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Literatura

El propio fray Luis dejó escrito su concepto de la poesía, "una comunicación del aliento celestial y divino", en
su De los nombres de Cristo, libro I, "Monte", "para que el estilo del decir se asemeje al sentir, y las palabras
y las cosas fuesen conformes":

Porque" [Cristo] es sólo digno sujeto de la poesía; y los que la sacan de él, y, forzándola, la emplean, o por
mejor decir, la pierden en argumentos de liviandad, habían de ser castigados como públicos corrompedores
de dos cosas santísimas: de la poesía y de las costumbres. La poesía corrompen, porque sin duda la inspiró
Dios en los ánimos de los hombres, para, con el movimiento y espíritu de ella, levantarlos al cielo, de donde
ella procede; porque poesía no es sino una comunicación del aliento celestial y divino; y así, en los Profetas
casi todos, así los que fueron movidos verdaderamente por Dios, como los que, incitados por otras causas
sobrehumanas, hablaron, el mismo espíritu que los despertaba y levantaba a ver lo que los otros hombres no
veían, les ordenaba y componía y como metrificaba en la boca las palabras, con número y consonancia
debida, para que hablasen por más subida manera que las otras gentes hablaban, y para que el estilo del
decir se asemejase al sentir, y las palabras y las cosas fuesen conformes.
Sus temas preferidos y personales, si dejamos a un lado los morales y patrióticos que también cultivó
ocasionalmente, son, en el largo número de odas que llegó a escribir, el deseo de la soledad y del retiro en la
naturaleza (tópico del Beatus Ille), y la búsqueda de paz espiritual y de conocimiento (lo que él llamó la
verdad pura sin velo), pues era hombre inquieto, apasionado y vehemente, aquejado por todo tipo de
pasiones, y deseaba la soledad, la tranquilidad, la paz y el sosiego antes que toda cosa:
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.

Este tema se reitera en toda su lírica, la búsqueda de serenidad, de calma, de tranquilidad para una
naturaleza que, como la suya, era propensa a la pasión. Y ese consuelo y serenidad lo halla en los cielos o en
la naturaleza:
Sierra que vas al cielo
altísima, y que gozas del sosiego
que no conoce el suelo,
adonde el vulgo ciego
ama el morir, ardiendo en vivo fuego:

recíbeme en tu cumbre,
recíbeme, que huyo perseguido
la errada muchedumbre,
el trabajar perdido,
la falsa paz, el mal no merecido.
Oda «Al apartamiento»

Como poeta desarrolló la lira como estrofa, pero prefería el endecasílabo para las traducciones de poetas
latinos y griegos, que por lo general realizaba en tercetos encadenados o en octava real.

“Oda a la vida retirada”


(1) ¡Qué descansada vida 1
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido; 5

(2) Que no le enturbia el pecho


de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado! 10

(3) No cura si la fama


canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera. 15

(4) ¿Qué presta a mi contento


si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado? 20

(5) ¡Oh monte, oh fuente, oh río!


¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso. 25

(6) Un no rompido sueño,


un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero. 30

(7) Despiértenme las aves


con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido. 35

(8) Vivir quiero conmigo,


gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo. 40

(9) Del monte en la ladera,


por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto. 45

(10) Y como codiciosa


por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura. 50

(11) Y luego, sosegada,


el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo. 55

(12) El aire del huerto orea


y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido. 60

(13) Téngase su tesoro


los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían. 65

(14) La combatida antena


cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía. 70

(15) A mí una pobrecilla


mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada. 75

(16) Y mientras miserable-


mente se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando. 80

(17) A la sombra tendido,


de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado. 85
Apartados temáticos
Esta oda presenta las siguientes secciones de contenido:
-Las tres primeras estrofas (vv. 1-15): Presentación laudatoria de la vida tranquila y alejada de las pasiones
humanas, alabando la sabiduría de esa elección por parte de un hombre sabio al que no le afectan las
lisonjas interesadas. Los verbos en tercera persona indican que se habla de alguien indefinido.

-Las estrofas 4-6 (vv. 16-30) forman una segunda sección en la que el yo poético establece un espacio físico y
emocional en el que vive o desea vivir: naturaleza sencilla, paz y equilibrio personal.
-Las estrofas 7-12 (vv. 31-60) desarrollan el tópico del locus amoenus; se trata de un lugar natural sencillo,
armonioso, equilibrado y apacible. Las aves, el huerto, la fuente y el aire son los elementos que refescan al
yo poético y le transmiten paz y certezas de orden espiritual.

-Las estrofas 13-14 (vv. 61-70) establecen una alegoría antitética respecto de lo anterior. Frente a la vida
serena previa, ahora se presenta a las personas ambiciosas y codiciosas. Bregan en sus vidas como un marino
en una tormenta. Son muchos los que encaminan su vida por estos pasos y acaban mal, llenando el mar con
sus cadáveres. Hemos de realizar una lectura espiritual, no física. Los hombres naufragan en su proyecto de
vida y en la búsqueda de la virtud; su muerte es espiritual, no necesariamente física.

-Las estrofas 15-17 (vv. 71-85) forman la última sección de contenido. Posee un carácter recopilatorio y
conclusivo. Establece el contraste entre la vida serena y feliz del “sabio” que ha sabido armonizar su vida con
la naturaleza y con la divinidad frente al hombre ambicioso que lucha por adquirir riqueza y poder. Este
sufre, el otro goza; este perece, el otro se deleita con la armonía celestial que la naturaleza emite.

COMENTARIO DEL POEMA.


El primer paso que voy a seguir va a ser la división del poema en diferentes partes : la primera parte iría
desde el principio hasta el verso 20, una segunda parte abarca desde el verso 21 hasta el 40, otra parte
contiene los versos del 41 al 60 y la última desde el 61 hasta el final.

Esta estructura parece estar premeditada si tenemos en cuenta que del poema resultan cuatro partes y cada
una de ellas está compuesta por cuatro liras : riman el primer verso con el tercero y los restantes entre sí y
son endecasílabos el segundo y el quinto y heptasílabos los otros tres.

Si analizamos la primera parte del poema : “¡Qué descansada vida....con mortal cuidado ?...”. Las liras se
agrupan en dos : las dos primeras nos ofrecen un anhelo de la vida que lleva aquel que no desea riquezas y
huye del “mundanal ruido”. En las otras dos Fray Luis continúa desarrollando el mismo tema, el que huye de
la ciudad no busca la fama, el autor tampoco.

En la segunda parte Fray Luís se dirige a la naturaleza y afirma que necesita descansar y disfrutar de las
maravillas que esta le brinda. Quiere estar en soledad para lograr escapar de la vida mundana.

En la tercera parte nos hace la descripción del huerto donde va a refugiarse.

Por último, en la quinta parte del poema hace un llamamiento o una advertencia a los que viven pendientes
de las riquezas materiales y compara esta vida con la suya, la cual es mucho mejor ya que no tiene ninguna
preocupación.

Si analizamos dichas partes detenidamente, vemos que :


En la primera lira el adjetivo se antepone al nombre para darle más expresividad a la construcción y para
buscar la rima de “vida” con “escondida”. Con la alusión a los sabios se refiere a los estoicos ya que estos son
considerados como sabios en el Siglo de Oro en donde había gran imitación de los poetas clásicos. Con
“mundanal” se produce un epíteto ya que este adjetivo acentúa las características desfavorables que puede
tener el ruido.

Con la expresión “que no le enturbia el pecho” Fray Luís quiere decir que no le da o no siente envidia de las
riquezas : “el dorado techo” se identifica con los palacios del “sabio moro” con los que se relacionan las
obras suntuosas de España.

En la siguiente lira “no cura” equivale a “no se preocupa”, indica que no le importa que la fama llame a su
puerta. Fray Luís era conocido por sus escritos pero esto para el no tenía importancia, tampoco era amigo de
adulaciones falsas : “ni encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera”.

Aparece un paralelismo con la construcción “no cura” que se repite en los versos 11 y 13, recurso que se une
a la rima de estos dos versos.

Continúa con una pregunta que le da más énfasis al poema ya que se burla indirectamente de los que se
deshacen por encontrar el éxito. Fray Luís no le encuentra aliciente a la fama a que le señalen con el dedo.
De nuevo tenemos aquí la distorsión del orden de las palabras que además de darle expresividad a la
construcción busca la rima : “soy del vano dedo señalado”, “mortal cuidado”...

En esta lira es interesante señalar el significado que encierran dos palabras del primer y tercer verso
respectivamente. “ Presta” significa ayuda : “ qué ayuda a mi contento” ; “viento” , por su parte, tiene un
significado aquí muy distinto del literal, Fray Luís le da el sentido de fama, éxito..

Entre las figuras estilísticas de esta lira destacan la antítesis “ vivas y mortal” y la anáfora “si soy, (...) si en
busca..”

En la segunda parte del poema, el autor utiliza una exclamación como recurso estilístico dirigiéndose a los
elementos de la naturaleza : ¡ oh monte, oh fuente... !. Con esta exclamación introductoria se produce una
reduplicación de “oh” que a su vez aparece al principio del siguiente verso por lo que nos encontramos ante
un paralelismo. El artificio utilizado aquí por Fray Luís encierra la connotación de desesperación y deseo de
evadirse mediante su estancia en el campo. A esto se añade el contraste de la exclamación con la lira
anterior en la que realiza una pregunta.

Aparece una metáfora en la que Fray Luís es un navío, dicho tropo queda reforzado con la alusión que realiza
posteriormente de un “mar tempestuoso”, mar que es la ciudad.

En la siguiente lira compara el sueño que le ofrece la vida en soledad con la muerte “no rompido sueño”.
Esta es una comparación positiva ya que al ser Fray Luís practicante de la religión para él la muerte no es mas
que un descanso en el paraíso, un descanso parecido al que le ofrece la naturaleza.

De nuevo se produce el desorden de palabras en busca de la rima “no rompido sueño” rima con “ceño”.
Estando en el campo no se relacionará con la gente rica “ a quien la sangre ensalza” refiriéndose a los de
“sangre azul” o el “dinero”.

Continúa con la idea de soledad, él y la naturaleza : “despiértenme las aves”. Prefiere estar rodeado de
animales y no quiere tener a su lado a personas que solo actúan por interés.
En la octava lira reafirma la idea que nos ha ido mostrando con rodeos : “vivir quiero conmigo” (...) “a solas”.
Seguidamente se produce un asíndeton para enumerar los sentimientos que en soledad no experimenta : el
amor, el celo...

Continuando con la tercera parte del poema aparece el desorden de palabras con el mismo fin que en las
anteriores construcciones, buscar la rima : “por mi mano plantado tengo un huerto” y “ de bella flor
cubierto”. La flor encierra aquí un doble sentido ya que es la muestra de la seguridad y de la esperanza, si los
árboles y las plantas contienen flores darán fruto “el fruto cierto”. Fray Luís nos indica que no le van a faltar
frutos con los que alimentarse, en la lira siguiente añade el agua. Comida y agua son imprescindibles para
vivir, lo necesario se lo ofrece el campo, no necesita nada más.

En “la cumbre airosa” se produce un epíteto, en las cumbres siempre corre el aire. El agua desciende
“corriendo”. Cuando llega a la ladera ya está “sosegada”. Con estos adjetivos el autor nos transmite la idea
de que el agua desciende rápidamente ansiosa por llegar al huerto, una vez en la ladera se encuentra
sosegada, el autor nos muestra con la descripción del trayecto del agua su propio trayecto y sensaciones,
nervioso en la ciudad, tranquilo en el campo.

En la lira número 11 de nuevo aparece un paralelismo : “el paso”, “el suelo”.

Después de describir la tierra y el agua, hace alusión al aire que es suave “manso ruido” que le hace olvidarse
del oro y del “cetro” (del poder). En “oro” tenemos una metáfora con la que se designa a las riquezas y en
“manso ruido” aparece una antítesis con la que se nos muestra que el aire del campo es distinto al de la
ciudad, es “manso”.

Ya en la última parte del poema, Fray Luís se dirige de nuevo a los que viven en la ciudad. Él se comparaba
con un navío destrozado y aquí aparece el “leño” con el que se refiere a una nave insegura que con los
vientos “cierzo” y “ábrego” puede naufragar. Continúa con esta metáfora y describe un naufragio en el que
todos los tesoros se hunden y van al mar “ la mar enriquecen a porfía”. De este modo Fray Luís nos indica
que él, sin posesiones, nunca tendrá los problemas de la gente codiciosa y adinerada que de la noche a la
mañana se pueden encontrar sin nada. A él todas las riquezas le sobran y le basta con una “pobrecilla mesa”
“de pan abastecida”.

Las dos últimas liras ofrecen un resumen de todo lo desarrollado en el poema : los “otros” sólo tienen sed de
poder y esto les corroe mientras que él está tranquilamente tumbado a la sombra y disfrutando de los
deleites de la naturaleza.

Es de destacar el encabalgamiento partiendo una palabra en dos e imitando a Horacio : “miserable-mente”.


Con la expresión “el peligroso mando” hace referencia al poder.

En la última lira nos encontramos con un retruécano : “tendido yo a la sombra”, “a la sombra tendido”, con
esta repetición de palabras queda unida la idea que comenzó a gestarse en el último verso de la lira 16 y
termina desarrollándose en el final del poema. Fray Luís cierra el poema corroborando todo lo dicho
anteriormente, en el campo está tranquilo escuchando el son de un “plectro sabiamente meneado”. El poeta
prefiere escuchar tranquilo la armonía del universo , cuyo plectro pulsa sabiamente Dios.

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