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PRIMERA ENTREGA
PRESENTADO POR:
PSICOLOGIA
2019
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1. INTRODUCCIÓN
Carlos Gaviria
erradicación del despotismo del monarca, es decir, del mandato del gobernante, obediente tan sólo a su
capricho y amparado en una supuesta potestad conferida por la voluntad divina. Conseguir que el
ejercicio del poder, antes arbitrario, quede sometido a las reglas del derecho, tiene que contarse entre las
cualitativo inapreciable: precaver algo que había pasado inadvertido, a saber, que también las mayorías
derechos que no pueden ser negados o recortados con argumentos fuertes de razón pública. Asunto que
puede plantearse de la siguiente forma: ¿hay temas problemáticos que deban sustraerse a la decisión
mayoritaria? Y la respuesta indudablemente es sí. ¿Como cuáles? Voy a señalar apenas dos: 1. Los
asuntos técnicos y científicos que reclaman una respuesta concluyente (en la medida en que la ciencia
puede darla), expuesta a la prueba de la razón y la experiencia. Ejemplos pueden darse a granel, pero
¿No sería descabellado convocar al pueblo a que mediante sufragio universal dirimiera el asunto de si el
universo fue creado según la rica ficción fantasiosa del Génesis o si está bien orientada la hipótesis
abstrusa del Big Bang? ¿Alguien con mediana sensatez podrá pensar que la respuesta definitiva proceda
de las urnas? A veces uno piensa, oyendo o leyendo a la senadora Viviane Morales, que es eso lo que se
propone con su dislocada propuesta de referendo contra la adopción por parte de las parejas
homosexuales. Como hay un debate académico y científico en torno a los trastornos y sesgos de
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orientación que puedan padecer los menores adoptados y, a su juicio, la balanza se inclina por una
respuesta afirmativa (cosa que parece refutada abrumadoramente por estudios serios y abundantes
hechos), que la mayoría profana diga a quién asiste la razón (¿a Ptolomeo o a Copérnico?). Pero, desde
luego, la ambigüedad diluye, en apariencia, las verdaderas razones subyacentes a la iniciativa: para la
senadora Morales (hay que asumirlo así por las creencias que defiende) es pecaminosa y “contra natura”
la unión conyugal de dos personas del mismo sexo, y ni qué decir de que tengan la temeridad de tratar
como hijos a quienes no engendraron ni concibieron. 2. Los asuntos relativos a las creencias. ¿Tiene una
persona, en una sociedad pluralista, regida por un Estado laico, el derecho a organizar su vida y su
comportamiento en armonía con sus creencias religiosas? La respuesta es sí, más allá de toda duda. Pero
¿puede con igual legitimidad convocar a los ciudadanos que muy probablemente comparten las mismas
creencias derivadas de una fe común, respetables, pero, por definición, injustificables racional y
empíricamente, a que impongan obligaciones y restricciones en sus formas de vida a quienes profesan
otras creencias o sólo tienen convicciones a que renuncien a la integridad y desarticulen su pensamiento
de su conducta y vivan una vida inauténtica, porque así lo dispuso la regla mayoritaria? He tenido un
alto concepto de Viviane Morales como jurista y académica, pero advierto que esas calidades nada
tienen que ver con sus iniciativas de creyente militante. La democracia es la promesa de convivencia
grata entre sujetos autónomos que a nadie dañan, aunque sí pueden molestar conciencias fanáticas que
defienden sus prejuicios con argumentos de razón privada como si fueran del interés común.
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Viviane Morales
exfiscal y hoy senadora le contesta que lo impertinente es hacerle creer a la gente que perderá un
derecho que no tiene. Se aviva el debate. Apreciado Carlos: Leí tu artículo sobre la propuesta de
referendo que presenté ante la Registraduría, acompañada por 238.000 ciudadanos, para decidir si en
Colombia aceptamos o negamos la adopción de niños desamparados por parte de parejas del mismo
sexo. Lo leí con mucha atención, como siempre leí tus sentencias y, en general, como leo tus escritos
cuando llegan a mis manos. Pero esta vez lo leí, además, con particular alegría. Enhorabuena llegaste a
darle a mi contraparte la estatura intelectual y moral que anhelé que tuviera, a fin de que el debate
preocupación de que esta controversia pierda su talante necesario cayendo víctima de prácticas
que muchos medios de comunicación distorsionan el acontecer nacional. Bienvenido, pues, al debate.
Desde el titular calificas de “impertinente” el referendo que hemos propuesto, esto quiere decir:
inoportuno, inapropiado y, aún más, molesto. Esto con base en la afirmación categórica de que hay
“temas problemáticos” que no pueden ser decididos por el pueblo a fin de que las mayorías no “puedan
que no pueden ser negados o recortados con argumentos fuertes de razón pública”. Efectivamente,
estamos en total desacuerdo. Mi concepto de democracia radica en que lo pertinente es que sea el pueblo
quien resuelva las controversias y las contradicciones fundamentales de toda sociedad, con más razón de
la colombiana cuya experiencia nos demuestra que la falta de democracia y la histórica usurpación de
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los derechos del pueblo desde las esferas del poder, nos han sumido en la tragedia de intentar la
violencia como camino para conjurar nuestros conflictos principales. En mi condición de mujer, de
cristiana y de profesora de Derecho Constitucional, soy la primera en defender los derechos de las
minorías de cualquier abuso en que puedan incurrir las mayorías. De hecho, pertenezco a grupos
minoritarios y he sido víctima de discriminaciones en virtud de tal pertenencia; lo que ocurre es que este
riesgo no se corre con el referendo que hemos propuesto porque no estamos sometiendo a votación
que perteneciste son expresamente claras en que la adopción no constituye derecho alguno, de parejas
orientación sexual. Es impertinente, entonces, acudir a la falacia de que estamos poniendo en riesgo el
derecho que tienen los homosexuales a adoptar niños, cuando está claro que el derecho a adoptar no
existe. Nadie puede perder lo que no tiene. Lo que sí existe es el derecho de los niños a ser protegidos y
criados por una familia y, en el caso de los niños desamparados, sin familia, el Estado está en la
obligación de garantizarles este derecho de la mejor manera posible. De esto se trata nuestro referendo:
Estado cuáles son los parámetros que, de acuerdo con su experiencia, su razón y su cultura, debe tener
sobra insistir, en este punto, que mis convicciones cristianas coinciden íntegramente con las conquistas
universales del Derecho que consagran los derechos de los niños como prevalentes sobre cualquiera
eventualidad jurídica. Para mí los niños son sagrados y estoy decidida a luchar para que de ninguna
manera se les convierta en objetos de consumo emocional. También me parece importante aclararles a
nuestros lectores que tu posición diluye, en apariencia, las verdaderas razones subyacentes a tu artículo:
cuando afirmas que hay que quitarle al pueblo el derecho de decidir sobre este “tema problemático”, lo
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que en el fondo estás pidiendo es que dejemos la decisión sobre la adopción de niños desamparados por
parte de parejas homosexuales en manos de los nueve magistrados de la Corte Constitucional. Te parece
que los nueve magistrados cuentan con la sabiduría necearía para superar los riesgos a los que nos
exponen las decisiones de las que señalas como “mayorías profanas” (¿ignorantes e incompetentes?). En
este punto también estoy en total y respetuoso desacuerdo con tus planteamientos. Mi experiencia de
preferibles las decisiones de nuestro pueblo, pese a los riesgos de errores, que las decisiones de nuestros
honorables magistrados de la Corte Constitucional, pese a sus riesgos de aciertos. Por último, apreciado
Carlos, sólo me resta compartirte una inquietud de amiga y admiradora que me quedó de la lectura de tu
artículo: ¿por qué esas mayorías te resultan “profanas” y por lo tanto incompetentes para decidir en
nuestro referendo sobre la suerte de nuestros niños desamparados, y en cambio te parecían competentes
y dignas de votar por ti cuando les pediste su respaldo al aspirar a la Presidencia de la República? Por lo
pronto, le deseo lo mejor y de nuevo te agradezco que hayas decidido intervenir en este debate.
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2. PRIMERA ENTREGA
2.1.CUADRO ANALÍTICO
interés común.
Persona.
materia.
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3. CONCLUSIONES
intervenir en los procesos de toma de decisiones, especialmente en las decisiones que les
son los niños los que tienen derecho a tener una familia.
✓ Y si las mayorías no pueden decidir, entonces ¿qué hace la Corte decidiendo por una
oportunidad al pueblo de registrar una opinión sobre lo que se cree mejor para el estado
en general, evitando que un grupo de expertos como los magistrados decidan a favor de
✓ Todos deberían estar en el mismo pie de igualdad, y una religión o creencia no debería
direccionar las decisiones por la regla de la mayoría; sin embargo, seria una falacia
pensar en que la gente es una masa homogénea con un único interés y que cada persona
solo por el hecho de que exista el derecho de que toda persona tiene libertad de opinión,
sino porque realmente es una espacio donde nuestras opiniones pueden ser bases para dar
oportunidades de que la sociedad conozca y esté al tanto de lo que pasa día a día.
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4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
• https://latintadelaverdad.wordpress.com/2015/10/13/referendo-impertinente-o-adecuado/
• http://www.elespectador.com/opinion/un-referendo-impertinente-columna-547154
• http://www.elespectador.com/noticias/judicial/el-derecho-adopcion-no-existe-viviane-
morales-articulo-547761
• https://es.wikipedia.org/wiki/Refer%C3%A9ndum
• https://www.google.com/search?rlz=1C1AZAA_enCO748CO748&ei=jO-
AXcf2EOzx5gKN5LOoBg&q=usurpacion&oq=usurpa&gs_l=psy-
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wiz.....0..0i71.RLYTgKVtQsQ
• https://es.wikipedia.org/wiki/Estado_laico
• https://definicion.de/excelso/