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21.

Todos estos periodos se encuentran afectados por una serie de factores que retardan o
aceleran esta descomposición; se trata de los siguientes:
1) Circunstancias de la muerte
2) Condiciones del cuerpo anteriores a la muerte
3) Temperatura
4) Humedad
5) Tipo de suelo en el que se produce la putrefacción
6) Insectos
7) Otros animales

Debido a la gran dificultad para calcular la tasa de descomposición por el crecimiento bacteriano,
existe un gran número de estudios sobre el efecto de los insectos necrófagos en restos humanos
encontrados al descubierto.

En los cadáveres se produce una progresión sucesiva de artrópodos que utilizan los restos en
descomposición como alimento y como extensión de su hábitat. Esta sucesión de artrópodos es
predecible ya que cada estadio de la putrefacción de un cadáver atrae selectivamente a una
especie determinada. Aunque el papel de las diferentes especies de artrópodos es variable y no
todas participan activamente en la reducción de los restos

22. Los diferentes tipos de artrópodos que llegan a un cadáver pueden clasificarse de la
siguiente forma:

Especies necrófagas: son las que se alimentan del cuerpo. Incluye dípteros (Calliphoridae y
Sarcophagidae) y coleópteros (Silphidae y Dermestidae).

Especies predadoras y parásitas de necrófagos: este es el segundo grupo más significativo


del cadáver. Incluye coleópteros como (Silphidae, Staphylinidae e Histeridae), dípteros
(Calliphoridae y Stratiomydae) e himenópteros parásitos de las larvas y pupas de dípteros.

Especies omnívoras: se incluyen aquí grupos como las avispas, hormigas y otros coleópteros
que se alimentan tanto del cuerpo como de los artrópodos asociados.

Especies accidentales: aquí se incluyen las especies que utilizan el cuerpo como una extensión
de su hábitat normal, como por ejemplo Collembola, arañas, ciempiés. Algunas familias de
ácaros que pueden alimentarse de hongos y moho que crece en el cuerpo.

Existen dos métodos para determinar el tiempo transcurrido desde la muerte usando la
evidencia de los insectos. El primero utiliza la edad de las larvas y la tasa de desarrollo (fig. 1).
El segundo método utiliza la sucesión de insectos en la descomposición del cuerpo. Ambos
métodos se pueden utilizar por separado o conjuntamente siempre dependiendo del tipo de
restos que se estén estudiando. Por lo general, en las primeras fases de la descomposición las
estimaciones se basan en el estudio del crecimiento de una o dos especies de insectos,
particularmente dípteros, mientras que en las fases más avanzadas se utiliza la composición y
grado de crecimiento de la comunidad de artrópodos encontrada en el cuerpo y se compara con
patrones conocidos de sucesión de fauna para el hábitat y condiciones más próximas.

Los parámetros médicos son utilizados para determinar el tiempo transcurrido desde la muerte
cuando éste es corto, pero después de las 72 horas la entomología forense puede llegar a ser
más exacta y con frecuencia es el único método para determinar el intervalo postmortem.
Existen casos de homicidios en que la víctima es trasladada o asesinada en lugares remotos, lo
que retrasa su hallazgo. Hay homicidios en los cuales las víctimas tardan meses en ser
descubiertas, y en estos casos es muy importante determinar el tiempo transcurrido desde la
muerte.

Los insectos son con frecuencia los primeros en llegar a la escena del crimen, y además llegan
con una predecible frecuencia, como ya ha sido mencionado anteriormente (Anderson, 1995).

La muerte conlleva una perdida de la temperatura del cuerpo, la cual se equilibra con el medio
ambiente en 24 horas, siempre que la temperatura exterior no sea demasiado baja. Aparecen
livideces en el cuello y las partes declives en la primera hora, mientras que la rigidez cadavérica se
generaliza al cabo de unas siete horas para desaparecer según las circunstancias en dos, tres o
cuatro días.

En estos momentos, en los que nada es visible para el ojo humano, es cuando las primeras oleadas
de moscas comienzan a llegar al cuerpo. Las hembras grávidas llegan al cadáver, lamen la sangre u
otras secreciones que rezuman de heridas o los orificios naturales y realizan la puesta en los
primeros momentos después de la muerte.

Cómo y cuándo llegan estos insectos al cadáver y como se desarrollan en él, son las preguntas que
debe hacerse toda persona que se interese por la entomología forense.

Las primeras oleadas de insectos llegan al cadáver atraídos por el olor de los gases desprendidos
en el proceso de la degradación de los principios inmediatos (glúcidos, lípidos y prótidos), gases
como el amoniaco (NH3), ácido sulfúrico (SH2), nitrógeno libre (N2) y anhídrido carbónico (CO2).
Estos gases son detectados por los insectos mucho antes de que el olfato humano sea capaz de
percibirlos, hasta tal punto, que en algunas ocasiones se han encontrado puestas en personas que
aún se encontraban agonizando.

Tradicionalmente se menciona a los dípteros como los primeros colonizadores del cadáver, donde
estos insectos cumplen una parte importante de su ciclo vital. Constituyen la primera oleada de
necrófagos, que aparece inmediatamente después de la muerte. Está representada por dípteros
pertenecientes a las familias de Calliphoridae (Calliphora vicinia) y muy frecuentemente
Sarcophagidae (Sarcophaga carnaria) (fig. 3 y 4).

Estos dípteros braquíceros tienen un ciclo vital cuyas distintas etapas deben conocerse en su
duración y características, con fines de datación. Las hembras de estas familias suelen depositar
sus huevos en los orificios naturales del cadáver tales como ojos, nariz y boca, así como en las
posibles heridas que pudiese tener el cuerpo. La familia Sarcophagidae no pone huevos, sino que
deposita larvas vivas.

Los huevos son aproximadamente de 2mm de longitud y poseen un corto periodo embrionario. El
estadio de huevo suele durar entre 24 y 72 horas, siempre dependiendo de la especie (fig. 5).

Estas primeras puestas ya pueden proveer información al investigador, pues la disección de los
huevos y el análisis de su estado de desarrollo embrionario puede delimitar el tiempo desde la
ovoposición, y con ello el tiempo de la muerte.
El número de huevos depende del estado nutricional de la hembra y de su tamaño corporal; existe
una relación inversa entre el tamaño del huevo y el número de huevos por paquete (Greenberg,
1991).

Existen datos que indican que si dos cuerpos son expuestos a la vez, uno con heridas o traumas y
otro sin ellos, el que presenta las lesiones se descompone mucho más rápidamente que el que no
presenta traumatismos debido a que la mayoría de las moscas son atraídas por las heridas, donde
tienen lugar muchas de las ovoposiciones más tempranas (Mann et al., 1990).

Tampoco hay que descartar como lugar de puesta la zona de contacto del cuerpo con el sustrato,
posiblemente porque en esa zona es donde se acumulan los fluidos corporales, lo que provee una
humedad adecuada, así como una temperatura más estable (Anderson & Vanlaerhoven, 1996).

Los huevos puestos en un cadáver normalmente eclosionan todos a la vez, lo que da como
resultado una masa de larvas que se mueven como un todo por el cuerpo (Gof & Lord, 1994).

Las larvas son blancas, cónicas, ápodas y formadas por 12 segmentos; nacen y se introducen
inmediatamente en el tejido subcutáneo. Lo licuan gracias a unas bacterias y enzimas y se
alimentan por succión continuamente.

Cuando las larvas han finalizado su crecimiento, cesan de alimentarse y bien en los pliegues del
cuerpo, de la ropa o alejándose del cuerpo, se transforman en pupa. El crecimiento y la
transformación en pupa varían además de con cada especie, con las condiciones exteriores y
dependen de la causa de la muerte y tipo de alimentación.

Existen innumerables referencias de la temprana llegada de los dípteros al cuerpo una vez
acaecida la muerte; también existen referencias sobre la presencia de puestas en cuerpos aún con
vida, bien por la existencia de heridas abiertas o por procesos inflamatorios purulentos (Nuorteva,
1977).

Las larvas que eclosionan en cuerpos con vida, en primer lugar se alimentan de los tejidos
necróticos para seguir alimentándose de los vivos, causando las miasis.

23. Por lo tanto, la presencia de los callifóridos en un cadáver reciente, es inevitable. Toda
ausencia de huella de este paso, pupas vacías, adultos muertos, debe obligar a los investigadores a
formular ciertas hipótesis:

A. Que el cadáver haya sido trasladado de lugar, y aún en este caso se encontraría algún resto de
estos dípteros.

B. Que el lugar del fallecimiento sea lo suficientemente oscuro e inaccesible a estos grandes
dípteros cosa poco probable pues los callifóridos se encuentran dentro de las casas durante todo
el año.

C. Que los restos de los dípteros hayan desaparecido por la acción de los necrófilos (depredadores
o parásitos de los necrófagos), o animales (aves insectívoras, hormigas, avispas).
Ello no ocurre prácticamente nunca de modo completo, a no ser que el intervalo postmortem sea
muy largo. Y aún en este caso, hay que tener en cuenta que la cutícula de los artrópodos es
prácticamente indestructible, pudiendo permanecer miles de años; se han encontrado pupas
fósiles de dípteros en el cráneo de un bisonte perteneciente al Cuaternario.

D. Que el cadáver haya sido impregnado con productos repugnatorios, que hayan impedido el
acceso de las primeras oleadas de insectos. En este caso aparecerían en el cadáver restos de
productos como arsénico, plomo o formol, que se ha comprobado evitan la presencia de los
primeros necrófagos en el cadáver.

24. ENCUESTA ENTOMOLÓGICA : Protocolo de recogida de muestras

 Recolectar una muestra completa de todos los insectos o ácaros que se encuentren tanto
encima como debajo del cadáver.

 Recolectar ejemplares tanto vivos como muertos, en estado adulto o larvario. Así como
sus mudas.

 En cadáveres recientes, se buscarán los huevos y larvas pequeñas en orificios naturales así
como en las posibles heridas.

 Las muestras se guardarán por separado y convenientemente rotuladas, si es posible


indicando la zona de donde se obtuvieron.

 Parte de las larvas se sumergirán en agua hirviendo para después conservarlas en alcohol y
es conveniente que otra parte se mantengan vivas, para su posterior desarrollo en el
laboratorio.

 Los ácaros, si los hubiese, serán conservados en alcohol de 70ºC.

 Se realizará una estimación de abundancia de cada muestra.

 Se precisarán los datos de fecha y lugar y metodológicos del entorno del cuerpo.

 Las muestras se enviarán al entomólogo a la mayor brevedad posible.

25. LA UTILIDAD DE LOS INSECTOS EN LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL: ENTOMOLOGÍA FORENSE.

El tiempo transcurrido desde la muerte de una persona es un asunto de vital importancia desde el
punto de vista legal, para establecer la culpabilidad de un sujeto y para identificar a la persona
desaparecida una vez encontramos su cadáver. Uno de los métodos más eficaces para
determinarlo es la observación externa del cadáver, que incluye factores como la temperatura
corporal, las livideces cadavéricas, la rigidez del cadáver, signos de deshidratación, lesiones
externas a simple vista, mordiscos de animales e invasión de insectos.

Sin embargo para la gran mayoría de las personas los insectos son molestos, no nos gustan y no les
vemos una gran utilidad, incluso hay personas que los tienen auténtico pánico (entomofobia,
siendo la más común la apifobia, el miedo a las abejas). Sin embargo la vida en nuestro planeta no
sería posible, sí estos diminutos seres vivos no existieran y vivieran en cada uno de sus rincones.
Representan el 90% de la vida en la tierra y hay millones de variedades. Gracias a ellos las flores
polinizan, las aves y muchos reptiles se alimentan y lo más interesante: suelen llegar a la escena
del crimen antes que la policía. Una simple mosca puede convertirse en una especie de
cronómetro, un indicador del tiempo transcurrido desde el momento de la muerte de una
persona.

Los insectos nos pueden contar cuándo y dónde ha muerto una persona e incluso nos pueden
decir si el sujeto tomaba drogas o si fue envenenado (entomotoxicología), ya que por ejemplo una
larva hallada en la fosa nasal de un cocainómano será mucho más grande que las demás ya que las
larvas crecen más deprisa o más despacio si han estado expuestas a ciertas drogas. Pueden vivir en
un cuerpo en descomposición y su presencia es efímera, ya que aparecen y desaparecen tan
deprisa que es increíble como logran colonizar, explotar, hacer desaparecer un cadáver y además
proporcionar una información tan precisa.

La entomología forense, ha revolucionado la investigación en la escena del crimen, porque no hay


nada subjetivo solo insectos que nos cuentan una historia y son testigos más fiables que los
humanos (no pueden ser comprados ni eliminados) ya que no mienten y no pueden salirse de su
desarrollo vital natural. Se trata de una ciencia cuyo objetivo es la aplicación y el estudio de la
biología de los insectos a la investigación criminal, para determinar el momento de la muerte y en
algunas ocasiones incluso su causa. Transcurridas 72 horas, la entomología forense es el mejor
método y en muchos casos el único para establecer el intervalo post mortem (IPM), es decir el
intervalo entre la muerte de esa persona y el hallazgo del cuerpo en la escena del crimen.
Cuando muere un ser vivo el cuerpo sufre una serie de cambios, y se va descomponiendo
siguiendo una frecuencia totalmente predecible, convirtiéndose en un ecosistema dinámico y
lleno de vida. Los insectos que llegan a él (necrófagos, necrófilos, omnívoros, oportunistas y
accidentales) también se SUCEDEN EN UN ORDEN CONCRETO dependiendo del estado de
descomposición del cadáver. Observando los insectos que hay, sabremos en qué fase de
descomposición está el cuerpo y además podremos determinar la data de la muerte.

En un manual de Medicina Legal chino del siglo XIII hayamos el primer documento escrito de un
caso resuelto por la entomología forense. En 1247, en una remota aldea china un labrador
apareció degollado por una hoz, un instrumento muy habitual en aquella época. Sung Tz’u, acudió
a investigar a aquella pequeña aldea. Ciertamente sin pruebas ni testigos, el asesino no tenía nada
que temer. Sung Tz’u solicitó a todos los labradores que pusieran sus hoces en el suelo, en un día
bastante caluroso y esperó pacientemente. A simple vista, todas las hoces parecían iguales pero
tras un tiempo de espera, llegaron las moscas y estas empezaron a acumularse en la hoz que aún
contenía inapreciables restos de sangre para el ojo humano, pero no para su excelente olfato,
deduciéndose que esta era el arma del crimen. Así nació la entomología forense, considerándose
esta la primera investigación en la que se utilizó a los insectos para su resolución y cuyos expertos
han debido luchar a lo largo del tiempo para que su valor y su utilidad sea reconocida.

En un cadáver puede atraer hasta 300 especies diferentes, y es el lugar perfecto para reproducirse
y alimentarse. Los primeros insectos en llegar a la escena del crimen, atraídos por los cuerpos en
descomposición son las moscas, en particular la especie de las CALIFÓRIDAS. Son esas grandes
moscas verdes y azules que hemos vistos en algunas ocasiones. Estas moscas son capaces de
detectar el olor emanado por un cadáver a kilómetros de distancia y además su tamaño les
permite el acceso con facilidad a casi cualquier lugar, siendo las primeras en llegar al cadáver.
Estas moscas hembras llegan al cadáver, lamen la sangre y el resto de secreciones. Ponen sus
huevos alrededor del cualquier tipo de orificio: anal, genital, facial y sobre las heridas (puñaladas,
heridas de bala, golpes con objetos contundentes, etc.) y así comienza el desarrollo de la fauna
cadavérica. Los huevos (aproximadamente de 2mm) incuban en 1-3 días dependiendo de la
especie y de las condiciones ambientales. El huevo es seguido por un periodo larval de intensa
actividad alimenticia y estas crecen rápidamente pasando por 3 estados larvales antes de alcanzar
su tamaño final, pasando después a un estado de inmovilidad (pupa) periodo en el que se
desarrollan las características de las moscas adultas. La metamorfosis dura un total de 14 días. A
mayor temperatura y mayor humedad relativa más rápidamente se desarrollará y viceversa.

Existen dos métodos para determinar el tiempo transcurrido desde la muerte de una persona
usando la evidencia de los insectos: la primera utiliza la edad de las larvas y su tasa de desarrollo y
la segunda es la sucesión ordenada de insectos en la descomposición del cuerpo.

¿QUE ES EL INTERVALO POST-MORTEM?

El intervalo post-mortem (IPM) equivale al tiempo transcurrido entre la muerte y el


descubrimiento del cadáver, o también, al periodo de tiempo que ha estado un cadáver expuesto
al ambiente.
El segundo método se basa en la sucesión de las especies de insectos que participan en la
descomposición del cuerpo.

26. LAS MOSCAS COMO RELOJES BIOLÓGICOS

Las moscas son los primeros animales que llegan a un cadáver. Su ciclo de vida permite determinar
el intervalo post mortem, si se considera el tiempo que tardan en pasar de un estado a otro. La
metamorfosis completa de la mosca consta de cuatro estados bien definidos. El huevo es seguido
por un período larval de intensa actividad alimenticia, con posterior ingreso a uno de inmovilidad
(pupa), período en el cual se desarrollan las características del adulto, quien surge pasadas una o
dos semanas.

El análisis de los huevos de moscas colectados de los cadáveres (disección, microscopia óptica y
microscopia electrónica) puede ayudar a los investigadores en la estimación precisa del intervalo
post mortem. Los huevos incuban típicamente en uno a tres días, dependiendo de la especie y las
condiciones ambientales. El examen del estado embrionario muestra el tiempo de oviposición y,
por lo tanto, el tiempo de muerte .Las larvas de mosca crecen rápidamente, pasando por tres
estadios larvales antes de alcanzar su tamaño final. Estas se crían juntas en grandes números y se
mueven entorno al cadáver promoviendo, así, la diseminación de bacterias y secreción de
enzimas, lo cual hace posible el consumo de los tejidos blandos del cadáver. El desarrollo de las
larvas tarda varios días dependiendo tanto de la especie, de las condiciones ambientales, como del
número de larvas presentes. A mayor temperatura y mayor humedad relativa el insecto se
desarrollará más rápido y viceversa. Por ejemplo, Chrysomya rufifacies (Calliphoridae) tarda en
pasar de huevo a adulto 612 horas a 15.6 ºC, 289 horas a 25 ºC y 180 horas a 32 ºC . Si tenemos en
cuenta un modelo de referencia donde el desarrollo de las larvas de dípteros es una curva de
crecimiento, entonces la mejor estimación de la edad para una larva es el valor que corresponde a
su tamaño en la curva, es decir, una línea horizontal trazada desde un valor en el eje del tamaño
de la larva, intersecaría con la curva de crecimiento directamente sobre la edad de la larva
27. ¿Qué Artrópodos se Pueden Encontrar en los Cadáveres Humanos?
Los artrópodos que comúnmente pueden ser encontrados sobre los cadáveres pertenecen a los
Órdenes Acari (ácaros), Aranea (arañas), Coleoptera (escarabajos) y Diptera (moscas)

28.¿POR QUÉ USAR INSECTOS EN INVESTIGACIONES CRIMINALES?

La primera razón es que los insectos son usualmente los primeros en encontrar un cadáver en
descomposición. Los insectos que son más importantes en Entomología Forense, son aquellos que
se alimentan de cadáveres de vertebrados, incluyendo al humano. A menudo, los “moscarrones”
(Diptera: Calliphoridae y Sarcophagidae) ovipositarán en el cadáver, dentro de las primeras horas
luego de ocurrida la muerte. La segunda razón es, que la entomofauna alrededor de un cadáver
cambia en una secuencia bastante predecible a medida que la descomposición avanza. El cadáver,
un recurso temporal, es explotado por una amplia diversidad de organismos, que van desde
microbios hasta vertebrados carroñeros. Los artrópodos, usualmente constituyen el mayor
elemento de esta fauna y los insectos, predominan como el grupo presente más constante,
diverso y conspicuo; excepto, en situaciones marinas, donde predominan los crustáceos. La
tercera razón es, que la entomofauna del cadáver usualmente es ignorada cuando se procesa la
escena del crimen; así las cosas, los insectos en la vecindad inmediata del cadáver, son pasados
por alto como evidencia.

29.¿QUÉ SE PUEDE DETERMINAR POR MEDIO DE LOS INSECTOS?

1. Tiempo de Muerte (intervalo posmortem).


Uno de los primeros grupos de insectos que llegan al cadáver, es usualmente el de los
“moscarrones”. Con mucha frecuencia, la hembra oviposita dentro de los dos días siguientes a la
muerte del humano; entonces, los “moscarrones” pasan por los siguientes estadios: huevo, larva
1,2,3; prepupa, pupa y adulto. Si se conoce la duración de los diferentes estadios del ciclo de vida
del insecto, entonces, se puede calcular el tiempo desde que el huevo fue depositado sobre el
cadáver. Este cálculo de la edad del insecto puede ser considerado como un estimado del tiempo
de muerte; pero, aún, si el estimado de la edad del insecto es correcto, la muerte de la víctima
(usualmente) ocurrió antes que los huevos fueran ovipositados. Este período es un poco variable y
depende de la temperatura, hora en que ocurrió la muerte, época del año, si el cadáver está
expuesto, enterrado o inmerso en el agua. Como regla general, los insectos ovipositarán sobre un
cadáver, dos días después que esté disponible para ellos

2. Traslado de Cadáveres Los insectos pueden ayudar a establecer si un cuerpo ha sido movido
después de muerto.
Esto se hace comparando la fauna local alrededor del cuerpo y la fauna que se encuentre sobre el
cuerpo mismo. En algunas circunstancias, el movimiento de personas sospechosas, mercancías,
victimas o vehículos, pueden ser rastreados con ayuda de los insectos. Las partes de los insectos o
el insecto completo pueden ser recolectadas, por ejemplo, en diferentes partes de un vehículo
(radiador o grabado de las llantas). Por medio de la identificación de los insectos encontrados, su
distribución y de su biología, se puede encontrar el grado más alto de sobreposición y describir las
áreas donde el sospechoso ha estado.

3. Tráfico y Contrabando.
Muchos Artrópodos son encontrados junto con productos almacenados tales como narcóticos y
otras drogas. Puesto que las drogas ilegales son a menudo hechas a menudo en un país y vendidas
en otros, puede ser importante averiguar donde fue producida la droga. Por ejemplo, el país de
origen de un cargamento de Cannabis sativa (marihuana), se puede determinar por los insectos
que se encuentren en el depósito donde se transportó dicha planta.

4. Causa de Muerte.
En una investigación criminal no solo hay un gran interés en averiguar cuando murió la victima;
sino, también, como murió y esto puede ser usado para encontrar al asesino. En algunos casos, los
insectos, per se, son los asesinos (personas alérgicas a venenos de avispas o abejas, distractores
para conductores de vehículos que desencadenan una colisión) y en otros casos, los insectos que
están sobre el cadáver, pueden ofrecer una luz sobre lo que pasó cuando murió la víctima. El
veneno puede ser rastreado en la sangre, orina, contenido estomacal, cabellos, uñas y, otra
importante fuente son las larvas sobre el cadáver. Algunos químicos que se han rastreado en las
larvas son: Triazolam, Oxazepan, Alimemazina, Cloripriamina, Fenobarbital, Malathion, Mercurio,
Amitriptilina, Nortriptilina, Cocaína, Heroína y Feniciclidina. Muchos de estos químicos pueden
influenciar el ciclo de vida de las larvas. Por ejemplo, altas dosis de Cocaína aceleran el desarrollo
de algunos Sarcophagidae. El conocimiento de la droga usada en la victima es importante, no solo
para encontrar la causa de muerte; sino también, para estimar el tiempo de muerte. Los sitios de
infestación de “moscarrones” en el cadáver, pueden ser importantes para determinar la causa de
muerte o, al menos, para la reconstrucción de los eventos de ésta. Por ejemplo, si hubo algún
trauma o mutilación del cuerpo antes de la muerte, lo que podría conducir a una gran infestación
de otras partes del cuerpo, que los sitios usuales, donde la víctima no esté mutilada. Los sitios
usuales de ovipostura en cadáveres humanos son las aperturas naturales. Aún aquí, hay
preferencia. Los “moscarrones” a menudo pondrán sus huevos en la región facial y más
raramente, en la región genito-anal. Si hubo un ataque sexual antes de la muerte y provocó un
sangrado de la región genito-anal, entonces los “moscarrones” estarán probablemente
ovipositando en esas regiones. Por lo tanto, se sospechará de un crimen sexual, que deberá
corroborarse con otras evidencias.

30. EJEMPLO
Caso 1:
En 1889, en Frankfurt (Alemania), muere el bebé de nueve meses de edad de una familia sin
medios económicos. En su autopsia, que se realizó tres días después, se apreciaban unas heridas
en la cara, lo que llevó a la policía a sospechar que el padre le había echado en la comida ácido
sulfúrico, algo que era habitual en la época para deshacerse de los vástagos no deseados, lo que
hizo que condenaran al padre. Este es uno de los primeros casos en los que se utilizaron
conocimientos de entomología forense para determinar la causa de la muerte, ya que gracias a la
colaboración de los estudiosos de esta disciplina se llegó a la conclusión de que las heridas habían
sido producidas por los insectos que habían colonizado el cuerpo del niño tras su defunción, lo que
evitó que el padre del difunto fuera condenado.
Las lesiones dejadas por hormigas pueden parecer lesiones abrasivas previas a la muerte, excepto
que éstas presentan patrones serpenteantes de profundidad uniforme.

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