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GARY SNYDER

(Selección de poemas y extractos de entrevistas)

Cuando comenzó a escribir poesía, ¿por qué se volvió hacia la filosofía oriental, en lugar de penetrar en su
propio entorno y en las leyendas indígenas norteamericanas?

Por un lado, no creo que comprendiera entonces la complejidad y riqueza de las culturas indígenas de
Norteamérica; por el otro, el budismo tradicional ha aportado una gran riqueza al chamanismo y a las
prácticas rituales y estilos de vida primitivos. No hay nada en las culturas primitivas equivalente a la
filosofía o lógica mahayana. Hay una ciencia y real elaboración, y un poder en ciertos estados de la
mente que pueden ser generados por medio del chamanismo, pero el chamán mismo no tiene una
comprensión suficiente de esos estados. El budismo y la yoga han evolucionado con el tiempo como una
auténtica ciencia de la mente y de la naturaleza de las cosas, una ciencia de un orden muy diferente al de
las ciencias físicas de Occidente, que en sánscrito se denomina Shri Vidya o ciencia sagrada.
Pero, por otro lado, aunque la tradición budista e hindú han logrado un enorme progreso en los
dominios de la filosofía, la yoga y en técnicas de meditación extraordinarias, han perdido, sin embargo,
algo que los primitivos tenían: un estilo de vida totalmente integrado. Pudieron alcanzar un alto grado
de desarrollo dentro de las sociedades civilizadas, pero sus adeptos perdieron sus relaciones
comunitarias, la posibilidad de tener familia y, en la tradición monástica, se vieron obligados al celibato.
Algunas comunidades primitivas acceden con plenitud a lo que podríamos considerar como un camino
de adiestramiento espiritual, en el cual cada miembro está comprometido y no hay separación entre el
sacerdote y el lego o entre los hombres que logran estados de sabiduría y aquellos que no pueden
alcanzarlos. Lo que necesitamos ahora es retomar las grandes conquistas intelectuales del budismo
mahayana y retrotraerlas a un estilo de vida comunitario, que no tiene por qué ser necesariamente
monástico. Algunos grupos nativos de Norteamérica nos proporcionan un buen ejemplo.

¿Podría abundar un poco sobre el ejemplo de vida que nos proporcionan los indios?
La enseñanza debería comenzar por las fuerzas locales. Se puede aprender mucho sobre ecología
y geología a partir de la zona en que uno vive. Pero, para darle otra dimensión, hay que consultar la
mitología, la magia y los rituales de los grupos indígenas del área, y tratar de comprender por qué los
winebago atribuían poder a la liebre. Su uso económico del suelo es también revelador. Si deseamos
saber qué hacer si volviéramos al pasado de piedra, cómo podríamos sobrevivir en la región, hay que
consultar a la primera gente. ¿Qué comían?, ¿cómo hacían sus fibras?, ¿de dónde sacaban jabón?, ¿qué
usaban como medicamento? Economía doméstica, en suma. ¿Pintaban sus cuerpos de rojo?, ¿de dónde
sacaban sus pigmentos? Todas estas cosas están bajo nuestros pies. Y aun si nunca tuviéramos que
usarlas con fines económicos, conforman gran parte de nuestro saber sobre el lugar. Deberíamos conocer
a fondo el mundo natural de nuestra región, sus interrelaciones y la nuestra. Hay también cierto tipo de
estudios intelectuales, psicológicos y de prácticas espirituales que trascienden cualquier referencia a un
grupo particular, pero también éstos podrían beneficiarse si se los vincula a la gente de la zona. Algunos
de los símbolos budistas que usamos son un poco arbitrarios, y algunos de ellos podrían traducirse a
términos de América del Norte.

(...)

Esta mañana hizo referencia a los santuarios sintoístas ubicados en las proximidades de objetos físicos que
vibran con densa energía o con una fuerza especial. ¿Cree que cierto tipo de estructuras poéticas contengan o
invoquen ese género de energía?

Su pregunta me recuerda el término japonés que designa a la canción, bushi o fushi, el cual
significa remolino en la veta, lo que nosotros llamamos nudo, como los nudos de la madera. Es una idea
de la canción muy interesante: la veta corre hasta que se produce una turbulencia que genera un
remolino, a eso llaman canción. Una intensificación en el flujo crea una turbulencia y ésta, a su vez,
genera una energía propia, pero luego el flujo continúa su curso. Black Elk [Alce Negro], en Black Elk
speaks dice algo muy similar respecto a la visión indígena del mundo natural: para los indígenas de la
llanura, los árboles, los animales, las montañas son formas de turbulencia individualizada, formas
específicas de turbulencia del flujo de energía que se manifiestan por un tiempo como aspectos distintos,
cumplen un papel específico y finalmente se reintegran al flujo general. Me gusta pensar la poesía como
un fenómeno análogo, como -digamos- el nudo en la turbulencia, el remolino o, para usar un término
que le encantaba a Pund, de Wyndham Lewis, “el vórtice”. O también el término de Yeats: “giro”. En el
flujo del lenguaje corriente, en el flujo de la expresión lingüística -vivimos en una corriente de habla
continua, de expresión que se mantiene más o menos en un mismo nivel-, el poema o la canción se
manifiesta como una concentración especial de las potencialidades del lenguaje que cristaliza en una
forma específica.

(...)

¿Cuál es, a su juicio, la función de la poesía?

La función de la poesía como yo la entiendo, es decir, “la función de la poesía durante los
últimso cuarenta mil años” ha sido, en todas las culturas, proporcionar una visión planetaria plena. Así
pues, la función de la poesía no es únicamente la clarificación y la intensificación de las potencialidades
del lenguaje, una agudización, un enriquecimiento de sus funciones ordinarias y, gracias a ello, quizás,
una amplicación de su capacidad para comunicar. La poesía está íntimamente vinculada con la visión del
mundo de toda cultura, con el cuerpo de su saber, con sus fundamentos míticos y simbólicos, y a ello
debe gran parte de su valor. La poesía y las canciones, sobre todo estas últimas, vinculadas
frecuentemente con escenificaciones dramáticas o con actos rituales, expresan y transmiten ese
fundamento. La tradición oral se ha transmitido casi siempre mediante un lenguaje medido, más fácil de
memorizar y que podía ser cantado. Gran parte del saber de la humanidad fue transmitiéndose en
formas poéticas, lenguaje medido y canciones.

(...)

W. H. Auden dijo que la poesía no cambiaría nada. ¿Comparte su opinión?

Ezra Pound, para citar una conocida definición, dijo que los artistas son las antenas de la raza. ¿Cómo se
da esto en la práctica? Alguna gente, en virtud de su sensibilidad o de su pecular forma de vida, está
fuera de la intrincadísima red de causa y efectos del proceso de trabajo de una sociedad en el tiempo, lo
cual le permite escuchar otras voces aparte de las sociales o humanas. Son como primitivos sistemas de
alarma que oyen a los árboles, a las aguas, a las nubes cuando empiezan a quejarse, e intentan transmitir
esa alarma aunque no sepan bien qué escucharon. Y también perciben las tensiones y debilitamientos
del cuerpo social. El poeta, en particular, realiza este trabajo por su conciencia de la necesidad de revisar
el conjunto de imágenes arquetípicas y símbolos culturales, y verificar su funcionamiento. La poesía
genera cambios al jugar con estos arquetipos y al expresar los sueños de la gente unos cien años antes
que éstos produzcan sus efectos. Lo que hace el poeta, en términos de ecología de símbolos, es apuntar
las conexiones estructurales básicas, señalar qué partes del sistema de símbolos han dejado de ser útiles o
aplicables, aun cuando todos les sigan dando validez. Y a partir de su propia visión, y de la voz que
escucha, busca nuevos caminos para el flujo de la energía mental. Ello tiene una incidencia política. Los
poetas son como los hongos, pueden digerir los desperdicios de símbolos.
Partes, pues, de la idea animista de que se puede oír voces provenientes de los árboles, y unas
décadas más tarde un abogado como Christopher Stone escribe un texto legalista, “¿Hay que darle lugar
a los árboles?”, el cual propone que los árboles deben ser incluidos en el proces democrático. ¿A dónde
va luego? Ésa es una idea mítica en la que cierto lenguaje, vinculado con toda nuestra cultura -los
derechos de las cosas, las potencialidades de salvación de las cosas-, asoma un poco y toma una forma
mínima. Y una o dos generaciones después la gente puede llegar a sentir visceralmente que la naturaleza
no-humana tiene derechos. Y ése habrá sido el trabajo del poeta: fijar esa perspectiva.
El Baño

Lavando a Kai en la sauna,


La lámpara de queroseno sobre una caja
afuera del ventanal a ras de suelo,
Ilumina el borde de la estufa de hierro y la
palangana sobre la losa
Vapor y sonido de gotas de agua
esparcidas en la pila de rocas de arriba
Él está de pie en el agua tibia
Jabón por entre toda la suavidad de sus muslos y estómago
“¡Gary no me enjabones el pelo!”
—miedo a que le escuezan los ojos—
la mano enjabonada que siente
a través y alrededor de los relieves y curvas de su cuerpo
hasta la entrepierna,
Y le lavo cosquilleando el escroto, su pequeño ano,
su pene que se curva y endurece
cuando retiro la piel e intento lavárselo
Ríe y salta, revoleando los brazos
me acuclillo desnudo también,
¿es este nuestro cuerpo?

Sudando y jadeando en la piedra caliente al vapor de la caldera


el balde de madera rocía agua en la tabla de cedro
el titilar de la lámpara de queroseno afuera en el viento del pinar
sierra bosque riscos noche—
Masa entra, permite que el aire fresco
se filtre desde la puerta
una dulce y profunda inspiración
Y ella lo inclina agarrándolo con cuidado, con una rodilla abajo
su pelo cae y esconde toda una parte de su
hombro, pecho y barriga,
Lava con destreza el pelo de Kai
que se enfada y chilla—
El cuerpo de mi mujer, la sinuosa columna de su valle
el espacio entre los muslos al que llego,
forma el arco curvo de su vulva y lo sostengo desde atrás,
un jabonoso cosquilleo una porción de grial
El portal de lo Imponente
Que se abre a un mundo cambiante de espejos dobles de
úteros en úteros, en círculos,
que comienzan con música,
¿es éste nuestro cuerpo?

El lugar oculto de la semilla


La red de venas que fluye a través de las costillas, que recoge
leche y culmina en un pezón—se ajusta
a nuestra boca—
La leche mamada de éste nuestro cuerpo despide
sacudidas de luz; el hijo, el padre,
comparten el gozo de la madre
Que brinda una suavidad a la flor de la asombrosa
puerta abierta del rizado loto que cojo y beso
Mientras Kai ríe en el pecho de su madre del que es destetado
ahora, nosotros
nos lavamos uno al otro,
éste nuestro cuerpo
El pequeño escroto de Kai junto a su ingle,
la aún oculta semilla, que pasó de nosotros a él
En flujos que auparon con las mismas alegrías fuerzas
como su lactante Masa después,
juega con su pecho,
O yo en ella,
O él emergiendo,
éste es nuestro cuerpo:

Limpios y aclarados, sudamos más, nos estiramos


sobre los bancos de secoya los corazones laten
Tranquilos al fuego lento de la estufa,
el aroma de cedro
Y luego nos damos la vuelta,
murmuramos chismes de los pastos,
charlamos de la leña,
Nos asombramos de cómo dormita Gen, cómo lo traeremos
pronto para bañarlo también—
Estos chicos que aman a su madre
que ama a los hombres, que pasa
sus hijos a otras mujeres;

La nube en el cielo. Los pinos cimbreantes.


el gorgoteo del agua en el prado pantanoso

éste es nuestro cuerpo.

Fuego dentro, el agua hierve en la estufa


Suspiramos y nos dejamos caer desde los bancos
envolvemos a los bebés, salimos,

noche oscura & todas las estrellas.


Nos echamos agua fría en la espalda y muslos
Entramos a la casa—despedimos vapor de pie junto al fuego del hogar
Kai retoza en la piel de cordero
Gen de pie se agarra y grita,

«¡Bao! ¡bao! ¡bao! ¡bao! ¡bao!»

Este es nuestro cuerpo. Sentados con las piernas cruzadas junto al fuego
bebemos agua helada
abrazamos a los bebés, besamos sus barrigas,

Reímos sobre la Gran Tierra

Recién salidos del baño.


Para Todos

Ah estar vivo
una mañana a mediados de septiembre
descalzo, vadeando la
corriente con los pantalones arremangados y
las botas en la mano, la mochila colgada,
el sol, el hielo en los bajíos
de las Rocosas del norte.
El brillo y el rumor del agua helada del arroyo, las piedras
rodando bajo los pies, chiquitas y duras como dedos
la nariz que gotea, fría,
ir cantando por dentro
la música del arroyo, música del corazón,
oler el sol en la grava
juro lealtad
juro lealtad al suelo
de la Isla de la Tortuga
y a los seres que sobre ella habitan
un ecosistema
en diversidad
bajo el sol
en gozosa interpenetración para todos.
Madre Tierra: sus ballenas

Un búho parpadea en las sombras


una lagartija se yergue,
respirando trabajosamente
un joven gorrión macho estira su cuello,
la cabeza grande, observando—

Las hierbas laboran en el sol. Lo vuelven verde.


Lo vuelven dulce. Lo hacen comestible.
Crecen nuestra carne.

Brasil dice “uso soberano de los Recursos Naturales”


treinta mil tipos desconocidos de plantas.
Los pueblos que de hecho viven en la jungla
vendidos y torturados
y un robot de traje que vende una ilusión llamada “Brasil”
puede hablar por ellos?

Las ballenas giran y relucen, se sumergen


y cantan y vuelven a emerger,
suspendidas sobre profundidades
que oscurecen sutilmente
fluyendo como planetas que respiran
en las centelleantes espirales
de luz viviente-
Y Japón discute sobre
qué tipo de ballenas pueden matar?
La que alguna vez fue
una gran nación Budista
derrama metilmercurio
como gonorrea
en los mares.

El ciervo del Padre David, el elafuro,


vivió en las marismas de tule del Río Amarillo
hace dos mil años —y perdió su hogar por el arroz—
los bosques de Lo-Yang fueron talados y todo el cieno y
la arena fluyeron río abajo, y desaparecieron, para el 1200 d.C.-
Los gansos salvajes nacían en Siberia
se dirigían al sur sobre las cuencas del Yang, del Huang,
lo que llamamos “China”
siguiendo rutas que usaron durante un millón de años.
Ah, China, dónde están los tigres, los jabalíes,
los monos,
como las nieves de antaño
desaparecidos en la bruma, en un instante, y el suelo duro
y seco sirve de estacionamiento a cincuenta mil camiones.
Es el ser humano la cosa más preciada de todas?
-entonces amémoslo, y a sus hermanos,
y a todos los seres vivos que están desapareciendo.

Norteamérica, Isla Tortuga, capturada por invasores


que hacen guerras a todo lo ancho del mundo.
Que las hormigas, los abalones, las nutrias, los lobos y los uapitíes
se levanten! y no se ofrezcan más
a las naciones robot.
Solidaridad. Los pueblos.
El pueblo árbol, que se yergue!
El pueblo pájaro, que vuela!
El pueblo marino, que nada!
Pueblos de cuatro patas, de dos patas!

Cómo pueden los gobiernos sesudos, hambrientos de poder, político-científico,


del segundo-mundo capitalista-imperialista
del tercer-mundo comunista machos dedicados al papeleo
no-campesinos del jet-set burócratas
hablar por el verde de las hojas? cómo pueden
hablar por los suelos?

(Ah, Margaret Mead... sueñas a veces con Samoa?)

Los robots discuten sobre cómo parcelar nuestra Madre Tierra


para durar un poco más
como buitres aleteando
eructando, borboteando
sobre una cierva que agoniza.
“En aquel campo un herido caballero yace —
volaremos hasta él y le comeremos los ojos
con un down
derry derry derry down down1”

Un búho parpadea en las sombras


Una lagartija se yergue
respirando trabajosamente
Las ballenas giran y relucen
se sumergen
y cantan, y vuelven a emerger

1 Derry, también derry down, es una fórmula sin significado, empleada en canciones y baladas inglesas antiguas (la cita
proviene de la balada “Los tres cuervos” (publicada por primera vez en 1611).
fluyendo como planetas que respiran

en las centelleantes espirales

de la luz viviente

Estocolmo: solsticio de verano, 40072

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