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net/publication/287642724
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Schools in socio-economical challenging context: An approach from Education for Social Justice View project
All content following this page was uploaded by Carlos De Castro Hernández on 30 March 2018.
Recibido:2 de octubre
Aceptado:15 de noviembre
Resumen
Este trabajo constituye una breve introducción a la Teoría de Situaciones Didácticas en
Matemáticas para maestros de educación infantil. Partimos de la idea de que los
conocimientos matemáticos aparecen como respuesta a problemas que les dan sentido y
evidencian su funcionalidad. A continuación, describimos las características que deben
tener las situaciones para facilitar que los alumnos desarrollen una verdadera actividad
matemática. Finalmente, desarrollamos tres situaciones para ejemplificar las ideas
teóricas esbozadas en este artículo. Los conocimientos matemáticos que se aprenden
con estas situaciones, diseñadas para alumnos de 3 a 5 años, son la enumeración y los
usos del número natural con sentido cardinal y ordinal.
Abstract
This article constitutes a brief introduction, for early childhood teachers, to the theory of
didactic situations in mathematics. We begin with the idea that mathematical knowledge
appears in response to problems that give it meaning and demonstrate its functionality.
Then, we describe the characteristics of situations required to enable that children
develop a genuine mathematical activity. Finally, we develop three situations to
illustrate the theoretical ideas outlined in this article. The mathematical knowledge
learned in these situations, designed for children from 3 to 5 years, encompasses
enumeration and the uses of natural numbers as cardinal and ordinal numbers.
13
carlos.decastro@uam.es
14
alicia.ruiz@uam.es
15
natalia.ruiz@uam.es
16
cesar.saenz@uam.es
17
Brousseau (1997) precisa el significado que da al término “juego” dentro de la Teoría de Situaciones Didácticas (ver pp. 48-49). Puede consultarse
también sobre el tema Brousseau (2007). En esta línea, en el artículo, utilizamos la palabra “juego” como sinónimo de “situación adidáctica”.
18
Los garajes se pueden hacer con trozos rectangulares de papel o cartón, disponiendo de gran cantidad
de ellos.
‒ En un cumpleaños, queremos dar un caramelo a cada niño, sin que ningún niño se
quede sin caramelo, ni demos dos a ninguno, para evitar protestas de los
pequeños.
‒ Echar una carta en cada uno de los buzones de una comunidad de vecinos.
‒ Despedirnos de todos los presentes, uno por uno, al finalizar una reunión. Si no
nos despedimos de alguien, se puede ofender, pero también intentamos no
despedirnos de la misma persona varias veces.
‒ Regar una sola vez cada una de las plantas que hay en una casa. Si dejamos una
planta sin regar, se seca; si la regamos varias veces, se pudren las raíces.
‒ Vacunar a una serie de animales en una granja. Si dejamos un animal sin vacunar,
o lo vacunamos varias veces, puede enfermar.
Enumerar una colección puede ser difícil cuando la acción que realizamos con
cada objeto no deja huella visible y cuando los objetos están desordenados en el espacio
o se mueven. En cada uno de los ejemplos anteriores, podemos valorar las dificultades
que pueden producirse en la enumeración, y la gravedad que puede tener no enumerar
bien la colección.
Aunque en los siguientes apartados vamos a señalar la relación que tiene la
enumeración con otros conocimientos matemáticos típicos de la educación infantil,
queremos enfatizar que la enumeración tiene valor por sí misma. Es un conocimiento
lógico que ayuda a los niños a organizar sus acciones de forma sistemática ante diversas
necesidades impuestas por situaciones problemáticas que se dan en la vida diaria, como
se ve en los ejemplos previos. Para profundizar sobre el concepto de enumeración, su
origen en los trabajos de didáctica de las matemáticas de Brousseau, y sus implicaciones
didácticas, puede consultarse Margolinas (2014).
En la situación 1, las cajas están situadas en línea recta. Los alumnos suelen
alimentar a los camaleones de izquierda a derecha, o al revés. A veces desplazan
ligeramente las cajas para saber a qué camaleón acaban de dar de comer. En la situación
2, las cajas están dispuestas en dos filas de tres. Algunos niños las colocan en fila, para
volver a la situación anterior; otros siguen el orden facilitado por la posición de las
cajas. En la situación 3, las cajas están pegadas a la mesa y no se pueden mover. Como
vemos, cada nueva situación “obliga” a los niños a adaptar su estrategia anterior a las
nuevas condiciones de la tarea. La situación 4 se hace con una caja de huevos, con la
misma disposición en 2 filas, pero con un número mayor de camaleones (12 en lugar de
6). Por último, en las situaciones 5 y 6 las cajas aparecen desordenadas, y en la última
situación fijadas de nuevo a la mesa para evitar que se puedan mover. Con toda esta
evolución en las situaciones que se plantean a los alumnos, se trata de asegurar que
estos inventen estrategias para enumerar colecciones de objetos y que las sepan adaptar
a deferentes contextos en que las colecciones de objetos puedan moverse, o no, y tengan
una determinada distribución espacial, o no.
En la mesa de trabajo, cada alumno tiene a la vista el modelo (copias del cohete 2,
aunque también es posible que cada uno tenga un modelo diferente, decisión que toma
el maestro dependiendo de los conocimientos de estos alumnos) y otra con la figura
cuadriculada sin pegatinas. Los alumnos disponen de hojas en blanco, lápices de
colores, pinturas, etc., esto es, todo lo que se considere necesario para que puedan
realizar su pedido. Si los alumnos están organizados en grupos de cuatro -por ejemplo-
‒ Dibujan las distintas cantidades de pegatinas que necesitan, con sus colores
respectivos.
‒ La anterior añadiendo las escrituras de los números (por ejemplo, colorean tres
pegatinas de color verde y escriben debajo 1, 2 y 3, respectivamente).
‒ Escriben los números de las distintas cantidades e indican los colores con trazos
(por ejemplo 6 y un trazo rojo, para indicar que piden 6 pegatinas de color rojo).
Observación: Los números se ven escritos por todas partes: calendarios, matrículas de
coches, portales de las casas, ordenadores, teléfonos móviles, etc. En particular, en el
aula hay, al menos, un calendario que los alumnos pueden utilizar para ver cómo se
escriben.
En la Figura 4 se puede ver a unos alumnos contando las pegatinas —uso del número en
su aspecto cardinal— para saber cuántas necesitan.
Figura 4. El uso del número mediante el conteo es la mejor estrategia para reproducir el
cohete
Una vez completados los cohetes, la actividad continúa con un debate que la
maestra organiza para que los alumnos digan cómo han realizado el pedido, y de esta
manera puedan llegar a decidir cuál es la mejor forma de solicitar las pegatinas
necesarias.
Queremos destacar que el papel de la maestra no es decir si han reproducido el
cohete igual al del modelo. Ellos mismos se pueden dar cuenta de si les faltan o sobran
pegatinas al ir a pegarlas y comprueban si las han pegado correctamente, comparando
su cohete con el modelo, aunque esta comparación puede no ser evidente y generar
dificultades. En este caso, se puede pedir al alumno que justifique, ante un compañero,
ante la maestra, o ante todo el grupo, por qué su cohete es igual al modelo. También se
puede utilizar un modelo de cohete en papel transparente para, de esta manera,
colocándolo sobre el que ellos han realizado, se pueda ver si coincide o no eliminado la
dificultad de la comparación. Así, la situación permitiría la validación.
Una de las funciones importantes de la maestra es atender los distintos ritmos de
aprendizaje de sus alumnos, de modo que a cada alumno le va proporcionando un
cohete más o menos complejo (con mayor o menor número de pegatinas y disposiciones
más fáciles o más complicadas) para que todos los alumnos lleguen a realizar la tarea y
se den cuenta de la utilidad del número (esto es el aprendizaje significativo, el
conocimiento que se usa para resolver problemas).
Puesta en común: De vez en cuando es aconsejable dedicar un tiempo al diálogo
después de la actividad, en el que los alumnos y niñas hablen de lo realizado, de las
dificultades surgidas, de cómo han resuelto determinadas situaciones, etc., aparte del
diálogo con los compañeros y compañeras y con la maestra en el propio proceso de
realización de la actividad. Resultan conversaciones muy ricas dado el nivel de lenguaje
que tienen ya los niños de 5 años. No importa que los alumnos no descubran
individualmente la estrategia para resolver un problema y la extraigan de estas
conversaciones. Los adultos también, muchas veces, ante el fallo, preguntamos a los
demás para conocer un modo más eficaz de llegar a un resultado.
Desarrollo de la actividad
El profesor recorta cada tren modelo y lo pega sobre un cartón para que adquiera
solidez. Tenemos varios modelos para que puedan realizar la actividad varios alumnos a
la vez. En este caso vamos a trabajar con 4 niños, por eso tenemos 4 trenes modelo
(Figura 7, derecha). Cada alumno tiene un tren numerado con casillas vacías, unas
tijeras y un bote de cola. Debe pegar en las casillas vacías las imágenes de la banda
(Figura 7, izquierda), en la misma posición de su tren modelo, que estará situado en un
lugar del aula alejado del lugar de trabajo del alumno. Antes de comenzar la actividad,
explicamos a los 4 niños que van a jugar, sentados en la mesa con el material delante, lo
que tienen que hacer:
Vais a hacer un tren igual al que está allí (señalamos la mesa con los 4 modelos).
Cada uno hace el tren que tiene el mismo número que su tren vacío. Tenéis que
empezar recortando la oveja y acercaros a ver dónde está en vuestro modelo.
Después volvéis a la mesa y pegáis en vuestro tren la oveja en su vagón.
Continuáis recortando la mochila, que está junto a la oveja, y vais hasta el tren
modelo para ver dónde está y luego la pegáis en vuestro tren, y así continuáis
hasta que hayáis recortado y pegado todas las imágenes. Si os dais cuenta de que
19
Adaptada de <<Les trains>> (Martín, 2003).
Estrategias ganadoras
Cuando todos los alumnos han pasado al menos una vez por el taller individual, el
maestro organiza un debate colectivo para que salgan a la luz las estrategias ganadoras.
Algunos alumnos no han caído en la cuenta de que hay que contar; algunos colocan bien
las imágenes que están cerca de los bordes, pero fracasan en las centrales, ya que no
cuentan. Otros alumnos intentan resolver el problema «por proximidad», a partir de
imágenes que ya están pegadas. Este procedimiento es poco fiable, ya que un error
sobre una imagen repercute en las restantes. Podemos encontrar estrategias diferentes
(ganadoras o no) como por ejemplo:
‒ Colocan la primera imagen por apreciación visual y las demás también o por
proximidad.
‒ Las colocan todas seguidas, sin tener en cuenta la posición que ocupan en el
modelo.
‒ Usan el ordinal con las imágenes centrales y el resto las colocan por proximidad.
‒ Usan el ordinal con todas las imágenes.
Los alumnos comprueban por ellos mismos, supervisados por el profesor, si han
ganado en el juego, esto es, si han colocado cada imagen en su tren en la misma
posición que tiene en el tren modelo. Para ello, comparan su tren con el modelo
colocándolos uno encima del otro. Los que han encontrado la estrategia ganadora,
aunque sea después de varios intentos, explican a sus compañeros lo que hay que hacer
para ganar: «hay que contar las casillas en el tren para encontrar el sitio, el 7, y también
hay que contar hasta 7 en la tira blanca para pegarla allí».
Variaciones de la actividad
El maestro o la maestra pueden introducir variaciones en el juego para adaptarlo a
la edad y conocimientos previos de los niños. Posibles adaptaciones que podemos hacer:
‒ Que el tren modelo esté cercano, alejado o no visible.
‒ Aumentar o disminuir el número de vagones de los trenes.
‒ La posición que ocupa la primera imagen a recortar (es más fácil si está cerca de
los bordes y más difícil si está en la parte central del tren).
‒ Que la actividad se realice en parejas: un alumno va a mirar el modelo y otro pega
las imágenes en el tren vacío. El alumno que ve el modelo le dice al otro dónde
debe colocar la imagen.
‒ Juegos con bandas de 2 o 3 filas. Además de fijarse en el lugar que ocupa la
imagen dentro de la banda deben fijarse también en qué fila.
El desarrollo completo de una situación similar, también diseñada para que
alumnos de 4 a 6 años aprendan a utilizar el número con sentido ordinal, puede verse en
Hernández (2012).
CONCLUSIONES
Hasta aquí, hemos presentado algunas nociones y ejemplos sobre cómo es posible
trabajar conocimientos relativos a la cantidad y al número, tratando de poner de
manifiesto, de manera muy concisa, que es posible llevar a cabo actividades en las aulas
de infantil —lo que no descarta los otros niveles educativos— que propicien los
aprendizajes con sentido, esto es, de manera que los alumnos llegan a tomar conciencia
de la razón de ser de los conocimientos considerados. Asimismo, nos hemos limitado a
una muy pequeña parte de los que es posible trabajar en las aulas de infantil, con
relación a los conocimientos que podemos denominar numéricos. Trabajos relativos a
las magnitudes y sus medidas, a conocimientos de tipo lógico así como de tipo
geométrico, se han omitido en este módulo debido a las características del mismo. No
obstante, es posible realizar una gran variedad de actividades en estos campos citados,
que guardan las características de las aquí presentadas, y que la comunidad
investigadora nos ofrece previa su experimentación en las propias aulas de infantil.