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Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)

1 de diciembre de 2017

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Datos y cifras

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad pulmonar progresiva y


potencialmente mortal que puede causar disnea (al principio asociada al esfuerzo) y que
predispone a padecer exacerbaciones y enfermedades graves.

De acuerdo con el Estudio de la Carga Mundial de Morbilidad, la prevalencia de la EPOC en 2016


fue de 251 millones de casos.

Se estima que en 2015 murieron por esta causa cerca de 3,17 millones de personas en todo el
mundo, lo cual representa un 5% de todas las muertes registradas ese año.

Más del 90% de las muertes por EPOC se producen en países de bajos y medianos ingresos.

La principal causa de la EPOC es la exposición al humo del tabaco (fumadores activos y pasivos).

Otros factores de riesgo son la exposición al aire contaminado, tanto de interiores como de
exteriores, así como al polvo y el humo en el lugar de trabajo.

La exposición a la contaminación del aire en interiores puede afectar al feto y es un factor de


riesgo de EPOC en una etapa posterior de la vida.

Algunos casos de EPOC son consecuencia del asma crónica.

La incidencia de la EPOC puede aumentar en los años venideros a causa de la mayor prevalencia
de tabaquismo y al envejecimiento de la población en muchos países.
Muchos casos de EPOC se podrían evitar abandonando pronto el hábito tabáquico y evitando
que los jóvenes lo adquieran. Por eso es importante que los países adopten el Convenio Marco
para el Control del Tabaco (CMCT) y apliquen el programa de medidas MPOWER, a fin de que no
fumar sea la norma en todo el mundo.

La EPOC es una enfermedad incurable, pero el tratamiento puede aliviar los síntomas, mejorar
la calidad de vida y reducir el riesgo de defunción.

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad pulmonar caracterizada


por una reducción persistente del flujo de aire. Los síntomas empeoran gradualmente y la disnea,
que es persistente y al principio se asocia al esfuerzo, aumenta con el tiempo hasta aparecer en
reposo. Es una enfermedad que no siempre se llega a diagnosticar, y puede ser mortal. A menudo,
también se utilizan los términos «bronquitis crónica» y «enfisema» para referirse a a ella.

Factores de riesgo

La principal causa de la EPOC es la exposición al humo del tabaco (fumadores activos y pasivos).
Otros factores de riesgo son:

la contaminación del aire de interiores (por ejemplo, la derivada de la utilización de


combustibles sólidos en la cocina y la calefacción);

la contaminación del aire exterior;

la exposición laboral a polvos y productos químicos (vapores, irritantes y gases);

las infecciones repetidas de las vías respiratorias inferiores en la infancia.

Muchos casos de EPOC son prevenibles. La puesta en marcha mundial del Convenio Marco de la
OMS para el Control del Tabaco (CMCT) reducirá la prevalencia del tabaquismo y la carga mundial
de la EPOC.

Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco

Población en riesgo
Antes, la EPOC era más frecuente en los hombres. Sin embargo, debido a que el índice de
tabaquismo en los países de ingresos altos es similar entre hombres y mujeres y a que, en los
países de ingresos bajos, las mujeres suelen estar más expuestas al aire contaminado de interiores
(procedente de los combustibles sólidos utilizados para la cocina y la calefacción), la enfermedad
afecta hoy casi por igual a ambos sexos.

Más del 90% de los fallecimientos por EPOC se producen en países de ingresos medianos y bajos,
donde las estrategias eficaces de prevención y tratamiento no siempre se aplican o no son
accesibles para todos los enfermos.

Síntomas

La EPOC tiene una evolución lenta y generalmente se hace evidente a partir de los 40 o los 50 años
de edad. Sus síntomas más frecuentes son la disnea (dificultad para respirar), la tos crónica y la
expectoración (con mucosidad). A medida que la enfermedad empeora, los esfuerzos del día a día
como subir unos cuantos escalones o llevar una maleta, o incluso las actividades cotidianas,
pueden hacerse muy difíciles.

Los pacientes sufren frecuentes exacerbaciones, es decir, episodios más intensos de disnea, tos y
expectoración, que pueden durar de días a semanas. Estos episodios pueden ser muy
incapacitantes, requieren atención médica de urgencia (incluso hospitalización) y, en ocasiones,
pueden ser mortales.

Diagnóstico y tratamiento

La presencia de EPOC se sospecha en las personas que padecen los síntomas descritos
anteriormente y se confirma mediante una prueba denominada espirometría, que mide el
volumen de una espiración efectuada con un máximo esfuerzo y la rapidez con que se espira el
aire.

La EPOC no se cura. Sin embargo, el tratamiento farmacológico y la fisioterapia pueden aliviar los
síntomas, mejorar la capacidad de ejercicio y la calidad de vida y reducir el riesgo de muerte.
El tratamiento más eficaz y menos costoso de la EPOC para los fumadores es, precisamente, dejar
de fumar, ya que retrasa la evolución de la enfermedad y reduce la mortalidad por la enfermedad.
En algunos casos, el tratamiento con corticosteroides inhalados es también beneficioso.

La disponibilidad de opciones diagnósticas y terapéuticas para la EPOC varía según los recursos. La
OMS ha publicado unas directrices con recomendaciones específicas para el tratamiento de esta
enfermedad en la atención primaria en entornos con pocos recursos.

Prevención y control de las enfermedades no transmisibles: directrices para la atención primaria


en entornos con pocos recursos

Respuesta de la OMS

La lucha contra la EPOC forma parte de las actividades generales de prevención y control de las
enfermedades no transmisibles que lleva a cabo la Organización, cuyos objetivos son:

aumentar la sensibilización acerca de la epidemia mundial de enfermedades crónicas;

crear ambientes más saludables, sobre todo para las poblaciones pobres y desfavorecidas;

reducir los factores de riesgo comunes de las enfermedades no transmisibles, tales como el
consumo de tabaco y la exposición al humo del tabaco como fumador pasivo, la contaminación de
interiores y de exteriores, así como las dietas malsanas y la inactividad física;

prevenir las muertes prematuras y las discapacidades evitables relacionadas con las principales
enfermedades no transmisibles.

El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) es una respuesta a la
mundialización de la epidemia de tabaquismo y tiene por objetivo proteger a miles de millones de
personas de la exposición nociva al humo del tabaco. Es el primer tratado sanitario mundial que ha
negociado la Organización Mundial de la Salud y ha sido ratificado ya por más de 180 países.

La OMS también encabeza la Alianza Mundial contra las Enfermedades Respiratorias Crónicas
(GARD), una alianza voluntaria de organizaciones, instituciones y organismos nacionales e
internacionales que trabajan para alcanzar el objetivo común de reducir la carga mundial de
enfermedades respiratorias crónicas y lograr un mundo en el que todos podamos respirar
libremente. La Alianza se centra, en particular, en las necesidades de países de ingresos medianos
y bajos, así como de poblaciones vulnerable

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)

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Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad pulmonar común. La EPOC
causa dificultad para respirar.

Hay dos formas principales de EPOC:

Bronquitis crónica, la cual implica una tos prolongada con moco

Enfisema, el cual implica un daño a los pulmones con el tiempo

La mayoría de las personas con EPOC tienen una combinación de ambas afecciones.

Causas

La causa principal de la EPOC es el tabaquismo. Cuanto más fume una persona, mayor
probabilidad tendrá de desarrollar EPOC. Pero algunas personas fuman por años y nunca padecen
esta enfermedad.

Enfisema

En pocos casos, los no fumadores que carecen de una proteína llamada alfa-1 antitripsina pueden
presentar enfisema.

Otros factores de riesgo para la EPOC son:


Exposición a ciertos gases o emanaciones en el sitio de trabajo

Exposición a cantidades considerables de contaminación o humo indirecto de cigarrillo

Uso frecuente de fuego para cocinar sin la ventilación apropiada

¿Qué es la EPOC?

Recoursos y videos para pacientes de habla hispana

La EPOC (sigla de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica) es una enfermedad pulmonar


progresiva que, con el tiempo, hace que sea difícil respirar.

Puntos clave

La EPOC es crónica. En otras palabras, vive con ella todos los días.

Puede causar discapacidad grave a largo plazo y la muerte prematura.

No hay cura para la EPOC, pero a menudo es prevenible y tratable.

La EPOC es conocida también como bronquitis crónica o enfisema.

Con la EPOC, las vías respiratorias en los pulmones se inflaman y se engrosan, y el tejido donde se
intercambia el oxígeno es destruido. El flujo de aire hacia adentro y hacia afuera de los pulmones
disminuye. Cuando eso sucede, en los tejidos del cuerpo entra menos oxígeno y se hace más difícil
deshacerse del dióxido de carbono residual. A medida que la enfermedad empeora, se hace más
difícil mantenerse activo debido a la dificultad para respirar.

¿Cuáles son los síntomas de la EPOC?

Muchas personas no experimentan síntomas de la EPOC hasta alcanzar etapas avanzadas de la


enfermedad. A veces las personas piensan que les es difícil respirar o que son menos capaces de
hacer las cosas que suelen hacer porque "simplemente están envejeciendo". Pero la dificultad
para respirar nunca es normal.
Si experimenta cualquiera de estos síntomas, o piensa que podría estar en riesgo de sufrir EPOC,
es importante hablar con su médico.

Tos crónica

Dificultad para respirar al realizar las actividades cotidianas (disnea)

Infecciones respiratorias frecuentes

Color azulado de los labios o debajo de las uñas (cianosis)

Fatiga

La producción de una gran cantidad de mucosidad (también llamada flema o esputo)

Sibilancia

¿Quién está en riesgo de sufrir EPOC?

La detección temprana de la EPOC es la clave para el tratamiento y el control efectivo. Hable con
su médico acerca de su riesgo de sufrir EPOC si sucede algo de lo siguiente:

Fuma o tiene antecedentes de tabaquismo. Alrededor del 80 al 90 por ciento de todos los casos
de EPOC son causados por el consumo de cigarrillos. El humo del cigarrillo puede debilitar la
defensa de sus pulmones contra las infecciones, estrechar las vías respiratorias, causar hinchazón
en los conductos respiratorios y destruir los alvéolos pulmonares.

Está expuesto a la contaminación del aire. La contaminación en el aire, así como polvos y humos
irritantes, especialmente en el trabajo , también pueden causar EPOC.

Tiene deficiencia de alfa-1. Un pequeño número de personas tiene una forma rara de EPOC que
se conoce como enfisema asociado a la deficiencia de alfa-1. Esta forma de EPOC es causada por la
falta hereditaria de una proteína protectora en la sangre.

¿Ha sido diagnosticado con EPOC?


Una parte importante del control de su EPOC es aprender a hablar con su médico y otros
profesionales de la salud sobre cómo se siente, cómo tomar sus medicamentos y otros
tratamientos médicos. Otra parte importante del control de su EPOC es encontrar la ayuda de
otras personas que comparten su enfermedad y muchas de las mismas experiencias. A
continuación le presentamos tres consejos para ayudarlo a controlar su EPOC.

La administración de medicamentos es la clave.

Muchas personas pueden vivir de manera óptima con EPOC y evitar exacerbaciones o brotes
cuando toman su medicación con regularidad y de la manera correcta. Puede trabajar con su
médico para crear un plan de control. Asegúrese de tomar sus medicamentos según las
indicaciones.

Busque apoyo social.

Vivir con EPOC puede hacerlo sentir solo. Se ha demostrado que el apoyo social mejora la
calidad de vida en los pacientes con EPOC. Ya sea mediante un grupo de apoyo en persona o en
línea, puede ayudarse a sí mismo y a otros a enfrentar esta enfermedad.

Trate bien a sus pulmones.

Cuidar de su salud y sus pulmones puede ayudarlo a controlar su EPOC y a sentirse lo mejor
posible. Pregúntele a su médico acerca de la rehabilitación pulmonar para ayudar a aumentar su
fuerza. Si fuma, deje de hacerlo. Evite irritantes pulmonares como el humo de segunda mano, la
contaminación o los productos químicos peligrosos. Evite las multitudes y asegúrese de estar al día
con sus vacuna
Fibrosis pulmonar

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Introducción

La fibrosis pulmonar es una afección en donde el tejido profundo de sus pulmones se va


cicatrizando. Esto hace que el tejido se vuelva grueso y duro. Esto dificulta recuperar el aliento y es
posible que la sangre no reciba suficiente oxígeno.

Las causas de la fibrosis pulmonar incluyen contaminantes ambientales, algunos medicamentos,


enfermedades del tejido conectivo o la enfermedad pulmonar intersticial (grupo de enfermedades
que causan inflamación o cicatrización en los pulmones) pero en la mayoría de los casos, no se
encuentra una causa. Esto se llama fibrosis pulmonar idiopática.

Los síntomas pueden incluir:

Dificultad para respirar

Una tos entrecortada y seca que no mejora

Cansancio

Pérdida de peso sin razón aparente

Dolores en los músculos y en las articulaciones

Acropaquia o dedos en palillo de tambor (clubbing, en inglés; en esta afección, las puntas de los
dedos de las manos y los pies se agrandan y las uñas se curvan)

Su doctor puede usar su historia clínica, pruebas por imágenes, una biopsia y/o pruebas de la
función de los pulmones para diagnosticar la fibrosis pulmonar. No existe una cura. Los
tratamientos se centran en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Estos incluyen
medicamentos, terapia con oxígeno, rehabilitación pulmonar o trasplante de pulmón.

Descripción general
Ilustración de fibrosis pulmonar

Fibrosis pulmonar

La fibrosis pulmonar es una enfermedad pulmonar que se produce cuando el tejido pulmonar se
daña y se producen cicatrices. Este tejido engrosado y rígido hace que sea más difícil que tus
pulmones funcionen correctamente. A medida que la fibrosis pulmonar empeora, tienes cada vez
más dificultad para respirar.

La formación de cicatrices relacionada con la fibrosis pulmonar puede deberse a diversos factores.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, los médicos no pueden individualizar la causa del
problema. Cuando no puede encontrarse una causa, la afección recibe el nombre de fibrosis
pulmonar idiopática.

El daño en los pulmones causado por la fibrosis pulmonar no puede repararse, pero los
medicamentos y las terapias en ocasiones pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la
calidad de vida. Para algunas personas, podría ser adecuado realizar un trasplante de pulmón.

Atención de la fibrosis pulmonar en Mayo Clinic

Síntomas

Entre los signos y síntomas de la fibrosis pulmonar, pueden mencionarse los siguientes:

Dificultad para respirar (disnea)

Tos seca

Fatiga

Pérdida de peso sin causa aparente

Dolor en los músculos y en las articulaciones

Ensanchamiento y redondeo de las puntas de los dedos de los pies o de las manos (hipocratismo
digital)
La evolución de la fibrosis pulmonar y la gravedad de los síntomas pueden variar
considerablemente de una persona a otra. Algunas se enferman rápidamente y presentan un
cuadro grave. Otras tienen síntomas moderados que empeoran más lentamente, en el transcurso
de meses o años.

En algunas personas, los síntomas pueden empeorar rápidamente (exacerbación aguda), por
ejemplo, dificultad grave para respirar, que puede extenderse varios días o semanas.
Posiblemente, se les colocará un respirador artificial a estas personas. El médico también puede
recetar antibióticos, corticoesteroides u otros medicamentos para tratar la exacerbación aguda.

Solicite una Consulta en Mayo Clinic

Causas

La fibrosis pulmonar produce cicatrices y engrosa el tejido que rodea las bolsas de aire (alvéolos)
de los pulmones. Esto dificulta el paso del oxígeno al torrente sanguíneo. El daño puede deberse a
muchos factores diferentes, incluidos la exposición por un largo plazo a determinadas toxinas,
ciertos trastornos médicos, radioterapia y algunos medicamentos.

Factores ocupacionales y ambientales

La exposición por un largo plazo a ciertas toxinas y contaminantes puede dañar tus pulmones.
Tales factores incluyen los siguientes:

Harina de sílice

Fibras de asbesto

Polvo de metales duros

Polvo de carbón

Polvo de granos

Excremento de pájaros y animales


Tratamientos con radiación

Algunas personas que reciben radioterapia para el cáncer de pulmón o de mama presentan signos
de daño pulmonar meses y, en ocasiones, años después del tratamiento inicial. La gravedad del
daño puede depender de lo siguiente:

La proporción del pulmón que estuvo expuesta a radiación

La cantidad total de radiación administrada

Si se recibió también quimioterapia

La presencia de una enfermedad pulmonar no diagnosticada

Medicamentos

Muchos medicamentos pueden dañar tus pulmones, sobre todo medicamentos como los
siguientes:

Medicamentos para quimioterapia. Los medicamentos diseñados para matar células cancerosas,
tales como el metotrexato (Trexall, Otrexup y otros) y la ciclofosfamida, también pueden dañar el
tejido pulmonar.

Medicamentos para el corazón. Algunos medicamentos que se utilizan para tratar los latidos
irregulares del corazón, tales como la amiodarona (Cordarone, Nexterone, Pacerone), pueden
dañar el tejido pulmonar.

Algunos antibióticos. Algunos antibióticos, tales como la nitrofurantoína (Macrobid,


Macrodantin y otros) o el etambutol, pueden causar daño pulmonar.

Medicamentos antiinflamatorios. Algunos medicamentos antiinflamatorios, tales como


rituximab (Rituxan) o sulfasalazina (Azulfidine), pueden causar daño pulmonar.

Afecciones
El daño pulmonar también puede producirse como resultado de varias afecciones, incluidas las
siguientes:

Dermatomiositis

Polimiositis

Enfermedad mixta del tejido conjuntivo

Lupus eritematoso diseminado

Artritis reumatoide

Sarcoidosis

Esclerodermia

Neumonía

Son muchas las sustancias y afecciones que pueden causar fibrosis pulmonar. De todas maneras,
en muchos casos, nunca se encuentra la causa. La fibrosis pulmonar sin una causa conocida se
llama fibrosis pulmonar idiopática.

Los investigadores tienen varias teorías sobre el posible desencadenante de la fibrosis pulmonar
idiopática, que incluyen los virus y la exposición al humo de tabaco. Además, algunas formas de
fibrosis pulmonar idiopática son hereditarias, y la herencia puede incidir en la fibrosis pulmonar
idiopática.

Es probable que muchas personas con fibrosis pulmonar idiopática también tengan reflujo
gastroesofágico, una enfermedad que se produce cuando el ácido del estómago vuelve al esófago.
Se está evaluando en investigaciones en curso si el reflujo gastroesofágico puede ser un factor de
riesgo para la fibrosis pulmonar idiopática, o si el reflujo gastroesofágico puede causar una
progresión más rápida de la enfermedad. Sin embargo, deben realizarse más investigaciones para
determinar la relación entre la fibrosis pulmonar idiopática y el reflujo gastroesofágico.

Factores de riesgo

Los factores que te hacen más propenso a la fibrosis pulmonar comprenden los siguientes:
Edad. Si bien se ha diagnosticado fibrosis pulmonar en niños y bebés, es más probable que el
trastorno afecte a adultos de mediana edad y mayores.

Sexo. La fibrosis pulmonar idiopática afecta con mayor frecuencia a los hombres que a las
mujeres.

Tabaquismo. Muchos más fumadores y ex fumadores padecen fibrosis pulmonar que personas
que nunca fumaron. La fibrosis pulmonar puede producirse en pacientes con enfisema.

Determinadas ocupaciones. Las personas que trabajan en minería, agricultura o construcción o


que están expuestas a contaminantes que se sabe dañan los pulmones tienen mayor riesgo de
presentar fibrosis pulmonar.

Tratamientos oncológicos. Recibir tratamientos con radiación en el tórax o determinados


fármacos para quimioterapia puede aumentar el riesgo de fibrosis pulmonar.

Factores genéticos. Algunos tipos de fibrosis pulmonar son hereditarios, y los factores genéticos
podrían ser un componente.

Complicaciones

Entre las complicaciones de la fibrosis pulmonar, pueden mencionarse las siguientes:

Presión arterial alta en los pulmones (hipertensión pulmonar). A diferencia de la presión arterial
alta sistémica, esta afección repercute solo en las arterias de los pulmones. Se inicia cuando el
tejido cicatricial comprime las arterias y los capilares más pequeños, lo cual incrementa la
resistencia al flujo sanguíneo en los pulmones.

Esto, a su vez, eleva la presión dentro de las arterias pulmonares y en la cámara cardíaca inferior
derecha (ventrículo derecho). Algunas formas de hipertensión pulmonar son enfermedades graves
que se agravan progresivamente y, a veces, provocan la muerte.

Insuficiencia cardíaca derecha (cor pulmonale). Esta afección grave se produce cuando la cámara
inferior derecha del corazón (ventrículo) debe bombear más que lo normal para transportar la
sangre por las arterias pulmonares que están obstruidas parcialmente.
Insuficiencia respiratoria. A menudo, esta es la última etapa de la enfermedad pulmonar
crónica. Ocurre cuando los niveles de oxígeno en la sangre decaen demasiado.

Cáncer de pulmón. La fibrosis pulmonar de larga data también aumenta el riesgo de que se
desarrolle cáncer de pulmón.

Complicaciones pulmonares. A medida que la fibrosis pulmonar avanza, puede derivar en


complicaciones como coágulos sanguíneos en los pulmones, colapso pulmonar o infecciones
pulmonares.

Fibrosis Pulmonar

Carla Martínez Dantí

6 julio, 2017

Fibrosis Pulmonar

Cuando el tejido pulmonar se va cicatrizando poco a poco y se vuelve duro y más grueso provoca
que sea más difícil recuperar el aliento o respirar con normalidad. En estos casos, hablamos de
fibrosis pulmonar; una afección que puede darse debido al consumo de tabaco excesivo o a la
exposición prolongada a ciertas sustancias como el acero o el plomo. ¿Quieres saber más sobre
esta enfermedad que afecta directamente al sistema respiratorio? En tuSíntoma te lo contamos
todo sobre la fibrosis pulmonar, sus causas más comunes, los síntomas que produce dicha
patología y los mejores tratamientos para que el pronóstico de evolución sea favorable.

Qué es la fibrosis pulmonar

La fibrosis pulmonar se trata de una enfermedad que afecta al sistema respiratorio. Se origina
cuando el tejido pulmonar empieza a cicatrizar y se vuelve más grueso y más duro, es decir, se
cambia el tejido pulmonar por tejido colágeno. Este hecho provoca dificultad a la hora de retomar
aliento, impidiendo respirar con facilidad y obtener el oxígeno adecuadamente, es decir,
reduciendo la función pulmonar e impidiendo que el oxigeno llegue correctamente a la sangre y,
por ende, a las demás células del cuerpo. Esta limitación pulmonar puede producir grandes
cambios hemodinámicos y clínicos e, incluso, conducir a la muerte en caso de que no se trate
correctamente.

Esta enfermedad es común en personas de media o avanzada edad y puede evolucionar de


manera variable según el paciente y su contexto. En algunos casos puede que no se empeore
durante años o puede evolucionar rápidamente, siendo éstos últimos los casos más peligrosos que
requieren un diagnóstico rápido.

Causas

Aunque se desconoce la causa que provoca que el tejido pulmonar se convierta en tejido
colágeno, hay ciertos factores que aumentan el riesgo de padecer fibrosis pulmonar. El más
frecuente es el tabaco, una de las causas principales del desarrollo de esta afección. La cantidad de
cigarrillos que se fuman al día, así como los años que lleva siendo fumador incrementan las
posibilidades de la aparición de fibrosis en los pulmones.

Existen otros motivos por los que se puede desarrollar esta enfermedad:

Las inflamaciones crónicas.

Los trastornos comunes de la circulación sanguínea.

Los procesos degenerativos o de envejecimiento. En estos casos se habla de una fibrosis


pulmonar idiopática.

Otras de las causas más comunes en el origen de la fibrosis pulmonar son las infecciones por virus,
bacterias, hongos y/o parásitos, las enfermedades sistémicas como la colagenosis o la artritis
reumatoide o la exposición a sustancias nocivas como los aerosoles, los polvos de serrín, madera
de pino, al acero, al plomo o al latón, entre otras.

Los antidepresivos y otros medicamentos comunes también pueden colaborar en el desarrollo de


la fibrosis pulmonar. Y tampoco debemos obviar la influencia de los factores ambientales, tanto en
el medio rural como en el urbano, que pueden incidir directamente sobre el sistema respiratorio.

Síntomas

Los síntomas de la fibrosis pulmonar pueden variar dependiendo de la causa que la ha provocado.
No obstante, el paciente tendrá dificultad para respirar o recuperar el aliento después de realizar
un esfuerzo físico. Entre los síntomas más comunes destacan:
Dificultad para respirar y recuperar el aliento después de realizar esfuerzos.

Dolor o molestia en el área del pecho

Tos seca, persistente o crónica.

Cansancio, fatiga y debilidad.

Dolor muscular y articular.

Pérdida de peso sin motivo aparente.

Pérdida de apetito.

Diagnóstico y tratamiento

Cualquier insuficiencia pulmonar debe ser controlada por un médico. En el caso de la fibrosis
pulmonar es necesario que el doctor realice un examen clínico completo para poder diagnosticar
la enfermedad y preescribir el tratamiento adecuado para superarla. Las pruebas más habituales
son radiografías torácicas, tomografías e incluso toma de muestra de tejido pulmonar para
descartar otras posibles enfermedades (biopsia).

Teniendo en cuenta que el origen de la fibrosis pulmonar no es concreto y que existen múltiples
factores que pueden influir en el desarrollo de la enfermedad, no existe un protocolo determinado
para su tratamiento. Habitualmente se utilizan corticoides para reducir las molestias y el dolor y
recobrar la función respiratoria. Si bien estos fármacos no hacen desaparecer la enfermedad,
pueden ayudar a aliviar los síntomas y producir mejorías en los pacientes de fibrosis pulmonar.
Otros tratamientos eficaces que el médico podría preescribir son la pirfenidona o el nintedanib.

No dudes en consultar a tu médico ante cualquier síntoma que afecte a tu sistema respiratorio. El
diagnóstico en estos casos es fundamental para prevenir complicaciones. Recuerda, también, que
seguir unos hábitos de vida saludables ayudarán a reducir los factores externos que pueden influir
directamente en el desarrollo de fibrosis pulmonar.
Saber más sobre la neumonía

La neumonía es una infección del pulmón que puede ser causada por múltiples microorganismos
(bacterias, virus y hongos).

Las neumonías se clasifican según se adquieren en el día a día de una persona (neumonía
adquirida en la comunidad) o en un centro sanitario (neumonía hospitalaria).

Cualquiera puede sufrir neumonía, y existen muchos factores que determinan que una persona
sea más susceptible a infección por unos microorganismos u otros. Por ejemplo, en personas
sanas, la neumonía más común es la producida por una bacteria llamada neumococo
(Streptococcus Pneumoniae). En cambio, en personas ingresadas en centros hospitalarios, otras
bacterias poco comunes en la comunidad son más frecuentes.

En los países desarrollados es la sexta causa de muerte. Se observan aproximadamente entre 7 y


15 casos por cada 1.000 personas al año.

Neumonía

2 de agosto de 2019

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Datos y cifras

La neumonía es responsable del 15% de todas las defunciones de menores de 5 años y se calcula
que mató a unos 920 136 niños en 2015.

La neumonía puede estar causada por virus, bacterias u hongos.

La neumonía puede prevenirse mediante inmunización, una alimentación adecuada y mediante


el control de factores ambientales.

La neumonía causada por bacterias puede tratarse con antibióticos, pero solo un tercio de los
niños que padecen neumonía reciben los antibióticos que necesitan.

La neumonía es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones. Estos están
formados por pequeños sacos, llamados alvéolos, que —en las personas sanas— se llenan de aire
al respirar. Los alvéolos de los enfermos de neumonía están llenos de pus y líquido, lo que hace
dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno.

La neumonía es la principal causa individual de mortalidad infantil en todo el mundo. Se calcula


que la neumonía mató a unos 920 136 niños menores de 5 años en 2015, lo que supone el 15% de
todas las defunciones de niños menores de 5 años en todo el mundo. La neumonía afecta a niños
—y a sus familias— de todo el mundo, pero su prevalencia es mayor en el África subsahariana y
Asia meridional. Pueden estar protegidos mediante intervenciones sencillas y tratados con
medicación y cuidados de costo bajo y tecnología sencilla.

Causas

Diversos agentes infecciosos —virus, bacterias y hongos— causan neumonía, siendo los más
comunes los siguientes:

Streptococcus pneumoniae: la causa más común de neumonía bacteriana en niños;

Haemophilus influenzae de tipo b (Hib): la segunda causa más común de neumonía bacteriana;

El virus sincitial respiratorio es la causa más frecuente de neumomía vírica.


Pneumocystis jiroveci es una causa importante de neumonía en niños menores de seis meses
con VIH/SIDA, responsable de al menos uno de cada cuatro fallecimientos de lactantes
seropositivos al VIH.

Transmisión

La neumonía puede propagarse por diversas vías. Los virus y bacterias presentes comúnmente en
la nariz o garganta de los niños, pueden infectar los pulmones al inhalarse. También pueden
propagarse por vía aérea, en gotículas producidas en tosidos o estornudos. Además, la neumonía
puede propagarse por medio de la sangre, sobre todo en el parto y en el período inmediatamente
posterior. Se necesita investigar más sobre los diversos agentes patógenos que causan la
neumonía y sobre sus modos de transmisión, ya que esta información es fundamental para el
tratamiento y la prevención de la enfermedad.

Formas de presentación

Los síntomas de la neumonía vírica y los de la bacteriana son similares, si bien los de la neumonía
vírica pueden ser más numerosos que los de la bacteriana.

En menores de 5 años con tos y/o dificultad para respirar, acompañadas o no de fiebre, la
neumonía se diagnostica por la presencia de taquipnea (respiración rápida) o tiraje subcostal
(depresión o retracción de la parte inferior del tórax durante la inspiración, cuando en las personas
sanas el tórax se produce una expansión). Las sibilancias son más frecuentes en las infecciones
víricas.

Los lactantes con afectación muy grave pueden ser incapaces de comer o beber, y pueden
presentar pérdida de consciencia, hipotermia y convulsiones.

Factores de riesgo

La mayoría de los niños sanos pueden combatir la infección mediante sus defensas naturales, pero
los niños inmunodeprimidos presentan un mayor riesgo de contraer neumonía. El sistema
inmunitario del niño puede debilitarse por malnutrición o desnutrición, sobre todo en lactantes no
alimentados exclusivamente con leche materna.
La presencia previa de enfermedades como sarampión o infecciones de VIH asintomáticas también
aumentan el riesgo de que un niño contraiga neumonía.

Los factores ambientales siguientes también aumentan la susceptibilidad de los niños a la


neumonía:

la contaminación del aire interior ocasionada por el uso de biomasa (como leña o excrementos)
como combustible para cocinar o calentar el hogar;

vivir en hogares hacinados;

el consumo de tabaco por los padres.

Tratamiento

La neumonía causada por bacterias puede tratarse con antibióticos. El antibiótico de elección es la
amoxicilina en comprimidos dispersables. La mayoría de los casos de neumonía requieren
antibióticos por vía oral los cuales suelen recetarse en centros de salud. Estos casos también
pueden ser diagnosticados y tratados con antibióticos orales baratos a nivel comunitario por los
trabajadores de salud comunitarios capacitados. Se recomienda la hospitalización solamente en
los casos graves.

Prevención

La prevención de la neumonía infantil es un componente fundamental de toda estrategia para


reducir la mortalidad infantil. La inmunización contra la Hib, neumococos, sarampión y tos ferina
es la forma más eficaz de prevenir la neumonía.

Una nutrición adecuada es clave para mejorar las defensas naturales del niño, comenzando con la
alimentación exclusiva con leche materna durante los seis primeros meses de vida; además de
prevenir eficazmente la neumonía, reduce la duración de la enfermedad.
También puede reducirse el número de niños que contraen neumonía corrigiendo factores
ambientales como la contaminación del aire interior (por ejemplo, proporcionando cocinas de
interior limpias a precios asequibles) y fomentando una higiene correcta en hogares hacinados.

A los niños infectados con el VIH se les administra el antibiótico cotrimoxazol diariamente para
reducir el riesgo de que contraigan neumonía.

Costos económicos

Se calcula que el costo de tratar con antibióticos a todos los niños enfermos de neumonía en 66 de
los “países de la cuenta regresiva para 2015 con respecto a la supervivencia materna, neonatal e
infantil” es de US$ 109 millones al año. Esta cifra incluye los antibióticos en sí mismos y las
pruebas necesarias para establecer el diagnóstico de neumonía.

Respuesta de la OMS

El Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de la Neumonía (GAPP) de la OMS y el


UNICEF tiene por objetivo acelerar el control de la neumonía combinando diversas intervenciones
de protección, prevención y tratamiento de la enfermedad en los niños, con medidas como las
siguientes:

protección de los niños de la neumonía, entre otras cosas promoviendo la lactancia natural
exclusiva y el hábito de lavarse las manos y reduciendo la contaminación del aire en interiores;

prevención de la neumonía mediante la vacunación, el lavado de las manos con jabón, la


reducción de la contaminación del aire doméstico, la prevención del VIH y la profilaxis con
trimetoprim-sulfametoxazol en los niños infectados por el VIH o expuestos a él.

tratamiento de la neumonía, sobre todo procurando que todos los niños enfermos tengan
acceso a una atención sanitaria correcta (dispensada por un agente de salud comunitario o bien en
un centro de salud cuando la afección revista gravedad) y reciban los antibióticos y el oxígeno que
necesitan para sanar.

Varios países, entre ellos Bangladesh, la India, Kenya, Uganda y Zambia, han elaborado planes
distritales, estatales y nacionales para intensificar las medidas destinadas a combatir la neumonía
y la diarrea. Muchos otros han integrado en sus estrategias nacionales de salud y supervivencia del
niño medidas específicas contra la diarrea y la neumonía. Para muchos países, la agenda para
después de los Objetivos de Desarrollo del Milenio ha incluido explícitamente como acción
prioritaria el acabar con las muertes prevenibles por diarrea y neumonía.

Home>Enfermedades>Respiratorias>Bronquitis

Última actualización: Lunes 18 de Febrero de 2019 - a las 16:00h

Bronquitis

Volver a Respiratorias (patología)

Simulación anatómica de los bronquios. La bronquitis es la inflamación de los bronquios.

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Qué es

Causas

Síntomas

Prevención

Tipos

Diagnóstico

Tratamientos

Otros datos
Qué es

La bronquitis es el resultado de la inflamación de los conductos que transportan el aire al interior


de los pulmones y de ellos de nuevo al exterior, para así llevar a cabo la respiración. Estos
conductos, que se conocen como bronquios (y conectan la tráquea a los pulmones), son también
el canal de salida de las secreciones que se forman a este nivel.

Cuando los bronquios están inflamados o infectados entra menos aire a los pulmones y también
sale menos cantidad. Como consecuencia, se tose mucho expulsando esputo o flema.

Se dice que la bronquitis es crónica cuando este tipo de tos es persistente y cuando no hay otra
enfermedad subyacente que pueda explicar su origen.

Prevalencia e incidencia

La bronquitis aguda es más frecuente en otoño e invierno, ya que los microbios que las ocasionan
sobreviven y se multiplican más fácilmente en un ambiente frío. Es complicado saber su incidencia
es difícil porque cuando los síntomas son leves los pacientes no consultan en los centros de salud,
dificultando así el cálculo pormenorizado de los casos.

Causas

"La causa más frecuente de las bronquitis agudas son microorganismos que infectan y, en
consecuencia, inflaman los bronquios. Los microbios responsables tienen diferente naturaleza -
bacterias o virus-, encontrándose en nuestro entorno diario. Es en épocas frías cuando se favorece
a su multiplicación", explica Sandra Ros, neumóloga y miembro del Área de Enfermedades
infecciosas de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).

El contagio se produce mediante dos vías:

A través del aire: al toser y estornudar. Por eso se recomienda proteger a los demás cubriendo
nariz y boca en estos casos.
A través de contacto directo con piel o superficie que contenga el microbio: por ejemplo, la
mano con la hemos controlado el estornudo o la tos puede transmitir el microbio.
Frecuentemente, no somos conscientes de estos gestos cotidianos. De ahí la insistencia con el
lavado de manos.

Evalúa tus síntomas

Síntomas

La bronquitis se manifiesta habitualmente con tos, mucosidad con salida oral y, en ocasiones
dificultad respiratoria como consecuencia de la reducción del calibre de los bronquios. Puede
acompañarse también, en ocasiones, de febrícula, a partir de 37ºC, o fiebre, a partir de 38ºC.

Los síntomas de la bronquitis crónica empeoran cuando aumentan las concentraciones de dióxido
sulfúrico y de otros contaminantes en el aire, y lo hacen aún más cuando los afectados fuman. A
menudo, las personas no prestan atención a la bronquitis crónica hasta que la enfermedad está en
una etapa avanzada, porque creen erróneamente que la bronquitis no supone un riesgo
importante. Cuando el paciente finalmente va al médico, muchas veces sus pulmones ya están
lesionados y el riesgo de padecer problemas respiratorios graves o de sufrir un fallo cardiaco es
elevado.

Prevención

"La prevención se centra, fundamentalmente, en proteger la vía aérea en los ambientes fríos y
cumplir las normas explicadas anteriormente para evitar el contagio", aconseja Ros.

Tipos

Ros señala que existen varias clasificaciones:

Según el tiempo de duración o evolución:

Agudas: de reciente aparición y poca duración.


Crónicas: se debe sospechar cronicidad cuando una persona padece más de dos episodios
anuales de bronquitis. En este caso debe de ser valorado por el médico de familia y/o neumólogo.

Debe tenerse en cuenta que antecedentes en la infancia, alergias respiratorias y tabaquismo


(actual o en años previos) predisponen a padecer lo que se conoce a nivel coloquial como
“bronquitis crónica” y que engloba dos entidades: enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC) y asma.

Según la causa que la desencadena:

Infecciosa, que en ocasiones se acompaña de febrícula o fiebre y podemos distinguir dos tipos:

* Vírica: los virus suelen producir secreciones transparentes o blanquecinas. No se trata con
antibióticos porque no combaten a este tipo de microorganismo.

* Bacteriana: las secreciones son amarillentas o verdosas. Se suelen tratar con antibiótico.

Irritativa: el ambiente cada vez más cargado con agentes contaminantes o humo de tabaco
puede favorecer la aparición de bronquitis.

Alérgica: en este caso depende de la predisposición del individuo a que determinados alérgenos
del ambiente, principalmente los ácaros, pólenes y epitelio de animales, desencadenen la
inflamación bronquial.

Diagnóstico

Un cultivo de esputo puede indicar la necesidad de otro tipo de antibióticos cuando los síntomas
son persistentes o recurrentes o cuando la bronquitis es muy grave.
Tratamientos

El tratamiento va dirigido al control y mejoría de los síntomas, así como a la causa sospechada:

Hidratación: es importante la ingesta de líquidos, preferiblemente de agua.

Antitérmicos (medicamentos que reducen la temperatura): en caso de presentar fiebre.

Antibiótico: solo si se sospecha que la causa es una bacteria y únicamente prescrito por el
médico. En los niños, la amoxicilina es el fármaco de elección habitual.

Inhaladores: es el tratamiento que se administra a través de la vía respiratoria. Suelen


recomendarse los que contienen corticoide y broncodilatador porque desinflaman y dilatan los
bronquios, aumentando su calibre para facilitar el paso del aire.

Otros datos

"Las bronquitis se resuelven entre una o dos semanas después de su comienzo. Es importante
saber que la tos -que normalmente es lo que más nos desespera- suele ser el síntoma inicial y
también el último en desaparecer", comenta Ros.

¿Cuándo es necesario volver al médico?

Cuando no existe una mejoría de los síntomas durante los primeros dos o tres días de tratamiento,
se aconseja nueva valoración médica.

También puede ocurrir que se lleve a cabo una correcta recuperación, pero que se presenten
episodios repetidos, en cuyo caso debe descartarse que exista alguna enfermedad respiratoria
crónica de base.
Las recaídas se pueden prevenir siguiendo el consejo médico para la recuperación. Principalmente,
evitando suspender precozmente el tratamiento cuando se empieza a notar la mejoría y huyendo
de factores de riesgo como el tabaco.

Bronquitis aguda

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Introducción

La bronquitis es la inflamación de los conductos bronquiales, las vías respiratorias que llevan
oxígeno a sus pulmones. Esta causa una tos que en forma frecuente presenta mucosidad. También
causa dificultad para respirar, jadeo y presión en el pecho. Existen dos tipos de bronquitis: aguda y
crónica.

La mayoría de los casos de bronquitis aguda mejora en unos días, pero la tos puede durar varias
semanas después de haberse curado la infección.

A menudo, los mismos virus que causan el resfrío y la gripe pueden causar bronquitis aguda. Estos
virus se propagan por el aire cuando alguien tose o a través del contacto físico (por ejemplo,
alguien que no se haya lavado las manos). La exposición al humo del cigarrillo, contaminación del
aire, polvo y gases también pueden causar bronquitis aguda. Así mismo, las bacterias pueden
causar bronquitis aguda, pero no tan seguido como los virus.

Para diagnosticar la bronquitis aguda, el médico le preguntará sobre sus síntomas y escuchará su
respiración. Usted también puede tener otras pruebas.
El tratamiento incluye descansar, tomar líquidos y aspirina (para adultos) o acetaminofén para
bajar la fiebre. Un humidificador de ambientes puede ayudar. Puede necesitar inhalar medicinas
para abrir sus vías respiratorias si tiene jadeo o sibilancias. Los antibióticos no le ayudarán si la
causa es un virus. A usted le recetarán antibióticos si la causa es bacteriana.

NIH: Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre

Comience aquí

Bronquitis Desde los Institutos Nacionales de la Salud (Instituto Nacional del Corazón, los
Pulmones y la Sangre) También en inglés

Bronquitis aguda (Academia Americana de Médicos de Familia) También en inglés

Bronquitis aguda (Enciclopedia Médica) También en inglés

Bronquitis (resfriado del pecho) (y los antibióticos) (Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades) También en inglés

Diagnóstico y exámenes

Cultivo rutinario de esputo (Enciclopedia Médica) También en inglés

Gasometría arterial (Enciclopedia Médica) También en inglés

Nivel de oxígeno en la sangre Desde los Institutos Nacionales de la Salud (Biblioteca Nacional de
Medicina) También en inglés

Radiografía de tórax Desde los Institutos Nacionales de la Salud (Instituto Nacional del Corazón,
los Pulmones y la Sangre) También en inglés

Rayos X del tórax (radiografía de tórax) (Colegio Americano de Radiología, Sociedad de


Radiología de Norteamérica) También en inglés

Prevención y factores de riesgo

Bronquitis aguda: ¿Es contagiosa? (Clínica Mayo) También en inglés


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