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HISTORIA UNIVERSAL Y PERUANA DEL DERECHO PENAL

Indice

Introducción
1.0. Historia universal del Derecho penal
1.1. Periodo pre iluminista
1.1.1. Derecho penal en la antigüedad
1.1.1.1. Babilonia
1.1.1.2. Grecia
1.1.1.3. Roma
1.1.2. Derecho penal medio
1.2. Periodo iluminista
1.2.1. La escuela clásica
1.2.2. La escuela positiva
1.2.3. Las escuelas eclécticas o intermedias
1.2.4. La escuela técnico-jurídica
1.2.5. La escuela clásica alemana
1.2.6. La escuela de Kiel
1.2.7. La doctrina finalista
1.2.8. El sistema teleológico-funcionalista
2.0. Historia del Derecho penal peruano
2.1. Derecho penal inca
2.2. Conquista española
2.3. Periodo republicano
2.3.1. Proyecto de código penal de Manuel Lorenzo de Viadurre
2.3.2. Código penal de Santa Cruz
2.3.3. Primer código penal peruano
2.3.4. Código penal peruano de 1924
2.3.5. Código penal peruano de 1991
Conclusiones
Bibliografía
Introducción

Durante el proceso de evolución y desarrollo del hombre, este, al verse en la


imposibilidad de mantener una vida solitaria, comenzó a convivir en grupos junto a sus
semejantes, de esta manera, y a medida que pasaba el teimpo, nació lo que hoy se
conoce como sociedad y es en la sociedad donde nace el Derecho, a fin de mantener el
orden mediante normas reguladoras de la conducta de los hombres.

Pese al fin regulador del derecho, y como en toda sociedad, nunca falta aquel que rompe
las normas establecidas. Ante tal hecho, era necesario establecer castigos para que,
mediante una determinado sación, se pudiera prevenir que a futuro el delito no se
repitiera y así también proteger a los individuos de la sociedad. A este conjunto de
normas sancionadoras se le conocería bajo el nombre de Derecho penal.

Tal como la sociedad, el Derecho penal tuvo un proceso de desarrollo que va desde el
momento que imperaba la violencia exagerada como medio de solución a una etapa
donde primaría la razón. Este proceso no fue exclusivo de un solo país, sino que se
vivió y desarrolló de manera distinta de acorde al territorio y los años. Por lo tanto el
Derecho penal en el Perú no es una excepción, de hecho, el desarrollo del Derecho
Penal sólo sería una muestra más de lo profundamente arraigado que estuvimos (y
segumos estando) al modelo hispánico.

La finalidad del presente trabajo es mostrar el desarrollo del Derecho penal partiendo
desde la antigüedad, mostrando la severidad de los castigos porpios de la épica,
destacando al derecho penal griego y romano como un punto y aparte en lo que a
materia penal concierne, llegando a la edad media con sus característico y culminando
en el periodo ilunista, revisando las escuelas que fueron surgiendo a través del tiempo.

En lo que al Derecho penal peruano respecta, veremos brevente lo que fue el derecho
penal inca y algunas sanciones que se aplicaban al infractor, pasando obviamente a la
Conquista e imposición del Derecho traído por los españoles y culminando con la
evolución del Derecho penal peruano en la República.
1.0 Historia unversal del Derecho penal

1.1 Periodo pre iluminista

Este periodo se caracterizó, principalmente, por la porfunda violencia con que


actuaban tanto los individuos sujetos a la ley (venganza privada), guiándose
principalmente por la Ley del Talión, donde a una determinada infracción le
correspondía un determinado castigo de igual megnitud.

Se vivía, pues, en medio de un escenario confuso ya que, en palabras de Hugo


Vizcardo, “El campo de los hechos punibles permanecía incierto por la falta de una
codificación (en sentido moderno), por la caótica superposión de textos normativos
heterogeneos y por las frecuentes interferencias del poder ejecutivo que influía sobre el
judicial…” (2016, p. 17). Esta interferencia del poder ejecutivo se veía, por ejemplo, en
los reyes europeos que imponían castigos a su antojo, sin mencionar que la justicia
penal muchas veces servía al poder eclesiástico, donde una falta al orden religioso era
severamente castigado. Esto se puede apreciar incluso en el Derecho canónico el cual,
pese a haber influido en la humanización del Derecho Penal basándose en principios
religiosos tales como el perdón por sobre la venganza, la caridad y la fraternidad, entre
otras, fue sumamente duro con los delitos, puesto que “el Derecho Canónico vio (…) en
el último una ofensa a Dios; de aquí la venganza divina en sus formas excesivas de
expiación y penitencia.” (López Guardiola, 2012, p. 20). El procedimiento acusatorio
fue sustituido por el inquisitivo y la confesión era considerada como “la reina de las
pruebas”.

1.1.1 Derecho penal en la antigüedad

El derecho penal durante esta época tuvo guiada tanto por la ya mencionada ley
del talión como por las religiones imperantes, ejemplos de este último eran Egipto
(Estado teocrático y por lo tanto, cualquiera actitud contraria a la religión o al faraón era
castigada con la muerte) o Caldeo Asiria, donde su derecho penal era de corte ético-
religioso. En cuanto a ejemplos de la ley del talión tenemos a Israel, Siria, Asiria, etc.,
siendo el más destacado Babilonia. Todos ellos con una legislación penal sumamente
cruel.
Estas características no serían un común denominador en todas las culturas,
puesto que dos naciones europeas marcarían un punto y aparte en lo que respecta al
derecho penal; Grecia y Roma, puesto a que con ellos dos la racionalidad de la reacción
penal hace su entrada, es decir, la legislación penal se seculariza (Zaffaroni, 2000, p.
333), aunque también hay que tener en cuenta que la concepción teocrática y la
divinización del derecho no desaparecen en su totalidad.

1.1.1.1 Babilonia

En el código de Hammurabi (siglo XXIII a.C,) encontramos el más importante


antecedente en legislación penal, en donde también podemos encontrar disposiciones
referidas al derecho civil.

Se caracterizó por regirse en base a a la ley del Talión e imponer penas drásticas,
de aplicación inmediata: el ladrón que era sorprendido cometiendo una efracción de
muros, era muerto y emparedado; el que cometía un hurto calamitoso aprovechando un
incendio, era echado a las llamas; la que cometía adulterio era arrojada al río con las
manos ligadas (Zaffaroni, 2000, p. 325).

1.1.1.2 Grecia

Hablar de la legislación penal griega es un asunto algo complejo, puesto que en


la Hélade existían muchas ciudades estados, cada una con su propia legislación y porque
solo poseemos fragmentos de dicha legislación gracias a otros autores que trataron otras
materias.
Como se mencionó, la legislación penal era diferente de acorde a la poli, la
legislación de Esparta y de Atenas no eran las mismas, por ejemplo, puesto que
mientras una poli tenía una legislación penal muy severa, como corresponde a un Estado
militar (Esparta), la otra poseía una menos severa. Esto se puede apreciar en el jucio de
Sócrates, el cual fue enjuiciado y posteriormente ejecutado por delinquir en contra de la
religión, pero pese a eso su ejecución careció de la brutalidad que era característico de
otros lares, donde ese tipo de delitos eran cruelmente castigado, pues fue condenado a
una muerte indolora por medio de la cicuta.
De lo anterior expresado, podemos sacar a relucir dos aspecto que hicieron de la
legislación penal ateniense destacase, por detrás de la romana, por sobre las otras
legislaciones del mundo. Primero, porque pese a que todavía había una concepción
teocrática y divinización del derecho, esta no sigue a cabailidad criterios teocráticos tal
como otras culturas, donde el derecho penal fungía como arma del poder eclesiástico,
sino que esta se mundaniza, preocupado más por lo problemas terrenales y segundo,
porque se puede apreciar que esta legislación penal los castigos carecían de esa
brutalidad característica de otros lugares, donde los castigos eran sumamente brutales.
Esto se puede apreciar en el ya mencionado juicio y ejecución de Sócrates, quien fue
muerto por medio de la cicuta. Y eso es más sorprendente, tomando en cuenta que fue
ejecutado por un delito contra la religión, rozón por la cual, y tomando en cuanta el
contexto, su muerte debió ser totalmente opuesta a la impuesta. Podemos apreciar, pues,
en este caso las dos características que hicieron destacar a la legislación ateniense.
Pese a estos grandes avances en materia penal, los griegos no tuvieron
predilección por lo jurídico, pero sí sentó las primeras bases sobre las cuales se eregiría
la legislación penal romana.

1.1.1.3 Roma

Es con Roma que finalmente podemos hablar de una verdadera legislación penal
científica, una legislación a la cual podemos seguir su curso durante más de trece siglos,
desde su fundación un 21 de abril de 753 a.C., pasando por el siglo VI de la era
cristiana, con la aparición del Digesto y extendiéndose nueve siglos más gracias al
Imperio Bizantino.

Como es de esperarse, el derecho penal romano tuvo un origen divino, pero esto
no se mantendría así, puesto que sería con la aparición de las XII tablas cuando vemos a
un derecho laicizado. Es aquí donde se da la distinción entre delito público (delicta
publica); el cual se formó en torno a los delitos de perduellio (contra el Estado) y de
parricidíum (contra los particulares) y delito privado (delicta privata). El primero era
perseguido por el Estado y el segundo era una asunto entre los particulares.

A medida que pasó el tiempo, el derecho y la acción penal pasaron a tener un


carácter púbico mediante el procedimiento extra ordiem, en el cual los delitos privados
eran sometidos a penas públicas.

La justicia republicana, inicialmente, estaba en manos de los comicios, pero


posteriormente pasó a estar en manos de los tribunales penales (quaestiones), los cuales
actuaban por delegación del pueblo romano, por las exigencias del pueblo romano y
para el bien de la República (Zaffaroni, 2000, p. 337).

Con la llegada del Imperio, las instituciones republicanas se corrompieron y el


ámbito de los crímenes majestatis cada vez se fue volviendo más extenso, por ejemplo
llegó un punto en el cual no se podía poner en tela de juicia la acertividad del emperador
en su elección de funcionarios, incluso los cristianos no eran perseguidos presisamente
por sus creencias, sino por negarse a rendirle culto al príncipe. Los tribunales actuaban
por delegación del Emprador, cuya palabra estaba por encima de la ley. Se veía pues,
que el derecho penal pasó a convertirse en un instrumento del Estado, y principalmente
del Emperador, para servir a sus intereses

Se observa entonces en el derecho penal romano un aspecto muy importante que


aún perdura hasta nuestro días; el derecho penal republicano, al servicio del pueblo,
contra el derecho penal imperialista, al servicio de unos pocos.

1.1.2 Derecho penal medio


Con la caída de la Roma occidental, en el mundo volvió a primar un derecho
penal que servía como braso secular del poder religioso, en este caso las dos grandes
religiones dominantes, el cristianismo y el islam. El derecho germánico por ejemplo,
cuyo derecho penal pasó a predominar los siglos que abarcan desde el V al XI d.C. fue
influído por el cristianismo. Aquí, el hombre germánico se concibía a sí mismo como
parte de una unión y como tal la paz era lo más importante, por ello su quebrantamiento
era el delito más grave, cuya consecuncia era la pérdida de la protección jurídica.
Aunque la pena de muerte también se aplicaba esto cambió con la influencia del
crstianismo, esto se evidenció con la tendencia a reducir dicha pena.
Lo que sí no se puede negar es el común denominador de todas las naciones el
tener una concepción sacralizada del derecho penal, por ello no era extraño que una
persona fuera procesada y torturada al ser acusada de blasfemia, siendo por lo tanto un
modelo totalmente inquisitivo y sumamente severo, donde ya se culpaba a la persona
antes siquiera de ser condenado y teniendo como principio la venganza pública. La
intimidación era, por aquel entonces, el objetivo.

1.2 Periodo iluminista

Durante esta época, que corresponde a la Ilustración (mediados del siglo XVIII),
el derecho penal se modernizó gracias al pensamiento iluminista, el cual tuvo sus raíces
en dos concepciones de la época; el contractualismo y el utilitarismo. Tuvo interés en
los problemas de la legislación y en racionalizar el sistema penal con el fin de volverlo
útil en la prevención de delitos, combatir la arbitrariedad judicial y lograr evitar
sufrimiento excesivo a los condenados (tal como se hacía durante el periodo pre
iluminista), siendo uno de los grandes representantes Cesare Beccaria con su c{elebre
libro “De los delitos y de las penas”.
Uno de los grandes problemas del iluminismo fue qu, en cuanto a la actividad
interpretativa, fue demasiado mecanicista, tenía una preferencia por las penas fijas por
lo que las sanciones no eran proporcionales al delito y/o la personalidad del condenado.
Como es de esperarse, toda corriente de pensamiento revolucionario encuentra la
oposición de las tendencias conservadoras y en el pensamiento iluminista esto no fue
una excepción, siendo principios de 1880 cuando las ideas anti iluministas reaccionaron,
reacción que se fue expandiendo y asentuando en Alemania, Italia e Inglaterra. Pero
otro gran problema de este pensamiento fue que, muy aparte de la reacción anti
iluminista, pasó de ser revolucionaria a ser conservadora, y muchas veces reacionaria,
de la cultura jurídica liberal, por tal motivo pasaron de imponer límites al Estado a
defenderlo, por ello resultaría profundamente atacada en épocas posteriores.

A medida que pasaba el tiempo, lo gobierno poco a poco comenzaron a


humanizarse y a desaparecer las crueldades en lo que a materia penal se refire y con ello
se incrementaron los estudios del derecho penal a fin de sistematizarlos, por ello
surgieron diferentes escuelas que abordaron este problema. De ellas podemos destacar
la Escuela clásica y la Escuela positivista pero sin dejar de lado a otras escuelas que
luego fuero apareciendo.

1.2.1 La escuela clásica

La Escuela clásica, el cual alcanzaría su pleno desarrollo a mediados del siglo


XIX, se caracterizó por su sentido humanitario, liberal y por haberle dado sentido a la
justicia penal, teniendo como su máximo representante a Francesco Carrara y su obra
“Programa del diritto criminale”. Este autor sería el responsable de separar la ciencia
jurídica de todo conocimiento empírico, destacó que la ciencia penal está al servicio del
hombre pero uno de sus aportes más notables (y tal vez el más notable) fue que planteó
la llamada “fase matemática”, es decir un planteamiento en el cual la pena (el cual era
considerado un mal necesario para mantener el orden externo de la sociedad) es
directamente proporcional al delito.

Las teorizaciones de esta escuela se basaron en principios racionalistas e


iusnaturalistas y, a decir verdad, no fue una escuela homogénea, sino todo lo contario.
Debido a su heterogéneo contenido no era de extrañar que hubieran tendencias
contrarias que combatieran entre sí, pero pese a ello es posible identificar características
comunes, tales como el ya mencionado sentido humanitario y liberal y por tener un
método esencialmente racionalista.

Para la escuela clásica la responsabilidad se basa en el libre albedrío, ya el


hombre solo puede estar sujeto a las leyes en la medida en que es libre (Hugo Vizcardo,
2016, p.22). De hecho, para Carrara, la libertad es un axioma fuera de todo debate.

1.2.2 La escuela positivista

Posteriormente, mas específicamente en los últimos tres decenios del siglo XIX,
surgió en Italia un movimiento que revolucionaría el Derecho penal,. Esta escuela sería
la llamada Escuela positivista, la cual se identifica con los postulados positivistas
filosóficos.

A diferencia de la Escuela clásica, este moviento posee un carácter unitario y


tiene como uno de sus principios fundamentales el determinismo de las acciones
humanas (por lo que consideran al delito como un fenómeno natural). Pero la principal
diferencia estaría en cuanto a su forma de tratar al infractor de la ley, pues para los
positivistas el delincuente era un ser “enfermo” y como tal había que tratarlo como un
caso clínico, es por ello que esta escuela es reconocida por la aplicaciónde método
experimental al estudio de los delitos y de las penas, es por ello que la aplicación de la
sanción, a diferencia de la Escuela clásica, no se relaciona con la gravedad del delito,
sino con la peligrosidad del delincuente.

1.2.3 Las escuelas eclécticas o intermedias

Pese a los grandes avances logrados en materia penal por estas dos escuelas, era
necesario reforzar los conocimientos de decha materia. Por ello surgiría las
denominadas Escuelas intermedias o eclécticas, cuyo objetivo era buscar puntos medios
entre las dos ideologías, siendo las más importantes la terza scuola en Italia y la escuela
sociológica en Alemania, representada por Von Liszt, cuyas ideas principales serían; la
imputabilidad (basada en la capacidad del hombre de dirigir sus actos), la naturaleza de
la pena residente en la coacción psicológica y el rechazo a la fatalidad del destino
propugnada por los positivistas. En cuanto a las sanciones, estas pasarían a tener un
carácter de prevención general.

1.2.4 La escuela técnico-jurídica


Para finales del siglo XIX las polémicas entre los clásicos y los positivistas se
exacerbaron. Esto provocó el surgimiento de una escuela conocida como técnico-
jurídica, cuyo mayor aporte sería la dogmática, siendo Karl Binding su mayor
representante, persona sobre la cual se puede afirmar, sin temor a equivocarse, ser el
responsable de dar a la ciencia del Deecho penal una dimensión científica.

En medio de estas polémicas entre clásicos y positivistas, esta escuela surge con
el fin de criticar el hecho que ambas escuelas han errado al dejar de lado la propia
investigación jurídica (la cual es la parte sustancial) para concentrarse en
investigaciones filosóficas o naturalistas, por ello esta escuela le da una total dedicación
al estudio del Derecho penal.

Mas que una escuela, se trata en realidad de un método enfocado únicamente en


la norma penal. Se caracteriza por rechazar el libre albedrío y el mecanicismo,
atribuyendo la responsabilidad de los actos del hombre a su simple voluntad
(responsabilidad psicológica), por tener un método regirosamente jurídico, por
considerar al delito como pura relación jurídica, en donde el delito es un hecho humano
que pone en peligro a la sociedad jurídicamente organizada y en considerar a la sanción
como una reacción jurídica contra los infractores capaces penalmente. En caso que esta
característica de los infractores no se cumpla (osea, si el infractor es incapaz
penalmente) este será sometido a medidas de seguridad. Por ejemplo, un asesino con
conocimiento pleno de cada una de sus acciones recibe una sanción, pero dicha sanción
no es aplicable a un psicópata, el cual no es conciente ni sensible de sus acciones, por
ello para este último será trasladado a un centro psiquiátrico como medida de seguridad.

1.2.5 La escuela clásica alemana

Esta escuela surge como consecuencia de la enfluencia de la escuela positivista


italiana y del positivismo en general solo que, a direferencia de esta, opta por una
dirección más jurídica, siendo uno de sus grandes Von Liszt, quien es el responsable de
un planteamiento imnicomprensivo de las disciplinas que se ocupan del delito, de
incorporar el concepto de antijuricidad en el derecho penal y, a diferencia de los
positivistas italianos, no buscaba suprimir el código penal, pues para él dicho código era
la como la constitución del delincuente.

Para esta escuela, la pena tenía como objetico la protección del bien jurídico,
puesto que dicho bien era la piedra angular de todo el sistema y el fundamento de la
pena, por ello el bien jurídico es el punto de unión entre la política criminal y el
Derecho penal, pero es precisamente este tema del bien jurídico el causante de
disrepancias entre Von Liszt y Beling (otro gran representante de la escuela), pues
mientras para Beling el bien jurídico era algo desprendido del mundo social, para Liszt
era todo lo contrario.

Por su parte, Ernst Beling es sumamente reconocido por imponer, en el ámbito


del tratamiento del fenómeno criminal, un tecnicismo jurídico pero principalmente por
su concepto de tipo, el cual, según Hugo Vizcardo, permitió dar un estricto contenido
jurídico positivo al delito, confiriéndole total autonomía al estudio del derecho penal y
desdeñó la concepción conjunta de una ciencia penal planteada por Liszt (2016, p. 31).

1.2.6 La escuela de Kiel

La Segunda guerra mundial significó un antes y un después en lo que al derecho


penal respecta, tanto es así que finalizado dicho conflicto bélico, surgirían dos
tendencias debido al impacto que esta causó, tales como la supuestamente extinta teoría
iusnaturalista y la finalista de la acción, la cual significaría un giro de ciento ochenta
grados en el ámbito del derecho penal.

La escuela de Kiel surgió como producto de la hegemonía Nazi (1933 y 1945),


teniendo como representantes más importantes a Georg Dahm y Friederich Schaffstein.
Esta escuela se fundamentaba en pocisiones antiliberales populistas y por basar sus
interpretaciones en lo referido al “sentimiento del pueblo alemán”.

En lo que al delito respecta, los planteamientos de ambos son muy semejantes,


pues mientras Dahm plantea el delito como una “traición”, Schaffstein lo concibe como
una “lesión del deber”, por lo que las conclusiones de ambos son muy parecidas, pues se
entiende al delito como una transgresión al deber de fidelidad, por lo tanto el delito
constituye la traición del individuo a su pueblo. Está de más decir que la finalidad de
concebir al delito de esta manera va de acorde a los ideales ultra nacionalistas propio del
régimen Nazi.

1.2.7 La doctrina finalista

Finalizada la Segunda guerra mundial, se tuvo que superar el radical


irracionalismo de la Escuela de Kiel. Es aquí donde entrarían el iusnaturalismo y el
finalismo, pero sería esta última la que daría un vuelco en lo que a derecho penal
respecta.

En realidad, la doctrina finalista aparece en 1930 con la obra de Hans Wezel,


pero tuvo que esperar hasta el fin de la Segunda guerra mundial para esta doctrina se
instalara en Alemania. Surgió como al planteamiento causal dominante el Alemania,
según la cual en las acciones existía una relación de causa efecto, siendo la finalidad del
hombre, por lo tanto, “ciega”. Para la escuela finalista el hombre puede preever las
consecuencias de sus acciones, siendo la finalidad, por lo tanto “vidente”,
contraponiéndose, por lo tanto, a la causalidad (“ciega”).

Para Welzel, la misión del Derecho penal es proteger los valores elementales de
la conciencia y se preocupa en su mayoría por una distinción entre motivación y
finalidad.

Pese a que la Escuela finalista provocó un vuelco en lo que a materia penal


respecta, no estuvo excento de críticas, entre los que podemos señalar a Roxin, quien
orienta el Derecho penal hacia una política criminal y se opone a su sentido lógico-
abstracto.

1.2.8 El sistema teleológico-funcionalista

Corrían los años sesenta y la dogma jurídico penal se hallaba inmersa en una
fase de trancisión, fase en la cual predominaban las corrientes eclécticas, pero de entre
todas las tendencias detacaron aquellas conocidas bajo el nombre de “funcionalistas” o
“teleológicas” las cuales tienen como punto en común el construir sistemas abiertos que
orienten a los mismos en función de los cambios político-criminales y de la evolucion
de los conocimientos.

Vale la pena aclarar que existen dos sub orientaciones de este sistema; la
moderada, representada por Claus Roxin y la radical, representada por Gunther Jakobs.

En cuanto al funcionalismo moderado, las preocupaciones de Roxin son


prácticas, puesto que su objetivo es hacer del sistema un instrumento útil a la hora de
solucionar los problemas de la sociedad mediante la aplicación de castigos que afirmen
la vigencia de la norma. Apunta, pues, a objetivos preventivos que logren evitar futuros
delitos. Para Roxin, el fin del Derecho penal es la tutela de bienes jurídicos, bienes cuyo
origen se encuentran tanto en la Constitución como en el Derecho mismo.
En lo que respecta al funcionalismo radical de Jakobs, este autor propone un
sistema penal de orientaciónnetamente descriptiva y orientado a una prevención
integradora (positiva) y cuyas penas tuvieran la función de mantener la confianza en las
normas vigentes. En cuanto al delito, para Jakobs no existe delite si es que el sujeto no a
externalizado nada, en otras palabras no se debe penar a un sujeto meadiante la
anticipación de sus actos, aunque estas anticipaciones de punibilidad pueden ser
necesarias aveces y de ser necesarias el Derecho penal pasaría a ser Derecho penal del
enemigo. La conducta imputable debe ser determinada en un marco objetivo.

2.0 Historia del derecho penal peruano

2.1 Derecho penal inca

La organización del Imperio inca tenía bases teocráticas, por ello los delitos más
graves eran aquellos que afectaban la persona del inca, pues este ra considerado hijo del
sol. De hecho, las penas llegaban a tal extremo que las relaciones con la coya (esposa
principal del inca) era penada con el arrasamiento completo del pueblo al cual
pertenecía el infractor. La severidad de su ley penal deriva, pues, del carácter
imperialista, teocrático y de la concepción absolutista del Estado.
Uno de los grandes problemas respecto a la legislación penal inca es que, al
carecer de escritura, todo se transmitía oralmente, pero pese a ello conocemos algunos
castigos que se imponían; por ejemplo se castigaba con la muerte el adulterio, el
asesinato, la indiciplina militar, la sodomía, etc. Existían también penas deshonrantes,
tales como el corte de cabello o las amonestación pública.

2.2 Conquista española

Con la llegada y posterior conquista española, el derecho penal incaico fue


reemplazado mediante la imposición del ordenamiento jurídico extranjero,en la
metrópoli, siendo el principal objetivo que los indígenas aceptaran inconcientemente el
derecho traído por ellos, con lo cual se esperaba lograr la dominación político-
económica y la aculturización de los nativos.
El predominio de la concepción jusfilosófica hispana sería el imperante en el del
Virreinato del Perú hasta finales del siglo XVIII, hasta la llegada de la influencia
francesa acentuada en la formación de los precursores de la independencia (Hurtado
Pozo, 1987, p. 44).
2.3 Periodo republicano

Contrario a lo que se cree, las leyes españolas no se fueron con la


Independencia, sino se mantuvieron en vigor hasta el siglo XIX, al igual que en el resto
de la recién independizada Hispanoamérica. Esto se debía a que, en los años turbulentos
seguidos de la Indepencia, no se estableció un orden interno capaz de sustituir la
organización virreinal, por ello se trató de diseñar un Estado mediante la creación de
Constituciones, pero que lastimosamente sólo sirvieron para el surgimiento de
dictaduras y guerras civiles.
A las finales, el arraigo virreinal era tal que dicho arraigo se impuso sobre las
ideas liberares que trataron de ralizar un cambio en las bases socioeconómicas.

2.3.1 Proyecto de Código penal de Manuel Lorenzo de Viadurre

En 1928, elabora un proyecto de Código penal. Publicado en Boston este


proyecto denota tanto influencia francesa como inglesa en las ideas penales de la recién
nacida República.
Pese a tratarse de uno de los primeros pasos legislativos en materia penal, este
proyecto no esta excento de errores; por ejemplo no determina de manera clara qué es el
delito, los medios de represión y cómo aplicarlos.
Este proyecto, con claras influencias de ideas europeas no volvería a reeditarse.

2.3.2 Código penal de Santa Cruz

Durante los años de la Confederación Perú-boliviana, primó en el estado sur


peruano el código penal boliviano, impuesto por el general Santa Cruz en 1836, código
que estuvo influenciado por el código español de 1822 en el cual se nota la influencia
francesa gracias al "movimiento de la Enciclopedia”.
Finalmente, luego de la Campaña restauradora, el código llegaría a su fin junto con
la Confederación.

2.3.3 Primer código penal peruano

El Perú se ha caracterizado por tener arraigo a todo lo español, como resultado


de ser el Virreinato más preciado (junto con el de Nueva España) por la Corona, lo que
nos convirtió en la representación misma de España en Sudamérica. Este arraigo a
seguir el modelo hispano lo vemos en el primer código penal peruano, cuyo proyecto
fue elaborado por el congreso y luego aprobado en 1963 luego de dos comisiones que
revisaron dicho proyecto. De hecho, fue la misma comisión la que admitió haber
seguido al Código Penal español de 1848-1850. Este código español era, por si fuera
poco, imitación del Código brasileño de 1930, el cual era imitación del Código
napolitano, el cual al mismo tiempo era imitación del Código francés de 1810. La copia
de la copia de la copia. Aunque hay que aclarar que el Codigo penal peruano no fue una
transcripción literal del Código español, sino que fue adaptada al “estado del país”. El
problema era que sólo se tuvo en cuanta una realidad del país, la realidad de los sectores
dominantes, dejando de la do la realidad de los indígenas, quienes representaban la
mayoría del país.

2.3.4 Código penal peruano de 1924

Este Código penal sería conocido por alejarse de la fuente hispánica, pero no en
su totalidad, puesto que se conservaron ciertos elementos del código de 1863, ya sea de
manera literal o cambiándolas ligeramente.
Declara influencia helvética, el abandono de la fuente española no fue debido a
una actitud reaccionaria contra España, sino por el deseo de abandonar lo antiguo y
porque, en palabras de Hurtado Pozo, “los proyectos de reforma del código español eran
inferiores a los elaborados en los otros países europeos” (1987, p. 48).

2.3.5 Código penal peruano de 1991

Finalmente el 3 de abril de 1991 se promulgaría el Código penal peruano,


vigente hasta el día de hoy. Publicado el 8 de abril del mismo año, ha sufrido cerca de
500 modificaciones en los años siguientes, modifiaciones que afectaron al tipo penal y a
las penas, puesto que estas últimas se incrementaron, por ello actualmente es más severo
que años atrás, pero pese a ello esto no ha significado una disminución considerable de
la delincuencia y del crimen organizado en el país.
Conclusiones

Como hemos podido apreciar, el Derecho penal tuvo un amplio desarrollo, comenzando
por una época donde la violencia era la característica principal, pero esta no sería un
común denominador en todas las naciones, puesto que Grecia y Roma presentaron
características que las hacían destacar por sobre las demás, en especial Roma, cuyo
desarrollo histórico de su Derecho penal es un aspecto que se sigue vigente hoy en día.
La religión, un gran obstáculo para el desarrollo del Derecho penal, a las finlaes terminó
utilizando el Derecho penal a su favor para penar cruelmente a todo aquel que se atrevía
a atacar a la fe.

Esta evolución, como era de espearse, cambió y pasó de un aspecto violento a uno más
humano gracias al pensamiento iluminista, gracias a ello y que finalmente la religión
estaba fuera del camino, la ciencia del Derecho penal pudo desarrollarse, por ello la
aparición de tantas escuelas responsables de su desarrollo.

En cuanto al Perú se refiere, la historia de nuestro Derecho penal evidencia el profundo


apego que tuvo (y todavía tiene) el país con España, tanto así que tuviron que pasar casi
cien años para recién desprendernos del pasado virreinal. Aunque “desprendernos” sería
un término algo erróneo, puesto que si en Código Penal de 1924 finalmente nos
alejamos de la fuente hispánica, no se hizo porque se quisiera dejar atrás lo español en
sí, sino por dejar atrás algo que se consideraba antiguo e impropio del siglo XX. A las
finales, el Perú, guste o no, siempre tendrá ese arraigo a lo hispánico.
Bibliografía

Hugo Vizcardo, Silfredo. (2016). Derecho Penal General (2da ed.). Lima, Perú.

Hurtado Pozo, José. (1987). Manueal de Derecho Penal (2da ed.). Lima:
Editorial y distribuidora de libros SAC.

López Guardiola, Samantha G. (2012). Derecho Penal I. México: Editorial


Tercel Milenio.

Raúl Zaffaroni, Eugenio. (2000). Tratado de Derecho Penal: parte general.


Argentina: Editorial EDIAR,

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