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Manuel Scorza

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Manuel Scorza

Información personal

Nacimiento 9 de septiembre de 1928


Lima, Perú

Fallecimiento 27 de noviembre de 1983


Madrid, España (55 años)

Causa de la
Accidente de aviación
muerte

Nacionalidad Perú

Educación

Educado en  Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Información profesional

Ocupación Novelista
Poeta

Años activo 60s

Movimiento Neoindigenismo

Géneros Novela, poesía

Distinciones Premio Planeta

[editar datos en Wikidata]

Manuel Scorza Torres (Lima, 9 de septiembre de 1928 - Madrid, 27 de


noviembre de 1983) fue un novelista, poeta, político1 y editor peruano de la Generación del
50, atento a los fenómenos sociales y observador de los problemas del Perú de la época
que le cupo vivir. Uno de los más altos narradores perteneciente al Indigenismo o
Neoindigenismo peruano, junto con sus compatriotas Ciro Alegría y José María Arguedas,
cultivador del realismo mágico, andino. Ganó los dos primeros premios en los Juegos
Florales del IV centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (1952) y obtuvo
el Premio Nacional de Poesía José Santos Chocano (1956).
Índice

 1Biografía
 2Obras
o 2.1Poesía
o 2.2Novelas
 3Referencias
 4Véase también
 5Enlaces externos

Biografía[editar]
Nacido en la maternidad de Lima, viaja a Huancavelica por razones de salud en 1935.
Luego de tres años de vivir en Acoria (Huancavelica) regresa a Lima, en donde realizó su
formación escolar en el Colegio Militar Leoncio Prado, el mismo donde estudiaron también
el novelista Mario Vargas Llosa y el periodista César Hildebrandt, entre otros.
En 1945 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y comenzó una etapa de
febril actividad política, militando en el Apra.2
En 1948, a los 20 años, Scorza tenía que salir del país urgentemente en calidad
de exiliado tras el golpe de estado del general Odría y la implantación de un gobierno
autoritario. Se estableció en París, Francia, donde aprendió francés y obtuvo un trabajo de
cierto prestigio: lector de español en la Escuela Normal Superior de Saint-Cloud.
Muchos de los versos que integrarían su primer poemario, Las imprecaciones (1955), son
fruto del desconsuelo en que se hallaba inmerso.Vuelve al Perú durante el gobierno de
Manuel Prado, que contaba con el apoyo de los apristas. En 1956 empezó a dirigir la
edición de los populibros que duró hasta 1965, incluyó autores peruanos, latinoamericanos
y universales de los llamados indigenistas o progresistas.3
Sin embargo, fue en su obra narrativa, de la que Alejo Carpentier, el abarrocado, fue uno
de sus maestros, donde Scorza encontró el espacio ideal para tocar a profundidad los
problemas del Perú profundo: contradicción entre los campesinos y la explotación minera
por grandes compañías extranjeras.
Su primera novela, Redoble por Rancas (1970), forma parte de un ciclo denominado "La
balada", "las Cantatas" o "La guerra silenciosa", donde, desde una óptica eminentemente
poética que fusiona mitos ancestrales e historia, Scorza muestra la antigua lucha de
los campesinos para recuperar sus tierras. Las demás novelas que componen este
ciclo, Historia de Garabombo el Invisible (1972), El jinete insomne (1977), Cantar de
Agapito Robles (1977) y La tumba del relámpago (1979), continúan uniendo el realismo
social a la fantasía poética. Esta serie de novelas, traducida a más de cuarenta idiomas, se
ha constituido en una de las más difundidas y reconocidas de la literatura peruana en este
siglo.
En 1968, en plena efervescencia de las luchas campesinas en la sierra central y en virtud
a su activa participación a través de un movimiento político indigenista, tuvo que
abandonar de nuevo el país. Llevó consigo dos manuscritos: El vals de los
reptiles y Redoble por Rancas, un poemario y una novela respectivamente, ambos
de 1970.
En 1981 fue el primero de una lista de escritores de fama internacional que el diario Il
Mattino había invitado a Nápoles para que escribieran una serie de artículos sobre la
ciudad que un terremoto había vuelto a asolar tras un leve resurgimiento en los años 1980.
En 1983 y después de haber publicado en febrero de ese año su última novela, La danza
inmóvil, que significaba una ruptura radical con el ciclo de "La guerra silenciosa", el Boeing
747 Vuelo 11 de Avianca en el que iniciaba viaje rumbo a Bogotá junto a otros
intelectuales para participar en un congreso que pretendía hacer balance de la cultura
hispanoamericana, se estrelló contra una colina en su aproximación al aeropuerto
de Madrid.

Obras[editar]
Poesía[editar]

 Las Imprecaciones (1955)


 Los adioses (1959)
 Desengaños del mago (1961)
 Réquiem para un gentil hombre (1962)
 Poesía amorosa (1963)
 El vals de los reptiles (1970)
 Poesía completa (2012)
 La Casa Vacía
Novelas[editar]
 Ciclo de novelas La Guerra Silenciosa:
Redoble por Rancas (1970)
Historia de Garabombo el Invisible (1972)
El jinete insomne (1977)
Cantar de Agapito Robles (1977)
La tumba del relámpago (1979)

 La danza inmóvil (1983)

Biografía de Manuel Scorza


Personajes Ilustres › Biografía de Manuel Scorza

Manuel Scorza
Nació el 9 de diciembre de 1928 en la Maternidad de Lima. Parte de su infancia la vivió
en un manicomio. "Yo me he criado en el hospital Larco Herrera. Es allí donde tengo
mi primer contacto con la locura", expresó, durante una entrevista, al estudioso francés
Roland Forgues.
Poeta, narrador, editor cultural, Manuel Scorza (1928 -1983) fue, ante todo, un
personaje que por medio de sus obras expresó un "temperamento profundamente lírico y
galante".
Scorza sufría de asma, enfermedad por la cual fue llevado por sus padres a las tierras
andinas del Perú. Al respecto, señaló: "mi padre decidió que mejor nos vayamos a la
sierra, al pueblo de mi madre, Acobamba, en Huancavelica, a unas leguas de Huayanay.
Pero se quedó en el camino. No llegamos a Acobamba, sino que mi padre se animó a
ponerse una tienda y panadería en Acoria, a poca distancia del pueblo de mi madre".
En Huancavelica, el niño Scorza se topa con una realidad innegable: el atraso de los
pueblos serranos. Por ello, años después, dijo: "Quienes tenemos sangre india sabemos
que este abismo ha existido siempre. Aunque es cierto que yo tampoco hablo quechua.
En mi infancia entendía el quechua, desgraciadamente nunca llegué a hablarlo, porque
aún en los departamentos más pobres del Perú hay grandes barreras, y mi familia en
Acoria se había convertido en una familia de pequeños comerciantes, y eso nos
diferenciaba de los indios".
San Marcos y la política
El autor de Las imprecaciones estudió en el colegio religioso Salesiano de Huancayo.
Luego culminó sus estudios en el colegio militar Leoncio Prado.
En aquella época, según narra el propio Scorza, los superiores del citado centro de
estudios lo invitaban para que siguiera una carrera militar debido a sus altas
calificaciones y rendimiento. Pero lo suyo se encontraba en el campo no de las batallas,
sino de la literatura.
Más tarde ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos donde habían comenzado a asomar algunos poetas jóvenes. Ahí estaban
Francisco Bendezú, Alberto Escobar, Pablo Macera, Rodolfo Milla, entre otros.
La militancia política de Scorza se inició desde las aulas del colegio militar Leoncio
Prado donde integró, de manera clandestina, una de las cédulas del partido aprista
peruano. Su relación con dicho partido político fue intenso, pero llegó a su fin con un
documento titulado Good bye, mister Haya, en el que expresó todas las críticas que
había acumulado y planteado durante su militancia. Rompió definitivamente con el
Apra en 1963 para, luego, militar en la izquierda.
Sus obras
Describió la vida dura y amarga de la población andina, aunque también guardó buenos
y bellos recuerdos de los paisajes los pueblos serranos del país."Cuando en alguno de
mis libros (Las imprecaciones) hablo de pueblos de una sola calle por donde nunca pasó
la dicha, estaba pensando en la larga calle de Acoria. Acoria es en mi memoria un
pueblo precioso...", dijo con cierta nostalgia y alegría.
Los poemarios Los adioses, Desengaños del mago, Requiem por un gentilhombre, entre
otros, son una clara muestra del talento y del dominio de la imagen.
Sobre sus versos el maestro Luis Alberto Sánchez tuvo las siguientes palabras: "Scorza
es un poeta grato al oído y a la lágrima". Y, diremos, no sólo en el ámbito de la poética
sino también en la narrativa, principalmente con la célebre novela Redoble por Rancas.
Editor de los famosos Populibros, Manuel Scorza enriqueció las letras peruanas por
medio de sus poemas y libros publicados.
Scorza, Manuel
Miércoles, 14 de Septiembre de 2011 00:00
BIOGRAFÍA
Manuel Scorza nació el 9 de septiembre de 1928 en Lima. Estudió en el Colegio Militar
Leoncio Prado y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde comenzó una etapa
de febril actividad política que le obligó a partir hacia el exilio, tras el golpe de estado del
general Odría y la implantación de la dictadura. Se estableció en París donde fue lector de
español en la Escuela Normal Superior de Saint-Cloud.
Su primer poemario, Las imprecaciones, fue publicado en 1955. Tras la caída de la dictadura
pudo volver a Perú.
Se dedicó a intentar que la literatura llegara al pueblo a través del Primer Festival del Libro
en el que se hizo con una selección de autores clásicos americanos. Se trataba de editar a
bajo precio
Su primera novela, Redoble por Rancas (1970), forma parte de un ciclo denominado "La
balada", "las Cantatas" o "La guerra silenciosa", donde, desde una óptica eminentemente
poética que fusiona mitos ancestrales e historia. Las demás novelas que componen este
ciclo, Historia de Garabombo el Invisible (1972), El jinete insomne (1977), Cantar de Agapito
Robles (1977) y La tumba del relámpago (1979), continúan uniendo el realismo social a la
fantasía poética.
En 1968 tuvo que abandonar de nuevo el país a raíz de su implicación en las luchas
indigenistas campesinas.
En 1983 apareció la que se convertiría en su última novela, La danza inmóvil.
Murió trágicamente el 28 de noviembre al estrellarse el avión en que viajaba en las
inmediaciones de Madrid.

BIBLIOGRAFÍA
Las Imprecaciones (1955)
Los adioses (1959)
Desengaños del mago (1961)
Réquiem para un gentil hombre (1962)
Poesía amorosa (1963)
El vals de los reptiles (1970)
Poesía incompleta (1970)
Ciclo de novelas "La Guerra Silenciosa":
Redoble por Rancas (1970)
Historia de Garabombo el Invisible (1972)
El jinete insomne (1977)
Cantar de Agapito Robles (1977)
La tumba del relámpago (1979)
La danza inmóvil (1983)
PREMIOS:
Juegos Florales de la Universidad Nacional de México
Premio Nacional de Poesía Peruana (1956)
El autor: Apunte biobibliográfico
La trayectoria vital de Manuel Scorza
Manuel Scorza (1928-1983) dejó sin desmentir afirmaciones erróneas sobre su
biografía, a menudo atribuidas por sus entrevistadores y críticos, e incluso contribuyó de
forma destacada a la confusión informativa alrededor de su persona. A lo largo de su
trayectoria Scorza prefirió siempre acentuar sus orígenes familiares indígenas, aunque
naciera en Lima, la capital del Perú, el 9 de septiembre de 1928. Posteriormente, por
cuestiones de salud, por su asma, su familia se instaló en la sierra, en el departamento de
Huancavelica, y se afincó en Acoria, cerca del pueblo natal de su madre, Acobamba,
donde su padre abrió una panadería. En este ambiente serrano se desarrollaron los años
que, al parecer, proporcionaron a Scorza las experiencias de primera mano sobre la vida
en una aldea andina, que tan importantes resultaron después para su obra creativa.
Pasados unos años, la familia decidió volver a Lima, y el padre de Scorza instaló un
puesto de venta de periódicos y revistas, hecho que, sin duda, facilitó la inmersión en la
lectura del futuro escritor. Más adelante, Scorza regresó a la sierra, como interno en un
colegio salesiano, en Huancayo, por una recaída en su enfermedad. Después, volvió de
nuevo a la capital e ingresó en el Colegio Militar «Leoncio Prado», institución frecuentada
por alumnos de todas las clases sociales, en especial de la pequeña burguesía. En efecto,
se trata de la misma escuela donde Mario Vargas Llosa estudió años después y que más
tarde retratará, crudamente, en su novela La ciudad y los perros (1963). Durante sus
últimos años en el colegio militar, Scorza comenzó a participar en protestas políticas y se
integró en una célula clandestina del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana).
Así, en 1946, a los dieciocho años de edad, el futuro escritor se matriculó en la politizada
Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima, para seguir la carrera de Filosofía y
Letras, participó de forma activa en la política universitaria y continuó en el APRA, que en
aquellos momentos era un partido legalizado e implicado en la dirección política del país,
debido a que entre 1945 y 1948 ocupó la presidencia del Perú José Luis Bustamante
Rivero, elegido por una coalición del APRA, el Partido Comunista y otros partidos de
izquierda. En esta situación, algunos sectores del APRA, con los que simpatizaba Scorza,
pretendían forzar un cambio revolucionario que impidiera un posible golpe de la derecha.
Sin embargo, las tensiones sociales que se generaron por la política desarrollada por el
gobierno de Bustamante Rivero condujeron finalmente al temido golpe de estado, en el
año 1948, que fue encabezado por el general Manuel A. Odría, cuya dictadura se mantuvo
hasta 1956, período conocido como el Ochenio. Debido a su militancia política y a un
incidente relacionado con la publicación de su poema «Rumor en la nostalgia antigua», por
el que fue detenido, y sin haber podido siquiera terminar sus estudios, Scorza se vio
obligado a abandonar el Perú en 1948.
Durante sus primeros años de exilio, entre 1949 y 1952, Scorza vivió en Chile,
Argentina y Brasil, y desempeñó diversos trabajos, como vendedor de libros, de perfumes,
lector de pruebas y conferenciante ocasional, y también profundizó en su formación
ideológica. De 1952 a 1956, Scorza vivió de forma estable en México[1], donde pudo
continuar sus estudios literarios, esta vez en la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM). Por aquel entonces publicó el ensayo «Una doctrina americana», que apareció
en la revista mexicana Cuadernos Americanos en 1952. El artículo se ocupaba de los
fundamentos ideológicos del aprismo, así como de la posición política del autor como
miembro del APRA. El artículo insistía en los valores fundacionales de la ideología del
aprismo, que en esos momentos se declaraba antiimperialista y anticomunista, y
reclamaba una redistribución más justa de la riqueza, así como la unidad política y
económica de Latinoamérica, en la estela del panamericanismo bolivariano. Un año más
tarde, Scorza no se extrañó demasiado cuando los dirigentes apristas efectuaron un giro a
la derecha. De forma significativa, Víctor Raúl Haya de la Torre, el líder e ideólogo del
APRA, cambió su antigua oposición a las inversiones extranjeras, especialmente las
americanas, en el Perú. Por este motivo, Scorza, como muchos otros apristas ya
descontentos con la evolución de la dirección del APRA, abandonó el partido y anunció su
ruptura ideológica en una carta abierta titulada sarcásticamente «Good-bye, Mister Haya».
En 1952, Scorza publicó también un corto pero comprometido poema titulado «Canto
a los mineros de Bolivia», que puede considerarse programático. En el poema, Scorza se
une a las quejas de los mineros, a los que llama sus «hermanos», con quienes dice
compartir sus deseos y ansias. Para expresar su gratitud por este poema, así como por
otras actividades en su apoyo, los sindicatos de mineros bolivianos invitaron a Scorza al
primer aniversario de la Revolución Nacional de su país. Tras su visita en abril de 1953,
Scorza escribió un largo ensayo titulado «La independencia económica de Bolivia» donde
analizaba lo sucedido en Bolivia durante los años 50, hecho que el autor vio como un fin a
la explotación de los campesinos y mineros indios de toda América. Es también revelador
del creciente interés de Scorza por la cuestión indígena y la lucha por su liberación -tanto
económica como política- que escribiera poco tiempo después una breve biografía sobre el
padre de la independencia mexicana, Miguel Hidalgo. Este libro, casi panfletario,
titulado Hidalgo (México, Instituto Nacional Indigenista, 1956), fue publicado
anónimamente como parte de una serie que el Instituto Nacional Indigenista de México
dedicó a las vidas de mexicanos insignes, dirigida al público infantil y con ilustraciones.
En el ensayo sobre Bolivia es posible apreciar la coincidencia de dos temas que
tomarán una posición central en la evolución posterior de la obra de Manuel Scorza,
aunque nunca más sean tratados en forma de ensayo. Se trata de la cristalización de sus
posiciones políticas (ya bastante definidas en su artículo anterior sobre el aprismo) en
torno al antiimperialismo y a la reivindicación de un nacionalismo de izquierdas
panamericano, por una parte, y al descubrimiento del problema de la explotación de los
indios y la posesión de la tierra que, desde su punto de vista, configuraba una realidad que
había sido pasada por alto incluso por ciertos sectores de la izquierda latinoamericana.
Este último punto ya había sido desarrollado por José Carlos Mariátegui en su ya
clásico Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928).
Los cambios políticos del Perú facilitaron a Scorza una vía de retorno a su país. En
1956, en las elecciones generales convocadas por el general Odría, fue elegido como
presidente el candidato liberal Manuel Prado, que ya había gobernado el país entre 1939 y
1945, en esta ocasión apoyado por una APRA derechizada. Fruto -en parte- de estos
cambios políticos, Scorza obtuvo aquel mismo año en el Perú el Premio Nacional de
Poesía -que llevaba el nombre de «José Santos Chocano»-, por su libro Las
Imprecaciones, publicado un año antes en México, lo que le abrió las puertas de una
vuelta a su país con un cierto reconocimiento. Scorza volvió en 1957 al Perú, donde
permaneció durante los siguientes once años. Poco después de su regreso, se casó con
Lydia Hoyle, con quien tuvo dos hijos: Manuel Eduardo («Manuco») y Ana María. A partir
de su regreso Scorza desarrolló una serie de iniciativas editoriales que le reportaron una
amplia reputación en el país[2].
Scorza desarrolló una intensa actividad como editor durante una década, de 1956 a
1966, aproximadamente. Comenzó en el Perú con los llamados Festivales del Libro, bajo
los auspicios del Patronato del Libro Peruano, una iniciativa privada ideada por un grupo
de escritores que había sufrido el exilio, entre los que se contaba el propio Scorza. Este
proyecto pretendía acercar el libro, considerado entonces un objeto de lujo en el Perú, a su
público real eliminando la barrera de los intermediarios que encarecían su coste: los libros
se vendían en las plazas, en puestos callejeros, y se apoyaba su lanzamiento con
campañas publicitarias en prensa que incluían a menudo la presencia del autor y la firma
de ejemplares. Por otro lado, el abaratamiento del libro también era posible gracias a las
grandes tiradas de ejemplares -del orden de los 10 000 por título, para empezar-, al
empleo de técnicas de imprenta como el offset, además del papel de baja calidad, y al
apoyo económico de empresas patrocinadoras. De este modo podían venderse los libros
al módico precio de tres soles de la época. Por otra parte, el prestigio de estos festivales
se apoyaba en la nómina de colaboradores, entre los que se encontraban escritores como
José Durand, Manuel Mujica Gallo, Estuardo Núñez y Sebastián Salazar Bondy[3], por citar
sólo a unos pocos, que se encargaban de elaborar los prólogos y seleccionar los textos
para las antologías publicadas.
Los dos primeros festivales se dedicaron a autores peruanos, a divulgar las obras
imprescindibles de su literatura nacional, desde el Inca Garcilaso a César Vallejo, pasando
por Ricardo Palma o Manuel González Prada, entre otros. En cambio, los dos últimos, con
el título de «Grandes Obras de América», se abrieron a la literatura del resto del
subcontinente. Continuaron publicándose textos de autores peruanos, como Ciro Alegría o
José María Arguedas, pero se dio cabida a escritores invitados como Rómulo Gallegos o
Jorge Icaza. Tras dos años, una vez agotado el filón peruano, Scorza decidió expandir su
empresa por otros países hispanoamericanos para repetir su éxito. Así surgió la
Organización Continental de los Festivales del Libro (ORCOFELI), cuya primera escala fue
Venezuela, donde el autor peruano contactó con el poeta y ensayista Juan Liscano -quien,
años más tarde, estaría al frente de la prestigiosa editorial Monte Ávila, donde Scorza
publicaría parte de su obra- para dirigir la «Biblioteca Básica de Cultura Venezolana». En
esta colección publicó, de 1958 a 1960, los títulos más importantes de la literatura
venezolana, desde Rómulo Gallegos -a quien se dedicó una serie especial- a Teresa de la
Parra, pasando por Arturo Uslar Pietri, Miguel Otero Silva y tantos otros. A continuación,
Scorza dio el salto a Colombia, donde eligió al también novelista Eduardo Caballero
Calderón como presidente de honor para coordinar los Festivales del Libro Colombiano,
aunque la dirección efectiva recayó en manos del periodista Alberto Zalamea, hijo del
poeta Jorge Zalamea. Tras un intento fallido en Centroamérica, Scorza exporta su idea,
finalmente, a Cuba. Allá la dirección del Festival del Libro Popular Cubano fue a manos de
Alejo Carpentier, a quien Scorza consideraba un maestro y con quien le unía una relación
de amistad; sin embargo, debido, al parecer, a los problemas económicos inmediatos
surgidos tras la revolución cubana, Scorza se arruinó. Hacia 1959, Scorza ideó una nueva
colección de libros de bolsillo, denominada Bolsilibros, que también quería que dirigiera
Alejo Carpentier, pero no llegó a cuajar debido a la quiebra de la Organización Continental
de los Festivales del Libro. Este proyecto, de algún modo, adelantaba la que sería, más
adelante, en 1963, su última aventura editorial, Populibros Peruanos, cuyo nombre
indicaba ya su principal objetivo: la popularización del libro en el Perú, con lo que
retomaba, de algún modo, el espíritu que animaba los Festivales del Libro. En esta
ocasión, la publicación de textos de la literatura peruana no se limitó a los clásicos, sino
que dio a conocer a nuevos autores, de temática urbana, como Julio Ramón Ribeyro,
Mario Vargas Llosa, Enrique Congrains, Luis Loayza u Oswaldo Reinoso. Por otra parte,
también dio cabida a obras de la literatura hispanoamericana y universal (como Papá
Goriot de Honoré de Balzac, Madame Bovary de Gustave Flaubert, El eterno marido de
Fiodor Dostoievski). El éxito de este proyecto se prolongó durante dos años, a lo largo de
doce series, de cinco títulos cada una. No obstante, Populibros Peruanos se vio abocada
también a la ruina tras la prohibición de venta pública llevada a cabo por la Municipalidad
de Lima: al parecer, el detonante fue el secuestro de la edición de El amante de Lady
Chatterley de D. H. Lawrence, considerada escandalosa por las autoridades.
A pesar de la relativa fugacidad de todas estas iniciativas, Scorza puso en evidencia
la existencia de un público potencial, masivo, ignorado hasta entonces, y la necesidad de
abastecerlo. En este sentido, de algún modo, abrió el camino, con sus aciertos y sus
errores, a posteriores empresas editoriales de mayor envergadura en América Latina.
Además, con esta experiencia, Scorza aprendió, desde luego, las estrategias del mercado
editorial, el papel de la publicidad y el marketing, que más tarde le sirvieron de gran utilidad
a la hora de planear su lanzamiento como narrador[4]. Paralelamente, siguió escribiendo y
publicando poesía, como lo demuestra en Los adioses (1960), Desengaños del
mago (1961), «Réquiem por un gentilhombre» (1962) y, más tarde, «Cantar de Túpac
Amaru» (1969) y El vals de los reptiles (1970).
Parece existir una clara relación entre la marcha de Scorza del Perú en 1967 -tras
divorciarse de su primera esposa y conocer a Cecilia Hare, que se convertiría en la
segunda-, su establecimiento permanente en París a partir de 1968 y su conversión en
narrador, en escritor de novelas. En el agitado universo parisino de finales de los años
sesenta, Scorza desembarcó como un intelectual latinoamericano más, con muchas
ambiciones, algunos contactos importantes -fruto de su anterior labor de editor- y escasos
recursos. Son los momentos en que el boom latinoamericano empieza a tener repercusión
en el universo francófono, como parte de su proceso de internacionalización, puesto que
ya son conocidos en Europa autores como M. Vargas Llosa o J. Cortázar[5]. Scorza trae
consigo todos los materiales que había estado recopilando sobre las rebeliones
campesinas en el Perú, desde su implicación en el Movimiento Comunal de Cerro de
Pasco desde 1961: documentación, cintas, fotos, entrevistas, etc., dispuesto a escribir algo
importante sobre su país, con la perspectiva que da la distancia. No está claro en qué
momento concibe Scorza la posibilidad de transformar su historia en una novela y, más
tarde, en un ciclo novelístico. En todo caso, lo que sí está claro es que la intención original
de Scorza no era escribir una novela, sino un ensayo, como ya hemos anticipado:
«En París escribí un informe de Rancas. Lo releí y se lo leí a amigos y todo. Vi que le
faltaba el corazón; no veía lo que yo había visto. Y entonces un día lo que hice fue arrojar
todo esto y soñar la realidad, como si yo estuviera adentro. Y escribí Redoble por
Rancas»[6].

Sin ser demasiado consciente de su objetivo, Scorza redactó Redoble por Rancas en
forma de novela, probablemente entre finales de 1968 y principios de 1969[7]. Su método
de escritura era bastante compulsivo, escribía con rapidez, pero retocaba largamente los
borradores, hasta llegar a redactar más de diez versiones para cada página. En la
segunda mitad del año 1969, Scorza envió manuscritos de su obra a diversas editoriales,
sin obtener respuestas positivas, siendo rechazado en diversas ocasiones. Al mismo
tiempo, también la envió al Premio Planeta. Aunque resultase ganador el veterano Ramón
J. Sénder por En la vida de Ignacio Morel, la novela de Scorza quedó finalista, tras una
votación ajustada (tres contra dos), y en los meses siguientes la editorial Planeta optó por
publicarla -visto el éxito que otras editoriales, como Seix Barral, obtenían con autores
latinoamericanos-. Después de la publicación en Barcelona de Redoble por Rancas vino el
impacto: la novela tuvo una buena acogida, se convirtió en un éxito editorial, y su autor
empezó a ser reclamado por la prensa especializada.
En el Perú, la publicación de la novela fue acogida con sorpresa en el ámbito
intelectual, pero en el contexto de los primeros años del gobierno revolucionario militar del
general Juan Velasco Alvarado, también fue interpretada como una cierta justificación del
proceso de reforma agraria y de transformación socialista que se estaba emprendiendo.
En este sentido, la liberación por intervención directa del presidente, de Héctor Chacón, el
«Nictálope» en Redoble por Rancas, que se hallaba cumpliendo condena en prisión, el 28
de julio de 1971, después de una carta de Scorza aparecida en la revista Caretas y la
respuesta del propio «Nictálope» desde el penal del Sepa en la selva peruana, dio
efectividad y resonancia a la obra de Scorza, como él mismo contó incansablemente en los
años posteriores, puesto que la ficción había alterado la realidad, algo infrecuente en la
historia de la literatura.
Desde principios de los años setenta, la vida de Scorza en París se convirtió en la de
un escritor de éxito, con ediciones de sus nuevas novelas (en 1972 aparecería Historia de
Garabombo, el Invisible, también en Planeta), frecuentes viajes por Europa y
Latinoamérica, apariciones en televisión y abundantes entrevistas en medios periodísticos
y revistas especializadas. Entre sus amistades de entonces se contaban otros novelistas
latinoamericanos de éxito afincados por aquella época en París:
«En su apartamento [de Scorza] cercano a Notre-Dame, que él sabía transformar en salón
mágico para recibir a sus amigos -Juan Rulfo, Ernesto Sábato, Julio Ramón Ribeyro,
Alfredo Bryce Echenique, Jorge Enrique Adoum...»[8].

Sin embargo, a pesar de la fama obtenida por sus primeras novelas, los ingresos de
Scorza no eran muy elevados, por lo que, entre 1970 y 1978, el autor enseñó también
literatura latinoamericana y lengua española en la École Normale Supérieure de Saint-
Cloud de París. Durante este tiempo, hasta 1976, su esposa Cecilia le ayudó con los
manuscritos y contribuyó a la economía familiar que, desde 1973, contaba con una nueva
boca que alimentar, la de su hija recién nacida, Cecilia. Sólo a partir de los años 1977-
1978, con la aparición de sus nuevas novelas, El Jinete Insomne y El Cantar de Agapito
Robles, y la traducción de Redoble por Rancas a numerosas lenguas, Scorza pudo
plantearse su dedicación exclusiva a la literatura.
Este éxito se vio refrendado en 1979, con la propuesta de su candidatura al premio
Nobel de Literatura que, finalmente, fue concedido ese año al poeta griego Odysseus
Elytis[9]. Liberado de sus tareas académicas, y finalizada también la redacción del ciclo
de La Guerra Silenciosa, Scorza volvió a implicarse intensamente en 1978 en la vida
política del Perú, alternando a partir de entonces su residencia entre Lima y París, llegando
a presentarse como candidato a la vicepresidencia del Perú por una coalición de pequeños
partidos de izquierda, el Frente Obrero, Campesino Estudiantil y Popular (FOCEP) en las
elecciones de 1980.
A lo largo de los años setenta, el éxito internacional de sus novelas, así como su
reconocimiento europeo, produjeron una cierta transmutación de la figura pública de
Manuel Scorza. Su discurso público sobre la situación de los indios en Latinoamérica, muy
articulado para el lector europeo, fue insistente y paralelo a la publicación de sus sucesivas
novelas en diversos idiomas. Para ello, mezclaba constantemente el mito, la realidad y la
ficción en sus declaraciones, algo que ya tenía límites difusos en sus obras, y rehacía una
y otra vez su biografía para destacar la centralidad de su papel como defensor de la causa
indígena, hasta llegar a identificarse plenamente con ésta. En todo caso, la habilidad
innata del autor para la promoción editorial de su obra y su figura pública, tan criticada en
ocasiones, no jugaba en contra de su valía creativa, sino que representaba una muestra
del aprendizaje previo realizado como editor.
Ya en los años ochenta, finalizadas y publicadas las cinco novelas que integran su
ciclo de La Guerra Silenciosa (es decir, Redoble por Rancas, Historia de Garabombo el
Invisible, El Jinete Insomne, Cantar de Agapito Robles y La Tumba del Relámpago),
Scorza, entre París y Lima, trabajó en nuevos proyectos[10]. Por una parte, un ensayo sobre
la literatura latinoamericana, que debía titularse Literatura, primer territorio libre de América
Latina, ya citado, y que anunció repetidamente en numerosas entrevistas. Por otra, una
novela, El verdadero descubrimiento de Europa, que dejó sin terminar, aunque en un
estado bastante avanzado. Apareció en 1983 en España una nueva novela, La Danza
Inmóvil, donde trata el compromiso político del intelectual hispanoamericano. Al parecer
esta constituía la primera entrega de otro proyecto, de un tríptico, en este caso, que debía
llevar por título El Fuego y la Ceniza. Desgraciadamente, no se puede saber nada
definitivo sobre el nuevo rumbo que se proponía tomar Scorza, ya que el 27 de noviembre
de 1983 falleció en Madrid, a las 01:04, hora española, en un accidente de aviación.
También murieron con él los escritores Marta Traba, Ángel Rama y Jorge Ibargüengoitia.
Dunia Gras Miravet

El Forjista
Biografía de Manuel Scorza
Manuel Scorza nació en
Lima el 9 de setiembre de
1928. Sus padres supieron
de muy niños lo que eran
las penurias económicas. Su
padre era mecánico y su
madre enfermera, se
conocieron trabajando en el
Hospital Psiquiátrico Larco
Herrera donde vivieron por
un tiempo y en los que pasó
Manuel sus primeros años.

Sus padres decidieron


mudarse a Los Andes
fundamentalmente por los
problemas bronquiales de
Manuel y también porque
su situación económica se
había vuelto difícil, por el
año 1934 se establecieron
en Acoria, departamento
de Huancavelica, a poca
distancia de Acobamba el
pueblo de donde era su
madre, ahí su padre puso
una tienda y una panadería.

Tenía siete años al llegar a


Acoria y comenzó a ir a la
escuela. En este pueblo
tuvo una experiencia
traumática cuando casi se
ahoga en el río si no
hubiese sido rescatado.

De regreso a Lima en 1939


su padre puso un kiosco de
diarios, producto del cual
Manuel comenzó a leer con
asiduidad, periódicos,
revistas, y principalmente
una revista argentina
Leoplan que era su
preferida porque entre otras
cosas contenía resúmenes
de novelas.

En Lima continuó sus


estudios primarios pero sus
recuerdos no fueron
placenteros, ya que una
maestra lo tomó de punto y
lo castigaba
cotidianamente. Pero así
como debía sufrir por la
maestra en cuestión, era
respetado por sus
compañeros que lo
adulaban para poder tener
acceso a las revistas que los
niños pobres no podían
comprar y a las que él sí
podía acceder por el kiosco
de su padre. La revista de
historietas Pif Paf estaba
entre las predilectas de los
chicos, Billiken era
prácticamente inaccesible
por su precio.

Los tres primeros años del


secundario los realizó en el
Colegio Salesiano de
Huancayo en carácter de
pupilo, ahí fue enviado por
su familia porque el clima
en Lima había empeorado
su asma. Esto significó un
esfuerzo económico
extraordinario de su familia
que no estaba en
condiciones de pagar ese
colegio religioso. A esa
edad Manuel era
profundamente religioso, en
cambio de adulto llegó a
afirmar “no recuerdo
cuando perdí la idea de
Dios”. En el Salesiano fue
un alumno destacado, fue
monaguillo lo que mostraba
su compromiso religioso y
contó que en ese colegio se
sintió muy a gusto.

Luego retornó a la capital


del Perú para terminar sus
estudios en el Colegio
Militar Leoncio Prado,
también ahí fue un alumno
destacado, podría haber
seguido la carrera militar si
lo hubiera deseado, pero se
interpuso la literatura. Este
colegio Militar había sido
creado con el objetivo de
formar desde niños a las
futuras elites del Ejército
Peruano, pero al parecer no
se dieron cuenta,
según Scorza, que la razón
para que muchos desertaran
de esa misión era la
Biblioteca. La lectura del
libro “Mis Universidades”
de Gorki lo llevó a la
conclusión que la vida
militar no era para él.
Además de los novelistas
rusos también se interesó
por la lectura de Balzac y
Flaubert.

Esta institución militar se


hizo conocida en todo el
mundo por la novela de
Vargas Llosa “La ciudad y
los perros” quién también
ingresó allí unos siete años
después de Scorza, el
ganador del Premio Nobel
declaró: “Fue en mis años
de cadete leonciopradino
donde yo descubrí que mi
vocación era la literatura y
que lo que yo quería ser en
la vida era escritor (...) en
un medio poco hospitalario
y estimulante para el
ejercicio de la Literatura”.

Por aquellos años en que


Scorza estudiaba en el
Colegio Militar Leoncio
Prado comenzaron a
conformarse entre los
cadetes las primeras células
clandestinas del APRA y el
Partido Comunista, él se
integró a la célula del
APRA.

En 1945 ingresó a la
Facultad de Letras de la
Universidad Nacional
Mayor de San Marcos
donde profundizó su interés
por la política, actividad
que lo llevó a exiliarse en
sus tempranos 20 años.

Ese año fue electo


presidente José Luis
Bustamante y Rivero con el
apoyo del APRA por lo que
pudo dejar el trabajo
clandestino y comenzó a
operar a cara descubierta
porque el APRA fue
legalizado.

Así explicó su interés por la


militancia política: “Mi
experiencia política, que la
he mantenido siempre y que
la mantendré hasta el final
como preocupación
esencial de vida, tiene su
origen en las situaciones de
abuso, de miseria que he
visto, primero en mi propia
familia y luego en los
pueblos en los que me ha
tocado vivir. Situaciones de
extrema pobreza, de miseria
extrema, de impotencia, de
injusticia; todo esto me
empujó a la decisión de
hacer algo y de actuar
políticamente.”

En 1948 hubo un intento de


revolución del APRA, a
Scorza se le asignó, como
ex alumno, la misión de
tomar el Arsenal del
Colegio Militar Leoncio
Prado, pero la orden que
debía emanar de la
dirección del partido nunca
llegó, según el propio
Manuel este movimiento
fue traicionado por la
dirección del APRA.

Ese año se produce el golpe


y el comienzo de la
dictadura de Manuel Odría,
Scorza fue detenido, en
prisión sufrió un terrible
ataque de asma que lo tuvo
en una situación muy
crítica.

Luego partió al exilio


recorriendo varios
países de Latinoamérica,
incluida la Argentina, hasta
que se instaló en México,
supo decir al respecto “el
exilio es una herida
extremadamente grave y
dolorosa: el exilio es casi
una condena a muerte”.

En 1952 escribió el Poema


“Canto a los mineros de
Bolivia”, donde
evidenciaba su compromiso
social:

Hay que vivir ausente de


uno mismo,
hay que envejecer en plena
infancia,
hay que llorar de rodillas
delante de un cadáver
para comprender qué
noche
poblaba el corazón de los
mineros.

Yo fui a Bolivia en el otoño


del tiempo.
Pregunté por la Felicidad.
No respondió nadie.
Pregunté por la Alegría.
No respondió nadie.
Pregunté por el Amor.
Un ave
cayó sobre mi pecho con
las alas incendiadas.
Ardía todo en el silencio.
En las punas hasta el
silencio es de nieve.

Comprendí que el estaño


era
una
larga
lágrima
petrificada
sobre el rostro espantado
de Bolivia.
¡Nada valía el hombre!
¡A nadie le importaba si
bajo su camisa
existía un cuerpo, un túnel
o la muerte!

“Las imprecaciones”,
aparecido en México en
1955 fue su primer libro de
poesía. Luego de regresar a
su país obtuvo en 1958 el
Premio Nacional de Poesía.
De ese libro es el poema
“Yo soy el desterrado” que
reproducimos parcialmente:

América,
a mí también debes oírme.
Yo soy el estudiante pobre
que tiene un sólo traje y
muchas penas.
Yo soy el provinciano
que no encuentra la puerta
en las pensiones.
Te digo en las calles,
y en las azoteas y en las
cocinas,
y al fin de cada día y en mi
pecho,
algo se está muriendo.

A mí también debes oírme.


Yo soy el desterrado,
yo vagué por las calles
hasta que los perros
cerraron sus alas
sobre mi corazón.

Acuérdate, acuérdate de
mí.
Hay días
que no tengo ganas de
ponerme los ojos,
días en que los pájaros
se pudren en mitad del
vuelo.
Ay, orgullosa,
a ti no te hablaron de
cuartos inmundos,
tu no sabes lo que es vivir
con una mujer
que zurce la ropa llorando.

Porque durante siglos los


poetas callaron,
y en el silencio sólo se
escuchaba
un susurro de abejas que
sonaba.
Pero un día ya no se pudo
más,
y el dolor comenzó a
mancharlo todo:
la mañana,
el amor,
el papel donde cantábamos.

Un día el dolor empezó a


gotear desde abajo,
daban los muros gritos
desgarradores,
una mano amarguísima
derribó mi pecho.
Ahora vengo a ti gimiendo,
aquí está mi voz
encarcelada,
aquí estoy yo, debajo de
esta frente, derrumbado.

De regreso a su país en
1956 se convirtió en Editor
publicando libros a bajo
costo y colocándolos en
kioscos ubicados en
distintos lugares de Lima,
esta actividad resultó todo
un éxito logrando que las
publicaciones se agotaran,
tal fue así que repitió la
experiencia en otros países
como Colombia, Venezuela
y Cuba. Scorza fue uno de
los primeros en publicar a
José Carlos Mariátegui y
José Martí en Perú. Su
propósito fue destruir ese
prejuicio que decía que al
pueblo no le interesaba leer,
en realidad mostró lo
contrario, el problema era
que los precios de los libros
no eran accesibles para la
mayoría.

En 1960 publicó su
segundo libro de poemas,
esta vez el tema central era
el amor y lo tituló “Los
adioses”, un año después
edita el tercero que se llamó
“Desengaños del mago” y
en 1962 un poema dedicado
a Fernando Quíspez Asín,
titulado “Requiém para un
gentilhombre”, donde
homenajea a su amigo que
fue periodista y poeta
surrealista.

En 1954 se produjo su
ruptura con el APRA, es en
el mismo momento en que
Haya de la Torre abandona
la embajada de Colombia
en Perú para viajar a
México, en este país Scorza
publica una carta que tituló
“Goog bye mister Haya”
donde explicita sus
divergencias con el partido.
Scorza comenzó a militar
en el Movimiento Comunal
de Perú que defendía los
derechos del campesinado
indígena, tomando parte
activa en las revueltas que
se desarrollaron en la
década del 60.

Derrotados los
movimientos campesinos
en 1968 abandona el país
rumbo al exilio definitivo
en París: “Asistí a las más
terribles escenas: prisiones,
fusilamientos, masacres,
asaltos. La prensa no
informaba nada y a los que
queríamos denunciar la
situación nos reprimían. Yo
fui enjuiciado junto a otros
participantes, acusado de
atacar la seguridad del
Estado, con mayúscula. Yo
era pasible de cinco años de
cárcel, así que decidí salir
del país”.

Su primera novela,
“Redoble Por Rancas”, de
1970 fue la más conocida y
fue el comienzo de la serie
a la que denominó “La
Guerra Silenciosa”,
compuesta por 5 novelas
donde mostró la desigual
lucha de los campesinos
para recuperar sus tierras
usurpadas por los
hacendados y la
multinacional Cerro Pasco
Corporation.

Las demás novelas que


componen este ciclo
fueron “Garabombo el
Invisible”(1972), “El Jinete
Insomne”(1977), “Cantar
de Agapito Robles”(1977)
y “La Tumba del
Relámpago”(1978). En
febrero de 1983 publicó su
última novela “La danza
inmóvil” que no formaba
parte de “La guerra
silenciosa”.

En 1968 en Perú se produce


la revolución del general
Velazco Alvarado una de la
más profundas que ha
conocido América Latina,
por primera vez un
gobierno empieza a
escuchar y a respetar a los
campesinos empobrecidos
sometidos a siglos de
explotación además de
llevar a cabo una serie de
medidas vinculadas con la
dignidad nacional como fue
la estatización del petróleo
y la actividad pesquera.

Esta situación política y la


repercusión de los libros de
Manuel Scorza
posibilitaron la libertad en
1971 de Héctor Chacón, el
Nictálope, el protagonista
de “Redoble por Rancas”
que llevaba 11 años en
prisión. De igual manera
que se produjeron algunas
resoluciones favorables a
los campesinos en reclamos
desoídos que tenían su
origen en el siglo XVIII.
Este gobierno también
oficializa el quechua pero
sin embargo dicha medida
no llega a aplicarse porque
un golpe palaciego derroca
a Velazco Alvarado en
1975 comenzando un
proceso de reflujo que llevó
paulatinamente a anular
muchas de las medidas del
gobierno revolucionario.
Scorza fue un crítico del
periodismo peruano que
nunca se interesó
demasiado por las luchas
campesinas y que incluso
desconocía la grave
situación por la que
pasaban estos sectores que
habitan los Andes peruanos.
Cuando se produce la
liberación de Héctor
Chacón, sus primeras
declaraciones fueron en
quechua lo que provocó la
sorpresa de todos los
periodistas presentes ya que
ninguno conocía el idioma
por lo que le solicitaron que
se expresara en castellano.

Cuando concluyó el
período militar en 1980 se
realizaron elecciones donde
Scorza apoyó a la
agrupación de izquierda
Frente Obrero Campesino
Estudiantil Popular
(FOCEP). Genaro
Ledesma es uno de los
líderes de esa agrupación
política, él mismo fue
retratado por Scorza en “La
tumba del relámpago”,
abogado cuyo estudio
pagaron las comunidades
indígenas para que las
defendieran ya que muy
pocos abogados se
animaban a hacerlo ante
una Justicia que siempre
fallaba a favor de los
hacendados y las
multinacionales.

El 28 de noviembre de
1983, cuando viajaba en el
boeing 747 de la compañía
colombiana Avianca, que se
dirigía desde París a
Madrid, y poco antes de
aterrizar en el aeropuerto de
Barajas, el avión cayó a
tierra perdiendo la vida los
56 pasajeros, entre los que
se encontraba Scorza y 25
miembros de la tripulación,
milagrosamente hubo dos
sobrevivientes. Se dirigía a
Bogotá para participar del
Encuentro Cultural
Hispanoamericano. En ese
mismo vuelo murieron la
novelista argentina Marta
Traba, su esposo uruguayo
Angel Rama, el novelista
mexicano Jorge
Ibargüengoitia y la pianista
catalana Rosa Sabater.

Los restos de Scorza


llegaron a Lima el 5 de
diciembre siendo recibido
por familiares,
representantes del gobierno,
parlamentarios, militantes
del FOCEP y también por
grupos de campesinos de
los Andes Centrales. Tenía
55 años, la literatura
latinoamericana perdía a
uno de sus más importantes
exponentes, según el
escritor español Juan
González Soto, Manuel
Scorza fue “uno de los
grandes olvidados de este
siglo”.
Obras literarias

Poesía

 Scorza, Manuel (1948): «Rumor en la nostalgia antigua», La Tribuna, 5-9-48.


 Scorza, Manuel (1952): «Canto a los mineros de Bolivia», Poesía de
América (México), vol. 1, n.º 1, pp. 49-52.
 Scorza, Manuel (1952): «Literal de olvido» y «Dimensión de la ausencia»,
en Juegos Florales del IV centenario de la UNAM (Junio), México.
 Scorza, Manuel (1955): Las imprecaciones, México, Viento del Pueblo [2.ª ed.:
Lima, (Organización Continental de los) Festivales del Libro, Colección El
Centauro, 1957].
 Scorza, Manuel (1959): «La canción del humo», Novedades Suplemento dominical:
México en la Cultura (México), 4-10-59, p. 3.
 Scorza, Manuel (1960): Los adioses, Lima, Festivales del Libro, Colección el
Centauro [2.ª ed.: México, Instituto Nacional de la Juventud Mexicana, 1973].
 Scorza, Manuel (1961): Los Desengaños del Mago, Lima, (Organización
Continental de los) Festivales del Libro.
 Scorza, Manuel (1962): Réquiem para un gentilhombre: Elogio y despedida a
Fernando Quíspez Asín, Lima, Santiago Velarde, Colección El Neblí.
 Scorza, Manuel (1963): «Epístola a los poetas que vendrán», «Pueblos amados»,
«Canto a los mineros de Bolivia» y «Cantando espero la mañana», en Alfonso
Molina (ed.), Antología de la poesía revolucionaria de Perú, Lima, pp. 81-91.
 Scorza, Manuel (1963): «Música lenta», «Patria pobre» y «Epístola a los poetas
que vendrán», en Javier Sologuren (ed.), Biblioteca de Cultura Peruana
Contemporánea VIII: Poesía, Lima, pp. 165-168.
 Scorza, Manuel (1963): Poesía amorosa, Lima, Populibros Peruanos [Texto
completo de «Los adioses» con poemas seleccionados de «Desengaños del
mago»].
 Scorza, Manuel (1965): «Epístola a los poetas que vendrán», en Alberto Escobar
(ed.), Antología de la poesía peruana, Lima, pp. 181-182.
 Scorza, Manuel (1968): «Patria pobre, Patria tristísima», en Atenor Samaniego
(ed.), Poesía Peruana Contemporánea (el paisaje y el hombre), Lima, pp. 243-244.
 Scorza, Manuel (1969): «Cantar de Túpac Amaru», Cantuta (Lima), n.º 2, pp.
195-220, Universidad Nacional de Educación [2.ª ed. ampliada: Obra poética,
México, 1990, pp. 107-128].
 Scorza, Manuel (1970): El vals de los reptiles, México, Universidad Nacional
Autónoma de México, Colección Poemas y Ensayos (Dirección General de
Difusión Cultural) [Contiene «Déborah», «Desengaños del mago», «El vals de los
Reptiles», «La trompeta» y «El falso peregrino»].
 Scorza, Manuel (1974): «Lamentando que h.(ans) m.(agnus) e.(nzensberger) no
esté en Collobrières», Crisis (Buenos Aires), vol. 4, n.º 12, pp. 42-43 [reed. en El
Diario (Caracas), 20-11-85, p. 17].
 Scorza, Manuel (1976): Poesía incompleta, Universidad Nacional Autónoma de
México (Dirección General de Publicaciones), México [introducción de Rubén
Bonifaz Nuño].
 Scorza, Manuel (1985): «Muestra lírica (extraits)», AFERPA, Manuel
Scorza. L'Homme et sa Oeuvre, Burdeos, GIRDAL-Presses de la Université de
Bordeaux.
 Scorza, Manuel (1986): Poesía, Lima, Municipalidad de Lima metropolitana
(Secretaría de Educación y Cultura) [incluye «Manuel Scorza: testimonio de vida»].
 Scorza, Manuel (1988): «Epístola a los poetas que vendrán», «Patria diamantina»,
«Serenata», «La cita» y «Si alguna vez desciendes», en Ricardo Falla y Sonia Luz
Carrillo (eds.), Curso de realidad. Proceso poético 1945-1980, vol. 1, Lima, pp. 72-
74 y 117-119.
 Scorza, Manuel (1989): «Peuples que j'ai chanté», Europe. Revue Littéraire
Mensuelle (París), vol. 67, n.º 724, pp. 99-100 [poemas traducidos al francés].
 Scorza, Manuel (1990): Obra Poética, Lima, PEISA.
 Scorza, Manuel (1990): Obra Poética, vol. 1 de las Obras completas, México,
Siglo XXI, edición al cuidado de María Oscos [incluye «Rumor en la nostalgia
antigua», «Canto a los mineros de Bolivia», «Las imprecaciones», «Los adioses»,
«Desengaños del mago», «Réquiem para un gentilhombre: despedida de
Fernando Quíspez Asín», «Cantar de Túpac Amaru», «El vals de los reptiles» y
«Lamentando que h. m. e. no esté en Collobrières»].

Narrativa

 Scorza, Manuel (1969): «Cierta célebre moneda», Cuadernos Semestrales del


Cuento, vol. 3, n.º 5, pp. 35-38 [primera versión del capítulo Ide Redoble por
Rancas].
 Scorza, Manuel (1970): Redoble por Rancas. Balada 1. Lo que sucedió antes que
el Coronel Marruecos fundara el segundo cementerio de Chinche, Barcelona,
Planeta, Colección Grandes Narradores Universales [en las siguientes ediciones
ha sido eliminado el subtítulo, y el coronel Marruecos es llamado coronel
Marroquín. 2.ª ed.: Caracas-Barcelona, Monte Ávila, 1977; 3.ª ed.: Barcelona,
Plaza y Janés, 1983. Edición ampliada con un epílogo].
 Scorza, Manuel (1971): «(Capítulos de Redoble por Rancas)» en Julio Ortega
(ed.), Imagen de la literatura peruana actual 1968 (tomo 2), Lima, Editorial
Universitaria, pp. 63-75.
 Scorza, Manuel (1971): «(Capítulo final de Redoble por Rancas)», Magazine
Dominical (Bogotá), 11-7-71.
 Scorza, Manuel (1972): Historia de Garabombo, el Invisible. Balada 2, Barcelona,
Planeta, Colección Grandes Narradores Universales [2.ª ed.: Caracas-Barcelona,
Monte Ávila, 1977 (variación del título: Garabombo, el invisible. Balada 2); 3.ª ed.:
Barcelona, Plaza y Janés, 1984 (nueva variación del título: Garabombo, el
Invisible)].
 Scorza, Manuel (1974): «De la partida que por orden de don Raymundo Herrera
emprendió el común de Yanacocha» (capítulo de El Jinete
Insomne), Crisis (Buenos Aires), vol. 4, n.º 12, pp. 44-49 [publicado también en VV.
AA., Narradores de América, Buenos Aires, eds. El Mangrullo, 1976].
 Scorza, Manuel (1975): «Historia de Raymundo Herrera, el jinete sin sueño»
(fragmento de El Jinete Insomne), Excelsior Suplemento: Diorama de la
Cultura (México), 20-4-75, pp. 6-7.
 Scorza, Manuel (1976): «(Fragmento de Historia de Garabombo, el Invisible)», El
Universal Suplemento: Revista de la Semana (México), 25-7-76, p. 11.
 Scorza, Manuel (1976): «Una montaña de animales muertos», El Universal
Suplemento: Revista de la Semana (México), 25-7-76, p. 11.
 Scorza, Manuel (1977): El Jinete Insomne, Caracas-Barcelona, Monte Ávila [2.ª
ed.: Barcelona, Plaza y Janés, 1984].
 Scorza, Manuel (1977): Cantar de Agapito Robles, Caracas-Barcelona, Monte
Ávila, [2.ª ed.: Barcelona, Plaza y Janés, 1984].
 Scorza, Manuel (1979): «Fidedigno origen de los hombres pájaro» (capítulo de La
Tumba del Relámpago), Plural (México), vol. 8, n.º 89, pp. 14-15.
 Scorza, Manuel (1979): La Tumba del Relámpago, México, Siglo XXI [2.ª ed.:
Barcelona, Plaza y Janés, 1988].
 Scorza, Manuel (1981): «Donde el zahorí lector oirá hablar de cierta celebérrima
moneda» (capítulo de Redoble por Rancas), en Javier Sologuren (ed.), Antología
general de la literatura peruana, México, Fondo de Cultura Económica, pp. 467-
473.
 Scorza, Manuel (1983): La Danza Inmóvil, Barcelona, Plaza y Janés.
 Scorza, Manuel (1983): «Cecilio Encarnación» (capítulo de Cantar de Agapito
Robles), en Ricardo González Vigil (ed.), El cuento peruano 1975-1979, Lima.
 Scorza, Manuel (1984): «Donde el zahorí lector oirá hablar de cierta celebérrima
moneda» (capítulo I de Redoble por Rancas), en Ricardo González Vigil (ed.), El
cuento peruano 1968-1974, Lima.
 Scorza, Manuel (1987): «Conversación con mamá Edelmira», Alta Voz (Lima), 22-
11-82, pp. 2-3.
 Scorza, Manuel (1989): «Tercera Noticia», Revista de Crítica Literaria
Latinoamericana (Lima), vol. 15, n.º 30, pp. 131-133 [introducción no publicada a El
Jinete Insomne].

Otros textos

Ensayos

 Scorza, Manuel (1948): «La idea del arte en Marcel Proust», Cuadernos del
Pueblo (México) [Director: Guillermo Carnero Hocke].
 Scorza, Manuel (1952): «Una doctrina americana», Cuadernos Americanos. La
revista del Nuevo Mundo (México), vol. 61, n.º 1, pp. 20-35.
 Scorza, Manuel (1953): «Amanecer de un poeta. Dora Isella Rusell», Cuadernos
Americanos. La revista del Nuevo Mundo (México), vol. 67, n.º 1, pp. 293-295.
 Scorza, Manuel (1953): «La independencia económica de Bolivia», Cuadernos
Americanos. La Revista del Nuevo Mundo (México), vol. 12, n.º 6, pp. 7-43
[publicado también como libro: México, Editorial Cultura, 1953].
 Scorza, Manuel (1953): «Datos biográficos sobre Jesús Silva Herzog», Revista de
la Universidad de México (México), vol. 7, n.º 74.
 [Scorza, Manuel] (1956): Hidalgo, México, Instituto Nacional Indigenista, Serie
biográfica, n.º 2.
 [¿Scorza, Manuel?] (1958): «Advertencia», en AA. VV., Primer panorama de
ensayistas peruanos, Lima, Latinoamericana, IV Festival del Libro.
 Scorza, Manuel (1956): «Prólogo», a José Carlos Mariátegui, Ensayos escogidos,
Lima, Patronato del Libro Peruano, pp. 9-14.
 Scorza, Manuel et al. (1979): «(sin título). Littérature et réalite: Actes de la
Rencontre québecoise international des écrivains, tenue au Mont Gabriel en
octobre de 1978», Liberté, vol. 21, n.º 124-125, pp. 12-13, 23-24, 27-28, 32, 35-36,
64-65, 73-74, 117-118, 222-223 [páginas de las discusiones donde interviene
Manuel Scorza].
 Scorza, Manuel (1981): «Liberer l'imaginaire. Préface», en Guy Hennebelle y A.
Gumucio-Dagron (eds.), Les Cinémas de l'Amérique Latine, París, Lherminier, pp.
7-9.
 Scorza, Manuel (1982): Gerardo Chávez, Lima, LL editores-Banco Popular del
Perú (Colección Pintores Peruanos) [incluye poesía de G. Chávez y
presentaciones diversas, entre las que se incluyen Matta y M. Vargas Llosa].
 Scorza, Manuel (1982): Vivre le Pérou, París, Editions Menges, (fotografías de
André Lemaire) [en alemán, Peru, Freiburg, Atlantis, 1983].
 Scorza, Manuel (1990): «Qui la realtà supera ogni fantasia», en Alberto Luna y
Roberto Savio (eds.), Verbo América, Turín, Nuova ERI.

Artículos periodísticos

 Scorza, Manuel (1953): «Good-Bye, Mr. Haya», El Popular (México) [reproducido


en Generación (Lima), n.º 8 (junio 1954)].
 Scorza, Manuel (1961): «El "Movimiento Comunal del Perú" previene acerca de los
graves sucesos que están creando los grandes latifundistas del
Centro», Expreso (Lima), 1-12-61 [Scorza firma como Secretario de Política del
«Movimiento Comunal del Perú»].
 Scorza, Manuel (1961): «El "Movimiento Comunal del Perú" refuta las afirmaciones
de la "Cerro de Pasco Corporation" sobre sus grandes latifundios», Expreso (Lima),
4-12-61 [Scorza firma como Secretario de Política del «Movimiento Comunal del
Perú»].
 Scorza, Manuel (1961): «El "Movimiento Comunal del Perú" denuncia la prisión de
sus dirigentes en Cerro de Pasco y la preparación de una masacre de las
comunidades de Yanahuanca y Yarusyacán», Expreso (Lima), 12-12-61 [Scorza
firma como Secretario de Política del «Movimiento Comunal del Perú»].
 Scorza, Manuel (1978): «La revolution vide», Le Monde (París).
 Scorza, Manuel (1978): «Le plan cadastral», Le Monde Diplomatique (París), n.º
288.
 Scorza, Manuel (1980): «La guerra quedó atrás», Caretas (Lima), n.º 585, p. 58.
 Scorza, Manuel (1981): «Por qué no vivo en el Perú», Hueso húmero (Lima), n.º
9, pp. 104-107.
 Scorza, Manuel (1981): «Por aquí no pasó Copérnico», Il Mattino (Nápoles), 25-1-
83 (y los cuatro domingos siguientes).
 Scorza, Manuel (1983): «Le coin des morts», Le Monde
Diplomatique (París), vol. 30, n.º 352, p. 16.
 Scorza, Manuel (1983): «Orwell, ¿tiene razón?», El País (Madrid), 22-12-83, p. 16.
 Scorza, Manuel (1983): «Fe de erratas», El País (Madrid), 4-12-83, p. 11
[publicado también en El Caballo Rojo, 1-12-85, p. 14 (suplemento dominical de El
Diario de Marka, Lima); en Alta Voz, 22-11-87, p. 2. (suplemento dominical de La
Voz, Lima) y en Doris Meyer (ed.), Lives on the Line: Testimony of Contemporary
Latin American Autors, Berkeley, 1988, pp. 245-247].
 Scorza, Manuel (1983): «"Verso il 2000" L'ultimo articolo dello scritore
scomparso», L'Unità (Roma), 29-11-83.
 Scorza, Manuel (1984): «Testimonio de parte de Ayacucho», El Observador (Lima),
4-1-84, pp. 12-13.
 Scorza, Manuel (1985): «El mito y la locura histórica», El Diario de Marka.
Suplemento: El Caballo Rojo (Lima), 1-12-85, pp. 14-15 [reproducido de El
Clarín (Buenos Aires)].

Entrevistas (autor)

 Scorza Manuel (1950): «Entrevista con Rafael Alberti», Idea (Lima), noviembre.

Correspondencia publicada

 Scorza, Manuel (1971): «Carta a los directores


de Caretas», Caretas (Lima), n.º 435, 27-5-71, p. 3. [reproducida parcialmente en
R. Forgues, La estrategia mítica de Manuel Scorza, Lima, CEDEP, 1991, p. 150].
 Scorza, Manuel; Cáller, Laura; Cárdenas, Manuel (1978): «La denuncia de Scorza.
Carta abierta», Marka (Lima), vol. 4, n.º 76, p. 35.
 Scorza, Manuel (1980): «Carta a un autor amargo», Ínsula (Madrid), n.º 396-397, p.
33.
 Scorza, Manuel (1983): «Carta a César Lévano [9-6-83]», La República (Lima), 11-
83, p. 18.

Compilaciones

 Scorza, Manuel (ed.) (1958): Satíricos y costumbristas: autores de la Colonia,


Emancipación y República, Lima, Patronato del Libro Peruano [Segundo Festival
del Libro. 2.ª serie de autores peruanos, vol. 10].
 Scorza, Manuel (ed.) (1963): Poesía contemporánea del Perú. Antología, Lima,
Ediciones de la Comisión Nacional de Cultura (Casa de la Cultura del Perú)
[edición dirigida per Hernán Alva Orlandini. Cultura popular, serie 1, n.º 2].
 10 libros de Manuel Scorza
 #1 Redoble por Rancas (1970)
 #2 Cantar De Agapito Robles (1977)
 #3 Garabombo el invisible (1972)
 #4 La tumba del relámpago (1979)
 #5 Obra poética (1990)
 #6 La danza inmóvil (1983)
 #7 El jinete insomne (1977)
 #8 Las imprecaciones (1960)
 #9 El vals de los reptiles (1970)
 #10 Desengaños del mago (1961)

Biografía
Manuel Scorza nació en Lima, Perú, en 1928. Pasó la mayoría de su
infancia enfermo, afectado por el asma.

Poco después de haber nacido, su familia se mudó al distrito de Acoria,


en la provincia de Huancavelica. En ese pequeño pueblo, hogar de la
madre de Manuel, su familia estableció una panadería. En esa zona
andina Scorza se topó con la pobreza en la que se vivía en la sierra.

Años después, la familia de Scorza volvió a la capital peruana y su padre


decidió montar un puesto de venta de periódicos. Es posible que este
haya sido el primer acercamiento del joven con la lectura; sin embargo,
poco tiempo después fue enviado a la sierra como internado de un
colegio salesiano.

Es un hecho conocido que la enfermedad de Scorza obligaba a sus


padres a enviarlo a la sierra en busca de mejores condiciones para el
tratamiento del asma.

Tras recuperarse, Scorza volvió a la capital y poco tiempo después


ingresó en el Colegio Militar Leoncio Prado. Esta institución era
reconocida por tener a alumnos provenientes de diversas clases sociales,
en especial de la clase media.

Años universitarios y exilio

Los años universitarios de Scorza transcurrieron en la Universidad


Nacional de San Marcos. Este período fue de intensa actividad política
para Scorza, quien se opuso febrilmente al presidente Manuel Prado.

Desde 1948 organizó y participó en protestas estudiantiles en contra del


general Manuel Odría. A causa de esto, fue encarcelado por un año.

Después de su tiempo en la cárcel, fue exiliado. Este periodo le dio la


oportunidad a Scorza de vivir en Chile, Argentina y Brasil, países en los
que desempeñó diversos oficios: vendedor de perfumes, librero, editor y
profesor fueron tan solo algunas de las ocupaciones que ejerció durante
el exilio.

Su nomadismo acabó cuando decidió establecerse en México, donde


estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México. Como
estudiante, vio la oportunidad de mostrar su talento con la pluma en una
competencia de poesía.

Scorza se alzó con el monopolio de los premios: le fueron otorgados los


tres primeros puestos, pues ingresó a la competencia bajo tres
seudónimos distintos.

Aún en México, Scorza publicó su primer poemario: Canto a los mineros


de Bolivia (1954). El alto contenido social de esta obra llevó al autor a
involucrarse en el activismo político de la minería en Bolivia.

Promotor cultural y defensor de los indígenas

En 1956 retornó a Perú, país en el que vivió durante los once años
siguientes. En este mismo año contrajo nupcias con Lydia Hyle, con
quien tuvo un hijo y una hija.
A finales de los años 50 fundó Populibros peruanos, una editorial
cooperativa. Su empresa no duró mucho, pues quebró rápidamente.

El afán de protestar llevó a Scorza a participar en manifestaciones de


campesinos en la provincia de Pasco, en el año 1959. Fue encarcelado
otra vez.

Al salir de las rejas se exilió en París, en el año 1967. Scorza vivió


durante diez años en la ciudad de las luces, en la cual se imbuyó de la
energía de las protestas estudiantiles de la época.

En 1978 Scorza regresó a Perú. Se decidió a postularse como candidato


a la vicepresidencia del Perú por el Frente Obrero Campesino, Estudiantil
y Popular (FOCEP), pero finalmente decidió retirarse.

En 1979 se convirtió en secretario nacional del FOCEP y fue el primer


escritor peruano en ser nominado al Premio Nobel de Literatura. En 1980
asumió la vicepresidencia del partido.

Dos años después fundó el Frente de Intelectuales Peruanos por la


Identidad y la Soberanía de los Pueblos de Nuestra América (FIPISPNA),
y en 1983 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura, luego de lo
cual regresó a París. Scorza alcanzó gran popularidad en su país natal,
así como internacionalmente.

Muerte

Scorza falleció el 27 de noviembre de 1983 en un accidente de avión del


vuelo 11 de Avianca, en una colina cercana al aeropuerto de Madrid.

Aportes y obras
El primer libro de poesía de Scorza, Las imprecaciones, fue publicado en
México en 1955. Estos poemas, como aquellos publicados en solidaridad
a los mineros bolivianos, demuestran un compromiso social y un deseo
por darle voz a los marginados de la sociedad.

En 1956 Scorza volvió a Perú y fundó Populibros peruanos. En su corta


duración, Populibros peruanos publicó más de sesenta libros.

En su catálogo confluyeron títulos de autores peruanos reconocidos,


como Manuel González Prada, César Vallejo, Garcilaso de la Vega y José
María Arguedas. Como promotor cultural, Scorza dio a conocer su
editorial en distintas series y festivales del libro.

La calidad de sus ediciones, así como su bajo costo, hicieron


de Populibros peruanos una de las casas editoriales preferidas de
Latinoamérica.

Además, al ser una cooperativa formada en conjunto con demás


escritores peruanos, Scorza dio a conocer al público las letras de
escritores como Ciro Alegría, Mario Vargas Llosa, Joan José Vega y Julio
Ramón Ribeyro, entre otros.

Así mismo, Scorza buscaba difundir las obras de escritores icónicos de la


literatura universal, como Oscar Wilde, Willliam Shakespeare, Ernest
Hemingway, Edgar Allan Poe, Anton Chejov, Flaubert, Gabriel García
Máquez, Rubén Darío y José Martí, entre otros.

Importancia como promotor cultural

Otro de los grandes aportes de Manuel Scorza a la difusión de la cultura


en Latinoamérica fue la organización de los festivales del libro. Estas
colecciones buscaban recolectar las obras más destacadas de los
escritores más reconocidos del país y del extranjero.

Con estas colecciones, Scorza logró publicar diversas obras de


Venezuela, Colombia, Ecuador y Centroamérica. En total, logró imprimir
2 750 000 ejemplares de fácil acceso para cualquier peruano.
Como promotor cultural, Scorza logró acercar el libro —antes
considerado un objeto lujoso— a la clase obrera. A través de grandes
tirajes, impresiones técnicas innovadoras y el uso de un papel barato y
de segunda, el autor peruano consiguió abaratar los costos.

Otro punto clave para difundir los libros fue la colocación de puestos en
plazas, esquinas y espacios públicos. También es necesario destacar el
fuerte uso de la publicidad para difundir las ediciones de Populibros.

El trabajo de Scorza es considerado por los críticos como una prosa


indigenista, cargada de un fuerte contenido de protesta social. Por lo
general, su obra dignifica a los andinos al brindar una nueva mirada
sobre sus vidas.

Rasgos de su obra

Otra de las características de Scorza es la intertextualidad con otros


textos, periodos y géneros, los cuales enriquecieron la narrativa sobre
los indígenas. La prosa de Scorza estuvo fuertemente influenciada por
las letras de José María Arguedas, paisano suyo.

Entre las técnicas más utilizadas por Scorza destacan la parodia, la


sátira y la ironía para criticar y expresar las injusticias por las que ha
pasado el pueblo peruano. Sin embargo, en ningún momento el autor se
impone sobre la voz del narrador y a menudo se coloca como un tercero,
o un testigo en medio de la historia.

La labor de Scorza logró mostrar la necesidad de un público amplio, y


hasta entonces marginado, por consumir obras literarias. A pesar de los
errores, Manuel Scorza fue un pionero de las editoriales
latinoamericanas.

Además, supo aprovechar las enseñanzas sobre mercadeo, publicidad y


las estrategias del mercado editorial al momento de venderse como
escritor.
Legado

El éxito internacional del que gozó Manuel Scorza hizo de él una figura
pública. En paralelo a la publicación de sus novelas, Scorza mantenía la
lucha por los derechos de los indígenas peruanos; este discurso visibilizó
el problema ante los ojos de los europeos. Además, Scorza se valía de
su narrativa y poesía para potenciar la retórica de su activismo.

Estas enseñanzas previas hicieron de Scorza un habilidoso conversador


muy consciente de su poder como figura pública. El autor peruano era
conocido por el carácter ambiguo de sus entrevistas, en las cuales la
ficción y realidad se entrelazaban en sus respuestas.

Poemarios

Escritor prolífico, Scorza concentró su obra tanto en la prosa como en el


verso. Fue autor de los siguientes poemarios:

-Las imprecaciones (1955).

-Los adioses (1959).

-Desengaños del mago (1961).

-Réquiem para un gentil hombre (1962).

-Poesía amorosa (1963).

-El vals de los reptiles (1970).

Novelas:

-Redoble por Rancas (1970).

-Historia de Garabombo el Invisible (1972).


-El jinete insomne (1977).

-Cantar de Agapito Robles (1977).

-La tumba del relámpago (1979).


La Novela El Cantar de Agapito Robles
12:34:00 8 comments
ARGUMENTO:

Agapito Robles es el personero de Yanacocha y


su propósito fundamental es recuperar la hacienda de Huarautambo que hace muchísimos años le fue
arrebatada a la comunidad por el hacendado Barda.
En aqu
el tiempo, un hombre había levantado una choza en la loma Escapata. Los celadores de Huarautambo se
lo increparon, lo llevaron preso; pero este avisó a sus familiares quienes lo liberaron por la fuerza.
Mientras esto sucedía, el pequeño hacendado Barda se apoderó de las tierras de Huarautambo. De él
desciende la estirpe de usurpadores que se adueñó de la hacienda.
Muchos personeros antes de Agapito también quisieron recuperar la hacienda de Huarautambo sin suerte
alguna. Pero Agapito Robles no se dará por vencido fácilmente. Francisco Montenegro es el juez de
Yanahuanca desde hace 30 años. Él y su esposa Pepita Barda, ejercen poder absoluto, cometen un sin
número de atrocidades en contra de los comuneros, los encarcelan y les confiscan sus propiedades sin
razón justificable. En el colmo de la exageración los esposos han modificado las fechas de tal manera que
los comuneros han perdido la noción del tiempo. Así se aprecia en la novela que los meses se han
entremezclado y los pobres comuneros aseguran estar en el año 2192. Esto obedece al gusto desmedido
de doña Pepita por las fiestas, quien quiere celebrar dos o tres veces al año las mismas fiestas.
Agapito Robles está preso por la muerte de Amador Leandro, aunque todos declaran que él murió en un
accidente, el juez Montenegro insiste en que fue un homicidio y Agapito debe permanecer 15 meses en la
cárcel, tiempo en que demora su esposa en conseguir 1500 soles para su liberación. Cuando Agapito
queda en libertad va a visitar a su padre Juan Robles y se entera que sus bienes le han sido embargados
por el juez Montenegro. Ese día Agapito se hace el firme propósito de que los yanacochanos nunca más
implorarían y por el contrario lucharían por lo que les pertenece. Es así que a fin de convencer a todos los
pobladores de que es necesario iniciar una lucha contra las injusticias del juez Montenegro. Finalmente se
conforma el comité de lucha por la recuperación de la Hacienda Huarautambo que se llevará a cabo el 29
de agosto pocos días antes muere el caballo Cachabotas y Agapito debe reemplazarlo rápidamente por
otro. Llegado el día los comuneros descubren que han sido traicionados pues alguien había quitado el
badajo de la campana que les servía de aviso a los pobladores; sin embargo, es tarde para retroceder. Se
descubre que el Chuto Ildefonso es quien los traicionó pues se enfrenta a Agapito y le pide que deponga
su actitud pues no debe de alterar el orden de las cosas,que siempre hay personas que están arriba y
personas que están abajo, pero que los de arriba protegen a los de abajo. Esto ha sido siempre y debe
continuar. Agapito no entiende estas razones y continúa con su incursión en las tierras de Huarautambo.

Cuando logran apoderarse totalmente de las tierras, doña Pepita llora desconsoladamente y suplica a los
yanacochanos que no a echen del lugar, pero nadie cree en sus lágrimas, pues son múltiples las
ocasiones en las que esta mujer ha demostrado la crueldad en sus actos.El juez Montenegro derrama
también una lágrima, este hecho desencadena mágicamente que las cataratas del Yawarcocha reinicien
su recorrido inundando la hacienda. Así los yanacochanos toman posesión del lugar.
Pasado algún tiempo, cuando los yanacochanos celebran el triunfo, llega al lugar un nutrido número de
guardias civiles, quienes atacan con todo, Agapito inicia un baile vertiginoso con su poncho multicolor,
tratando tal vez de infundir confianza en los comuneros, pero la incursión de los guardias y la posterior
masacre es contundente. Paralela a esta historia surgen otras como la de Maca Albornoz, mujer
extremadamente bella que seduce a los hombres para luego burlarse públicamente de ellos, pues le place
pisotear a quienes pisotean. Nuño, es el sirviente de Migdonio de la Torre- rendido admirador de la
belleza de Maca y que incluso llega a pedirle matrimonio-. Nuño por su parte también ama secretamente
a Maca y la fuerza de ese amor hace que sea capaz de crear hermosas pinturas de motivos religiosos
que causa la admiración de propios y extraños.

También surge en la novela la presencia de Cecilio Encarnación, un hombre indígena que se


autoproclama como el Fiador del Mundo pues se considera primo hermano de Jesús y que Dios lo ha
enviado en calidad de Arcángel para iniciar la guerra santa contra los blancos y explotadores. Finalmente
el obispo de Huánuco solicita su excomunión por herejía. Cecilio es apresado y enviado al ejército.
Otro personaje es el profesor Julio Vento que había llegado a Yanacocha hace 20 años. Él goza del
respeto y el aprecio de todos los yanacochanos. Vento necesita un local para su escuela y los comuneros
le asignan una tierra para su construcción, pero el juez reclama la pertenencia de esas tierras.
Los hermanos Carbajal son llamados amarillos, pues ambos trabajan para el opresor Montenegro, Julio
es profesor de la escuela 4953, y cuando –según sus cálculos- está pronta la celebración de Fiestas
patrias, empieza los ensayos de las marchas escolares con los alumnos. Pero el juez Montenegro le
increpa no haber pedido permiso para efectuar esos festejos y también lo manda encarcelar. Semanas
después su hermano Isaac, también es encarcelado por fraude al municipio.
También se cuenta la historia de doña Añada, una anciana que sirvió en la casa de los Montenegro y al
ser echada se gana la vida tejiendo ponchos multicolores con escenas diversas que resultan siendo
premonitorias del destino que acecha a los yanacochanos.

ANÁLISIS LITERARIO DE
"REDOBLE POR RANCAS"
BIOGRAFÍA DEL AUTOR :

Nació en Lima, 9 de Septiembre de 1928. Su infancia transcurre en el manicomio


Larco Herrera; ya que sus padres trabajaban y tenían un alojamiento allí.
La salud de Manuel, era muy quebradiza, por tal motivo, la familia se trasladó a la
sierra; a Acoria (un pueblito ubicado entre Huancayo y Huancavelica). De vuelta a
Lima, su padre trabajaba en un puesto de periódicos; esto, permite a Scorza un
contacto permanente y fecundo con la lectura. En Huancayo estudió los dos
primeros años de secundaria; y los últimos en el Colegio Militar Leoncio Prado de
Lima. Desde sus tiempos de cadete, militó en el APRA, por discrepancias
ideológicas, se apartó de este partido, vivió mucho tiempo en el extranjero,
logrando esforzada y merecidamente, un espacio entre los mejores escritores. Es
catalogado como uno de los más altos narradores de tendencia neorrealista y un
destacado representante de la generación del 50. Ganó los dos primeros premios en
los juegos Florales del centenario de la universidad Autónoma de México 1952 y
obtuvo el Premio Nacional de po José Santos Chocano 1956.

OBRAS:
· Redoble por Rancas (1970)
· Historia de Garabombo, el invisible (1972)
· El jinete insomne (1977)
· El cantar de Agapito Robles (1977)
· La tumba del relámpago (1979)
· La danza inmóvil (1983) (Su última novela)
· El vals de los reptiles

Género: Narrativo

Especie: Novela

Corriente literaria: indigenismo

PERSONAJES:

-PRINCIPALES:
 Francisco Montenegro: Es el juez de primera instancia de la provincia
de Yanahuanca.
 Héctor Chacón: "El Nictlope". Es un simple campesino que cultiva
papas para que Montenegro se las lleve.
-SECUNDARIOS.
 Fortunato: Es un viejo "cara de sapo" que a pesar de las derrotas
siempre está al frente animoso y decidido para luchar por Rancas.
 Míster Harry Troeller: Es el representante de la "Cerro de Pasco
Corporation" y en consecuencia la voz del imperialismo yanqui.
 Agapito Robles: Es el personero de la comunidad quien se encarga de
la tramitación de los documentos para defender la propiedad de las tierras.
 Genaro Ledesma: Es el alcalde de Cerro de Pasco que recogiendo los
reclamos de los comuneros se enfrenta a la compañía norteamericana.
 Migdonio de la Torre: Terrateniente de la hacienda "El Estribo".
 El padre Chasán: Es el sacerdote que por primera vez en la literatura
peruana se identifica con los problemas y reclamos de los indígenas.

ESCENARIO : comunidad de Rancas a inmediaciones de Yanahuanca a su vez


comprensión de Cerro de Pasco.

EL TEMA CENTRAL :
 El avasallamiento y despojo por el imperialismo yanqui por intermedio
de la “Cerro de Pasco Corporation” de las tierras de la comunidad de Rancas.
TEMA SECUNDARIO:
La pugna entre Héctor Chacón y la comunidad de Yanacocha contra
Montenegro.

ARGUMENTO:

En el pueblo de Rancas, el juez de primera instancia, Francisco Montenegro es


temido y odiado por sus malas acciones. Un buen día llega al pueblo de Rancas “La
Cerro de Pasco Corporation”, creando mucha confusión en la población, pues
presienten los comuneros que serán despojados de sus tierras para entregarlas a
la empresa minera norteamericana.

Los comuneros eligen a Héctor Chacón para matar al abusivo juez Francisco
Montenegro por todo el daño que a cometido. Al cabo de un tiempo llega a
Rancas un tren repleto de alambres de púas para cercar los terrenos de los
comuneros que seria de la empresa norteamericana.

Los trabajos de cercado que hicieron fue de más de mil kilómetros de largo con
el apoyo de la guardia civil, las autoridades y el párroco del pueblo. Los
comuneros fueron notificados que desalojen las tierras. Las ovejas que
comen pasto en los terrenos cercados fueron degolladas como una muestra de
intimidación. La guardia civil emprendió una cacería implacable para capturar a
Héctor Chacón, el Nictálope, porque se enteraron de que quería matar al juez
Montenegro.

Los comuneros se sublevan armados de palos, picos y piedras; pero llego la


guardia de asalto. El enfrentamiento entre la guardia de asalto y los campesinos
fue cruento y desigual. Murieron muchos campesinos al mando de Fortunato,
defendiendo sus tierras.

RECURSOS:

Lenguaje del Autor:

En la obra describe es un lenguaje culto con la que manifiesta acciones reales y


ficcionales, en cada acontecimiento.

Lenguaje de los Personajes:

Tiene un lenguaje, bastante desabrido, como se conoce de la población


campesina, en este caso de los campesinos de la comunidad de Rancas.

FIGURAS LITERARIAS:Es interesante resaltar algunas figuras literarias que


tiene la obra como:
Hipérbole:
 "El subprefecto era una estatua con una copa en la mano",
 "Ellos vivían en el tejado del mundo",
 "Cerro de Pasco es el culo del mundo"
Metáfora:
 "Lo que se desconocía era la mitología fuerza de su tercera pierna"
Metonimia:

"El traje negro descendió a la plaza".

MENSAJE:

 La injusticia y la opresión de los grandes como la intervención del Estado


en favor del Imperialismo.
VOCABULARIO:
Redoble: Toque vivo y sostenido que se produce hiriendo rápidamente el tambor
con los palillos.
Inocuo, cua: Contrario a la equidad. Malvado, injusto.

Acarrear: Transportar en carro. Transportar de cualquier manera. Ocasionar,


producir, traer consigo daños o desgracias.

Nefasto, ta: adj. Triste, funesto, ominoso. Dicho de una persona o de una cosa:
Desgraciada o detestable.

Malévolo, la: adj. Malintencionado, inclinado a hacer mal. Hecho o dicho con
mala voluntad.

Consignación: Cantidad consignada para atender a determinados gastos o


servicios. Consistente en depositar la cosa o la cantidad debida ante el juez o ante
una autoridad o persona habilitada a este efecto.
Bofetada: Golpe que se da en el carrillo con la mano abierta. Sensación fuerte de
calor, frío, dolor, etc., recibida repentinamente. Desaire, desprecio u ofensa.

Asaltar: Acometer impetuosamente una plaza o fortaleza para entrar en ella


escalando las defensas.

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