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ACCIONES

CONTRACTUALES
ACCIONES
CONTRACTUALES

POR: RUTH ADRIANA RUIZ ALARCÓN


LOS CONTRATOS SON LEY PARA LAS PARTES

Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no


puede ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales.

EJECUCION DE BUENA FE
Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan no solo
a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente
de la naturaleza de la obligación, o que por ley pertenecen a ella.

RESPONSABILIDAD DEL DEUDOR


El deudor no es responsable sino de la culpa lata en los contratos que por su
naturaleza solo son útiles al acreedor; es responsable de la leve en los
contratos que se hacen para beneficio recíproco de las partes; y de la levísima
en los contratos en que el deudor es el único que reporta beneficio.
El deudor no es responsable del caso fortuito, a menos que se haya
constituido en mora (siendo el caso fortuito de aquellos que no hubieran
dañado a la cosa debida, si hubiese sido entregado al acreedor), o que el
caso fortuito haya sobrevenido por su culpa.
La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo; la
prueba del caso fortuito al que lo alega.
Todo lo cual, sin embargo, se entiende sin perjuicio de las disposiciones
especiales de las leyes, y de las estipulaciones expresas de las partes.
ACCIONES CONTRACTUALES

Resolución del contrato por incumplimiento


Mutuo disenso tácito
Acción de nulidad
Acción de simulación
Recisión por lesión enorme
Vicios redhibitorios
Saneamiento por evicción
ACCION DE RESOLUCION DE CONTRATO

En los contratos bilaterales va envuelta la condición


resolutoria en caso de no cumplirse por uno de los
contratantes lo pactado. …” Artículo 1546 del Código Civil

“En caso de incumplimiento de una de las partes, la parte


cumplida podrá pedir a su arbitrio, o la resolución o el
cumplimiento del contrato con indemnización de
perjuicios”
“En los contratos bilaterales, en caso de mora de una
de las partes, podrá la otra pedir su resolución o
terminación, con indemnización de perjuicios
compensatorios, o hacer efectiva la obligación, con
indemnización de los perjuicios moratorios.”

Incluso, el Comprador puede exigir el pago de


intereses sobre lo pagado al Vendedor, además de
perseguir el pago de indemnizaciones
El artículo 942 del Código de Comercio: “Resolución
de contrato por incumplimiento del vendedor –
derechos del comprador. En caso de resolución de una
compraventa por incumplimiento del vendedor, el
comprador tendrá derecho a que se le pague el interés
legal comercial sobre la parte pagada del precio o a
retener los frutos de la cosa en proporción a dicha
parte, sin menoscabo de la correspondiente
indemnización de perjuicios.”
MUTUO DISENSO TÁCITO
El mutuo disenso tácito requiere que las partes hayan asumido una conducta encaminada a desistir
del contrato y el abandono recíproco de las prestaciones derivadas de este.

En consecuencia, cuando hay incumplimiento de ambos contratantes no es viable declarar la


resolución por mutuo disenso, advirtió la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia.

La resolución del contrato de compraventa exige que el demandante haya cumplido fielmente las
obligaciones y que su contraparte haya desatendido los deberes de prestación asumidos, explicó la
Sala.

En este caso, la parte cumplida tiene derecho a obtener las restituciones y la indemnización a su
favor, concluyó.

(Corte Suprema de Justicia Sala Civil, Sentencia 05282310320070013101, M.P. Ruth Marina Díaz,
feb.28/12)
MUTUO DISCENSO TÁCITO

La Corte Suprema de Justicia ha distinguido entre el mutuo disenso y simultáneo incumplimiento


como equivalente al mutuo disenso tácito; y el mutuo disenso y concomitante incumplimiento más
otras circunstancias de cada uno de los contratantes que dan certeza de su voluntad recíproca de
prescindir del contrato previo, presupuestos éstos exigidos como necesarios para estructurar la
otra modalidad que es la vigente en el.

Igualmente, se hallan otras posturas: por ejemplo la que permite la procedencia concurrente de las
pretensiones de resolución, o de cumplimiento, o de mutuo disenso tácito, según; o la que, solo
acepta la resolución y el mutuo disenso; o la que niega la improcedencia de las pretensiones de
resolución o de cumplimiento pero sin establecer fórmula alguna de solución.

Para ampliar este tema consultar este artículo «Problemas jurisprudenciales del mutuo disenso
tácito por mutuo incumplimiento». Mg. José Helvert Ramos Nocua. Pagina 83.
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ACCIÓN DE NULIDAD
La validez de un contrato se predica cuando reúne los siguientes requisitos conforme a lo
preceptuado por el artículo 1502 del código civil:
Que las partes contratantes sean legalmente capaces.
Que se exprese el consentimiento y este sea exento de todo vicio, los vicios del
consentimiento son error, fuerza y dolo.
Que el objeto del contrato sea lícito, es decir que el fin perseguido sea permitido por las
normas.
Que la causa licita que no es más, motivo que impulsa a las partes a suscribir un contrato.
Si un contrato no cumple estos requisitos, está viciado de nulidad ya sea relativa o absoluta
La nulidad absoluta es aquella que no puede ser saneada por estar viciado de objeto ó causa
ilícita.
La nulidad relativa solo puede ser declarada judicialmente a petición de parte, a diferencia
de la nulidad absoluta y puede sanearse ya sea por el lapso del tiempo o por ratificación de
las partes.
ACCIÓN DE NULIDAD
La Corte Constitucional sea pronunciado sobre la nulidad en su sentencia de
constitucionalidad C – 597 de 1998 de la siguiente manera:
“La nulidad, según la doctrina prevalente, constituye un castigo o sanción civil que se impone
por la omisión de los requisitos que la ley considera indispensables para la validez de los actos
o contratos. La nulidad se identifica con la invalidez del acto o contrato.
La nulidad puede ser absoluta o relativa. La primera se dirige a proteger el interés público o
general de la sociedad, pues está destinada a castigar lo ilícito, es decir, lo contrario a la ley,
las buenas costumbres y el orden público. La segunda protege el interés privado o particular.
Sin embargo, es posible encontrar casos en los que los dos intereses -privado y público- se
encuentran comprometidos, vr.gr. Cuando se trata de la defensa de los incapaces”.
La declaratoria de nulidad de un contrato restituye al mismo estado en que estaban las
partes antes de celebrar el contrato, es decir, al estar el este viciado de invalidez por la
declaratoria de nulidad, las cosas se retrotraen a como estaban antes de la celebración del
mismo.
NULIDAD DE LA PROMESA DE CONTRATO CELEBRADA
VERBALMENTE

La nulidad como fenómeno establecido para aniquilar los convenios celebrados entre particulares,
contempla sanciones sustanciales cuando los contratantes se han alejado de los requisitos que la ley
impone para su celebración, dispuestos ya en interés de la sociedad o de determinadas personas.
Preceptúa el artículo 1741 del Código Civil, que los contratos con objeto o causa ilícitos y los que omiten
alguno de los requisitos o formalidades legales para su validez son absolutamente nulos. En punto a la
promesa de compraventa, el artículo 89 de la Ley 153 de 1887 dispone que no produce obligación
alguna, salvo que se reúnan las siguientes exigencias:
a) Que la promesa conste por escrito;
b) Que el contrato a que la promesa se refiere no sea de aquellos que las leyes declaran
ineficaces por no concurrir los requisitos que establece el artículo 1502 del Código Civil.
La ley cita el artículo 1511 pero es evidente que quiso hacer referencia al artículo 1502, y
así se ha entendido doctrinal y jurisprudencialmente;
c) Que la promesa contenga un plazo o condición que fije la época en que ha de celebrarse
el contrato; y
d) Que se determine de tal suerte el contrato, que para perfeccionarlo sólo falte la tradición de la cosa o
las formalidades legales” .
NULIDAD DE LA PROMESA DE CONTRATO CELEBRADA
VERBALMENTE

Normativamente, no cabe duda, que la consecuencia de la desatención de los requisitos exigidos por la ley, será
la nulidad absoluta, por lo que prosigue revisar los preceptos que la Corte Suprema de Justicia ha fijado a través
de su jurisprudencia desde antaño, en la que destacó qué: “ya ha tenido oportunidad para estudiar el problema;
y que luego de aceptar que hay diferencia entre los actos absolutamente nulos y los inexistentes, ha concluido
en que el Código Colombiano comprende, dentro de la nulidad absoluta, los contratos jurídicamente
inexistentes, con fundamento en que el artículo 1741 sanciona con tacha de nulidad absoluta los actos en los
cuales se ha omitido algún requisito o formalidad que las leyes prescriben para ellos en consideración a su
naturaleza, o a la calidad o estado de las personas. (Sentencia C.S.J., 27 de enero de 1981)

Posición que goza de vigencia: “ Ciertamente, lo relativo a la figura específica de la inexistencia de los actos o
contratos, se encuentra regulado en forma positiva en materia mercantil (artículo 898 del Código de Comercio),
que no en el Código Civil, como así lo tiene decantado la Corte. Inclusive, en oportunidad reciente, la
Corporación, al enfatizar sobre los “diversos matices” que configuran la inexistencia en el estatuto de los
comerciantes, recordó que la jurisprudencia tradicional de la Corte, por estimar que dicha categoría es
“desconocida” en el Código Civil, “ausculta a la luz de la anulación” la mencionada problemática.
NULIDAD DE LA PROMESA DE CONTRATO CELEBRADA
VERBALMENTE

Frente a lo anterior, con independencia de que en materia civil se pueda aplicar


autónomamente el instituto de la inexistencia de los actos o contratos, claramente se
advierte que la distinción con la nulidad absoluta, es simplemente de grado, porque al
fin de cuentas, aquélla se erige en causal de ésta última. Por ejemplo, la “omisión de
algún requisito” previsto en la ley para la validez del acto o contrato (artículo 1741 del
Código Civil), en la esfera mercantil, en general, equivale a la falta de alguno de sus
“elementos esenciales” (artículo 899).

Por esto, al margen de la polémica planteada, la jurisprudencia ha tratado la


inexistencia de los negocios jurídicos civiles, dentro de la órbita de la nulidad absoluta.”.
(Sentencias del 10 de agosto de 2010, expediente 2002-00189 y Sentencia del dieciséis
(16) de diciembre de dos mil diez (2010). Referencia: C-0500131030072003-00502-
01Magistrado Ponente: JAIME ALBERTO ARRUBLA PAUCAR).
NULIDAD Y LA RECISIÓN DEL CONTRATO DE TRANSACCIÓN

La transacción es susceptible de ser declarada nula o de pedirse la recisión del contrato,


cuando se incurra en una de las causales establecidas en el código civil. Se considera
viciada de nulidad la transacción en los siguientes casos:

 Cuando se ha obtenido la transacción por títulos falsificados, o cuando se ha


incurrido en dolo o se ha obtenido por violencia.
 Cuando se ha incurrido en error respecto a la identidad del objeto sobre el que
recae la transacción.
 Cuando se ha celebrado por mandatario que no está legalmente facultado.
 También adolece de nulidad la transacción que se ha celebrado cuando estuviere
terminado el litigio por sentencia, y que las partes o alguna de ellas no haya tenido
conocimiento al tiempo de transigir, según lo estipulado en el artículo 2478 del C.C.
 Además se puede alegar la nulidad de la transacción cuando se haya celebrado por
una persona incapaz, cuando la declaración de voluntad adolezca de vicio, y cuando
recae sobre un objeto o causa ilícita.
NULIDAD Y LA RECISIÓN DEL CONTRATO DE TRANSACCIÓN

Se puede pedir la rescisión de la transacción, en los siguientes casos:

 Debido al carácter de intuito persona de la transacción, se puede pedir la


rescisión de la transacción cuando se cree celebrar el contrato con una persona
y se hace con otra; ya que si se transige con una persona no se le puede alegar
la transacción a otra, como lo expresa el artículo 2479 C.C. en su último inciso,
el cual dice lo siguiente: “De la misma manera si se transige con el poseedor
aparente de un derecho, no puede alegrase esta transacción contra la persona
a quien verdaderamente compete el derecho.”

 También puede rescindirse la transacción cuando por títulos auténticos, conste


que una de las partes no tenía derecho alguno sobre el objeto de la
transacción, pero los títulos debieron ser desconocidos por la parte cuyos
derechos se favorecen al momento de celebrarse la transacción.
ACCION DE SIMULACION
La acción de simulación tienen su fundamente esencial en el artículo 1766 del código civil
colombiano : “Las escrituras privadas, hechas por los contratantes para alterar lo pactado en
escritura pública, no producirán efecto contra terceros. Tampoco lo producirán las
contraescrituras públicas, cuando no se ha tomado razón de su contenido al margen de la
escritura matriz, cuyas disposiciones se alteran en la contraescritura, y del traslado en cuya
virtud ha obrado el tercero.” Esta acción prescribe en 10 años.

CLASES DE SIMULACIÓN:
La sala civil de la Corte suprema de justicia en sentencia del 3 de junio de 1996, expediente 42
ha señalado que «la simulación es absoluta o relativa. Es absoluta cuando el concierto
simulatorio entre los partícipes está destinado a crear una apariencia probatoria de un negocio
sin contenido real, esto es, a producir la idea de un negocio no querido. Las partes como dice
Messineo, además de no tener la voluntad que declaran, no tienen ninguna otra. La segunda, o
sea la relativa, se presenta cuando el negocio simulado o aparentado, esconde total o
parcialmente otro negocio, que es el verdaderamente querido.»
La simulación debe reunir unas condiciones las cuales ha decantado la jurisprudencia
en sentencia C-741 del 2004, de la siguiente manera:

“En la doctrina se alude a ciertas condiciones que debe reunir la simulación; así el
profesor De La Morandiere hace referencia a las siguientes: Primera. Las partes deben
estar de acuerdo sobre el contrato que ellas celebran en realidad (...). Segunda. El acto
secreto debe ser contemporáneo del acto aparente. La simulación debe ser distinguida
del acto posterior que revoca o modifica un acto anterior realmente convenido.
Tercera. El acto modificatorio es secreto: su existencia no debe ser revelada por el acto
aparente, así la declaración de encargo, por la que una persona declara hacer una
oferta por cuenta de otro sin dar a conocer inmediatamente el nombre de esta última,
no contiene una verdadera simulación. El mismo autor señala que la simulación puede
recaer sobre diversos elementos del contrato. Sobre el objeto (…), sobre la causa (…),
sobre la persona de uno de los contratantes (…)”
la simulación, la prueba indiciaria se considera fundamental, puesto que no es fácil probar con
documentos que un contrato de compraventa fue simulado, ya que generalmente los acuerdos
encaminados a simular un negocio jurídico son verbales.

Es por ello que la jurisprudencia ha elaborado una especie de lista de hechos que podrían indicar
la simulación de un acto jurídico. La Sala Civil de la Corte suprema de justicia en sentencia de
mayo 8 de 2001, expediente 5692 señaló lo siguiente:

«En relación con la prueba indiciaria, la doctrina particular (nacional y extranjera), y la


jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, además de reconocer su grado de importancia en
este campo, han venido elaborando un detallado catálogo de hechos indicadores de la
simulación, entre los cuales se destacan el parentesco, la amistad íntima de los contratantes, la
falta de capacidad económica de los compradores, la falta de necesidad de enajenar o gravar, la
documentación sospechosa, la ignorancia del cómplice, la falta de contradocumento, el
ocultamiento del negocio, el no pago del precio, la ausencia de movimientos bancarios, el pago
en dinero efectivo, la no entrega de la cosa, la continuidad en la posesión y explotación por el
vendedor, etc.»
La persona que acude a la acción de simulación, persigue dos objetivos diferentes dependiendo de si la simulación es
absoluta o relativa.

En la simulación absoluta como la voluntad de las partes no era realizar el negocio simulado, se debe perseguir la
declaración de inexistencia del negocio.

En la simulación relativa como la voluntad real de las partes era realizar un negocio distinto al simulado, se debe perseguir
que el juez declare cuál era el negocio real.

La sala civil de la Corte suprema de justicia en sentencia de febrero 8 de 1996, expediente 4380 lo ha expresado de la
siguiente forma:

«Por lo tanto, pese a que el negocio reúna externamente las condiciones de validez, él no constituye ley para las partes,
ya que la comedia no las ata, sino que la verdadera voluntad, la interna, es la llamada a regular sus relaciones, y es por
eso que la ley ha consagrado la acción declarativa de simulación, a fin de permitir que los terceros o las partes que se
vean afectados desfavorablemente por el acto aparente, puedan desenmascarar tales anomalías en defensa de sus
intereses, y obtener el reconocimiento jurisdiccional de la verdad oculta. En ese orden de ideas, cuando de la absoluta
se trata, lo que persigue el actor es la declaratoria de la inexistencia del acto aparente, mientras que en la relativa, lo
que pretende es que la justicia defina o precise el negocio realmente celebrado, en cuanto a su naturaleza, a las
condiciones del mismo o a las personas a quienes su eficacia realmente vincula».
INCOMPATIBILIDAD DE LA ACCION DE SIMULACION ABSOLUTA Y LA ACCIÓN
DE NULIDAD ABSOLUTA

La acción de simulación absoluta es incompatible con la acción de nulidad absoluta, toda vez que la simulación absoluta supone
la inexistencia del negocio jurídico simulado, y por sentido lógico, no se puede pedir la nulidad de algo inexistente.

Una de las razones por las que no prosperan las acciones que buscan declarar la simulación absoluta de un contrato de
compraventa o de una escritura, es porque el demandante además de perseguir la declaración de simulación absoluta, también
persigue la declaración de nulidad absoluta, lo cual no es posible.

La sala de casación civil de la Corte suprema de justicia en sentencia de mayo 6 de 2009, expediente 00083 sobre este punto ha
señalado lo siguiente:

«Con estos lineamientos, traducida la simulación absoluta en la inexistencia del acto envuelto en la apariencia de la realidad,
la lógica corriente, excluye por incompatible, su nulidad absoluta, y por consiguiente, toda falencia, deficiencia, confusión o
impropiedad del lenguaje empleado en una demanda, por ejemplo, cuando se incoan pretensiones de “simulación absoluta
y consecuente nulidad absoluta” de un mismo acto, debe disiparse acudiendo al significado lógico racional de las locuciones
en el ámbito normativo. Desde esta perspectiva, una contradicción, vaguedad u oscuridad en la cuestión litigiosa, como la
reseñada, ha de resolverse según la disciplina jurídica y el entendimiento prístino de las figuras, con referencia a la
simulación relativa, por cuanto solo el acto dispositivo existente es susceptible de nulidad absoluta, en tanto, en la
simulación absoluta, por definición es inexistente y, por tanto, no es susceptible de invalidez.»
ACCIÓN PAULIANA Y ACCION DE SIMULACION
DIRERENCIAS

Cuando un deudor se insolventa para evitar que el acreedor le embargue sus bienes, puede hacerlo mediante una
venta real o efectiva, o mediante un traspaso de bienes a un familiar o amigo (testaferro), pero tal traspaso será sólo
en apariencia, simulado.

Frente a estas maniobras fraudulentas del deudor, el acreedor puede recurrir a la acción pauliana o a la acción de
simulación, y para saber cuándo utilizar una u otra, es importante conocer sus diferencias.

La principal diferencia radica en el tipo de negocio realizado por el deudor para insolventarse.

Si el deudor vendió sus bienes mediante un negocio jurídico real, con todas las de la ley, la acción que se ha de seguir
es la pauliana, con la cual se busca que el juez ordene la revocación del contrato de compraventa o de la escritura, de
manera tal que los bienes regresen al patrimonio del deudor a garantizar la deuda con el acreedor.

Cuando el deudor vendió sus bienes de forma simulada, es decir, que hizo que un familiar o amigo apareciera en las
escrituras, pero sin cederles la real propiedad de los bienes, lo que procede es la acción de simulación, con la cual se
busca que el juez ordene la inexistencia del contrato o escritura respectiva, puesto que no hubo tal negocio, ya que
todo fue simulado, en apariencia para engañar al deudor.
Conforme a lo anterior la principal diferencia entre estas figuras: es que la acción pauliana busca revocar un negocio
real y efectivo, en tanto que la acción de simulación busca declarar que ese negocio nunca existió. En una se revoca
el negocio y en la otra se declara inexistente, dos conceptos muy diferentes.
ACCIÓN PAULIANA
El artículo 2491 del código civil, prescribe la acción pauliana, que es aquella que se debe ejercer
contra la persona funge como deudora.
Con la acción pauliana, se busca que el juez revoque los actos y contratos realizados por el deudor
que lo llevaron a la insolvencia, lo cual implica que de prosperar tal pretensión, el comprador
tendrá que devolver los bienes correspondientes.

El hecho que un tercero se vea involucrado en la medida en que tendrá que devolver los bienes por
la revocación del negocio jurídico que le confirió el dominio, no significa que la acción deba
ejercerse contra ese tercero, sino que la acción debe ejercerse contra el deudor titular, aunque ello
implique subsidiariamente involucrar a un tercero.

Corte suprema de justicia en sentencia ha señalado: «Esta breve remembranza de la acción


pauliana tiene por objeto resaltar cómo es verdad lo que con tanto ahínco proclama el recurrente.
Tal acción no puede ejercerse, en efecto, sino contra quien tiene la condición de deudor. Es una
verdad irrecusable. Empero, el tribunal, antes que desentenderse de esa regla, ajustóse
enteramente a ella. Vio en Luis Antonio un deudor y no un fiador.»
ACCIÓN PAULIANA
Es una acción es de naturaleza excepcional, pues de antemano, para la debida seguridad jurídica, se
imponen principios básicos, como el de preservación de los negocios y la presunción buena de fe que
ampara a los contratantes, ésta inclusive de raigambre constitucional, es apenas obvio que el
acreedor que hace uso de la misma, tendiente a reconstituir el patrimonio del deudor, con los
activos de los que maliciosamente ha dispuesto para frustrar su persecución, es quien corre con la
carga de rendir fehacientemente la prueba de ese carácter fraudulento, toda vez que, salvo que la ley
así lo señale, ni el dolo ni la mala fe se presumen legalmente.

(…) Aunque esa comprobación es suficiente cuando el acto por el cual el deudor desaparece sus
activos es gratuito, exiguo resulta cuando es a título oneroso, porque en ese evento el acreedor
también tiene que comprobar el “consilium fraudis”, es decir, la complicidad del tercero que contrató
con el deudor, pues sólo en la medida en que aquél igualmente conozca el mal estado de los
negocios de éste, queda expuesto a la acción del acreedor, como así lo consagra el precepto citado,
diferencia de tratamiento que, desde luego no es casual, pues obedece a la disímil situación en que
se encuentra el adquirente de buena o mala fe. [Sala civil de la corte suprema de justicia, sentencia
del 14 de marzo de 2008, expediente 00601].
ACCIÓN PAULIANA

PRESCRIPCIÓN:
La acción pauliana está contenida en el artículo 2491 del código civil colombiano, el cual señala
que “las acciones concedidas en este artículo a los acreedores, expiran en un año, contado
desde la fecha del acto o contrato”.

Quiere decir esto que la demanda respectiva se debe interponer dentro del año siguiente a la
fecha en que se perfecciona el contrato o escritura que traspasa los bienes, lo que en algunos
casos puede ser poco tiempo, de allí la importancia que el acreedor esté pendiente de los
negocios del deudor si es que sospecha que este no le pagará y/o que puede tratar de
insolventarse para evitar el pago de la deuda mediante el embargo de sus bienes.
ACCIÓN PAULIANA Y ACCION DE SIMULACION
DIRERENCIAS

Otra diferencia esta relacionada con el aspecto probatorio. En la acción pauliana, cuando el negocio
jurídico ha sido oneroso, hay que probar la mala fe del tercero que compró los bienes vendidos por el
deudor, mientras que en la acción de simulación para nada importa la buena fe de ese tercero.

La Corte suprema de justicia, del día 14 de junio de 2007, expediente 00129 que consideramos hace
un amplio análisis de las principales diferencias de estas acciones señalando lo siguiente:

«Ahora, resulta pertinente, pues acrece la claridad que demanda la decisión que ocupa la atención
de la Sala, memorar la sentencia de Casación de 22 de agosto de 1967, ya que se vislumbra en el
recurso confusión en punto de las diferencias que existen entre la simulación y la acción
revocatoria o acción pauliana, determinación, cuyas precisiones medulares fueron reiteradas en
sentencia de 10 de junio de 1992, en la que se acotó que “. La acción pauliana o revocatoria (…) es
la que otorga la ley a los acreedores de una persona para obtener la revocación de los actos de su
deudor que, aunque reales y perfectos en sí mismos, han sido otorgados por éste de mala fe
(consilium fraudes) y en perjuicio de los derechos de los mismos acreedores (eventos damni).
ACCIÓN PAULIANA Y ACCION DE SIMULACION
DIRERENCIAS

La acción paulinana tiene, pues, como materia propia un acto jurídico, verdadero y completo, que únicamente por la doble
circunstancia de haber sido efectuado en perjuicio de los acreedores que tenia el otorgante en el momento de celebrarlo y a
sabiendas de ese perjuicio, cuyo conocimiento por el deudor estriba en el que éste tenía de su mala situación patrimonial, permite a
aquellos acreedores preexistentes considerar como inoponibles a los mismos tal acto y hacer declarar, en consecuencia, su ineficacia,
en la medida del perjuicio sufrido, entendiéndose que este perjuicio sólo se ha producido cuando el acto ha determinado la
insolvencia del deudor o contribuido a agravarla” (G.J.T.CXIX, pág. 191).

“IV. A manera de recopilación de lo que desde antiguo se viene manifestando en relación con las diferencias existentes entre la
acción pauliana y la de simulación, cabe decir lo siguiente, apreciadas ambas tanto en su estructura como en su función, y mirada la
cuestión únicamente en cuanto toca con la simulación absoluta pues, como se ha dicho, con la simulación relativa la distinción es tan
grande que no cabe confusión posible.

IV.1. Mientras que con la acción pauliana se impugna un acto realmente ejecutado por el deudor, en la de simulación se busca
destruir una mera apariencia para que se haga luz sobre lo que, de hecho, quisieron las partes. Esta diferencia trae una consecuencia
de cardinal importancia, hecha residir en que al prosperar la acción pauliana, el bien salido del patrimonio del deudor se reintegra al
mismo. En cambio en la simulación, cuando ésta es absoluta, se demostrará que el bien se ha desplazado del patrimonio del deudor,
pero en apariencia meramente.
ACCIÓN PAULIANA Y ACCION DE SIMULACION
DIRERENCIAS

IV.2. A términos de lo que prescribe el artículo 2491, los acreedores, para la prosperidad
de la acción pauliana, deben demostrar que el acto cuestionado lo fue en perjuicio suyo,
es decir, que por su causa se produjo o se incrementó la insolvencia del deudor, y que,
además, éste lo realizó fraudulentamente, es decir, conociendo el mal estado de sus
negocios. Tales aspectos, en cambio, no tienen por qué formar parte del tema
probatorio en el proceso instaurado por los acreedores con el propósito de demostrar
que es simulado un determinado acto del deudor. Y no tienen por qué involucrarse en
razón de que, a diferencia de lo que ocurre en la acción paulina, en la que el perjuicio
(interés) que legitima al acreedor es la insolvencia de deudor, en la simulación, ese
perjuicio caracterizador del interés, tiene, como ha sido expuesto por la doctrina, una
más amplia connotación en vista de que no reside tanto en la disminución de la garantía
general de los acreedores, como en las dificultades o contingencias a que queda
sometido el ejercicio de un derecho, el cual, por ende, se coloca en peligro de perderse.
ACCIÓN PAULIANA Y ACCION DE SIMULACION
DIRERENCIAS

V.3. Además, dentro del proceso adelantado con base en la acción simulatoria, no será
indispensable demostrar que el tercero fue partícipe del fraude a los acreedores, como
sucede cuando el acto impugnado mediante la acción pauliana lo es a título oneroso. El
consilium fraudis puede aparecer comprobado con ocasión de la acción simulatoria, pero lo
cierto es que no constituye un elemento definidor de la misma. Aquí, desde luego, hay un
acuerdo entre las partes, pero él concierne es al propósito de engañar, de tender un manto
sobre la realidad; ese acuerdo puede, como se dice, ser igualmente fraudulento, pero la
presencia del fraude en la simulación es apenas coyuntural o de hecho, por lo cual se
comprobación jurídicamente no genera ninguna consecuencia; como tampoco la genera su
no comprobación. Al acreedor lo único que le interesa es demostrar la inexistencia del acto,
porque ello es bastante para precaver el perjuicio que de otro modo se le puede irrogar.

“V. En frente, pues, de esas diferencias tan radicales no es posible sostener que la acción de
simulación queda inserida en la pauliana, cuando es un acreedor quien la ejercita. ….”
RECISIÓN DE CONTRATO POR LESION ENORME

DEFINCIÓN: El artículo 1947 del Código Civil define la lesión enorme en los siguientes
términos: “El vendedor sufre lesión enorme cuando el precio que recibe es inferior a la mitad
del justo precio de la cosa que vende; y el comprador a su vez sufre lesión enorme, cuando el
justo precio de la cosa que compra es inferior a la mitad del precio que paga por ella. El justo
precio se refiere al precio del contrato.

REQUSITOS DE LA RESCISION DEL CONTRATO POR LESION ENORME: La rescisión del contrato
por lesión enorme, o la pretensión relativa al ajuste del precio, según el caso, procede en
cumplimiento de las siguientes condiciones:
1. Que haya lesión en la proporción que establece el artículo 1947 del C. C.
2. Que se trate de contratos respecto de los cuales la ley lo admite (art. 1949 C. C.).
3. Que la pretensión se reclame dentro del término que la ley concede al efecto (art. 1954).
4. Que el bien se conserve en poder del comprador (art. 1951 C.C.).
5. Que no se trate de un contrato aleatorio. Sentencias del 13 de diciembre de 1988 y del 16
de julio de 1993 de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia.
RECISIÓN DE CONTRATO POR LESION ENORME

Cuando es declarada la rescisión del contrato hay dos opciones ya sea consentir en la
rescisión o completar el justo precio con deducción de una decima parte, cuando se
pronuncia la rescisión contra el comprador.
Cuando la rescisión es pronunciada contra el vendedor este también podrá a su escogencia
aceptar la rescisión del contrato o restituir el exceso del precio recibido aumentado en una
decima parte, según lo preceptuado en el artículo 1948 del código civil.

Al respecto la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria, sentencia de junio
13 de 2002, expediente 6303 expreso lo siguiente:
“En virtud del principio de conservación de los negocios jurídicos, el contrato de compraventa
con arreglo al cual se defrauda por encima o por debajo de la mitad del justo precio, admite
su subsistencia, en consideración a que, según los términos del artículo 1948 del código civil,
el contratante contra quien se pronuncia la rescisión, puede, a su arbitrio, consentir en ella, o,
tratándose del comprador, completar el justo precio con deducción de una decima parte, y del
vendedor, restituir el exceso del precio recibido sobre el justo precio aumentado en una
decima parte”.
RECISIÓN DE CONTRATO POR LESION ENORME

¿Cuando se da la lesión enorme el vendedor puede solicitar indemnización por los deterioros que
haya sufrido la cosa?

Por regla general el vendedor no puede pedir indemnización alguna en razón de los deterioros
sufridos por la cosa, sin embrago existe una excepción la cual está contemplada en el artículo 1952
del código civil el cual expresa lo siguiente: “El vendedor no podrá pedir cosa alguna en razón de
los deterioros que haya sufrido la cosa, excepto en cuanto el comprador se hubiere aprovechado de
ellos.”
Lo importante es la parte probatoria, en la medida en que le corresponde al vendedor probar que
el comprador se aprovecho de la cosa y por esto se generaron los deterioros; y así tener derecho a
la indemnización.

Con ocasión de la rescisión por lesión enorme le toca al comprador restituir la cosa, pero antes de
entregarla deberá dejarla libre de los derechos reales que haya constituido sobre la cosa tales como
hipoteca, prenda, usufructo, etc. Según lo establecido en el artículo 1953 del código civil.
RECISIÓN DE CONTRATO POR LESION ENORME

La acción de rescisión por lesión enorme no procede contra compraventa de bienes muebles, ni aquellas que se hacen por
venta judicial; si la cosa perece en manos del comprador será improcedente la acción rescisoria por parte del comprador
como por parte del vendedor.

Tampoco procederá la acción rescisoria cuando el comprador a enajenado la cosa, a menos que la haya vendido por mayor
precio del que la compro, en este caso podrá el primer vendedor reclamar el exceso, pero solo hasta el monto del justo
precio de la cosa, con deducción de una decima parte.

La acción rescisoria por lesión enorme, tampoco procede cuando el comprador al que se la acusa de lesión enorme, ha
vendido o traspasado el bien a un tercero, aunque eventualmente puede exigir el reintegro del exceso por lo que fue
vendido el bien. En la acción pauliana o la acción de simulación, existe la posibilidad de perseguir el bien aún cuando esté
en manos de un tercero, pero ello no sucede en la lesión enorme, que aplica únicamente cuando el bien está en manos
del primer comprador. Señala el artículo 1951 del código civil: «Improcedencia de la acción por pérdida o venta. Perdida la
cosa en poder del comprador, no habrá derecho por una ni por otra parte para la rescisión del contrato. Lo mismo será si
el comprador hubiere enajenado la cosa; salvo que la haya vendido por más de lo que había pagado por ella, pues en tal
caso podrá el primer vendedor reclamar este exceso, pero sólo hasta concurrencia del justo valor de la cosa, con
deducción de una décima parte».

La acción rescisoria por lesión enorme prescribe en cuatro años contados a partir de la celebración del contrato en el cual
se dio la lesión enorme.
RECISIÓN DE CONTRATO POR LESION ENORME

Respecto a le lesión enorme, existen tres teorías: Teoría subjetiva, Teoría Objetiva y Teoría mixta.

La teoría subjetiva supone que para que haya lesión enorme debe existir y de hecho probar mala fe, engaño,
presión o constreñimiento de una de las partes para conseguir el mayor o menor precio, según el caso. Que una
de las partes de aproveche de la necesidad o ingenuidad de la otra, o de las mismas circunstancias para sacar
ventaja, por lo que si estos hechos no se prueban, no se puede alegar lesión enorme así el precio sea
infinitamente superior o inferior al real.

La teoría objetiva supone que no es necesaria prueba diferente que la de probar que existe una desproporción
entre el precio pagado y el valor real del bien, por lo que es indiferente las circunstancias, hechos y motivos que
hayan rodeado el contrato de compraventa. Basta con demostrar que el precio o valor del contrato está dentro
de los parámetros establecidos por la ley para que se configure la lesión enorme, que es la que opera en
Colombia.

La teoría mixta es una combinación de la teoría subjetiva y objetiva, es decir, que además de existir
desproporción entre el precio o valor del contrato y el valor real o justo del bien, debe existir engaño, mala fe,
presiones, etc.
RECISIÓN DE CONTRATO POR LESION ENORME

La doctrina y la jurisprudencia han aceptado, de manera bastante pacífica, que Colombia acoge una regulación objetiva.
Así, en particular, la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, máximo intérprete legal del alcance de esa
institución, ha señalado que “el problema de la lesión se reduce a una cuestión de cifras, a una confrontación del valor
recibido o dado con el precio justo”. Corte Suprema, Sala de Casación Civil. Sentencia del 17 de junio de 1960, en
criterio reiterado en la sentencia de esa misma Corporación del 12 de julio de 1969, MP Gustavo Fajardo Pinzón en
Gaceta Judicial, No 2297 a 2299, p 249.

Posteriormente, esa misma Corporación indicó sobre el contenido del artículo 1947 del estatuto civil, lo siguiente:

"La lesión enorme está estructurada en nuestro régimen civil sobre un factor puramente objetivo (el justo precio), con
toda independencia del móvil subjetivo y de la manera como éste haya influido en el consentimiento. El que acepta vgr.,
vender una cosa por precio inferior a la mitad o comprarla por precio superior al doble del que se considera justo, no
hace proceso volitivo vicioso, o si lo hace no lo invoca como causa cuando pide al juez que el contrato se rescinda por
lesión. Su aceptación en estas circunstancias no implica de por sí una falsa noción del valor real de la cosa, ni una fuerza
física o moral que lo haya constreñido, ni un engaño del otro contratante, que fueran suficientes para inclinar su
voluntad. Simplemente el contrato es lesivo para él, por contener una desproporción entre el valor de las prestaciones
recíprocas que alcanza la cuantía determinada por la ley, y por ello es rescindible» Corte Suprema de Justicia, Sala Civil,
sentencia del 23 de febrero de 1981, M.P. Ricardo Uribe Holguín en Gaceta Judicial. No 2407, p.330
SANEAMIENTO POR EVICCION Y ACCIÓN DE SANEAMIENTO
POR VICIOS REDHIBITORIOS

Hay evicción cuando por sentencia judicial se ha despojado al comprador de la cosa que compró, en virtud de un derecho que
pertenecía a un tercero. La evicción puede ser total o parcial como lo expresa el artículo 1894 del código civil: «“hay evicción de la cosa
comprada, cuando el comprador es privado del todo o parte de ella, por sentencia judicial”».

El saneamiento por evicción es una obligación que le corresponde al vendedor de una cosa cuando el comprador es despojado o
perturbado en todo en parte, es decir, amparar en el dominio y uso de la cosa, pero además el saneamiento por evicción comprende
responder por los vicios ocultos de la cosa.

La obligación de saneamiento por evicción comprende lo siguiente:


La restitución de precio de la cosa vendida.
El pago de los gastos del contrato sufragados por el comprador.
El pago del valor de los frutos que el comprador hubiese sido obligado a restituir al vendedor.
El pago de las costas que el comprador hubiere sufrido a causa de la demanda.
El pago de aumento del valor de la cosa evicta que esta haya tomado en poder del comprador.

Con esta acción se busca proteger al comprador de una cosa, para que, cuando este se vea perturbado o privado de su derecho de
propiedad por medio de una sentencia judicial, el comprador pueda exigir al vendedor que responda por dicha perturbación o privación
de la cosa y además reclamar por los vicios ocultos de la misma.
SANEAMIENTO POR EVICCION Y ACCIÓN DE SANEAMIENTO
POR VICIOS REDHIBITORIOS

PACTO QUE EXIME DEL SANEAMIENTO POR EVICCION: En un contrato de compraventa es válido
que las partes acuerden que el vendedor quede eximido de su obligación de saneamiento por
evicción, pero cuando ha habido mala fe por parte del vendedor al suscribir ese pacto que lo
exonera de tal obligación, dicho pacto es nulo.

¿EXIME DE LA OBLIGACIÓN DE RESTITUIR EL PRECIO LA ESTIPULACIÓN QUE EXONERA AL


VENDEDOR DEL SANEAMIENTO POR EVICCIÓN? Aunque las partes hayan acordado clausula a
través de la cual se exonera al vendedor del saneamiento por evicción, no por esto se absuelve de
la obligación de restituir el precio de la cosa en caso de evicción. La obligación de restituir el precio
completo de la cosa evicta, debe hacerlo el vendedor aunque se la cosa haya sido estropeada o el
precio haya disminuido, es decir, se haya desvalorizado. A pesar de que el deterioro o disminución
del precio de la cosa se hayan causado por negligencia del comprador le corresponde al vendedor
pagar el precio integro de la cosa en caso de evicción, a menos que el comprador haya sacado
provecho del deterioro, en tal caso se hará el descuento correspondiente. Lo anterior conforme a
lo preceptuado en el artículo 1909 del código civil.
SANEAMIENTO POR EVICCION Y ACCIÓN DE SANEAMIENTO
POR VICIOS REDHIBITORIOS

¿PUEDE SER EXONERADO EL VENDEDOR DEL SANEAMIENTO POR EVICCIÓN?


Esta obligación de saneamiento puede cesar para el vendedor, de acuerdo con lo establecido en el
artículo 1903 del código civil:

1. Cuando el comprador se somete a árbitros con la persona que reclama, sin que haya autorización del
vendedor, y las resultas del pleito sean en contra del comprador.
2. Cuando el comprador pierde la posesión por un hecho suyo y por este motivo se genera la evicción.

Solo en estos casos expresamente consagrados en la ley cesa la obligación del vendedor de amparar al
comprador en caso de evicción; de igual forma en caso de evicción el comprador debe denunciarle el
pleito al vendedor, pues si omite efectuar dicha comunicación, tampoco estará el vendedor obligado a
sanear, según lo establecido en el artículo 1899 del código civil.

En el evento de que el vendedor no oponga defensa alguna en el proceso y se allana al cumplir la


obligación de saneamiento, si el comprador asume el la defensa y pierde el proceso no podrá exigirle al
vendedor las costas, ni los frutos que se hayan pagado al dueño del bien.
ACCIÓN DE SANEAMIENTO POR VICIOS
REDHIBITORIOS

DEFINICIÓN: El artículo 1914 del código civil señala que: “se llama acción redhibitoria la que tiene el
comprador para que se rescinda la venta o se rebaje proporcionalmente el precio por los vicios ocultos de la
cosa vendida, raíz o mueble, llamados redhibitorios”.
Mediante la acción redhibitoria el comprador puede pedir que se por terminado el contrato o que se rebaje el
precio de la cosa vendida por los vicios ocultos de esta, así sea mueble o inmueble.
FINALIDAD: Con esta acción se busca proteger al comprador para que la cosa que fue vendida sea garantizada
por el vendedor, si presenta vicios que no se veían pero que afectan el normal funcionamiento de la cosa
comprada.

Para que un vicio sea redhibitorio debe llenar los siguientes requisitos:
1. Haber existido los vicios al tiempo de la venta, es decir, que no se generaron después de esta sino que al
momento del contrato ya estaban presentes.
2. Que afecten el funcionamiento de la cosa vendida, tanto que si el comprador los hubiese conocido no
hubiere comprado la cosa o hubiese pagado menos por ella.
3. No haber sido manifestados por el vendedor, y ser difíciles de detectar por parte del comprador.
ACCIÓN DE SANEAMIENTO POR VICIOS
REDHIBITORIOS

Para que sea procedente la acción redhibitoria es necesario que los vicios cumplan
estos requisitos porque de lo contrario el comprador no obtendrá una decisión
judicial a su favor. Si en el contrato se estipula que el vendedor no estará obligado al
saneamiento por vicios ocultos de la cosa, si estará obligado a responder por
aquellos de los cuales tenía conocimiento y no declaro al comprador.

Si el vendedor conocía los vicios de la cosa y no los declaro o debía haberlos


conocido por su oficio y aun a sabiendas vende la cosa, será obligado además de la
disminución del precio o la restitución según el caso, a indemnizar al comprador por
los perjuicios causados.

La acción redhibitoria prescribe en seis meses para las cosas muebles y un año para
las inmuebles.
ACCIÓN DE SANEAMIENTO POR VICIOS
REDHIBITORIOS

El código civil establece que en el caso de ventas forzadas, si la cosa vendida resulta evicta, a lo
único que se encontrara obligado el vendedor será a la restitución del precio pagado por el
comprador, es decir, que en ningún momento habrá lugar a indemnización alguna por perjurios, ni
la obligación de sanear comprenderá efecto alguno distinto a la restitución del precio pagado.
Respecto a la acción de saneamiento por vicios ocultos de la cosa, esta no es procedente en
principio en las ventas forzadas, sin embargo si el vendedor no ha podido o no ha debido ignorar los
vicios de la cosa y aún así no los declaro al comprador habrá lugar a que el comprador ejerza la
acción redhibitoria por vicios ocultos.
Cuando el vendedor en las ventas forzadas tiene conocimiento de los vicios de la cosa también hay
lugar a solicitar la indemnización de los perjuicios que haya causado la venta de la cosa con vicios
ocultos, de conformidad con lo establecido en el artículo 1922 del Código Civil, señala lo siguiente:
“La acción redhibitoria no tiene lugar en las ventas forzadas hechas por autoridad de la justicia.
Pero si el vendedor, no pudiendo o no debiendo ignorar los vicios de la cosa vendida, no los hubiere
declarado a petición del comprador, habrá lugar a la acción redhibitoria y a la indemnización de
perjuicios”.

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