Sunteți pe pagina 1din 2

El modelo biológico de Hans Eysenck

TEMPERAMENTO
El temperamento es el cimiento biológicamente basado de la personalidad; se basa en la
predisposición heredada del niño a mostrar patrones característicos de conducta, incluidas
emocionalidad, actividad y sociabilidad. El temperamento de una persona puede observarse
desde muy temprano y es estable a lo largo de la vida. Los estudios genéticos de la infancia
a la niñez y la adolescencia muestran que, medido de diversas formas, el temperamento es
altamente hereditario.
Una de las formas en que se supone que el temperamento influye en la personalidad adulta
es a través de la interacción social. Los niños con temperamentos distintos se comportan de
manera diferente, y a su vez son tratados de forma disímil por otros, incluidos los adultos.
Los niños con temperamentos caracterizados por bajos niveles de emocionalidad negativa
se desarrollan en niños benévolos, sensibles a las emociones de los demás.
EXCITACIÓN
¿Cuáles son las diferencias biológicas específicas que se asocian con la personalidad? Una
variable fisiológica muy estudiada es la excitación. Todos nosotros respondemos a los
estímulos (en especial a los estímulos interesantes, atemorizantes o excitantes),
excitándonos a partir de nuestro estado relajado. Sin embargo, diferimos en la rapidez y el
grado en que ocurre esta excitación de la corteza cerebral (excitación cortical). Algunas
personas se excitan con mayor rapidez y en mayor medida a partir de su estado de reposo
que otras. Otras necesitan estimulación considerable para excitarse lo suficiente; se teoriza
que algunas de ellas buscan esta estimulación actuando como el payaso del grupo en la
escuela primaria.
EL MODELO BIOLÓGICO DE EYSENCK
Hans Eysenck (1967; Eysenck y Eysenck, 1985) propuso tres factores de personalidad
basados en las diferencias biológicas entre la gente. El primer factor, extroversión-
introversión, se propuso como resultado de las diferencias en los procesos de excitación e
inhibición del sistema nervioso, los mismos procesos implicados en la formación de las
respuestas condicionadas descritas por Pavlov. Eysenck supone que en algunas personas la
excitación es relativamente más fuerte; en otras lo es la inhibición. En su teoría, los
extrovertidos tienen un sistema nervioso “fuerte” que es relativamente rápido para inhibir la
estimulación excesiva. “Separan” con facilidad las entradas excitantes de las situaciones
sociales, y de esta manera pueden tolerar tener mucha actividad y mucha gente a su
alrededor. De hecho, ansían esa estimulación y al buscarla actúan como extrovertidos.
Los introvertidos, en contraste, tienen mecanismos fisiológicos que son más lentos para
separar la estimulación excesiva; se dice que tienen un sistema nervioso “débil”, uno que se
especializa en excitación, pero que es rápidamente abatido. En presencia de otra gente, son
estimulados con facilidad por encima del nivel de estimulación al que pueden funcionar
bien y que ansían. Como no pueden adaptarse aparte del exceso de estimulación, se adaptan
conductualmente, evitando demasiada estimulación y demasiada gente. Esto ocasiona que
se conviertan en introvertidos. Eysenck identifica el sistema activador reticular ascendente
del cerebro, el cual detecta los mensajes de excitación del tallo cerebral a los niveles
cerebrales superiores, como una vía para esta excitación.
El segundo factor en el modelo de Eysenck es el neuroticismo. La mayor actividad en el
sistema límbico ocasiona que algunas personas muestren una mayor excitación emocional
cuando son amenazadas o se encuentran en situaciones estresantes. Esas personas son altas
en el factor de neuroticismo. Otros que son bajos en ese factor no se vuelven tan
emocionales en la misma situación. La mayor excitación emocional puede, a su vez, hacer
que los neuróticos utilicen los mecanismos de defensa; de ahí el término “neuroticismo”.
(Note que el factor de extroversión- introversión corresponde a la excitación cortical, en
contraste con la excitación emocional que se encuentra en el neuroticismo.)
El tercer factor de Eysenck se refiere a la tendencia hacia la no conformidad o desviación
social. Eysenck (1992) denominó psicoticismo a este factor. Una etiqueta desafortunada
porque exagera la imagen de patología. De hecho, la gente que es creativa tiende a obtener
altas puntuaciones de psicoticismo. Aunque los pacientes psicóticos califican alto en este
factor, también lo hacen los individuos creativos que no padecen trastornos. Así, un estudio
que midió las puntuaciones de psicoticismo de estudiantes universitarios encontró que, 10
años más tarde, quienes calificaron alto no tenían un riesgo mayor de psicosis. Físicamente,
las puntuaciones de psicoticismo se correlacionan con el sistema gastrointestinal. Quienes
califican alto muestran más flujo de saliva en respuesta a estímulos gustativos y es
relativamente poco probable que se mareen.

S-ar putea să vă placă și