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Autor: Abog. Adriana Fernández, 2012.

SOBRE LA LEY NUEVA DE LA MODALIDAD DE TRABAJADOR RESIDENCIAL

El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, procedió a dictar el Decreto Nº 8.197 con Rango Valor
y Fuerza de Ley Especial para la Dignificación de Trabajadoras y Trabajadores Residenciales, publicado en la
Gaceta Oficial Nº 39.668 del 06 de mayo de 2011, el cual por presentar error material involuntario, al repetirse
la numeración del artículo 54, siendo lo correcto “Artículo 55”, fue objeto de corrección en reimpresión
publicada en Gaceta Oficial Nº 39.677 del 20 de mayo de 2011, siendo entonces éste último, el que deberá
tomarse como vigente a los fines de proceder a la aplicación de sus disposiciones.
Con la publicación de este Decreto-Ley, fue necesaria una reforma a la Ley Orgánica del Trabajo (LOT) del
año 1997, específicamente en las disposiciones que regulaban a los trabajadores/as denominados
“Conserjes”, quedando eliminado el Capítulo III, del Título V – “Del Trabajo de los Conserjes” – compuesto por
los artículos 282 al 290. Así mismo, en dicha reforma parcial se agrega una Disposición Final en la que se
señala que los trabajadores/as residenciales¹, anteriormente llamados “Conserjes”, se regirán por la LOT en
cuanto les sea aplicable, pero se sujetarán con preferencia a lo previsto en la Ley Especial arriba indicada,
puesto que conforme al Principio In Dubio Pro Operario (ante la duda se favorece al trabajador), se aplicará la
Ley que beneficie al trabajador/a en cuanto a la garantía plena de todos sus derechos.
El objeto de dicha Ley Especial consiste en asegurar a los trabajadores/as residenciales durante la relación
laboral, los Derechos Ciudadanos (libertad política, a la participación, a la organización, a la integridad
personal y familiar, a la salud, educación, al deporte, a la recreación, cultura, etc.); los Derechos Laborales
(cumplimiento de una jornada de trabajo conforme a lo dispuesto en la Constitución y las leyes laborales; la
prohibición de descuentos indebidos en su salario; condiciones y ambiente de trabajo; la seguridad y salud
laborales y la seguridad social); y los Derechos a una Vivienda y Hábitat en buenas condiciones; para lo cual
se especifican en esta normativa, las acciones, derechos y obligaciones correspondientes a las partes
(quienes son el patrono/a representado por la comunidad de residentes y el trabajador/a residencial), a fin de
impulsar cambios en dichas relaciones de trabajo.

En tal sentido, el patrono/a en representación de la comunidad de habitantes del inmueble, establecerá las
órdenes e instrucciones para el trabajador/a, a través de la junta de condominio, debiendo a su vez, los
integrantes de la comunidad de residentes (incluidos los inquilinos/as), respetar este oficio cuidando y
conservando en buen estado de limpieza las áreas comunes, y responder por cualquier daño que hayan
ocasionado al inmueble en el cual el trabajador/a residencial preste sus servicios.

Durante la relación de trabajo tanto al trabajador/a residencial como a los familiares que vivan con él, se
considerarán como habitantes de la comunidad en la que presta el servicio, con los mismos derechos
inherentes a la vida social, comunitaria, familiar y ciudadana, que el resto de los residentes del inmueble, en
consecuencia:

Gozan de todos los derechos vinculados a la maternidad y la paternidad establecidos en la ley, por lo que las
mujeres serán protegidas en sus derechos como trabajadoras, tales como: protección laboral de la
maternidad, lactancia materna, descanso pre y post natal, fuero maternal, etc., no pudiendo establecerse en
los contratos de trabajo prohibición de embarazo, ni limitaciones a la libre reproducción y desarrollo de la vida
familiar.

Tendrán derecho a utilizar su tiempo libre de conformidad con los derechos humanos, la Constitución y a las
normas que rigen la materia de seguridad y salud laborales, y a ser respetados/as en cuanto a sus opiniones
políticas, creencias religiosas, origen cultural, racial, género y orientación e identidad sexual, grado académico
y clase social.

Los familiares del trabajador/a residencial, no serán considerados partes de la relación de trabajo, salvo que
dicho familiar suscriba un contrato de trabajo aparte.

Atendiendo a los principios de igualdad y equidad, los trabajadores/as residenciales, junto a su familia,
tendrán todos los derechos como habitantes del inmueble en el uso de áreas comunes (ascensores y
servicios), visitas de familiares y amistades.

Los niños/as y adolescentes que convivan con los trabajadores/as residenciales, no podrán ser objeto de
violencia por parte de los residentes del inmueble, ni ser obligados a desempeñar trabajos en el mismo, ni
sometidos a tratos discriminatorios.

Los trabajadores/as residenciales adultos/as mayores, serán considerados sujetos/as de protección especial,
por lo que serán beneficiarios de las políticas públicas que implemente el Ejecutivo Nacional para proveerles
vivienda propia.

En cuanto a la garantía de los derechos laborales de los trabajadores/as residenciales, este texto normativo
señala que su jornada de trabajo será diurna con fines de semana libres, devengando un salario que no podrá
ser inferior al salario mínimo nacional (actualmente en Bs. 1.548,21 mensuales), pagado en forma quincenal,
pudiendo las partes establecer de común acuerdo, mejores condiciones laborales y salariales a las
establecidas en el presente Decreto-Ley.

De igual manera, a fin de garantizar el disfrute efectivo de las vacaciones, reposos y licencias del trabajador/a
residencial, el patrono/a está en la obligación de contratar a un/a suplente durante dichos períodos, quien no
podrá habitar la vivienda del trabajador/a residencial, a menos que éste/a lo permita mediante autorización.

Entre las prohibiciones que expresamente señala esta Ley especial, tenemos que no podrá obligarse al
trabajador/a residencial a:

Trabajar horas extraordinarias, a menos que voluntariamente decida trabajarlas, las cuales deberán ser
pagadas conforme a la legislación laboral.
Realizar trabajos distintos a la limpieza y el aseo de las áreas comunes del inmueble, o que estén por encima
de sus posibilidades físicas.

Ejecutar tareas que impliquen trabajos especializados, de riesgos o de algún grado de peligrosidad, en cuyos
casos el patrono/a está en la obligación de contratar al personal calificado para ello.

Llevar el control y supervisión del cumplimiento del pago de los servicios de luz, agua y gas, así como otras
obligaciones correspondientes a la administración del inmueble o de quienes habiten en el mismo.

El patrono/a deberá proveer al trabajador/a residencial las herramientas y útiles necesarios para el
desempeño de sus labores, cuyo resguardo deberá hacerse en un espacio distinto al de la vivienda que habite
el trabajador/a, con ocasión de la relación laboral, la cual además, deberá ser destinada únicamente para su
habitación, no pudiendo éste/a enajenar, gravar o arrendar, en todo o parte, el inmueble, salvo que
excepcionalmente haya obtenido tales derechos. Igualmente, queda prohibida la incorporación en ésta de
mecanismos que controlen el funcionamiento de los servicios correspondientes al inmueble en el cual presta
sus servicios y, además, el patrono/a deberá garantizar que dicha vivienda tenga acceso a los servicios
básicos en las mismas condiciones que el resto de las viviendas que componen el inmueble, siendo éste/a
(patrono/a), quien correrá con el pago de los servicios públicos de agua, gas, electricidad y renta básica de
teléfono.

La terminación de la relación de trabajo con el trabajador/a residencial, se regirá por las normas establecidas
en la legislación laboral, quedando prohibido todo despido sin justa causa previamente calificada por la
autoridad competente.

De ser confirmada la terminación de la relación laboral, procede la desocupación de la vivienda que se le haya
asignado con ocasión de su trabajo, para lo cual deberá otorgarse un plazo mínimo de tres (03) meses para la
desocupación del inmueble, contado a partir de la fecha en la que se haga efectivo el pago del total de las
prestaciones sociales y demás deudas laborales derivadas de la relación de trabajo.

En caso de que el patrono/a incumpla con su obligación de pagar al trabajador/a sus prestaciones sociales y
demás conceptos laborales, éste tendrá derecho a continuar ocupando la vivienda, hasta tanto se haga
efectivo el pago correspondiente y transcurra el plazo de tres (03) meses para la desocupación. De suceder la
muerte del trabajador/a, las mismas deberán ser pagadas a sus descendientes, y si no los hubiere, a sus
ascendientes.

El presente Decreto-Ley entró en vigencia desde la fecha de su publicación en Gaceta Oficial, momento a
partir del cual se dispuso lo siguiente:
El Ejecutivo Nacional, podría crear un Consejo de Protección Integral que se encargará de velar por la
protección de los derechos de los trabajadores/as residenciales, el cual estará conformado por representantes
de los Consejos Populares de Trabajadores/as Residenciales, y de otras formas de organización popular de
dichos trabajadores/as.

Se fijó un plazo de seis (06) meses, a objeto de que todas las relaciones de trabajo de los trabajadores/as
residenciales, se adaptaran a las normas y previsiones de este texto legal.

Se estableció un plazo no mayor de seis (06) meses, a fin de que se dictara su Reglamento, el cual para la
fecha de presentación de este documento, aún no ha sido publicado.

FUENTE:

https://alertalaboral.wordpress.com/2012/03/26/trabajadoras-y-trabajadores-residenciales/

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