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RESUMEN
Este trabajo eter¡va de una ponencia homónima presentada originariamente dentro del
Simposio ARQ-8 «Arqueología de los Andes de Sur (Argentina, Bolivia, Chile): nuevos apor-
tes», desarrollado en el marco del 50.’ Congreso Internacional de Americanistas celebrado en
Varsovia durante los días 10-14 de julio del 2000.
Departamento de Historia de América It (Antropología de América), Facultad de Geo-
grafia e llistoria, Universidad Complutense de Madrid. Ciudad Universitaria, sIn. 28040
Madrid. E-mail: tacliiyoct4hotmail.com.
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Ideología. pcder territorio
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
2 Mucho podría discutirse sobre la idea de territorio, tanto desde la geografía, la eco-
nomia, la historia, la arqueología y la antropología, poniendo en tela de duda esa dimensión
politizada del espacio que aquí señalamos. Conscientes de ello y en un intento de solventarlo,
a fin de operaeionalizar conceptos dentro del argumento explicativo que hemos elegido, esta-
blecemos esta distinción entre espacio como abstracción culturalmente semantizada, paisaje en
tanto construcción social del espacio, y territorio en calidad de apropiación politizada de un
espacio físico y construcción de un paisaje social definido desde la exclusividad positiva y
negativa (vgr Garcia 976: 29 y rs.), de lo eual se deriva indisolublemente la idea defronte-
ra. Volveremos sobre cada una de estas ideas a su debido tiempo.
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Para una descripción más detallada del panorama étnico de los Andes Meridionales de
estos momentos y dc sus formas de organizacion socio-politica y económica, dr Berberian y
RaIlino 1991: cap. y Hidalgo 1982, Lumbreras 1974, Murra 1988 y la primera parte de Platt
1988.
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FícLRA 3.—— Panoran~a étnico del altiplano meridional para el Período Intermedio
Tardío. Deha., Chulípas de Sillustaní, en el extremo occidental del Titicaca, según
grabado de George Squier de mediados del siglo XIX.
• Presencia de estructuras chulíparias.
.Ádviértase que Cieza está reproduciendo cn este fragmento las noticias que recibe de
sus iii tormaníes Incas con lo que Habremos de interpretarlo en tanto resultado dc un í it ini
pulacion de la Histo> u l;cclnu desde el pueblo conqoistador—daminaníe que se prcsciit i isí
coma cix—ilizadoi qoc Ii lrcíucalogia ha venido a desmentir en parle.
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uúinc’i’I que ambos croiuisias se estcíi rciínícndo ¿qut ‘1
estrocluras chutlparias lo; ritas funerarios a ellas asociadas, máxin,e cuando tanto 1. icz
(11553). cap;. LXIII x ( l955: 26(352v xx) como (Jobo (11653] t.ib. 14, Clip. 8 1964 (II)
271 —223) se det caun <u su descripción porrnenori>’ada en al ros pasajes dc su abrí Sin
embargo, lo que si parece quedar patente es cómo en medio de este ambiente bélico en com-
petencia por los recursos, la ideología religiosa en estos momentos de crisis se mater,alízaba
sígnificatívamenle en eí paisaje. A nuestros efectos, las estructuras chulíparias vienen a ser
eso: manifestaciones arquitectónicas de Lina ideologia religiosa (funeraria) con ineludibles
implicaciones espaciales.
perdida entonces la identidad personalizada (le cada uno dc los muertos. consí der:idos todas en
su coíuunto cuino símbolo dc la unidad y la identidad dcl grupo. Este contexto ideológico será
el que ríos nineva a optar por el adjetivo calificativo de «ciánico».
ción del pasado. Así, en tanto monumentos, harán que la mutabilidad del
Tiempo se torne inmutable en el Espacio desde el no-tiempo de la muerte
refiriendo en consecuencia la ideología la contingencia del presente (com-
petencia económica y dc apropiación de territorios) como algo natural y
atemporal ordenado desde una dimensión ancestral, punto éste en el cual
consideramos que Mttmnzías’ and mortuary monumenís de William H. 1 sbell
(1997) supone un interesante l)tinto de inflexión en la Iradición interpretati-
va del fenómeno chul Ipario.
Pruebas de esta atemporalidad de naturaleza ancestral que reviste a los
moíí omentos (y rtí iii a s) nos las of-rece Pedro Cieza de León al relatar cómo
Del mismo modo, testimonio de cómo opera este capital simbólico atem-
poral de las estructuras funerarias puede encontrarse en las «hojas de servi-
cm» dc los señores charca o quillaca, que sistemáticamente incluyen la pre-
sencia de las chulípas de sus antepasados como evidencia de rango (Murra
1988: 72).
Sin embargo, y volviendo sobre la idea de frontera, quizás la expresión
(paisajística) más significativa del capital simbólico acumulado por las
estrmíeturas chitílparias venga a coincidir con su asociación a esos espacios de
transición a los que antes aludíamos. De la observación del paisaje andino
meridional, y así lo atestigua la documentación colon ial, se aprecia como son
paramos, heredades, pastizales y dehesas, cerrillos, vegas, despoblados, los
espacios elegidos para levantar estas estructuras funerarias, ocasionalmente
próximas pero normalmente apartadas de los asentamientos urbanos, que a
veces ven palabras de Fray Bartolomé de las Casas ([1552-1561?] Lib. III,
cap ( (Xl IX. 1967: 571), «parecian otro pueblo muy poblado, y cada uno
tenía It sepultura de su abrio y linaje». Ya veníamos planteándolo y esta
retcrenc¡ í dc. 1 Padre Las Casas contribuye aún más a reforzar ituestro argu—
maito It lc.ettira i macinaria ti-e las estructuras ehtillparias sc reviste de tin
cnt re nt im íe uto i nteri nr1exterior, propio/ajeno, como mecanismo simbólico de
constí necion de su mon umeníal dad. En tanto que el fenómeno chu lípario
desde aquellos factores ideológicos que, a nivel interno, legitiman las moda-
lidades de acceso, reparto y consumo de los recursos de que cada grupo dis-
pone (~k4).
E.n este sentido, hemos venido manejando la Arqueología de la Percep-
ción, como un modelo de análisis que, partiendo de una reordenación de
matei’iales naturales que genera un espacio cultural visible y permanente en
nc
~ y endesde unadeperspec-
función lo cual
interpretar la valoración del Tiempo y del Espacio de aquellos que particí—
paroui tIc él, en smima, la forma de pensarse a sí mismos (Criado 1989). Así
en el montímento subyace la idea (le conmemoración permanente, dc mate-
rial izacióíí cmi cl presente del recuerdo del pasado. Por consiguiente, en tan—
leenologia
(apró>. cuantitativa)
apróx. cualitativa
Ideología
Representación
simbólica Orden
de racionalidad
MONUMENTOS
IMISAJIZACION DEL ESPACIO, TERRITORIALIDAD DEL PAISAJE
ESTRUCTURAS CHULLPARIAS
MONUMENTOS
EXPRESIONES DE UN SISTEMA
DE IDEOLOGÍA-PODER
Con todo ello podemos concluir que si bien el fenómeno ehulípario tiene
una dimensión espacial, ésta no llega a reconstruir la humanización, ni efec-
tiva ni material, de su entorno, resultando entonces igualmente necesario con-
templar la construcción simbólica que lo ciñe para descubrir cómo se trans-
forma el espacio natural en paisaje social, puesto que la preminencia dc las
construcciones monumentales sobre el paisaje está señalando un tipo de apro-
píación (leí territorio apoyada frindamentalmente en recursos simbólicos que
upone n al medro natural un orden cmiItural
l-<esumiendu, y con ello terminamos, remarcaremos qmte desde nuestra
optíca las estructuras chu 1 Iparias no eonstitttirian entonces, en tanto monu—
menmos funerarios que solí, sino símbolos de ordenación territorial desde la
construcción de un paisaje social que hunde profundamente sus raíces en el
culto a los antepasados y qmte, lejos de poder definir - en última instancia, no
estamos más que en disposición de reconocer e interpretar —----de ahi la nece-
sidad de haber toca-do a lo largo de estas páginas aspectos diversos y de tan
distinta naturaleza Dc tal manera, podetnos caracterizar estas páginas que
.
AGRADECIMIENTOS
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