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Concepto.
Los bienes de Dominio Público, son aquellos bienes apropiables titularidad de la
Administración, formado solo por Derechos reales, afectados a un uso o servicio público.
El hecho de que estén afectados a un uso o utilidad pública determina un régimen
diferente y especial en orden a su adecuada gestión. La regla esencial es que por
definición estos bienes son inalienables (no se pueden vender). Un servicio público es
una actividad que realiza la Administración, pero para prestar este servicio, la
Administración puede prestar la actividad en concurrencia con particulares. En otras
ocasiones, la actividad está conectada con los intereses generales que la Administración
monopoliza. Existe una cierta contradicción al hablar de derecho de propiedad en los
bienes de derecho público y a su vez decir que esos bienes no son susceptibles de
enajenación, hasta el punto que haya llegado a plantearnos si nos encontramos ante un
derecho de propiedad o ante algo totalmente distinto. Existen distintas teorías para
intentar justificar que es el dominio público.
Aquellos que piensan que el dominio público, se encuadra dentro del derecho de
propiedad. No es que se dé una deformación del derecho de propiedad que
produce la Administración por ser titular de ese bien, sino que en la propiedad
normal, pública o privada, cuando hay un interés público tan relevante, es
necesaria una intervención pública que cambia el régimen de ese derecho de
propiedad. Esto es una concepción objetiva del dominio público donde no
importa el derecho de propiedad sino la existencia de interés público donde la
Administración limita el derecho de propiedad para velar por ese interés general.
Es posible el dominio público en un sentido subjetivo en lo que lo importante es
quien es el titular del bien, no el interés general. El dominio afecta a todas
propiedades Administrativas, por lo que todos los bienes de las administraciones
son de dominio público por ser titularidad de la Administración. El titular de ese
bien es la Administración.
En tercer lugar nos encontramos las posturas que mantienen que en los bienes de
dominio público, hablar de propiedad es un error. Lo relevante es el uso que se
hace de ese bien. No se trata de hablar de propiedad modificada, ni de propiedad
Administrativa, sino de servicio público, son bienes destinados a un servicio
público y a un régimen jurídico que será el del servicio público que se preste. Por
lo que el régimen jurídico del servicio público es lo que interesa en este caso.
En España se adopta la conceptualización de dominio público con base en el código civil;
son aquellos bienes de titularidad pública afectos a un uso o servicio público, por lo que
adopta la posición subjetiva. El régimen jurídico de los bienes de dominio público recibe
un tratamiento particular disponiendo de potestades administrativas excepcionales, junto
con las reglas básicas de la inalienabilidad, inembargabilidad e imprescriptibilidad.
Además del régimen jurídico especial de su afectación, de su uso, que puede ser reservado
a la Administración para prestar un servicio, o bien cuando la Administración se reserva
el uso y explotación del bien. Hay bienes de uso común general (playa), bienes de uso
especial para los que se requiere una autorización o licencia (chiringuito de playa).
Por lo tanto llegamos a la conclusión, que es un bien demanial, que la titularidad de ese
bien es la Administración, afecto a un uso o servicio público.
La LPAP y el TC en la sentencia 166/1998, se reconoce la titularidad de los bienes de
dominio público a las entidades públicas. La administración ejercita potestades y estas
potestades se aplican sobre sus propios bienes (facultad de recuperación posesoria o la
potestad de deslinde administrativo). En realidad, no es que estos bienes sean especiales
sino que la Administración, sino que a la Administración le corresponde estas potestades.
La Administración tiene autotutela declarativa (los actos que dicta son derecho, no tiene
que acudir a un proceso judicial) y ejecutiva (los actos que dicta la administración son
directamente ejecutables).
Por lo tanto la titularidad pública de los bienes de dominio público corresponde a todos
los Entes territoriales, a los organismos públicos y a las Administraciones independientes
cuando su ley lo prevea.
Las sociedades Mercantiles públicas se rigen por el derecho privado, no pueden
desempeñar las potestades públicas y no pueden ser titulares de bienes públicos.
La afectación es el elemento característico del dominio público, y los bienes demaniales
se diferencian de los patrimoniales por encontrarse afectados un uso o servicio público,
lo que determina la aplicación de un régimen jurídico similar, que es el elemento fuerte
de los bienes de dominio público. Este es el régimen jurídico singular del dominio público
se basa en la inalienabilidad, inembargabilidad e imprescriptibilidad. El TC establece que
en caso del demanio natural la afectación se justifica porque dichos bienes se cumplen o
satisfacen necesidades colectivas primarias y en el caso de los bienes destinados a un
servicio público porque dichos bienes constituyen el soporte material para la realización
de dicho servicio público o actividad administrativa de interés general de que se trate. La
demanialización de un bien no solo está justificada por la afectación a un uso o servicio
público, sino que también podrá demanializarse un bien por fomento de la riqueza natural,
y por lo que se realiza esa demanialización es por razones de conservación o por razones
del uso racional o equilibrado de un recurso natural escaso.
La titularidad sobre un bien de dominio público no dice nada sobre la titularidad de las
competencias que se ejercitan sobre dicho bien, es decir, el art. 132 CE no es un artículo
atributivo de competencias. Las competencias se tribuyen por la Constitución en los arts.
148 y 149 y por los Estatutos de Autonomía, de manera que ser titular de un bien público
no supone que esa Administración vaya a ser titular de las competencias que se van a
ejercer sobre ese bien. No solo el Estado puede declarar el bien como dominio de público,
por lo que tanto los Entes Locales como las CCAA, tienen bienes de dominio público,
pueden declarar de dominio público otros bienes y tienen su propio patrimonio. Pero
declarar una categoría de bienes como bienes de dominio público solo lo puede hacer el
Estado. Los Entes locales y las CCAA solo pueden hacer respecto de bienes concretos.
Adquisición de bienes.
La adquisición de bienes puede tener distintos orígenes:
Adquisición en virtud de una Ley; el Estado adquiere la titularidad de
determinados bienes patrimoniales, desde el principio y simplemente porque la
ley así lo dice, sin necesidad de un acto formal de incorporación. La LPAP
atribuye la titularidad de determinados bienes al Estado. Estos bienes son:
(1) Bienes abandonados o sin dueño; estos bienes vienen regulados en el art.
17 LPAP., eran conocidos como bienes monstrencos. Sin embargo la
adquisición efectiva por parte de l administración, aunque esos bienes le
corresponden por ley, requerirá una resolución expresa por parte de la
AGE, porque estos bienes no se adquieren por las administraciones
públicas sino por el Estado. La AGE tiene que aprobar un acto expreso
para incorporar esos bienes a su patrimonio, acto expreso que no
demuestra su propiedad a partir de ese momento, sino que le corresponde
desde el principio. También deberá inscribirlos en el registro de la
propiedad como suyos. Dado que el número de inmuebles sin dueño
pueden ser muy numerosos, se establece que la Administración solo
responderá de las obligaciones tributarias si se han inscrito por la
Administración y en el Registro de la Propiedad para la incorporación de
esos bienes no se requiere una intervención judicial, sino que la
Administración la realiza por si misma. Pero si esos bienes se encontraran
ocupados por particulares que estuvieran poseyendo a ese bien a título de
dueño, la Administración no puede desocupar libremente a esas personas
sino que tiene que acudir a la autoridad judicial ejercitando acciones
posesorias.
(2) Saldos y cuentas abandonadas en entidades de crédito; en este caso se
produce un supuesto similar al anterior. El art. 18 describe cuales son estos
bienes. Estos saldos y cuentas abandonados corresponde, igualmente ope
legis, al Estado. Sin embargo para que corresponda al Estado tienen que
considerarse como abandonados, que serán aquellos que están en la Caja
general de Depósitos o entidad de crédito, sobre los cuales no se haya
ejercitado gestión que acredite la titularidad de los mismos durante al
menos 20 años.
Adquisición a título oneroso (a cambio de una prescripción): en realidad, la más
normal es la expropiación forzosa. La expropiación es una adquisición onerosa
porque obliga a pagar la justa indemnización. Lo que ocurre es que la
expropiación supone la afectación implícita, porque esos bienes se expropian para
destinarlos a un uso o servicio público, por lo que esos bienes pasan de ser
demaniales. Por lo que la expropiación en estos casos no nos vale porque los
bienes no se adquieren como bienes patrimoniales.
La administración adquiere a título oneroso bienes patrimoniales a través de
contratos. Las formas que tiene la Administración de adquirir bienes privados con
un fin patrimonial no están limitadas por ley. En el art. 115 se contempla la
posibilidad de ejercitar acciones de futuro. Puede utilizar un contrato
administrativo típico o cualquier tipo de contrato privado dependiendo de la
acción que vaya a realiza. La ley si regula los casos en los que se quiere adquirir
de modo directo un bien mueble o inmueble. A estos efectos, reconoce y regula
el régimen jurídico de un tipo de contrato específico, que es un contrato
administrativo que se contiene en LPAP. Por lo que la adquisición de bienes
muebles e inmuebles patrimoniales la administración cuenta con un contrato que
no se recoge en la LCSP. Este contrato puede llamarse contrato patrimonial y se
caracteriza porque está regulado en su preparación y adjudicación por la LPAP.
Y de modo supletorio por la LCSP, y en su contenido, ejecución y extinción por
la LCSP y el derecho privado. La regulación de este contrato se refiere sobre todo
a la adquisición de los bienes inmuebles.
Su régimen jurídico se rige en cuanto a su preparación y adjudicación por l LPAP
y hay que diferenciar entre:
(1) Bienes inmuebles: con carácter general se exigirá la convocatoria de un
concurso por parte del ministerio de hacienda. A veces se permite también
un procedimiento de licitación restringida. Y solo en casos excepcionales
la ley permite la adjudicación directa del contrato.
(2) Bienes muebles; el contrato patrimonial no se aplica, sino que en este caso,
(3)
dicho procedimiento se rige por la LCSP. La adquisición de bienes
inm8uebles patrimoniales se llevara a cabo por un contrato der suministro
y seguirá el régimen de dicho contrato.
(4) Derecho de naturaleza incorporal (derecho de propiedad intelectual,
patente) la ley si regula la posibilidad de la adjudicación directa.
Adquisición a título gratuito de determinados bienes.
Las AAPP podrán adquirir bienes patrimoniales por obra de actos de
liberalidad de particulares, como cuando en una herencia, legado o
donación, se atribuya a una Administración concreta la titularidad de sus
bienes. La ley establece una regulación en el art. 21 donde se establece que
la aceptación en la AGE se realizara por el ministerio de hacienda, las
herencia y los legados se aceptaran a beneficio de inventario, y cuando no
se especifique la administración titular de los bienes, sino que lo que diga
es lo que se quiere hacer con esos bienes, y eso implica la presencia de una
competencia publica, se entenderá que el titular de la administración que
tenga la competencia para desarrollar dichas actividades, y si dicha
competencia la tienen dos o más administraciones, el bien ira a la
administración de mayor nivel territorial.
Cuando una persona muere abintestato y sin dejar herederos legítimos,
ocurre lo mismo que con los bienes mostrencos, y la ley establece que el
estado será el titular universal. Las CCAA que tengas competencias, en su
régimen foral, reglas específicas del Derecho Civil, serán las que
adquieran la propiedad sobre estas herencias. La ley establece la forma de
distribución de dichas herencias y, como regla general, un tercio de
distribuye a entidades públicas o privadas de beneficencia, interés social,
u organizaciones profesionales, de municipio donde radicaba la persona
fallecida, otro tercio entre las entidades equivalentes a las anteriores pero
del ámbito provincial del municipio donde radicaba la persona, y el otro
tercio se lo queda el Estado o comunidad autónoma. La Administración
interviene a partir del procedimiento judicial cuando se produce la
declaración de herederos, y cuando se comprueba que no hay herederos
legítimos se le da traspaso a la Administración, y comienza el
procedimiento de adquisición que se completa en el reglamento de
desarrollo de la LPAP de 2009.
Otro modo es el comiso; aunque la Ley no lo menciona: cuando la Ley
lleva a cabo el decomiso de bienes procedentes de actividades ilícitas o
que ponen en peligro la salud pública. Hay que diferencia el decomiso
administrativo, del judicial. Cuando hay un delito, el juez inmoviliza una
serie de bienes y si son consecuencia de actividades delictivas se produce
su decomiso, y en estos casos se utilizan para el pago de la eventual
responsabilidad civil ex delicto.
Adquisición por ocupación de bienes privados a título de dueño de modo
pacífico y continuado. Si esta ocupación implica un uso o servicio implica
una afectación implícita y esos bienes pasan a ser demaniales. La
adquisición patrimonial de estos bienes se rigen por el CC., lo que ocurre
es que, en algunos casos, las leyes que regulan las propiedades especiales
establecen un régimen jurídico especial. La ley de Patrimonio Histórico,
establece en los arts., 42 y 44 una regulación específica. La ley 60/1962
establece un régimen jurídico particular respecto de los pecios.
La utilización de los bienes patrimoniales es algo secundario, porque principalmente son
recursos financieros, la utilización puede ser de dos tipos:
Por parte de la administración quien ostenta la titularidad de esos bienes
Por terceros, a cambio de una contraprestación y con lucro propio del particular.
El competente decidor de la utilización de los bienes patrimoniales propiedad del Estado
será el Ministerio de Hacienda salvo que se trae de contratos de duración inferior a un
año, en cuyo caso será la Dirección General de Patrimonio del Estado. La forma del
contrato será cualquier que permita el derecho privado. La única limitación que tiene que
ser por un tiempo inferior a 20 años, la adjudicación del contrato para la utilización de
bienes patrimoniales se hará, con carácter general, a través del procedimiento de
concurso, y solo excepcionalmente a través de la adjudicación directa.
Cesiones de bienes.
Respecto de la salida de los bienes de la administración Pública, se recibirá una
contraprestación. Pero la Administración puede realizar una cesión gratuita de los bienes
patrimoniales. Puede ser de dos tipos:
Cesión gratuita de la titularidad del bien: se otorga la titularidad de modo gratuito.
Cesión gratuita del uso conservando la titularidad del bien.
Se regula en el artículo en el art. 145 LPAP, que se preocupa de:
Quienes pueden ser sus destinatarios:
Si implica la cesión de la titularidad, los destinatarios solo pueden ser una
comunidad autónoma, un ente local o una fundación pública.
Si se trata de la cesión del uso se podrá ceder a estados Extranjeros,
organismos internacionales y asociaciones de utilidad publica.
Que fines ha de cumplir:
Tiene que haber una causa de utilidad publica o interés sovial que justifique
la cesion gratuita.
Se tiene que fijar una finalidad concreta
El uso de dicho bien tiene que estar condicionado tanto al cumplimiento de
esa finalidad como de las condiciones o pqactos establecidos por la
Administracion para ceder ese bien.
Quien ostenta la competencia para decidirlo: con carácter general es el ministerio de
hacienda, y cuando se efectue a favor de fundaciones publicas y asociuaciones de
utilidad publica, el consejo de ministros.