A lo largo de la historia de la humanidad la imagen siempre
ha estado presente, unas veces representando acontecimientos, otras narrando hechos más o menos históricos, otras manteniendo viva la memoria de unos hechos y de unos conceptos como ocurre en las catedrales cristianas de la edad media. Por otra parte, la experiencia fenomenológica individual acepta como hecho habitual que se piensa mediante palabras e imágenes. El hombre ha utilizado la imagen como técnica mnemónica, terapeútica y creativa (Estaún, 1981). La Psicología no podía ser ajena al estudio de este comportamiento humano tanto individual como social. Así se podría decir que en los momentos claves de la historia de la Psicología, la imagen ha estado presente unas veces siendo valorada, otras siendo contestada y discutida. Baste recordar la controversia de inicios de siglo, entre la escuela de Würzbourg y Wundt sobre el pensamiento sin imágenes, tal como sostenían los investigadores de Würzbourg en contra de Wundt. El estudio de la imagen mental tiene un desarrollo muy importante a partir de los años 60, estrechamente relacionado con el impulso de la psicología cognitiva. En esta época una parte muy importante de las vestigaciones sobre la funcionalidad de las imágenes mentales, se centra en el estudio de la imagen como mediadora en el aprendizaje verbal y en la memorización. El debate sobre el estatus de la representación mental queda reflejado en dos teorías la dual y la proposicional. En la primera posición podemos mencionar entre los autores más conocidos al canadiense Allan Paivio con su grupo de investigadores de la Universidad de Western Ontario, a los que posteriormente puede unirse Stephen Kosslyn de la Universidad de Harvard. En el grupo de la teoría proposicional hay que mencionar a Z.W. Pylyshyn (1973) y a J.R. Anderson y G.H. Bower (1973). 1
La teoría dual de la representación mental: Allan Paivío.
En 1956, Lambert y Paivio publican un artículo sobre
aprendizaje de parejas de palabras: nombre y adjetivo, Los resultados obtenidos muestran la existencia de un aprendizaje superior cuando el nombre precede al adjetivo (en inglés el adjetivo precede al nombre) y la explicación dada es que el estímulo actúa como anclaje para el recuerdo de la palabra asociada cuando el estímulo se halla solo. Unos años después (1963, 1965, etc.), Paivio desarrolla la hipótesis de que este hecho de convertirse en anclaje se facilita cuando dicho término -estímulo- y/o la instrucción que recibe el sujeto evoquen imágenes que sean mediaciones para el recuerdo de la respuesta esperada -otro término verbal.- Los nombres concretos facilitan tal mediación imaginaria, más que los abstractos y así lo confirman los resultados obtenidos en sus diversas investigaciones en las que los pares asociados son combinaciones de nombre concreto y abstracto y de nombre y adjetivo. Paivio (1969, 1971, 1973) sintetiza los resultados de estas y otras muchas investigaciones en la denominada hipótesis dual de la representación (imágenes) mental. Paivio postula la existencia de dos modos de representación simbólica: icónico uno, verbal el otro. Concebidos como dos sistemas cognitivos que interrelacionan entre sí, pero funcionalmente distintos, pudiendo intervenir cada uno de ellos tanto en actividades mnemónicas y de aprendizaje, como en actividades perceptivas e intelectuales. Según esta teoría se retiene más facilmente la palabra perro que la palabra justicia, puesto que la palabra perro ademàs de la codificación verbal tiene también una representación icónica como algo con un tamaño y unas características físicas que permiten incluso tocarlo; mientras que la palabra justicia solamente tiene una representación lingüística o verbal. Es decir la interrelación de ambos sistemas permite que uno de los estímulos tenga tanto una representación verbal como icónica, mientras que para el otro la interrelación no aporta nada al ser una palabra abstracta. Por esta misma razón un dibujo será mejor recordado que una palabra o un concepto abstracto. Aunque en el inicio Paivio solo consideraba la actividad de las imágenes mentales con relación a una característica lingüística del material que debía ser aprendido (nombres concretos-abstractos) y en consecuencia dentro del registro verbal, también trabajó con otro tipo de estímulos concretos, en particular con dibujos (simples y complejos), en diversas situaciones de aprendizaje asociativo o de aprendizaje de recuerdo librey/o disriminativo y en situaciones de memoria a corto plazo e incluso en situaciones de detección perceptiva. Obteniendo siempre 1
resultados en favor de aquellos estímulos que favorecían su
hipótesis dual. Finalmente Paivio también quiso hallar indicadores fisiológicos de la actividad de la imagen mental, al igual que otros autores, siendo la actividad de la pupila en relación con la imagen la que centró su trabajo (Paivio y Simpson, 1968; Colman y Paivio, 1969). El impacto de los trabajos de Piavio durante los años 60 y 70 fue enorme tanto en su misma posición dual como en confrontación con su teoría, como fue el caso de los proposicionalistas, cuya descripción se hara posteriormente.
Práctica propuesta
Objetivo
La práctica que se propone para su realización está inspirada
en una de las experiencia de P.Fraisse (1970) realizada con niños de 7-8 años de edad. En ella Fraisse, de acuerdo con la posición de la hipótesis dual, se pregunta por los mecanismos que facilitan el recuerdo del dibujo sobre la palabra, continuando así una línea de investigaciones realizadas a finales de los 60 hasta mediados los 70. Fraisse quiere saber si la verbalización del dibujo y de la palabra a memorizar facilita el recuerdo de unos y otros, con respecto a la no verbalización de ninguno de ambos estímulos siendo equivalentes el dibujo y la palabra (ejemplo: dibujo de casa y palabra casa). El objetivo concreto de esta práctica es comprobar:
a.si un dibujo de un objeto es mejor recordado que el de su
palabra; según su nivel de complejidad. b.si la verbalización del dibujo y de la palabra neutralizan el efecto de mejor memorización del dibujo que de la palabra.
Definición de variables
Variables independientes:
Se consideran cuatro niveles de complejidad del dibujo y por
conguiente de la palabra a recordar:
*complejidad nula (ejemplo, dibujo de una silla y palabra SILLA).
*complejidad de simple yuxtaposición (conejo y botella). *complejidad relacional de acción (sujeto verbo y predicado): dibujo de bombero subiendo una escalera y texto BOMBERO 1
SUBIENDO (UNA) ESCALERA;
*complejidad relacional de continente-contenido (objeto incluido en algo): dibujo de "pipa encima la mesa" y texto PIPA ENCIMA (UNA/LA) MESA; dibujo de "pez dentro la pecera" y texto PEZ DENTRO UNA/LA PECERA.
También se consideran tres situaciones diferenciadas:
1.el sujeto experimental contempla la presentación de los estímulos
en completo silencio. 2.el sujeto es invitado a verbalizar el dibujo y/o la palabra después de su visión. 3.el experimentador verbaliza el dibujo y/o la palabra inmediatamente después que el sujeto experimental los ha visionado.
Variable dependiente:
*La cantidad de dibujos y/o de palabras correctamente recordadas
(recuerdo libre) después de cada sesión, en cada uno de los nives y en cada una de las situaciones experimentales.
Sujetos
Según posibilidades, pero procurando que cada grupo de
sujetos sea el máximo homogéneo (en principio recordar que Fraisse realizó la experiencia con niños). El ideal sería 12 grupos de 20 sujetos cada uno (10 y 10 según sexo).
Material.
-Serie de 10 dibujos y su equivalente verbal para cada uno de los
niveles de complejidad bien sea sobre cartulina tamaño Din A4, o mejor en diapositivas. -Proyector de diapositivas con timer incorporado que permita una exposición de 2 segundos por diapositiva y un intevalo entre dos proyecciones consecutivas de 1 segundo o dos, según situación. -Si la sesión se realiza individualmente: magnetófono portátil para grabar las respuestas de los sujetos y su posterior transcripción. -Si la sesión se realiza colectivamente: papel y lápiz para escribir los dibujos o palabras recordadas. 1
Procedimiento.
Para ambos tipo de sesión:
Se indicará al sujeto que esté atento porque después se le
pedirá que diga todo lo que recuerda de lo que vea. Cada grupo de sujetos visionará un solo tipo de nivel de complejidad, en una sola situación, y en el mismo orden de presentación para todos los sujetos del grupo. Es un diseño de 3 x 4 con datos no apareados. La proyección, o en su defecto la exposición del dibujo y/o del texto, conforme a los ejemplos señalados anteriormente, debe durar dos segundos para todos y cada uno, con un intervalo de un segundo. A cada sujeto o grupo se le proyectará tres veces consecutivas las diez positivas correpondientes a su nivel. Al final de las tres proyecciones y transcurridos tres minutos, se le pedirá el recuerdo que tiene de lo visto. Para la situación de verbalización que realiza el sujeto experimental, esta debe hacerladespués de visionar la correpondiente proyección durante el segundo de intervalo entre una diapositiva y la siguiente. Para la situación de verbalización por parte del experimentador será éste quien después de cada exposición tanto del dibujo como del texto, quien dirá en voz alta a correspondiente verbalización que será la misma para todos y cada uno de los sujetos.
Si la sesión se realiza individualmente: el experimentador se
sentará al lado del sujeto mirando la proyección en silencio al igual que el sujeto o bien diciendo en voz alta la correspondiente verbalización en la situación que le coresponda.
Resultados: análisis y discusión.
Los resutados deberan ser tabulados y analizados para cada
uno de los grupos y en sus respectivas comparaciones de niveles de complejidad y de situación experimental.
Referencias
ANDERSON J.R. y BOWERG.H. (1973). Human associative memory.
Washington: Wiston. COLMAN F. y PAIVIO A. (1969). Pupillary response and galvanic skin 1
response during an imagery task. Psychonomic Science, 16,
296-297. ESTAÚN, S. (1981). Estudio evolutivo de los indicios gráficos de la temporalidad. Tesi doctoral. Facultad de Filosofía y letras, Sección de Psicología. Bellaterra: Universitat Autònoma de Barcelona. FRAISSE, P. (1970). La verbalisation d'un dessin facilite-t-elle son évocation par l'enfant? L'année Psychologique, 70, 1, 109-122. LAMBERT, W.E. y PAIVIO, A. (1956). The influence of noun-adjective order on learning. Canadian Journal of Psychology, 10, 9-12. PAIVIO, A. (1963). Learning of adjective-noun paired associates as a function of adjective-noun order and noun abstractness. Canadian Journal of Psychology, 17, 370-379. PAIVIO, A. (1965). Abstractness, Imagery and Meaningfulness in Paired-Associate Learning. Journal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 4, 32-38. PAIVIO, A. (1969). Mental imagery in associative learning and memory. Psychological Review, 76, 241-263. PAIVIO, A. (1971). Imagery and verbal processes. New York: Holt, Rinehart and Winston. PAIVIO, A. (1977). Images, propositions and knowledge. En J.M. Nicholas (ed.), Images, perception and knowledge. Dordrecht: Reidel. PAIVIO, A. y CSAPO, K. (1973). Picture Superiority in Free Recall: Imagery or Dual Coding? Cognitive Psychology, 5, 176-206. PAIVIO, A y SIMPSON, H.M. (1968). Magnitude and latency of the pupillary responseduring an imagery task as a function of stimulus abstractness and imagerybility. Psychonomic Science, 12, 45-46. PAIVIO, A., YUILLE, J. y MADIGAN, S.A. (1968). Concreteness, Imagery,and Meaningfulness values for 925 nouns. Journal of Experimental Psychology, 76, 1(2), 1-25. PYLYSHYN, Z.W. (1973). What the mind's eye tells the mind's brain: A critique of mental imagery. Psychological Bulletin, 80, 1-24.