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Oferta, demanda y elasticidades

La curva de demanda individual es la relación que existe entre el precio


y la cantidad que se desea comprar de un bien, dicha curva se obtiene
a partir de las elecciones que realiza un consumidor en función de sus
preferencias y de su restricción presupuestal. La demanda del mercado
se obtiene a partir de la suma horizontal de las demandas individuales.
En el análisis de la oferta y demanda es muy útil el cálculo de
elasticidades. La elasticidad preció de la demanda de un bien es la
sensibilidad de la cantidad demandada ante un cambio porcentual en
su precio. La elasticidad-precio de la oferta es la sensibilidad de la
cantidad ofertada de un bien ante un cambio porcentual en su precio
introducción
En síntesis, es un modelo que nos permite comprender cómo funciona
lo que alguna vez Adam Smith llamó la “mano invisible del mercado”.
La escasez y el problema económico

La escasez relativa significa, en Economía, que los recursos son


escasos con relación a fines alternativos. Es decir, la escasez implica
un costo de oportunidad; al emplear los recursos para producir ciertos
tipos de bienes, se sacrifica la producción de otros. El costo de la
mejor alternativa que se sacrifica se denomina costo de oportunidad.
Por tanto, los bienes escasos presentarán costos de oportunidad
positivos.
La frontera de posibilidades de producción
Los costos de oportunidad son crecientes debido a que para producir
más de un bien se necesitan transferir factores de producción de un
bien a otro. En esa transferencia, es posible que el capital o trabajo
estén más adaptados para producir un bien que otro, de modo que al
utilizarlo de diferente manera no será tan productivo.

La teoría de la utilidad
e se define la utilidad como la propiedad de cualquier objeto para
producir beneficio, ventaja, placer, bienestar, felicidad o de algo que
previene el dolor, la maldad o infelicidad.3 Con este planteamiento
hedonista los economistas marginalistas sustentaron la creación del
valor en la utilidad y no en el trabajo, como había sido sostenido por
Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx. El carácter subjetivo del
concepto de utilidad hacía prácticamente imposible su medición. Sin
embargo, los utilitaristas consideraban que sí era cuantificable e incluso
se llegó a proponer un instrumento de medida de la utilidad al que
Francis Y. Edgeworth llamó el hedonómetro. Vista de esta forma la
utilidad era cardinal, se suponía que podía medirse; de modo que
cuando un individuo prefería una manzana a una naranja se podían
medir el mayor número de “útiles” de placer generados por la manzana
con relación a la naranja y era posible realizar comparaciones con la
utilidad obtenida por otros individuos. Sin embargo, en la práctica fue
imposible de realizar, el idealizado hedonómetro nunca existió.
La utilidad que los individuos obtienen del consumo no es creciente, sino
tiende a decrecer; esto sucede cuando la cantidad consumida aumenta,
ya que para cualquier persona existe un punto de saciedad. No importa
qué tipo de bienes se consuman, la utilidad tenderá a decrecer en la
medida en que el consumo aumente, en ese sentido fue que Jevons
escribió en su libro ya referido que los deseos de artículos sean estos
para el gusto, la ciencia o por curiosidad siempre tiene un límite. Por
tanto, la utilidad marginal es una función decreciente de la cantidad.
Bajo la idea de la utilidad cardinal se podría pensar que tanto la utilidad
total como la marginal serían medidas en útiles, esto implicaría que las
cantidades que aparecen en el cuadro 3.2 representarían los útiles de
un consumidor de refrescos. Sin embargo, dicha unidad de medida
estándar no existe ni ha existido; razón por la cual, la economía tuvo
que transitar al concepto puramente ordinal de la utilidad.
La teoría económica supone que las preferencias de los consumidores
cumplen con las siguientes características: O Son completas, se pueden
comparar todas las canastas de bienes. O Son reflexivas, cualquier
canasta es al menos tan buena como ella misma. O Son transitivas; si
se prefiere A sobre B y B sobre C, entonces se puede concluir que se
prefiere A sobre C.
La curva de indiferencia de un consumidor muestra las combinaciones
de bienes que considera le proporcionan la misma utilidad.
El comportamiento maximizador
En cualquier economía del mundo los consumidores deben realizar un
pago monetario para adquirir la mayor parte de los bienes que
consumen, dado que no son gratuitos. Por tanto, su capacidad de
consumo se encuentra limitada por su capacidad adquisitiva, la cual
dependerá principalmente
de su ingreso monetario. Dicho ingreso impone a los consumidores un
límite a su gasto total en bienes y servicios, es decir, constituye una
restricción presupuestal a sus elecciones de consumo.
La demanda individual
A través de los mapas de curvas de indiferencia es posible comprender
cómo se puede obtener una curva de demanda individual. Ésta es la
relación que existe entre el precio y la cantidad que se desea comprar
de un bien. Dicha curva depende del mapa de preferencias individual.
A continuación, veremos un ejemplo que ilustrará de mejor manera la
obtención de la curva de demanda individual. En diferentes ciudades de
México, las grandes tiendas de autoservicio de comercio minorista han
impulsado agresivas campañas comerciales para atraer clientes ante el
escenario de crisis económica.

La importancia del mercado

El mercadeo es cada día más importante para cualquier tipo de


organización, básicamente porque el ambiente es cada día más
complicado por la feroz competencia, la constante del cambio en todos
los escenarios, y la incertidumbre que se refleja en los mercados
(clientes).

Por lo anterior, hay que entender con claridad algunos aspectos del
mercado.
La competencia cada día es más fuerte, en mucha parte porque día a
día aumenta, y la que Drucker llamó invisible, la cual en una oportunidad
dijo que la definía como “aquello a lo que hay que ganarle”, bien sea
directa o indirectamente, porque puede ser algo o alguien que sin hacer
lo mismo puede ser reemplazo de lo que se ofrece. Por ello, no existe
ausencia de competencia, como tantos piensan. Todo y todos tienen
competidores, directos o indirectos, en cantidad “n” (más de lo que se
necesita), y eso hace que el mercadeo sea cada día más importante
para cualquier tipo de organización. Basta mirar lo que ocurre con las
religiones, para citar solamente un ejemplo.

La mejor manera de competir es por medio de la innovación de la oferta,


y el contacto directo y permanente con los clientes, logrando así una
verdadera relación de confianza, y un mayor índice de fidelización o
lealtad.
La demanda de mercado

La demanda de mercado es la cantidad de bienes que los


consumidores están dispuestos a comprar a los diferentes precios,
manteniendo lo demás constante, ceteris paribus. Ésta se obtiene a
través de la suma horizontal de las demandas individuales de los
consumidores. Si suponemos un mercado para boletos de avión en el
cual existen solamente dos consumidores, su tabla o programa de
demanda se indica en el cuadro 3.3. Como se puede constatar, los
consumidores tienen diferentes preferencias y reaccionan de manera
diferente ante los cambios de precios, por ejemplo, al precio más bajo
de $200.00 el consumidor A demanda ocho viajes de avión, en tanto
que el B deman
Gráfica da 15 viajes. La demanda de mercado es la suma horizontal
de las demandas individuales a cada precio, por ejemplo, al precio de
$200.00 la demanda de mercado es la suma de ocho boletos del
individuo A y los 15 boletos del individuo B.

Determinantes de la demanda
En las funciones de demanda operan un conjunto de fuerzas que,
junto con los precios, pueden influir en la cantidad que se demanda.
En todo el análisis previo se ha supuesto que solamente los precios
influyen en las cantidades demandadas, para lo que se ha hecho
abstracción de los demás factores que podrían influir, por ello se ha
añadido siempre la frase ceteris paribus. Ahora veremos qué
elementos hemos dejado constantes y qué es lo que ocurre con las
curvas de demanda cuando permitimos que varíen dichos elementos.
Además de los precios, los principales determinantes de la demanda
son los siguientes:
a) Los precios de los bienes relacionados, en la sección dedicada a la
demanda individual hemos hecho mención a estos bienes
relacionados y les hemos clasificado en sustitutos y complementarios.
b) los ingresos de los consumidores, también se ha analizado en las
secciones previas la forma en que los diferentes niveles de ingreso de
los consumidores actúan como una restricción presupuestal que
puede limitar a su demanda. c) las preferencias de los consumidores,
en el apartado dedicado a las preferencias se mostró cómo influyen en
las combinaciones de bienes que los individuos buscan consumir. Las
preferencias se consideran muy estables en el tiempo, ya que
dependen de factores históricos y culturales. Un cambio en las
preferencias puede afectar a la demanda, por ejemplo, hoy en día se
ha acentuado la preferencia por los productos dietéticos, lo cual ha
contribuido al rápido crecimiento de su demanda. d) Información del
consumidor, la información que reciben los consumidores acerca de
los bienes y servicios disponibles en el mercado puede afectar a su
demanda. Por ejemplo, ante la escalada de violencia en algunas
regiones del mundo, los gobiernos de otras naciones, para proteger a
sus ciudadanos, tienden a emitir alertas advirtiendo de los peligros que
corren al visitar esos destinos, su efecto se manifiesta en una menor
demanda de servicios turísticos.
e) Las expectativas de los consumidores, las personas son previsoras
y tienden a realizar expectativas de su ingreso y de los precios. En los
mercados financieros y en los de mercancías día a día se formulan
expectativas sobre los precios de productos tan diversos como bonos,
productos primarios, tipos de cambio y un sin número de bienes y
servicios. Esas expectativas influyen sobre la demanda en el mercado.
f) El número de consumidores, dados los precios y el nivel de
ingresos, el tamaño de un mercado depende sustancialmente del
número de consumidores en el mismo. Las elevadas concentraciones
poblacionales en las grandes ciudades del mundo hacen de esos
lugares mercados privilegiados. Ciudades densamente pobladas como
Mumbai, Tokio o la Ciudad de México son altamente demandantes de
vivienda, alimentos, servicios de salud y educación, entre otros bienes
y servicios.

La oferta
Hasta ahora hemos estudiado la demanda, pero en los mercados
sabemos que también operan e interactúan empresas que a través de
su producción representan la oferta. La oferta del mercado se puede
definir como la cantidad de bienes y servicios que las empresas están
dispuestas a vender a diferentes precios. La oferta no es una cantidad
específica, sino una descripción completa de las cantidades de un bien
o servicio que los vendedores estarían dispuestos a colocar en el
mercado a los diferentes precios. Una tabla o programa de la oferta es
una descripción de la conducta de los vendedores ante los diferentes
precios. Si retomamos el ejemplo de la demanda de boletos de avión,
la oferta se representa por las líneas aéreas que ofrecen vuelos a
diferentes destinos. Al igual que en el caso de la demanda, las
diferentes ofertas individuales pueden ser agregadas horizontalmente
para
obtener la oferta del mercado. En el cuadro 3.4 se muestra el
programa de oferta en el mercado de boletos de avión. Aquí ocurre
que, al ir aumentando los precios, la cantidad ofrecida de boletos se va
incrementando; a la relación directa entre los precios, ceteris paribus,
y la cantidad ofrecida se le denomina ley de la
a) Los costos de producción. Dados los precios, cuando los costos de
las empresas se reducen (sea esto por la reducción en los precios de
sus insumos, de la mano de obra o del capital, o bien por la
incorporación de nuevas tecnologías que elevan su capacidad
productiva) sus utilidades se verán incrementadas y esto les
incentivará para aumentar la oferta de sus productos.
b) Los precios de otros bienes y servicios relacionados. Cuando las
empresas pueden utilizar sus factores productivos en la producción de
diferentes bienes y servicios preferirán ofertar aquéllos cuyos precios
se incrementen más. Por ejemplo, si una empresa agrícola produce
maíz y los precios del trigo se incrementan más, podría dedicar la
tierra a producir trigo en lugar de maíz y así elevar su utilidad.
c) Expectativas de los precios futuros. Los empresarios hacen
expectativas de los precios futuros de sus productos y con base en
ello toman decisiones sobre lo que están dispuestos a producir y
ofertar en el mercado. Por ejemplo, si una empresa automotriz espera
un incremento futuro en los precios del petróleo, podría decidir elevar
la producción de autos compactos y reducir los que tienen más
cilindros y que consumen más gasolina.
d) Factores institucionales. Uno de los factores institucionales que
mayormente puede afectar la oferta, es la política fiscal del gobierno.
Cuando la autoridad pública eleva los impuestos
a la producción, esto opera como un incremento en los costos de las
empresas y contribuye a reducir la oferta. En caso contrario, cuando
los gobiernos subsidian la producción ello puede operar como una
reducción de costos.

Equilibrio del mercado


Los consumidores y las empresas no operan de manera aislada en los
mercados, al contrario, diariamente se producen múltiples
interacciones entre ellos. Cuando los mercados no se encuentran
regulados por algún tipo de control y funcionan libremente, la
interacción entre compradores y vendedores dará lugar a una
situación de equilibrio de mercado. Para ilustrar esta situación
recurriremos a nuestro ejemplo del mercado de boletos de avión. Al
juntar el programa de demanda y el de oferta en un sólo cuadro es
posible observar que al precio $4,000.00 las cantidades ofertadas y
demandadas serán iguales a 17 boletos de avión (ver el cuadro 3.5);
en esas condiciones no hay ninguna fuerza que presione a que los
precios cambien,
el mercado se encuentra en equilibrio.

Las elasticidades y sus aplicaciones


A lo largo de este capítulo hemos visto como los cambios de precios y
otras variables tienen efectos sobre las cantidades demandadas y
ofertadas de una economía. Sin embargo, nuestra atención se ha
centrado hasta el momento en el signo y dirección de esos efectos;
por ejemplo, tenemos conocimiento de que un incremento en el precio
de un bien podría afectar negativamente a las cantidades demandadas
y que para los productores una reducción en los costos podría
desplazar hacia fuera la curva de oferta. Una vez que conocemos el
signo y la dirección con las que la oferta y la demanda responden a
sus determinantes, es importante calcular la magnitud con la que
responden a tales fuerzas. Un sencillo ejemplo nos ayudará a
comprender la importancia del cálculo de esas reacciones.
Consideremos el caso de las agencias de venta de autos que, para
atraer clientes, hacen uso de estrategias comerciales en las que
ofrecen descuentos en el precio o incorporan promociones
adicionales, descontando impuestos como el de la tenencia y el pago
de placas. El efecto de esas medidas depende de la sensibilidad de la
demanda de autos a su precio, así que para que una compañía de
autos evalúe las ventajas de aplicar o no esos descuentos tiene que
conocer la sensibilidad con la que responderán los consumidores a
esas promociones. La sensibilidad de la cantidad demandada u
ofertada a los factores que les determinan se denomina elasticidad.
Formalmente ésta se define como el cambio porcentual en la cantidad
demandada u ofertada dividido por el cambio porcentual en alguno de
sus determinantes, generalmente se emplea la letra griega épsilon (F)
como notación de dicha definición, es decir:
Elasticidad de la demanda: Fd
cambio porcentual en la cantidad demandada cambio porcentual en su
determinante
Elasticidad de la oferta: Fo
cambio porcentual en la cantidad ofertada cambio porcentual en su
determinante

Otras elasticidades relevantes


Aunque usualmente se destaca la importancia de la elasticidad-precio,
no es la única que se puede calcular. De hecho, es posible calcular
elasticidades para cualquiera de los determinantes de la oferta y la
demanda. De entre ellas resulta útil considerar la elasticidad-ingreso y
la elasticidad precio cruzada de la demanda. La elasticidad ingreso de
la demanda se puede representar simplemente con la adaptación de la
fórmula de elasticidad en la forma siguiente
La elasticidad-ingreso de la demanda muestra la proporción en la que
cambia la demanda (Qd) ante un cambio porcentual unitario en el
ingreso (I). Al calcular elasticidades-ingreso estaremos en condiciones
de clasificar el tipo de bienes que se demandan; serán bienes
inferiores aquellos cuya demanda se reduce al aumentar el ingreso y
bienes normales aquellos cuya demanda se incrementa al aumentar el
ingreso. Además de permitir establecer qué tipo de bienes se
demandan, la elasticidad-ingreso ofrece información acerca de la
proporción del ingreso que se dedica a ellos.

Cálculo de elasticidades
Es posible inferir, de manera a priori, el grado de elasticidad que tienen
algunos bienes, por ejemplo, sabemos que la demanda de productos de
consumo necesario como la tortilla en México, son muy inelásticos al
precio, la gente cambia muy poco su demanda cuando los precio varían.
Pese a estas inferencias lo más adecuado es medir directamente las
elasticidades y confirmarlo empíricamente. La medición de
elasticidades le permite a las empresas conocer las reacciones del
público a los cambios de precios de sus productos y de esa manera
armar campañas comerciales de descuentos más efectivas. Para los
gobiernos conocer las elasticidades precio e ingreso de la demanda y
de la oferta, les permite planear de mejor manera las tasas de impuestos
o el monto de subsidios que aplicarán como parte de sus políticas
fiscales y de gasto público. En una gran diversidad de situaciones
conocer la magnitud de las elasticidades puede ser de provecho. Para
medir elasticidades retomaremos el caso que analizamos antes con
relación a la demanda y oferta de viajes aéreos. En el cuadro 3.7 se
muestran los datos básicos. Las elasticidades se pueden calcular de
dos maneras, en un punto de la curva de oferta o de la de demanda, o
bien a lo largo de esas curvas.

Puntos para recordar


1. La economía ha sido definida como la ciencia que estudia el
comportamiento humano como relación entre los fines y los medios
escasos que tienen aplicaciones alternativas.
2. Frente a la escasez los individuos tienen que elegir qué necesidades
satisfacer y al elegir deben dejar de lado otras necesidades, ello da lugar
a costos de oportunidad. El costo de oportunidad de una elección es el
costo de la mejor alternativa que se sacrifica.
3. La frontera de posibilidades de producción es un modelo simple que
permite presentar la forma en que la economía enfrenta el problema de
la escasez. La elección económica será eficiente en tanto las
combinaciones de bienes seleccionadas se sitúen sobre la curva de
posibilidades de producción.
4. La utilidad es un indicador de las preferencias del consumidor, tiene
un sentido puramente ordinal al mostrar la jerarquía en la que éste
prefiere un bien en relación con otros sin importar la unidad de medida
en consideración.
5. La utilidad marginal es la utilidad adicional que se obtiene al
incrementar una unidad de consumo. En general tiende a ir
disminuyendo y por tanto será decreciente.
6. Una curva de indiferencia muestra las combinaciones de bienes que
para un consumidor le brindan la misma utilidad.
7. La máxima utilidad posible para un consumidor, dada su restricción
presupuestal, es aquella en donde son tangentes su curva de
indiferencia y su línea de presupuesto.
8. La suma horizontal de la demanda de un bien a cada uno de los
precios dados, para el conjunto de los consumidores individuales, da
lugar a la demanda de mercado.
9. Debe distinguirse entre cantidad demandada y demanda. La
demanda no es una cantidad específica, sino una descripción completa
de las cantidades de un bien que los consumidores estarían dispuestos
a adquirir a los diferentes precios. A esta descripción se le conoce como
programa de demanda y a su representación gráfica como curva o
función de demanda.
10. En el análisis de la oferta y la demanda es muy importante el estudio
de las elasticidades. La elasticidad se define como una medida de
sensibilidad, de la cantidad demanda o de la ofertada, a variaciones
porcentuales de los factores que les determinan.
11. Una de las elasticidades que más se utilizan es la elasticidad-precio
de la demanda, la cual mide la proporción en la que cambia la cantidad
demandada ante un cambio porcentual en los precios.
12. La demanda puede ser perfectamente elástica, elástica,
perfectamente inelástica, inelástica o de elasticidad unitaria con relación
a los precios.
13. La elasticidad-precio de la oferta mide la proporción en que cambia
la cantidad ofertada ante la variación porcentual de los precios.
14. La elasticidad-precio de la demanda es negativa, mientras que la
de la oferta es positiva.

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