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Elabore un histórico y estilístico del conjunto compuesto por el puente Hohenzsoller y la iglesia

de colonia en Alemania

PUENTE

El puente Hohenzollern o Hohenzollernbrücke en alemán es el segundo mayor atractivo


turístico de la ciudad alemana de Colonia, la más poblada dentro del Estado federado
de Renania del Norte-Westfalia. De los siete puentes que cruzan el majestuoso río
Rin, este es el más famoso por ser el que más cerca se encuentra de la catedral y que separa
la zona industrial de la zona histórica de la ciudad. Es el puente más antiguo, construido
entre 1907 y 1911, y está lleno de candados que representan el amor.

Durante la época romana, el río Rin formaba la frontera noreste del Imperio Romano. La
fuerte corriente del río significó un reto para la construcción de puentes que lo
cruzasen. Esto no impidió que el dictador romano Julio César entre el 53 y el 55 AC
ordenase a su ejército construir dos puentes que cruzaran el río para facilitar la guerra
contra las tribus germánicas.

El primer puente que cruzaba el Rin en Colonia fue construido alrededor del año 310 dC,
durante el reinado de Constantino el Grande, y conectaba la ciudad con un campamento
militar de nueva construcción sobre el río, en Deutz. El puente de madera tenía
aproximadamente 420 metros de largo. Algunas de piezas de construcción de este
puente se exhiben en el Museo Römisch-Germanisches.
Después de la caída del imperio romano, fueron necesarios otros 1500 años antes de
la construcción de un nuevo puente en la ciudad. En 1822 un puente de pontones de
madera fue construido en el sitio del actual 'Hohenzollernbrücke'. El puente se elevaba
varias veces al día para permitir el paso de embarcaciones.

En 1855 el pontón fue sustituido por el Dombrücke (Puente de la Catedral), el primer


puente permanente desde la época romana. Este puente, fabricado con viga fue
inaugurado en 1859. Tenía dos vías de ferrocarril y dos carriles para el tráfico de coches.
Impresionantes y gigantescas torres neogóticas monumentales abrían el acceso al
puente.

A principios del siglo XX, el puente se había quedado pequeño para el incesante tráfico
de trenes, por lo que comenzó la construcción de un nuevo puente mucho más grande
en 1907. El nuevo puente, llamado Hohenzollernbrücke después de la dinastía
Hohenzollern, fue inaugurado en 1911 por el Emperador Guillermo II. El puente tenía
cuatro vías de ferrocarril, así como una carretera de dos carriles sobre el cual se
levantan tres arcos de hierro monumentales. Se construyeron portales de estilo neo-
romano enormes con grandes torres a ambos lados del puente, decorado con estatuas
ecuestres de reyes y emperadores alemanes.
En 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, el ejército alemán voló todos los puentes
que cruzaban el Rin, entre ellos el puente Hohenzollern. Afortunadamente, tres años más
tarde el puente fue reparado y en 1959 totalmente reconstruido. Sin embargo, las
entradas al puente fueron demolitas en 1958 y nunca se hizo el intento por
reemplazarlas.

Entre 1985 y 1988 el puente fue renovado y ampliado. Ahora es un puente ferroviario
con seis vías, y debido a su ubicación cerca de la estación principal de tren, lo atraviesan
cerca de 1200 trenes al día. Una pasarela peatonal permite a los visitantes atravesarlo y
al otro lado de la catedral regala las mejores vistas de la ciudad, inmejorables especialmente
de noche, con la catedral, los arcos del puente y la iglesia de St Martin iluminados.
A ambos lados del puente se disponen dos estatuas ecuestres sobre grandes
pedestales. Las estatuas en el lado del puente Colonia muestran Emperador Federico
III y el Emperador Guillermo II. Ambos fueron creados por el escultor prusiano Louis
Tuaillon. En el lado de la parte de Deutz, las estatuas representan al Rey Federico
Guillermo IV, creado por Gustav Blaeser, y el Emperador Guillermo I, realizada por
Friedrich Drake.
En cuanto al río Rin ('Rhine' en inglés, 'Rhein' en alemán, 'Rijn' en holandés y 'Rhin' en
francés) sobre el que se alza el magnífico puente, su nombre proviene de la palabra celta
'renos', que significa 'flujo furioso', tiene su origen en el Glaciar Rheinwaldhorn en los
Alpes suizos y fluye hacia el norte y este de aproximadamente con una longitud de 1. 320
kilometros de recorrido. El glaciar se encuentra al noreste a través de las montañas del
pueblo de Andermatt, en el cantón de Uri. El Rin comienza como una corriente
tumultuosa, y aunque el flujo del río se modera ligeramente a medida que pasa a través
del lago de Constanza (Bodensee), sigue siendo un torrente hacia el oeste a Basilea. El
río fluye más allá de Bonn, Alemania, y se convierte en el Bajo Rin y emerge en el norte
de Alemania antes de su desembocadura en el Mar del Norte. Las principales ciudades
alemanas que atraviesa son Colonia, Düsseldorf y Duisburg. En la frontera con los
Países Bajos, se divide en dos: el Lek y el Waal. Rotterdam, el puerto principal de la
Europa continental, se encuentra cerca de la desembocadura del río. Pasa a través de
los países de Liechtenstein, Austria, Alemania, Francia y los Países Bajos. Es navegable
desde el Mar del Norte a Basilea, Suiza, una distancia de unos 800 km.

En cuanto a la historia de los candados que cuelgan del puente Hohenzollern, la llaman
"la pared de los candados del amor". Un sinfín de parejas acuden cada año para
homenajear públicamente su amor. Miles son los candados que cuelgan de una de las
barandillas del puente, la que es peatonal. En cada candado, de cientos de colores
distintos, se pueden leer diferentes inscritos, pintadas o decoraciones que elabora la
pareja. Son más de 40. 000 los candados que cuelgan hasta la fecha, y esta tradición se
inició muy recientemente, en 2008.
Los candados han añadido más de 2 toneladas de peso al puente, lo cual hace
preguntarse al ayuntamiento de la ciudad alemana durante cuanto tiempo más estará
permitido que se sigan colgando los candados. Una práctica que se está empezando a
prohibir en otros puentes europeos como el Puente de las Artes en París; el Puente Mecsek
en Pécs, Hungría; el Puente Luzhkov en Moscú; el Monte Huang, en Huangshan, China, o
el Puente Vecchio en Florencia.
Para simbolizar la eternidad del amor, la pareja deja caer la llave del candado al río
Rin cuyo cauce debe albergar miles de estas llaves que representan una tradición
especial.

CATEDRAL

La Catedral de Colonia, la mayor de Alemania y una de las iglesias más notables del mundo,
merece ser admirada por varias razones. En primer lugar asombran sus medidas: las torres
tienen 157 metros de altura, el interior 144 metros de longitud y 45 de anchura, y la nave central
45 metros de alto. Pero la verdadera razón por la que la Catedral de Colonia produce admiración
es por la bellísima armonía del conjunto que la convierte en una espléndida obra del gótico.

Aunque la finalización de las obras de la Catedral de Colonia tal y como la conocemos


corresponden al siglo XIX, su historia se remonta a mucho atrás. El obispado de Colonia
comenzó, que sepamos, en el siglo IV, pues hay constancia de que el primer obispo del que
sabemos su nombre, Maternus, fue nombrado en escritos en el año 313. Las excavaciones que
se realizaron tras la II Guerra Mundial en la zona de la catedral dieron cuenta de una continua
utilización del recinto como lugar sagrado a lo largo del tiempo, con abundantes reformas y
edificaciones nuevas.

El antecedente directo de la construcción gótica actual fue una iglesia de 95 metros de longitud
de dos coros que fue consagrada en el año 870. Pero la notoriedad de la Catedral de Colonia
llegaría más tarde, cuando en 1164 el El arzobispo Rainald de Dassel trajo las reliquias de los
Reyes Magos de Milán a esta iglesia. Fue su sucesor, el arzobispo Felipe de Heinsberg, quien
mandó construir el valioso relicario que las contiene y en cuya realización, al parecer, colaboró
el orfebre Nicolás de Verdun. La obra fue terminada en 1225.

Reliquia de los Reyes Magos

Desde entonces, peregrinos de toda Europa vinieron a adorar las reliquias de los Reyes Magos,
convirtiendo a Colonia en uno de los lugares de peregrinación más importantes de la época
medieval. Por esta razón, en 1248 el arzobispo Konrad de Hochstade decide levantar un nuevo
edificio que satisficiera las necesidades de una catedral de peregrinaje como ésta.

A diferencia de otras obras del país, no se optó por el estilo románico alemán sino que se prefirió
realizar la obra acorde a los cánones de la arquitectura gótica que por aquel entonces se
desarrollaba en las catedrales francesas. El proyecto superó en sus dimensiones a todas las
construcciones religiosas de su época.

En el año 1265 ya se habían terminado las capillas y el deambulatorio del coro, y en 1300 el coro
mayor, pero no fue hasta el año 1322 cuando se consagró el templo. Tras esto, la ritmo de
construcción de la Catedral de Colonia se relentizó. En 1360 comenzaron las obras de la torre
meridional, llevada a cabo en la época medieval tan sólo hasta la altura de la primera planta, y
en 1388 ya se podían usar las naves laterales del sur. A finales del siglo XV se abovedaron los
siete sectores de las naves laterales septentrionales, y en 1560 se podían usar el coro y la planta
baja de las naves longitudinales y de la transversal, pero fue en este año cuando se detuvieron
las obras por un buen tiempo.

No sería hasta 1842 cuando Federico Guillermo IV de Prusia puso la primera piedra de la
continuación de la obra y ya en 1880 se colocó en el florón cruciforme de la torre meridional,
que fue la última piedra de la Catedral de Colonia, siendo este evento presidido por el
emperador Guillermo I. En esta época también se dotó a la catedral de nuevas obras de arte
para su interior de estilo neogótico.

Durante la II Guerra Mundial resultaron destruidas, entre otras partes, las bóvedas de la nave
central y del crucero norte. Se trabajó durante 11 años para arreglar los desperfectos
atendiendo a los planos históricos.

La entrada a la Catedral de Colonia es gratuita, aunque deberéis estar atentos a los horarios de
las misas porque durante éstas os pedirán que salgáis del templo. Lo que sí cuesta dinero es
la subida a la torre de la Catedral de Colonia, pero merece la pena.

Me pareció una pena que la Catedral de Colonia esté tan negra, y me gustaría que la restaurasen
bien y devolviesen a sus piedras el lustre de antaño, como por ejemplo hicieron con la Catedral
de Milán. Aún así, la Catedral de Colonia es una de las mayores joyas de Europa que nadie
debería perderse. Y os recomiendo ver su exterior tanto de día como de noche iluminada, una
experiencia totalmente distinta.
n seguida vemos un contraste resaltante entre las dos construcciones, la catedral de Colonia y
el puente moderno. Saltan a los ojos las diferencias de dos épocas, la medieval que nos legó un
magnífico edificio, y la moderna que corta el panorama con la estructura metálica.

Más que meros desiguales, percibimos un profundo abismo de mentalidades divergentes.


Analicemos separadamente cada una de ellas, a partir de las fotografías, y demos rienda suelta
a nuestra imaginación, acompañando a las diversas personas, en todos los tiempos, que por ahí
pasaron y pasan.

En base a esta información podemos deducir:

Catedral de Colonia

En la Edad Media, estamos en 1248, gran regocijo en la ciudad de Köln (Colonia) por el inicio de
la construcción del Templo sagrado. Todo el pueblo satisfecho y contento celebra el
acontecimiento. Se ve en las fisionomías una piadosa alegría: en fin la ciudad tendrá su propia
catedral. Todos se unen en un común esfuerzo con la intención de ayudar en los preparativos
de la construcción.

Se denota en la multitud que acude al recinto un abanico de colores: estandartes, banderas,


trajes… Todos en una santa alegría acompañan entusiasmados la ceremonia que es presidida
por un virtuoso prelado. Son almas elevadas por el ambiente que es la propia expresión en
albañilería del interior medieval, sereno y alegre.

Puente moderno

Pasan los siglos, prácticamente unos 700 años, Colonia ya no es la misma. No que su arquitectura
fuera totalmente rehecha, ella aún conserva muchos de sus antiguos monumentos. El principal
cambio fue el obrar en las almas. Los pasantes que allá se encuentran no tienen más la levedad
de los medievales, no vemos más en los rostros el bienestar espiritual, la virtud cediera lugar a
la inquietud, a la agitación. Todos pasan rápida y nerviosamente a la búsqueda del dinero o el
placer.

De este modo, bien cerca de la catedral se encuentra un puente. Sin embargo de la misma forma
que la catedral expresa una mentalidad, este también. Es una estructura colosal, toda en hierro,
fría, color natural de suciedad, soporta ella un enmarañado de carriles por donde pasan
rápidamente escandalosos trenes. En suma expresa el progreso moderno, donde todo es grande
y de estilo asustador.

Pero paralelamente, las personas de hoy todavía pasan por la catedral. Muchas van a la
búsqueda de lo que ya hace mucho el mundo no les puede ofrecer: la paz de alma, verdadera
felicidad. Así se ve hoy multitudes que anualmente visitan el monumento de la “Edad de las
Tinieblas” El domo atrae a los que en desespero de causa buscan un apoyo, un refugio espiritual,
o quien por una mera curiosidad, por puro turismo es lanzado por la belleza del predio de la
“oscura Edad Media”.

Para finalizar tenemos en estas dos construcciones un ejemplo típico de mentalidades


disonantes, separadas por los siglos. En estas dos antítesis percibimos la superioridad medieval,
donde impera lo maravilloso, reflejo de Dios, sobre la sordera moderna regida por las pasiones
humanas desarregladas.

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