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UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN


PÚBLICA

DOCENTE : DRA. MAMANI HUANCA DELIA

ALUMNO : RINA SAMAI MIRANDA MAMANI

ASIGNATURA : DERECHO DE EMPRESA

TURNO : NOCHE

CICLO : VIII

TACNA –PERÚ
2019
DEDICATORIA
En primer lugar, a Dios, y también a la
docente Delia Mamani Huanca por
brindarnos sus conocimientos como
aporte a este artículo.
RESUMEN

Los delitos situados en el Título XVIII del Código Penal, centralizan los comportamientos
que lesionan o ponen en peligro la actividad estatal. Lo que se busca es que el
comportamiento del servidor o funcionario estatal se rija bajo principios de honestidad,
probidad, imparcialidad, decencia y eficiencia

Siendo lo que interesa proteger es el “normal funcionamiento de los órganos del gobierno”,
la “regularidad funcional de os órganos del estado”.

En la historia del Derecho Penal se distinguen los delitos cometidos contra la


administración pública por funcionarios públicos y los cometidos contra las autoridades de
éstos. La infidelidad y el abuso de funciones, cometidos por el funcionario público, fueron
siempre castigados, desde las legislaciones más antiguas hasta nuestros días.

Ahora bien, cuando hablamos de delitos contra la administración pública, anotamos que
estos se materializan con conductas que atentan contra la función o gestión pública, o
contra bienes públicos (como en el peculado), o también contra los servidores públicos, en
razón de tal calidad (como la violencia contra servidor público).

Existen diferentes delitos consagrados en el Código Penal, diferenciándose si es cometido


por un funcionario público o un particular, pero con el mismo fin de perjudicar el bienestar
del Estado.

PALABRAS CLAVES: Funcionario Público, Administración Pública, Autoridad, Peculado,


Concusión, Corrupción.
ABSTRACT

The crimes located in Title XVIII of the Criminal Code, centralize behaviors that injure or
endanger state activity. What is sought is that the behavior of the servant or state official is
governed by the principles of honesty, probity, impartiality, decency and efficiency

Being what interests to protect is the “normal operation of the organs of the government”,
the “functional regularity of the organs of the state”.

In the history of Criminal Law, crimes committed against public administration by public
officials and those committed against their authorities are distinguished. Infidelity and abuse
of duties, committed by the public official, were always punished, from the oldest laws to
the present day.

However, when we talk about crimes against public administration, we note that these
materialize with behaviors that undermine public function or management, or against public
goods (as in the case), or also against public servants, because of such quality (such as
violence against public servants).

There are different crimes enshrined in the Criminal Code, differentiating whether it is
committed by a public official or an individual, but with the same purpose of harming the
welfare of the State.

KEY WORDS: Public Official, Public Administration, Authority, Peculation, Concussion,


Corruption.
INTRODUCCIÓN

Es cierto que en el “control” o la “lucha” contra los delitos contra la administración pública,
no son suficientes las herramientas penales; es más, la tarea de control más importante ni
siquiera es penal. Como es sabido desde hace tiempo, por ejemplo, en el caso de los
delitos de “corrupción de funcionarios”, la mejor manera de contenerlos consiste en
garantizar una mayor “trasparencia” en la actividad funcionarial, una mejor remuneración
para los “funcionarios”, una mejor regulación de las “incompatibilidades” para ejercer
cargos públicos, etc. Pero se puede decir que también la “impunidad” retroalimenta, da
alicientes, para la comisión más frecuente de delitos contra la administración pública. Y
aquí juega un papel importante, además del Derecho procesal y policial, sobre todo el
Derecho penal. Espero demostrar, a continuación, aunque sea de manera breve, dónde
radican los principales problemas de impunidad en el tratamiento penal de los delitos contra
la administración pública, pero también dónde, pese a las buenas intenciones, el legislador
penal puede caer en el abandono de los principios de Estado de Derecho que debieran
inspirarlo.
Por ello en esta monografía daremos a conocer los diversos delitos en los cuales, tienen
tanto como participes los Funcionarios Públicos como los Particulares.
CAPITULO I: LA ADMINISTRACIÓN PUBLICA

1.1. QUE ES LA ADMINISTRACIÓN PUBLICA

Según Ramiro SALINAS SICCHA, expresa que: “En referencia a la Real Academia de la
Lengua, es servir, en este caso, servir al Estado y cumplir la función encargada para lograr
«el bienestar general». Pero este cumplimiento además debe estar enmarcado en orden
de órganos estatales que implica jerarquía, niveles, entidades, cargos y oficios, esto es,
hay una organización dentro de la cual se debe cumplir esa función pública indistintamente
del cargo asignado al funcionario o servidor público”1. Recalca el autor, que, si bien esta
labor es prescindida por los funcionarios públicos, quienes obran con la finalidad de
contribuir al bienestar de la Sociedad a través de sus funciones.

Los delitos situados en el Título XVIII del Código Penal, centralizan los comportamientos
que lesionan o ponen en peligro la actividad estatal. Lo que se busca es que el
comportamiento del servidor o funcionario estatal se rija bajo principios de honestidad,
probidad, imparcialidad, decencia y eficiencia

1.2. EL BIEN JURIDICO QUE SE TUTELA

Tradicionalmente se ha entendido que el bien jurídico tutelado por esta parte del Derecho
penal sería “la Administración Pública”, por sí misma, con cualidades como “prestigio”,
“dignidad”, etc. Según el autor Manuel ABANTO VASQUEZ2, quien empieza con esta
pequeña introducción a su Capítulo.

Prosigue el autor, expresando que modernamente, con un entendimiento distinto al


concepto “bien jurídico”, se sostiene que en ese ámbito lo que interesa proteger es el
“normal funcionamiento de los órganos del gobierno”, la “regularidad funcional de os
órganos del estado”3. Nombrando así claramente el bien Jurídico que se protege teniendo
como base estos pilares.

Pero, no solo termina ahí, el autor hace hace una presión respecto al bien jurídico adoptado
para explicar los delitos contra la administración pública: no todos los “actos funcionales”
realizados por los sujetos considerados como “funcionarios públicos” pueden interesar al
Derecho penal, dado que éste, como el instrumento más grave más lesivo para las
libertades de los ciudadanos, debe guiarse por el principio de la “mínima intervención”. Por
eso la doctrina penal se distinguen dos ámbitos en la relación entre los funcionarios y la
Administración Pública: un ámbito interno referido a la organización misma de la
administración y un ámbito externo donde el funcionario entra en relación con los
ciudadanos4. Es por eso que vemos que no todos los delitos que pueden cometer los
funcionarios públicos o las autoridades en relación con el ejercicio de sus cargos pueden
tener un mismo denominador común.

1
SALINAS SICCHA, Ramiro (2018). Delitos contra la Administración Pública. Editorial Grijley. Lima, Perú. p.
4.
2 ABANTO VÁSQUEZ, Manuel A. (2001). Los delitos contra la Administración Pública en el Código Penal

Peruano. Primera Edición. Editorial Palestra Editores S.R.L. Lima, Perú.p.12.


3 Ídem.
4 Ibidem. p.13.
1.3. EL FUNCIONARIO PUBLICO

Funcionario Público será la persona que es incorporada a la actividad pública mediante


selección, designación, elección, siendo que ésta ejerce función pública.

Según el Art. 425 del Código Penal, son funcionarios públicos quienes:

 Los que están comprendidos en la carrera administrativa


 Los que desempeñan cargos políticos o de confianza, incluso si emanan de
elección popular
 Todo aquél que independientemente del régimen laboral en que se
encuentre, mantiene vínculo laboral o contractual de cualquier naturaleza
con entidades u organismos del Estado o sociedades de economía mixta
comprendidas en la actividad empresarial del Estado y que en virtud a ello
ejerce funciones en dichas entidades u organismos.
 Los administradores y depositarios de caudales embargados o depositados
por autoridad competente, aunque pertenezcan a particulares.
 Los miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional.
 Los designados, elegidos o proclamados, por autoridad competente, para
desempeñar actividades o funciones en nombre o al servicio del Estado o
sus entidades.
 Los demás indicados por la Constitución Política y la ley.

1.4. LA DIFERENCIA ENTRE ADMINISTRACION PUBLICA Y FUNCIONARIO


PUBLICO

En la actualidad el Derecho Penal, entiende como Administración Pública que los actos
realizados deben tratarse de “actos funcionales”, aunque lo realicen sujetos que, en el
sentido administrativo, no serían propiamente “funcionarios públicos”. Y además, para que
estos actos tengan trascendencia en la interpretación de los tipos penales, como ya se dijo
más arriba, deben referirse al “ámbito externo”, o sea a las relaciones entre la
administración y los administrados.

La discusión se ha trasladado actualmente a la definición penal del FUNCIONARIO


PUBLICO, pues esto es decisivo a la hora de interpretar muchos tipos. La doctrina se divide
a la hora de precisar los elementos que deben integrar la condición de “funcionario público”
para efectos penales. Al respecto hay dos posiciones claramente definidas. La mayoritaria
exige dos elementos: la existencia de un título (elemento subjetivo) y la efectiva
participación en la función pública (elemento objetivo). Para otra doctrina bastaría con el
último elemento, pues no interesaría la “relación subjetiva” entre el sujeto y la
administración. Pero a esta última postura se oponen críticas resumidas por la autora
VALEIJE, citada por ABANTO VASQUEZ, las cuales también son aplicables para el caso
peruano:

A) Simple traslado o “reenvío” del problema hacia el concepto de “función pública”,


con lo cual no se soluciona nada.
B) Redundancia y falta de explicación sistemática en relación con otros elementos
típicos considerados por el legislador en los tipos penales. En efecto, hay tipos
de cohecho pasivo definidos a partir de un funcionario con funciones
específicas. Esto sería redundante e innecesario si solamente bastara la
“función pública” para definir el concepto de “funcionario público”5.

Es por eso que se necesitan ambos elementos para que exista un “funcionario público” con
relevancia jurídico-penal. Claro que estos elementos están estrechamente ligados que
pueden refundirse en uno solo: una relación jurídica entre el sujeto y la organización estatal
que implique que el sujeto está incorporado a la organización burocrática del Estado

CAPITULO II: LOS DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PUBLICA

2.1. ANTECEDENTES HISTORICOS

En la historia del Derecho Penal se distinguen los delitos cometidos contra la


administración pública por funcionarios públicos y los cometidos contra las autoridades de
éstos.

La infidelidad y el abuso de funciones, cometidos por el funcionario público, fueron siempre


castigados, desde las legislaciones más antiguas hasta nuestros días.

Pasando por alto las sanciones del derecho mosaico y del helénico contra el
incumplimiento de los deberes de cargo, recordemos que, en el derecho romano, el crimen
de prevaricación, que es como el tronco del cual brotan todas las demás acriminaciones
de los abusos de un funcionario público. Nacido como una quaestio perpetua, con el fin de
recuperar las sumas que el funcionario infiel arrancaba a los particulares por medio de la
extorsión, el crimen repetundarum dio luego origen a las dos figuras distintas de crimen
peculatus y crimen concussionis, es decir crimen de peculado y concusión6. Como vemos
el autor hace referencia a las antiguas legislaciones, haciendo hincapié de que el castigo
era severo ante estos ahora llamados delitos.

2.2. EL DELITO DE PECULADO

Peculado según GARCÍA DEL RÍO, es: “La apropiación de dinero o de una cosa mueble,
pertenecientes a la administración pública, cometida por un funcionario público o por el
encargado de un servicio público, que por razón de su cargo está en posesión de esos
bienes”7. Para el autor el objeto jurídico de esta acriminación no es tanto la defensa de los
bienes patrimoniales de la administración pública, como el interés del Estado por la
probidad y fidelidad del funcionario público.

GARCÍA DEL RÍO8, clasifica como sujeto activo al funcionario público o el encargado de
un servicio público. Para ello, la acción consiste en apropiarse o distraer en provecho propio
o ajeno el dinero o las cosas muebles poseídas por razón de cargo o servicio.

5 Citado por ABANTO VASQUEZ, Manuel. p. 18.


6 GARCÍA DEL RÍO, Flavio (2004). Derecho Penal Parte General y Especial. Editorial Ediciones Legales
Iberoamericanas E.I.R.L. Lima, Perú. p. 565
7 Ibídem.p. 568
8
Ibídem.p.569.
2.3. EL DELITO DE CONCUSION

Según MAGGIORE, autor citado por GARCÍA DEL RÍO, se puede llamar concusión: “Al
hecho del funcionario público, que, abusando de su calidad o de sus funciones, constriñe
o induce a alguno a dar o a prometer indebidamente, a él o a un tercero, dinero u otra
utilidad”9 Ahora bien, lo que podemos hallar en diferencia a la corrupción, es el uso de la
violencia o engaño, habiendo en la concusión sólo un sujeto pasivo no imputable, por lo
cual sería un delito unilateral, en cambio en la corrupción si se halla dos partes y la dos
actúan por ello es bilateral.

Por lo tanto, GARCÍA DEL RíO10, divide este delito bajo tres elementos:

a) Los actos de constreñir o de inducir, que dan lugar respectivamente a las dos
formas de concusión, la violenta y la fraudulenta.
b) El abuso de cargo o de las funciones
c) La entrega o la promesa indebidas de dinero o de otra utilidad hechas al funcionario
público, como efecto de engaño o violencia.

2.4. EL DELITO DE CORRUPCION

CARRARA autor citado por GARCÍA DEL RÍO, quien define la corrupción como: “La venta
realizada entre un particular y un funcionario público, de un acto perteneciente al cargo de
este, y que por regla debe ser gratuito”11.

Ahora, como lo mencionamos en párrafos anteriores el Delito de corrupción es bilateral, ya


que se unen dos partes, siendo ambos sujetos obviamente parte de este delito.

Y GARCÍA DEL RÍO12, explica que: “Para consumarse este delito, se tiene que recibir o
simplemente aceptar la promesa de la retribución”. No importa que la recompensa pactada
o prometida se pague posteriormente, pues este delito queda consumado al perfeccionarse
el contrato ilícito.

Si hablamos en este caso de un sujeto activo, también sería un funcionario público o


servidor público, así no sea empleado, la acción consiste en recibir para sí o un tercero,
dinero u otra utilidad o en aceptar la promesa de lo mismo, con el fin de omitir o retardar
un acto del propio cargo o para hacer algo a lo contrario de sus deberes de cargo.

En la actualidad, este delito ha resurgido con fuerza, ya que muchos de nuestros propios
funcionarios públicos no pudieron resistirse a recibir para sí, alguna utilidad a cambio de
“pequeños favores”. Vemos en esos casos que la justicia no clasifica, y tarda, pero llega.

2.5. EL DELITO DE AUTORIDAD

Empieza GARCÍA DEL RÍO, expresando que: “El abuso genérico de autoridad también
llamado en la doctrina abuso innominado de autoridad, consiste en el hecho del funcionario

9 Ibídem.p.571
10 Idem.
11 Ibídem.p.575
12 Idem.
público que, abusando de los poderes inherentes a sus funciones, comete cualquier hecho
no previsto como delito por una especial disposición legal, con el fin de causar a otros algún
perjuicio para procurarles algún provecho”13.

Los elementos típicos según ABANTO VÁSQUEZ14, son:

 Como sujeto activo principalmente el funcionario público.


 Ahora este sujeto si cumple con las siguientes cualidades, será inculpado: Abuso
de atribuciones, cometer u ordenar para que otro lo ejecute, actuar arbitrariamente
es decir mediante las resoluciones o actos administrativos.

Para ello, hay que definir ARBITRARIEDAD, para lo cual ABANTO menciona: “Que,
consiste la arbitrariedad en la oposición del acto a las leyes; en la cual el funcionario
sustituye la ley por su propia voluntad”15. Por lo cual vemos, que no habrá arbitrariedad si
la ley ampara lo que dicen los funcionarios.

2.6. EL DELITO DE AMENAZA CONTRA UN FUNCIONARIO PÚBLICO

Según GARCÍA DEL RÍO, este delito: “Consiste en usar violencia o amenaza contra un
funcionario público o un encargado de un servidor público, para obligarlo a realizar un acto
contrario a sus propios deberes o a omitir un acto de su cargo o servicio” 16. Es decir, el
objeto de este delito vendría a ser la necesidad de proteger contra la agresión de los
particulares de un modo mas inmediato, la libertad del Estado que se sirve del funcionario
para alcanzar sus fines.

En este caso el sujeto pasivo vendría a ser un funcionario público o contra quienes se dirige
la violencia, consumándose el delito por el uso de la amenaza o violencia, sin tener en
cuenta el efecto alcanzado.

JURISPRUDENCIA COMPARADA

 Caso saqueo de Ayuntamiento de Marbella- ESPAÑA


Malversación de caudales públicos: comportamiento típico, funcionario público, actuar en
lugar de otro, bien jurídico protegido. Delito de falsificación de documentos mercantiles:
bien jurídico protegido, comportamiento típico, circunstancias modificativas de la
responsabilidad penal.

Sentencia N° 4/2009 de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional de fecha 23 de enero


de 2009 (http://cdn01.pucp.education/idehpucp/wp-
content/uploads/2017/06/30192811/jurisentencia016.pdf)

CONCLUSIONES

13 Ibídem. P. 578
14 ABANTO VÁSQUEZ, Manuel. Ob.Cit.p.183
15 Ibídem.p.187.
16 GARCÍA DEL RÍO, Flavio.Ob.Cit.p.579
PRIMERA: Los delitos contra la Administración Pública perjudican el correcto
funcionamiento de los órganos públicos, tanto a nivel administrativo como a nivel judicial,
lo que repercute en los intereses de los administrados, pues sus derechos pueden verse
seriamente afectados al no contar con procedimientos eficaces y adecuados, que
garanticen decisiones legales y razonables de los funcionarios públicos. Por lo cual
debemos como administrados, informarnos acerca de este conjunto de delitos, para
denunciar a tiempo.

BIBLIOGRAFIA

SALINAS SICCHA, Ramiro (2018). Delitos contra la Administración Pública. Editorial


Grijley. Lima, Perú.
ABANTO VÁSQUEZ, Manuel A. (2001). Los delitos contra la Administración Pública en el
Código Penal Peruano. Primera Edición. Editorial Palestra Editores S.R.L. Lima, Perú.
GARCÍA DEL RÍO, Flavio (2004). Derecho Penal Parte General y Especial. Editorial
Ediciones Legales Iberoamericanas E.I.R.L. Lima, Perú.

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