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Introducción:
"El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, fe, mansedumbre,
templanza. . . "
Gálatas 5:22-23
El temperamento lleno del Espíritu Santo carece de debilidades; por el
contrario cuenta con nueve vigorosas fuerzas. Este es el hombre como
Dios quiere que sea. No importa cuál sea su temperamento natural;
cualquier hombre lleno con el Espíritu Santo, sea sanguíneo, colérico,
melancólico o flemático, manifestará estas nueve características
espirituales. Seguirá contando con sus propias potencias naturales,
manteniendo su individualidad, pero no será dominado por sus
debilidades. Las nueve características del Espíritu transformarán sus
debilidades.
A todas estas características se las encuentra en la vida de Jesucristo. Es el
supremo ejemplo del hombre controlado por el Espíritu. Un estudio
fascinante de la vida de Cristo sería catalogar las ilustraciones de estas
nueve características como aparecen en los Evangelios.
Mencionaremos algunas a medida que estudiemos cada característica por
separado.
Estas nueve características representan lo que Dios quiere que sean cada
uno de sus hijos. Las examinaremos en detalle para facilitar la
comparación con nuestro comportamiento actual.
Ahora que ya tenemos un panorama mejor y más objetivo tanto de
nuestras fuerzas como de nuestras debilidades, estamos en condiciones de
acudir al Espíritu Santo para que nos llene, para poder ser lo que Dios
quiere que seamos. Demás está decir que toda persona que manifieste
estas características es un ser humano feliz, ubicado, maduro y fructífero.
Estoy más que convencido que en el corazón de todo hijo de Dios hay un
profundo anhelo de vivir este tipo de vida. Y esta clase de vida no se logra
por el esfuerzo humano, sino por la sobrenatural acción del Espíritu Santo
que controla todas y cada una de las áreas del cristiano.
Desarrollo:
5- La quinta característica del temperamento lleno del Espíritu es, según las
versiones de la Biblia de Jerusalén y de Nacar-Colunga, la afabilidad; según
la versión popular "Dios llega al hombre" es amabilidad.
La mayoría de los traductores modernos del griego del Nuevo Testamento
traducen benignidad, como figura en las versiones de Reina-Valera
La amabilidad o gentileza es un acto deliberado, educado, cortés,
considerado y comprensivo de bondad que brota de un corazón tierno. El
mundo en que vivimos conoce muy poco de ese tipo de ternura. Es el
resultado de la compasión que siente el Espíritu Santo por una perdida y
agonizante humanidad.