PELIGRO DE EXTINCIÓN DE LOS ANIMALES EN LA ACTUALIDAD:

EL ELEFANTE

Cada vez es más frecuente escuchar a los científicos referirse al peligro de extinción
que enfrentan algunas especies. A nivel mundial, el rinoceronte negro occidental, el
delfín chino de río, el león marino japonés y la tortuga de Abingdon son solo algunos
ejemplos de animales que ahora solo veremos fotografiados en los libros de
biología. En Colombia, la foca monja del Caribe, el zambullidor de Cira, el pato pico
de oro, el bagre manchado del Magdalena y la tortuga golfina ya no figuran entre la
diversidad de especies de nuestro país (Russian, 2018). ¿Qué es lo que conduce a
la extinción de las especies?, ¿es el hombre el único responsable de los eventos de
extinción?, ¿es posible evitarla?

La extinción es la desaparición de todos los miembros de una determinada especie,

los motivos potenciales de esta incluyen eventos naturales relacionados con la
dinámica de los ecosistemas así como actividades antropogénicas tales como: la
pérdida de un recurso del cual la especie depende, la muerte de su último individuo,
la depredación directa, las enfermedades, un evento estocástico (e.g. erupción
volcánica), las actividades industriales y agropecuarias llevadas a cabo por el
hombre que conducen a la destrucción del hábitat y contribuyen con el cambio
climático, como resultado de la tala de árboles, la contaminación, la caza y la sobre
explotación de los recursos naturales, estos son las principales razones que
favorecen que diferentes especies en peligro desaparezcan de sus ecosistemas
paulatinamente (Pérez & Merino, 2011; Cumbre pueblos, 2017; Russian, 2018).

Con el tiempo, el impacto ambiental de las actividades humanas es cada vez fuerte
y con ello incrementan los casos de animales en peligro de extinción, pues son estas
especies las que asumen los efectos de la destrucción del ecosistema; esto ha
provocado que muchas especies de animales se encuentren en un hábitat con
escasos recursos para sobrevivir, afectando como consecuencia la cadena trófica
de todos los seres vivos y conduciendo finalmente a la muerte y desaparición de
diferentes especies y colocando en peligro de extinción a otras (Hotbook, s.f;
Wikipedia, 2019).

La acumulación de los daños que se ocasionan en el medio ambiente es más notoria

en aquellas zonas donde existe una alta biodiversidad; gracias a la ubicación
geográfica, algunos países tienen una amplia gama de ecosistemas capaces de
albergar muchas especies, cuando alguno de los eventos mencionados
anteriormente ocurre, la dinámica poblacional se ve alterada, limitando la vitalidad
de cada uno de los seres que forman parte de la cadena trófica de la vida y por ende
la supervivencia (Cumbre pueblos, 2017). Según un nuevo estudio, publicado
recientemente en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences”, que
analiza el declive mundial de vertebrados y las consecuencias de este sobre los
entornos naturales y los seres vivos que comparten hábitat con ellos,
aproximadamente dos especies de vertebrados desaparecen anualmente; así,
paulatinamente, de una manera casi silenciosa, es como se reduce la fauna en el
mundo (National Geographic España, 2017).

Más de 2.400 taxones de animales se encuentran actualmente en peligro de

extinción y otros 1.665 están en peligro crítico. Las autoridades intentan proteger a
estas especies para garantizar su conservación a través de diversas medidas
legales debido a que una vez que una especie se extingue se estima que
desaparecerá del planeta progresivamente, sin ninguna oportunidad futura de volver
a reaparecer; por lo tanto, todo el ecosistema se ve afectado incluyendo aquellas
especies que quedan en el ambiente, no solo en cuanto a la alimentación; sino
también por los cambios que se producen a nivel de los recursos de los alrededores
y el mantenimiento de la vitalidad de cada uno (Pérez & Merino, 2011; Cumbre
pueblos, 2017 ).

En representación de esto encontramos a un animal que desempeña una función

vital en el ecosistema, pero la caza y el tráfico ilegal de sus colmillos lo conducen
cada vez más a una situación extrema; el elefante. Se trata de una especie que
juega un papel importante en el mantenimiento y el equilibrio de la estructura de una
comunidad ecológica y si desaparece afectaría a las poblaciones locales en el
desarrollo económico y social.

Son especies claves (críticas) en el ecosistema pues actúan como los jardineros,
ingenieros y arquitectos de muchos hábitats. El elefante trabaja como dispersor de
semillas mediante su consumo, las transporta y luego las suelta a través de sus
excrementos. El tamaño total del cuerpo y su dieta, altamente frugívora, los hacen
particularmente importantes dispersores de semillas y son capaces de rejuvenecer
algunos hábitats debido a que constantemente transportan muchas especies
diferentes de semillas, y su capacidad de dispersarlas a grandes distancias es
mucha.

Después de esto la importancia del estiércol del elefante proporciona un entorno

adecuado en el que la germinación de las semillas puede crecer, pues proporcionan
nutrientes a los suelos, actuando como fertilizantes; muchas especies también se
alimentan de este. No solo facilita estas acciones, sino que también sirve como un
hábitat adecuado para ellos. Por ejemplo, muchos invertebrados, incluyendo
escarabajos, hormigas, ciempiés, milpiés, escorpiones, grillos, arañas y termitas se
encuentran viviendo allí. Los elefantes también proporcionan agua para otras
especies, recorriendo varios kilómetros en busca de este recurso hídrico y
recuerdan los puntos subterráneos en los que van a cavar pozos. Esta agua sirve
también para otros animales, lo que les permite beber.

Estos grandiosos animales son como los ingenieros, que alteran y modifican los
hábitats empujando los árboles, extrayendo su corteza y alimentándose de sus
ramas; así, despejan varios bosques densos, lo que permite la proliferación de las
especies en los huecos de luz que se crean. Estos espacios de luz ayudan a
diversificar los bosques tropicales. Los elefantes crean y amplían estas deficiencias
y, en el proceso, abren una capa de tierra más productiva y variada para una gama
de otros vertebrados, incluidos los gorilas, cerdo del bosque, cerdo salvaje, bongo,
búfalos y duiker.

Los elefantes asiáticos y africanos se enfrentan a drásticos descensos de la

población debido a la pérdida y fragmentación del hábitat. El número de estos seres
vivos en todo el mundo se ha desplomado en el último siglo. Si no hacemos nada
para ayudar a estas hermosas criaturas, van a extinguirse. No sólo sería una
tragedia permitir que esto ocurra, sino que la pérdida de los elefantes tendría efectos
perjudiciales en todo el ecosistema.

Una propuesta que trae de nuevo la esperanza ante la extinción de los animales es
la clonación aunque el éxito aún no está asegurado. Los investigadores han
observado algunos efectos adversos para la salud en los mamíferos que han sido
clonados, éstos incluyen un aumento en el tamaño al nacer y una variedad de
defectos en los órganos vitales, tales como el hígado, el cerebro y el corazón, otras
consecuencias incluyen envejecimiento prematuro y problemas con el sistema
inmunitario.

Las razones no son del todo claras, pero es probable que entre las causas estén los
errores de reprogramación, esencialmente en el núcleo del óvulo del donante donde
se aferra a un tipo de memoria genética y se resiste al reemplazo que cuenta con
un nuevo material genético; aunque algunos expertos piensan que la clonación
puede salvar a muchas especies que de otra manera desaparecerían, además con
el paso del tiempo y la rápida evolución de la ciencia se podrán lograr muchas cosas.

Por otra parte, a las especies listadas bajo el estatus de la Lista Roja elaborada por
la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) no se les
conoce especímenes vivos en estado salvaje o natural, y los únicos ejemplares
existentes son mantenidos en zoológicos u otros ambientes artificiales. Algunas de
estas especies están extintas funcionalmente, debido a que ya no forman parte de
su hábitat natural y es poco probable que sean reintegradas a la naturaleza. Algunas
instituciones intentan mantener una población viable para las especies que, si es
posible, puedan reintroducirse a su estado natural mediante programas de crianza
cuidadosamente planificados por lo que diversos grupos conservacionistas trabajan
de distintas maneras en la protección de estas especies (Lechuga, 2015).

En conclusión, la rápida destrucción del ecosistema, independientemente de que evento

ocurra, sea ambiental o humano, afecta directamente la diversidad de especies de una
región y puede conducir a su parcial o total ausencia, esto daría lugar a zonas con escasa
biodiversidad y limitar las capacidades vitales y las óptimas características que hacen que
el planeta cuente con vida dentro de él (Cumbre pueblos, 2017). No solo especies animales
están en vía de extinción, muchas especies de plantas también lo están; por lo tanto,
debemos hacer esfuerzos para que nuestro impacto en el ambiente y entorno natural sea
menor y profundizar sobre las medidas que hay que tomar para lograr resultados
satisfactorios en el marco de la preservación de la fauna, la flora y los ecosistemas de
nuestro país y del mundo entero (Alcaldía Mayor De Bogotá, s.f). Sin embargo, hay que
plantearse algo más. De poco servirá clonar esos animales si no se modifican al
mismo tiempo las causas que les han llevado al borde de la extinción, ya sea la caza
masiva de ejemplares o las agresiones al hábitat en el que sobreviven.

Bibliografía
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