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CARACTERIZACIÓN DE NECESIDADES EN SALUD MENTAL DE ADOLESCENTES

EXPUESTOS AL CONFLICTO ARMADO EN TUMACO, NARIÑO

KAREN ALEXANDRA BARÓN GUERRERO

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA CALI


FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA DE SALUD
SANTIAGO DE CALI
26 DE JUNIO DE 2018
CARACTERIZACIÓN DE NECESIDADES EN SALUD MENTAL DE ADOLESCENTES
EXPUESTOS AL CONFLICTO ARMADO EN TUMACO, NARIÑO

KAREN ALEXANDRA BARÓN GUERRERO

MARIA CLARA CUEVAS JARAMILLO, PHD.


DIRECTORA DEL TRABAJO DE GRADO

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA CALI


FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA DE SALUD
SANTIAGO DE CALI
26 DE JUNIO DE 2018
ARTICULO 23 de la Resolución No. 13 del 6
de Julio de 1946, del Reglamento de la
Pontificia Universidad Javeriana.
“La Universidad no se hace responsable por los
conceptos emitidos por sus alumnos en sus
trabajos de Tesis. Sólo velará porque no se
publique nada contrario al dogma y la moral
católica y porque las Tesis no contengan
ataques o polémicas puramente personales;
antes bien, se vea en ellas el anhelo de buscar la
Verdad y la Justicia”.
Tabla de contenido
Introducción............................................................................................................................................ 9
Método ................................................................................................................................................. 48
Diseño de investigación .................................................................................................................... 48
Participantes ..................................................................................................................................... 49
Instrumentos..................................................................................................................................... 51
Técnicas de recolección .................................................................................................................... 55
Procedimiento .................................................................................................................................. 59
Consideraciones éticas ..................................................................................................................... 61
Resultados............................................................................................................................................. 62
Discusión ............................................................................................................................................... 78
Referencias ........................................................................................................................................... 97
Anexos ................................................................................................................................................ 105
Lista de tablas

Tabla 1. Nivel de victimización

Tabla 2. Nivel de exposición a violencia

Tabla 3. Víctimas y hechos victimizantes

Tabla 4. Fuentes de información sobre los hechos victimizantes

Tabla 5. Diferencias en exposición a hechos victimizantes y victimización, según sexo

Tabla 6. Exposición a hechos victimizantes y victimización, según edad

Tabla 7. Factores biológicos

Tabla 8. Factor psicológico

Tabla 9. Factor sociofamiliar

Tabla 10. Factor escolar

Tabla 11. Factor social comunitario

Tabla 12. Riesgos y protectores por factor

Tabla 13. Índice de Chips por trastorno

Tabla 14. Conocimiento sobre entidades de atención en salud mental

Tabla 15. Principales medios por los que conoció los programas y las fuentes de referencia

Tabla 16. Satisfacción con la atención

Tabla 17. Victimización y asistencia a consulta

Tabla 18. Exposición y asistencia a consulta

Tabla 19. Ingreso atención psicológica

Tabla 20. Entidades y programas de atención


Lista de anexos

Anexo 1. Consentimiento informado

Anexo 2. Asentimiento informado

Anexo 3. Matriz de consolidación con las recomendaciones de los jueces expertos-encuesta


sociodemográfica

Anexo 4. Encuesta sociodemográfica, formato final

Anexo 5. Matriz de consolidación con las recomendaciones de los jueces expertos-


cuestionario factores de riesgo y protectores de la salud mental

Anexo 6. Cuestionario sobre riesgos y protectores determinantes de la salud mental-formato


final

Anexo 7. Matriz de consolidación con las recomendaciones de los jueces expertos-


cuestionario de exposición al conflicto armado

Anexo 8. Cuestionario de exposición al conflicto armado, formato final

Anexo 9. Matriz de consolidación con las recomendaciones de los jueces expertos,


cuestionario de necesidades de en la atención de salud mental

Anexo 10. Cuestionario de necesidades de la atención en salud mental, formato final

Anexo 11. Matriz de consolidación con las recomendaciones de los jueces expertos,
cuestionario de percepción sobre la atención en salud mental

Anexo 12. Cuestionario de percepción sobre la atención en salud mental, formato final
8

Resumen
La presente investigación tuvo como propósito identificar las necesidades de atención en

salud mental de adolescentes colombianos expuestos al conflicto armado, residentes de

Tumaco, Nariño. Para dar respuesta a este objetivo se establecieron objetivos específicos

dirigidos a: (a) identificar los hechos victimizantes a los que han sido expuestos lo

adolescentes en el marco del conflicto armado; (b) establecer los factores de riesgo y

protección de la salud mental; (c) determinar el tipo de atención en salud mental a la que ha

tenido acceso la población; y (d) identificar los programas de atención en salud mental

implementados por entidades gubernamentales y no gubernamentales en la población

expuesta al conflicto armado. Se empleó una metodología cuantitativa. El total de la muestra

estuvo conformada por 19 adolescentes de 12 a 17 años asistentes a Servicio de Salud

Integral y Amigable para Adolescentes y Jóvenes (SIAPA). De igual manera, se contó con 10

profesionales de psicología que trabajan en Tumaco, Nariño. Los participantes de la

investigación reportaron bajos niveles de victimización y niveles severos de exposición a

violencia. Se encontró, además, que tenían más factores protectores que riesgos, aunque la

puntuación obtenida fue baja, implicando esto que, en su mayor parte, los participantes tienen

bajo nivel de factores de protección. También, se evidenció la necesidad de mejorar en

aspectos como condiciones físicas para brindar la atención y más capacitaciones para el

talento humano. Existe una afectación importante en la salud mental que no está

exclusivamente relacionada con ser victimizado, puesto que se observaron condiciones o

síntomas que invitan a pensar en efectos que trascienden dicha victimización y que

corresponden a ser testigos o tener información sobre hechos violentos ocurridos en al marco

del conflicto armado, lo cual valdría la pena investigarse a futuro con mayor exhaustividad.

Palabras clave. Exposición, civilización, adolescencia, riesgos, protectores.


9

Introducción

La violencia es un problema de salud pública que va más allá de las heridas y las muertes

violentas, deja secuelas visibles y otras que, aunque menos visibles, afectan la calidad de vida

y salud de personas y comunidades, siendo los países pobres los más vulnerables. Como

resultado de ella, en el mundo 24 personas por minuto se ven obligadas a huir de sus hogares

para buscar protección dentro de su territorio o en otros países; cada año, más de 1.6 millones

de personas pierden la vida de manera violenta y 35 mueren cada hora como consecuencia de

un conflicto armado (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, 2015).

De igual manera, la violencia es una de las principales causas de muerte en personas

entre los 15 y los 44 años. Según cifras proporcionadas por la World Health Organization

(WHO, 2005), durante el año 2000 cobró la vida de 199000 jóvenes, lo que equivalente a 9.2

x 100 000 habitantes y ponen a África y a América Latina como los lugares con la tasa más

alta de homicidios juveniles. Lo anterior deja ver el alto riesgo que tienen los adolescentes de

sufrir los efectos derivados de las guerras o de los conflictos.

Durante más de 50 años Colombia ha sido afectada por el que se ha considerado el

conflicto armado más largo del mundo y único en su complejidad, dejando miles de víctimas

a su paso (Calderón, 2016), acompañando por generaciones los procesos de estructura y de

construcción social, siendo determinante en el desarrollo de múltiples factores (político,

económico, educativo y cultural) y generando incremento en cifras de pobreza, de violencia

directa y de fortalecimiento de grupos armados, narcotráfico y delincuencia común.

Medir los daños causados por la violencia en la vida de las personas y de las

comunidades es un ejercicio complicado. Sin embargo, es necesario para entenderla, diseñar

e implementar políticas efectivas que reduzcan el daño causado. Para realizar esta tarea,

Colombia cuenta con la Red Nacional de Información (2011, 2017), en la que se encuentran

diferentes reportes con información por departamentos, por municipios, por hechos
10

victimizantes, por año y por enfoque diferencial de la población víctima. Entre las entidades

que conforman esta red se encuentra el Registro Único de Víctimas (RUV), que fue creado a

partir del artículo 154 de la Ley 1448 de 2011 como mecanismo para garantizar la atención y

la reparación de las víctimas contempladas en el marco legal. Además, en términos de

reparación, reconoce a las víctimas a partir del 1 de enero de 1985 y no contempla como

víctimas a los combatientes muertos en acciones bélicas. El RUV se nutre de la información

obtenida de la declaración de las víctimas y se contrasta con fuentes oficiales. Las ONG no se

consideran como fuentes para alimentar dicho registro, por lo que la información obtenida en

el RUV se podría considerar como parcializada y para términos de reparación (Unidad para

las Víctimas, 2016).

De acuerdo con este registro reportado en abril de 2018, 8.100.180 personas han

declarado ser victimizadas en el marco del conflicto armado. No obstante, esta cifra puede ser

mayor, teniendo en cuenta la encuesta de Goce Efectivo de los Derechos realizada durante el

año 2013 y 2014, según la que el 25 % de las personas encuestadas refirieron no haber hecho

su declaración. Los principales motivos fueron por falta de información, amenaza o miedo;

por desconfianza en el gobierno y en los funcionarios públicos; o porque no han querido

manifestarlo. Esto dificulta calcular, con precisión, el número de víctimas (Departamento

Administrativo Nacional de Estadística [DANE], 2015).

Los hechos victimizantes que dejan mayor número de víctimas en el marco del

conflicto armado colombiano son: desplazamiento forzado, con 7358248 víctimas;

asesinatos, con 995393; mutilaciones por minas, con 11382; secuestros, con 365719; torturas,

con 10787; atentados contra la libertad y la integridad sexual, con 19411; casos de amenazas

y atentados, con 24786; casos de pérdida de muebles e inmuebles, con 112.868; lesiones

personales físicas, con 21444; lesiones personales psicológicas, con 380; abandono y despojo

forzado de tierras, con 6069; actos terroristas, con 83290; confinamiento, con 8831; y
11

desaparición forzada, con 169201 (RNI, 2018). Estas cifras reflejan que las consecuencias no

mortales son mucho más frecuentes que las mortales, dejando secuelas en las víctimas

directas e indirectas que ameritan una reparación psicosocial.

Siendo los y las adolescentes personas altamente expuestas, según la Fundación Ideas

para la Paz (FID), United State Agency International Development del Pueblo de los Estados

Unidos de América (USAID) y la Organización Internacional para la Migración (OIM)

(2014), del total de la población colombiana casi el 32% son adolescentes y, de esta cantidad,

2237049 han vivido algún hecho victimizante dentro del marco del conflicto armado. A

continuación, se presentan las secuelas que ha dejado, en cifras, el conflicto armado en este

grupo poblacional.

En pérdidas humanas, al 12 de abril de 2018, el RUV reportó una cifra de 22731

personas de 12 a 17 años asesinadas en el marco del conflicto armado, siendo los hombres las

víctimas principales. Sin embargo, es importante señalar que esta cifra no incluye las

víctimas anteriores a 1985, que, según el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH,

2018), de 1958 a 1984 fue de 11238 víctimas documentadas. Otra cifra que no se contempló

en dicho registro fue la de los combatientes muertos en acciones bélicas que, de acuerdo con

el mismo informe, fue de 40787 entre 1958 y 2012. La tortura se convirtió en un hecho

simultáneo: 1123 de las 16340 acciones de asesinato selectivo (6.8%) fueron torturados,

según el GMH, entre 1980 y 2012, así como 244 de las 1982 víctimas de masacres. Por su

parte, el RUV registró 4151 víctimas de tortura entre 1985 y 2012.

Otro hecho victimizante fue el desplazamiento forzado, considerado como el que más

cifras le sumó al conflicto armado, en total 2110832 casos de personas entre 0 y 17 años

tuvieron que salir de su lugar de origen por amenazas directas contra su vida o su integridad.

Por otro lado, el reclutamiento forzado para el 2014, según el informe realizados por el

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la Organización Internacional para las


12

Migraciones (OIM) y el Fondo Internacional de Emergencias de las Naciones Unidas para la

Infancia (UNICEF) en 2014, calculó una cifra entre 8000 y 13000 soldados, con una edad

promedio de 13 años. El Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH en su registro de

1960 a 2016 reportó una cifra de 16879 casos y el Registro Único de Víctimas 8307777 casos

a corte del 1 de marzo de 2018. Según el Observatorio del Bienestar de la Niñez de ICBF

(2018) de 1999 a septiembre de 2016, se han desvinculado e ingresado al programa 6073

niños, niñas y adolescentes (NNA). De ellos, el 28.75% fueron niñas y adolescentes mujeres

y el 71.25% fueron niños y adolescentes hombres.

Por otro lado, los NNA, particularmente los pertenecientes a minorías étnicas

(afrodescendientes e indígenas), fueron víctimas de orfandad por la muerte del padre, la

madre o los dos a causa del conflicto armado. Respecto a este hecho, no existe en el país un

reporte oficial consolidado. En la actualidad solo se cuenta con cifras del ICBF, que dan

cuenta de 360 menores de edad hasta el año 2015. La desaparición forzada, de acuerdo con

cifras del RUV a corte mayo de 2018, registró una cifra de 169486 víctimas, de las cuales

47080 fueron víctimas directas y 122406 víctimas indirectas. Mientras que el Registro

Nacional de Desaparecidos reportó una cifra de 92528.

Agravando el panorama, los NNA también fueron víctimas de violencia sexual. Según

el estudio sobre violencia sexual en niños, niñas y adolescentes que realizó ACNUR (2014)

en toda Colombia, entre 2008 y 2012 se presentaron cerca de 48915 casos de menores de 18

años víctimas de violencia sexual. De esa cifra 41313 fueron niñas y 7602 niños, lo que

quiere decir que durante esa fecha 27 niños, niñas y adolescentes fueron víctimas a diario de

violencia sexual dentro del marco del conflicto colombiano, siendo las ciudades capitales las

que reportan el mayor número de afectados, a excepción de Nariño, donde Tumaco y no la

capital de departamento, que contó con mayor número de afectados. Respecto a estas cifras,
13

cabe anotar que, al tratarse de un delito silencioso y muchas veces acallado, es muy probable

que haya un sub-registro de víctimas.

Por otro lado, el conflicto armado también deja secuelas físicas en quienes lo viven de

manera directa a causa de las minas antipersonales. Desde 1990 hasta el 3 de marzo de 2017

se registró una cifra nacional de 10304 víctimas menores de 18 años. El impacto de las minas

ha causado la amputación de miembros inferiores y superiores, pérdida de la visión parcial o

total, pérdida de la audición, discapacidad motora y 244 víctimas fatales (Descontamina

Colombia y Dirección Contra Minas, 2017). No obstante, este panorama parece cambiar, a

corte del 30 de abril de 2018, 227 municipios de Colombia y dos departamentos han sido

liberados de sospecha de minas y 223 se encuentran en intervención (Descontamina

Colombia, 2018).

Aunque las pérdidas humanas y el sufrimiento son los costos principales del conflicto,

también genera pérdidas económicas. Según el informe del Banco Interamericano de

Desarrollo (2017), en su análisis sobre 17 países durante 2010 y 2014, el crimen y la

violencia le cuestan a América Latina y el Caribe el 3.5% de su Producto Interno Bruto (PIB).

Particularmente en Colombia, el crimen tiene un costo del 3.12 % del PIB total y un 3.4% de

PIB para gastos sanitarios producto de la violencia, por encima de países como Argentina

(2.97%), Perú (2.77%), Uruguay (2.23%) y México (1.92%). En las siguientes líneas se

abordan las secuelas que el conflicto armado ha dejado en San Andrés de Tumaco, municipio

del departamento de Nariño que está ubicado al Sur Occidente de Colombia, lugar en el que

se realizó la presente investigación.

De acuerdo con el censo del DANE (2005) proyección, 2017 Tumaco tiene

aproximadamente 208318 habitantes, de los cuales 44304 se encuentran en edades entre los

10 y los 19 años. Este municipio pasó de tener mínima presencia de actores armados y

conflicto a convertirse en uno de los nuevos escenarios del conflicto colombiano, donde
14

confluyen actualmente varios flagelos: tasa de homicidios, que llegó a triplicar la cifra

nacional; el mayor número de hectáreas de coca sembradas; 60677 personas desplazadas

entre los 12 y los 17 años (RNI, 2017); 9532 víctimas por minas antipersonales; 238 niñas y

328 niños víctimas de violencia sexual durante 2008 y 2012 (ACNUR, 2014); y un número

significativo de 84836 personas que han declarado ser victimizadas en el marco del conflicto

armado colombiano (FIP, USAID y OIM, 2014) Los habitantes de Tumaco, también, tienen

que hacerle frente a otra problemática en su diario vivir: la pobreza, que tiene un índice de

84.3% y 48.7% de necesidades básicas insatisfechas. Esto confluye negativamente en la salud

y en las condiciones de vida de la población.

Lo anterior corresponde a cifras oficiales. Sin embargo, un informe de la Defensoría del

Pueblo (2018) emitió una alerta temprana el 6 de mayo de 2018, a través de la que dio a

conocer la situación actual de Tumaco, en la que se evidencia un incremento del 47% en las

cifras de muerte con relación al año anterior en la zona rural y del 125% en la zona urbana.

Además de los asesinatos selectivos en actos sicariales, se han presentado enfrentamientos

por disputas territoriales, trayendo consigo el resurgimiento de las fronteras invisibles,

estrategias de control social como las multas en situaciones de conflictos de parejas,

familiares o a quien no cumpla las normas de convivencia establecidas por los grupos en los

barrios.

Del mismo modo, se ha hecho evidente el incremento de las amenazas a líderes

comunitarios y presidentes de Juntas de Acción Comunal, de la utilización de artefactos

explosivos y de la presunción de la existencia de las denominadas “casas de pique”.

Adicionalmente, se ha producido un incremento de la violencia en zona de frontera y de la

presencia militar colombiana y ecuatoriana debido al secuestro y el posterior asesinato de los

periodistas de este país, llevando a confrontación con grupos insurgentes, lo cual afecta a las

comunidades que viven en los territorios fronterizos. Por otro lado, los atentados a la
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estructura eléctrica en repetidas ocasiones dejan a la ciudad sin energía, durante varios días

incrementando los estresores diarios y las condiciones de pobreza. Esta alerta se basa en las

denuncias realizadas por las comunidades y la recopilación de los testimonios dados por los

habitantes.

Los hechos mencionados evidencian los numerosos riesgos a los que se ve abocada la

población y así mismo, permiten concluir una posible afectación de la calidad de vida y la

salud mental de los habitantes de esa región del país. Los altos niveles de violencia a los que

se ve expuesta esta población y sus posibles efectos se convierten en una señal de alarma para

la salud pública y la comunidad científica en cuanto a los posibles trastornos que se pueden

derivar como resultado del conflicto armado y los estresores diarios. Y, entre otras permiten

poner de relieve la necesidad de hacer investigación en la población adolescente de Tumaco

expuesta al conflicto armado, una vez que es esta una etapa del desarrollo en la que se pueden

presentar ciertos trastornos mentales específicos que pueden perdurar a lo largo de la vida; se

calcula que en el mundo cerca del 20% de los adolescentes tienen trastornos o problemas

mentales y que aproximadamente la mitad de esos trastornos se manifiestan antes de los 14

años (OMS, 2018). De cara a ello, implementar estrategias específicas en prevención,

detención y tratamiento en esta etapa del desarrollo aporta a su calidad de vida, disminuye los

costos sanitarios y garantiza el desarrollo de las comunidades y el país, ya que una

combinación adecuada de programas de prevención y de intervención puede evitar años

vividos con discapacidad, las muertes tempranas, aumentar el capital social y ayudar a

reducir la pobreza extrema y promover el desarrollo.

Sin embargo, existe una brecha entre las necesidades de atención y los recursos

disponibles, puesto que en países desarrollados entre el 44% y el 70% de las personas

diagnosticadas con trastornos mentales no reciben tratamiento. Por otro lado, en los países en

desarrollo esa brecha es aún mayor alcanzando casi el 90% de personas que no reciben
16

tratamiento (OMS, 2004), siendo los países que disponen de menos recursos de salud mental

los que tienen los porcentajes más altos de población menores de 19 años con mayor

problemas o trastornos mentales, la mayoría de los países con ingresos bajos y medios

cuentan con un psiquiatra infantil por cada millón o cuatro millones de personas.

Para hacerle frente a esta situación desde el sector salud, Tumaco cuenta con diferentes

entidades, gubernamentales y no gubernamentales, que brindan atención en salud mental,

como la ESE Centro Hospital Divino Niño, de primer nivel, que atiende aproximadamente el

85% de la población y que cuenta con seis puestos de salud en el área urbana, 17 en carretera

y 10 puestos en costas y ríos. La atención en psicología, que abarca desde promoción de la

salud y de la prevención en salud mental hasta la intervención terapéutica, la realizan seis

psicólogas: cinco en zona urbana y una en carretera. Por el contrario, las zonas costas y ríos

no cuentan con ese tipo de atención. Otra entidad es el Hospital San Andrés de Tumaco

E.S.E, de segundo nivel, que a la fecha no cuenta con atención psicológica.

Además de estas, se encuentra el Programa de Atención Psicosocial y Salud Integral a

Víctimas del Conflicto Armado (PAPSIVI), desde el año 2014 con el Instituto Departamental

de Salud Nariño (IDSN) como operador. A corte septiembre de 2017, PAPSIVI había

atendido 1011 personas de las 84836 que han declarado ser víctimas, distribuyéndose de la

siguiente manera: 109 en modalidad individual, 779 en familiar y 123 en comunitaria. Es

importante resaltar que a la fecha el programa no contaba con el equipo completo, puesto que

para Tumaco había una psicóloga que atendía únicamente los casos de personas que eran

reconocidas como víctimas del conflicto armado en el cumplimiento de la sentencia 280 y el

auto 119 de 2013. Esta información fue aportada el 11 de noviembre de 2017 por PAPSIVI y

por requerimiento de la investigadora.

Por otro lado, se encuentra la Organización Internacional Médicos sin Fronteras (MSF,

2017), quien desde el 2014 brinda servicio sanitario a personas víctimas del conflicto armado
17

en el municipio. De acuerdo con el informe “A la sombra del proceso impacto de las otras

violencias en la salud de la población colombiana”, publicado en el 2017 por dicha

organización, durante los años 2015 y 2016 se atendieron 1313 consultas por psicología, de

los cuales el 16% fueron víctimas de amenaza, el 23% de desplazamiento, el 15% testigos de

un evento violento, el 16% sufrieron violencia sexual, el 14% violencia doméstica, el 10%

civiles que estuvieron expuestos a combates, el 5% a otras violencias físicas y un 1% a

secuestro. Siendo la violencia la principal causa de consulta con un 61%, el 95% de las

personas atendidas habían experimentado por lo menos tres eventos violentos de riesgo. Los

diagnósticos más frecuentes fueron depresión 5%, ansiedad 13%, trastorno mental 11% y

estrés postraumático 8%. 11 casos fueron remitidos a Cali para valoración especializada por

psiquiatría.

Las cifras presentadas anteriormente, tanto a nivel global como algunas

correspondientes a las condiciones de la población objetivo de la presente investigación,

dejan entrever la dimensión de lo que ha sido el conflicto armado en Colombia y,

particularmente, de una de las poblaciones ampliamente vulnerables, como son los NNA. De

igual manera, bosquejan algunos de los nocivos efectos sobre esta población, lo que hizo

inevitable formularse preguntas respecto a cómo las mencionadas condiciones afectan la

salud mental de esta población. Aunque se han mencionado los efectos devastadores en

términos de vidas, de bienes, de condiciones sociales, económicas y demás, resulta innegable

que el efecto más nocivo, y difícilmente calculable, es el que se da sobre el bienestar y la

salud mental de la población.

Después de caracterizar la problemática en cifras, se mostrarán algunas investigaciones

realizadas sobre las necesidades en salud mental de poblaciones expuestas a situaciones de

guerra o de conflicto armado. Esta revisión se enfocó, especialmente, en dos puntos: en los

efectos que el conflicto armado y la guerra tiene sobre la salud mental de los adolescentes; y
18

en estudios sobre resiliencia en los adolescentes que, aunque han sido expuestos a guerra y a

conflicto armado, no desarrollan una enfermedad mental limitante ni incapacitante.

En un estudio realizado en 2012 en la República Democrática del Congo, en una

muestra de 1051 estudiantes, que tuvo como objetivo identificar la relación entre la

exposición a eventos violentos y los estresores diarios (las consecuencias cotidianas de la

pobreza y la exclusión social) y sus relaciones directas o indirectas con conductas

internalizadas de adolescentes viviendo en zona de guerra, se encontró que los estresores

diarios estaban altamente relacionados con la aparición de conductas internalizadas como la

ansiedad y la depresión, sobre todo en adolescentes mujeres. De acuerdo con estos datos, la

exposición a la violencia fue un facilitador que incrementó el efecto negativo de los

estresores diarios y los eventos violentos predictores de aparición de trastorno por estrés

postraumático (TEPT) y aparición de síntomas depresivos (Mels, 2012).

En otro estudio que tuvo como finalidad explorar la situación psicológica de 289 NNA

expuestos al conflicto armado colombiano en una zona rural de Colombia, se halló que el

56% estaban en riesgo de presentar ansiedad y trastorno por estrés postraumático, el 40% en

riesgo de presentar disociación, el 31% habían vivido algún evento violento o el de algún

familiar, el 17% habían presenciado algún evento, el 88% presentaban problemas de

comportamiento, el 73% de conductas internalizadas, el 59% de conductas externalizadas, el

64% identificaban problemas de pensamiento y el 35% problemas somáticos. Los

adolescentes percibieron la atención en salud mental como positiva. Sin embargo,

evidenciaban una alta necesidad de atención y de que esta mejore (Hewitt et al., 2013).

De igual manera, en el informe realizado por la organización Médicos Sin Fronteras

(MSF, 2013) en el 2010 en el sur del país (Cauca, Nariño, Caquetá y Putumayo), se reportó

que se atendieron a 4455 personas víctimas del conflicto armado con problemas de depresión

y ansiedad, sentimientos de desesperanza, ideación suicida y estrés postraumático, como


19

algunas de las secuelas invisibles del conflicto armado. En el informe publicado en el 2017:

“A la sombra del proceso impacto de las otras violencias en la salud de la población

colombiana” apareció, nuevamente, la depresión, la ansiedad y el trastorno por estrés

postraumático como los principales diagnósticos.

La Encuesta Nacional de Salud Mental, realizada en 2015 en Colombia a una muestra

representativa poblacional de la zona urbano y rural, con rango de edades entre los 7 y 11, los

12 y 17 y de os 18 años en adelante, reveló que el 11.6% de los adolescentes encuestados

manifestaron presentar tres o más síntomas de depresión, siendo más frecuente en mujeres.

Además, se identificaron síntomas sugestivos de convulsiones y epilepsia y síntomas

sugestivos de posible psicosis, con mayor prevalencia en adolescentes de la región pacífica,

acompañados de ansiedad. Por otro lado, se encontró que el alcohol fue la sustancia

psicoactiva de uso frecuente entre los adolescentes encuestados, seguido por el consumo de

cigarrillo y las sustancias psicoactivas ilegales. Esto concuerda con los resultados obtenidos

por Hewitt et al. (2013), quienes encontraron un elevado consumo de alcohol como una

conducta externalizada que se utilizó como una estrategia para afrontar los efectos inmediatos

del conflicto.

En esta encuesta también se encontró que en la población de 12 a 17 años se

concentraron el mayor número de enfermedades mentales en el país (12.2%). De ellos, el 4%

mostraron síntomas psiquiátricos, siendo la exposición a violencia un factor determinante

para que estos se presenten; y el 29.3% estuvieron expuestos a un evento traumático,

presentaron síntomas como recuerdos intrusivos, evitar pensar, hablar o tener sentimientos

relacionados con esa experiencia, se sintieron molestos cuando alguien les recordaba lo

sucedido y tenían dificultad para concentrarse. Los adolescentes que vivían en la región

pacífica tenían mayor prevalencia a vivir un evento traumático.


20

Los datos anteriores permiten concluir que los estudios sobre efectos del conflicto

armado y de la guerra en la salud mental ratifican la asociación entre exposición a este tipo de

violencia y de problemas en la salud mental, siendo los NNA población particularmente

vulnerable por estar en etapa crítica y altamente sensible en su proceso de desarrollo,

construyendo sus propias estrategias para comprender y para afrontar el mundo.

Entre los principales efectos psicológicos asociados a la exposición a violencia se

encontraron el aislamiento, las quejas somáticas, la ansiedad, la depresión, los trastornos por

estrés postraumático, la labilidad emocional y los trastornos del sueño (Hewitt et al., 2013).

Adicionalmente, se identificaron otros problemas como conductas agresivas, conductas

delictivas, abuso de sustancias e ideación suicida, la cuales se evidencian en las

investigaciones realizadas por Bell, Méndez, Palma y Bosch (2012), la Encuesta Nacional de

Salud Mental (Ministerio de Salud y Protección Social, 2015), Hewitt et al. (2013), Mels

(2012) y Pereda (2012). De igual manera, se ha señalado que el grado de afectación depende

del tipo de hecho victimizante, la etapa de desarrollo en la que se encuentren las personas

expuestas, el tiempo de exposición, la proximidad física, el grado de exposición, la intensidad

de los hechos victimizantes, la manera de vivenciar la experiencia y las herramientas con las

que cuenta y que utilizó para afrontarlo (Hewitt et al., 2013; Murphy, 2010)

La revisión realizada dejó claro que el conflicto armado afecta negativamente la salud

mental de los individuos que lo viven de manera directa en calidad de víctima. No obstante,

esta no es la única población afectada, pues el conflicto también genera y agudiza

condiciones sociales, económicas y culturales que exponen al territorio a condiciones de

pobreza, de marginación social, de aislamiento y de cambios en la estructura y

funcionamiento de la familia y en las dinámicas propias de una cultura, lo que incrementa los

estresores diarios que, de acuerdo con numerosas investigaciones, genera efectos negativos

sobre la salud mental. En los estudios realizados por Mels (2012) y Pereda (2012) se encontró
21

que los estresores diarios están altamente relacionados con la aparición de conductas

internalizadas como la ansiedad y la depresión, sobre todo en adolescentes mujeres, y que la

exposición a la violencia es un facilitador que incrementa el efecto negativo de los estresores

diarios. También, se halló que los eventos violentos son predictores de aparición de trastorno

por estrés postraumático y de aparición de síntomas depresivos.

Además, se ha evidenciado que los adolescentes expuestos a conflicto armado de

manera directa o indirecta adoptan estrategias de afrontamiento, entre las que se encuentran:

dejar que las situaciones se arreglen por sí solas, olvidar la situación, buscarle el lado bueno a

la situación, no culpabilizarse, hacer algo diferente e intentar sentirse mejor (Guzmán,

Fernández y Villalba, 2016). Reportan, del mismo modo, agresión, consumo y abuso de

sustancias como el cigarrillo, el alcohol y las drogas ilícitas, como posibles estrategias para

afrontar los efectos inmediatos del conflicto (Hewitt et al, 2013; Pereda, 2012).

En conclusión, se puede afirmar que hay una serie de efectos emocionales, afectivos y

conductuales que surgen producto de la exposición a violencia por el conflicto armado y que

afecta a la población de manera directa e indirecta. De igual manera, cabe resaltar que los

efectos de tal exposición al conflicto no necesariamente derivan en un problema de salud

mental limitante e incapacitante, pero se constituyen en riesgos para el bienestar y la salud

mental, por lo que se debe asumir desde una visión preventiva que evite la aparición posterior

de problemas o de trastornos. Este abordaje no excluye la atención a los problemas y a los

trastornos mentales que son efectos de la exposición al conflicto armado, sino que abarca la

detección y la atención a las necesidades para la preservación y para la protección de la salud

mental de la población expuesta (Miller y Rasmussen, 2010).

Dado que el interés de la presente investigación no es solo determinar las afecciones

que sobre la salud mental tienen la exposición a violencia, sino que, además, explorar

aquellos factores que pudieran protegerla, a continuación se presenta una revisión de algunas
22

investigaciones que han abordado esta temática en relación con la protección y a la

preservación de la salud mental aún en condiciones de exposición a situaciones violentas

dentro de un conflicto armado o guerra.

Es muy probable que la literatura sobre el tema las reconozca como personas

resilientes, una vez que permanecen sanos o que se logra sanar de manera natural ante un

evento violento y que logran seguir con su vida (Cardozo, Cortes, Cueto, Meza e Iglesias,

2013). La resiliencia se entiende desde una perspectiva ecológica de desarrollo, en la que se

incluye la familia, los compañeros de escuela, las comunidades y los sistemas de creencias

culturales y políticos (Haroz, Murray, Bolton, Betancourt y Bass, 2013).

Investigaciones al respecto han señalado que la resiliencia, las habilidades de

afrontamiento y las redes de apoyo con que se cuente sirven como factores protectores que

ayudan a regular los efectos emocionales, afectivos y conductuales que surgen producto de la

exposición a violencia por el conflicto armado (Haroz et al., 2013; Hewitt et al, 2013).

Una muestra de ello fue el estudio realizado por Fernando y Ferrari (2011) en Siria

(Lanka) con 62 niños huérfanos y 15 cuidadores y maestros, en donde se encontró que la

espiritualidad y las relaciones familiares y comunitarias fuertes contrarrestaron los efectos

negativos de la guerra y que dicha resiliencia se asoció con cogniciones de culpabilidad,

menos motivación para buscar venganza, menor exposición a la violencia doméstica y más

apoyo espiritual percibido (Klasen et al., citados en Haroz et al., 2013).

La investigación realizada por la Comisión de Seguimiento y Monitoreo a la Ley de

Víctima (CSMLV, 2017) en el año 2017 a 222 personas que asisten a los programas

psicosociales PAPSIVI y ERE en Antioquia, Bolívar, Cali, Córdoba, Guaviare, Nariño, Valle

del Cauca y Putumayo tuvo como objetivos: (1) identificar la capacidad de resiliencia de las

víctimas que participan de los programas de atención psicosocial, (2) evaluar las habilidades

de afrontamiento de las víctimas que asisten a los programas de atención psicosocial y (3)
23

conocer la percepción de las victimas sobre los programas de atención psicosocial. Con

respecto a la resiliencia del grupo de personas que asiste a PAPSIVI, el 69% se ubicó en

niveles altos de resiliencia, el 26% en los intermedios y el 4.5% en los más bajos. En el caso

de las personas que participaron en la ERE, el 74.4% se ubicaron en los niveles más altos de

resiliencia, el 21.3% en los intermedios y el 4.1% en los bajos. En el grupo control (no ha

asistido a ningún programa psicosocial) el 78% arrojó resultados altos de la escala, el 17%

intermedios y el 5% bajos.

El mayor nivel de resiliencia se encontró en las personas que no participaron en

ninguna de las estrategias de rehabilitación psicosocial. También se halló que las personas de

27 a 59 años fueron más resilientes que los más jóvenes. Con respecto a las estrategias de

afrontamiento, se identificó que el 75.8% de participantes de la ERE, el 82.1% de los

participantes del PAPSIVI y el 77.6% de personas del grupo control puntuaron alto en el uso

de esta estrategia de afrontamiento. La asistencia a eventos o ritos religiosos fue la estrategia

más utilizada por las víctimas para afrontar y mitigar el dolor causado por las situaciones

difíciles, seguido de la reevaluación positiva y la evitación, siendo el grupo control quien

obtuvo los niveles más altos de uso de estas estrategias. Resulta importante resaltar que la

evitación genera resultados no tan positivos, teniendo en cuenta que implica que la víctima

evita centrarse en la dificultad, pero no procesa sus habilidades de afrontamiento (Comisión

de Monitoreo y Seguimiento Ley de Victimas, 2017).

En otra investigación en la que se buscaba establecer la relación entre el

comportamiento prosocial y el apoyo social percibido en la mejoría de la depresión y

síntomas de ansiedad en 102 adolescentes de 14 a 17 años que eran sobrevivientes de guerra

y desplazamiento al norte de Uganda, en 2005, los hallazgos indicaron que los altos niveles

de comportamiento prosociales iniciales se asociaron con una mejoría en los síntomas de

ansiedad. Esta misma tendencia se observó en los síntomas de depresión, por lo que se puede
24

concluir que el comportamiento prosocial está asociado con el aumento de la resiliencia

(Haroz et al., 2013).

En un estudio en el que se buscaba examinar la capacidad de recuperación

postraumática de 330 exsoldados de 11 a 17 años, se encontró que a pesar de las experiencias

traumáticas severas a las que habían sido sometidos, el 26% mostró ausencia de estrés

postraumático, de depresión y de comportamientos clínicamente significativos. La resiliencia

postraumática de estos niños se asoció con una baja exposición a violencia doméstica,

escasos pensamientos de culpabilidad, poca motivación para buscar venganza, buenas

condiciones económicas y adecuado apoyo espiritual percibido (Klasen et al., 2010).

Por otro lado, un estudio realizado en 2013 Barranquilla con una muestra

representativa de 62 madres y 62 adolescentes tuvo como objetivo analizar la relación

existente entre los factores de resiliencia de 62 madres y los reportados por sus hijos

adolescentes, entre 12 y 18 años, en situación de desplazamiento forzado. Los resultados

reportados indicaron una correlación entre los factores resiliencia de las madres y resiliencia

de los hijos. En el único factor que se estableció correlación directamente proporcional entre

las puntuaciones de los adolescentes y de las madres fue el de perseverancia. Es importante

resaltar que las madres y los adolescentes tienden a ser resilientes; sin embargo, las madres lo

son aún más, aunque presentan dificultades para establecer nuevas condiciones de

adaptación, contrario a los adolescentes, quienes tienen mayor capacidad de establecer

nuevas relaciones.

En otro estudio sobre experiencias de niños vinculados a grupos armados y

desplazamiento forzado, se encontró que los adolescentes que se ven expuestos desarrollan

emociones negativas y que utilizan estrategias evitativas, como no culpabilizarse, calmarse e

intentar sentirse mejor. Por otro lado, se evidencio que la música, el arte y el juego ayudan a

expresar las emociones negativas, a afrontarlas y a fortalecer las emociones positivas, el


25

empoderamiento, el reconocimiento del otro y la reconstrucción del tejido social. Además, las

construcciones narrativas y la educación sirven como elementos que permiten fortalecer los

procesos de aprendizaje emocional, cognitivo y social. En una sociedad donde los NNA han

ignorado sus emociones frente a los hechos victimizantes, mirar hacia ellos y tener en cuenta

sus heridas no visibles implica hacer una reivindicación de sus derechos que les permita

reintegrarse a la sociedad de manera exitosa como garantía de una paz duradera y estable.

Entre los factores que pueden favorecer la resiliencia se encuentran: características

individuales de disposición, aspecto de los cuidadores (por ejemplo: los esquemas cognitivos

que este tenga del trauma), apoyo social percibido (que puede ayudar amortiguar los efectos

negativos del estrés), participación en conductas prosociales, escasos pensamientos de

culpabilidad (que implican una menor motivación para buscar venganza y una menor

exposición a violencia doméstica) y adecuado apoyo espiritual percibido (Klasen et al.,2010).

La revisión anterior permite evidenciar que existen factores protectores frente a la

adversidad, los cuales contribuyen a que no se presenten problemas de salud mental

limitantes e incapacitantes, incluso cuando se ha estado expuesto a situaciones de violencia

dentro de conflictos armados o guerras civiles. Esta evidencia sirve como elemento

importante para nuevas investigaciones, obligando a explorar el conflicto no solo desde el

trauma que pueda presentarse como único efecto, sino que, además, a identificar los cambios

que se hayan producido en su funcionamiento y en el del contexto más general en el que se

desarrolla; e identificando factores protectores que permiten tener una visión más amplia a la

hora de formular programas y políticas que permitan dar una respuesta efectiva y acorde a las

necesidades y las potencialidades de las comunidades y los individuos. La adolescencia no

solo es la etapa de mayor desarrollo de riesgos, sino que, además, un periodo propicio para el

desarrollo de habilidades de promoción de la salud mental.


26

La revisión anterior llevó a plantearse la siguiente pregunta de investigación: ¿cuáles

son las necesidades de atención en salud mental de adolescentes expuestos al conflicto

armado en Tumaco, Nariño? Para dar respuesta a esta pregunta, se planteó como objetivo

general caracterizar las necesidades de atención en salud mental de adolescentes expuestos a

conflicto armado en el municipio de Tumaco, Nariño. Los objetivos específicos fueron: (1)

identificar los hechos victimizantes a los que han sido expuestos lo adolescentes en el marco

del conflicto armado; (2) establecer factores de riesgo y protección de la salud mental en

adolescentes expuestos al conflicto armado; (3) determinar el tipo de atención en salud

mental a la que ha tenido acceso la población de adolescentes expuestos al conflicto armado

de Tumaco, Nariño; y (4) identificar los programas de atención en salud mental

implementados por entidades gubernamentales y no gubernamentales en la población

expuesta al conflicto armado, en Tumaco, Nariño.

La presente investigación se enmarca en la Psicología de la Salud bajo los conceptos de

Matarazzo (1980) citado por Grau y Hernández, (2005), quienes la definen como: el conjunto

de contribuciones educativas, científicas- profesionales de la disciplina de la psicología a la

promoción, mantenimiento de la salud, la prevención, el tratamiento de la enfermedad, la

identificación de los correlatos etiológicos, diagnósticos de la salud, la enfermedad, las

disfunciones relacionadas, el análisis y mejora del sistema sanitario y la formulación de

políticas sanitarias. Al referirse a salud, se asume además la perspectiva aún vigente de la

Organización Mundial de la Salud (1946), entendida como estado de bienestar físico, mental

y social, y no solo ausencia de enfermedad. Desde esta definición se reitera la perspectiva

integral de la salud, que incluye inevitablemente a la salud mental de los individuos y las

poblaciones, resaltando adicionalmente que, no hay salud sin salud mental. A la vez, esta

salud mental ha de entenderse, como se plantea en la Ley 1616 de 2013, ley de salud mental

de Colombia, como “un estado dinámico que se expresa en la vida cotidiana a través del
27

comportamiento y la interacción, de manera tal que permite a los sujetos individuales y

colectivos desplegar sus recursos emocionales, cognitivos y mentales para transitar por la

vida cotidiana, trabajar, establecer relaciones significativas y contribuir a la comunidad”. Así

que, si bien la salud mental no es el eje único de la salud, tampoco ha de ser excluido de ella,

de manera que, está obligatoriamente incluida en la Psicología de la Salud. Lo anterior se

evidencia también en los datos que la misma OMS aporta al considerar la carga global

mundial de enfermedad, una vez que señala que los trastornos mentales constituyen el 13%

de dicha carga, por encima del cáncer y los trastornos cardiovasculares (Collins, Patel, Joestl,

S.S. y cols., 2011).

Para complementar la visión integral implicada en la Psicología de la Salud, la presente

investigación toma como marco de referencia el modelo de desarrollo humano, modelo

ecológico de Bronfenbrenner (Bronfenbrenner, citado en Torrico, Santín, Villas, Menéndez y

López, 2002) que tiene en cuenta el ambiente ecológico, concibiendo el desarrollo humano

como una interacción activa, progresiva y cambiante entre el individuo y su entorno

inmediato. Este modelo hace referencia a tal interacción desde cuatro sistemas o contextos

que son, el microsistema referido al contexto más cercano a la persona, con el que interactuar

en su día a día; el mesosistema en el que se tiene en cuenta interacciones de dos o más

sistemas familia, trabajo y vida social; el exosistema que incluye los sistemas en que las

personas no participan de manera directa pero que producen fenómenos que afectan el

ambiente del individuo; y por ultimo esta el macro sistema que abarca todos los factores

relacionados con la historia y la cultura en la que se desenvuelve la persona (Torrico, Santín,

Villas, Menéndez y López, 2002). Dicho modelo facilitará entonces entender como la

interacción de los adolescentes participantes en la investigación, con un contexto ya descrito,

tanto a nivel de país en situación de post acuerdos de paz, como a nivel regional, de factores

que afectan a la región de Tumaco, interactúan para explicar sus resultados en salud mental.
28

Bajo estos conceptos esta investigación busca aportar insumos para generar acciones

concretas, con el fin promover la salud mental cuando esta no ha sido afectada y, proteger en

caso de que haya factores de riesgo, para no llegar a resultados no deseados, sean estos

problemas o trastornos psicológicos. Desde una perspectiva amplia de la salud mental y desde

un enfoque preventivo, se pretende además proporcionar insumos concretos que permitan una

detección de necesidades en salud mental de la población adolescente expuesta al conflicto

armado. Está focalizada en sus propios contextos, teniendo en cuenta que existen diferencias

culturales y variables sociales y regionales, que hacen que las demandas sean diferentes para

cada región, lo cual implica que las estrategias de intervención deban estar diseñadas para

abordar esas necesidades particulares.

Adicionalmente, brinda un aporte directo a la entidad en la que se realiza la

investigación, a través de los insumos que le permiten saber dónde, específicamente, se deben

centrar la acciones en salud mental de los adolescentes que asisten al programa. Los

resultados sensibilizan a las entidades que brindan atención en salud mental sobre los efectos

que el conflicto armado tiene en la población que no sufre los hechos victimizantes de

manera directa, pero que convive diariamente con la zozobra.

La identificación de factores de riesgo y de protección evita duplicar esfuerzos,

revictimizar, reducir los costos en salud pública, disminuir las necesidades en salud mental no

cubiertas, favorecer la adherencia en los programas de restablecimiento de derechos y brindar

conocimientos que permitan desarrollar estrategias de atención en salud mental que sean

acordes a las necesidades de los adolescentes expuestos al conflicto armado.

Esta investigación hace un abordaje de riesgos y protectores de la salud mental de

adolescentes expuestos a conflicto armado, portando elementos para el abordaje de la salud

mental en términos preventivos y reconociendo los recursos con los que cuentan los

individuos en su entorno familiar escolar y social para proteger su salud mental. Se hace
29

evidente, por tanto, la importancia del servicio amigable para los adolescentes, en cuanto al

posicionamiento y al reconocimiento que tiene por parte de los profesionales de psicología.

Esto se podría aprovechar para fortalecer las acciones en salud mental en los espacios del

SIAPA.

Después de haber expuesto la relevancia del estudio, se presenta el marco teórico, en el

que se abordaron elementos explicativos como la definición de salud mental, de adolescencia,

proceso histórico del conflicto armado colombiano y por último conceptualización de los

hechos victimizantes contemplados en la ley de víctimas.

Ampliando el concepto de salud mental previamente mencionado cabe retomar la

definición aportada por la OMS (2013) que la describe como “estado de bienestar en el que el

individuo realiza sus capacidades, supera el estrés normal de la vida, trabaja de forma

productiva y fructífera, y aporta algo a su comunidad”. Tener una buena salud mental hace

posible que las personas desarrollen su potencial, sus capacidades, así mismo, que hagan

frente a las situaciones estresogénicas que hacen parte de la vida diaria, y, además, que logren

trabajar de manera que tengan sustento para su vida y aporten a la sociedad y comunidad en

la que viven. Por otro lado, la misma OMS (2005) define la salud mental de niños y

adolescentes como la capacidad de lograr y mantener funcionamiento y bienestar psicológico

óptimo. Está directamente relacionada con el nivel alcanzado y competencia lograda en el

funcionamiento psicológico y social, que incluye sentido de identidad y autoestima, soñar,

tener adecuadas relaciones familiares y de pares, capacidad para ser productivo y aprender.

Tener buena salud mental durante la infancia y la adolescencia es un requisito para un óptimo

desarrollo mental, relaciones sociales productivas, capacidad de autocuidado buena salud

física y capacidad económica en la edad adulta (OMS, 2015).

Sin embargo, en el mundo los adolescentes se ven expuestos a un sin número de

riesgos que afectan a su salud mental, siendo uno de ellos, la exposición a eventos violentos
30

producto de las guerras y el conflicto armado, que incluyen una amplia serie de eventos

traumáticos, que dejan secuelas físicas y emocionales. Las secuelas no visibles son entre

otras, los problemas de salud mental que pueden perdurar a lo lago de la vida (Pareda, 2012).

Según la OMS (2005) el 10% de la población que experimenta un evento traumático tendrá

problemas de salud mental, y otro 10% tendría problemas para desarrollar su potencial y

funcionar de manera eficaz. Esto puede ratificarse en datos proporcionados por la Encuesta

de Salud Mental 2015 de Colombia, que informa que un 29,3% de los adolescentes refiere

haber tenido un evento traumático, trauma psicológico 88,6% y riego de trastorno por estrés

postraumático de 3.3%. Adicionalmente, de acuerdo con un informe realizado por la

UNICEF (2011) se calcula que el 20% de los adolescentes de todo el mundo tienen trastornos

o problemas mentales.

Cabe señalar que los adolescentes sufren los mismos hechos victimizantes que los

adultos como se ha venido evidenciando a lo largo del documento, sin embargo, por el grado

de dependencia que tienen con sus adultos cuidadores y la etapa de crecimiento y desarrollo

en la que se encuentran, son más vulnerables a sufrir otras victimizaciones de manera directa

o indirecta. Para la OMS (2005), la adolescencia es la etapa de transición más importante de

un ser humano, periodo de crecimiento y de desarrollo que se produce después de la niñez y

antes de la edad adulta, la cual se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento y de

cambios, que viene condicionada por diversos procesos biológicos, así como búsqueda y

consolidación de la identidad y la autonomía. La adolescencia se reconoce en general, como

un período de transiciones, biológicas, psicológicas, sociales y económicas, las cuales se

supone, van de la inmadurez a la madurez. Los efectos de tales cambios y transiciones

dependerán en gran medida del contexto en el cual estos ocurren, para lo cual se hace

necesario adoptar la perspectiva ecológica del desarrollo humano propuesta por

Bronfenbrenner (1979), que permite vislumbrar el interjuego entre los cambios básicos
31

universales, especialmente biológicos como la pubertad, y, los contextos de tal desarrollo. La

naturaleza y estructura de tales contextos, afecta pues la forma en la cual se experimentan los

cambios básicos de la adolescencia (Steinberg, 2002).

En dichos cambios y transiciones, podrían ocurrir múltiples situaciones de

vulnerabilidad, si no se cuenta con el andamiaje de soporte, procedente de tales contextos, en

particular familiares, escolares y comunitarios, que sirvan como protectores, proporcionando

elementos que ayuden al adolescente a afrontarlos de manera adecuada, tendiendo siempre

hacia comportamientos y decisiones que impliquen niveles más avanzados de su desarrollo

cognitivo, emocional y social. Las características mismas del desarrollo del adolescente, en

las dimensiones de identidad, autonomía, intimidad, sexualidad, y logro, lo hacen más

proclive a comprometerse en comportamientos de riesgo, que, de alguna manera, si ello

perdura, podrían desembocar en problemas posteriores de comportamiento (Steinberg, 2002).

Quizás por ello, existe la tendencia a considerar la adolescencia como una etapa de riesgo.

El abordaje comprensivo de la adolescencia en contexto pone de relieve la vital

importancia de ampliar la descripción y así mismo la comprensión, del contexto específico en

el que ocurre el desarrollo de los adolescentes incluidos en la presente investigación. Las

descripciones aportadas anteriormente sobre Tumaco y sus múltiples problemas, y su

reconocimiento como una de las zonas en las que se evidencia con mayor nitidez el rezago y

los remanentes del conflicto armado, dejan ver a su vez que vivir en zona de conflicto

permanente, incide en la salud mental de las personas afectadas por hechos victimizantes, lo

cual se ha convertido en un tema de vital interés para el Estado Colombiano en el marco del

posconflicto. Por ello, se adoptan medidas de reparación, para la reconciliación y la no

repetición, siendo una de ellas garantizar cobertura y calidad en salud, en las zonas más

apartadas y dispersas, dando así cumplimiento a los Acuerdos de Paz sobre reparación
32

integral a las víctimas, lo que ha generado un reto para los profesionales de salud mental,

quienes deben construir maneras propias de intervenir la violencia y los resultados de ella.

Abordar el conflicto armado colombiano invita a comprender su origen, su desarrollo y

sus consecuencias. Para algunos historiadores el conflicto armado tuvo su origen en la

violencia bipartidista que luego se convirtió en violencia subversiva entre 1958 y 1982,

manifestándose a través de las inequidades generadas frente a la reforma por tenencia de

tierras y represando los movimientos agrarios, obreros y seguidores de las ideas de Gaitán

(CNMH, 2013). Durante esta época se presentaron acontecimientos como despojo de tierras,

muertes y conformación de grupos armados, que después mutaron para dar comienza a lo que

hasta hoy día se ha denominado como “el conflicto armado interno”, el cual ha pasado por

diferentes periodos de recrudecimiento, en los cuales se han manifestado diferentes grupos de

guerrilla, de paramilitares, de narcotráfico y, por último, de las denominadas bandas

criminales (Bacrim).

Se puede concluir, entonces, que el origen del conflicto armado en Colombia se origina

con la violencia sociopolítica asociada a la tenencia de tierra y a la ausencia del estado en las

zonas más apartadas del país, las cuales se evidencian en la desigualdad política y social,

donde por décadas se ha hecho más evidentes las secuelas del conflicto armado, y traen como

consecuencia la conformación de grupos armados al margen de la ley, cuyo objetivo de ser

inicialmente era reclamar al estado central aquello que tenían como derecho constitucional y

se les había negado. Cabe destacar que, aunque la razón principal por la que se conformaron

las guerrillas fue un ideal de lograr la equidad e igualdad en los derechos de los menos

favorecidos, cambió con el tiempo, al igual que las estrategias utilizadas para lograr el

fortalecimiento y el mantenimiento de las organizaciones, poniendo al narcotráfico como

principal factor de financiación (Calderón, 2016).


33

Al hablar de los actores del conflicto armado se podría comprender que quienes

intervienen son las guerrillas y el Estado directamente; sin embargo, existen otros actores que

participan de manera paralela y que fortalecen su estructura organizativa. Esta relación se da

entre el narcotráfico, la minería ilegal y la guerrilla mediante la que se logra la solvencia

económica y el sostenimiento militar y se generan problemáticas en las comunidades que

afectan directamente a la población civil (Calderón, 2016).

Con respecto a la relación entre el Estado colombiano y los grupos armados,

generalmente ha sido hostil. Entre las estrategias más recientes y significativas para acabar

con el conflicto armado están: la salida negociada a través del diálogo (como el que se llevó a

cabo en el gobierno de Andrés Pastrana), siendo poco exitosa, lo que llevó a que el 20 de

febrero de 2002 el Estado los diera por terminados. Posterior a ello, el gobierno entrante,

liderado por Álvaro Uribe, retomó con mayor fuerza la estrategia militar para acabar con

estos grupos, logrando un gran debilitamiento de estos que no significó un fin del conflicto,

sino que, por el contrario, en un afán por presentar resultados y demostrar que esta es la

mejor salida, se cometió un sinnúmero de vulneraciones a los derechos humanos por parte del

ejército colombiano, como son los falsos positivos, que consistieron en asesinar a jóvenes y

hacerlos pasar como dados de baja en combate (Centro Nacional de Memoria histórica,

2018).

La historia demuestra que un conflicto único en su complejidad como el colombiano

debe tener una mirada transversal que permita abordarlo desde lo político, lo económico, lo

cultural, lo social, lo educativo y lo urbano territorial, con el fin de beneficiar a las partes (sin

excluir las necesidades y los derechos de las víctimas civiles, quienes han sido las más

afectadas) y de solucionar las diferencias en el marco de la paz (evitando masacres, muertes y

pérdidas emocionales y físicas).


34

En la actualidad Colombia se encuentra en un momento histórico: la implementación de

los acuerdos de las negociaciones entre el gobierno colombiano, encabezado por el presidente

Juan Manuel Santos, y las FARC, los cuales se establecieron en la Habana (Cuba) durante

más de cuatro años. Las negociaciones se basaron en el método directo de negociación

planteado por Fisher, Ury y Patton, en las que se deja a un lado la postura de poder de las dos

partes y priman los intereses en común (Calderón, 2016). Los diálogos entre las partes

establecieron unos acuerdos con base en seis puntos principales: conflicto agrario,

participación política, fin del conflicto, drogas ilícitas, refrendación y acuerdo sobre víctimas,

siendo este último uno de los puntos centrales en la negociación, buscando la reparación

integral y derechos a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición hacia quienes han

sido victimizadas en el marco del conflicto armado.

Aunque todos los colombianos han sido víctimas de forma directa o indirecta del

conflicto armado y este ha afectado el desarrollo humano individual y colectivo, sin importar

etnicidad, género, nivel económico, modo de vida, cultura, profesiones, entre otros, no se

puede desconocer que existe una parte de la población que ha sido más vulnerada (Bautista,

2015). Este fenómeno social ha estado marcado por el sufrimiento, las pérdidas y la

vulneración de los derechos, generando sentimientos de ira, impotencia y, en algunas

situaciones, deseos de venganza. La guerra, por tanto, no hace referencia únicamente al

intercambio de balas, sino a una problemática de fondo de exclusión, de miseria y de falta de

oportunidades (Calderón, 2016).

A continuación, se da paso a la definición de los hechos victimizantes que se han

perpetuado en el marco del conflicto armado y a la exposición mediática que, aunque no está

catalogado como un hecho victimizante dentro del marco del conflicto armado, sí es una

forma de exposición indirecta que se da a través de la visualización de imágenes o de

escuchar narraciones de eventos violentos.


35

Colombia ocupa el vergonzoso segundo lugar en número de víctimas por

desplazamiento forzado en el mundo a causa de conflicto armado, siendo las mujeres, los

adultos mayores y los NNA del área rural los más afectados (CNMH, 2015). De acuerdo con

el artículo 1º de la Ley 387 de 1997, en Colombia:

Es desplazado toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro del territorio

nacional abandonando su localidad de residencia o actividades económicas

habituales, porque su vida, su integridad física, su seguridad o su libertad

personal ha sido vulnerada o se encuentra directamente amenazada…

(Presidencia de la República, Ministerio del Interior y Ministerio de Hacienda y

Crédito Público y Ministerio de Defensa Nacional, p. 1).

El desplazamiento es una estrategia utilizada por los grupos armados para conservar y

ampliar el territorio bajo su control, aprovechando la ausencia del estado en las zonas más

apartadas, las cuales están ubicadas estratégicamente para siembra de cultivos ilícitos y

explotación de minería ilegal (Centro Nacional de Memorias Histórica, 2018).

Cuando una comunidad o una persona se sale de su territorio, por lo general, lo hace

por que ha tenido que afrontar otro hecho o hechos victimizantes previos, como puede ser la

muerte de un ser querido, el despojo de bienes, las amenazas o las torturas experimentadas.

Existe un riesgo inminente contra su vida, su integridad o la de su familia. Salir en situación

de desplazamiento implica dejar todo cuanto se tiene y se conoce para afrontar situaciones de

pobreza, desempleo y desestructuración familiar. En el caso de los NNA, el desplazamiento

conlleva a la interrupción del proceso académico de manera temporal, o definitiva, para

asumir responsabilidades que antes no tenían como la generación de ingresos económico.

Esto, sumado al evento estresante que lo llevó al desplazamiento, generan las condiciones

propicias para los problemas de salud mental (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2018).
36

Por otro lado, el desplazamiento no solo afecta a las víctimas directas definidas por la ley,

sino que, además, genera la aparición de problemáticas sociales como el crecimiento

desorganizado de las ciudades, el trabajo informal, la invasión de los espacios públicos, el

trabajo infantil, la delincuencia común, la drogadicción, el incremento de la pobreza extrema

y las diversas enfermedades de salud pública (Congreso de la República, 2016; Tobar, 2015).

Otro hecho victimizante es la vinculación de menores de 18 años a grupos armados de

manera temporal o definitiva (Pachón, 2009), que se ha utilizado como estrategia para

obtener mano de obra barata, sumisa, arriesgada y fácil de manipular, así como mayores

beneficios legales, en caso de ser capturados (CNMH, 2017a). A pesar de que Colombia

cuenta con leyes y que se ha acogido a tratados internacionales que prohíbe la vinculación a

grupos y se compromete a brindar protección menores en contextos de conflicto armado, el

reclutamiento se inicia a partir de los seis y siete años (Tapia y Cindoncha, 2012), dejando en

evidencia el abandono de estatal hacia esta población y la protección de sus derechos, puesto

que en muchos casos ingresar a estos grupos implica la posibilidad de generar ingresos y de

sentirse protegidos o tomar venganza, vacíos que facilita el trabajo de los reclutadores,

quienes además de suplir necesidades prometen dar poder. No obstante, una vez hacen parte

del grupo los NNA se ven sometidos a castigos y violencia sexual, obligados a presenciar

hechos violentos y expuestos en combate, poniendo en riesgo su vida y su integridad

(CNMH, 2017a).

Por otro lado, se encuentra la vulneración de los derechos humanos sexuales y

reproductivos, contemplados en la Ley 1448, como delito contra la libertad y la integridad

sexual, hecho en el que las mujeres niñas y adolescentes pertenecientes a minorías étnicas

han sido las más vulneradas. Dicha vulneración se ha ejercido a través de la prostitución, del

embarazo, del aborto, de la esterilización, del acoso sexual y de los servicios domésticos

forzados, de la mutilación de órganos y de la regulación de la vida social (Centro Nacional de


37

Memoria Histórica, 2018). Se considera que existe un subregistro de las víctimas de violencia

sexual por la connotación estigmatizaste que socialmente se le ha dado a este delito, en la que

condena a la víctima a llevar una carga de vergüenza y culpa por años, siendo los hombres los

más propensos a ocultar este delito por tener una estigmatización más fuerte para las personas

de sexo masculino (CNMH, 2017b).

Dando continuidad a la definición de los hechos victimizantes se encuentra que

Colombia es, después de Afganistán, el segundo lugar con el mayor número de víctimas por

minas antipersonales, utilizadas como arma de guerra. La utilización de este artefacto no

requiere de la presencia de una persona al momento de ser accionada, tiene un bajo costo de

fabricación y el daño que puede ocasionar en la mayoría de los casos es fatal. Estos

elementos han hecho que la siembra de minas en el territorio colombiano crezca de manera

indiscriminada, lo que implica una mayor inversión económica por parte de estado para el

desminado y una mayor inversión en el sistema sanitario para la atención de los

sobrevivientes (CNMH, 2017b; Hernández, 2003).

Para términos de reparación, en Colombia se considera como víctimas a:

Personas que de manera individual o colectivas hayan sufrido un daño físico,

psicológico, pérdida financiera o deterioro en sus bienes como consecuencia de

actos u omisiones relacionados con el empleo, almacenamiento, producción y

transferencia a causa de la explosión de minas antipersonales (MAP) o artefactos

sin explotar (MUSE) (Descontamina Colombia, 2018, p. 1).

Otro hecho victimizante perpetuado en el marco del conflicto armado es el homicidio,

mediante el que se le quita la vida a otra persona (UARIV, 2018) a través de asesinatos

selectivos, modalidad de violencia que más muertes ha causado (nueve de cada diez civiles).

El asesinato selectivo por ser un hecho individual y de manera sistemática dificulta la


38

identificación de los perpetuadores, garantizando, de esta manera, la impunidad del crimen y

reduciendo la percepción de daño causado. Este se puede llevar a cabo de múltiples formas,

pero en todas se busca infringir terror. Por otro lado, se encuentran las masacres que por ser

masivos tienen mayor visibilidad y de acuerdo con los relatos de sobrevivientes de masacres

como la del Salado en el año 2000 o la del Chengue en el 2001 con esto los grupos buscan

principalmente trasmitir un mensaje contundente de dominio territorial en el que se advierten

las consecuencias que tiene colaborar con otros grupos (CNMH, 2017a).

Muchas de las víctimas de asesinatos selectivos fueron previamente sometidas a tortura,

lo que consiste en infringir el máximo dolor posible sin causar la muerte como forma de

castigo por actos cometidos por ellas o terceros o como forma de discriminación (UARIV,

2018). Para los sobrevivientes de este hecho victimizante, las principales secuelas

psicológicas se pueden encontrar son miedo intenso, ansiedad, reacciones de sobresalto,

aumento de la agudeza auditiva, trastornos disociativos, reacciones de despersonalización e

intentos de suicidio. Los síntomas más frecuentes consisten en la alteración del sueño

(pesadillas), alteración del estado de ánimo, alteración de la memoria y concentración, la

somatización y el cambio de personalidad (Ibarrola, Meeban y Usmani, 2000).

Como se ha evidenciado, una persona puede ser víctima de un hecho victimizante o de

múltiples hechos en el marco del conflicto armado y estos relacionarse de manera directa,

como es el caso de desaparición forzada y tortura, en la que la víctima es inicialmente sacada

de su lugar de vivienda o trabajo en contra de su voluntad y, posteriormente, oculta por su

captor, quien jamás revela su paradero para someterla a tortura (CNMH, 2018; Ibarrola,

Meeban y Usmani, 2000). Al igual que en los hechos victimizantes abordados anteriormente,

la desaparición forzada es un delito silencioso que pese a sus alarmantes cifras ha sido

visibilizado y, aunque en la constitución de 1991 se prohíbe este hecho, fue hasta el año 2000
39

a través de la Ley 587 que se contempló como un delito y se definieron las sanciones penales

para los perpetuadores (CNMH, 2018).

Este delito afecta, particularmente, a los familiares de la víctima, quienes tienen que

vivir con la zozobra de no saber si su ser querido está vivo, muerto o en qué condiciones se

encuentra. La búsqueda prolongada de respuestas genera que el sufrimiento los siga durante

años. Se ha encontrado que los familiares de desaparecidos toman como estilos de

afrontamiento la focalización en la solución, realizando búsqueda de su ser querido,

denuncias y manifestaciones relacionadas con el hecho. Este tipo de acciones ayudan a

soportar la incertidumbre y la angustia de quienes sufre la desaparición forzada de un

familiar. De igual manera, el fortalecimiento de redes sociales con personas que comparten su

mismo dolor ayuda a soportar la pérdida (Giraldo, Gámez y Maestre, 2018).

Las víctimas de desapariciones forzadas en Colombia incluyen a defensores de

derechos humanos, sindicalistas, afrocolombianos, indígenas, jóvenes y niñas adolescentes de

zonas rurales, integrantes de la comunidad LGBTI, habitantes de calle y personas producto de

campañas de “limpieza social” y falsos positivos. La reparación de las víctimas representa un

gran desafío para el Estado. Sin embargo, reparar a las familias de los desaparecidos supone

un reto mayor, puesto que implica esclarecer quiénes fueron los perpetradores de los hechos,

cuál fue la responsabilidad del Estado, establecer dónde se encuentran los desaparecidos y

reconocer a los cadáveres (CNMH, 2013).

Otra forma de victimización es el secuestro, el cual apareció como una estrategia con

fines económicos y de presión para negociar con el Estado. El perfil inicial de los

secuestrados era el de personas con poder político, económico y social. Posteriormente se

empezaron a secuestrar policías y militares para intercambiarlos por guerrilleros que se

encontraban en las cárceles y a funcionarios públicos para obligarlos a renunciar a sus cargos

(CNMI, 2015). Los secuestros se realizaban de manera individual y masiva en las grandes
40

ciudades. Las llamadas pescas milagrosas se realizaban en las carreteras colombianas, en

donde se retenía a las personas para verificar su situación económica y, dependiendo los

resultados, se secuestraba o se dejaba ir (CNMH, 2018). A diferencia de los anteriores hechos

victimizantes, el secuestro ha captado la atención de la prensa local y extranjera, convirtiendo

el secuestro en una noticia mediática, en muchas ocasiones debido al perfil de los

secuestrados y lo desgarrador de la prueba de supervivencia, donde se evidencia las

condiciones deshumanizantes en las que se encontraban los secuestrados.

Por otro lado, la amenaza se considera un hecho victimizante y consiste en el anuncio

de acciones que puedan causar daño a la vida, integridad, libertad o seguridad de una persona

o de su familia o su comunidad. Generalmente este hecho antecede a los demás, ya que en

zonas de conflicto permanece latente entre los habitantes, quienes tienen que someterse a

unas reglas establecidas por los grupos y, en caso de salirse de ellas, puede acarrear

consecuencias fatales. Además de lo anterior, la población civil también está expuestas a las

explosiones provocadas por bombas u otros artefactos explosivos como los cilindros bombas

utilizados por los grupos armados de forma indiscriminada, causando muertes y pérdidas

materiales (URIV, 2018).

Por último, se aborda la pérdida de bienes muebles e inmuebles y despojo de tierras, la

cual se puede presentar debido a que la persona a causa del desplazamiento abandonó de

manera temporal sus pertinencias para salvaguardar su vida y la de sus seres queridos y,

aprovechándose de eso, es privada de manera arbitraria de sus pertenencias. Los grupos

armados han utilizado todas las acciones violentas anteriormente mencionadas como

estrategias para obligar a huir a los propietarios de tierras y apropiarse de ellas (Ley 1448).

Según la estadística de la Unidad de Restitución de Tierra (URT), a corte primero de abril de

2018 se han presentado 1120177 solicitudes de restitución de tierras que corresponden a

99733 predios, de los cuales 7142 casos están resueltos en sentencia, 5729 predios tienen
41

orden de restitución y 291854 hectáreas con sentencias sustitutivas, para un total de 36947

personas beneficiadas. El conflicto armado se ha manifestado en numerosas formas y es la

población civil es quien sufre las principales consecuencias.

A continuación, se aborda la exposición al conflicto armado sufrida desde los medios

de comunicación, quienes se han convertido en parte de la vida cotidiana de las personas y

familias y han favorecido el acceso a un sinnúmero de contenidos informativo y de

entretenimiento no regulados. De acuerdo con un estudio realizado por Franco (2013), los

adolescentes le dedican aproximadamente tres horas diarias al celular, seguido del televisor

con dos horas diarias, 49 minutos a los videojuegos y aproximadamente tres horas a escuchar

música. En conjunto se calcula que el tiempo que los jóvenes le dedican a estos medios es de

siete a ocho horas diarias.

Ramírez (2007) realizó una revisión teórica sobre los principales métodos de estudio

para establecer la relación entre televisión y violencia. Encontró, primero, que la exposición

de niños a escenas violentas tanto en cine como en televisión facilita comportamientos

similares inmediatamente después. Segundo que los que tienen comportamientos agresivos

son aquellos que ven más televisión y prefieren las escenas violentas. Tercero que la

exposición habitual durante la infancia a la violencia divulgada en los medios de

comunicación influye en el desarrollo de la conducta agresiva. También se ha hallado que ver

con frecuencia y por muchos años programas con carga violenta puede producir espectadores

más agresivos, insensibles ante la violencia y con miedo irracional a convertirse en víctimas

de diversos actos violentos (Barrios, 2005). Se puede concluir que este ha sido un conflicto

armado cruel y despiadado con la población civil y que son numerosas las formas en las que

un adolescente puede estar expuesto a conflicto de forma directa e indirecta.

En términos de hechos violentos perpetrados por los grupos armados, las diferentes

fuentes muestran que las guerrillas han realizado en mayor proporción secuestros, asesinatos
42

selectivos, masacres, atentados terroristas, reclutamiento de menores y ataques a bienes de

civiles. Por otro lado, los paramilitares han utilizado como estrategia para sembrar terror las

desapariciones forzadas, las masacres y los asesinatos selectivos. Otro actor que ha

contribuido vergonzosamente a las cifras de víctimas es el ejército y la policía, quienes a

través de algunos de sus miembros han realizado detenciones ilegales, tortura, asesinato

selectivo y desapariciones forzadas. Esos son los principales hechos victimizantes cometidos

en el marco del conflicto armado por parte de los actores armado hacia la población civil

principalmente (CNMI, 2018).

Como se ha evidenciado toda la población colombiana ha sido afectada por el conflicto

armado, por lo que para esta investigación se tomó en consideración el aspecto más amplio

que es el de exposición a violencia, entendida la exposición como ser receptor de acciones

violentas en calidad de víctima, exposición directa, o como observador de actos violentos

contra otras personas, exposición indirecta, es decir, siendo testigo presencial de hechos

violentos, y también a través de la observación de imágenes de violencia emitidas por los

diferentes medios masivos de comunicación y redes sociales o, por vivir en contextos de

violencia a causa del conflicto armado (Cuevas, 2006). Dicha exposición a violencia, directa

o indirecta, afectará pues como se ha venido argumentando, la salud mental de las personas.

La violencia pues es un tema de interés para la salud mental, no solo para para mitigar sus

efectos sobre los sujetos que se han visto afectados por ella, sino además para evitarla,

partiendo del conocimiento real y contextualizado de cada región del país, debido a que

existen dinámicas sociales e institucionales diferentes en cada una de ellas

Al respecto cabe mencionar que la salud mental se ha visto impactada por los cambios

conceptuales, que han llevado a su vez a cambios normativos, y además en el caso de

Colombia, permeada por un proceso de paz en curso, que ha implicado hacer ajustes en la

visión que se tiene de ella, la manera en que se promociona, se previene el deterioro y se


43

aborda. Se cuenta en el país con diversos referentes normativos, algunos de los cuales se

mencionan a continuación. En Colombia la salud está regida bajo un Sistema General de

Seguridad Social en Salud (SGSSS; Ley 100 de 1993) en el que se encuentra una dimension

denominada convivencia social y salud mental, dividida en dos componentes, promoción de

la salud mental y convivencia y el otro, prevención y atención integral a los problemas,

trastornos mentales y formas de violencia. La ley 1122 de 2007 nace como una necesidad de

hacerle ajustes al sistema que había venido operando hasta la fecha y como respuesta a las

inconformidades frente al SGSSS, en temas de cobertura, acceso, calidad, recursos

designados y mecanismo de contratación entre administradores de salud y operadores.

También es importante destacar que la Ley 1438 de 2011 obliga a las instituciones de

salud a brindar atención psicológica y, con el Acuerdo 029 de 2011 se ingresan los servicios

de salud mental al plan obligatorio de salud, POS. Adicionalmente, la Resolución 5521 de

2013 considera la psicoterapia como un servicio de salud, que puede ser individual, familiar o

grupal, y de acuerdo a la mencionada resolución, se tiene derecho a 30 sesiones en el año; sin

embargo, si el profesional considera necesario ampliar ese número de sesiones puede hacerlo,

en el caso de mujeres víctimas de violencia el número de sesiones se duplica a 60, y, en el

caso de menores de edad que hayan sido víctimas de violencia o consumidores de sustancias

o trastornos alimentarios, el número de sesiones también se duplica a 60. Por otro lado, se

contempla que la internación en un hospital psiquiátrico tiene una cobertura de hasta 90 días

por año; no obstante, si se considera que la persona representa un peligro para si mismo o

para terceros la cobertura se amplía hasta que el profesional tratante lo considere necesario,

en el caso de víctimas de violencia sexual y de menores de edad también victimas la

cobertura de hospitalización también se duplica a 180 días.

La ley 1566 de 2012 es otro avance en salud mental, en la que se garantiza la atención

en salud mental de personas consumidoras y se esto se incluye en el POS. Además, obliga a


44

las entidades prestadoras de atención en salud mental a implementar estrategias de reducción

de consumo de sustancias, esta estrategia resulta más eficaz y económica.

Por otro lado, es importante mencionar la Ley 1448 de 2011, donde se dictan medidas

de asistencia, atención y reparación integral a las víctimas de conflicto armado interno y se

dictan otras medidas de reparación. Esta ley es de suma importancia para la salud mental

debido a que, aunque había evidencia empírica y teórica de que la guerra, los conflictos

armados y las catástrofes, tienen efectos negativos significativos en la salud mental y el

bienestar psicosocial de quienes la viven de manera directa o indirecta, y que los trastornos

mentales tienden a incrementarse después de las emergencias, hasta antes de esta fecha la

reparación a las víctimas en Colombia se limitaba a lo económico.

Con lo anterior se cambia la visión patologizante de la salud mental, y se toma en

cuenta que en ésta intervienen otros factores psicosociales; además de esto, disminuye el

estigma social que se tenía frente a la asistencia a consulta psicológica. Por otro lado, dicha

ley también promueve la detección temprana, al focalizar acciones en personas que aún sin

diagnóstico de problemas mentales, han sido víctimas del conflicto armado. La normatividad

también promueve la articulación intersectorial y permite hacer seguimiento a las entidades

prestadoras de atención en salud mental.

La más reciente modificación es la Ley 1616 de 2013, con la que se ratifica la salud

mental como un derecho fundamental, priorizando a los NNA como sujetos de atención

integral y preferencial, a los que se les debe brindar una atención oportuna, suficiente,

continua, pertinente y accesible. La atención debe incluir estrategias de promoción, de

prevención, de detección temprana, de diagnóstico, de intervención, de cuidado y de

rehabilitación psicosocial, como se encuentra expuesto en el artículo 25 del capítulo cuarto de

dicha ley.
45

Otro avance significativo en términos de legislación en Colombia es la Ley de Víctimas

1448 de 2011, diseñada e implementada bajo el gobierno del presidente Juan Manuel Santos,

por medio de la cual se dictan las medidas de atención, de asistencia y de reparación integral

a las víctimas del conflicto armado en Colombia, fortaleciendo la generación de condiciones

que permitan consolidar el proceso de paz y la reconciliación, y reconociendo el sufrimiento

de las víctimas y la responsabilidad del estado. En esta ley se define como víctima del

conflicto armado colombiano aquellas personas que individual o colectivamente hayan

sufrido daño por hechos ocurridos a partir del 1 de enero de 1985 en adelante, como

consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y

manifiestas a las normas internacionales de los derechos humanos. En el marco del conflicto

armado interno, las víctimas de 1985 hacia atrás tienen derecho a la verdad, a la reparación

simbólica y a la garantía de no repetición. Esta ley se acoge a los principios de verdad, de

justicia y de reparación integral de sus víctimas (Ley 1448, 2011). La victimización se puede

dar de manera directa o indirecta cuando muere o desaparece el cónyuge, el compañero o la

compañera permanente, las parejas del mismo sexo y los familiares en primer grado de

consanguinidad. Si la persona no tiene familiares en primer grado, lo serán los que los que

tengan segundo grado de consanguinidad. De la misma forma, se considera víctimas a

personas que hayan sufrido daño al intervenir para asistir a la víctima en peligro o para

prevenir la victimización. No se consideran víctimas a los miembros de grupos armados

organizados, a excepción de los NNA que sean desvinculados de estos grupos siendo

menores de edad.

La víctima del conflicto tiene derecho a una reparación integral que garantice medidas

de indemnización, rehabilitación, satisfacción, restitución y garantías de no repetición

(Ministerio del Interior y Justicia, 2012). La reparación debe ser adecuada, diferenciada,

transformadora y efectiva por el daño que han sufrido como consecuencia de las violaciones a
46

los derechos humanos. Lo anterior implica un gran desafío para el país, teniendo como

objetivo brindar una atención de calidad asequible acorde a las necesidades de cada de

individuo y que genere impacto positivo en su salud mental.

Para mitigar el daño psicosocial, emocional y el impacto psicológico generado a

personas familias y comunidades que se encuentran registradas en el RUV y dando

cumplimiento a la Ley 1448 y su decreto reglamentario 4800 de 2011 desde un enfoque

diferencial de derechos transformador, de curso de vida y de acción sin daño se crea el

programa PAPSIVI con dos componentes específicos: (1) la atención psicosocial y (2) la

atención en salud a las víctimas del conflicto armado. El componente de atención psicosocial

se basa en la atención psicológica, individual, familiar y comunitaria. El componente

atención integral en salud mental hace referencia a la atención integral física y mental de las

víctimas por parte de las entidades prestadoras de salud, quienes deben brindar la atención.

PAPSIVI es ejecutado por las entidades territoriales en cabeza de las secretarias

departamentales, distritales y municipales de salud.

De acuerdo con el cuarto informe sobre la implementación de la ley de víctimas y

restitución de tierra (Comisión de Seguimiento y Monitoreo a la Ley de Víctimas y

Restitución de Tierras, 2017), el programa tiene limitaciones presupuestales. Dichas

limitaciones se han hecho más evidentes con el tiempo, en el 2014 el programa contaba con

$25 mil millones y en 2015 el presupuesto fue de $15 mil millones, lo que no permite cubrir

el total de la población víctimas del conflicto armado. Otra de sus limitaciones consiste en

que el programa no es específico en términos de forma y de tiempo para brindar la atención a

todas las víctimas en el componente de atención psicosocial. Según el Plan Nacional de

Desarrollo 2014-2018 la meta era brindarles la atención a 800000 víctimas a través de las

estrategias de recuperación emocional y atención psicosocial; sin embargo, dicha cifra solo

obedece aproximadamente al 10% de la población registrada en el RUV. Por otra parte, la


47

meta establecida en el documento Compes 3726 era de 139258 personas atendidas en 2014 y

de la meta propuesta se logró atender 42761 personas. En este informe también se evidencia

la desarticulación del programa con las entidades territoriales y el bajo impacto que el

programa tiene en la salud mental de las víctimas. Es urgente una estrategia de evaluación

permanente del programa y sus funcionarios que garanticen su calidad y su efectividad.

Para la rehabilitación psicosocial en mujeres víctimas de delitos contra la libertad y la

integridad sexual, UARIV ha establecido la estrategia de recuperación emocional (ERE),

cuyo objetivo principal es facilitar herramientas a los y las sobrevivientes del conflicto

armado mediante encuentros grupales que apoyen su recuperación emocional y que realicen

atención individual. A la fecha se ha brindado esta atención a 2% de las mujeres identificadas

como víctimas, en modalidad individual y 19.2% en modalidad grupal. Por otro lado, el

Ministerio de Salud y la Protección Social reporto que un 13% del total de mujeres ha tenido

acceso a la medida de atención psicosocial desde PAPSIVI, por lo que las cifras de atención

son muy bajas. El anterior apartado deja ver que, aunque se ha avanzado mucho en la

legislación durante los últimos años, esto no ha sido garantía de atención. Todavía hace falta

mucho en términos de implementación, de seguimiento y de evaluación de los programas de

salud mental.

En relación con la población objeto de estudio de la presente investigación, en el

artículo 181 sobre los derechos de los NNA víctimas de violaciones, se establece que estos

gozarán de todos los derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales, con el

carácter de preferente y, adicionalmente, tendrán derecho, entre otros, a la verdad, a la

justicia, a la reparación integral, al restablecimiento de sus derechos prevalentes, a la

protección contra toda forma de violencia, perjuicio, abuso físico, mental, malos tratos o

explotación, incluidos el reclutamiento ilícito, el desplazamiento forzado, las minas

antipersonales, las municiones sin explotar y todo tipo de violencia sexual. Adicionalmente,
48

la ley considera como víctimas a los niños que hayan quedado huérfanos de uno de sus padres

o de los dos como consecuencia del conflicto armado. También son consideradas víctimas

aquellos NNA concebidos como consecuencia de una violación sexual en el marco de dicho

conflicto armado.

El posconflicto ha generado mayor sensibilidad sobre la necesidad de afrontar

problemáticas complejas relacionadas con la salud mental, la convivencia pacífica, la

inclusión social y los riesgos de reactivación de nuevas formas de violencia que garanticen la

construcción de una paz duradera desde los contextos locales. Cada día hay mayor conciencia

de que los problemas de violencia son del ámbito de la salud mental y que requieren atención.

Desde la firma del acuerdo con la guerrilla de las FARC-EP y la puesta en marcha de la

implementación de los acuerdos Colombia, se encuentra en una nueva realidad política y

social que implica grandes desafíos y, aunque las cifras muestran una reducción de los

combates y un escenario de posconflicto, en Tumaco la violencia persiste y no parece tener

un fin. A continuación, se presentan los aspectos metodológicos que soportan el proyecto.

Método

Diseño de investigación

Se realizó una investigación de enfoque cuantitativo de diseño no experimental transaccional

descriptivo, caracterizada porque en ella se describen los sucesos sin realizar manipulación de

la variable; descriptiva porque permite ver cómo son y cómo se manifiestan los fenómenos,

las situaciones, los contextos y los sucesos, buscando especificar las características, las

propiedades y los perfiles de cualquier problema de investigación. Esta investigación, en

particular, se centra en determinar las necesidades de atención en salud mental de

adolescentes expuestos al conflicto armado que asisten al servicio amigable en Tumaco,

Nariño.
49

Participantes

La muestra estuvo conformada por 19 adolescentes (hombres = 4; mujeres =15), entre los 12

y los 17 años, estudiantes de bachillerato que asistían al Servicio de Salud Integral y

Amigable para Adolescentes y Jóvenes. Todos los adolescentes cumplieron con el requisito

consentimiento informado de padres o adulto responsable y el asentimiento de los mismos

participantes y de la institución (anexo 1 y 2).

Los adolescentes participantes de la investigación fueron convocados a la presentación

del proyecto de investigación a través de la E.S.E Centro Hospital Divino Niño, de la

modalidad 80 horas de servicio social obligatorio asistentes al servicio amigable de ubicado

en el barrio Iberia.

La muestra de psicólogos y de psicólogas para obtener la información estuvo

conformada por 10 psicólogos y psicólogas que trabajaban en los diferentes programas que

brindan atención en salud mental en el municipio de Tumaco, de orden gubernamental o no

gubernamental. La convocatoria y la socialización de la investigación se realizó a través de la

Secretaria de Salud Municipal, en el comité de salud mental realizado el 2 de abril de 2018,

donde, además, se recopilaron datos como el número telefónico y el correo electrónico. Los

11 participantes contaron con los criterios de inclusión. El muestreo utilizado fue no

intencional o dirigido, por sujeto voluntario (Hernández, Fernández y Bautista, 2004).

Criterios de inclusión para los adolescentes.

• Adolescentes residentes en Tumaco expuestos al conflicto armado, víctimas directas o

indirectas.

• Cuenten o no con la declaración ante el registro único de víctimas.

• Firma del consentimiento informado por parte de adulto responsable y del

asentimiento por parte del adolescente.


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• Usuarios de Servicio de Salud Integral y Amigable para Adolescentes y Jóvenes.

Criterios de exclusión para los adolescentes.

• Dificultades cognitivas, auditivas o visuales diagnosticadas que impida la

comprensión del estudio y las preguntas a realizar.

• No usuarios de Servicio de Salud Integral y Amigable para Adolescentes y jóvenes.

Criterios de inclusión para los prestadores de atención en salud mental.

• Representar a una entidad gubernamental o no gubernamental que lleve en Tumaco

más de un año.

• Tener experiencia de un año en el trabajo con población expuesta a conflicto armado

• Firma del consentimiento informado.

Criterios de exclusión para prestadores de atención en salud mental.

• Tener experiencia de menor a un año en el trabajo con población expuesta a conflicto

armado.

• No haber trabajado en Tumaco.

Las variables incluidas en la investigación fueron:

• Exposición a violencia. Entendida la exposición a ser receptor a acciones de violencia

como víctima de exposición directa u observador de actos violentos contra otras

personas o como testigo a través de imágenes emitidas por los diferentes medios de

comunicación masiva y redes sociales, vivir en contextos de violencia a causa del

conflicto armado (Cuevas, 2006). Se clasifica en niveles.


51

Bajos: hasta 40 puntos.

Media: 40-60 punto.

Moderada:61-70 puntos.

Severa: superior a 71 puntos

• Victimización. Tomada como haber experimentado cualquier acto violento, en el

marco del conflicto armado, que pudieran producir afectaciones físicas o psicológicas.

Se clasifica en niveles

Baja victimización: 1-3 eventos violentos.

Moderada victimización: 4-5 eventos violentos.

Alta victimización: más de 5 eventos violentos

(Cuevas, 2006).

• Factores de riesgo de la salud mental. Definidos como condiciones, características o

situaciones que conllevan una mayor vulnerabilidad para pasar a un problema de

salud mental hasta llegar a un trastorno mental (OMS, 2004).

• Factores protectores de la salud mental. Definidos como condiciones que mejoran la

resistencia en las personas a los riesgos y a los trastornos (OMS, 2004).

• Edad. Entendida como los años cronológicos de una persona (Cuevas, 2016).

• Sexo. Entendido como la condición biológica al momento de nacer (OMS, 2015).

Instrumentos

Encuesta sociodemográfica para adolescentes.

Este instrumento se elaboró para términos de la presente investigación y consta de 14

preguntas que fueron sometidas a validación por cuatro jueces expertos (Anexo 3). En esta

encuesta se indaga datos personales del participante como los ingresos económicos, el

número de habitantes dentro de la vivienda, entre otros (Anexo 4).


52

Lista de chequeo sobre determinantes de la salud mental.

Esta lista fue creada para términos de la presente investigación y se basa en los factores de

riesgos y protectores específicos para niños y adolescentes establecidos por la Organización

Mundial de la Salud en el año 2004, quien definió los factores protectores como condiciones

que mejoran la resistencia en las personas y que reduce los riesgos en la aparición de

trastornos. A su vez define los factores de riesgo como condiciones, características o

situaciones que conllevan una mayor vulnerabilidad para pasar a un problema de salud

mental hasta llegar a un trastorno mental (OMS, 2004). La acumulación de múltiples factores

de riesgo y la falta de factores de protectores pone a la persona en una situación de mayor

vulnerabilidad para pasar a un problema de salud mental hasta llegar a un trastorno mental

(OMS, 2004), reconociendo la relación entre tales factores y los resultados en salud mental de

poblaciones e individuos.

El instrumento cuenta con cinco factores que, como se mencionó anteriormente,

fueron establecidos por la OMS y corresponden aspectos: biológico, psicológico, escolar,

sociofamiliar y sociocomunitario. Para cada uno de los factores se diseñaron preguntas que

buscan dar cuenta de los factores de riesgos y protectores. Para posteriormente ser validado

por jueces expertos (Anexo 5).

El instrumento está conformado por 58 ítems, divididos en cinco factores y en cada

uno se evalúan riesgos y protectores. El factor biológico consta de 8 preguntas que van del

ítem 1 a la 8; el factor psicológico contiene 10 preguntas que del 8 al 18; el factor

sociofamiliar está conformado por 12 ítems que van del 19 a la 31; el factor escolar que va de

la pregunta 32 a la 50; y el factor sociocomunitario que consta de 8 preguntas que van de la

51 a la 58 (Anexo 6).
53

Para el análisis de los factores protectores o de riesgo se realizó una clasificación

teniendo en cuenta la suma total de cada uno de los ítems en el factor, es decir, dependiendo

del número de situaciones que hayan estado presentes (riesgo) o ausente (protector) por cada

individuo. Se utilizó el valor de la mediana de la escala total para clasificar aquellas

participantes que presentaron una cantidad de situaciones por encima del punto de corte

marcado por el 50%, para, posteriormente, clasificarlos en bajo y alto para cada factor.

Cuestionarios sobre percepción en la atención en salud mental.

Este cuestionario se diseñó para términos de esta investigación. Después de realizar una

revisión teórica y empírica, se diseñó un formato inicial con 8 ítems, los cuales fueron

revisados por la directora de la tesis antes de pasar a la validación por jueces expertos (Anexo

12).

El cuestionario final consta de 9 ítems, con los que se buscaba saber si los adolescentes

identifican los programas que brindan atención psicológica para adolescentes, la percepción

que ellos tienes sobre la atención psicológica en caso de haberla recibido y las barreras para

acceder a la consulta.

Cuestionario de exposición a conflicto armado.

Este cuestionario es una medida de autoinforme para adolescentes de 12 a 17 años y fue

diseñado para esta investigación (Anexos 7 y 8), basado en el Cuestionario de Exposición a

Violencia (CEV) de Cuevas (2006), el cual evalúa exposición a violencia sociopolítica y

comunitaria.

El cuestionario está conformado por 13 áreas correspondientes a los principales hechos

victimizantes en el marco del conflicto armado colombiano, particularmente en Tumaco:

actos terroristas (atentados, hostigamientos, combates), amenaza, desaparición forzada,


54

desplazamiento, homicidio, minas antipersona (municiones sin explotar, artefactos

explosivos), pérdida de bienes muebles e inmuebles, secuestro, vinculación de niños niñas y

adolescentes, tortura, delitos contra la libertad e integridad sexual y desaparición forzada. Las

respuestas del cuestionario son dicotómicas (sí o no) y se puede aplicar de manera grupal o

individual. La duración es de aproximadamente 30 minutos.

En las 13 áreas se evalúa: (a) identificación del fenómeno de violencia, (b) fuente de

procedencia de la información, (c) identificación de personas que hayan sido víctimas de los

fenómenos de violencia investigados; y (d) proximidad relacional con la víctima. La

información que brinda el cuestionario es de dos tipos: una general sobre exposición a

violencia y para la escala de victimización (Cuevas, 2006).

Este cuestionario arroja dos tipos de puntuaciones, una general de exposición a

violencia y una para la escala de victimización. La escala de victimización indica la

frecuencia de haber sido víctima directa de los hechos victimizantes considerados. El nivel de

victimización se evalúa de la siguiente manera: bajo de 1 a 3 eventos; moderado de 4 a 5

eventos; y alto más de 5 eventos. Nivel de victimización: bajo hasta 40 puntos; medio de 41 a

60; moderado de 61 a 70 puntos; y severo de 71 en adelante.

Cuestionario sobre percepción en las necesidades en salud mental.

Diseñado para términos de esta investigación y dirigido a profesionales de psicología consta

de tres categorías en las que se evalúa (Anexos 9 y 10): (1) caracterización de los programas

de salud mental, gubernamentales y no gubernamentales, que va de la pregunta 3 a la 8; (2)

percepción de los recursos humanos, condiciones laborales y condiciones físicas para la

prestación del servicio de psicología, que va de la 9 a la 22; y (3) fuentes de referencia e

ingreso a la atención por psicología de los adolescentes y los principales motivos de consulta,

que va de la 23 a la 6.
55

Técnicas de recolección

Entrevista para síntomas psiquiátricos en niños y adolescentes Chips.

Teniendo en cuenta que un factor de riesgo es tener problema de salud mental, en esta

investigación se consideró necesario tomar como medida complementaria la utilización de un

instrumento que permitió realizar un tamizaje inicial para conocer cómo se encuentra la salud

mental de los participantes (Anexos 11 y 12). Esto a través de la aplicación de la entrevista

Chips, que fue diseñada para identificar 20 trastornos psiquiátricos comunes del eje I del

DSM-IV en niños y en adolescentes. Este instrumento de autoinforme está diseñado para

utilizar con personas de 6 a 18 años de edad y evalúa 20 trastornos que se enunciaran a

continuación: trastorno negativista desafiante, trastorno disocial, abuso de sustancia, fobias

específicas, fobias sociales, trastorno por separación, trastorno por ansiedad generalizada,

trastorno obsesivo compulsivo, trastornos por estrés postraumático, trastorno por estrés

agudo, anorexia, bulimia, distimia, depresión mayor, hipomanía manía, esquizofrenia,

enuresis y encopresis trastorno por déficit de atención con hiperactividad. La aplicación del

Chips se puede hacer en cualquier entorno donde se requiera diagnóstico psiquiátrico y la

debe hacer un entrevistador capacitado, al igual que la interpretación de los datos. La

evaluación es individual. El tiempo de evaluación puede variar dependiendo de la persona

entrevistada, la empatía que se dé con el entrevistador y la disposición para responder cada

ítem.

Este instrumento fue validado a través de cinco estudios, el primer estudio se realizó

con 42 niños de 6 a 12 años que estaban hospitalizados en una unidad pediátrica, utilizando

un diseño de cuadrado. Tiene una confiabilidad de 0.90.

Teniendo en cuenta la edad de la población diana (adolescentes de 12 a 17 años), no se

abordaron, enuresis y encopresis.


56

Validación y pilotaje de los instrumentos.

La validación de los instrumentos la realizaron cuatro psicólogos clínicos e investigadores, a

excepción de los cuestionarios sobre la percepción en la atención en salud mental y el

cuestionario sobre percepción en las necesidades en salud mental, que solo fue evaluado por

tres de los cuatro jueces. Se los solicitó lo siguiente:

• Determinar la pertinencia de cada pregunta de cada instrumento con un sí o no, según

si la consideraban o no pertinente.

• Evaluar claridad, que hace referencia a la construcción gramatical de las preguntas

que componen el instrumento en aspectos relacionados como redacción, uso de

términos adecuados de acuerdo con la edad y al nivel de escolaridad de la población a

la cual se dirigía el instrumento. Las convenciones para hacer esta evaluación fueron

(1) es claro y (2) no es claro.

• Frente a cada pregunta se generó un espacio en blanco donde los jueces podían

realizar sus comentarios o sugerencias.

Para la Encuesta Sociodemográfica los cambios sugeridos fueron en las preguntas 2,

3, 4, 5, 9, 14 y 12 y se agregaron preguntas para indagar sobre: tipo de afiliación al sistema de

salud, si actualmente estudia y si tiene hijos. Respecto a la Lista de Chequeos sobre

Determinantes de la Salud, se propusieron cambios en los ítems: 2, 24, 26, 29, 31, 38 y 39,

así mismo, se sugirió cambio de orden de las preguntas 2 por la 3; se agregó pregunta sobre

problemas en la salud, y se eliminaron las preguntas 8, 11, 35, 46, 56, 57 y 58. Y, en el

Cuestionario de Exposición a Conflicto Armado, se eliminaron preguntas repetidas. De igual

manera, en el Cuestionario sobre Percepción en la Atención en Salud Mental, se modificó la

redacción de las preguntas 2, 7, 8 y 12 y se incluyeron las preguntas 11, 15 y 18. Finalmente,


57

en el Cuestionario sobre Percepción de Necesidades en Salud mental, hubo modificación de

redacción en las preguntas 3, 6 y 8 y se incluyó el ítem 9.

Posterior a la validación realizada por los jueces expertos, y ajustadas las correcciones

sugeridas por los mismos, se procedió a la realización de pilotaje para cada instrumento. La

población del pilotaje tenía edades de 13, 12 y 17 años. Antes de la aplicación de los

instrumentos se realizó una explicación del objetivo, para posteriormente, realizar el

consentimiento y el asentimiento informado.

Se evidenció dificultad para la comprensión de algunos términos que llevaron a su

modificación. En cuanto a lo emocional, no se evidenciaron reacciones de incomodidad

frente a ninguno de los ítems. Sin embargo, se observó agotamiento por la cantidad de

preguntas en algunos los instrumentos, como el Cuestionario de Exposición a Conflicto

Armado y la Lista de Chequeo para Determinantes de la Salud, por lo que se contempló dejar

espacios para tomar un refrigerio y luego retomar la aplicación.

En relación con el lenguaje, en la Encuesta sociodemográfica se cambió el término

secundaria por bachillerato en la pregunta 4 y, en la pregunta 16 del mismo cuestionario se

agregó el nombre de la entidad a la que hace referencia cada régimen de salud.

En la Lista de Chequeo sobre Determinantes de la Salud se eliminó la pregunta 50, pues

se consideraba repetida en la 57 y 58.

En el Cuestionario sobre Exposición al Conflicto Armado se vio la necesidad de

resaltar que lo que se preguntaba estaba enmarcado en el conflicto armado, descartando

muertes accidentales, por riñas, entre otras. Se dejó claro que todos los hechos victimizantes

estaban dentro del marco de dicho conflicto armado y debían ser perpetrados por actores

armados (al margen de la ley, policía o ejército). De igual manera, se sugirió eliminar una

pregunta donde se indaga si la persona fue víctima directa, ya que estaba repetida. En el
58

apartado conozco víctimas, se pregunta “fui víctima” y en el apartado a quien conozco,

nuevamente, se pregunta “si fui víctima”.

En el Cuestionario sobre Percepción de la Atención en Salud Mental, no se presentaron

sugerencias, y este resultó claro para los participantes. El Cuestionario sobre Percepción de la

Salud Mental para psicólogos, fue validado por dos psicólogas, quienes cumplían con los

criterios de inclusión. Entre las sugerencias presentadas se incluyó: en la pregunta 2 se ajustó

“completar atención” por “atención en salud mental”; y en la 3 “cargo” por “cargo que

desempeña actualmente”. Se agregó un ítem que indagara si la entidad para la que trabaja era

pública o privada; en la pregunta 5 la población objeto de atención estuvo “conformada por”

se cambió a “población que atiende está conformada por”. En las preguntas 8, 9, 11, 20 y 23

se realizaron sugerencias de redacción. Los participantes resaltaron la importancia de la

investigación y el interés por conocer los resultados finales de la misma.

Para el Chips, la investigadora realizó un entrenamiento previo en la aplicación del

instrumento. Posteriormente realizó la aplicación a dos psicólogas de quienes recibió

retroalimentación. Este cuestionario requiere de una habilidad particular en la que hay que

poner ejemplos para dejar más claro lo que se está preguntando, además de pedir ejemplo a

los participantes de las respuestas que están dando ante cualquier duda. Acto seguido se

aplicó a dos adolescentes el cuestionario, en quienes se identificó incomodidad por lo extenso

del cuestionario. Al igual que en los otros instrumentos, se optó por dejar un espacio para un

refrigerio. Para la aplicación del cuestionario se requirió, además, un conocimiento previo de

la persona y el establecimiento de rapport con ella. Por este motivo, se dejó de último la

aplicación del CHIPS en la investigación.


59

Procedimiento

Fase 1. Preparación conceptual y metodológica.

Se realiza una revisión bibliográfica sobre la temática abordar para la construcción de la

introducción, marco teórico y aspectos metodológicos.

Fase 2. Diseño de cuestionarios y validación por jueces expertos

Tomando como punto de referencia los objetivos específicos de la investigación y la revisión

bibliográfica, se diseñan instrumentos que den respuesta a dichos objetivos. De los 6

instrumentos utilizados en la investigación 5 fueron diseñados por la investigadora bajo la

supervisión y constante retroalimentación de la asesora de tesis. Posteriormente dichos

instrumentos fueron enviados a jueces expertos en el área, y se acogen las recomendaciones

realizadas por los jueces expertos y jurados de la investigación. Después de realizar los

respectivos ajustes se procede a realizar el pilotaje con adolescentes y psicólogos, lo que

llevo a realizar nuevos cambios hasta conseguir el resultado final.

Fase 3. acercamiento a la entidad y población

Se envió carta a la ESE Centro Hospital Divino Niño, solicitando la disponibilidad

para participar en la investigación e informando sus objetivos y la modalidad de

investigación. Una vez se obtuvo una respuesta positiva, se dio a conocer al comité ético

especificando la finalidad y explicando los objetivos y se enfatizó, además, en los elementos

éticos de la investigación con seres humanos y los beneficios de la investigación. Conseguido

el aval de dicho comité a través de un acta donde se reafirman y establecen unos

compromisos por las partes, se procedió a reunirse con los adolescentes a quienes también se

les expuso el proyecto y la importancia de la firma del consentimiento informado por parte de

los adultos responsables y el asentimiento por ellos mismos. Para la firma del consentimiento

informado se realizaron algunas visitas domiciliarias y otras por llamada telefónica. Por
60

temas de seguridad no se podía ir a todos los barrios, motivo por el que los consentimientos

fueron enviados con los adolescentes, quienes después debieron regresarlos firmados a la

investigadora.

Fase 4. De recolección de la información

La aplicación de los instrumentos fue realizada por parte de la investigadora en las

instalaciones de la E.S.E, consultorio o auditorio, dependiendo de la disponibilidad de

espacio y del número de participantes. Antes de iniciar la aplicación de los instrumentos se

les pidió a los participantes que eligieran un seudónimo y marcaran sus cuestionarios con él.

Esto para preservar la confidencialidad. Únicamente la investigadora cuenta con la base de

datos que contiene los nombres reales de los participantes. Los cuestionarios para los

adolescentes fueron aplicados en formato impreso de manera individual, a excepción de la

encuesta sociodemográfica, que fue aplicada de manera grupal. El tiempo de aplicación de la

encuesta sociodemográfica fue de 20 minutos y el Chips de 40 minutos.

Se realizó, de igual manera, la presentación de la investigación a la Coordinadora de

Secretaria de Salud Municipal, quien posteriormente invitó a la investigadora al Comité de

Salud Mental, donde se expusieron, nuevamente, los objetivos de la investigación y se invitó

a los psicólogos de las diferentes entidades gubernamentales y no gubernamentales a

participar, mediante el diligenciamiento de un cuestionario. En esa reunión también se

tomaron datos como teléfonos y dirección de correo electrónico para, luego, enviar el enlace

con el cuestionario. El instrumento para psicólogos fue aplicado en línea por sugerencia

previa de los mismos, quienes expresaron que sería más cómodo responderlo en cualquier

horario. La herramienta utilizada fue Google Forms, la cual permitió enviar el cuestionario en

línea y consolidar todas las respuestas de modo que los psicólogos lo pudieran responder en

cualquier momento. Se identificaron 17 organizaciones, de las cuales ocho contaban con el


61

servicio de psicología activo hasta la fecha. Se obtuvo respuesta de 10 trabajadores de salud

mental que cumplían con los criterios de inclusión.

Fase 5. Sistematización y análisis de la información

Una vez aplicado los instrumentos se pasaron codificados a formato Excel y

posteriormente a SPSS (v. 25) para el análisis de los resultados. El análisis se realizó en

varias etapas: primero se hicieron análisis descriptivos de cada variable que permitieran

describir lo encontrado en cada una de ellas; y segundo se realizaron correlaciones para

determinar el grado de asociación entre algunas de las variables.

Fase 6. Fase de desarrollo final del documento

Realización de discusión recomendaciones de lo encontrado en la investigación,

entrega del documento final y sustentación.

Fase7. Cumplimiento de los compromisos adquiridos con la institución y los

participantes

Socialización de los resultados obtenidos en la investigación a los participantes,

Comité Ético de la ESE Centro Hospital Divino Niño, Secretaria de Salud Municipal y

entrega de resultados de la investigación en formato impreso al SIAPA.

Consideraciones éticas

La investigación se acogió al principio de beneficencia no maleficencia y se enmarcó en lo

establecido por la Resolución No. 008430 de 1993 del Ministerio de Salud (1993) y según la

Ley 1090 del 6 de septiembre del año 2006 del Congreso de la República (2006), por medio

de los cuales se establecen las normas pertinentes aspectos científicos, técnicos y

administrativos para la investigación en psicología.

Esta investigación buscó contribuir conocimiento frente a un problema de salud y se

ajustó a los principios científicos y éticos que se fundamentan en el conocimiento acumulado

bajo estricto rigor metodológico, por lo que se clasifica en una investigación de riesgo medio.
62

En caso de que las preguntas realizadas provocaran alguna reacción emocional en los

participantes, la investigadora tenía la formación profesional para realizar la intervención

inicial que ayudara a volver al estado emocional inicial y, en caso de ser conveniente, de

remitir al programa de psicología de la E.S.E Centro Hospital Divino Niño.

Para término de esta investigación, se hizo necesario obtener el consentimiento

informado por parte de los responsables de los adolescentes (Anexo1) y el asentimiento

informado para menores de edad participantes (Anexos 2), lo cual se especificó en los

siguientes puntos: nombre del proyecto, objetivos del proyecto, en qué consiste la

participación, utilidad y uso de los resultados, confidencialidad, nombres y datos de contacto

de la investigadora y directora del trabajo de grado. Se especificó, además, que la partición

era voluntaria y que se podían retirar en cualquier momento, si así lo consideraban.

Para garantizar el anonimato de las respuestas, los consentimientos informados y las

entrevistas solo serían consultados por la investigadora. En los cuestionarios y en la base de

datos no se pusieron los nombres reales, sino códigos de identificación. Los consentimientos

y asentimientos reposan en el archivo del grupo de investigación responsable del estudio.

Igualmente, en la base de datos solo los investigadores tienen acceso.

Resultados

A continuación, se presenta los resultados planteados para dar respuesta a los objetivos de la

investigación. Estos datos se obtuvieron a través de los instrumentos aplicados a los

adolescentes participantes y el instrumento diligenciado por los profesionales de salud

mental. Para la presentación de dichos resultados se inicia con las estadísticas descriptivas de

cada variable, en el siguiente orden: descripción sociodemográfica de la población;

exposición a violencia y victimización, que corresponden al objetivo de identificar los hechos

victimizantes a los que han sido expuestos los adolescentes (objetivo 1); y factores de riesgo
63

y protectores de la salud mental, que incluye los diagnósticos obtenidos en el instrumento

Chips, con los cuales se da cumplimiento al objetivo de establecer factores de riesgo y

protección de la salud mental (objetivo 2). Posteriormente se presentan los resultados de la

percepción de los adolescentes sobre la atención en salud mental, que permiten determinar el

tipo de atención en salud mental a los que ha tenido acceso dicha población (objetivo 3). Por

último, se presentan los correspondientes a la percepción de las necesidades en salud mental,

según la perspectiva de los profesionales en psicología participantes, con los cuales se

identificaron los programas en salud mental para la población objetivo, implementados por

entidades gubernamentales y ONG, en Tumaco (objetivo 4).

La población participante en la investigación estuvo conformada por 19 adolescentes en

su mayoría mujeres (78.95%) y, los restantes, hombres (21.05%); de edades comprendidas

entre los 12 y los 17 años (M = 15.47), organizados en los rangos 12 a 15 años (36.84%) y 16

a 17 años (63.16%). Todos estudiantes de bachillerato.

El estadístico utilizado fue la prueba no paramétrica de Fisher, que se utiliza para cruzar

variables categóricas cuando el tamaño de la muestra es pequeño (Hernández, Fernández y

Baptista, 2004)

Poner como se clasifico la de exposición se da un valor a cada respuesta se suman todos

estos puntajes para determinar el total de exposición a violencia. Para escala de victimización

se suman todos los puntos donde la persona refiere que le ha pasado de manera directa (me

paso a mi).

Respecto a los factores protectores o de riesgo se realizó una clasificación teniendo en

cuenta la suma total de cada uno de los ítems en el factor, es decir, dependiendo del número

de situaciones que hayan estado presentes (riesgo) o ausente (protector) por cada individuo.

Debido a que estos factores no tienen un punto de corte, se utilizó el valor de la mediana de la

escala total para clasificar aquellas jóvenes que presentaron una cantidad de situaciones por
64

encima del punto de corte marcado por el 50%. Es así como se realizó una clasificación en

Bajo y Alto para cada factor.

Respecto a la exposición a violencia y victimización se presentan los datos generales de

la escala de exposición y de victimización, la frecuencia de la exposición a los diferentes

hechos victimizantes y las fuentes por las que obtienen la información sobre los hechos

victimizantes

Como se puede apreciar en la Tabla 1, el 68, 42% se ubican en niveles bajos de

victimización y un 31,58% no reportan haber ningún evento.

Tabla 1. Nivel de victimización

F %
Baja (1 a 3 eventos) 13 68.42%
Moderada (de 4 a 5 eventos) 0 0%
Alta (más de 5 eventos) 0 0%
No reporta ningún evento 6 31.58%
Total 13 68.42%

En cuanto a la exposición a hechos victimizantes, cabe resaltar que el total de la

muestra estuvo expuesta a estos y que el 94.74% se ubicó en nivel severo de exposición a

hechos victimizantes. Importante recordar, en este punto, que el término exposición a

violencia abarcó tanto la exposición directa (victimización) como indirecta. Los porcentajes

correspondientes a cada nivel se encuentran en la Tabla 2.

Tabla 2 Nivel de exposición a violencia


F %
Baja (hasta 40 puntos) 0 0
Media (41 a 60 puntos) 0 0
Moderada (41 a 60) 1 5.26
Severa (71 en adelante) 18 94.74
65

Total 19 100

Con respecto a los hechos victimizantes a los que han sido expuestos los adolescentes

de manera directa, se observó que los participantes estuvieron particularmente expuestos a la

pérdida de bienes muebles e inmuebles y el desplazamiento forzado. En cuanto a las familias

de los participantes, fueron víctimas principalmente de homicidios, de amenazas, de

desplazamiento y de pérdida de bienes muebles e inmueble, lo cual puede verse en la Tabla 3.

Tabla 3. Víctimas y hechos victimizantes


A mí Familia Amigos Compañeros Conocidos Vecinos Otras
de colegios personas
f f f f f F F
% % % % % % %
Desplazamiento 6 8 4 5 9 6 6
31.58 42.11 21.05 26.32 47.37 31.58 31.58

Secuestro 0 1 2 0 2 1 2
0 5.26 10.53 0 10.53 5.26 10.53

Atentado 3 5 7 2 8 3 6
terrorista 15.79 26.32 36.84 10.53 42.11 15.79 31.58

Homicidio 0 12 2 8 5 0 7
0 63.16 10.53 42.11 26.32 0 36.84

Minas 0 2 3 0 1 2 4
antipersonales 0 10.53 15.79 0 5.26 10.53 21.05

Amenazas 0 8 4 1 7 3 2
0 42.11 21.05 5.26 36.84 15.79 10.53

Torturas 0 1 1 0 4 1 2
0 5.26 5.26 0 21.05 5.26 10.53

Violencia sexual 0 2 6 0 2 1 7
0 10.53 31.58 0 10.53 5.26 36.84

Desaparición 0 4 1 2 1 6 0
forzada 0 21.05 5.26 10.53 5.26 31.58 0

Reclutamiento 0 0 8 0 2 3 5
forzado 0 0 42.11 0 10.53 15.79 26.32
66

Pérdidas de 7 6 4 2 9 5 6
muebles o 36.84 31.58 21.05 10.53 47.37 26.32 31.58
inmuebles

Artefactos 4 3 3 0 7 2 5
explosivos 21.05 15.79 15.79 0 36.84 10.53 26.32

Se observó que la televisión fue el principal medio por el cual los adolescentes

recibieron información hechos victimizantes y que los que más se reportan por este medio

son: atentados terroristas, artefactos explosivos, secuestros, minas antipersonales y

reclutamiento forzado. Seguido de la familia y el colegio, quienes ocupan lugares secundarios

en la trasmisión de la información. Los resultados por fuente de información se observan en

la Tabla 4.

Tabla 4. Fuentes de información sobre los hechos victimizantes

TV Redes sociales Familia Conocidos Amigos Colegio


f f f f f f
% % % % % %
Desplazamiento 13 3 13 10 3 12
68.42 15.79 68.42 52.63 15.79 63.16
Secuestro 18 9 13 8 4 9
9474 47.37 68.42 42.11 21.05 47.37
Atentado terrorista 19 8 11 4 3 7
100 42.11 57.89 21.05 15.79 36.84
Homicidio 16 8 13 10 9 7
84.21 42.11 68.42 52.63 47.37 36.84
Minas antipersonales 18 6 13 6 5 5
94.74 31.58 68.42 31.58 26.32 26.32
Amenazas 13 6 11 5 9 8
68.42 31.58 57.89 26.32 47.37 42.11
Torturas 11 5 7 5 4 6
57.89 26.32 36.84 26.32 21.05 31.58
Violencia sexual 15 8 10 3 7 12
78.95 42.11 52.63 15.79 36.84 63.16
Desaparición forzada 17 6 10 5 4 10
89.47 31.58 52.63 26.32 21.05 52.63
Reclutamiento forzado 18 13 11 5 6 6
94.74 68.42 57.89 26.32 31.58 31.58
67

Pérdidas de muebles o 15 7 12 3 6 8
inmuebles 78.95 36.84 6316 15.79 31.58 42.11
Artefactos explosivos 19 7 12 5 5 5
100 36.84 63.16 26.32 26.32 26.32

Al comparar la exposición a violencia y la victimización entre hombres y mujeres, se

encontró que son las mujeres quienes presentan mayor exposición a violencia y

victimización, aunque las diferencias calculadas no hayan resultado significativas. Esto se

puede apreciar en la Tabla 5.

Tabla 5. Diferencias en exposición a hechos victimizantes y victimización, según sexo

Variables Sexo N Media D.T t P


Exposición Hombre 7 108.25 76.63 -0.42 0.67
Mujer 12 117.86 26.91
Victimización Hombre 7 5 7.07 -0.12 0.90
Mujer 12 5.33 3.99

Con relación a la exposición a hechos victimizantes y victimización según la edad, se

observó que los participantes de 16 a 17 años presentan mayor exposición a violencia y

victimización, en relación con los participantes del grupo de edad de 12 a 15. Sin embargo,

las diferencias no son significativas, tal como se observa en la Tabla 6.

Tabla 6. Exposición a hechos victimizantes y victimización, según edad

Variables Grupo de edad N M DE t p


Exposición 12-15 7 109.71 21.16 -0.50 0.61
16-17 12 119.41 8.17
Victimización 12-15 7 5 2.18 -0.18 0.85
16-17 12 5.41 1.14
68

A continuación, se presentan los resultados que dan cuenta de los riesgos y protectores

de la salud mental de los adolescentes participantes. Los resultados se presentan de manera

tal que pueda observarse qué riesgos y protectores presentan más los participantes en relación

con cada factor, para, posteriormente, presentar los niveles de riesgos y de protección para

cada factor.

Los resultados obtenidos en el factor biológico dieron cuenta de mayor presencia de

riesgo, como se puede observar en la Tabla 7.

Tabla 7. Factores biológicos

Biológico Riesgos Protectores


f 3 6
% 42.1 36.8

Para el factor psicológico, se encontró que los participantes presentan más protectores

que riesgos. Lo anterior se puede observar en la Tabla 8.

Tabla 8. Factor psicológico

Psicológico Riesgos Protectores


F 9 16
% 42.1 47.4

Los datos obtenidos en el factor sociofamiliar evidenciaron que, los participantes

presentaron 5 o más riegos y 17 o más protectores, sin embargo, el porcentaje de riesgo y

protector es igual para los dos. Lo anterior se puede ver en la Tabla 9.

Tabla 9. Factor sociofamiliar


69

Sociofamiliar Riesgos Protectores


f 5 17
% 47,4 47.4%

En el favor educativo y bilógico a diferencia de los demás factores fueron mayores los

riesgos que los protectores, como se puede apreciar en la Tabla 10.

Tabla 10. Factor escolar

Escolar Riesgos Protectores


f 13 18
% 47.4 36.8

Por último, se muestran los resultados encontrados en el factor socio comunitario,

Tabla 11, en el que los participantes en riesgos y protectores presentaron la misma frecuencia,

aunque el porcentaje de riesgos fue mayor.

Tabla 11. Factor social comunitario

Comunitario Riesgos Protectores


f 5 5
% 47.4 31.6

El análisis conjunto de riesgos y de protectores de cada factor permitió observar que el

riesgo es bajo en el factor biológico, psicológico; asimismo, posibilitó ver que los factores

protectores son bajos en los cinco factores, particularmente en el factor educativo y socio

comunitario, como se puede apreciar en la Tabla 12.

Tabla 12. Riesgos y protectores por factor


70

Factores Riesgos Protectores


f f
% %
Biológico
Bajo 11 12
57.89 63.16
Alto 8 7
42.11 36.84
Psicológico
Bajo 11 10
57.89 52.63
Alto 8 9
42.11 47.37
Sociofamiliar
Bajo 10 10
52.63 52.63
Alto 9 9
47.37 47.37
Educativo
Bajo 10 13
52.63 68.42
Alto 9 6
47.37 31.58
Sociocomunitario
Bajo 10 13
52.63 68.42
Alto 9 6
47.37 31.58

Teniendo en cuenta que un factor de riesgo es tener problema de salud mental, se

consideró necesaria la utilización de la Entrevista para síntomas psiquiátricos en niños y

adolescentes Chips, como un instrumento que permitió realizar un primer tamizaje de la

salud metal de los participantes y que, además, posibilitó dar cuenta si la salud mental de los

participantes se encontraba como factor de riego o de protección.

Los resultados obtenidos de la aplicación del instrumento dejaron ver que de los 19

trastornos evaluados en 11 se presentaron resultados de posibles trastornos. Los que

presentaron mayor frecuencia fueron fobias específicas, abuso de sustancia, trastorno

negativista desafiante, depresión y trastorno de ansiedad por separación. En la Tabla 13 se

muestran los datos obtenidos en orden ascendente.


71

Tabla 13. Índice de Chips por trastorno

Trastorno f %
Déficit de atención con 0 0
hiperactividad
Anorexia 0 0
Bulimia 0 0
Distímico 0 0
Manía 0 0
Hipomanía 0 0
Esquizofrenia 0 0
Psicosis 0 0
Disocial 1 5.263
Obsesivo compulsivo 1 5.263
Estrés agudo 1 5.263
Fobia social 2 10.526
De ansiedad generalizada 2 10.526
Estrés postraumático 2 10.526
De ansiedad por separación 3 15.789
Depresivo 4 21.053
Negativista desafiante 5 26.316
Abuso de sustancia 7 36.842
Fobia específica 8 42.105

A continuación, se presentan los resultados con los que se da cuenta el tipo de atención

a la que han tenido acceso los participantes. Los resultados hacen referencia a los

conocimientos que tienen sobre las instituciones que brindan atención en salud mental,

asistencia a consulta psicológica, motivaciones para asistir a consulta, principales medios por

los cuales los conocieron sobre los programas de atención psicológica y satisfacción que

tienen sobre la atención en términos de facilidad para conseguir la cita, el tiempo de espera y

la satisfacción con la atención recibida en consulta.

Se destaca que los participantes en su totalidad reconocieron que existen instituciones

que brindan atención en salud mental a la población adolescente; identificando en mayor

porcentaje al SIAPA y la organización MSF como las instituciones que más conocían. Por

otra parte, también se puede observar que el SIAPA fue la entidad a la que más asistieron
72

para obtener el servicio. Con respecto a la asistencia a consulta, cabe destacar que el 63.16%

asistió a consulta psicológica, como se muestra en la Tabla 14.

Tabla 14. Conocimiento sobre entidades de atención en salud mental


Sí No
% %
Conoce instituciones que brinden atención 100 0
Asiste a consulta psicológica 63.16 36.84
Instituciones que reconocen f %
SIAPA 18 94.74
MSF 15 78.95
PLAN 5 26.32
Divino Niño 4 21.05
Instituciones a las que asiste f %
SIAPA 7 36.84
Otros 2 10.53
MSF 1 56.26
Divino Niño 1 52.25

En relación con el principal medio por el cual los participantes conocieron los

programas de atención, se encontró que el principal medio por el cual conocen sobre los

programas fue la institución educativa (63.16%), seguido de la televisión (47.37%). Como

principal fuente de referencia a consulta por psicología se identificó que fueron los padres

quienes principalmente detectan la necesidad de atención (52.63%). Lo anterior se puede

corroborar en la Tabla 15.

Tabla 15. Principales medios por los que conoció los programas y las fuentes de referencia

Fuentes f %
Colegio 12 63,.16
Televisión 9 47.37
Otras 6 31.58
Familias 4 21.05
Redes sociales 4 21.05
Compañeros de clase 1 5.26
Como llega a consulta f %
73

Remisión medica 0 0
Remisión del colegio 8 42.11
Por Iniciativa de los padres 10 52.63
Por iniciativa propia 2 10.53
Recomendación de un amigo 0 0

Por último, se presentaron los datos obtenidos sobre la satisfacción con la atención

recibida, en la que se encontró que el 36.84% habían tenido dificultades para conseguir la

consulta; que el 47% consideraba que la atención no fue rápida y que el 42.11% refería

sentirse muy satisfecho con la atención, como se observa en la Tabla 16.

Tabla 16. Satisfacción con la atención

Sí No
Fue fácil conseguir la cita 5 7
26.32% 36.84%
La atención fue rápida 3 9
15.79% 47.37%
Muy Nada
Satisfecho satisfecho satisfecho
Satisfacción con la atención 6 8 2
31.58% 42.11% 10.53%

En esta investigación se consideró pertinente reconocer diferencias en las mediciones

realizadas, para determinar si había o no búsqueda de atención psicológica por parte de los

participantes y si esta tenía relación con la victimización y la exposición a violencia,

permitiendo tener mayores insumos para el análisis sobre el tipo de atención al que ha tenido

acceso los participantes.

Los resultados obtenidos en la victimización y en la asistencia a consulta mostraron que

no hay diferencias significativas entre la asistencia a consulta y a la victimización como se

muestra en la Tabla 17.

Tabla 17. Victimización y asistencia a consulta


74

Victimización No asiste a Asistencia a Total p


consulta consulta
Ninguno 2 4 6 0.622
Bajo 5 8 13 1.000
Total 7 12 19

Con relación a la exposición a violencia y la asistencia a consulta, tampoco se

encontraron diferencias significativas, como se observa en la Tabla 18.

Tabla 18. Exposición y asistencia a consulta

Nivel de No asiste a Asistencia a Total p


exposición consulta consulta
Media 0 0 0
Moderada 0 1 1 1.000
Severa 8 10 18
Total 8 12 19

A continuación, se presentan los datos correspondientes a la percepción de las

necesidades en salud mental que reportaron los profesionales en psicología que trabajan en

Tumaco. Estos resultados hacen referencia a conocimiento de los programas que brindan

atención en salud mental para adolescentes, a recursos humanos, a condiciones laborales y

físicas para la prestación del servicio de psicología, a fuentes de referencia de los

adolescentes que ingresan a consulta y a motivos de consulta.

Previo al inicio de la presentación de resultados sobre la percepción de los

profesionales de la salud mental, es pertinente hacer una breve descripción del perfil

ocupacional de los psicólogos participantes. El 70% (7) estaba contratado como psicólogo, el

10% (1) como supervisor de salud mental, el 10% (1) como coordinadora de convivencia y

salud mental y el 10 % (1) como asesora educativa. El 50% (5) trabajaban en instituciones

públicas y el 50% (5) en entidades privadas, distribuidos de la siguiente manera: 40% (4) se

encontraba vinculado a ONG, 30% (3) ESE Centro Hospital Divino Niño, 20% (2) al
75

Instituto Departamental de Salud de Nariño y 10% (1) a IPS. El tiempo de experiencia en la

atención a víctimas fue de mínimo 1 año y máximo 8.

Una vez caracterizado el perfil ocupacional de los participantes se presentan los

resultados sobre la percepción que tienen sobre la atención en recursos humanos y

condiciones físicas para la prestación del servicio de psicología.

En relación con el recurso humano se consideraron los siguientes aspectos:

competencias clínicas individuales, capacitaciones recibidas y condiciones laborales. Con

respecto a las competencias clínicas individuales, se encontró que el 80% de los participantes

consideraron que estas podrían fortalecerse, el 10% que eran suficientes para atender las

demandas del medio y el 10% que sus competencias eran insuficientes. Por otro lado, se

indagó sobre las capacitaciones recibidas en sus sitios de trabajo, a lo que el 60% que

requerían de capacitación, el 30% que eran suficientes y el 10% que eran insuficientes. Las

condiciones laborales fue otro aspecto a interrogar. El 60% reportó que las condiciones

laborales eran buenas y el 40% malas. El 70% se sentían satisfechos con el salario. Además

de lo anteriormente expuesto, los participantes coincidieron en un 100% en afirmar que el

recurso humano no era suficiente para suplir las necesidades de atención en salud mental y

que se debía hacer mayo inversión en el primer nivel de atención (60%) y en el segundo nivel

(40%).

Con relación a los recursos físicos para brindar la atención, se halló que el 70%

consideraron que los espacios no eran idóneos. Con respecto a la privacidad auditiva y visual,

las opiniones estaban divididas: 50% opinaban que no se garantiza y el otro 50% pensaba que

sí. El 6%, por otro lado, aseguraron que los espacios establecidos no brindaban las garantías

de fácil acceso para personas con motricidad reducida o en situación de discapacidad,

mientras que el 40% refirieron que sí.


76

Respecto a las fuentes de referencia o de ingreso a la atención por psicología de

adolescentes, se encontró que son las instituciones educativas quienes realizan la mayor

canalización de adolescentes hacia el servicio de psicología. Como principales motivos de

consulta se encontraron los problemas relacionados con la crianza, seguido de la categoría

otros en la que se encuentran ideación suicida (10%), depresión (10%), ansiedad (10%), TEP

(10%) y problemas relacionados con la pareja (10%). Por último, los participantes

identificaron en un 50% al SIAPA como institución que ofrece atención en salud mental. Los

datos anteriores se observan en la Tabla 19.

Tabla 19. Ingreso atención Psicológica

Instituciones educativas 40%


Médico general 20%
Fuentes de referencia Padres 20%
Promotoras de salud 20%
Mamá 70%
Papá 10%
Acompañamiento Ambos 10%
Solos 10%
Problemas con la crianza 30%
Bajo rendimiento académico 20%
Motivo de consulta Consumo de sustancia 20%
Otros 40%
SIAPA 50%
Centro de escucha 10%
ONG 10%
Instituciones que conoce PAPSIVI 10%
ESE CHDN 10%
No sabe 10%

Se encontraron las entidades con las que cuenta el municipio y los programas para la

atención en salud mental de los adolescentes. Esta se construyó a partir de la información

obtenida de la Secretaria de Salud Municipal y del cuestionario para psicólogos, lo cual

puede apreciarse en la Tabla 20.


77

Tabla 20. Entidades y programas de atención

Nombre de la entidad Programas Psicólogos Población diana


SIAPA Atención médica, psicología, odontológica y de Adolescentes y jóvenes de 10 a 29
enfermería años
Asesoría en salud sexual y reproductiva, toma de pruebas
voluntarias y atención a víctimas de violencia sexual
PAPSIVI Atención familiar en salud mental a personas que han 1 Víctimas de conflicto armado
sido reconocidas como víctimas del conflicto armado en
el cumplimiento de la sentencia 280 y el auto 119 de 2013
MSF Atención en salud mental a la población afectada por 7 Víctimas de conflicto armado
otras situaciones de violencia, conflicto armado, violencia
sexual e interrupción voluntaria de embarazo.
Divino niño Actividades de promoción y prevención de salud mental 6 Población en general
Heartland Alliance Programa MAS Colombia que busca promover servicios 2 Víctimas de conflicto armado y en
international de salud mental y atención psicosocial a víctimas de situación de emergencia
emergencia
Centro de escucha Estrategia implementada para la prevención de suicidios 1 Población adolescente
IPS los Ángeles Valoración por psicología 1 Población en general
UNIPA Valoración psicológica 2 Población en general de la
comunidad indígena AWA
ICBF, a través de dos Programas y proyectos sobre: 2 NNA
operadores: Prevención de embarazos de adolescentes y prevención
1. ONG la red de consumo de SPA ejecutados por operadores como la
2. Aldeas infantiles ONG LA RED
Familias con bienestar, con cinco módulos de trabajo
(análisis de contexto para evaluar factores de riesgo y
protectores, comunicación, salud sexual y reproductiva, NNA, padres y docentes
participación, derechos de los NNAJ) con niños, niñas,
adolescentes, jóvenes, padres y docentes ejecutados por
ALDEAS INFANTILES SOS
78

Discusión

La presente investigación tuvo como propósito identificar las necesidades de atención en

salud mental de adolescentes colombianos expuestos al conflicto armado, residentes de

Tumaco, Nariño. Para dar respuesta a este objetivo se establecieron unos objetivos

específicos dirigidos a: (a) identificar los hechos victimizantes a los que han sido expuestos

lo adolescentes en el marco del conflicto armado; (b) establecer los factores de riesgo y

protección de la salud mental; (c) determinar el tipo de atención en salud mental a la que ha

tenido acceso la población; y (d) identificar los programas de atención en salud mental

implementados por entidades gubernamentales y no gubernamentales en la población

expuesta al conflicto armado. El total de la muestra estuvo conformada por 19 adolescentes

de 12 a 17 años asistentes a Servicio de Salud Integral y Amigable para Adolescentes y

Jóvenes (SIAPA). De igual manera, se contó con 10 profesionales de psicología que trabajan

en Tumaco. Todos los participantes en la investigación firmaron el consentimiento y el

asentimiento informado según correspondía.

Con respecto a la exposición a violencia, los resultados mostraron que en un gran

porcentaje los participantes se ubican en un nivel bajo de victimización, seguido de los que

no reportaron haber sido victimizados de manera directa en ninguno de los hechos

victimizantes posibles; sin embargo, este nivel bajo de victimización no supone un panorama

tranquilizador, teniendo en cuenta que más del 50% reporta haber sido víctima directa de uno

a tres hechos victimizantes, dentro de los que se encuentran la pérdida de bienes muebles e

inmuebles, desplazamiento, artefactos explosivos y atentados terroristas, hechos considerados

como de gran impacto para la vida de las personas que los viven de manera directa y sus

familias, en la medida que supone grandes cambios e importantes impactos negativos en

todas o en la mayor parte de las áreas importantes de la vida, en especial en el ajuste

psicológico. Los resultados coinciden con las cifras encontradas en las diferentes fuentes
79

revisadas que ubican el desplazamiento como el hecho victimizante con mayor número de

víctimas resultado del conflicto armado y la población adolescente una de las más afectadas,

como se muestra en las investigaciones realizadas por CNMI (2015), Mels (2012) y RNI

(2018).

Los datos obtenidos sobre exposición a violencia indican que el homicidio es el

principal hecho victimizante que han vivido las familias de los participantes, seguido de

amenazas, desplazamiento y la pérdida de bienes muebles e inmueble. De lo anterior, se

puede concluir que el hecho que se presente por lo menos un caso de victimización ya

implica una señal de alarma, no solo por el hecho en sí y la posible magnitud del daño, sino

que, adicionalmente, porque, tales hechos están acompañados de otros adicionales,

magnificando la acumulación de riesgos para la salud mental de las poblaciones implicadas.

De igual manera es importante mencionar que el principal hecho victimizante que

afectó a los participantes fue la pérdida de bienes muebles e inmuebles, seguido del

desplazamiento forzado, artefactos explosivos y atentados terroristas. Estos datos coinciden

con lo informado por el CNMI (2018) y el RUV (2015), en los que se muestra el

desplazamiento como el principal hecho victimizante y se ratifica en la que el mayor número

de víctimas se encuentran afectados por estos hechos.

Adicionalmente, hay que resaltar que los resultados mostraron mayor victimización

entre las mujeres que en los hombres, aunque sin diferencias estadísticamente significativas.

Estos resultados deben ser mirados con mucha cautela, ya que la muestra participante no fue

homogénea en cuanto a la distribución por sexo, estando conformada en su mayoría por

mujeres; no obstante, frente a los hallazgos cabe arriesgar a la hipótesis de una alta

victimización en los hombres que, aunque sub-representados en la muestra, no difieren

significativamente de las mujeres en victimización. Lo anterior concuerda con lo informado

por Centro Nacional de Memoria Histórica, que reporta a los hombres las principales
80

víctimas del conflicto (RNI, 2015). Por otro lado, autores como Murthi y Lakshminarayana

(2006) refieren que son las mujeres las más vulnerables a presentar consecuencias

psicológicas como efecto de la guerra, y, de igual manera en la Encuesta Nacional de Salud

Mental 2015 se encontró que el hecho de ser mujer y haber vivido un evento vital estresante

se asocia con síntomas de depresión.

En relación con la edad, se encontró mayor victimización en el rango de mayor edad

(16 a 17 años), con lo que se puede afirmar que tener esta edad para esta muestra es un factor

de riesgo. Por lo demás, vale la reflexión de las edades tan tempranas a las que esta población

ha sido victimizada a causa del conflicto armado colombiano. Este hecho se corrobora en los

datos proporcionados en la Encuesta Nacional de Salud Mental, donde se encontró que en los

adolescentes de 12 a 17 se concentran el mayor número de enfermedades mentales en el país.

Por otro lado, en la exposición a violencia los resultados mostraron que casi el total de

la población participante (94.74%) se encuentra en un nivel severo de exposición a violencia

y porcentajes menores (5.26%) lo están a nivel moderado. Evidentemente todos los

participantes se encuentran expuestos a alguna de las distintas formas de violencia incluidas

en la investigación. De igual manera, los resultados coinciden con los de otras

investigaciones realizadas en contextos de violencia, como las de Cuevas (2006) y Hewitt et

al. (2013), en las que se reportaron niveles similares a los ya planteados. Sin embargo, genera

un alto grado de preocupación los hallazgos en esta investigación porque, por un lado, se

encuentran en un nivel severo de exposición y, por el otro, porque los participantes no son

considerados víctimas directas por leyes que abordan a las poblaciones víctimas del conflicto

armado con fines de reparación, sino que incluye víctimas directas de hechos violentos. Si

bien es cierto que para el Estado resulta imposible asumir y compensar monetariamente a

personas que han estado expuestas al conflicto, pero no han sido víctimas directas, no deja de

preocupar el hecho que la exposición indirecta, también generadora de efectos, no se aborde


81

desde ninguna instancia, y que la población afectada ni siquiera tenga información que le

permita reconocerlo, de manera que la calidad de vida y, en especial la salud mental,

continuarán afectadas y sin abordar.

Los hallazgos mencionados anteriormente encienden las alarmas para las entidades

sanitarias del municipio, teniendo en cuenta que en numerosas investigaciones se ha

encontrado la exposición a violencia como un facilitador para la aparición de efectos

emocionales, afectivos y conductuales además de un predictor para la aparición de ciertos

trastornos como el trastorno por estrés postraumático y aparición de síntomas depresivos

(Encuesta Nacional de Salud Mental, 2015; Mels, 2012 y Pareda, 2012). Estas cifras son

insumos que permiten evidenciar el riesgo potencial en el que se encuentra la salud mental de

los adolescentes por la exposición a conflicto armado, al que se le unen otras problemáticas

como las necesidades básicas insatisfechas y, políticas públicas que no garantizan la calidad

ni el acceso a los servicios de salud.

Ahora bien, en un contexto como el colombiano, donde después de 50 años de guerra la

violencia ha sido normalizada, los adultos subestiman los efectos de la violencia vivida por

los adolescentes y las repercusiones que esta tiene en ellos. Además de esto, se ha encontrado

que la exposición permanente a violencia ya sea de manera directa o indirecta, genera mayor

aceptación de esta por parte de los adolescentes, quienes tienden a incorporarla como

estrategia para afrontar los problemas y como forma de respuesta ante cualquier tipo de

amenaza o ataque, hecho que definitivamente interfiere en la construcción de una paz estable

y duradera y que contribuye con la perpetuación y aceptación social de la violencia.

Lo anterior implica, pues, una necesidad de urgente resolución, que debe ser abordada

desde los diferentes ámbitos en los que se presta la atención a la salud mental, desarrollando

programas o acciones de manera que no pierdan de vista la victimización secundaria,

asimismo, la perpetuación de la violencia entre los jóvenes, y con ello, generen acciones que
82

tiendan a fortalecer protectores minimizando el impacto de los riesgos, que al menos a corto

plazo no parecen posibles en la ciudad de Tumaco, que se ha convertido en uno de los focos

de asilo para los grupos disidentes del conflicto armado, recrudeciéndose las situaciones de

violencia.

Importante también considerar los hallazgos en cuanto a las fuentes de información a

través de las que los adolescentes participantes se ven expuestos a la violencia de manera

indirecta. Los resultados muestran que en primera instancia está la observación de hechos

violentos a través de la televisión, seguida de las redes sociales, continuando con información

sobre violencia procedente del núcleo familiar; después está la información dada por los

amigos y compañeros del colegio, por las instituciones educativas y, finalmente, el haber sido

víctima directa.

Lo encontrado evidencia que es a través de los medios de comunicación,

particularmente de la televisión, por la que los participantes acceden a información sobre

actos violentos, en mayor proporción sobres atentados terroristas, artefactos explosivos,

secuestro y reclutamiento forzado. Los hechos más visibilizados son aquellos que generan

mayor impacto en masa, a excepción del desplazamiento; por otro lado, se encuentran en baja

proporción aquellos hechos que se presentan de manera individual como la amenaza, la

violencia sexual y la tortura. Con respecto a las redes sociales, es la pérdida de bienes, el

secuestro y los artefactos explosivos los hechos sobre los que obtienen particularmente la

información. La televisión es un medio de comunicación que buscan generar el mayor

impacto posible para garantizar un índice de audiencia alto; por otro lado, se encuentran las

redes sociales, donde cualquier individuo con conexión a internet pude llegar a grandes masas

en todo el mundo en cuestión de segundos a través de la difusión de imágenes, videos y

noticias escritas de manera cruda, en vivo y sin tener fuentes de verificación. Los estudios

más recientes sobre exposición a violencia a través de los medios en niños y adolescentes,
83

han resaltado que tal exposición se asocia con mayores niveles de agresión y

comportamientos violentos (Bushman, 2015), menor empatía y compasión por los demás, una

percepción negativa del mundo como un lugar malo y peligroso en el que se encuentran en

estado de indefensión (Huesmann y Laramie, 2006), además de mayor vulnerabilidad a

presentar dificultades para resolver problemas y controlar sus emociones, esta última por la

exposición a violencia a través de videojuegos (Hummer, 2015), por lo anterior y

encontrándonos en la búsqueda de una paz estable y duradera se hacen necesarios realizar

mayores estudios sobre la problemática de modo que se logre sensibilizar a los medios con

insumos concretos, procedentes de investigaciones en contexto, de manera que haya un

manejo de información sobre hechos de violencia que cuide al consumidor, en este caso al

adolescente, de los posibles efectos de la exposición indirecta.

La información sobre los actos violentos trasmitida por la familia hace referencia a

desplazamiento, secuestro, homicidio, minas antipersonales, desaparición forzada, pérdida

muebles e inmuebles y artefactos explosivo, posiblemente porque son algunos hechos

victimizantes a los que los participantes han sido expuestos de manera directa, por lo que

valdría la pena pensar en cómo fortalecer en las familias estrategias de comunicación frente a

hechos de violencia en las que dicha comunicación tenga un efecto “sanador” o minimizador

de posibles efectos secundarios, en la que la expresión de sentimientos y temores compartidos

y la reiteración del apoyo familiar haga efecto “buffering” frente al impacto de los hechos

violentos que se están asumiendo.

Por otro lado, no deja de preocupar que la institución educativa en la que estudian los

adolescentes participantes ocupe el penúltimo lugar entre las fuentes de información. La idea

no es atemorizar a los estudiantes, sino, por el contrario, ser un espacio seguro en el que se

puedan ventilar hechos que de seguro ellos conocen, pero que no tienen personas adultas que

les ayuden al analizar, comprender y, desde ellos, generar posturas en las que los consideren
84

en su severidad y los sensibilicen para la no aceptación o repetición de tales hechos. Solo así

la escuela protegerá de impactos negativos de estos hechos y, a su vez, será, de manera real,

un espacio para la construcción de paz.

Los estudios generalmente se han centrado en establecer una relación estadística entre

la exposición a eventos potencialmente traumáticos y lo posibles trastornos derivados de esta,

por lo que un elemento adicional como aporte de esta investigación es que esta no solo se

limita a la población considerada como víctimas directas, que es como se ha venido

investigando, sino que contempla une espectro más amplio, haciendo evidente que las

afectaciones de la salud mental trascienden a las personas que aunque no son consideradas

como víctimas directas o sus familiares más cercanos como se establece en Ley 1448 de

2011, viven contextos de violencia permanente y son altamente expuestos a ellas. Como se

mencionó, la idea o la sugerencia no es que se asuman como víctimas según lo estipulado en

la Ley de Víctimas a todos los colombianos. Se hace desde aquí un llamado a no ignorar que

además de las víctimas directas, las demás personas expuestas de manera indirecta también

presentan efectos sobre la salud mental y su calidad de vida, aspecto que como se señaló no

ha sido abordado y que además convoca a realizar más investigaciones que den cuenta hasta

dónde se han producido efectos de tal exposición, particularmente en la población infantil y

adolescente.

Frente a la contundencia de resultados de la exposición a violencia en los adolescentes

participantes, y pretendiendo ampliar la visión de la salud mental, teniendo claridad sobre

riesgos y protectores, el análisis de los resultados paradójicamente mostró que informan sobre

más protectores que riesgos, aunque, según los resultados mismos, se pudo determinar que la

puntuación fue baja, implicando esto que, en su mayor parte, los participantes tienen bajo

nivel de protección, con lo cual, y tal como se plantearon Murthi y Arayana (2006) y Mels
85

(2012), a mayor cantidad de riesgos es mayor la probabilidad de resultados no deseados en la

salud mental.

En el caso de la población participante, los protectores de mayor frecuencia de

aparición factor psicológico, factor biológico y factor sociofamiliar, mientras que los que

menos aparecieron fueron el factor sociocomunitario y el factor educativo. Lo anterior

muestra que la mayor parte de protectores informados por los participantes estuvieron a nivel

sociofamiliar, biológico y psicológico. Asimismo, es de resaltar que los riesgos más

reportados fueron factor educativo y factor sociocomunitario y los menos reportados fueron

el factor sociofamiliar y factor psicológico, lo que permite concluir que los riesgos más

frecuentes pertenecían al nivel sociocomunitario y educativo.

Lo anterior hace evidente la necesidad de fortalecer los factores protectores de la salud

mental que de acuerdo con numerosas investigaciones desempeñan un papel muy importante

en el ajuste psicosocial de la exposición a eventos traumáticos relacionados con el conflicto

armado (Haroz et al., 2013 y Hewitt et al., 2013). Por otro lado, no es extraño encontrar que

uno de los riesgos más frecuentes sea el factor socio comunitario ya que el conflicto armado

busca rompe el tejido social, además en muchas ocasiones el perpetuador hace parte de la

comunidad lo que incrementa de manera negativa el deterioro de este, la reconstrucción de

este es el primer paso para buscar el perdón y la reconciliación como garantías de una paz

duradera y no repetición (Cortes, López Pérez y Pineda, 2016).

Los resultados encontrados son insumos que proporcionan una visión más amplia a la

hora de plantear estrategias de intervención en las que se contemplen los factores de riesgo y

protectores específicos para esta población. De igual manera se especifican los factores que

deben ser fortalecidos y, a la vez, qué debe ser evitado o, en su defecto, minimizar sus efectos

a fin de proteger la salud mental de los adolescentes participantes. Estos insumos debieran ser

incorporados a las acciones de salud mental que con esta población se realizan.
86

Manteniendo en mente esta investigación, el espectro de la salud mental, desde el

bienestar hasta el problema y el trastorno, se utilizó el instrumento Chip, exclusivamente con

fines de tamizaje, pretendiendo que sus resultados aportaran más insumos a la detección de

riesgos y protectores presentes en la población estudiada. Según los resultados es posible

señalar que se presentan entre los participantes algunos problemas de salud mental,

contemplados en el instrumento.

En general, cabe resaltar que, si bien no se pretende hacer diagnóstico a partir de los

resultados obtenidos mediante un solo instrumento, puesto que un proceso evaluativo con

fines diagnósticos requiere de la corroboración de hipótesis con más de una fuente, los datos

proporcionados por el instrumento utilizado al menos permiten generar hipótesis y pensar en

presencia sintomatológica que no debe ser desechada. Dichos datos mostraron, en general,

presencia de problemas clínicos en los participantes, puesto que de 19 patologías o al menos

síntomas relacionados con patologías posibles hubo puntuaciones significativas para 11

cuadros.

Con respecto a las patologías, se observó que fobia específica fue el cuadro en el que

los participantes sacaron puntuaciones más altas, seguido del abuso de sustancias, trastorno

negativista desafiante, trastorno depresivo y ansiedad por separación, estrés postraumático,

trastorno de ansiedad generalizada, fobia social, estrés agudo, trastorno obsesivo compulsivo

y trastorno disocial. A su vez, es importante considerar con respecto a los hallazgos, que las

patologías que no se presentaron entre los participantes fueron hipomanía, esquizofrenia,

psicosis, trastorno disocial y trastorno obsesivo compulsivo.

Los resultados, igualmente, pueden ser comparados, con la cautela necesaria, con lo

que reportan las investigaciones de Hewitt et al. (2013), Pareda (2012) y la Encuesta

Nacional de Salud Mental (2015), que informan que entre las personas expuestas a conflictos

bélicos era muy frecuente encontrar consumo y abuso de sustancias como el cigarrillo, el
87

alcohol y las drogas ilícitas como posible estrategia para afrontar los efectos inmediatos del

conflicto, teniendo adicionalmente en cuenta que según la OMS (2005) los trastornos

mentales y los trastorno ligados al consumo de sustancia son la causa del 23% de años de

vida perdida por discapacidad. En otras investigaciones se ha encontrado que ansiedad,

depresión y trastornos por estrés postraumático son muy comunes en población adolescente

debido a la exposición a conflicto armado (Hewitt et al., 2013). En ninguno de los estudios

revisados aparece la fobia específica como consecuencia de la exposición a conflicto armado,

por lo que cabría indagar a profundidad sobre este resultado en particular.

Los hallazgos no solo aportan datos concretos que dejan ver comportamientos

sintomáticos presentados por los adolescentes, sino que, además, ratifican que la salud mental

de los participantes no está en condiciones óptimas y que, incluso, estos hallazgos pueden ser

considerados como un factor de riesgo más o que posiblemente den cuenta del bajo nivel de

protección ya señalado. De igual manera, son insumos para el abordaje de salud mental que

se realiza en la ciudad, que no deben ser pasados por alto, de manera que se consoliden como

trastornos clínicos.

Ahora bien, frente a los niveles de exposición a violencia observados y el panorama en

riesgos y protectores para la salud mental analizados resulta de gran pertinencia preguntarse,

como se hizo esta investigación, con qué se cuenta para la atención en salud mental, en

principio, desde el punto de vista de los participantes, para lo cual se diseñó y utilizó el

“Cuestionario sobre precepción de la atención en salud mental”, cuyos resultados mostraron

que los participantes en su totalidad reconocen la existencia de programas que brindan

atención en salud mental. Sin embargo, esto no garantiza su asistencia a dichos programas de

atención psicológica. Como resultado de esto se encontró además un alto porcentaje de

población expuesta y victimizada que no asiste a consulta, lo que no concuerda con la política

pública de salud mental en la que se establece que los NNA son prioridad en la atención
88

como sujetos de atención integral y diferencial. Lo anterior se puede deber según la OMS

((2005) a que los adolescentes rara vez acuden por iniciativa propia a los servicios de

psicología o médicos y, a su vez, a que los problemas de consulta no son fáciles de

identificar, y, en la mayoría de los casos son los padres maestros y otros cuidadores quienes

deben perciben la necesidad. Por ello cabría pensarse en entrenar a padres y profesores como

agentes de salud mental de modo que puedan identificar factores de riesgo, apostándole al

abordaje de la salud mental desde lo comunitario, sobre todo en las zonas más apartadas

donde son escasos los profesionales de salud.

Otra razón podría ser que no hay una clara y suficiente difusión entre la población,

sobre el objetivo de dichos servicios y el tipo de atención que se brinda; y que hace falta

mayor sensibilización sobre los servicios existentes, sobre la pertinencia de la atención

psicológica y sobre el efecto preventivo de atención psicológica en la población expuesta al

conflicto armado ante la aparición temprana de cualquier signo o señal de cambio persistente

en sus comportamientos, ideas o emociones, en especial como producto de haber sido

víctima, tener personas cercanas victimizadas o tener información sobre hechos victimizantes

ocurridos. Frente a lo anterior y teniendo en cuenta las características de los adolescentes es

importante generar demanda inducida a las acciones de promoción y prevención a través de

mecanismos que atraigan esta población permitiendo una detención temprana y una

intervención adecuada.

Con respecto a las principales fuentes de información por medio de los cuales los

adolescentes conocen sobre los programas que ofrecen atención en salud mental se encontró

que las instituciones educativas juegan un papel importante, seguido de la televisión y en

cuarto lugar a través de la familia. La escuela o el colegio es el lugar donde un adolescente

escolarizado pasa la mayor parte del tiempo, por lo que los datos suponen un panorama

alentador. No obstante, encontrar que la familia se encuentra en el cuarto lugar lleva a


89

generar unas posibles explicaciones que valdrían la pena abordar en posteriores

investigaciones. Las posibles explicaciones están orientadas hacia la posibilidad de que las

familias no conozcan sobre los programas y que no identifiquen síntomas que amerite hablar

sobre el tema. Frente a esto, valdría la pena realizar un proceso de sensibilización con las

familias sobre salud mental de niños y adolescentes.

Un dato interesante aportado por el instrumento es que más de la mitad de los

participantes (63%) asisten al servicio psicológico. Al menos se sabe que entre ellos un

número importante recibe dicha atención. Además, el instrumento informa que obtienen de la

escuela la mayor parte de información sobre dichos servicios, lo cual la convierte en un foco

interesante a través del cual se puede ampliar información sobre la atención psicológica

posible y, asimismo, ayudar a romper los mitos y los estigmas sobre ella para que se amplíe

el número de adolescentes que se beneficien de ella y de los programas con los que cuentan

las diferentes entidades como la asesoría salud sexual y reproductiva y toma de pruebas

voluntarias ofrecidos por él SIAPA, prevención de consumo de sustancias ofrecido por la

ONG la Red o las actividades de promoción y prevención de la salud menta que ofrece La

ESE Centro Hospital Divino Niño entre otras. Como estrategia que apunte a la promoción de

la salud mental y la prevención de la enfermedad mental, valdría la pena capacitar al personal

educativo en aspectos como la identificación de factores de riesgo, la Ruta de Atención en

Salud Mental y sobre las instituciones y programas de salud mental con los que cuenta el

municipio.

También los resultados mostraron que son los padres la principal fuente de referencia a

los servicios psicológicos, seguidos por la escuela. De nuevo, pues, se reitera la importancia

de informar a ambas instancias sobre a qué atender en términos de sintomatología y a la

necesidad de estar atentos a no dejar que los “problemas” se agudicen y cronifiquen.


90

Los datos mostraron que entre los participantes que asisten a los servicios psicológicos

menos de la mitad están insatisfechos, lo que valdría la pena profundizar, mediante otras

investigaciones, para poder saber qué causa tanto satisfacción como insatisfacción entre los

usuarios y, de esta manera, tomar los correctivos necesarios.

Con respecto a las posibles barreras de acceso al servicio de psicología, se encontró que

para la mayoría de los participantes (36.84%) no fue fácil conseguir la cita; por otro lado, la

mayoría considera que la atención no fue rápida y aunque la mayoría dice haberse sentido

satisfecho con la atención, los anteriores elementos podrían convertirse en un obstáculo para

que estos continúen un proceso terapéutico en caso de requerirlo.

Tener en cuenta la percepción que los usuarios tienen sobre un servicio es de vital

importancia para brindar una atención de calidad a quienes la requieren y más aún cuando esa

población está conformada por adolescentes, en aras de logran la continuidad de los procesos

terapéuticos.

Aunque no se encuentra en los objetivos de la investigación, se consideró necesario

establecer si había o no relación entre victimización, exposición a violencia y asistencia a

consulta psicológica, como resultado se obtuvo que las personas ubicadas en nivel bajo de

victimización asisten más a consulta que las personas que no han reportado haber sido

víctima de ninguno de los hechos victimizantes posibles; sin embargo, las diferencias

encontradas no son significativas; lo mismo sucede con la exposición a violencia, donde los

que se encuentran en niveles severos de victimización asisten más a consulta, pese a que estas

diferencias tampoco resultaron ser significativas.

De igual manera, se pretendió ampliar el panorama de la atención en salud mental para

los adolescentes expuestos al conflicto armado de Tumaco y no solo se contó con sus propias

percepciones al respecto, sino que se recurrió a información proporcionada por personal


91

psicológico que proporciona dicha atención. Cabe comentar que esta información, no menos

importante, presenta un panorama preocupante.

Como se puede apreciar en los resultados y, según lo referido por ellos, no hay

suficientes profesionales para dar respuesta a la demanda de atención psicológica, dejando

además en evidencia un alto porcentaje de profesionales que percibe falta de capacitación

para poder prestar una atención de salud de calidad. Esto podría llevar a pensar que esta es

una necesidad primordial.

Como se ha mostrado en los resultados anteriormente discutidos, hay una clara

necesidad de atención entre los participantes que hace pensar que podría ser similar entre los

adolescentes no participantes en este estudio. No obstante, el análisis de la exposición a

violencia de victimización, de riesgos y protectores, del Chip, y de los cuestionarios sobre

percepción de necesidad y percepción de la atención, deja en evidencia que se requiere una

atención de calidad, con personal idóneo, lo que se logra con cualificación clínica. La

información de esta investigación puede ser tomada por ellos como insumo concreto, sea para

solicitar capacitación como para incluir estos resultados en la atención que brindan.

Por otro lado, los profesionales reportan que también se carece de condiciones para

proporcionar atención de calidad, puesto que un alto porcentaje informa que los espacios en

los que se brinda la atención no tienen las condiciones de privacidad visual y auditiva

requeridas.

En aras de brindar una atención de calidad para los adolescentes tendría que pensarse

en el recurso humano que brinda la atención en salud mental. Requiere, por tanto, recibir una

capacitación situada al contexto, por lo que la presente investigación sirve de insumo para las

organizaciones que tienen profesionales de salud mental a su cargo para potenciar la eficacia

en la atención para los usuarios. Por otro lado, los reportes sobre el espacio físico para brindar
92

la atención en alto porcentaje, los participantes consideran que estos no cumplen con los

criterios de privacidad auditiva o visual

Haciendo un análisis conjunto de los resultados obtenidos y desde la experiencia misma

de haber recolectado la información, teniendo contacto directo con los participantes se puede

concluir que sí hay una afectación importante en la salud mental que no está exclusivamente

relacionada con ser directamente victimizado, puesto que se observaron condiciones o

síntomas que hacen pensar en efectos que trascienden dicha victimización y que

corresponden a ser testigos o tener información sobre hechos violentos ocurridos en al marco

del conflicto armado, lo cual valdría la pena investigarse posteriormente con mayor

exhaustividad.

Se concluye además que la atención en salud mental debe ir más allá de la atención a

las personas consideradas como víctimas directas según los marcos jurídicos vigentes y debe

abarcar, también, a las personas que han tenido una exposición indirecta y no menos

frecuente, como el ser testigo de la detonación de artefactos explosivos, atentados terroristas,

muertes violentas, entre otras, que, sin duda, como se ha mostrado en múltiples

investigaciones, afectan la salud mental de las personas.

Si bien la presente investigación no pretendió establecer relaciones de causalidad entre

las variables abordadas, por lo que no se puede afirmar que los resultados de la salud mental

de los participantes sean directamente producidos por su exposición a hechos violentos del

conflicto armado, tampoco se puede descartar que estos hechos incidan de alguna manera en

dichos resultados, al menos agravando condiciones prexistentes o aumentando el nivel de

vulnerabilidad entre los participantes. Lo que sí se puede afirmar, es que los resultados

muestran con claridad que se requiere atención psicológica y no solo desde el abordaje

terapéutico, sino también desde una mirada de la prevención. Ser expuesto a tales hechos de

violencia amerita que al menos los adolescentes cuenten con espacios en los que puedan
93

hablar de ello, entender, elaborar, compartir las emociones y temores que esto les provoca, de

manera tal que puedan minimizar la probabilidad de desarrollar patologías posteriores frente

a tal exposición.

Pensar en la prevención para la población adolescente de Tumaco expuesta al conflicto

armado conlleva, a su vez, a pensar en escenarios de mayor cobertura para abarcar segmentos

poblacionales más amplios. Aquí, entonces, emerge la escuela como contexto privilegiado y

que en la investigación se observó, es quien principalmente les informa de la atención

psicológica, pero no así en el que obtienen información sobre los hechos victimizantes

ocurridos, lo que implica que si se cuenta con personal capacitado en manejo preventivo, sea

este un profesional de psicología o, en su defecto, personal de la escuela debidamente

capacitado, este sería el contexto ideal para hacer prevención y, a la vez, la promoción de la

asistencia psicológica como recurso básico a ser usado por los estudiantes para preservar su

salud mental en las condiciones adversas del municipio.

De igual manera, se debe enfatizar en la necesidad de cualificación del recurso humano

que presta la atención psicológica, no solo para atender las consultas que lleguen, sino

además para promover la salud mental y hacer detección temprana y abordaje eficaz. Insumos

como los aportados por esta investigación y otros con los que se cuenta de los resultados de la

atención psicosocial a víctimas del conflicto armado en el país deben ser incluidos en las

acciones y programas que para estas poblaciones se lleven a cabo.

Así mismo, se piensa que dadas las condiciones de pasado reciente y las que

actualmente se viven en el municipio de Tumaco, foco de acciones violentas cotidianas de

diversos grupos insurgentes, se deben realizar investigaciones que evalúen el impacto de este

clima de violencia en la población, con el fin de generar políticas públicas aterrizadas al

contexto que generen un impacto real y evaluable en la salud mental de la población.


94

La experiencia de realizar la presente investigación permite pensar en aportes y

limitaciones que deben ser tenidos en cuenta, en especial si se piensan desarrollar

investigaciones similares o acciones apoyadas en estos resultados. Se resaltan, pues, aportes

teóricos, metodológicos y prácticos. Entre los aportes teóricos está la consideración de que el

conflicto armado no solo deja víctimas directas, sino también personas que de manera

indirecta han sido expuestas a hechos victimizantes, lo que puede igualmente afectar su

bienestar y salud mental. Ampliar este espectro lleva a plantearse revisiones teóricas

importantes sobre la victimización secundarias que poco han sido estudiadas en el marco del

conflicto armado colombiano.

En cuanto a los aportes metodológicos, cabe mencionar que la mayoría de las

herramientas que se usaron para la recolección de la información fueron de construcción de la

investigadora, con el propósito de tener herramientas para hacer un análisis de las

necesidades satisfechas e insatisfechas en salud mental acordes a la definición de salud

mental que no solo contempla la ausencia de enfermedad, sino un estado de bienestar. Por

ello, se decidió situarse en la perspectiva de riesgos y protectores de la salud mental de la

OMS y desarrollar el inventario sobre ellos que aquí se utilizó para facilitará conocer qué

riesgos deben ser prevenidos o minimizados en su impacto y qué protectores deben

fortalecerse, al menos entre los participantes incluidos. De igual manera, se adaptó el

instrumento de “Exposición a Violencia” (Cuevas, 2006) a los hechos victimizantes del

conflicto armado, considerados dentro de la Ley de Víctimas y que se convierte en un insumo

que permite visibilizar con claridad victimización y exposición indirecta para poder tener en

cuenta en los abordajes que se hagan.

La investigación no solo brinda aportes a nivel teórico y metodológico; los datos y los

análisis realizados a partir de ellos se convierten en insumos que podrían ser usados por las

instancias gubernamentales y no gubernamentales que tienen a su cargo la atención en salud


95

mental en la población incluida en el presente estudio. Convertir los resultados y el análisis

de estos en insumos significa que podrían estar atentos o indagar a profundidad los trastornos

incluidos en el instrumento Chips, para verificar la presencia o la ausencia de esa

sintomatología y poder brindar una atención eficaz con protocolos correctamente validados

en caso de verificarse la patología. En caso contrario, si los síntomas no fueran suficientes

para que los adolescentes sean diagnosticados con el trastorno se debe tener en cuenta los

factores protectores para fortalecerlos e intentar disminuir los riegos que impidan que los

síntomas presentados se conviertan en un cuadro psicopatológico. Frente a lo cual el presente

estudio no solo brinda aportes a la promoción, sino a la prevención frente a la presencia de

unos posibles indicadores de trastornos psicológicos.

También es importante destacar las limitaciones para la realización del presente

estudio. El tiempo y las condiciones políticas y de seguridad no permitieron realizar los

grupos focales con los adolescentes y los profesionales de salud mental, que tenían como fin

tener un diseño mixto que pudieran dar mayores elementos para hacer un análisis incluso más

exhaustivo de todo aquello que aparece reportado, procedente de los instrumentos de tipo

cuantitativo.

Aparte de esto cabe mencionar las dificultades presentadas para acceder a la población

objeto de la investigación. Cabe mencionar asuntos de lo político que también afectaron su

desarrollo, puesto que durante el proceso de investigación el municipio de Tumaco tuvo tres

alcaldes diferentes en un mismo periodo, llevando a cambios de gerencia en tres ocasiones

en la ESE Centro Hospital Divino Niño, entidad a la cual hace parte el programa SIAPA, lo

que implicó la presentación de la investigación en dos ocasiones diferentes, con el mismo

propósito dar a conocer la investigación al comité científico y contar con su aval para

posteriormente acceder a la población diana. Por otro lado, los problemas de seguridad se

agudizaron durante el primer semestre del presente año, hecho que llevó a que se cancelaran
96

en dos ocasiones los encuentros con los adolescentes, como medida de protección, teniendo

en cuenta que la sede del programa se encuentra ubicada en la comuna 5, considerada como

una de las más afectadas por el conflicto armado.

Adicional a esto, el programa SIAPA, que en algún momento tuvo reconocimiento de

parte de la Presidencia de la República dada su eficacia en la reducción de embarazos en

adolescentes, pasó de tener una gran afluencia de adolescentes a los servicios, con los que se

proyectó inicialmente esta investigación, a un número muy reducido, entre otras, debido a

que no se cuenta con los profesionales para brindar la atención, por lo que el programa tiende

a desaparecer. Así que la población con la que inicialmente se planeó hacer la investigación,

se vio ampliamente reducida, lo que obligó incluso a tener que buscarlos casi de manera

individualizada.

Además de las limitaciones dentro del proceso mencionadas, es importante destacar

que, dado el reducido número de participantes, los hallazgos reportados no pueden ser

generalizados a otras poblaciones en circunstancia similares. Sin embargo, sí pueden ser

adoptado como insumos que valdría la pena verificar en otras investigaciones. También es

importante mencionar que los instrumentos usados deben ser validados para otras

poblaciones, así sea mediante validación por jueces o por estudios piloto para que sean

realmente sensibles a las condiciones de las poblaciones a investigar.

A pesar de dichas limitaciones, se puede afirmar que aporta insumos que permiten ver

condiciones de salud mental de adolescentes de Tumaco expuestos al conflicto armado,

quienes requieren de atención psicológica que les permita restaurar y fortalecer su salud

mental, fortaleciendo protectores que permitan la construcción de mecanismos resilientes

frente a las difíciles situaciones de violencia y abandono del Estado que están viviendo.
97

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105

Anexos
106

Anexo 1
Declaración para el asentimiento informado

Proyecto: Caracterización de necesidades en salud mental de adolescentes expuestos al


conflicto armado en Tumaco - Nariño.

Karen Alexandra Barón Guerrero, estudiante de la Pontificia Universidad Javeriana Cali, está
realizando una investigación con el acompañamiento de María Clara Cuevas, Ph. D.,
profesora titular e investigadora de dicha universidad, para optar por el título de Magíster en
Psicología de la Salud, que busca caracterizar las necesidades en salud mental de
adolescentes expuestos al conflicto armado en Tumaco-Nariño.
Por esta razón, lo estamos invitando a participar de la investigación, al igual que a otros
profesionales de salud mental. Si decide participar en la investigación es de manera
voluntaria. En caso de querer retirarse de ella, puede hacerlo sin ninguna repercusión. La
participación consiste en una entrevista semiestructurada. El diligenciamiento de la encuesta
sociodemográfica, la lista de chequeo de factores protectores y de riesgo para la salud mental,
el cuestionario de exposición al conflicto armado, grupo focal y, por último, el cuestionario
para síndromes psiquiátricos en niños y adolescentes.
Se estima un número de cuatro sesiones de máximo una hora con el fin de evitar el
agotamiento de los participantes. Estas sesiones se llevarán a cabo en la sede del SIAPA de
las Palmas. Durante las sesiones podrá hacer las preguntas que considere necesarias.
Una vez finalizada la investigación, la investigadora se compromete a socializar de
manera grupal con los participantes, los resultados encontrados y proporcionará sus
recomendaciones respecto a los hallazgos. Se puede contar con la seguridad de que la
información suministrada no será relacionada con el nombre del participante ni con el de
ningún miembro de su familia, porque los cuestionarios no llevan el nombre, sino un número
de identificación. Además, la información obtenida es confidencial y se mantendrá en
secreto. En caso de publicaciones de los resultados de la investigación, no se hará relación
con datos personales, manteniendo, igualmente, la confidencialidad sobre ellos.
En caso de que las preguntas realizadas provoquen alguna reacción emocional en los
participantes, la investigadora tiene la formación profesional para realizar la intervención
inicial que ayude a volver al estado emocional inicial y, en caso de ser conveniente, de remitir
al programa de psicología de la E.S.E Centro Hospital Divino Niño. Además de esto, se
107

explicará y entregará la ruta de atención a víctimas del municipio, a los participantes de la


investigación y a los padres.
En caso de tener una pregunta sobre el estudio o requerir formación adicional sobre el
mismo, comunicarse con la investigadora Karen Alexandra Barón Guerrero al siguiente
número: 3012508232.
Si de manera voluntaria acepta participar de la investigación, por favor, ponga su
nombre, número de documento y firma a continuación. Usted recibirá una copia de este
documento, el cual consta de dos páginas.

Yo _________________________________________________________________ como
menor de edad doy mi asentimiento para participar en el presente estudio.

Firma__________________________________T.I._____________________________
Nombre de quien toma el consentimiento:
Karen Alexandra Barón Guerrero C.C.1004638558. Firma: _______________________

Testigo 1
Nombre: __________________________________ C.C. ________________________
Firma. ________________________ Teléfono. ________________________________

Testigo 2
Nombre: ___________________________________________ C.C. _______________
Firma. __________________________ Teléfono. ______________________________

Firmado en Tumaco, el día_________ del mes de _________________ del 20_________


108

Anexo 2
Declaración para el consentimiento informado

Proyecto: caracterización de necesidades en salud mental de adolescentes expuestos al


conflicto armado en Tumaco - Nariño

Karen Alexandra Barón Guerrero, estudiante de la Pontificia Universidad Javeriana Cali, está
realizando una investigación con el acompañamiento de María Clara Cuevas, PhD., profesora
titular e investigadora de dicha universidad, para optar por el título de Magíster en Psicología
de la Salud, que busca caracterizar las necesidades en salud mental de adolescentes expuestos
al conflicto armado en Tumaco-Nariño.
Por esta razón, estamos invitando a los adolescentes que asisten al Servicio de Salud
Integral y amigable SIAPA a hacer parte de la investigación. Antes de decidir la participación
de su hijo, se dará la información necesaria sobre la investigación, para que ustedes como
responsables legales y el adolescente decidan y consientan o no dicha participación.
Si decide que su hijo participa en la investigación es de manera voluntaria y, en caso de
querer retirarse de ella, puede hacerlo sin ninguna repercusión. La participación consiste en le
diligenciamiento de la encuesta sociodemográfica, la lista de chequeo de factores protectores
y de riesgo para la salud mental, el cuestionario de exposición al conflicto armado, el grupo
focal y la entrevista para síndromes psiquiátricos en niños y adolescentes.
Se estima un número de cuatro sesiones de máximo una hora, con el fin de evitar el
agotamiento de los participantes. Estas sesiones se llevarán a cabo en la sede del SIAPA,
barrio Iberia. Durante las sesiones podrá hacer preguntas que considere necesarias.
Una vez finalizada la investigación, la investigadora se compromete a socializar de
manera grupal con los participantes los resultados encontrados y a proporcionar sus
recomendaciones respecto a los hallazgos. Se puede contar con la seguridad de que la
información suministrada no será relacionada con el nombre del participante ni con el de
ningún miembro de su familia, porque los cuestionarios no llevan el nombre, sino un número
de identificación. Además, la información obtenida es confidencial y se mantendrá en
secreto. En caso de publicaciones de los resultados de la investigación, no se hará relación
con datos personales, manteniendo, igualmente, la confidencialidad sobre ellos.
En caso de que las preguntas realizadas provoquen alguna reacción emocional en los
participantes, la investigadora tiene la formación profesional para realizar la intervención
inicial que ayude a volver al estado emocional inicial y, en caso de ser conveniente, de remitir
109

al programa de psicología de la E.S.E Centro Hospital Divino Niño. Además, se socializará la


ruta de atención a víctimas del municipio y se entregará impresa.
En caso de tener una pregunta sobre el estudio o requerir formación adicional sobre el
mismo, comunicarse con la investigadora Karen Alexandra Barón Guerrero al siguiente
número: 3012508232.
Si de manera voluntaria acepta participar de la investigación, por favor, ponga su
nombre, número de documento y firma a continuación. Usted recibirá una copia de este
documento, el cual consta de dos páginas.

Yo, ___________________________________________________________________,
como representante legal de ____________________________________________, autorizo
su participación en el presente estudio.

Firma ____________________________________________ C.C.__________________

Testigo 1
Nombre: __________________________________ C.C. ________________________
Firma: ________________________ Teléfono: ________________________________

Testigo 2
Nombre: ___________________________________________ C.C. _______________
Firma: ________________________ Teléfono: ________________________________
110

Anexo 3
Encuesta sociodemográfica

Ítem Pertinencia Claridad Comentario

Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

1 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

2 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

3 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 2 Agregar unión
libre.

4 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Considerar
universitaria.
Se presentan
casos de
jóvenes que
ingresan a los
17.

5 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Cuántas
personas hacen
parte de la
familia.

6 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Preguntar si
actualmente
estudia y si
tienen hijos.
111

7 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 2

8 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

9 Sí Sí Sí Sí 1 2 1 1 Sugiero
complementar
esta pregunta
con una que
explore el tipo
de trabajo que
realizan. Podría
ser un factor
que influye en
la salud
mental.

10 Sí Sí Sí Sí Sí Sí 2 1 Cambiar viven
juntos por
unión libre y
poner otros.
Preguntar si
tiene pareja o
no.

11 Sí Sí Sí Sí 1 1 2 1 Agregar
bachillerato
completo,
bachillerato
incompleto e
ingreso
económico-
dinero o
112

salario.

12 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

13 Sí Sí Sí Sí 1 1 2 2 Usar términos Servicio de


más alumbrado
comprensibles. público o
electricidad.

14 Sí Sí Sí Sí 1 1 2 2 Con relación a
servicios, me
parece muy
importante
identificar el
tipo de
afiliación a los
servicios de
salud. Régimen
subsidiado o
contributivo.
Agregar
preguntas.
113

Anexo 4
Encuesta sociodemográfica para adolescentes, formato final

A continuación, aparecen unas preguntas que permiten conocer sobre las características de tu
familia y tus condiciones de vida. Por favor lee atentamente y responde con toda sinceridad a
las mismas. En algunas preguntas debes escoger entre las respuestas que se dan marcando
con una X en el cuadrito que corresponde a tus características o condiciones y en otras
deberás escribir la respuesta. Recuerda que tus respuestas son confidenciales y que ¡no hay
respuestas consideradas como buenas o malas!

Si alguna pregunta no te queda clara o necesitas más claridad para responder, por favor,
consulta con la persona que te está aplicando estos cuestionarios.

Sección de preguntas
1. Edad: __________
2. Sexo:
⃞ Femenino
⃞ Masculino

3. Estado civil:
⃞ Casado ⃞ Viudo ⃞ En unión libre
⃞ Soltero ⃞ Separado

4. Grado de escolaridad:
⃞ Primaria ⃞ Bachillerato ⃞ Universitario

5. Cuántas personas hacen parte de la familia: _______

6. Actualmente estudia:
⃞ Sí ⃞ No

7. Tiene hijos:
⃞ Sí ⃞ No
¿Cuántos? ____

8. Teléfono: ______________________

9. Trabajas actualmente
⃞ Sí ⃞ No
¿Qué tipo de trabajo realiza? __________________________________

10. Días en los que trabajas:


⃞ Diario
114

⃞ Fin de semana
⃞ Periodo de vacaciones
⃞ De una a dos veces a la semana
⃞ De tres a cuatro veces a la semana

11. Tus padres están:


⃞ Casados
⃞ En unión libre
⃞ Divorciados/separados
⃞ Viudos

12. Estudios realizados por tus padres. Por favor marca con una x:
Padre Madre

Primaria completa

Primaria incompleta

Bachillerato incompleto

Bachillerato incompleto

Técnico completo

Técnico incompleto

Universitario incompleto

Universitario completo

Ninguno

13. ¿Conoces cuál es el ingreso familiar?


⃞ Sí ⃞ No

14. Si lo conoces, este corresponde más o menos a: ________

15. ¿Cuántas personas de tu familia reciben ingresos por trabajar?


⃞ 1 ⃞ 4
⃞ 2 ⃞ 5
⃞ 3 ⃞ 6 o más

16. Marca con una X todos los servicios con los que cuentas en tu casa:
⃞ Agua potable
⃞ Alcantarillado
115

⃞ Teléfono
⃞ Gas
⃞ Televisión por cables
⃞ Alumbrado público o electricidad

17. Está afiliado a salud en:


⃞ Régimen subsidiado (Emssanar, Comfamiliar, Asmetsalud o Mallamas)
⃞ Régimen contributivo (Medimas o Nueva EPS)
⃞ Régimen especial (Proinsalud)
⃞ Militar
⃞ Ninguno

¡Gracias por colaborar con esta investigación!


116

Anexo 5
Matriz de consolidación de las recomendaciones de los jueces para el cuestionario de los factores de riesgo y protección
determinantes de la salud mental

Factores de Pertinencia Claridad Comentario


riesgo y
protector

Factor Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Jurado Juez Jurado
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

1 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 2

2 Sí Sí Sí Sí 1 1 2 1 Podría buscar un Es muy técnico Teniendo en cuenta


sinónimo para el hablar de TCE, los participantes
término preguntar por debe ser más claro a
craneoencefálic golpes en la que hace referencia
o más cabeza. “enfermedad
comprensible mental”.
para los
participantes.

3 Sí Sí Sí Sí 1 1 2 1 Cambiar el Considero que es


orden por la dos muy amplio el
en la tres. Y concepto de
preguntar si complicación. Se
tiene podría preguntar o
conocimiento de hacer lista de
complicaciones problemas
117

durante el específicos
embarazo. (problemas para
Cambiar y respirar,
poner: conoces infecciones).
si durante tu
nacimiento.

4 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 2 Antes de preguntar
si fue hospitalizado,
indagar si ha sufrido
de alguna
enfermedad o
problema con su
salud.

5 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

6 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 2

Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Preguntar no solo
por
hospitalizaciones,
sino por alguna
enfermedad
presentada, pues en
ocasiones los
padres no
consultan al
hospital.
Preguntar por
vacunas o
asistencia al
118

programa de
control y desarrollo
de enfermedades
de transmisión
sexual - VIH en los
padres o, incluso,
en el mismo
adolescente.

Psicológicos de Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1
riesgo

7 Sí Sí Sí Sí 1 2 2 2 ¿No me queda Creo que se debe


claro el ítem de revisar la estructura
“procuro y opciones de
aclararlos”, no respuesta. Son
sería lo mismo que muchas alternativas
resolverlos? y no queda claro si
al responder sí o no
es por todas las
opciones o si se da
como opción
seleccionar las más
representativas.

8 Sí Sí Sí Sí 1 1 2 1 Podría Que es “de manera


reemplazarse adecuada” … para
terceros por algunos podría ser
otros. adecuado “pegarle
al otro con el que
se tuvo el
problema”.
119

9 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Parece estar Poner otros.


incompleta.

10 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

11 Sí Sí Sí Sí 1 1 2 2 Incompleta. No es clara. Incompleta.

12 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Creo que hay


problemas de
redacción. No es
clara.

13 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 2 ¿Porque solo Redacción.


respecto al
trabajo? ¿Y si
no trabajan?

14 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

15 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

16 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

17 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

18 Sí Sí Sí Sí 1 2 1 1 Redacción Preguntar sobre


ambigua. problemas
académicos.

Socio familiares
de riesgo

19 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Poner opción
120

sí/no.

20 Sí Sí Sí Sí 1 2 1 1 Poner maltrato Incluir un ítem que


físico y hable de maltrato
psicológico. verbal por parte de
los padres.

21 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

22 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

23 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

24 Sí Sí Sí Sí 1 2 1 2 Cambiar la No queda claro si es


palabra amable; con el entrevistado:
puede tener “los miembros de tu
significados familia tienen un
diferentes. trato amable
contigo” o “los
miembros de tu
familia se relacionan
entre sí,
amablemente”.

25 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

26 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 2 Compartes con tus


padres actividades
agradables y
divertidas.

27 Sí Sí Sí Sí 1 1 1

28 Sí No Sí Sí 1 2 1 1
121

29 Sí Sí Sí 1 1 1 1 Incluir un ítem.
¿Participas en
celebraciones o
eventos familiares?

30 Sí Sí Sí Sí 1 1 1

31 No Sí Sí Sí 1 2 2 2 Aclarar el término Revisar el uso del


“justamente”. término
“justamente”.

Escolares de Dentro del


riesgo marco
conceptual que
establecen, no vi
preguntas que
reflejé. Por
ejemplo: los
logros
alcanzados
(reconocimiento
s escolares),
relaciones con
profesores, si
alguna vez ha
dejado de
estudiar y por
qué razón.

32 Sí Sí Sí Sí 1 2 1 2 Muy general. Te siente...

33 Sí Sí Sí Sí 1 1 1
122

34 Sí Sí Sí Sí 1 2 1 1 Muy general.

35 Sí Sí Sí Sí 1 2 1 1

36 Sí Sí Sí Sí 1 1 1

37 Sí Sí Sí Sí 1 2 1 2 Muy ambigua. Revisar el uso de la


palabra “divertido”.
Podría ser
simplemente:
¿te gusta tu colegio?

38 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

39 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 ¿Pero en todos
los años o en el
que está
cursando?

40 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

41 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

42 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

43 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

44 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 2 Te gusta ir a tu
escuela.

45 Sí Sí Sí Sí 1 2 1 2 ¿A qué tiempo
se refiere la
pregunta… hoy?
¿Este mes, este
123

año?

46 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Suena repetida.

47 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

48 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

49 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

50 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

51 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

52 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Agregaría:
académico, de
apoyo.

Hay preguntas
similares, que no sé
si es por
psicometría que
toca hacerlas. Si es
así, están bien, sino
sería dejar solo las
que están
redactadas en
positivo que son
más claras:
40 y 46
35 y 45
40 y 46

Sociales
124

comunitarios de
riesgo

53 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

54 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

55 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Reformular.

56 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 Quitar.

57 Sí No No Sí 1 2 1 2 Solo sería Revisar redacción.


pertinente si se Podría ser confuso
pregunta él “medio ambiente”.
porqué.

58 Sí Sí No Sí 1 1 2 1 Igual a la 55.

59 Sí Sí Sí Sí 1 2 1 1 Reformular.

60 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

61 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 2 Separar las
preguntas y revisar
redacción.

62 Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1

63 Sí Sí Sí Sí 1 2 2 1 Canchas de qué.
Mejorar
redacción.

63 Sí Sí Sí Sí 1 2 2 2 ¿Hay facilidad en tu
barrio para practicar
125

actividades
deportivas?

64 Sí Sí Sí Sí 1 2 2 2

65 Sí Sí Sí Sí 1 2 2 2 ¿En tu barrio hay


canchas o lugares
para hacer deporte?
126

Anexo 6
Cuestionario sobre determinantes de la salud mental, formato final

A continuación, encontrarás una serie de preguntas que buscan explorar los factores de riesgo
y factores protectores de la salud mental de población adolescente en cinco ámbitos:
biológico, psicológico, sociofamiliar, escolar y comunitario. Por favor responder de manera
sincera. Recuerda que tus respuestas son confidenciales y que no hay buenas o malas.

Si alguna pregunta no te queda clara o necesitas más claridad para responder, por favor,
consulta con la persona que te está aplicando estos cuestionarios.

Factores biológicos de riego

Sí No

1. ¿En tu familia alguien tiene alguna enfermedad mental?

2. ¿Sabe si durante tu nacimiento hubo alguna complicación? Como, por ejemplo:


⃞ Problema para respirar
⃞ Infecciones
⃞ Otras, ¿cuál? ____________________________________

Sí No

3. ¿Durante la infancia sufrió algún golpe en la cabeza por el


que estuvo que ir a urgencias?

4. ¿Sufres de alguna enfermedad o problema con tu salud?

5. ¿Durante la niñez fuiste hospitalizado?


¿Por qué?
____________________________________________

6. ¿Tomas medicamentos para alguna enfermedad?

7. ¿Has sido hospitalizado en el último año?


Factores psicológicos de riesgo y protección
8. Cuando tengo problemas en mi vida yo:
⃞ A. Trato de resolverlos
⃞ B. Lloro
⃞ C. Ni siquiera hablo de ellos
127

⃞ D. Actuó como si nada hubiera pasado


⃞ E. Me aturdo
⃞ F. Lo analizo para solucionarlo
⃞ G. Me siento triste
⃞ H. Me mantengo ocupado para no pensar en ellas
⃞ I. Me angustio
⃞ J. Me preocupo
⃞ K. Trato de entender el problema
⃞ L. Recuerdo a experiencias previas para darle solución
⃞ M. No le doy importancia

Sí No

9. ¿Considero que en el pasado he resuelto mis problemas de


manera razonable?

10. ¿Cuándo tengo problemas busco ayuda de otros?

11. ¿Le agrado a la mayoría de las personas que conozco?

12. ¿Considero que soy una persona tímida?

13. ¿Me preocupa la opinión que los otros puedan tener sobre lo
que hago?

14. ¿Me preocupa que me critiquen?

15. ¿Creo que no soy capaz de lograr la mayoría de las cosas


que me propongo?

16. ¿Hay muchas cosas que puedo hacer bien?

17. ¿Considero que se me hace fácil establecer una


conversación con personas que conozco por primera vez?

18. ¿Me siento muy nervioso cuando tengo que hablar con otras
personas?
Factores sociofamiliares de riesgo y protección
Sí No

19. ¿Se ha muerto algún ser querido durante el último año?

20. ¿Has recibido golpes por parte de tus padres?


¿Has recibido maltrato verbal por parte de alguno de tus
padres?

21. ¿Qué normas establecidas tienen en su casa? Mencione tres:


________________________________________________
128

________________________________________________
________________________________________________

Por favor marca con una x según sea el caso. Sí No

22. ¿Las discusiones en su familia son frecuentes? E incluyen:


⃞ A. Gritos
⃞ B. Agresión física
⃞ C. Malas palabras

23. ¿Te gustaría vivir con una familia diferente?

24. ¿Los miembros de tu familia se relacionan entre sí de


manera afectuosa?

25. Te sientes satisfecho con tus relaciones familiares.

26. ¿Compartes con tus padres actividades agradables y


divertidas?

27. ¿Te gusta pasar tiempo con tus padres o con uno en
particular, cuál? _________________________

28. ¿Tu familia es mejor que la mayoría?

29. ¿Participas en celebraciones o eventos familiares?

30. ¿Los miembros de tu familia se la llevan bien juntos?

31. ¿Te sientes bien con el trato que te dan las personas con las
que vives?

Factores escolares de riesgo escolares y protección

32. ¿Has tenido algún reconocimiento académico? Como:


⃞ A. Estar en el primer lugar del salón
⃞ B. Izar bandera ____

33. Algún reconocimiento deportivo como:


⃞ A. Quedar de finalista en un campeonato
⃞ B. Finalista como cantante
⃞ C. Finalista como bailarín
Sí No

34. ¿Te sientes mal en la escuela?

35. ¿Tus compañeros de clase son amables contigo?

36. ¿Tus amigos en la escuela son más divertidos que los del
129

barrio?

37. ¿Te gusta tu colegio?

38. ¿Algún compañero te molesta en el colegio?

39. ¿Has tenido que recupera materias durante este año escolar?
¿Cuántas materias has tenido que recuperar?
______________________________________________

40. ¿Te gustaría tener más amigos?

41 ¿Actualmente estas participando de las actividades escolares?

42. ¿Te gustaría tener compañeros diferentes?

43. ¿Tus compañeros te apoyarían si lo necesitas?

44. ¿Te gusta ir a tu colegio?

45 ¿Has perdido algún año escolar?


¿Cuántos? ____________________________________
¿Cuáles? _____________________________________

46. ¿En qué materia te va bien? _________________________

47. ¿En qué materia te va mal? __________________________

48. ¿Crees que tu rendimiento académico se debe a que estás en un


grupo de estudio?

49. ¿Crees que si pertenecieras a un grupo de estudio tendrías


mejores notas?

50. Perteneces algún grupo:


⃞ A. Deportivo
⃞ B. De estudio
⃞ D. Musical
⃞ E. De teatro
⃞ F. De apoyo académico
Factores sociales-comunitarios de riesgo y de protección
Sí No

51. ¿Te gusta vivir en tu barrio?

52. ¿Desearías vivir en otro barrio?

53 ¿Te agradan tus vecinos?

54 ¿Consideras que en Tumaco hay personas malas?


130

55 ¿Desearías que hubiera gente diferente tu barrio?

56. ¿Participas de las actividades que se realizan dentro de su


barrio?

57. ¿Tu barrio cuenta con un parque?

58 ¿Tu barrio tiene polideportivos?


131

Anexo 7
Matriz de consolidación de las recomendaciones de los jueces, cuestionario de exposición a conflicto armado

Pregunta Pertinencia Claridad Comentario

Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

Pregunta 1. Desplazamiento por Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1


violencia

Pregunta 2. Secuestro en el marco Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Repetida. Repetida


del conflicto armado en la seis.

Pregunta 3. Atentado terrorista Sí Sí Sí Sí 2 1 1 1 La tres


dentro del marco del conflicto no es
armado. clara.

Pregunta 4. Homicidios en el marco Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1


del conflicto armado.

Pregunta 5. Minas antipersona en el Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1


marco del conflicto armado.

Pregunta 6. Secuestro en el marco Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Repetida. Repetida


del conflicto armado. en la dos.

Pregunta 7. Tortura en el marco del Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Agregar


conflicto armado. la letra
“c”.
132

Pregunta 8. Violencia sexual en el Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1


marco del conflicto armado.

Pregunta 9. Desaparición forzada en Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1


el marco del conflicto a1rmado.

Pregunta 10. Vinculación de niños, Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1


niñas y adolescentes a los grupos al
margen de la ley.

Pregunta 11. Pérdida de bienes Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1


muebles e inmuebles en el marco
del conflicto armado.

Pregunta 12. Afectación por Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1 Cuáles


artefactos explosivos en el marco son los
del conflicto armado. artefactos
explosivo
s y cuáles
son los
grupos
armado.

Pregunta 13. Municiones sin Sí Sí Sí Sí 1 1 1 1


explotar en el marco del conflicto
armado.
133

Anexo 8
Cuestionario de exposición a conflicto armado, formato final

Cuestionario de exposición a conflicto armado

A continuación, encontrarás una serie de preguntas sobre lo que conoces y a lo que has sido
expuesto en el marco de “conflicto armado colombiano”. Es importante que respondas con
sinceridad todas las preguntas. Recuerda que tus respuestas son confidenciales y ninguna es
consideradas como buenas o mala. Si alguna pregunta no te queda clara, te genera tristeza o
rabias, por favor, consulta con la persona que te está aplicando este cuestionario en cualquier
momento.

Pregunta 1. Desplazamiento forzado en el marco del conflicto armado.

1. ¿Has escuchado hablar sobre personas desplazadas?


⃞ Sí No

Si contestaste NO, sigue a la pregunta #3.


Si contestaste SÍ, contesta las siguientes preguntas.

2. ¿Cómo conociste sobre personas desplazadas? Marca una o varias de las siguientes respuestas
con una X:

⃞ A. Lo vi en noticias de televisión ⃞ E. Me lo contaron mis amigos

⃞ B. Lo leí en redes sociales ⃞ F. Me lo explicaron en el colegio

⃞ G. Conozco personas desplazadas por


⃞ C. Lo escuché de mi familia
la violencia

⃞ D. Lo escuché de otras personas ⃞ H. Fui desplazada o desplazado por la


conocidas violencia

3. ¿Conoces a alguien que haya sido desplazado?


⃞ Sí No

Si contestaste SÍ, indique a quién, marcando una o varias de las siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Familia ⃞ D. Amigos

⃞ B. Conocidos ⃞ E. Vecinos

⃞ C. Compañeros de colegio ⃞ F. Otras personas

Pregunta 2. Secuestro en el marco del conflicto armado

1. ¿Has escuchado hablar sobre el secuestro?


⃞ Sí No

Si contestaste NO, sigue a la pregunta #3.


134

Si contestaste SÍ, contesta las siguientes preguntas.

2. ¿Cómo conociste sobre el secuestro? Marca una o varias de las siguientes respuestas con
una X:

⃞ A. Lo vi en noticias de televisión ⃞ E. Me lo contaron mis amigos

⃞ B. Lo leí en redes sociales ⃞ F. Me lo explicaron en el colegio

⃞ G. Conozco personas que fueron


⃞ C. Lo escuché de mi familia
secuestradas.

⃞ D. Lo escuché de otras personas


⃞ H. Fui secuestrado
conocidas

3. ¿Conoces a alguien que haya sido


secuestrado?
⃞ Sí No

4. Si contestaste SÍ, indique a quién, marcando una o varias de las siguientes respuestas con
una X:

⃞ A. Familia ⃞ E. Amigos

⃞ B. Conocidos ⃞ F. Vecinos

⃞ C. Compañeros de colegio ⃞ G. Otras personas

Pregunta 3. Atentado terrorista dentro del marco del conflicto armado

1. ¿Has escuchado hablar sobre atentado terrorista?


⃞ Sí No

Si contestaste NO, sigue a la pregunta #3.


Si contestaste SÍ, contesta las siguientes preguntas.

2. ¿Cómo conociste sobre atentados terroristas? Marca una o varias de las siguientes
respuestas con una X:

⃞ A. Lo vi en noticias de televisión ⃞ E. Me lo contaron mis amigos

⃞ B. Lo leí en redes sociales ⃞ F. Me lo explicaron en el colegio

⃞ G. Conozco personas víctimas de atentados


⃞ C. Lo escuché de mi familia
terroristas

⃞ D. Lo escuché de otras personas


⃞ H. Fui víctima de atentado terrorista
conocidas
135

3. ¿Conoces a alguien que haya sufrido


atentado terrorista?
⃞ Sí No

4. Si contestaste SÍ, indique a quién, marcando una o varias de las siguientes respuestas con
una X:

⃞ A. Familia ⃞ E. Amigos

⃞ B. Conocidos ⃞ F. Vecinos

⃞ C. Compañeros de colegio ⃞ G. Otras personas

Pregunta 4. Homicidios en el marco del conflicto armado

1. ¿Has escuchado hablar sobre personas asesinadas por el conflicto armado?


⃞ Sí No

Si contestaste NO, sigue a la pregunta #3.


Si contestaste SÍ, contesta las siguientes preguntas.

2. ¿Cómo conociste sobre la persona asesinada dentro del conflicto armado? Marca una o
varias de las siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Lo vi en noticias de televisión ⃞ E. Me lo contaron mis amigos

⃞ B. Lo leí en redes sociales ⃞ F. Me lo explicaron en el colegio

⃞ G. Conocí personas asesinadas por el


⃞ C. Lo escuché de mi familia
conflicto armado

⃞ D. Lo escuché de otras personas


conocidas

3. ¿Conoces a alguien que haya sido asesinada en el marco del conflicto armado?
⃞ Sí No

Si conociste personas asesinadas dentro del conflicto armado, indique a quién, marcando una o
varias de las siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Familia ⃞ D. Amigos

⃞ B. Conocidos ⃞ E. Vecinos

⃞ C. Compañeros de colegio ⃞ F. Otras personas


136

Pregunta 5. Amenaza en el marco del conflicto armado

1. ¿Has escuchado hablar sobre personas que hayan sido amenazadas?


⃞ Sí No

Si contestaste NO, sigue a la pregunta #3.


Si contestaste SÍ, contesta las siguientes preguntas.

2. ¿Cómo conociste sobre las personas amenazadas? Marca una o varias de las siguientes
respuestas con una X:

⃞ A. Lo vi en noticias de televisión ⃞ E. Me lo contaron mis amigos

⃞ B. Lo leí en redes sociales ⃞ F. Me lo explicaron en el colegio

⃞ G. Conozco personas que fueron


⃞ C. Lo escuché de mi familia.
amenazadas

⃞ D. Lo escuché de otras personas ⃞ H. Yo fui víctima de amenaza en el marco


conocidas del conflicto armado

3. ¿Conoces a alguien que haya sido amenazada?


⃞ Sí No

Si conociste personas víctimas de amenaza indique a quién, marcando una o varias de las
siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Familia. ⃞ E. Amigos

⃞ B. conocidos. ⃞ F. Vecinos

⃞ C. Compañeros de colegio. ⃞ G. Otras personas

Pregunta 5. Minas antipersonales en el marco del conflicto armado


1. ¿Has escuchado hablar sobre personas que hayan sido víctimas de minas?
⃞ Sí No

Si contestaste NO, sigue a la pregunta #3.


Si contestaste SI, contesta las siguientes preguntas.
2. ¿Cómo conociste sobre las personas víctimas de minas antipersonales? Marca una o varias de
las siguientes respuestas con una X:
⃞ A. Lo vi en noticias de
⃞ E. Me lo contaron mis amigos
televisión
⃞ B. Lo leí en redes sociales ⃞ F. Me lo explicaron en el colegio
⃞ C. Lo escuché de mi familia. ⃞ G. Conozco personas que fueron víctimas de
137

minas
⃞ D. Lo escuché de otras
⃞ H. Yo fui víctima de minas antipersonales
personas conocidas

3. ¿Conoces a alguien que haya sido víctima de minas?


⃞ Sí No
Si conociste personas víctimas de amenaza indique a quién, marcando una o varias de las
siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Familia ⃞ E. Amigos
⃞ B. Conocidos ⃞ F. Vecinos
⃞ C. Compañeros de colegio ⃞ G. Otras personas

Pregunta 7. Tortura en el marco del conflicto armado

1. ¿Has escuchado hablar sobre las personas torturadas en el marco del conflicto armado?
⃞ Sí No

Si contestaste NO, sigue a la pregunta #3.


Si contestaste SÍ, contesta las siguientes preguntas.

2. ¿Cómo conociste sobre personas torturadas dentro del conflicto armado? Marca una o varias
de las siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Lo vi en noticias de televisión ⃞ E. Me lo contaron mis amigos

⃞ B. Lo leí en redes sociales ⃞ F. Me lo explicaron en el colegio

⃞ H. Yo fui torturado dentro del conflicto


⃞ C. Lo escuché de mi familia. armado

D. Lo escuche de otras personas conocidas

3. ¿Conoces a alguien que haya sido torturada?


⃞ Sí No

Si conoces personas que hayan sido torturadas indique a quién, marcando una o varias de las
siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Familia. ⃞ E. Amigos

⃞ B. Conocidos ⃞ F. Vecinos

⃞ C. Compañeros de colegio ⃞ G. Otras personas

⃞ D. Yo fui torturado dentro del conflicto armado


138

Pregunta 8. Violencia sexual en el marco del conflicto armado

1. ¿Has escuchado hablar sobre violencia sexual en el marco del conflicto?


⃞ SI NO

Si contestaste NO, sigue a la pregunta #3.


Si contestaste SÍ, contesta las siguientes preguntas.

2. ¿Cómo conociste sobre la violencia sexual dentro del conflicto armado? Marca una o varias
de las siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Lo vi en noticias de televisión ⃞ E. Me lo contaron mis amigos

⃞ B. Lo leí en redes sociales ⃞ F. Me lo explicaron en el colegio

⃞ C. Lo escuché de mi familia ⃞ H. Yo fui víctima de violencia sexual


dentro del conflicto armado

⃞ D. Lo escuché de otras personas conocidas

3. ¿Conoces a alguien que haya sido víctima de violencia sexual en el marco del conflicto
armado?
⃞ Sí No

Si conoces personas víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado indique a
quién, marcando una o varias de las siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Familia. ⃞ E. Amigos

⃞ B. Conocidos ⃞ F. Vecinos

⃞ C. Compañeros de colegio ⃞ G. Otras personas

Pregunta 9. Desaparición forzada en el marco del conflicto armado

1. ¿Has escuchado hablar sobre desaparición forzada dentro del conflicto armado?
⃞ Sí No

Si contestaste NO, sigue a la pregunta #3.


Si contestaste SÍ, contesta las siguientes preguntas.

2. ¿Cómo conociste sobre la desaparición forzada en el marco del conflicto armado? Marca una
o varias de las siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Lo vi en noticias de televisión ⃞ E. Me lo contaron mis amigos

⃞ B. Lo leí en redes sociales ⃞ F. Me lo explicaron en el colegio

⃞ C. Lo escuché de mi familia. ⃞ G. Conozco personas víctimas de


139

desaparición forzada dentro del conflicto


armado

⃞ D. Lo escuché de otras personas


conocidas

3. ¿Conoces a alguien que haya sido desaparecido?


⃞ Sí No

Si conoces personas víctimas de desaparición forzada en el marco del conflicto armado indica a
quién, marcando una o varias de las siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Familia. ⃞ E. Amigos

⃞ B. Conocidos ⃞ F. Vecinos

⃞ C. Compañeros de colegio ⃞ G. Otras personas

Pregunta 10. Vinculación de niños niñas y adolescentes a los grupos al margen de la ley

1. ¿Has escuchado hablar sobre la vinculación de niños, niñas y adolescentes a los grupos
armado?
⃞ Sí No

Si contestaste NO, sigue a la pregunta #3.


Si contestaste SÍ, contesta las siguientes preguntas.

2. ¿Cómo conociste sobre la vinculación de niñas niños y adolescentes a grupos armados al


margen de la ley? Marca una o varias de las siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Lo vi en noticias de televisión ⃞ E. Me lo contaron mis amigos

⃞ B. Lo leí en redes sociales ⃞ F. Me lo explicaron en el colegio

⃞ C. Lo escuché de mi familia

⃞ D. Lo escuché de otras personas conocidas

3. ¿Conoces niños niñas o adolescentes vinculados a grupos armados?


⃞ Sí No

Si conoces adolescentes vinculados a grupos armados, indique a quién, marcando una o varias
de las siguientes respuestas con una X

⃞ A. Familia. ⃞ D. Amigos

⃞ B. Conocidos ⃞ E. Vecinos

⃞ C. Compañeros de colegio ⃞ F. Otras personas


140

Pregunta 11. Pérdida de bienes muebles e inmuebles en el marco del conflicto armado

1. ¿Has escuchado hablar sobre la pérdida de muebles e inmuebles por el conflicto armado?
⃞ Sí No

Si contestaste NO, sigue a la pregunta #3.


Si contestaste SÍ, contesta las siguientes preguntas.

2. ¿Cómo conociste sobre la pérdida de bienes, muebles (carro, ropa, animales) e inmuebles
(casa, finca otros) en el marco del conflicto armado? Marca una o varias de las siguientes
respuestas con una X:

⃞ A. Lo vi en noticias de televisión ⃞ E. Me lo contaron mis amigos

⃞ B. Lo leí en redes sociales ⃞ F. Me lo explicaron en el colegio

⃞ C. Lo escuché de mi familia ⃞ G. Yo fui víctima de la pérdida de bienes


muebles e inmuebles en el marco del
conflicto armado

⃞ D. Lo escuché de otras personas conocidas

3. ¿Conoces que hayan perdido sus bienes, muebles e inmuebles a causa del conflicto armado?
⃞ Sí No

Si conoces personas que hayan perdido bienes muebles e inmuebles, en el marco del conflicto
armado, indique a quién, marcando una o varias de las siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Familia. ⃞ E. Amigos

⃞ B. Conocidos ⃞ F. Vecinos

⃞ C. Compañeros de colegio ⃞ G. Otras personas

Pregunta 12. Afectación por artefactos explosivos en el marco del conflicto armado

1. ¿Has escuchado hablar sobre artefactos explosivos en el marco del conflicto armado?
(bombas, granadas, cilindro bomba, otros)
⃞ Sí No

Si contestaste NO, sigue a la pregunta #3.


Si contestaste SÍ, contesta las siguientes preguntas.

2. ¿Cómo conociste artefactos explosivos en el marco del conflicto armado? Marca una o varias
de las siguientes respuestas con una X:

⃞ Lo vi en noticias de televisión ⃞ E. Me lo contaron mis amigos

⃞ B. Lo leí en redes sociales ⃞ F. Me lo explicaron en el colegio


141

⃞ G. Yo fui víctima de artefactos


⃞ C. Lo escuché de mi familia explosivos en el marco del conflicto
armado

⃞ D. Lo escuché de otras personas conocidas

3. ¿Conoces personas que hayan sido víctimas de artefactos explosivos en el marco del conflicto
armado?
⃞ Sí No

Si conoces personas que hayan sido víctimas de artefactos explosivos en el marco del conflicto
armado, indique a quién, marcando una o varias de las siguientes respuestas con una X:

⃞ A. Familia ⃞ D. Amigos

⃞ B. Conocidos ⃞ E. Vecinos

⃞ C. Compañeros de colegio ⃞ F. Otras personas


142

Anexo 9
Matriz de consolidación de las recomendaciones de los jueces. Cuestionario sobre percepción de necesidades en salud mental

Pertinencia Claridad Comentario

Ítem Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez
1 2 3 1 2 3 1 2 3

1 Sí Sí Sí 1 1 2 Si es para efectos de la
investigación poner que este
ítem es del investigador.

2 Sí Sí Sí 1 1 2 Se podría indicar qué entidad.


Si es gubernamental o no
gubernamental, para no
dejarlo tan abierto. O dejar
para que la persona marque si
es ONG, EPS, IPS.

3 Sí Sí Sí 1 1 1

4 Sí Sí Sí 1 1 1

5 Sí Sí Sí 1 1 1

Caracterización de los programas de salud mental implementados por entidades gubernamentales y no gubernamentales en Tumaco.

6 Sí Sí Sí 1 1 1

7 Sí Sí Sí 1 1 2 Está conformada por.

8 Sí Sí Sí 1 1 2 No creo que sea necesaria


143

esta última indicación, o


redactar diferente el ítem.
Ejemplo: menciona los
programas, de los que tenga
información con los que
cuenta el municipio para la
atención de adolescentes.

Percepción sobre la atención en recursos humanos, condiciones laborales y condiciones físicas para la presentación del servicio de psicología.

9 Sí Sí Sí 1 1 1

10 Sí Sí Sí 1 1 1

11 Sí Sí Sí 1 1 2 Sugiero que ¿A qué se refiere con


adicional a la capacitación? ¿Capacitación
evaluación de que brinda la misma
necesidades de organización para la que
capacitación se trabaja o el entrenamiento
agregue antes una profesional del psicólogo?
pregunta que evalúa
la percepción de
competencia y
habilidades clínicas.
¿Teniendo en cuenta
el contexto
sociocultural y las
necesidades del sitio
de trabajo, usted
cree que sus
competencias
clínicas son?:
144

1 - Suficientes
2 - Podrían
fortalecerse
3 - Insuficientes

12 Sí Sí Sí 2 1 2 Considero que los ¿Qué tipo de garantías?


términos “garantías ¿Seguridad o salario?
laborales” no
ilustran lo que se
quiere evaluar.
Puede ser
condiciones
laborales y
económicas que
correspondan a
estabilidad laboral,
tipo de contratación,
salario y
prestaciones.

13 Sí Sí Sí 1 1 1 Teniendo en cuenta
que una de las
dificultades de los
profesionales en los
equipos de salud en
el reconocimiento de
su rol, sugiero
agregar un ítem:
¿Con relación a su
rol como profesional
de psicología y la
respuesta de su
145

equipo de trabajo,
siente?
1 - Valoración y
reconocimiento.
2 - No hay
valoración y de su
rol profesional.

14 Sí Sí Sí 1 1 2 Especificar ¿a qué se refiere


con recursos?
¿Humano, de transporte o
locación?

15 Sí Sí Sí 1 1 1

16 Sí Sí Sí 1 1 1

17 Sí Sí Sí 1 1 1 Los espacios…

18 Sí Sí Sí 1 1 1 Considero que se debe


agregar un ítem que evalué la
pertinencia de las funciones
que les asignan a los
psicólogos, y si hay
conformidad con las labores
realizadas.

Fuente de referencia o ingreso a la atención a psicología de adolescentes.

19 Sí Sí Sí 1 1 1

Motivo de consulta

20 Sí Sí Sí 1 1 2 Completar la palabra Son solo cuatro ítems para


146

son. En cuanto a la indicar frecuencia, no cinco:


frecuencia se A, B, C, D. Sugerencia de
recomienda especificar redacción: por favor, marque
1 a 1. de mayor a menor, siendo 1
más frecuencia y 4 menos
frecuencia.

21 Sí Sí Sí 1 1 1

22 Sí Sí Sí 1 1 1 No sé si es pertinente también
indicar que otro tipo de
acompañamiento pueden
tener estos adolescentes:
familiares, educadores... pues
en algunos casos los padres
de estos jóvenes han fallecido
(ambos padres o uno de
ellos). Al estar en el
territorio.
147

Anexo 10
Cuestionario sobre percepción de necesidades en salud mental para psicólogos, formato
final

Cuestionario sobre percepción de necesidades en salud mental

A continuación se expondrán una serie con las que se pretende conocer la percepción que tiene
sobre la atención en salud mental en Tumaco a través de cuatro criterios: (1) reconocimiento de
los programas de atención en salud mental implementados por entidades gubernamentales y no
gubernamentales, (2) percepción sobre las necesidades de atención en cuanto a recurso humano,
(3) condiciones laborales y condiciones físicas del sitio de trabajo; fuentes de referencia o ingreso
a la atención en psicología de adolescentes y (4) motivo de consulta. Recuerde que las respuestas
son confidenciales y que ninguna respuesta es considerada buena o mala. Todas las apreciaciones
son importantes para efectos de esta investigación.
1. ¿Cuántos años de experiencia tiene en la atención en salud mental de población expuesta
al conflicto armado? __________________________
2. ¿Qué cargo desempeña actualmente?
Caracterización de los programas de salud mental implementados por entidades
gubernamentales y no gubernamentales en Tumaco
3. ¿La entidad en la que trabaja es?
A. Pública
B. Privada
4. ¿La entidad en la que trabaja es una?
A. ONG
z B. EPS
C. IPS
D. ESE
E. Otra, ¿cuál? ______________
5. La entidad en la que trabaja brinda atención en salud de:
A. Primer nivel
B. Segundo nivel
6. La población a la que brinda atención está conformada por:
z A. Víctimas de conflicto armado
B. Adolescentes
C. Población en general que requiera la atención psicológica
D. Otra, ¿cuál? ______________
7. Mencione los programas o servicios que presta la entidad en la que trabaja:
A. _______________________
B. _______________________
C. _______________________
D. _______________________
148

8. Mencione los programas de los que tenga información, cuenta el municipio para la
atención de adolescentes.
A. _______________________
B. _______________________
C. _______________________
D. _______________________

Percepción sobre la atención en recursos humanos, condiciones laborales y condiciones


físicas para la prestación del servicio de psicología
9. ¿Con cuántos profesionales en psicología cuenta su institución? ________
10. ¿Considera que es suficiente la oferta de profesionales en psicología para atender la
demanda de atención de pacientes y/o consultantes en su institución?
A. Sí
B. No
11. Teniendo en cuenta el contexto sociocultural y las necesidades del medio donde trabaja,
¿cree que sus competencias clínicas son?:
A. Suficientes
B. Podrían fortalecerse
C. Insuficientes __
12. ¿Considera que la capacitación que brindan en su sitio de trabajo para atender las
demandas del medio son?:
A. Suficientes
B. Insuficientes
C. Se requiere capacitación
13. ¿Considera que las condiciones de contratación para los profesionales de psicología en
su organización son?:
A. Buenas
B. Regulares
C. Malas
14. ¿Considera que su vida o integridad está en riesgo por ejercer su profesión como
psicólogo o psicóloga?
A. Sí
B. No
15. ¿Considera que su rol como profesional de la psicología es valorado y reconocido por su
equipo de trabajo?
A. Sí
B. No
16. ¿Se encuentra satisfecho con el salario que recibe?
A. Sí
B. No
17. ¿Considera que el recurso humano es suficiente para suplir las necesidades de atención
en salud mental?
A. Sí
B. No
149

18 ¿Considera que las funciones que realiza dentro de su organización están acorde a su
perfil?
A. Sí
B. No
19. ¿Considera que los espacios físicos son idóneos para brindar la atención confortable?
A. Sí
B. No
20. ¿Considera que los espacios físicos donde se brinda la atención psicológica garantizan la
privacidad visual y auditiva?
A. Sí
B. No
21. ¿Considera que los espacios físicos donde se brinda atención psicológica son de fácil
acceso para personas con movilidad reducida o en condición de discapacidad motora?
A. Sí
B. No
21. ¿En qué nivel de atención considera que se debería invertir más?
A. Primer nivel
B. Segundo nivel
Fuentes de referencia y/o ingreso a la atención por psicología de adolescentes
23. ¿Quién remiten los adolescentes a consulta psicológica por primera vez?
A. Remisión por médico general
B. Remisión de institución educativa
C. Por solicitud de padres
D. Por iniciativa del adolescente
E. Por solicitud de un familiar a cargo
F. Otro, ¿cuál? _____________________
24. ¿Cuáles son los principales motivos de consulta?
A. Consumo de sustancias psicoactivas
B. Bajo rendimiento académico
C. Problemas con la crianza
D. Otros, ¿cuáles? ______________________________________________
25. ¿Los adolescentes terminan los procesos terapéuticos?
A. Sí
B. N0
26. ¿Quiénes brindan acompañamiento en los procesos terapéuticos de los adolescentes
son?:
A. Mamá
B. Papá
C. Papá y mamá
D. Otros familiares
E. Profesores
F. Representantes de entidades de restablecimiento de derechos
150

Anexo 11
Matriz de consolidación de las recomendaciones de los jueces. Cuestionario sobre percepción de la atención en salud mental

Pertinencia Claridad Comentario

Ítem Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez Juez
1 2 3 1 2 3 1 2 3

1 Sí Sí Sí 1 1 2 Hay que indicar que esto


es para efectos de la
investigación: código del
investigador.

2 Sí Sí Sí 1 1 1

3 Sí Sí Sí 2 1 1 Es posible que la Se recomienda cambiar


palabra entidad no sea la palabra “conoce” por
de fácil comprensión; “conoces” (ya que se
puede ser tutea o habla de tú).
instituciones.

4 Sí Sí Sí 1 1 2

5 Sí Sí Sí 1 1 1
151

6 Sí Sí Sí 2 1 2 Agregar “por Amiga/o.


iniciativa propia” o
“porque pensé que lo
necesitaba”.

7 Sí Sí Sí 1 1 1

8 Sí Sí Sí 2 1 1 Agregar un ítem que Se recomienda No es claro este ítem;


evalué el nivel de colocar/remplazar la rápido quiere decir la
conformidad con la palabra “cree” por asignación de la cita.
atención recibida. “crees” (ya que en el
instrumento se tutea o se
habla de tú).
152

Anexo 12
Cuestionario de percepción de la atención en salud mental, formato final

Cuestionario sobre percepción en la atención en salud mental


A continuación, se expondrán una serie de preguntas con las que se pretenden saber si conoces programas que
brinde atención psicológica para adolescentes, además de conocer la percepción que tienes sobre la atención
prestada por psicología si la ha recibido y las barreras con las que se ha encontrado para poder asistir a consulta.
Recuerde que ninguna respuesta es buena o mala. Todas las percepciones son importantes para término de esta
investigación.

Ítem

1 Código de identificación: _______

2 Edad: _____

¿Conoces que instituciones que brindan atención psicológica?


A. Sí B. No

Si su respuesta fue SÍ, por favor, escriba las instituciones que conoce:
3
A. ______________________
B. _______________________
C. _______________________
D. ________________________

En caso de haber respondido sí en la pregunta # 3.


¿Cómo conociste sobre los programas que brindan atención psicológica? Marca una o varias de las
siguientes respuestas con una X:

4 A. Lo vi en televisión B. Lo vi en redes sociales

C. Me lo dijeron en el colegio D. A través de un compañero de clase

E. Me llevaron mis padres F. otra, ¿cuál? _______________________

¿Has asistido alguno de estos programas a consulta psicológica?

5 B. Sí B. No

¿A cuál? ______________________________

Si contestaste SÍ, sigue a la pregunta respondiendo.


Si contestaste NO, agradezco tu participación en esta investigación, has terminado el cuestionario.

En caso de haber asistido, ¿cuál fue la razón?

A. Te mandaron del colegio B. Te lo recomendó una amiga o amigo


6
C. Te llevaron tus padres D. Por recomendación del médico
153

A. Por iniciativa propia, porque pensé que lo necesitaba

¿Fue fácil conseguir la cita?


7
A. Sí B. No

¿Crees que desde el momento que llegaste hasta que te atendió el psicólogo o psicóloga fue rápido?
8
A. Sí B. No

¿Cómo te sentiste con la atención brindada por el psicólogo o psicóloga? Marca con una X:
9 A. Muy satisfecho
B. Nada satisfecho

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