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ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACION PÚBLICA TERRITORIAL

CAUCA

E.S.A.P.

PROGRAMA DE ADMINISTRACION PÚBLICA

II SEMESTRE

PENSAMIENTO ECONOMICO

Popayán, 19 de Septiembre de 2013


ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACION PÚBLICA TERRITORIAL
CAUCA

E.S.A.P.

PROGRAMA DE ADMINISTRACION PÚBLICA

II SEMESTRE

PENSAMIENTO ECONOMICO

ENSAYO TEORIA DEL DESEMPLEO SEGÚN KEYNES

PROFESOR:

MILTON JAVIER DIAGO ORTIZ

ESTUDIANTE:

SANDRA LILIANA SOLARTE MUÑOZ

Popayán, 19 de Septiembre de 2013


ENSAYO TEORIA DEL DESEMPLEO SEGÚN KEYNES

Keynes escribe la teoría general durante el período de la gran depresión que se


registró entre las dos guerras mundiales. En 1929 Se desarrolla una de las
crisis económicas más grandes de la historia “la crisis del ´30”. La crisis se
inició en primer lugar en los Estados Unidos con el crack de la bolsa de Nueva
York en octubre de 1929 y tuvo una generalidad y profundidad desconocidas
hasta ese momento. La depresión generó la acumulación de mercancías por
falta de compradores, lo que determinó un descenso en los niveles de
producción y consecuentemente una baja en la cantidad de trabajadores
necesarios, por lo tanto, un desempleo masivo, menores ingresos para las
familias y menor consumo de mercancías, lo que retroalimentó la crisis.
Además, la incontenible deflación de precios provocó una gran cantidad de
quiebras en la industria, el comercio y la agricultura. La crisis desatada en los
Estados Unidos se expandió al resto del mundo. Ante la crisis, la propuesta de
la economía clásica era dejar que el mercado actuara libremente, un rasgo del
sistema clásico es la ausencia de una teoría sobre las depresiones
económicas.

Esta teoría dominó el pensamiento y la política económica durante veintisiete


años (1938 –1975). Propone la solución del desempleo a través de la
demanda efectiva y el gasto público orientando a promover la inversión
productiva privada.

Con la Teoría General keynes se propuso convencer a los profesionales de la


economía sobre la verdad de dos proposiciones. La primera que en una
posición de equilibrio a corto plazo el empleo involuntario es posible. La
segunda es que la autoridad pública dispone de instrumentos para conducir la
economía a un equilibrio de pleno empleo.

Un equilibrio de pleno empleo es un equilibrio de las variables corrientes de la


economía tales como precios, producciones, tipo de interés, salarios entre
otros, dada la historia pasada y las expectativas sobre el futuro, las de los
inversionistas el devenir de la economía en el mediano y largo plazo es
simplemente una serie de equilibrios a corto. Pero el mecanismo de este ciclo
no es el objetivo de Keynes.

La teoría no pretende explicar ni el ciclo económico ni las causas del


desempleo, lo que busca explicar es la permanencia del desempleo en el corto
plazo.

La noción de equilibrio a corto plazo no soporta la idea de transitoriedad, no


hay ninguna razón para determinar que el desempleo de hoy no sea el de
mañana, simplemente propone rendir cuentas en el corto plazo.
Keynes, al igual que Marx y la escuela ortodoxa (clásica y neoclásica), supone
libre concurrencia en el mercado de productos, pero a diferencia de todos ellos,
asume un mercado de trabajo imperfecto, en el cual los salarios se negocian en
términos nominales y no reales, evidenciando así un desempleo involuntario.
Igualmente, Keynes postula una rigidez en el mercado de capitales que limita la
expansión del empleo, no solo en el corto plazo, sino también en el largo plazo,
aun cuando el beneficio sea todavía positivo. Mientras los clásicos sostenían la
idea de precios y salarios flexibles, Keynes señalaba lo contrario, es decir,
rígidos e inflexibles. Para Keynes, la causa del desempleo era la insuficiente
demanda agregada y que el desempleo no se corregía con una reducción de
salarios, sino con una mayor demanda. Este fue su postulado básico para
explicar el empleo.

Keynes señaló que para que la economía funcionara eficientemente, debería


haber una mayor participación del gobierno, a través de la política fiscal, la
crediticia y la presupuestal, para con ello estimular el gasto privado,
recomendando en etapas de recesión, el incremento del gasto público, debido
a lo cual, el gobierno no debía temer al desequilibrio presupuestal, ya que ello
llevaba a generar demanda agregada, evitando el desempleo.
Cuando se quiere alcanzar un mayor nivel de empleo se podrá instrumentar
una política económica tendiente a combinar el gasto, el endeudamiento
público interno y la tributación. El combinar el endeudamiento con el gasto no
provoca una alteración de la propensión al consumo, sino que transfiere
ahorros al estado para que este los destine a la inversión, incrementándola.
El incremento en la demanda se puede estimular a través de la política
monetaria y de la política fiscal. Mediante la política monetaria se puede
incrementar la masa monetaria y disminuir la tasa de interés y mediante la
política fiscal, se puede incrementar el gasto público y disminuir los impuestos.
Ante una economía global que se encuentra en recesión, Keynes vuelve a
estar de moda, debido a que los paquetes de medidas de estímulo, están
jugando un papel muy importante en la elaboración de la política económica.

Dado que Keynes busca exponer una nueva teoría del empleo, parte de una
crítica hacia la teoría clásica del empleo y la determinación de salarios. En
primer lugar, crítica la ley de Say, según la cual “todo oferta crea su propia
demanda”, la cual parte de los errores que conciernen al ahorro, la tasa de
interés, la teoría clásica de la desocupación, la teoría cuantitativa del dinero y
las ventajas ilimitadas del Laissez faire en el comercio internacional. Keynes
ataca principalmente el postulado de que existe un ajuste automático del
mercado de trabajo que básicamente señalaba que el sistema se orienta
automáticamente hacia la ocupación plena.

Keynes plantea que la teoría clásica de la ocupación descansa en dos


postulados fundamentales, que son los que indican las curvas de demanda y la
oferta de ocupación:
Keynes va a decir que esta crisis se produce por una insuficiencia de la
demanda efectiva.

1) El salario real es igual al producto marginal del trabajo

2) El beneficio del salario real es igual a la desutilidad marginal del


trabajo.

Mientras acepta el primer postulado, plantea objeciones contra el segundo.


Keynes niega su validez, cuestionando la idea prevaleciente de que el salario
real existente es un mínimo por debajo del cual no puede contarse con más
trabajo que el empleado en la actualidad. De ser así, la desocupación sería
“voluntaria”, ya que sería producto de que los trabajadores no quieren trabajar
por un salario menor; en caso de una reducción en el nivel de salarios
existentes, parte de la mano se retiraría del mercado. Específicamente, postula
dos objeciones. En primer lugar, observando la conducta de los obreros
sugiere, que lo que los obreros reclaman es un mínimo de salario nominal y no
de salario real, ya que los trabajadores se oponían a una reducción del salario
real provocada por una baja del salario nominal, no reaccionaban de la misma
manera cuando ese deterioro se provocaba por el aumento de los precios de
los bienes de la canasta familiar: si bien los trabajadores suelen resistirse a una
reducción en su salario nominal, no acostumbran a abandonar su trabajo
cuando suben los precios de las mercancías para asalariados.

La segunda objeción cuestiona la idea de que los salarios reales de los


trabajadores son determinados por los contratos que éstos celebran con los
empresarios, de manera que los trabajadores tiene siempre la posibilidad de
reducir su salario real, aceptando una reducción en el salario nominal (y de
esta manera hacer coincidir su salario real con la desutilidad marginal del
trabajo).

Los postulados clásicos son compatibles con la desocupación friccional y


además compatible con la desocupación voluntaria. Keynes describe a este
estado de cosas como de “ocupación plena”. Según Keynes, los clásicos
admiten estas dos clases de desocupación, pero una tercera que se llama
desocupación involuntaria, que la define de la siguiente manera: los hombres
se encuentran involuntariamente sin empleo cuando, en caso de que se
produzca una pequeña alza en el precio de los artículos para asalariados, en
relación con el salario nominal ( se disminuye el salario real) tanto la oferta de
mano de obra dispuesta a trabajar por el salario nominal corriente como la
demanda total de la misma a dicho salario son mayores que el volumen de
ocupación existente. En otras palabras, en un determinado nivel de salarios
vigentes (aún con disminución de salarios reales) hay personas que quieren
trabajar y no consiguen empleo, mientras que de acuerdo con la teoría clásica
al disminuir los salarios reales el volumen de empleo aumentaría
necesariamente (la demanda de fuerza de trabajo sería mayor). Esta definición
se basa en negar el segundo postulado, o sea en la desigualdad entre salario
real y la desutilidad marginal del trabajo.

El desempleo involuntario sería generado por una demanda efectiva


insuficiente, como para requerir un volumen de producción que necesite el
pleno empleo de la mano de obra disponible: la simple existencia de una
demanda efectiva insuficiente puede hacer que el aumento de ocupación se
detenga antes que haya sido alcanzado el nivel de ocupación plena. La
insuficiencia de la demanda efectiva frenará el proceso de la producción
aunque el producto marginal de la mano de obra exceda todavía un valor a la
desutilidad marginal de la ocupación.

El desempleo no se debe entonces, como sostenían los neoclásicos, a un


problema de mal funcionamiento del mercado de trabajo, sino que es un
desequilibrio propio del sistema económico que no consigue espontáneamente
elevar la producción a un nivel tal que permita el pleno empleo de los recursos.
De esta manera, el desempleo involuntario se caracteriza por una situación
donde existe una mano de obra desempleada, pero deseosa de trabajar y
busca emplearse incluso por un nivel de salario inferior a la tasa de salarios
vigentes. Para la teoría neoclásica, es en el mercado de trabajo donde se
determinan el precio real del trabajo y el nivel de empleo. Según Keynes, la
situación que prevalece en el mercado de bienes y en el de de la moneda
debido a la aplicación del principio de la demanda efectiva. Keynes afirma que
“es la propensión marginal a consumir” y el monto de las nuevas inversiones lo
que determina conjuntamente el volumen de empleo, y es el volumen de
empleo lo que determina de manera única el nivel de los salarios reales, y no a
la inversa.

Keynes afirmaba que la baja en los salarios nominales no era solución al


desempleo, sino que, contrariamente aumentaría el desempleo involuntario,
pues al disminuir la demanda efectiva, también disminuiría la producción y
como consecuencia la demanda del trabajo.

Su cuestionamiento a la teoría neoclásica reside en el papel que ésta le asigna


al dinero, ya que allí no se hace ninguna distinción entre la forma en que
funciona una economía de trueque y una economía monetaria.

El dinero es introducido por la teoría clásica como un dispositivo eficiente para


eliminar la necesidad de que exista una doble coincidencia de demandas
(necesarias para el trueque).

Para Keynes, el dinero desempeña 3 funciones:


1) La de medio de cambio,

2) la de unidad de cuenta,

3) la de reserva de valor.

La reserva de valor es la función más importante: las personas pueden


acumular valor atesorando dinero, prestándolo (por lo cual obtienen una
tasa de interés) o bien invirtiéndolo el algún tipo de bien de capital (por lo cual
esperaría obtener una ganancia). Dado que por atesorar dinero no se obtiene
ni interés ni beneficios como en los otros casos. Afirma que la gente prefiere
acumular valor atesorando dinero por ser la forma más segura de acumular
riqueza en situaciones en que el futuro es incierto. Si el fututo fuera
perfectamente predecible, no tendría sentido acumular riqueza en forma de
dinero (preferencia de liquidez). Sin embargo dice que esta situación puede
revertirse si se paga un premio en forma de interés. Cuanto mayor es la
preferencia de liquidez de la gente, más alta es la tasa de interés que hay que
pagar para que se desprenda de su dinero.

A su vez, cuando la tasa de interés aumenta, muchos propósitos (inversiones)


que podría realizarse a tasas de menor interés no se realizarán, por lo cual
tiende a disminuir la demanda efectiva y consecuentemente a producirse
desempleo. La noción de interés como recompensa por no atesorar dinero
rompe con la idea vigente en la teoría neoclásica, que consideraba al interés
como una recompensa al ahorro, es decir una recompensa por posponer
consumo presente.

Según Keynes, la demanda efectiva está constituida por la suma de dos


cantidades:

1) La demanda de bienes de consumo

2) La demanda de bienes de inversión.

La cantidad de empleo que los empresarios deciden utilizar depende del nivel
de la demanda efectiva.

Es decir que el desempleo sería generado por una demanda efectiva


insuficiente, como para provocar un volumen de producción que necesite el
pleno empleo de la mano de obra disponible.

Keynes establece una relación entre el nivel de ingreso y el nivel de consumo


de la comunidad que es “La preferencia marginal a consumir”. Esta relación
entre el consumo y el ingreso depende de preferencias psicológica de los
consumidores más los tipos de conducta institucional de la comunidad. Estos
tipos de conducta implican una brecha entre la cantidad que la desea consumir
y la producción que la comunidad es capaz de producir. Como el consumo va a
depender del nivel de ingreso, cuánto más alto sea el ingreso la preferencia
marginal a consumir es más baja, ya que una parte de ese ingreso no se
destina a la demanda. Esta reducción del consumo genera una grieta en la
demanda generando una insuficiencia a la demanda. Si esta preferencia
marginal se reduce y no se incrementa al consumo de bienes de inversión, la
demanda tiende disminuirse.

Si no ocurren cambios en la preferencia a consumir, la ocupación no puede


aumentar, a menos que al mismo tiempo los gastos de inversión crezcan en tal
forma que llene la diferencia creciente entre la oferta del producto y los gastos
en consumo.

El Multiplicador: El multiplicador es una medida que mide en cuanto más se


incrementa el ingreso a partir de una unidad de inversión. El ingreso que se
genera de la inversión es mayor a 1. La clave del problema es la preferencia
marginal a consumir: Cuánto mayor sea la preferencia marginal a consumir
mayor es el valor del multiplicador.

Si la preferencia marginal a consumir no está lejos de la unidad, las pequeñas


indecisiones en la inversión producirán grandes incertidumbres en la
ocupación. Si la preferencia margina a consumir, No está muy por encima de 0
(cero), las pequeñas fluctuaciones en la inversión obligarán pequeñas
fluctuaciones en la ocupación.

Keynes define la preferencia marginal a consumir como la variación en el


consumo ante una variación en el ingreso y lo considera importante porque nos
dice como se dividirá el siguiente incremento de la producción entre consumo e
inversión.

Analiza las filtraciones que impiden un incremento de la ocupación primaria,


conduzca a un nuevo incremento de la ocupación (secundaria) y así
sucesivamente hasta alcanzar la ocupación plena. Entre ellas se destaca que
el gasto en importaciones no ayuda a la ocupación interna, sino a la ocupación
del país productor de los bienes importados.

El nivel de inversión es el factor determinante del empleo, según Keynes.


Para determinar el volumen de inversión, Keynes propone comparar la eficacia
marginal del capital con la tasa de interés del mercado.

La inversión está compuesta por:


1) La eficacia marginal del capital

2) por la tasa de interés.

La eficacia marginal del capital es la expectativa que tienen los empresarios, es


decir, lo que esperan obtener y no del resultado histórico de lo que una
inversión ha rendido. Sobre su costo original.

Keynes va plantear mecanismos para incrementar la inversión para cubrir la


caída del consumo. Si no logra cubrirla la demanda será insuficiente. El
incremento de la inversión es el que permite asegurar el equilibrio de la oferta y
demanda.

Los inversores se fían en el juicio de la mayoría, lo que Keynes llama “juicios


convencionales”, por que aceptan la convención de la mayoría en ausencia de
un conocimiento genuino. La esencia de la convención está en suponer que la
situación existente en los negocios continuará por tiempo indefinido, excepto
cuando tengamos razones concretas para esperar una modificación.

Una reducción de los salarios nominales estimulará la demanda al hacer bajar


el precio de los productos acabados y aumentará, por lo tanto, la producción y
ocupación. Keynes plantea la idea de que una reducción en los salarios
nominales de una empresa o una industria baja los costos y provoca un
aumento en la ocupación, siempre que es proceso no afecte significativamente
la demanda de sus productos.

Según Keynes, el mantenimiento de un nivel establece de salarios nominales


es la política más aconsejable para un sistema cerrado, la unidad de salario
es la tasa de salario nominal pagada por una unidad de trabajo común.

El verdadero mercado de trabajo para Keynes no existe en el sentido que lo


entendían los neoclásicos, el problema replantea en términos de empleo y de
puesto de trabajo a proveer.

Para Keynes el salario se fija independientemente del volumen de empleo,


porque en el momento de firmarse los convenios colectivos de trabajo no se
toma en cuenta el volumen del empleo para determinar el nivel de salario
monetario. Por esa causa es que no aceptaba la propuesta neoclásica de bajar
los salarios nominales para bajar el desempleo. Los empleadores crean los
empleos : Si bajan los salarios, los empleadores no van a tomar más personal
cuando ya tienen toda la mano de obra necesaria para el volumen de
producción establecido por la demanda efectiva.

Lo que habitualmente se denomina mercado de trabajo según los neoclásicos,


no tiene para Keynes el estatuto de un verdadero mercado, ya que el trabajo no
es un bien producido en una unidad productiva ni una mercancía, cuyo
volumen se pueda regular instantáneamente y a voluntad. Si se reduce el nivel
de ingreso, el nivel de la demanda disminuye. Esto se da porque al bajar los
salarios se disminuye también la demanda.

Según Keynes, el nivel de empleo tiene que ver con la demanda efectiva. Es la
demanda de sus bienes por la cual el empresario contrata trabajadores.
Mientras más trabajadores tengan más salarios, más demanda. Al aumentar el
consumo aumenta la producción y aumenta el empleo. El pleno empleo es el
resultado del funcionamiento de la economía.

Políticas de empleo, Keynes busca resolver problemas a partir de su enfoque,


orientados a absorber el desempleo involuntario que se había incrementado
como consecuencia de la crisis del 1.930. Para ello propone intervenir sobre el
nivel de demanda agregada, aumentando la inversión, para que a su vez
aumente la producción y el empleo, con lo cual aumenten los ingresos de la
comunidad y el consumo, aumentando la demanda efectiva.

El Estado debe intervenir en el manejo de intereses al igual debe actuar como


ente regulador monetario.

Cuando se alcanza la plena ocupación, cualquier intento de aumentar la


inversión pondrá en movimiento una mayor tendencia de los precios a
aumentar sin limitación, es decir, nos encontramos frente a una situación de
inflación. En esta situación, el crecimiento de los precios irá acompañado de un
aumento en el ingreso global real.

El Estado tendrá que ejercer una influencia orientadora sobre la preferencia


marginal a consumir, a través de su sistema de impuestos, fijando la tasa de
interés.

Keynes planteaba que si la inversión privada es insuficiente para lograr la


ocupación plena, deben tomarse medidas tendientes a redistribuir los ingresos
de forma que se incremente la propensión marginal a consumir. Pensaba que
socialmente resultaban aceptables moderadas diferencias de ingresos, pero
que eran indeseables e innecesarias las grandes diferencias. La concepción
keynesiana plantea que el sistema económico capitalista es típicamente
inestable dado que no existe un mecanismo automático que elimine los
desequilibrios en los mercados de bienes y de factores. Por ello es necesario
que el Estado intervenga en la economía, mediante el estímulo de la demanda
agregada, para que ésta alcance su posición de equilibrio, a donde es incapaz
de llegar por sí mismo.
Los regulacionistas pensaban la economía como contradictoria (Visión
Marxista). Se planteaban como explicar la reproducción de una sociedad que
es contradictoria y, como esa sociedad a pesar de la contradicción se sigue
desarrollando. Ellos pensaban que las sociedades tienen elementos que
regulan esa contradicción por determinado tiempo y así se da el desarrollo de
esa economía capitalista. Esto se da hasta el momento en que esos elementos
pierden la capacidad de regular y se produce una crisis. En ese momento se
generan nuevos mecanismo reguladores.

Los regulacionistas buscarán entender la dinámica económica del capitalismo


(sus crisis, etc.) intentando explicar las distintas formas de reproducción que se
dan en el capitalismo.

Los regulacionistas se constituyeron como una reacción a un cierto


dogmatismo del marxismo oficial en un período que incitaba a volver a estudiar
episodios históricos análogos, en cuanto a la amplitud de las fluctuaciones
económicas y de las transformaciones sociales. Así se propuso, reflexiones
sobre la teoría y los estadios del capitalismo.

Hacer de la historia de largo plazo el medio para el enriquecimiento y la


elaboración crítica de instituciones marcianas concernientes a la dinámica de
las economías capitalistas, es el objetivo de los regulacionistas. Intentan
construir diferentes nociones que permitan pasar del grado más elevado de
abstracción, a proposiciones susceptibles de ser confrontadas con los datos de
encuestas con las vivencias más inmediatas de los actores sociales. Dicen que
las crisis son propias de la historia del capitalismo, sin embargo plantean que el
capitalismo siempre pudo resolverlas y mantenerse en el tiempo.

Plantean además tres niveles de análisis de la realidad del capitalista:

1) Modo de producción,

2) regulación y acumulación

3) formas institucionales.

1) El nivel más abstracto de analizar. Marx define al modo de producción como


las relaciones determinadas que los hombres establecen independientes de su
voluntad, que son las relaciones de producción. Es decir, los modos de
producción son las relaciones de producción y de intercambio, es decir, de las
relaciones sociales que rigen la producción y la reproducción de las
condiciones materiales necesarias para la vida de los hombres en sociedad. En
este modo de producción existe una tendencia hacia la acumulación. Sin
embargo el modo de producción capitalista está lejos de ser dominante, incluso
para los países que formarán el núcleo del capitalismo industrial o para las
formaciones sociales periféricas donde se despliega una gran variación de
relaciones sociales distintas del intercambio mercantil y de la relación salarial.

Esto significa que en las sociedades capitalistas, existen otro tipo de relaciones
sociales, pero son escasas y son articuladas por el modo de producción
capitalista. Así, la dominación del modo de producción capitalista convierte a la
acumulación en el imperativo y en la ley restringida que se impone a todo el
sistema. Sin acumulación no hay modo de producción. Si la acumulación define
efectivamente una tendencia inherente del capitalismo, es necesario analizar
aun las formas exactas que ellas pueden asumir y los desequilibrios y
contradicciones que ellas pueden luego generar.

2) Si la generalización del intercambio mercantil posibilita las crisis, los


conflictos que nacen en torno a la relación de explotación y de competencia
entre capitalistas, más que probables las hacen necesarias. La historia sugiere
que estas contradicciones pueden ser superadas, parcial o transitoriamente, de
manera que en curso de ciertos períodos relativamente largos, crisis
moderadas, incluso simples recesiones, son suficientes para reactivar una
dinámica acumulativa. Es así que el régimen de acumulación serán el conjunto
de regularidades que aseguraran progresión general y relativamente coherente
de la acumulación del capital, es decir, son mecanismos reguladores que
atenúan o posponen a las contradicciones propias del capitalismo permitiendo
la acumulación. Es decir, son mecanismos que disminuyen las contradicciones
del capitalismo y son conocidos como Formas institucionales.

3) Se define como forma institucional o estructural a toda codificación de una o


varias relaciones sociales fundamentales de producción. Las formas
institucionales pertinentes se derivan, pues, de la caracterización realizada del
modo de producción dominante. En el capitalismo tres de ellas aparecen como
fundamentales: primero, la moneda, porque define un modo de conexión entre
unidades económicas. Luego la relación salarial, que es esencial porque
caracteriza un tipo particular de apropiación de excedente. Por último, la
competencia, porque ella describe las modalidades que asume la relación entre
los centros generadores de acumulación. Estas formas institucionales, logran
durante un tiempo atenuar las contradicciones posibilitando la acumulación,
pero no hacen temporalmente. Cuando ya no logran contenerlo se producen
las crisis.

La teoría de Keynes explica como a través del gasto público se genera empleo
y por lo tanto una variación positiva en la demanda agregada, es decir, los
ingresos, el consumo que lleva a que se mejoren los niveles de bienestar de los
trabajadores.

Cuando el gobierno estimula la construcción de vivienda mediante el gasto


público, lo que hace que se tenga que contratar más trabajadores, los cuales
van a devengar más ingresos que les van a permitir consumir, ahorrar, invertir,
o el pago de impuestos todo esto mejora la demanda y la oferta por la mayor
cantidad de dinero que hay por la circulación.

Bibliografía.

www.slideshare.net/carolinalmazzo/teoriakeynesiana

www.zonaeconomica.com › Keynes

www.econ.upf.edu/~mcolell/altres/keynes.pdf

estudiantesdefsoc.com.ar › ... › Economía del trabajo III

www.monografias.com › Economía.

www.listinet.com/bibliografia-comuna/Cdu332-38FB.pdf

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