Sunteți pe pagina 1din 8

ROUQUIÉ, Alain, Poder Militar y Sociedad política en la Argentina (1943 -1973),

Buenos Aires, Emecé, 1982.

Del “nacionalismo integrista” al nacionalismo popular.

En las jornadas de Junio se pudo ver un aspecto improvisado de la conspiración, se trataba


del primer golpe de estado sin participación civil alguna, más allá de la retórica sobre el
honor se condenaba la venalidad y el fraude. En la casa Rosada se esperaba que Rawson
asumiera la presidencia de la Nación, muchos eran partidarios del golpe e incluso lo
asimilaban con el regreso de la democracia, se trataba sin dudas de un golpe popular.

El derrocamiento de Castillo era el rechazo del fraude en lo interno y la neutralidad en lo


externo. Al parecer Rawson tenía la intención de romper con el Eje y la composición de su
gabinete al que incorporaba miembros del Jockey Club, pero también incorporaba militares
pro aliados. Esto decantó en un golpe palaciego encabezado por el General Ramírez. Poco a
poco eliminó su carácter de previsional.

Lo único que unía a los golpistas era su deseo de derrocar al gobierno, pero el verdadero
detonador fue la elección de Robustiano Patrón Costas como sucesor de Castillo. Sus
orientaciones aliadófilas debido a la relación que su sector empresarial tenía con los
Estados Unidos sumada a la no disimulada opción por el fraude dieron la pauta de
continuidad con los anteriores gobiernos. La destitución de Ramírez al frente del Ejército
hizo detonar a las fuerzas castrenses antes de las elecciones en las que segura y
fraudulentamente ganaría Patrón Costas.

En este golpe los militares del GOU no tuvieron una gran participación. Pero la caída de
Rawson indicaba que había un poder por detrás, El GOU era principalmente grupo de
enlace entre jóvenes oficiales superiores partidarios de recuperar la disciplina en el ejército,
pero solo surgió como lo conocemos hoy luego del nombramiento de Farrell como ministro
de Guerra.

El gobierno del General Ramírez tenía como objetivo restablecer el orden. Una de sus
primeras medidas era la restricción de asociaciones profesionales y la puesta bajo la tutela
del gobierno. Además mientras por un lado fomentaba la liberación de la economía agraria
por otro constituía la Sociedad mixta industrial demostrando su interés en ambos sectores.
Sin embargo tuvo una gran impronta de control de la movilización obrera.

Respecto de la política internacional, no se pudo mantener como una constante la defensa


de la neutralidad, un enfrentamiento entre los Coronel se del GOU y los ministros
aliadófilos afectaba al gabinete de Ramírez. En medio del conflicto apareció una carta
secreta del Ministro Storni en la que se expresaba el interés del acercamiento con E.E.U.U.,
quién debió renunciar a pedido del presidente.

Ante la inestabilidad Ramírez empezaría a gobernar con el apoyo de la extrema derecha


católica. De una u otra forma los coroneles del GOU ocupaban puestos decisivos entre ellos
estaba el Coronel Perón, quien coordinaba el grupo y recientemente pasaba a la Dirección
del Departamento Nacional de Trabajo. La vinculación con los sindicatos se hacía cada vez
más necesaria por la inminencia de una crisis y por el vínculo creciente que estos tenían con
los partidos de izquierda. La finalidad de Perón era la unidad de los propósitos entre
patronos y obreros. Pronto el creciente poder de Perón plantearía preocupaciones al
Presidente y a otros Coroneles.

En el plano internacional la salida de Italia de los países del Eje, y el apoyo Panamericano a
los Estados unidos hizo decantar al gobierno por la ruptura de las relaciones con los países
del Eje. Esto despertó una gran reacción entre os sectores nacionalistas y los militares
germanófilos. Ramírez disolvió el GOU pero por la presión “delegó” el poder en Farrell sin
renunciar, la continua presión de los coroneles y la decadencia del grupo real motivaron la
renuncia de Ramírez y la asunción de Farrell.

La inminente caída del Reich y la diplomacia de las nacionales americanas hicieron que
Farrell finalmente declare la guerra al Eje pero en su etapa culmine. Mientras tanto el 6 de
Julio de 1944 Perón fue nombrado Vicepresidente, a lo que le sumaba las carteras de
Guerra y Trabajo. Entre sus primeros logros se encuentra el descanso de domingo para los
trabajadores de la carne, la aprobación del estatuto del peón.

Además para poder enfrentar a los sectores oligárquicos necesitaba de un proceso de


fortalecimiento del estado, lo que era posible en cierta medida gracias a la escasa
conciencia política del proletariado argentino.
El año 945 resultó crucial para la política argentina cuando los opositores al Eje se hacían
cada vez más evidente, en la medida en que el gobierno también se hacía más evidente,
mientras tanto la oposición pedía que la Corte Suprema se hiciera cargo del gobierno.
Además Perón afirmaba en los medios que no aspiraba a la presidencia.

Sin embargo tanto peronistas como opositores sabían que esto no era cierto, pronto un
sector del radicalismo dividido se acercó y se alió a Perón quien planeaba acceder al
gobierno tras una estratégica vuelta de la democracia.

El Ejército tampoco se encontraba exento de divisiones, aquellos vinculados a la política


tradicional y los suboficiales nacionalistas eran claramente opositoras. A ellos se sumaba la
Marina tradicionalmente antiperonista. Hacia Agosto de 1945 del gobierno levantó el
estado de sitio y en esos mismos meses el embajador norteamericano Braden se declaraba
opositor a Perón.

La Marcha opositor al régimen militar tuvo un gran éxito, por lo tanto el régimen se
endureció, Por la presión opositora el 9 de OCTUBRE Perón debió renunciar ya que en
Campo de Mayo se gestaba un levantamiento, la crisis del gobierno era cada vez mayor y
llegó a su paroxismo al momento de la renuncia de todo el gabinete. El 13 de Octubre el
Coronel Perón era llevado a la Isla Martín García, en el medio del antimilitarismo creciente.

En ese entonces se inició el aparato organizativo de los dirigentes sindicales a Perón y a la


Secretaría de Trabajo, para defender los logros sociales obtenidos durante la gestión de
Perón. El 17 de Octubre la quietud de los militares demostraba que tenían dos salidas: El
regreso de los conservadores con ánimos de revancha o Perón, aceptando su apoyo popular.

Tanto Braden como la Iglesia, habían sido actores fundamentales en el acceso de Perón al
poder. El ejército mientras tanto se jactaba de haber “restituido el imperio de la soberanía
popular”. El primer trabajador por otro lado no tenía intenciones de ser un instrumento del
Ejército, los gastos militares se incrementaron y el Ejército se transformó escudado en la
política neutralista argentina. Esta corporación daba legitimidad al gobierno y este no
podría haber llevado a cabo su política de transformación industrial sin el apoyo de los altos
mandos militare.
La formación de un Ejército Peronista:

Las coincidencias ideológicas con Perón no hacían que el Ejército sea totalmente leal, la
obediencia constitucional se consolidó de alguna forma con a triunfo electoral, pero el plan
peronista era reforzar los mecanismos de control y limitar el acceso de las fuerzas
opositoras en un cuerpo castrense politizado.

La jerarquía de las Fuerzas Armadas estaba integrada a los círculos dirigentes peronistas,
sin embargo el gobierno peronista creó rivalidades dentro de ellas ya que favorecía al
Ejército y la Aeronáutica en detrimento de la Marina.

Por otro lado favorecía el ascenso y la introducción de las familias de suboficiales en los
cargos gubernamentales, en el Colegio Militar utilizó el ascenso de los suboficiales para
asegurarse su fidelidad.

Hubo dos problemas centrales que marcaron un punto de conflicto, el pequeño


levantamiento del General Menéndez que desde Campo de Mayo no pudo poner en peligro
al Gobierno y la negativa de la candidatura de Eva Perón.

Perón continuó su tarea transformadora aplicando las consignas de pureza y fidelidad


ideológica que se exigía a funcionarios civiles, la “doctrina nacional” se incorporó a la
formación militar como materia obligatoria. En 1952 se pedía a las FFAA y a la CGT que
expresaran su apoyo fundamental al régimen. A esto se sumaba el nuevo papel de los
suboficiales, su politización y creciente fuerza.

Revolución Libertadora y restauración liberal.

La política peronista de fomento a la industria liviana llevó a Argentina a una debilidad


internacional, ya no era “económicamente libre”, posteriormente la sucesión de malas
cosechas y la caída en el nivel de las importaciones se debían a un débil crecimiento
económico. Argentina dejó el lugar de “Granero del mundo” y su prestigio ganadero. Era el
fin de la prosperidad de la posguerra.

La base de fundamento del peronismo se difuminaba, delgados sindicales quienes debían


controlar las huelgas y manifestaciones, el país había dejado entrar a los monopolios
internacionales. El Ejército había perdido la actitud defensiva contra los norteamericanos,
pero el sesgo nacionalista de las FFAA se mantenía.

Tras la injerencia en la educación, la politización de las mujeres, y la subestimación de la


doctrina social, el régimen había perdido el apoyo de la Iglesia, la lucha indirecta que
siguió a esto debilitó más al sector oficial.

Para muchos Perón era el anticristo entre ellos la Marina que lanzó su ataque el 16 de Junio
de 1955, la CGT llamó a que los trabajadores defiendan la República mientras que las
fuerzas leales recuperaron los aeropuertos de Ezeiza y Morón lo que dio cuenta de la
improvisación de la revuelta. Pero el descontrol de los sectores peronistas hizo hablar al
presidente de la necesidad de pacificar.

Pese a la pacificación no había vuelta a tras los oficiales antiperonistas no dejaban su


vínculo con la Iglesia y asistían asiduamente a misa. EL epicentro del movimiento se inició
en Córdoba, al mando de Isaac Rojas, en conjunto con varias bases navales del país, si bien
en un momento parecieron sofocados, sacaron su última carta: la marina de guerra.
Amenazaron con bombardear las destilerías de Mar del Plata y La Plata. Mientras que
Buenos Aires continuaba siendo manejada por el gobierno.

El saldo de la situación, fue una dudosa renuncia de Perón a la espera de un levantamiento


popular, hecho que no ocurrió, pero el 21 de Septiembre el General Lonardi se
autodenominaba presidente provisional, era tiempo de concordia y reconciliación.

Las tensiones más intensas estaban al interior del ejército. Los oficiales desplazados por el
peronismo reclamaban venganza, pero muchos no habían dejado nunca el servicio e incluso
habían sido favorecidos por el régimen. Para los desfavorecidos la idea de Lonardi de que
todo quedara igual no era posible. De hecho que la marina siempre era opositora a toda
política heredada del peronismo.

Los partidarios de la desperonización llegaron pronto a la inminencia de la renuncia de


Lonardi. El nuevo presidente sería un antiperonista radicalizado: Pedro Eugenio Aramburu,
ni nacionalista ni liberal. Su objetivo era suspender todo vestigio de totalitarismo, y llamar
a elecciones libres cuando el aparato propagandístico del peronismo haya quedad
eliminado. Por lo tanto las primeras medidas que tomó estaban orientadas a liquidar lo
mucho que todavía quedaba de peronismo.

Mientras tanto la Sociedad Rural, ofrecía su colaboración, preocupada por el régimen de


arrendamientos rurales. Además la nueva política económica plasmada en el Plan Plesbich
devino en la baja de los salarios, ya que eran estos los que provocaban la inflación según
los funcionarios.

En el ejército había una predisposición para el cambio, surgían los jóvenes ultra liberales
denominados “Gorilas”, se pusieron de acuerdo para desperonizar al ejército, los EEUU
empezaron a enviar material pedagógico para las escuelas de armada argentinas, pero las
fisuras todavía podían verse y cada uno de los segmentos del ejército pugnaba por una
modernización que se vio reflejada en la operación masacre.

En este marco las elecciones para cambiar la constitución de 1949 (Peronista) fueron un
escenario para que las facciones dentro de la UCR puedan medir sus fuerzas, la fracción
frondizista “intransigente”, se dio cuenta de que para alcanzar el poder necesitaba de los
votos del peronismo proscripto, cuando el ex presidente dio la orden de apoyar al candidato
de UCRI, Frondizi accedió al poder derrotando a Balbín, quien representaba al
antiperonismo.

Los militares quienes debían regresar a los cuarteles, no parecían muy convencidos: se
instauró una nueva política: gobierno legal, fuerzas armadas y Perón.

La primera reacción de los militares indignados por la reacción de Frondizi, fue no entregar
al candidato el poder por que había sido elegido por peronistas. Esa posición era
compartida por la Marina, pero no por todo el Ejército y la Fuerza Aérea. Sin embargo
llegaron al acuerdo de que Frondizi tomaría el gobierno pero las FFAA mantendrían el
poder, de este modo inicio su etapa.

Sus políticas económicas fueron tan cambiantes como sus aliados, con la idea de que la
Argentina era un país subdesarrollado emprendieron un programa económico importante, a
esta se le sumaba la integración y conciliación política de todas las partes.
En cuanto a la política internacional los militares debieron asumir la defensa del mundo
occidental tras la alianza de Frondizi con los EEUU. Hubo entonces un entrenamiento
técnico y teórico para llevar a cabo una guerra contrarrevolucionaria. La Política económica
del Frondizi arruinó la construcción de Aviones y también generó descontentos entre los
peronistas, por lo tanto el presidente había descuidado del equilibrio del péndulo político.
Por lo tanto el comunismo, y también en algunas zonas el terrorismo se hacía cada vez más
fuerte.

La proliferación de focos guerrilleros llevaron al presidente a tener que hacer una sesión al
Ejército: la aprobación del plan Conintes, que daba amplios poderes a los jefes de unidad.
Al clima ya agitado de Argentina y los sectores militares, se le sumó un suceso
internacional: la ruptura de Cuba y EEUU y el acercamiento de Fidel Castro a Moscú. El
incidente con el Che Guevara desató una crisis de publicidad, y los militares exigieron a
Frondizi a través de un memorándum la ruptura con Cuba.

Frondizi quedó preso de las facciones militares y debió dimitir, asumiendo como Jefe de
Estado el presidente del Senado José María Guido, el nuevo presidente debió afrontar que
los militares le impusieran ministros tales como el Dr. Martínez. Además debió anular por
la presión militar las elecciones provinciales de Abril, mientras la crisis económica se
profundizaba cada vez más por la intensa sequía y las malas políticas.

El ministro de Economía Alzogaray señaló que el Estado estaba al borde de la bancarrota, y


sus medidas solo profundizaron el marasmo, la intervención de los militares fue para
establecer un plan de acción preparaban entonces el primer golpe “científico” de la historia,
de todas formas hacia el interior Azules y Colorados se enfrentaban, en un conflicto que
estuvo a punto de decantar en una guerra civil. EL triunfo estratégico de los colorados puso
fin al episodio.

Resuelto el desorden los antiperonistas se propusieron crear un gran frente, pero los
colorados de la marina aprovecharon la vacilación de los azules en cuanto a las alianzas. El
resultado fue el fortalecimiento de Onganía y la coexistencia de cuatro facciones en el
Ejército.
El debilitado gobierno de Guido debió llamar a elecciones con una amplia proscripción, del
que participaron los candidatos de la UCRI y la URP, como así también la UDELPA que
llevaba como candidato a Aramburu.

S-ar putea să vă placă și