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UNIDAD EDUCATIVA INTERCULTURAL

“ALFREDO PEREZ GUERRERO”.

PROGRAMA DE PARTICIPACION ESTUDIANTIL

TEMA:

PREVENCION DE VIOLENCIA DE CUALQUIER TIPO Y CUIDADO E


FORTALECIMIENTO DEL AMBIENTE Y SU ENTORNO .

PRIMERO Y SEGUNDO DE BACHILLERATO

DOCENTES:

Lic. Benjamin Kaniras.


Mgs. Jose Santiak

AÑO LECTIVO:

2019-2020

Cuchaentza-Ecuador
PROYECTO DE PARTICIPACION ESTUDIANTIL

I.DATOS INFORMATIVOS:

 Nomnbre de la Institucion: Alfredo Pérez Guerrero.


 Distrito: Morona
 Provincia: Morona Santiago
 Canton: Morona
 Parroquia: Cuchaentza
 Jornada: Matutina
 Numero de estudiantes: 30
 Datos del docente facilitador: Mgs. Jose Santiak
 Teléfono: 0988036970
 Email: josesantiak@outlook.es

1.1 TEMA DEL PROYECTO DE PARTICIPACION ESTUDIANTIL.

PREVENCION DE VIOLENCIA DE CUALQUIER TIPO , CUIDADO E


FORTALECIMIENTO DEL AMBIENTE Y SU ENTORNO .

1.2 INSTITUCIONES RESPONSABLES:

Ministerio de Educacion y cultura


Unidad Educativa Intercultural.

1.2 DURACION:

Primer Quimestre:
Fecha de inicio: 15 de Noviembre 2019

Segundo quimestre:
Fecha de finalización: 28 de mayo 2020
1.3. ANTECEDENTES:

En el contexto del sistema de educación ecuatoriana ,se promueve una educación de


cambio y transformación con frecuencia para fortalecimiento de una educación de
calidad,universal e inclusiva, que busca formar el carácter, la inteligencia, y la
personalidad de los jóvenes, para que se integren en la vida social, como factores
positivos de bienestar, de mejoría en progreso y logros. Atraves de la participación de
los estudiantes desde la comunidad y la sociedad .

La Constitución de la República del Ecuador en el Art. 26 establece que: “la educación


es un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber ineludible e inexcusable
del Estado… en el marco del Buen Vivir. Las personas, las familias y la sociedad tiene el
derecho y la responsabilidad de participar en el proceso educativo”.
El reglamento general a ley Orgánica de Educación Intercultural, en su Título VI,
denominado “De la evaluación, calificación y promoción de los estudiantes”,
contempla el Programa de Participación Estudiantil, definiendo en sus artículos 202 y
203, su duración, las opciones y los requisitos para su aprobación.

El acuerdo ministerial N° 444-12, del 19 de octubre del 2012,en su artículo 1 dice:


Obligatoriedad.- Los estudiantes matriculados en el primer curso de bachillerato de las
instituciones educativas públicas, fiscomicionales y particulares, en todas las
modalidades del Sistema Nacional de Educación, a partir de los periodos escolares
2012-2013, en régimen Sierra, y 2013-2014, en régimen Costa, deben cumplir con las
doscientas horas (200) de Participación Estudiantil, divididas en cien (100) horas en el
primer curso de bachillerato, y cien (100) horas en el segundo curso de bachillerato, en
las opciones contempladas en el artículo 202 del Reglamento General a la Ley Orgánica
de Educación Interauricular”.

En la primera disposición transitoria de este mismo Acuerdo Ministerial señala que


“Los estudiantes matriculados en primero y segundo año de Bachillerato General
Unificado en Ciencias, en las instituciones educativas públicas, fiscomicionales y
particulares, en todas las modalidades del Sistema Nacional de Educación, en los
periodos escolares 2012-2013, en régimen Sierra y 2013-2014, en régimen Costa, por
esta única vez deben Haber aprobado cien (100) horas de Participación Estudiantil,
como requisito para la obtención del “Título de Bachiller”.
1.4. JUSTIFICACION.

Con este antecedente hemos propuesto crear el proyecto de educación en prevención de


violencia de cualquier tipo y el cuidado e fortalecimiento del ambiente del entorno escolar ,en
la unidad educativa Alfredo Pérez Guerrero. Que pretende ser implementado en base
fortalecer la responsabilidad en base a la `potenciación de conocimientos,
habilidades,destrezas y actitudes humanísticas para los estudiantes. Para abrir espacios de
dialogo, reflexión y compromiso hacia los grupos mas vulnerables.
Es importante destacar la labor de los estudiantes brigadistas, quienes asumen el
liderazgo en la ejecución de proyectos en beneficio de la institución junto con el
apoyo de la autoridades locales ,provinciales(CEFAS Y POLICIA NACIONAL) , docentes
y más actores de la comunidad.
Abordar temáticas sobre la LEY CONTRA LA VIOLENCIA A LA MUJER Y A LA FAMILIA .
En el suplemento del boletín institucional No. 14, señala: “La violencia, en cualquiera
de sus formas, genera dolor, rencor y sufrimiento. La imposición de la fuerza por sobre
los argumentos de la razón, no tiene otro destino que el garantizar la prolongación de
un ciclo condenado fatalmente a reproducir su lógica perversa, alimentar sus prácticas
y echar raíces en lo profundo de la individualidad del ser humano.
La violencia destruye, porque no acepta que el disfrute de los derechos a la libertad, la
igualdad y la no discriminación por cuestión de género constituya un camino para
llegar a la paz entre seres humanos. La violencia mata porque olvida que la vida es
importante y que es lo único que realmente tiene valor. La violencia anula porque se
niega a hacer visible la relación asimétrica que aún pervive en el relacionamiento de
mujeres y hombres.

En nuestro comunidad existe 1 de cada 6 mujeres mayores de 15 años, ha vivido algún


tipo de violencia, física, sexual o patrimonial, lo que representa más de tres millones
de mujeres ecuatorianas.

1. El 38% de mujeres han recibido golpes, han sido tironeadas, heridas y


lastimadas.
2. El 26% de mujeres ha sido víctima de violencia sexual que incluye la violación,
el atentado al pudor, el acoso laboral o la explotación sexual, y el mayor
porcentaje de víctimas corresponde a mujeres afro ecuatorianas.
3. El 17% de mujeres ha sido víctima de violencia patrimonial, que implica la
destrucción de sus bienes, su ropa y objetos personales.
4. En todos los tipos de violencia, el mayor porcentaje de agresores corresponde
a la pareja o ex pareja de la mujer.

1.5.BASE LEGAL.

 Constitucion de la republica del Ecuador.Arts. 347,numeral 2,4,6 y


literales,K,I,t,v.
 LOEI y su reglamento. Art. 57,58.
 Ley organica de salud arts 6,38 y 69.
 Ley contra la violencia a la mujer y a la familia .

1.6OBJETIVOS:

1.6.1 OBJETIVO GENERAL:

 Realizar acciones preventivas encaminadas a promover una conciencia social


en los estudiantes sobre la violencia e prevención de cualquier tipo y cuidado
e fortalecimiento del ambiente ,en el desarrollo integral del ser humano con el
fin de prevenir el riesgo de las familias victimas, para abrir espacios de
reflexión y compromiso hacia los grupos vulnerables.

1.6.2.OBJETIVO ESPECFIFCO:

 Fortalecer el conocimiento en la prevención de violencias de cualquier


tipo,generadas en la sociedad para promover una cultura de paz.

 Concienciar sobre la importancia en prevención de violencias para fortalecer


paz y armonía ,para alcanzar el bienestar individual familiar y social .

 Ejecutar talleres de prevención de violencias de cualquier tipo en todos los


niveles y años de educacion ,conjuntamente con los padres de familia y
estudiantes de la institución educativa.

 Socializar a los estudiantes de la institución sobre el prevención y cuidado del


ambiente dentro del contexto escolar y su entorno.

 Realizar brigadas de recolección de basura,mantener el ambiento limpio cero


basura para promover un ambiente sano y saludable .

2. ORGANIZACION.
Para atenuar esta grave situación, el ministerio de educación ,crear el programa de
participación estudiantil, buscando alcanzar logros significativos en los estudiantes ,
Para que inspiren en el marco del Buen vivir.

La brigada de trabajo de campo de acción estará a cargo del coordinador institucional


de PPE y del docente facilitador,tales como Lic. Benjamin Kaniras,Rector de la
institución,Lic. Diana Cedillo, Psicóloga del departamento del DECE, Lic. Jose Santiak y
técnico de la secretaria de DD.HH.

A través de las siguientes estrategias:

1. Fomentar los sentimientos solidarios ,cívicos y patrióticos, en crear hábitos de


cooperación ,disciplina y orden. Capacitar a los estudiantes, Consiente y
críticamente frente a los problemas que afronta la comunidad local, Crear un
espíritu de optimismo, confianza y suficiencia a través del vencimiento de
obstáculos.
2. Propiciar la unión de comprensión entre los ciudadanos.
3. Motivar las actitudes positivas frente a los problemas del medio ambiente y de
los seres humanos vulnerables.
4. Motivar a los estudiantes ,padres de familia y organismos de apoyo para que
participen en el programa de capacitación.
Instrucción a la temáticas del PP.EE.

1. Se impartirá en forma teórica ,objetiva y practica.


2. Se llevara un registro de asistencia general e individual y comportamiento de
los estudiantes.
3. Los estudiantes que participan en el programa deberán aprobar el programa
luego de presentar el informe ,de haber concluido los 100 horas establecidas .
4. Se coordinara con otros organismos como el distrito de educacion,
morona,secretaria de derechos Humanos,tenencia política ,Personal de la
policía de UPC mas cercano,participación de acuerdo a los programas-.
5. Los estudiantes de primero y segundo de bachillerato ,en el desarrollo de las
cuatro faces ,realizaran LA INSERCION EN LA COMUNIDAD EDUCATIVA Y
EMPODERAMIENTO,serán distribuidas en brigadas,para hacer mingas de
limpieza y la planificación de conferencias ,talleres a los estudiantes de octavo
al tercero de bachillerato,padres de familia con exposiciones de temas
específicos .

3. CARGA HORARIA

100 Horas primero de bachillerato


100 horas segundo de bachillerato

4.HORARIO:
La capacitación se realizara los días martes y jueves,durante 2 horas por dia y se
iniciara a las 1:20 a 3:20.
La reinserción a la comunidad se realizara desde el martes a viernes durante 1 hora y
se iniciara a partir de 11 :am hasta 12 .pm.
5.-CONTENIDOS –ACTIVIDADES:

1.-Inauguración del programa de participación estudiantil( 15 de noviembre del 2019).

2.- Introduccion e socialización en temáticas seleccionadas del PP.EE ,en desarrollo de


las bitácoras ,en normativas previstas, elaboración de informes final y aprobación .

3.- Charlas de capacitación a los estudiantes sobre: prevención de la violencia de


cualquier tipo , cuidado y fortalecimiento del ambiente . Con docente facilitador y mas
actores involucrado en abordar temáticas seleccionadas.
4.- Desarrollo y planificación del proyecto de participación estudiantil con ayudas de
brigadas respectivas de estudiantes del programa durante el primero y segundo
quimestre.

5.- Prevención en la comunidad educativa sobre prevención de la violencia de


cualquier tipo y cuidado e fortalecimiento del ambiente ,en la unidad educativa
,Alfredo Perez Guerrero.

6.- Erradicación de la violencia intrafamiliar de madres y niños e niñas de la unidad


educativa ,dentro de las familias y su apoderados, dentro del contexto social y cultural.
FASES DEL PROGRAMA PP.EE

Conocer:
• Objetivos y normativa del PPE.
• Habilidades para la vida.
• Cultura preventiva.
• Metodología de aprendizaje
basado en proyectos. 12 HORAS
• Emprendimientos y proyectos sociales.
INDUCCION • Fases del PPE (objetivos y tiempos)

Construir un trabajo escrito basado en 9


parámetros establecidos para un 20 HORAS
PLANIFICACION proyecto
social, que guiará el trabajo conjunto
hacia la resolución de la
problemática social identificada.

Ejecutar las actividades planificadas


en la fase anterior, conforme
IMPLEMENTACION al cronograma desarrollado. 60 HORAS

EVALUACIÓN .
Evaluar su participación en la
EVALUACION implementación de los proyectos 8 HORAS
educativos interdisciplinarios y los
resultados obtenidos.
Rúbrica entre pares
Elaboración de las Bitácoras
Escrito Final
Evaluación de Proyecto de PPE mediante
los criterios de evaluación establecidos

Fase

Semana
6.- CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES:
ACTIVIDADES, MES NOV. DIC. ENERO FEBR MARZO ABRIL MAYO
-SEMANAS.

FASE 1: Planificacion- X X
coordinacion.
FASE 1: Observación y X X
levantamiento de la
información.

FASE 3. Proceso de
capacitación:
talleres,exposiciones,
presentación de videos y
otras actividades.
FASE 4. La inserción en
la comunidad educativa
o empoderamiento de
las Brigadas:
exposiciones y mingas
de limpieza y acción de
protocolos.

CASA ABIERTA:
PREPARACION Y
EXPOSICION.
CLAUSURA DEL EVENTO

INFORME FINAL
BIBLIOGRAFIA:
LEY ORGANICA INTEGRAL PARA LA PREVENCION Y ERRADICACION DE VIOLENCIA.
LEY CONTRA LA VIOLENCIA DE LA MUJER Y FAMILIA

Elaborado por:

Mgs. Jose Santiak Lic. Benjamín Kaniras


DOCENTE FACILITADO RECTOR/COORDINADOR DE PP.EE
Violencia Contra La Mujer

En el suplemento del boletín institucional No. 14, señala: “La violencia, en


cualquiera de sus formas, genera dolor, rencor y sufrimiento. La imposición de
la fuerza por sobre los argumentos de la razón, no tiene otro destino que el
garantizar la prolongación de un ciclo condenado fatalmente a reproducir su
lógica perversa, alimentar sus prácticas y echar raíces en lo profundo de la
individualidad del ser humano.
La violencia destruye, porque no acepta que el disfrute de los derechos a la
libertad, la igualdad y la no discriminación por cuestión de género constituya un
camino para llegar a la paz entre seres humanos. La violencia mata porque
olvida que la vida es importante y que es lo único que realmente tiene valor. La
violencia anula porque se niega a hacer visible la relación asimétrica que aún
pervive en el relacionamiento de mujeres y hombres.
Y una sociedad que la interioriza, ante la falta de respuesta efectiva de sus
instituciones formales y culturales, no solo gesta con rapidez un sentimiento de
impotencia, sino que corre el riesgo de comenzar a asimilar la idea falaz de que
la impunidad es algo natural y de que, para combatirla no queda otra opción
que recurrir a la defensa por mano propia”; recalca que el 25 de noviembre de
cada año se celebra el día internacional por la eliminación de la violencia contra
la mujer.
Al respecto del día internacional, es menester señalar, que la dictadura de
Rafael Leónidas Trujillo, inicia su ascenso en 1930 en la República
Dominicana, país que había sido ocupado por militares americanos desde 1916
a 1924; dicho gobernante utilizó la violencia, la tortura y el asesinato contra sus
opositores,
El 4 de julio de 1959, un grupo de dominicanos en el exilio con el apoyo del
gobierno cubano ingresaron a su país con la intención de derrocar el régimen
de Trujillo, no lo lograron, pero se organizó la agrupación 14 de junio (14J) que
era militada por las hermanas Mirabar: Patricia, Minerva y María Teresa.
El 25 de noviembre de 1960, al descubrirse la conspiración, el gobierno de
dicho país asesinó a sus opositores, entre ellas a las hermanas antes
mencionadas; y es así, que aparecen aquellas a la historia como las
mariposas, su nombre clave dentro del movimiento 14 de junio.
El suplemento antes mencionado, señala que éstas son las razones históricas
para que simbólicamente se haya decidido esta fecha para recordar
públicamente el compromiso de los Estados y las sociedades todas en la
construcción de una vida libre de violencias.
Igualmente, se manifiesta en dicho boletín, lo siguiente:
1. 1 de cada 6 mujeres mayores de 15 años, ha vivido algún tipo de violencia, física,
sexual o patrimonial, lo que representa más de tres millones de mujeres
ecuatorianas.
2. El 38% de mujeres han recibido golpes, han sido tironeadas, heridas y lastimadas.
3. El 26% de mujeres ha sido víctima de violencia sexual que incluye la violación, el
atentado al pudor, el acoso laboral o la explotación sexual, y el mayor porcentaje
de víctimas corresponde a mujeres afro ecuatorianas.
4. El 17% de mujeres ha sido víctima de violencia patrimonial, que implica la
destrucción de sus bienes, su ropa y objetos personales.
5. En todos los tipos de violencia, el mayor porcentaje de agresores corresponde a la
pareja o ex pareja de la mujer.

Existe un informe de la Policía Nacional del mes de noviembre de 2018, en la


que señala que hay más de 72000 denuncias por violencia familiar, esto es
más que el año 2017, pues las mujeres están comenzando a denunciar; 52
femicidios en el 2018, mientras que en el año 2017 hubieron 71.
Existe una jurisprudencia colombiana, en un caso de casación discrecional por
violencia intrafamiliar, que señala las relaciones familiares y la violencia al
interior de las mismas; esto es, sus aspectos reales y concretos y de filosofía
jurídica; y expresamente dice: “En efecto, correspondía a la elección del
legislador la opción de determinar, por medio de la norma jurídica penal, si la
armonía y la unidad de la familia podía ser un bien jurídico protegido, y así lo
hizo en la ley 294 de 1996, caso en el cual institucionalizó el control penal para
cierta clase de conductas que el mismo debía individualizar y que regularmente
involucra un grado de violencia intolerable en la relación familiar (tipicidad) tal
como se previó en los artículos 22 y 23 del citado ordenamiento legal.
De igual manera, también corresponde al legislativo decidir cuáles conductas
desviadas dentro de la convivencia familiar, a pesar de serlo, pueden
resolverse en el desenvolvimiento del solo control social informal de la familia, y
cuando debe apelarse al recurso extremo de la solución penal.
Se dice lo anterior, porque por más loable que sea la dirección iusfilosófica o
política que invoque, el Estado social de derecho en Colombia, obligaba no
solo la protección de la familia, sino también del componente personal más
débil en la relación familiar, por medio de preceptos jurídicos explícitos,
precisos y previos, pues así se infiere de los mandatos constitucionales
insertos en los artículos 1, 2, 13 y 29 (Sentencias C-408 de 1996; C-285 de
1997; y, C-273 de 1998)
Así pues, como la denominada jurisprudencia o doctrina legal, es la que fijan
los tribunales u órganos superiores de la administración de justicia, por medio
del conjunto de los principios que sirven de fundamento a cada uno de sus
fallos (ratio descidendi), es fácil advertir que el sistema jurídico creado por el
legislador constituye la premisa mayor del razonamiento judicial y, por ende, el
desarrollo de la jurisprudencia no podía desconocer normas vigentes, con más
veras si llegaran a ser avaladas por un juicio de asequibilidad de la Corte
Constitucional. Ello no impide, desde luego, que los jueces, a la hora de
resolver problemas sociales, hagan uso de criterios políticos-criminales o
criminológicos, siempre que no desborden principios positivizados como los de
legalidad e igualdad”.

¿Qué es la Violencia?

Es una acción ejercida por una o varias personas en donde se somete de


manera intencional al maltrato, presión, sufrimiento, manipulación u otra acción
que atente contra la integridad tanto física como psicológica, moral, o a
cualquier persona o grupo de personas.
Como señala el abogado Eduardo Cárdenas Molina: “Al retroceder la historia
podemos afirmar que la violencia de género ha existido desde siempre, con la
complicidad de la religión, la familia y el Estado, como parte de una estructura
social llamada patriarcado. En las últimas décadas, la concientización colectiva
frente a los crímenes en contra de la mujer ha prosperado, provocando
protestas y movilizaciones masivas de relevancia internacional,
complementadas de una difusión a gran escala por medios de comunicación y
redes sociales, logrando impulsar importantes reformas legales”.
Dicho abogado tiene razón, pues como he manifestado la Asamblea Nacional
dictó la Ley Orgánica para Erradicar la Violencia Contra las Mujeres y el
Presidente Constitucional dictó el Reglamento; pero, como señala el Diario
Expreso, a un año de aprobada dicha ley, está desfinanciada, pues el plan para
erradicar la violencia sexual en el sistema educativo, corre igual suerte; de tal
modo que las buenas intenciones de la Asamblea Nacional, se estrellan en el
muro del presupuesto, así se deduce de dos informes conocidos por la
Asamblea, uno del grupo parlamentario por los derechos de las mujeres.
Igualmente, el Diario La Hora, de la ciudad de Quito, del día lunes 21 de enero
de 2019, a raíz de la muerte de una mujer apuñalada por su pareja en plena
calle de la ciudad de Ibarra, emite un editorial en primera página que titula Por
la Paz y la Humanidad, y se plantea varias interrogantes ¿En qué momento nos
olvidamos de nuestra humanidad? ¿cuándo nos volvimos capaces de matar y
de violar y de acosar y amedrentar? ¿cómo fue que llegamos a pensar que eso
podría ser tolerable y normal? ¿cuándo nos volvimos una amenaza de nosotros
mismos?

Principales tipos de violencia

Como lo señala el plan de capacitación: “Ecuador sin violencia, educamos para


prevenir”, implementado por el doctor Washington Pesantes Muños en su
calidad de Fiscal General del Estado:
1. Violencia Familiar: “La forma más común de violencia contra la mujer es la
violencia en el hogar o en la familia. Las investigaciones demuestran
sistemáticamente que una mujer tiene mayor probabilidad de ser lastimada, violada
o asesinada por su compañero actual o anterior que por otra persona.

Los hombres pueden patear, morder, abofetear, dar un puñetazo o tratar de


estrangular a sus esposas o compañeras, les pueden causar quemaduras o
tirar ácido en la cara, pegar o violar, con parte corporal u objetos agudos; y
usar armas letales para apuñalarlas o dispararles. A veces las mujeres son
lesionadas levemente y en algunos casos son asesinadas o mueren como
resultados de sus lesiones.
La naturaleza de la violencia contra la mujer en el ámbito familiar, ha propiciado
comparaciones con la tortura. Las agresiones están destinadas a lesionar la
salud psíquica de la mujer al igual que su cuerpo, y suelen ir acompañadas de
humillación y violencia física. Al igual que la tortura, las agresiones son
impredecibles y guardan poca relación con el comportamiento de la mujer.
Finalmente, las agresiones pueden sucederse una semana tras otra, durante
muchos años.
La violencia en la familia se da principalmente por la falta de respeto entre sus
miembros, por el machismo, por la incredulidad de las mujeres, etc.
Se puede presentar en cualquier familia, de cualquier clase social, una forma
de prevenirla es alertando a toda la comunidad a respetar a sus miembros.”

2. Violencia psíquica o mental: “La violencia psicológica, incluye maltrato verbal en


forma repetida, acoso, reclusión y privación de los recursos físicos, financieros y
personales. Para algunas mujeres, los insultos incesantes y la tiranía que
constituye el maltrato emocional quizá sean más dolorosos que los ataques físicos
porque socaban eficazmente la seguridad y la confianza de la mujer en sí misma.
Un solo episodio de violencia física puede intensificar enormemente el significado y
el impacto del maltrato emocional. Se ha informado que las mujeres opinan que el
peor de los malos tratos no es la violencia misma sino la tortura mental y vivir con
miedo y aterrorizada”.

La doctrina, dice, en definitiva, violencia psíquica es aquella que produce


o puede producir lesiones psíquicas del mismo modo que la violencia
física es la que ocasiona lesiones físicas; no olvidemos que la violencia
psíquica está definida en la Ley y el Reglamento para Erradicar la
Violencia Contra las Mujeres.
En el informe del Defensor del Pueblo de España en 1998, sobre la
violencia doméstica, se definía a la violencia psíquica, como: “Cualquier
acto o conducta intencionada que produce desvaloraciones,
sufrimientos, o agresión psicológica de la mujer”; y añadía: “medios
comisivos de la agresión síquica, pueden ser vejaciones, insultos,
crueldad mental, gritos, amenazas, humillaciones, etc. (…)”.
Concluyen señalando: “Existe u total paralelismo entre las violencias
físicas y las lesiones físicas y las violencias psíquicas y las lesiones
psíquicas.
Este paralelismo deriva de la idéntica protección constitucional que tiene
el derecho a la vida y la integridad de todas las personas (…).
Como ya hemos dicho, el síndrome de la mujer maltratada es
clínicamente objetivable y por tanto puede y debe ser objeto de
acreditación en los correspondientes partes médicos (…)
Es cierto que las violaciones psíquicas pueden tener un plus de dificultad
en su acreditación, pero ello solo nos va a exigir una más rigurosa y
atenta instrucción y la puesta a disposición del sistema judicial de
especialistas médicos en la materia que conozcan, comprendan y se
comprometan en sus informes”.

3. Violencia lo niños, derechos y medidas cautelares; esto es, derechos de


aquellos, y como dice el Código Orgánico de la Niñez y Adolescencia, derechos de
supervivencia; relacionadas al desarrollo; a la protección, etc.

Recalco que, como es de conocimiento general, la Asamblea Nacional, en el


Suplemento del Registro Oficial No 175 del 5 de febrero del 2018, dictó la Ley
Orgánica para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres; derogó
expresamente la Ley Contra la Violencia a la Mujer y la Familia, publicada en el
Registro Oficial No 839 del 11 de diciembre de 1995 y todas sus reformas;
además reformó el Código del Trabajo, la Ley Orgánica del Servicio Público, el
COIP, el COOTAD y el Código Orgánico de la Función Judicial; en dicha ley,
se señala el procedimiento y otorgamiento de medidas de protección inmediata,
etc.; e igualmente, el Presidente Constitucional Lenin Moreno Garcés, mediante
Decreto Ejecutivo No. 397, dicta el Reglamento a dicha Ley, publicada en el
Registro Oficial No 154 de 4 de julio del 2018, en la que se señala entre otras
cosas, el procedimiento para el otorgamiento de medidas administrativas de
protección inmediata.
Recordemos, que el día de la no violencia en contra de la mujer, por
disposición del Ministerio de Salud Pública, mediante Acuerdo Ministerial 1009,
publicado en el Registro Oficial No. 83 del 8 de diciembre de 1998, es el 25 de
noviembre de cada año, por las razones anotadas en páginas anteriores.
Recuerdo, que la primera mujer de Adán, fue Lilith, que es la mujer
emblemática que se revela contra la violencia del hombre. En una próxima obra
trataré con detalle este importante tema
PRINCIPALES CAUSAS Y CONSECUENCIAS

Por: Dra. María Elena Moreira


Funcionaria de la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador.
LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER tiene muchas formas de expresión que hoy son
reconocidas como graves impedimentos al derecho de la mujer a participar plenamente en la
sociedad y constituyen un obstáculo para el desarrollo. Como lo señala la experta Hanna Binstock,
"se puede afirmar que la violencia contra la mujer es la expresión más dramática de la desigualdad;
la diferencia entre este tipo de violencia y las otras formas de agresión que se manifiestan en las
sociedades como producto de la dominación que ciertos sectores o grupos ejercen sobre otros, es que
en la violencia contra la mujer, el riesgo o la vulnerabilidad están dados por la sola condición de
tal"1.
Reflejo en la familia
Las sociedades presentan formas de violencia que repercuten en todas las relaciones humanas, de
modo que la violencia estructural (social, política y económica) también se refleja en la familia y en
las relaciones de género que se establecen en la cotidianidad del trabajo y del estudio. Por tal motivo,
la violencia contra las mujeres en el ámbito doméstico no es un fenómeno desvinculado de un
contexto social que refuerza y reproduce concepciones sexistas y un orden social discriminatorio
basado en la producción y reproducción históricas del sistema de género. Este tipo de violencia tiene
múltiples causas, entre las que se destacan, según los autores Giberti y Fernández, las condiciones
socioculturales que la generan; por una parte, la división sexual del trabajo y, por otra, aspectos
ideológico-culturales adquiridos en el proceso de socialización diferencial y en el aprendizaje
cotidiano de roles y atributos psíquicos estereotipados que se otorgan a varones y mujeres y que, una
vez asimilados en sus identidades , crean condiciones que contribuyen a la violencia. Los roles y
características asignados culturalmente a las mujeres restringen sus opciones y su autonomía y
responden a una violencia represiva y simbólica que se expresa en las limitaciones que se les
imponen para acceder al trabajo, la participación social, los procesos de adopción de decisiones y al
poder en todos sus niveles; esto constituye lo que se conoce como "violencia invisible", en la que se
inscriben las situaciones objetivas de agresiones ya sean físicas, psíquicas o sexuales, directas o
indirectas.
La violencia intradoméstica pone en tela de juicio a la familia, como institución social que
proporciona seguridad, protección y afecto, ya que la familia se estructura a partir de fuertes lazos de
dominación y de notables desigualdades en las relaciones de poder que afectan a las mujeres; el rol
que se les asigna en la vida conyugal supone sumisión, dependencia y la aceptación de la autoridad
indiscutible del hombre y de un conjunto de normas y conductas que limitan su desarrollo. Por ello,
la violencia dentro del hogar se utiliza como un instrumento de poder.
En todas las clases sociales y culturas
Es importante destacar que los estudios realizados indican que, en general, no se puede atribuir la
violencia de género en el ámbito doméstico a patologías individuales o desórdenes psíquicos, ni
únicamente a factores derivados de la estructura socioeconómica o del medio externo, puesto que los
agresores y abusos se presentan en todos los estratos sociales. Así, la Resolución 1990/15 del
Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas reconoce que la violencia contra la mujer en la
familia y en la sociedad penetra y cruza todas las clases sociales y culturas. Además, el alcoholismo,
la cesantía y el hacinamiento y otros problemas, no se consideran causas directas de la violencia,
sino factores desencadenantes o asociados.
Consecuencias sociales, económicas políticas
La violencia de género que ocurre en el entorno familiar tiene consecuencias sociales, económicas y
políticas para toda la sociedad, puesto que reproduce y perpetúa un sistema de discriminación y
subordinación de más de la mitad de la población y constituye una violación de los derechos
humanos.Para el autor Rico, la violencia refleja la inexistencia de una estructura sociopolítica
caracterizada por una mayor simetría en las relaciones sociales que permita fortalecer las
democracias, a la vez que constituye un elemento que por vía directa o indirecta frena el desarrollo
armónico de los países.
La violencia de género es un motivo de preocupación de distintas organizaciones internacionales, no
sólo por sus consecuencias físicas y psíquicas individuales sino también porque supone mayores
demandas a los servicios de salud general y de emergencia y por el alto costo económico que tiene
para los países.
En el Informe sobre el desarrollo del Banco Mundial, publicado en 1993, se indica que en economías
de mercado se puede determinar el número de años de vida saludable perdidos por las mujeres en
edad reproductiva (15 a 44 años), por muerte prematura o enfermedades atribuibles directamente a la
victimización de género causada por violaciones y violencia doméstica.
Además, aunque estos problemas no pueden considerarse en sí mismos enfermedades, son
importantes factores de riesgo que incrementan la incidencia de ciertos fenómenos como los
traumatismos, la depresión y el feminicidio.
La violencia también inhibe la participación de las mujeres en la adopción de decisiones, tanto
dentro del hogar como en el ámbito laboral, político, económico, social, por lo que influye
directamente en su participación pública y, por lo tanto, en el ejercicio de su ciudadanía.
Costo social
Asimismo, el costo social de la violencia de género incluye la inacción de la sociedad, que no toma
medidas para defender los derechos humanos de las mujeres y, por lo tanto, ignora lo que sucede
cotidianamente y niega la discusión pública de estos delitos, su significación política y su reparación
social. La violencia de género es una conducta que ha sido asimilada a una forma de relación
conyugal y que, debido al prejuicio que lleva a no inmiscuirse en la privacidad de la vida
matrimonial y familiar, ha sido silenciada tanto por la sociedad como por las propias víctimas.
Sin embargo, la denuncia por parte de las mujeres a las agresiones y maltratos en el hogar es un
fenómeno nuevo que obedece, por una parte, a la creación de instituciones en las que pueden
solicitar ayuda policial y legal y, por otra, a la mayor conciencia de las mujeres de sus derechos
como personas y ciudadanas, gracias a la evolución doctrinaria y jurídica de tales derechos y a las
tendencias contemporáneas que en este campo se han desarrollado.
Tendencias contemporáneas de la lucha contra la violencia intrafamiliar: de lo privado a lo
público
Como ya vimos, la dependencia jurídica, económica y social de las mujeres las han hecho
históricamente subordinadas y especialmente vulnerables a la agresión masculina. La dependencia
jurídica se manifiesta ya en el Derecho Romano, con las instituciones de la patria potestad y la
potestad marital. Durante la Edad Media, las religiones toleraron, e incluso estimularon la agresión
física a las mujeres. En los siglos XVIII y XIX, las leyes familiares admitían los derechos de los
hombres a cometer abusos, pues la violencia física contra la esposa se consideraba una "corrección
punitiva", según nos relata la autora Hanna Binstock. En la legislación napoléonica, la mujer, al
igual que los menores, era considerada incapaz jurídicamente. En las legislaciones latinoamericanas,
por ejemplo, de inspiración romana y napoleónica, hasta hace pocos años se consagraba la noción de
propiedad y autoridad masculina en desmedro de las mujeres, consideradas legalmente como
"eternas menores de edad o discapacitadas".
Si bien la Organización de los Estados Americanos comenzó a tomar medidas concretas contra la
discriminación legal en virtud del sexo2, ya en los años veinte, la cotidianidad de la violencia de
género en los hogares dejó al descubierto las deficiencias de los sistemas jurídicos, debido a la falta
de figuras legales que tipifiquen los delitos, sancionen a los agresores y protejan a las víctimas. La
falta de una legislación específica no sólo puede considerarse como una carencia, sino también como
una complicidad de la ley con la realidad social discriminatoria de las mujeres que contribuyó a la
invisibilidad del fenómeno.
En resumen, no se trata de un fenómeno nuevo, sino por largo tiempo poco conocido o no
considerado como problema por cuanto se basa en conductas que en el pasado fueron aceptadas, y
además, circunscritas al ámbito de la vida privada. Indudablemente, la diferenciación entre la esfera
pública y privada ha debilitado la defensa de los derechos de las mujeres. Todavía hoy, las mujeres
en la familia están representadas en la sociedad a través de la unidad familiar encabezada por el
hombre y, por ello, el tema de las mujeres jefas de hogar, que ha surgido en los últimos años, no ha
logrado aún penetrar en la estructura social, basada en la jefatura masculina.
El impulso realizado por el movimiento de mujeres desde mediados de los años cincuenta, promovió
el tema de la violencia intrafamiliar a nivel internacional. En la década de los sesenta, como
resultado de los movimientos feministas, se inicia en Europa una corriente de reforma del derecho de
familia orientada por el principio de igualdad entre los hijos, entre el padre y la madre y entre los
esposos.
En América Latina, desde 1977, año en que se adoptó el Plan de Acción Regional sobre la
Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social, se ha reconocido la necesidad de
revisar la legislación y las normas jurídicas vigentes que se relacionan con la violencia sexual y
física contra la mujer. La aprobación, en 1979, de la Convención sobre la Eliminación de todas las
formas de Discriminación contra la Mujer, reforzó estos procesos de reformas. Además en dicho
Plan se recomienda la adopción de medidas para asegurar que las investigaciones relacionadas con
esos delitos sean de carácter confidencial (CEPAL 1977) y en los países de la región se han
desplegado importantes esfuerzos para que se promulguen leyes específicas sobre el tema. Por otra
parte, la reforma de los códigos penales y civiles y de las leyes en general, que se inició en la década
de los ochenta, a la luz de los principios de la doctrina europea de los años sesenta, le ha otorgado al
problema una preocupación política.
Antes de la Convención de Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la Mujer, las discusiones en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de
la Mujer y otros foros internacionales, no consideraban el tema de la violencia como tema de
derechos humanos que requería una respuesta de los gobiernos; por el contrario, el fenómeno estaba
reducido a ciertas categorías de mujeres como las refugiadas y las trabajadoras migrantes. Parte de la
comunidad internacional consideraba la violencia contra la mujer como un tema privado entre
individuos y no un tema público de derechos humanos que exige acción por parte de los Gobiernos y
de la comunidad internacional.
Para la experta Hanna Binstock, la "aprobación de la Convención en 1979, que marca un hito en la
evolución de la protección de los derechos de la mujer, no planteó claramente el tema; sólo
tangencialmente se refiere a él al exigir a los Estados las medidas apropiadas para modificar los
patrones socioculturales de conducta, con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y
prácticas consuetudinarias, que estén basados en la superioridad o inferioridad de cualquiera de
los sexos. Sin embargo, esta Convención, por cuanto exige a los Gobiernos que elimine la
discriminación no sólo en la esfera pública, sino también en la privada, fue uno de los puntos de
partida para una serie de resoluciones internacionales que definitivamente sacaron la temática del
ámbito privado."3
Para las Naciones Unidas, la más importante contribución del movimiento de mujeres al tema de los
derechos humanos fue traspasar la visión socialmente arraigada de que la violencia contra la mujer
era un asunto privado y considerar que todas las formas de violencia contra la mujer, incluyendo los
abusos domésticos, eran tema de preocupación pública e internacional.
La problemática de la violencia contra la mujer se plantea en forma expresa por primera vez en
1980, en la Conferencia Mundial del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer, reunida en
Copenhague. Entre sus 48 Resoluciones se incluye una titulada "La mujer maltratada y la violencia
en la familia". En esta Resolución se reconoce que los malos tratos infligidos a familiares
constituyen un problema de graves consecuencias sociales que se perpetúa de una generación a otra.
En 1982, el Consejo Económico y Social, reunido en Ginebra, resolvió que los malos tratos contra
mujeres y niños, la violencia en la familia y las violaciones, constituyen una ofensa a la dignidad del
ser humano. En 1983 una encuesta mundial realizada por las Naciones Unidas sobre la situación de
la mujer y la administración de los sistemas de justicia penal, reveló la gravedad de la violencia
doméstica y lo inadecuada que resultaba la justicia penal frente a estos hechos.
En 1985, la Conferencia Mundial de Nairobi que marcó el final del Decenio de las Naciones Unidas
para la Mujer, por primera vez incluyó la violencia contra la mujer en la familia como tema relativo
a la paz, al señalar que los golpes, las mutilaciones, quemaduras, el abuso sexual y la violación
constituyen un importante obstáculo para la paz; estableció como prioridad la eliminación de la
violencia en la familia y planteó la necesidad de que los gobiernos traten de crear conciencia pública
sobre la violencia contra la mujer como un fenómeno social, pero no se categorizó aún la violencia
contra la mujer como una violación de derechos humanos.
Es en 1986 que el Consejo Económico y Social declara que la violencia en la familia es
una grave violación de los derechos de la mujer.
En agosto de 1992, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer presentó unproyecto
de Declaración sobre violencia contra la mujer que fue aprobado por la Asamblea General en
diciembre de 1993. En la referida Declaración se reconoce que la violencia contra la mujer es un
obstáculo para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz y que las oportunidades para que la
mujer alcance la igualdad legal, social, económica y política se ven continuamente limitadas por la
violencia.
En 1994, se inicia una nueva fase en la lucha contra la violencia intrafamiliar, cuando la Comisión
de Derechos Humanos nombra un Relator Especial para reunir información y recomendar medidas
nacionales, regionales e internacionales para eliminar la violencia contra la mujer y sus causas. Esta
acción fue el resultado inmediato de la Recomendación de la Conferencia Mundial de Derechos
Humanos , realizada en Viena, en 1993, que consideró la violencia contra la mujer como tema de
derechos humanos. En noviembre de 1994, el Relator Especial propuso laformulación de
un Protocolo Opcional a la Convención de 1979 que permitiera a las víctimas de la violencia un
derecho de petición individual, una vez agotadas las instancias locales. Esta propuesta fue
aprobada en 1995.
En 1995, la Asamblea General urgió a los Estados a reforzar en sus legislaciones las sanciones
penales, civiles, laborales y administrativas, para castigar la violencia contra la mujer en el hogar,
lugarde trabajo, en la comunidad y en toda la sociedad; y declaró todas las formas de violencia
sexual y de tráfico sexual como una violación de los derechos humanos de las mujeres y de las niñas.
La Plataforma de Acción adoptada en 1995, en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer,
realizada en Beijing, plantea el estudiar las causas de la violencia contra la mujer y buscar métodos
para elaborar estrategias de prevención.
En el ámbito latinoamericano, la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), en julio de 1990
realizó la Primera Consulta Interamericana sobre la Mujer y la Violencia y en 1994 se aprueba en
Belém do Pará la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia
contra la Mujer. Esta Convención reconoce que la violencia de género perpetrada por agentes del
Estado o personas privadas constituye una grave violación a los derechos humanos y, en
consecuencia, los Estados tienen la responsabilidad de castigarla, prevenirla y erradicarla.
La respuesta de los países de la Región al tema de la violencia contra la mujer ha sido la de
promulgar leyes especiales, en particular sobre violencia en la familia o violencia doméstica
(Ecuador aprobó su propia ley en noviembre de 1995), normas sobre acoso sexual y plantear algunas
reformas en los textos normativos penales para tipificar como delito las agresiones contra la mujer.
Aquellos países que han aprobado Planes de Igualdad también han incorporado el tema en forma
expresa. (Ecuador lo aprobó en 1996). Este movimiento legislativo se inició en 1989, año en que
Puerto Rico sanciona la Ley 54 de Prevención e Intervención en Violencia Doméstica. Todas las
leyes promulgadas responden a principios de la Declaración sobre la eliminación de la violencia
contra la mujer y la Convención Interamericana. Además, reiteran lo establecido en la Conferencia
de Nairobi. Constituyen un gran avance porque hacen visible el tema en la sociedad y son un
instrumento en la lucha contra la violencia, no sólo en protección de la mujer sino de la familia.
Todas las leyes dictadas se inscriben en una estrategia de justicia para las víctimas y disuasiva y
represiva para los agresores. En cuanto a su contenido, en algunas se incluyen políticas estatales y en
todas se define la violencia, se crean instancias de denuncia, se establecen procedimientos más o
menos expeditos, medidas de protección a las víctimas y sanciones al generador del daño.
Esta retrospectiva histórica sobre los avances legislativos contra la violencia intrafamiliar permite
concluir que la tendencia actual de trasladar el tema de lo privado a lo público, implica por tanto que
la violación de los derechos humanos de las mujeres no se limita a los actos cometidos o amparados
directamente por los gobiernos, sino que éstos tienen responsabilidad social y política por los
cometidos por terceros, si no han tomado las medidas necesarias para prevenir, investigar y
castigar actos de violencia. De acuerdo con este criterio, el Estado pasaría a ser cómplice de los
hechos cuando no ofrece a las mujeres la protección necesaria frente a la violación de sus derechos,
así como por actuar en forma discriminatoria al no prevenir y castigar los actos de violencia de
género, negando a las mujeres la protección de la ley en condiciones de igualdad. De igual
manera, la incapacidad del Estado para poner fin a las condiciones sociales, económicas y
culturales que hacen vulnerables a las mujeres ante la violencia de género, determina que sea
responsable de ésta, puesto que debe contribuir activamente a erradicar las injusticias y
desigualdades que se manifiestan en las relaciones de género. Sin embargo, la obligación afirmativa
del Estado de proteger los derechos humanos de todos los ciudadanos (mujeres y varones), en toda
circunstancia, no elimina el conflicto que se plantea entre la posibilidad de una intervención
estatal arbitraria en la vida privada de las personas y, por otra parte, el control de todo
aquello que impide el establecimiento de relaciones familiares equitativas; ambas alternativas
merecen un análisis detallado y deben encuadrarse en el marco de las libertades individuales.
Debido a que los derechos humanos son indivisibles, no se pueden reconocer o defender algunos
más que otros. Los derechos de las mujeres deben recibir la misma atención que los demás y en
conjunto con aquellos que suelen considerarse más apremiantes o importantes. La aplicación de un
enfoque integrado con respecto a los derechos humanos es lo único que puede asegurar la existencia
real de cada uno de ellos, para que no se reduzcan a meras categorías formales.
En este sentido, los indudables avances logrados en la región en el proceso de ampliación de
derechos formales de las mujeres, aún no se han visto complementados por su aplicación práctica y
cotidiana dentro y fuera de las esferas de la administración de justicia; por lo tanto, si bien el
adelanto legislativo significó una mayor cobertura declarativa, las posibilidades de ejercicio de sus
derechos por parte de las mujeres siguen estando restringidas por las resistencias ideológicas que se
presentan.
Violencia de género y Administración Judicial
A pesar de que el derecho procesal debiera ser una consecuencia lógica de los mandatos jurídicos, en
los países en que ya se ha tipificado el delito, las normas penales al parecer no son efectivas porque
los procedimientos están pensados para esclarecer hechos acaecidos en lugares públicos y entre
personas no ligadas por lazos afectivos o de parentesco. Es muy común que cuando las mujeres
inician un procedimiento legal las denuncias no prosperen; esto se debe, entre otros, a los siguientes
motivos: el empleo de argumentos en defensa de la estabilidad familiar por parte de los funcionarios
del poder judicial, para que la víctima desista de presentar la demanda; la falta de "pruebas
contundentes" para iniciar un proceso; la falta de testigos oculares "objetivos" (los niños no se
consideran testigos válidos, además que es muy difícil que declaren contra el padre del cual
dependen afectiva y económicamente y del que temen represalias); la lentitud de los trámites; la
rigidez y complejidad de los procesos penales que desalientan a las víctimas y el hecho de que, en
general, las mujeres no desean que su pareja reciba una condena privativa de la libertad, sino que
buscan protección y apoyo para salir de la situación de violencia en la que se encuentran.
En relación con este último punto, en Chile y Argentina ha habido casos de jueces que obligan a los
agresores a terapia psicológica, pero la decisión de hacerlo responde a iniciativas personales, mas no
a políticas generales de rehabilitación y prevención de reincidencia. Sin embargo, la tendencia de
someter a los agresores a terapia individual y de hacerlos participar en grupos de autoayuda de
hombres violentos va cobrando cada vez más fuerza.
Los estudios realizados indican que la respuesta social al fenómeno de la violencia de género debe
incluir necesariamente la eliminación de las trabas institucionales a las que se enfrentan las
mujeres y que, según el autor Viano, conducen a la "victimización secundaria", ya que cuando
solicitan ayuda se las trata con hostilidad o son atendidas en forma negligente y discriminatoria por
los funcionarios encargados de brindarles apoyo. Muchas veces se culpa a la víctima, se pone en
duda su versión de los hechos, se tiende a ignorar la gravedad de las agresiones, asociándolas a otros
factores como embriaguez y adulterio y, en general, se presentan grandes resistencias a los cambios
legales recientes. Varios países de la región han respondido al desafío de redefinir el papel que
pueden desempeñar los funcionarios públicos en el control y la prevención de la violencia de género
y han iniciado programas de capacitación y sensibilización del personal del poder judicial.
En todo el mundo se reconoce que la fuerza policial desempeña un rol fundamental en relación con
la violencia intrafamiliar, tanto a nivel preventivo como asistencial. Se considera que es un elemento
clave de la respuesta social que un país da esta problemática, por ser la única institución que ofrece
una combinación del poder coercitivo del Estado y accesibilidad, debido a que en la mayoría de los
países es el único servicio disponible las veinticuatro horas del día y con una cobertura geográfica
total. Los datos confirman que, en términos generales, la respuesta de la policía a las demandas de
las víctimas de la violencia de género no es satisfactoria y que existe una tendencia a la
victimización secundaria. En la región se ha comenzado a crear comisarias de mujeres y a dar
capacitación y formación a los funcionarios de la policía de ambos sexos.
En 1985 abrió sus puertas en Sao Paulo la primera Delegación de la mujer, integrada sólo por
mujeres (oficiales, detectives y trabajadoras sociales). En su primer año de funcionamiento, el
cuartel respondió a 200 denuncias y en 1988 una sola unidad recibió 7000. Siguiendo este ejemplo,
en 1992 ya se habían creado 240 comisarías dependientes de los gobiernos estaduales en Brasil y en
1993 ya había en Colombia 70 comisarías de familia, que fomentan la negociación entre los
involucrados como mecanismo para superar la violencia intrafamiliar. En Ecuador, el Ministerio de
Gobierno y Policía aprobó el 9 de marzo de 1994 la creación de comisarías de mujeres en cuatro de
las principales ciudades del país (Quito, Guayaquil, Cuenca y Portoviejo); esta iniciativa se ha
ampliado a otras ciudades como Esmeraldas y Ambato. A partir de esta fecha, varias organizaciones
de mujeres realizan actividades de información y capacitación con el objeto de que las comisarías se
conviertan en instrumentos efectivos de defensa de las víctimas. La existencia de estas instituciones
ha conducido a la prestación de una mejor atención a las víctimas y, además, la sistematización de
los datos estadísticos recopilados ha permitido identificar los grupos de mujeres más afectadas y
conocer las distintas formas que adopta la violencia de género en los países.
Las denuncias oportunas y los procedimientos penales y judiciales eficaces contribuyen a la
interrupción de la agresión en forma significativa. Un estudio evaluativo realizado por los
autores Ulloa y Vargas, del equipo jurídico del Centro de Atención de Violencia Doméstica de la
Municipalidad de Santiago de Chile, demuestra que un 72.5% de los casos, los agresores que reciben
una citación de autoridades policiales y judiciales, o se enteran de que están siendo investigados,
dejan de cometer actos de violencia, porque se dan cuenta de que ya no son impunes; en cambio, un
5% acentúa su conducta violenta. En un 22.5% de los casos se desconoce la reacción del agresor,
porque las mujeres retiraron las denuncias o porque el proceso recién se había iniciado.
En América Latina y el Caribe hay acuerdo que no es suficiente la promulgación de leyes; sino que
también es necesario que las mujeres las conozcan y sepan cuáles son sus derechos, para exigir que
se los respete y sentirse protegidas por un marco legal que no permite que los delitos de que son
objeto queden en la impunidad y que la sociedad los ignore. Esta es la idea que sirve de base a la
labor de la mayoría de los centros de atención a mujeres golpeadas y las oficinas y consultorios
jurídicos que reciben apoyo de organizaciones no gubernamentales, como el Centro de Servicios
Legales para la Mujer (CENSEL) de República Dominicana, la Oficina Jurídica de la Mujer de
Cochapamba (Bolivia), la Casa de la Mujer de Chimbote (Perú) y el Centro Ecuatoriano para la
Promoción y Acción de la Mujer (CEPAM), para mencionar algunos.
El Comité Latinoamericano para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM), creado en
Lima en 1987 y que actualmente tiene filiales en más de diez países de la región, ha realizado un
importante aporte a la consideración de la violencia desde el punto de vista jurídico. El Comité ha
organizado seminarios y debates y publicado estudios dedicados a la legislación sobre la familia, el
derecho constitucional y laboral y los derechos humanos; en éstos se aplica el enfoque de género y
una comprensión alternativa del derecho en el que se toman en cuenta las necesidades e intereses de
las mujeres.
Concluciones
Es importante señalar que las leyes especiales en contra de la violencia intrafamiliar tienen el sentido
de ir más allá de la tipificación del delito; se busca atender de manera integral los diferentes aspectos
y necesidades; comprender en un mismo texto alternativas punitivas, remedios civiles y medidas
educativas dirigidas a la prevención y concientización y la tipificación, como conducta delictiva, del
mayor número de posibles manifestaciones de violencia contra la mujer: físíca, psicológica, verbal,
sexual o la dirigida hacia objetos o seres humanos apreciados por ella.
En consecuencia, para que sean completas deben abarcar no sólo las medidas cautelares, sino
tipificar las infracciones a los ordenamientos civiles y penales, lo cual jurídicamente es
inobjetable por tener la violencia intrafamiliar características muy específicas y diferentes a
las de la violencia que se produce fuera de la relación de pareja o del ámbito que se reconoce
comofamilia.
Sin embargo, según la autora Hanna Binstock, "para reforzar los conceptos y hacer coherente el
sistema normativo, debe reformarse algunas normas de los ordenamientos civiles y penales. Así, por
ejemplo, en materia civil, debe incluirse la violencia en la pareja como causal de separación y de
divorcio, es decir que luego del procedimiento previsto en la Ley especial, la violencia debe
considerarse como causal de separación y de divorcio sin necesidad de nuevas pruebas. Igualmente,
la violencia contra los hijos como causal de privación de la patria potestad. En materia penal, los
bienes jurídicos tutelados en la tipificación de los delitos de violación y abusos sexuales, deben ser
la "integridad personal" y la "libertad" y no la "honra" y la "honestidad"4
Además, las leyes especiales contra la violencia deben señalar en todas sus normas la prevención y
erradicación de la violencia contra la mujer en la familia, y si bien la ley sola no cambia los
comportamientos culturales, sin ella, la impunidad se mantiene.
Adicionalmente, el procedimiento para acceder a la justicia debe ser lo más ágil y expedito
posible. La denuncia del hecho de violencia debe facilitarse al máximo. Por ello el suministro de
formularios y asistencia para llenarlos es muy positivo porque permite actuar directamente, sin
necesidad de mayores conocimientos. La posibilidad de denuncia ante la Policía y la existencia de
espacios privados en este organismo y en los Tribunales es otra medida adecuada. Lo ideal es la
creación de Comisarías para la Mujer que reciban las denuncias y que se fortalezcan las ya
existentes. Igualmente facilita la denuncia el que cualquier persona que tenga conocimiento de los
hechos pueda presentarla y el imponer esta obligación a los funcionarios públicos, que en razón de
su desempeño, tienen conocimiento de los mismos.
Los procesos de conciliación o mediación que se incluyen en casi todas las leyes especiales no
deben tener como único objetivo proteger la unión de la pareja, en desmedro de la integridad física y
psíquica de la víctima. Por ello lo más recomendable es encargar la mediación a personal
especialmente capacitado para esta función, que podría ser en el ámbito propicio de la Comisaría
para la mujer.
Es necesaria una capacitación especializada de los funcionarios judiciales (jueces, secretarios) y de
la Policía, que debe comprender la sensibilización sobre esta problemática y la normativa legal
existente.
En cuanto a las medidas cautelares y de protección previstas en las leyes especiales, para que
cumplan su objetivo deben ser inmediatas y no deben dictarse por un tiempo, sino deben ser
mantenidas hasta tanto se determine que el bien jurídico protegido está seguro.
Para asegurar la brevedad y eficacia del proceso, es necesaria la creación de organismos de
seguimiento que dependan del Tribunal o de la instancia administrativa encargada de la violencia en
la familia y que evalúe si las conciliaciones, las medidas de protección y las sanciones se han
cumplido , así como determine los efectos entre la víctima y el agresor.
A fin de que la sanción a la violencia sea un hecho, se debe establecer que una vez presentada la
denuncia no se puede desistir de ella, ya que comúnmente la no comparecencia de la denunciante
implica el desistimiento y falta de continuación del proceso.
Para luchar eficazmente contra la violencia, es necesario también promover planes de acción
concretos, con lapsos determinados de cumplimiento y con asignación presupuestaria. Ecuador
cuenta con un Plan de Igualdad de Oportunidades (1996-2000) y por iniciativa del Ministerio de
Relaciones Exteriores, con un Plan Nacional de Derechos Humanos, único en el continente,
calificación que le ha concedido la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos, al constituir ley de la República y también por haber sido elaborado, de manera
ejemplar, con el consenso del Estado y de la sociedad civil. En el Plan Nacional se incorpora de
manera destacada el problema de la violencia en la familia y se establecen mecanismos concretos
para su erradicación. Actualmente está por aprobarse el Plan Operativo de los derechos de las
mujeres, en el que se incluyen actividades específicas contra la violencia de género, con sus
respectivos cronogramas de trabajo. Este Plan Operativo ha sido elaborado por el Estado y la
sociedad civil.
La Educación es prioritaria en la lucha contra la violencia, sobre todo a nivel preventivo. Una
medida importante podría ser imponer por ley la incorporación en los curricula de educación
preescolar, primaria y media, contenidos dirigidos a transmitir y socializar a los alumnos en los
valores de la igualdad, el respeto, la tolerancia, la solución pacífica de los conflictos y la preparación
para la vida familiar con derechos y obligaciones domésticas compartidas entre hombres y mujeres.
Igualmente la incorporación del tema en los curricula de formación profesional de médicos,
asistentes sociales y abogados.
Los medios de comunicación tienen también enorme importancia en la erradicación de la violencia
de género. El Estado para dar cumplimiento a sus obligaciones de prevención, debe promover
la autorregulación de los medios de comunicación y formular una normativa que oriente y
ponga marcos que impidan o diluyan la transmisión de mensajes violentos. Esto, a mi modo de
ver, no compromete la libertad de expresión al imponer por ley la obligación de incluir en las
programaciones habituales, mensajes para prevenir la violencia en la pareja y en la familia y
reservarse el mismo Estado espacios para la difusión de valores. Una vía interesante sería la
inclusión de normas específicas en los códigos de ética profesional que rigen a los periodistas. En
resumen, una sociedad democrática requiere de un balance entre la libertad de expresión y el respeto
de los derechos humanos, es necesario, en consecuencia, enfatizar la responsabilidad de los medios
para lograr este equilibrio.
A más de los procedimientos judiciales, a veces, para cambiar las actitudes y frenar la violencia,
puede ser más eficaz la sanción social, como el avergonzar a los agresores en lugares públicos
(iglesia, comunidad de vecinos).
Finalmente sólo las medidas sociales, económicas y culturales que promuevan la igualdad
podrán erradicar definitivamente la violencia en familia, pues como vimos, es la desigualdad de
género, lo que hace a la mujer vulnerable a la violencia.
Como ya lo dijo Gabriel García Marquez, en la Revista Time, hace algunos años, "la única idea
nueva que podría salvar a la humanidad en el siglo XXI es que las mujeres asuman la dirección del
mundo. Creo que la hegemonía masculina ha dilapidado una oportunidad de diez mil años. Los
hombres hemos menospreciado y ridiculizado la intuición femenina, y por otro lado, a lo largo de la
historia hemos santificado nuestras ideologías, casi todas absurdas o abominables. La estructura
del poder masculino ha demostrado que no puede impedir la destrucción del medio ambiente,
porque es incapaz de sobreponerse a sus propios intereses. Para las mujeres, en cambio, la
preservación del medio ambiente es una vocación genética. Invertir los poderes es un asunto de vida
o muerte".5

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