. 6 y sigs. [T.J., pág. 101] .
228
social directa al mundo de los contemporáneos es muy visible. Corno asistente a una
funci6n de teatro, s6lo soy importante para el actor como miembro del público. El
autor que publica un libro s6lo piensa en su lector como lector típico, y elige sus
esquemas expresivos de acuerdo con lo que él imagina que son las ideas preconcebi
das y hábitos interpretativos del lector. Sería función de una teoría de las formas
del mundo social , describir y elucidar toda> estas situaciones con respecto a su
contenido, es decir, las proporciones de experiencia social directa e indirecta que
se encuentran en ellas. El verdadero precursor de tal estudio fue, sin duda, \Viese
con su teoría de la relaci6n.
23 1
esto resulta del hecho de que no estamos en contacto directo uno con
otro, como en la situación cara a cara.
En la situación cara a cara, los partícipes están revisando y am
pliando constantemente el conocimiento que uno tiene del otro. Esto
no es cierto · en el mismo sentido respecto de la reladón-ellos. Es por
cierto verdad que mi conocimiento del mundo de mis contemporáneos
está ampliándose y reabasteciéndose constantemente por medio de
todas las nuevas experiencias que provienen de cualquier parte del
mundo social de donde puedan venir. Además, mis esquemas típico
ideales estarán siempre cambiando de acuerdo con cada cambio de
mi situación. Pero todas estas modificaciones ocurrirán dentro de un
ámbito muy estrecho mientras la situación original y mi interés en ella
sigan siendo aproximadamente los mismos.
En la relación-nosotros supongo que tu ambiente es idéntico al
mío en · todas sus variaciones. Si tengo alguna duda acerca de ello,
puedo controlar mi supuesto limitándome a señalártelo y preguntarte
si eso es lo que quieres decir. Tal identificación está excluida en la
relación-ellos. Sin embargo, supongo que si eres mi contemporáneo tu
ambiente puede ser comprendido por medio de indicios extraídos del
mío. Pero aun en este caso el supuesto es mucho menos probable
de lo que sería si estuviéramos cara a cara.
Sin embargo, mi ambiente 68 incluye también sistemas de signos, y ·
en la relación-ellos utilizo también esos sistemas como esquemas expre
sivos e in interpretativos. De nuevo en este caso resulta de fundamen
tal importancia el grado de anonimidad. Cuanto más anónimo sea mi
partícipe, tanto más "objetivamente" debo utilizar los signos. No puedo
suponer, por ejemplo, que mi partícipe en una relación-ellos captará
necesariamente el significado particular que estoy adjudicando a mis
palabras, o el contexto más amplio de lo que estoy diciendo, a menos
que yo le dé la clave de una manera explícita. Como resultado, no sé
durante el proceso de elección de mis palabras si me comprenden o
no. Esto explica por qué no se me puede preguntar inmediatamente lo
que quiero decir y corregir eventualmente cualquier error de interpre
tación. En la experiencia social indirecta existe sólo una manera de
"interrogar a un partícipe respecto de lo que quiere decir'', y consiste
en utilizar un diccionario, a menos, por supuesto, que decida ir a ver
lo o llamarlo por teléfono; pero en este caso he dejado la orienta
ción-ellos detrás y he iniciado una situación cara a cara. De hecho,
cualquier relación-ellos caracterizada por un grado de anonimidad
relativamente bajo puede 'transformarse en una situación cara a cara
pasando a través de diversos estadios intermedios.09
e s En el sentido que damos nosotros a la palabra. Véase más arriba, apartado
34, pág. 199.
69 Un ejemplo de tal estadio intermedio es la correspondencia escrita que Sim
mel ha confrontado tan magistralmente con el habla: "Podemos decir que mientras
el habla revela el secreto del hablante por medio de todo lo que la rodea -que es
visible pero no audible, y que incluye también los imponderables del hablante mis-
233
mo--, la carta oculta ese secreto. Por esta razón, la carta es más clara que el habla
cuando el secreto del otro no es la cuestión; pero cuando lo es, la carta es más am
bigua. Por 'secreto del otro' entiendo sus estados de ánimo y cualidades de ser, que
no pueden expresarse lógicamente, pero a los cuales volvemos sin embargo innume
rables veces, aunque sólo sea para comprender el significado real de expresiones
totalmente concretas" ( Soziologie, 2'1- ed. [Munich, 1922] , pág. 286) [T. l. , Kurt
H. Wolff, The Sociology of Georg Simmel ( Glencoe, Ill., 1950 ) ] .
234
mente humana constituyen la razón por la cual hechos muy remotos vuelven
• . •
a suceder hoy, aunque en diferentes circunstancias, y la razón por la cual los hechos
más recientes pueden arrojar luz sobre los tiempos prehistóricos,72
haber estado tratando de hacer esta persona exactamente antes del acto
en cuestión� O puede plantear la cuestión más general de cómo hubie
ran resultado las cosas si hubiera ocurrido el hecho B en lugar del
hecho A. Pero ¿cuáles son los presupuestos tácitos que están por detrás
de estas preguntas? El historiador ya sabe perfectamente bien lo que
el actor se proponía hacer, porque conoce lo que en verdad hizo. Ade
más, conoce todo el curso posterior de los hechos históricos hasta llegar
a la época en que él mismo formuló su pregunta. Equipado con todo
este conocimiento, se proyecta ahora hacia atrás hasta un punto del
tiempo anterior al momento de la elección o al momento del hecho A,
según sea el caso. Procede luego a preguntar, supuestamente sobre la
base de su conocimiento del motivo-porque de la persona "a punto de"
actuar en ese momento, qué propósito podría tener quizás en su mente
esta última. Encontrábamos un problema similar con anterioridad, en
nuestro análisis del problema de la elección.75 Se recordará que identi
ficábamos entonces como meras explicaciones ex post facto tanto la teo
ría de una supuesta elección entre dos posibilidades abiertas como la
teoría de que la elección puede predecirse a partir de un conocimiento
del auténtico motivo-porque. Llegábamos a esa conclusión como resul
tado del análisis de la naturaleza del auténtico motivo-porque, durante
el cual vimos que este último sólo puede descubrirse si conocemos pri
mero todo el curso de hechos hasta llegar al presente inmediato. Debe
mos . tener también el mismo conocimiento para poder juzgar acerca de
la importancia de un determinado suceso A para el curso posterior de la
historia. Este es el motivo por el cual sólo el pasado, y nunca el pre
sente, puede ser consider3:do como parte de la historia. Mientras en el
presente todo es puro proceso, cada acción está planeada y ocurre libre
mente sin ninguna conciencia de un motivo-porque por parte del actor,
no hay en· el pa�ado ni libertad ni probabilidad, y es al menos en prin
cipio posible descubrir el auténtico motivo-porque de cualquier acción
dada buscándolo en los hechos que precedieron a esa acción.
Si miramos la corriente de la historia de una manera retrospectiva,
veremos que es continua y múltiple, similar en este respecto a nuestra
propia corriente de conciencia. Pero en otro sentido las dos son dife
rentes, pues la historia ocurre en el tiempo objetivo, mientras la con-
cfoncia ocurre dentro del flujo íntimo de duración del individuo.76 La
corriente de la historia incluye hechos anónimos, conoce la coexistencia
y los lugares fijados en el tiempo. Por otro lado, la corriente de la his
toria puede reducirse a auténticas vivencias de otros hombres, que ocu
rren dentro de la inmediatez de la corriente individual de la conciencia
y refieren a consociados y contemporáneos, vivencias que suceden den
tro de relaciones-nosotros y relaciones-ellos. Entretanto, la estructura
de caracteres y los roles que éstos desempeñan cambian de manera cons-
Los RESULTADOS logrados hasta ahora son suficientes como para permi
tirnos establecer con precisión y en forma concluyente nuestra teoría
de la comprensión del significado. Comenzamos demostrando la falta de
claridad inherente al concepto de "significado a que se apunta" de Max
\Veber. Hemos visto que, en la medida en que la acción misma sigue
siendo indefinida, no podemos hablar de manera inteligible del signifi
cado a que apunta la acción y "que el actor le adjudica". Para lograr
una definición satisfactoria de la acción, encontrábamos necesario ha
cer un detallado y exhaustivo análisis de sus procesos constituyentes.
Llegábamos finalmente a la conclusión de que la acción es 1) una vi
vencia que está 2) guiada por un plan o proyecto que surge de la
actividad espontánea del sujeto, y 3) distinguida de todas las otras viven
cias por un Acto peculiar de atención. Vimos luego que, sobre la base
de esta definición, debe interpretarse metafóricamente la fónnula "el
actor adjudica un significado a su acción". En efecto, el significado
es meramente un modo especial en que el sujeto atiende a su vivencia; es
ésta la que eleva la experiencia al nivel de acción. Es incorrecto enton
ces considerar el significado como una especie de predicado que pOdría
"adjudicarse" a una acción. Hemos distinguido además entre la acción
(actio; Handeln) como una experiencia en proceso, y el acto completa
do (actum; Handlung), y hemos descripto el modo peculiar de consti
tución del acto proyectado, de acuerdo con el cual éste es anticipado
en su propio proyecto en el tiempo futuro perfecto.
Kuestro paso siguiente consistió en formular una definición prelimi
nar del significado, apli cab le a toda clase de vivencia. Dijimos que el
"significado., de una vivencia puede reducirse a un giro d e la atención
hada una vivenc i a va transcurrid a. t'n d curso del cual esta última se
extrae de la corril'nte de la conciencia e identifica como una vivencia
constituida de tal o cual manera y no de otra. El significado, en este
sentido inicial, es pr<'clkatirn y i)l·rktwce a la vivencia prefenoménica.
244
2 Weber, "Roscher und Knies und die lop;ischen Probleme der historischen
Nationaléikonomic'', Gcsa.1111nelte Aufsatze zur lVissenschaftslehre ( 1904 ) , p.'Lgi
na 81, obs. 3.
250
4 Cf. niás abajo, apartado 49, págs. 272 y sigs. ["Wie sind Wissenschaften vom
SuhjPktiven Sinnzusammenhang überhaupt moglich?" Cf. Kant, Crítica de la razón
pura, B, 20: "¿Cómo es posible la ciencia pura de la naturaleza?" ("\Vie ist reine
Nah1rwissenschitft moglich?") ] .
252
5 Walther, "Max Weber als Soziologe", Jahrbuch für Soziologie, 11, 1-65;
Schelting, "Die logische Theorie der historischen Kulturwissenschaft von Max ·weber
und im besonderen sein Begriff des Idealtypus", Archiv für Sozialwissenschaften und
Sozialpolitik, XLIX ( 1922 ) , págs. 628-752; Hans Oppenheimer, "Die Logik der
sozialwissenschaftlichen Begriffsbildung mit besonderer Berücksichtigung von Max
Weber", Heidelberger Abhandlungen zur Philosophie, V ( 1925) ; Freyer, Soziologie
als Wirklichkeitsicissenschaft, págs. 145 y sigs., 175 y sigs., etcétera. Respecto del
desarrollo personal de Weber, véase Voegelin, "über Max \Veber", Deutsche Viertel
fahrsschrift fiir Líteraturwissensch:ift und Geisteswissenschaft, 111, 177 y sigs., y, del
mismo .autor, "Gedenkrede auf Max 'Weber", Kiilner Viertel¡ahrshefte für Soziologie,
IX, págs. 1 y sigs.; y, finalmente, la extensa y muy importante obra de Marianne
Weber, Max Weber, ein Lebensbild (Tubinga, 1926) . [Remitimos también al lec
tor a la obra mencionada más arriba de Alexander von Schelting, Max Webers Wis
senschaftslehre ( Tubing�, J. C. B. Mohr [P. Siebeck], 1934 ) .J
6 Wlrtschaft und Gesellschaft, pág. 1 [T.I., pág. 88] .
1 lbúl., pág. 9 [T.I., pág. 109] .
253
procesos manifiestos o subjetivos. Por otro lado, aun la adecuación más perfecta en
el nivel de signi.fü:ado sólo tiene significación causal desde el punto de vista sodC>
lógico en la medida en que haya alguna clase de prueba de la existencia de una
probabilidad de que la acción siga normalmente de hecho la trayectoria que se ha
considerado adecuada al significado. Para esto debe haber algún grado de frecuen
cia determinable de aproximación a un promedio o tipo puro.
Las uniformidades estadísticas sólo constituyen tipos comprensibles de acción,
en el sentido que damos aquí a la palabra, y por lo tanto "generalizaciones socio
lógicas", cuando pueden considerarse como manifestaciones del significado subje
tivo comprensible de un curso de acción social. Inversamente, las formulaciones de
un curso racional de acción subjetivamente comprensible sólo constituyen tipos socio
lógicos de procesos empíricos cuando pueden ser observadas empíricamente con un
grado significativo de aproximación. Lamentablemente no se da de ninguna manera
el caso de que la probabilidad real de la ocurrencia de un detenninado curso de
acción manifiesta sea siempre directamente proporcional a la claridad de la interpre
tación subjetiV'a .12
14 Una crítica de este concepto, que no tenemos espacio para incluir aquí,
mostraría que su validez universal es muy dudosa. Cf. con respecto a su utilidad
en el Derecho penal, Felix KatÚmann, Die philosophischen Grundprobleme der
Lehre von der Strafrechtsschuld ( Leipzig y Viena, 1929 ) , págs. 78 r sigs.
260
16 Pero no, por supuesto, en el caso de las ciencias naturales. Los fenómenos
repositorio definido de tal experiencia -tan pronto como sólo una perso
na hace la interpretación, y desde un solo punto de vista-, se cumplirán
ambos postulados o ninguno de ellos. Si parece ser de otro modo, se
debe únicamente a que se introducen una cantidad de intérpretes, o a
que se asume una cantidad de puntos de mfra temporales en los cuales,
por ejemplo, una interpretación ya adecuada en sí misma por su signifi
cado entra causalmcntc en conflicto con otra que es posterior.
En efecto, aun en los casos en que un determinado curso de conducta
parece incomprensible para el observador -por ejemplo, la conducta que
es por un lado causalmente adecuada, pero por otro carece de adecua
ción de significado-, puede muy bien existir una adecuación de signi
ficado desde el punto de vista del actor mismo. Supongamos, por ejem
plo, que un observador que es por completo ignorante del uso de la esta
dística lingüística en la investigación histórica tropieza con un hombre
que está contando la frecuencia de las palabras en las obras de Platón.
En lo que respecta a "hábitos promedio de pensamiento y sentimiento"
n:o sabrá simplemente qué hacer con tal conducta. Las acciones del
hombre sólo comenzarán a tener sentido para él cuando se le explique
que en difC'rentes períodos de su vida una persona muestra una prefe
rencia por ciertas palabras y que, por lo tanto, estudiando la frecuencia
de determinadas palabras en sus escritos tendremos un punto de partida
para establecer una cronología de éstos. Lo que sólo era causalmente
adecuado se transforma entonces en adecuado por el significado, y
resulta por lo tanto completamente inteligible. Veremos en seguida cómo
el concepto de adecuación de significado de Weber deriva realmente
del motivo-para de la acción racional, y cómo su concepto de inteligibi
lidad (Verstehbarkeit) est<\ estrechamente vinculado con su noción de
una acción orientada a un propósito ordinario.
En este punto debemos añadir una observación sobre la situación
que sirve de base al distingo entre adecuación causal y adecuación de
significado. El postulado de que un constructo típico-ideal debe ser a
la vez causalmente adecuado y adecuado en el nivel de significado,
implica que debe formularse corno un constructo puro sin ninguna
mezcla de conducta que trascienda al tipo.18 Además, tiene que ser
compatible con nuestra experiencia del mundo en genera! y, por lo tanto,
con nuestra experiencia de la otra gente en general y de la persona par
ticular en general cuyos actos estarnos tratando de comprender mediante ·
canzarla y los medios de que dispone. Puesto que estos juicios son
explícitos y claros, se dice que él actlia racionalmente.
El esclarecimiento de esta noción de acción racional constituirá la
última etapa de nuestro estudio de los conceptos básicos de \Veber.
Esta cuestión debe responderse con una abierta negativa. En realidad, nues
tros conceptos teóricos "no pueden descubrirse empíricamente en ningún lugar en la
realidHd en su forma conceptual pura". Los conceptos no pueden encontrarse nunca
en la realidad. No pertenecen al dominio de la realidad, sino al del pensamiento.
Son medios intelectuales con los cuales tratamos de captar la realidad en el nivc>l del
pensamiento. Pero no podemos decir acerca de esos conceptos económicos que se
formen "mediante una acentuación unilateral de uno o más puntos de vista y me
diante la síntesis de una gran cantidad de fenómenos individuales concretos difusos,
discretos, más o menos presentes y ocasionalmente ausentes, que se ordenan, de acuer
do con esos puntos de vista acentuados unilateralmente, en un constructo analítico
unificado (Gedankenbild)",23 Más bien, se los adquiere mediante abstracción, que
tiende a seleccionar para su conceptualización ciertos aspectos de cada uno de los
fenómenos individuales que se consideran.24
El error básico de Max vVeber consiste en su comprensión errónea de lo que
significa decir que el principio sociológico es universalmente válido. El principio
económico, las leyes fundamentales de la formación de tasas de cambio, la ley de la
ganancia, la ley de la población y otras proposiciones semejantes son siempre válidas
en cualquier lugar, cuando están presentes las condiciones que ellas presuponen.25
pocos pasajes de Wirtschaft und Gesellschaft, por ejemplo en Ja pág. 10 [T.I., pági
na 1 10] . Cf. Walther, "Max Weber als Soziologe", Jahrbuch füf' Soziologie, II,
págs. 1-65.
27 [Véase el primer capítulo de Ideas, de Husserl.]
28 [ Véase ibíd., especialmente § 3 (T.I., pág. 54 ) .]
29 Mises se refiere al pasar a estas dos exigencias, en forma levemente distinta,
cuando dice que las proposiciones teóricas son universalmente válidas bajo las con
diciones estipuladas.
ao En el sentido del examen que realizarnos en el apartado 39; véase más arri
Mientras el positivismo significa que sólo es ley lo que fue creado por un pro
cedimiento constitucional, no quiere decir que todo lo que haya sido creado así será
aceptado como ley, o que es aceptable como ley en el sentido que se at�ibuye a sí
mismo. El supuesto de una norma básica que establece una autoridad suprema con
el fin de elaborar la ley es el presupuesto último que nos permite considerar como
"ley" sólo aquellos materiales que han sido conformados mediante un cierto método.
La interpretación del material legal descripta más arriba se ha utilizado realmente
durante largo tiempo en la ciencia social. Si es correcta, y si es posible esta impu
tación de un objetivo ( sin el cual no puede haber ciencia social ) , entonces debe ser
la norma básica misma la que da el significado de ley al material producido me
diante un cierto procedimiento. Además, debe ser posible verificar a partir de esta
norma básica qué parte del material constituye una "ley" válida, y también el signi
ficado objetivo del material legal, que puede realmente entrar en conflicto con sll
propio significado subjetivo. La hipótesis de la norma básica expresa simplemente
los supuestos necesarios para el conocimiento legal,40
so [Cf. Kelsen, General Theory of Law and State ( Cambridge, Mass., 1945) ,
págs. 114 y sigs.: " La ley e s siempre ley positiva y s u positividad reside e n el hecho
de que es creada y anulada por actos de seres humanos, y es por lo tanto indepen
diente de la moralidad y de sistemas normativos similares" ( T.I., Anders Wedberg) .]
Para un examen del concepto de "norma básica" véase Felix Kaufmann, "Juris
tischer und soziologischer Rechtsbegriff", en el volumen de aniversario en home
naje de Hans Kelsen, Gesellschaft, Staat und Recht: Untersuchungen zur reinen
Rechtslehre (Viena, 1931), págs. 14-41, especialmente págs. 19 y sigs. y 30 y sigs.
40 Kelsen, "Die philosophischen Grundlagen der Naturrechtslehre 11nd des
.Rechtspositivismus", Philosophische Vortriige der Kantgesellschaft ( Charlottensbnrgo,
1928) , págs. 24 y sigs. [T.I., "Natural Law Doctrine and Legal Positivism", por
Wolfgang Kraus en Kelsen, General TheonJ of Law and the State].
. 275
traría en toda esta cuestión, cuya s,oluci6n definitiva nos dará proba
blemente, por primera vez, una ontología del ser humano sobre base
fenomenológica.42 . .
promesa.
BIBLIOGRAFIA SELECTA
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,