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LA ENCARNACION DE LA FE

EN LAS CULTURAS

Isabel Carpas de Posada"


Gabriel Jaime Pérez S.J. *

"La diversidad de culturas crea a la catequesis una gran pluralidad de


situaciones. Como indicó el Concilio Ecuménico Vaticano 11 y recordó
Pablo VI en la Exhortación Apostólica "Evangelii nuntiandi", el men-
saje cristianb debe enraizarse en las culturas humanas asumiéndolas y
transformándolas. En este sentido puede decirse que la catequesis es
un instrumento de "inculturación", es decir, que desarrolla y al mismo
tiempo ilumina desde dentro las formas de vida de aquellos a quienes se
dirige. La fe cristiana ha de encarnarse en las culturas por medio de la
catequesis. La verdadera "encarnación" de la fe por medio de la cate-
q/lesis supone no sólo el proceso de "dar" sino también el de "recibir'~ "

Mensaje del Sínodo de obispos de 1977

El propósito de este trabajo es plan- "Ia actividad constantemente necesaria


tear, a partir de la realidad encarnatoria para difundir viva y activamente la Pa-
del cristianismo y de una descripción labra de Dios y ahondar en el conoci-
del proceso histórico de encarnación de la miento de la persona y del mensaje del
fe, las exigencias actuales de la tarea evan· Salvador de Nuestro Señor Jesucristo:
gelizadora en el marco de las mutuas im- la actividad que consiste en la educa-
plicaciones entre la teología y la cate- ción ordenada y progresiva de la fe y
quesis. que está ligada estrechosamente al per-
manente proceso de maduración de la
Entendemos aqu( por "catequesis". misma fe'~ (1)
• Aspirant'ls al Doctorado en Teología, UnlveIIIldad Javerlana.
Profesores de Teología Sistemática, Universidad Javerlana.
(1) Sínodo 71.

ISABEL CORPAS DE POSADA - GABRIEL J. PEREZ S.J. 611


Aunque la catequesis exige la exposi. Pero sin negar que la reflex ión teológi-
ción completa pero elemental del men- ca determina en gran parte los contenidos
saje cristiano en sus aspectos histórico, de l. catequesis, no puede considerarse la
dexol6gico, litúrgico-sacramental V relación entre ambas de modo unidirec-
prAxico, no puede identificarse con la cional. De hecho, el Influjo se da en am
teolog(a, disciplina ésta que tiene por bos sentidos. Mils a(m, debe darse, d,
objeto la reflex ión sistemática sobre el modo que la catequesis y la teolog(a se
significado del mensaje cristiano desde impliquen mutuamente. La catequesis,
las diversas perspectivas significantes de la as( genera la reflexión teológica y la in-
historia y de la cultura. terpela y, a su vez, la función hermenéu-
tica de la teolog(a consiste en hacer mils
Si bien en sentido estricto la teología y comprensible el contenido del mensaje
la catequesis no deben confundirse por- ~vangélico. En esta perspectiva la cate-
que tienen sus propios campos de acción 'luesis es el momento práxico que con-
bien delimitados, en un sentido amplio diciona el momento reflexivo propio de
la catequesis incluye a la teolog(a como la teologla.
forma superior "cient(fica" de la instruc-
ción en la fe (2) V ambas se implican mu- Esta mutua implicación plantea, tanto
tuamente en cuanto constituyen medios a la actividad catequética como a la teo-
de trasmisión eclesial de la Revelación (3). lógica, exigencias cuya naturaleza viene
condicionada por la inserción de ambas
Todo esto seflala la necesidad de defi- en marcos históricos y culturales específi-
nir la identidad de la teolog(a y de la cate- cos, así como por el carácter encarnatorio
quesis, así como sus relaciones, un tanto del mensaje cristiano.
confusas, según lo demuestra la experien-
7
cia cotidiana.
1. EL CRISTIANISMO COMO REALI-
Por ejemplo, es frecuente encontrar en DAD ENCARNATORIA
las Facultades o Institutos de Teolog(a,
estudiantes que pretenden adquirir cono- El núcleo de la fe cristiana es la Encar-
cimientos teológicos para trasmitirlos di- nación de la PALABRA de Dios que asu-
rectamente en la actividad catequética, me la naturaleza humana para elevarla a
resultando de ello una identificación in- su plenitud (5).
consciente entre teología y catequesis, con
reducción de esta última a una "miniteo- Este acontecimiento constituye el pa-
logIa" que se convierte en subproducto radigma de todo auténtico proceso de
desvalorizado de aquélla (4). Esta preten- "in-culturación", la "imagen visible de
sión lleva fácilmente a concebir la cate- Dios invisible" (6) se muestra en la histo-
quesis -y toda otra forma de "pastoral"- ria y en la cultura humanas, haciéndose
como la distribución en el mercado del parte de ellas en la persona de Jesús de
producto que fabrican los teólogos. Nazareth, "semejante a nosotros en todo,

(2) et. AucUnet. J. 8acramentum MuDdl"Cah!QueBIII".


(8) eF. Felner. J.: La pr-eBencla de lG RevelacIón por medio de la 161es"', en Myllterium 8a1utlB. l. 11.
p.lla).
(4) et. Guala. J.: "Teolo6")' CateQue.,. ... en Theoloclca Xaveriana 26 (1976). p. 197.
(6) Julllll.1 ....
(1) et. CoL 1. 1.11.

812 LA ENCARNACION DE LA FE EN LAS CULTURAS


menos en el pecado" (7). y en virtud de ni se defiendan "ideológicamente" como
taíencuentro entre Dios y el hombre, este absolutos, que es lo que sucede cuando los
último adquiere ,. capacidad de entrar etnocentrismos raciales, polfticos o religio-
en l. dinámica del sentido último de su sos producen una "a-culturación", es de-
ser hist6rico. cir, una absorci6n destructiva de las insti-
tuciones y costumbres de un pueblo.
La humanidad de Jesús es, pues, el me-
dio definitivo y el culmen del proceso de Con Cristo, vefamos,lIega a su plenitud
autocomunicacl6n de Dios a los hombres: el proceso encarnatorio de la palabra de
Dios, individualizándose en la humanidad
"En múltiples ocasiones V de muchas
de Jesús de Nazareth, pero, a su vez, esta
maneras habló Dios antiguamente a
encarnación se prolonga en la Iglesia,
nuestros padres por los profetas. Aho-
Cuerpo Mfstico d~ Cristo, que al ser sacra-
1"11, en esta etapa final, nos ha hablado
mento de la unión de Dios con los hom-
por IMJ H Ifo, al que nombró heredero
bres y de éstos entre sf (10), está llama-
de todo, lo mismo que por él había
da a actualizar la presencia y la acci6n
creado los mundos" (8)_
salvadora de Jesucristo en el trascurso de
la historia y en la diversidad de las cultu-
En este sentido, la historia de la revela- ras. Tal es el marco de referencia de la
ci6n es la historia de una progresiva "en- evangelización de las culturas de que ha-
carnación" de la Palabra, desde las prime- bla Pablo VI en "Evangelii nuntiandi", en
raro manifestaciones del hablar de Dios en cuanto imperativo actual de cualquier
la Creación (9) y luego en los aconteci- intento de predicación de la fe cristiana.
mientos de la historia del pueblo escogi-
do. AS(, el acontecimiento central del
Antiguo Testamento, la Alianza, es la La comunidad eclesial es, pues, la con-
manifestación de la presencia salvadora de tinuación histórica del suceso fundamen-
Dios en medio de su pueblo a partir de la tal de la revelación, de manera tal que "la
circunstancia concreta de la anfictionfa o palabra revelada de Dios, acontecida en
pacto común de convivencia y organiza- Cristo, llega a los hombres por mediación
ción de las tribus de Israel. Asf también, de la comunidad de fe, desde el instante
las instituciones socioculturales de un en que los testigos oculares empiezan a
pueblo adquieren una significación diná- trasmitir mediante su testimonio y su pre-
mica en virtud de la Promesa. Es éste otro dicación lo que experimentaron y cono-
ejemplo de "in-culturación" de la palabra cieron por fe en las apariciones del Resu-
salvadora de Dios, que al tomar forma en citado_ Ya desde entonces la palabra de la
realidades humanas las relativiza, sin des- Iglesia es forma y portadora de la palabra
truírlas, y las proyecta hacia un futuro de de Dios" (11).
plenitud.
De otra parte, la realidad encarnatoria
Este ejemplo de relativización es el que de la Iglesia se hace manifiesta en situa-
hace que las estructuras no se anquilosen ciones concretas, aqu{ V ahora, como

(7) Hebreoa 4,11.


(8) Hebreo. 1,1-1.
(9) cr. OéDe'" 1,8 ...
(10)
• GeDtium" 1.
cr. "LumeD
(11) FelDer, J.: Op. alt.

ISABEL CORPAS DE POSADA - GABRIEL J. PEREZ S_J. 613


misterio en el que se funden lo humano y riencia como la interpretación y la procla-
lo divino. Porque la Iglesia es obra del Es- mación se realizan en el marco sociológi-
píritu que la anima haciéndola Una. San- co del clan para extenderse posteriormen-
ta Católica y Apostólica. Y. a su vez. esta te al de la tribu. En la Escritura se en-
re~lización depende de los hombres que cuentran numerosos ejemplos de cateque-
aceptan la acción del Espfritu en la con- sis: pertenece al contexto familiar la que
creción de su existencia histórica. recoge el Deuteronomio:

En la medida en que la Iglesia se inser- "Cuando en el futuro te pregunten tus


tl1en las culturas sin identificarse con una hijos, qué son estas instrucciones y es-
de ellas en particular. se daré una verda- tos preceptos y estas normas que
dera "inculturaci6n" de la fe y una autén- Yahvé. nuestro Dios, os ha mandado?
tica evangelización de las culturas. y de le responderás: Eramos esclavos del
esta manera se hará realidad el "estar en Faraón en Egipto, y Yahvé nos sacó de
el mundo sin ser del mundo" (12). allí con mano fuerte. Yahvé hizo en
Egipto, a nuestros propios ojos, señales
2. EL PROCESO HISTORICO DE LA y prodigios grandiosos y terribles con-
ENCARNACION DE LA FE E1\, LAS tra el Faraón y contra toda su casa,
CULTURAS y nos sacó de Egipto para hacernos
entrar en la tierra que con juramento
2.1 Pedagogía de Yahvé en el Anti- había prometido a nuestros padres.
guo Testamento (5 X aC - sI) Entonces Yahvé nos mandó que guar-
dáramos todos estos preceptos y te-
Desde los primeros capítulos de la his- miéramos a Yahvé, nuestro Dios, para
toria del amor salvador de Dios. son los que fuéramos siempre felices y nos
acontecimientos históricos la pedagogía conservara la vida, como hasta el pre-
de Yahvé·Dios. En ellos el pueblo israelita sente" (73).
f1xpf1rímenta el amor y la salvación de
Dios. interpreta dichos acontecimientos a También en el Deuteronomio aparece
la luz de los anteriores y proclama con pa- otra muestra de catequesis, ésta de carác-
labras y con hechos dicha experiencia. ter tribal. cuyo Sitz-im-Ieben es la acción
cultual de las primicias (14).
Esta acción pedagógica divina es me-
diada por acciones humanas: son hombres Sedentarizado Israel y organizado co-
los que experimentan. hombres los que mo Monarquía, sus tradiciones son objeto
interpretan. hombres los que proclaman de reflex ión teológica en las escuelas que
la presencia de Dios en medio de su pue- se constituyeron alrededor de los santua-
blo y su designio de salvación. Por ello se rios y del templo de Jerusalén. Pero cuan-
puede decir que se trata de una catequesis. do los teólogos israelitas se alejaron del
objetivo propio que debían acometer y se
En una primera etapa de la historia de ocuparon primordialmente de sostener las
la revelación y salvación, tanto la expe- instituciones, absolutizéndolas. aparece

(12) et. Juan 17.14.


(13) Ot.6,20-24.
(14) et. Ot. 26, 1-11.

514 LA ENCARNACION DE LA FE EN LAS CULTURAS


una nueva forma de catequesis en la pre- bajo, como una catequesis cont(nua e
dicación de los profetas que recuerdan el inigualable, catequesis de la cual él mismo
compromiso de la Alianza e invitan al es su objeto, en cuanto sus palabras y sus
pueblo y a sus dirigentes a seguir los cami- obras constituyen una invitación a acep-
nos de Yahvé, relativizando todos los tarlo como el Mesías y a seguirlo. O, di-
absolutos. cho en otras palabras, el centro de su pre-
dicación es el anuncio del Reino de Dios,
Esta predicación, a su vez, da origen a presente en su humanidad.
una nueva reflexión teológica, la de la
escuela deuteronómica, interrumpida por De los relatos evangélicos se puede
la deportación a Babilonia donde la fe concluir cuáles eran las características de
Yahvista es mantenida gracias a la activi- la predicación de Jesús, la forma como
dad de los profetas del destierro. De re- adaptaba el mensaje a sus oyentes y los
greso en Jerusalén cobra énfasis, la refle- efectos que en ellos producía.
xión teológica en la escuela sacerdotal y
en el quehacer de los teólogos-sabios que
en las formulaciones sapienciales encar- Después de la Resurrección y con la
nan la fe histórica de Israel (15). fuerza del Espíritu, los apóstoles, en cum-
plimiento de la misión que Cristo les con-
El predominio de lo teológico carac- fiara, salen a "pregonar la buena noticia a
teriza al judaísmo, con detrimento de la toda la humanidad" (17), Y a comunicar
predicación y énfasis en las prescripciones la experiencia que han vivido primero al
morales y rituales que se refleja en el Tal- lado de Jesús de Nazareth y luego en el
mud. La ausencia de profetas (16) bien encuentro con Cristo Resucitado.
puede interpretarse como inoperancia de
la predicación o acción catequética. Los escritos del Nuevo Testamento re-
flejan las formas como aquellos hombres
Esta descripción diacrónica permite se dieron a la tarea de proclamar la muer·
apreciar de qué manera se relacionan en- te y la resurrección de Cristo Jesús y a
tre sí el quehacer teológico y la predica- "dar testimonio de cuanto habían visto y
ción, as( como los diversos marcos cultu- oído" (18).
rales y situaciones históricas en los cuales
Israel v ive y reflex iona su fe. En dichos escritos se evidencia ya el
esfuerzo por adaptar el kerigma funda-
2_2 La predicación de Jesús y los mental a la mentalidad y a las circuns-
apóstoles (s 1) tancias de los destinatarios. Así, por ejem-
plo, cuando se trata de judíos es indispen-
La existencia de Jesús puede ser con- sable hacer referencia a la historia de la
siderada, desde la perspectiva de este tra- salvación (19), mientras que cuando son

(11'» ef. Pongutá, S.: Int'e.tlgaclótI Sapletlc/al y Fe Histórica de Israel, en Theologiea Xaveriana 28
(1978) P. 367-380).
(16) ef. 1 Mac 9,27.
(17) Me. 16,15.

(18) ef. I Juah 1, 1 S8.

(19) ef. Act. 13,16-43.

ISABEL CORPAS DE POSADA - GABRIEL J. PEREZ S.J. 515


paganos resulta más conveniente partir -los pobres del Evangelio- que aceptan
de la religión natural (20). sin dificultad el mensaje de salvación. En
este sentido el Apóstol Pablo escribía a
También es posible reconocer en los los fieles de Corinto:
Evangelios una catequesis, dado que en
ellos se amplía y profundiza el kerigma "Y si no, hermanos, fijáos a quienes os
con el objeto de que las gentes puedan l/amó Dios: no a muchos intelectuales,
conocer y aceptar a Jesucristo, y una ca- ni a muchos poderosos, ni a muchos de
tequesis adaptada a las culturas en donde buena familia; todo lo contrario: lo ne-
la buena noticia va a ser proclamada. cio del mundo se lo escogió Dios para
humillar a los sabios" (22).
De igual manera sucede en las cartas
de San Pablo, en las cuales alude en pri- Pero eran estas gentes sencillas quienes
mer lugar a los hechos de la comunidad en cuanto lo permiHan las ocasiones, se
a la que se dirige en cada una de ellas constituían en catequistas espontáneos
para iluminar tales hechos con la consi- que comunicaban a otros las maravillas
deración del Misterio de Cristo. del amor de Dios. Este tipo de catequesis
naturalmente implicaba un riesgo que la
Se da, así, en esta primera etapa de la Iglesia procuró subsanar mediante la
proclamación del Evangelio una verdadera institución del catecumenado.
catequesis y consiguiente encarnación de
la fe sin detrimento de las culturas en las Progresivamente aparecerán cristianos
cuales se inserta, tal vez porque afortuna- cultos que piensan su fe en las categorías
da o providencialmente en aquella prime- propias del saber de aquel entonces y,
ra predicación "los apóstoles no tuvieron así, al final del siglo 11 numerosos intelec-
que llevar a los griegos y romanos la cul- tuales se dan a la triple tarea de
tura judía, porque ésta no era capaz de
ofrecer competencia" (211. "ubicar la doctrina cristiana en el pIa-
no en el que los filósofos retienen la
En cambio sí se inicia una mimetiza- atención; agregarle lo que puede ser
ción entre el cristianismo y la cultura utilizable del pensamiento pagano y
occidental que alcanzará su clímax en responder a las críticas de los adversa-
siglos posteriores y cuyas consecuencias rios intelectuales" (23).
prácticas son bien conocidas.
Nace así una reflexión teológica riquí-
1.3 La catequesis de los Santos sima, generada y dirigida por las necesida-
Padres y sus implicaciones teo- des de la predicación. Porque la cateque-
lógicas (s I - VI sis conserva en la época de los padres lu-
gar muy importante en la actividad ecle-
Al principio la Iglesia no contaba con sial, y puede decirse que registra su más
intelectuales. Se trata de gentes sencillas brillante desarrollo. Los obispos de enton-

{20) Cf. Act. 17, 22-31.

(21) Sllhngen, G: "La sabiduría de la t"olog{a por el camino de la ciencia", en Mysterium Salutls 1,
11, P. 1061.
(22) 1 Coro 1, 26-27.

(23) Rops, D.: Ces chrétlens nos frere., Fayard. p. 322.

516 LA ENCARNACION DE LA FE EN LAS CUL TURAS


ces, como San Juan Crisóstomo, San Am- auditores crean lo que escuchan, esperen
brosio, San Agustín, San Cirilo de Jerusa- lo que creen y amen lo que esperan" (25).
lén -el prototipo de obispo catequista-
asumen personalmente la tarea catequé- Es, pues, evidente la vitalidad de la ca-
tica. tequeSis patrística en su esfuerzo por res·
ponder a las circunstancias y a las necesi·
La catequesis patrística es la proclama- dades de su tiempo, de tal manera que la
ción de los hechos salvadores que tienen instrucción en la fe se hace vida.
como punto focal a Cristo y su objetivo
es transformar la vida en Cristo. En su as- 2.4 la escolarización de la cateque-
pecto histórico, los hechos de la historia sis (s V - X)
de salvación son signos de Cristo; la pro-
fesión de fe está contenida en el credo o Con la conversión de los bárbaros al
símbolo; la liturgia sacramental es la ac- cristianismo en el siglo VI, la catequesis
tualización del Misterio de Cristo; y el as- adquiere un tono marcadamente moralis-
pecto moral consiste en "vivir en el Señor ta con notorio empobrecimiento del con·
Jesús, en desarrollo de la apotaxis bautis- tenido y descuido del aspecto histórico
mal y como consecuencia de la trasforma· salvífica que tanta fuerza tenía en tiempo
ción de la vida en Cristo. de los Padres. El hecho, de ser conversio·
nes masivas y no personales, pide a la
Esta dimensión práxica de la cateque- acción pastoral de la Iglesia este énfasis en
sis brota de la conversión personal a Cris- el aspecto moral como exigencias exter·
to y a su Evangelio. Sin embargo, los pa- nas de la fe, ya que no se ha dado una
dres exhortan de una y otra forma a apli- aceptación personal y consiguiente transo
car a la vida cotidiana las exigencias de formación por Cristo.
dicha conversión. En los escritos de Cle-
mente de Alejandría, por ejemplo, se Los sucesos de la historia van así seña-
encuentra. lando pautas a la catequesis en una época
en que la fe cristiana penetra todas las ac-
"una especie de casuística para todas tividades, yen que se confunden la Iglesia
las esferas de la vida: la comida, la be- y el Estado, el cristianismo con la cultura
bida, la casa, el mobiliario, la música y occidental, lo religioso y lo político. Ade-
la danza, la recreación y las diversio- más, la Iglesia detenta una autoridad ab-
nes, el baño y los perfumens, la urba- soluta y se convierte en la depositaria del
nidad y la vida matrimonial" (24). saber de su tiempo.

De San Agustín es el que podrá consi- En las escuelas parroquiales, episcopa-


derarse el primer libro de catequésis, "De les y monacales del renacimiento carolin-
Catequizandis rudibus", en el cual reco- gio la catequesis forma parte del progra-
mienda la sencillez del lenguaje y la nece- ma y en ellas, junto con la lectura y las
sidad de adaptar el mensaje a los destina- matemáticas, se enseñan a los niños los ru-
tarios. También señala que toda cateque- dimentos de la fe. Estos rudimentos con-
sis debe referirse a Cristo y hace énfasis ¡isten en aprender de memoria el símbo-
en la presentación atractiva para que "tus lo, al Padre Nuestro y los Mandamientos.

(24) Quaeste~ citado por Cárdenas. E.: Curso de Hlstor/a de la l/1les/a, Apuntes Mimeografiados,
(25) De catechizandis rudibu8.

ISABEL CORPAS DE POSADA - GABRIEl J. PEREZ S.J. 517


Sin embargo a estas escuelas no todos los gía escolástica y como ella es esencialista,
niños podían tener acceso y es en la fami- conceptual y sistemática. Lo fundamen-
lia donde se aprenden las verdades de la tal es la doctrina que hay que saber y los
fe. Ahora bien, las fallas que esta cateque- argumentos que se deben esgrimir, para
sis eminentemente conceptual puede te- probar las tesis. Uno, y no el único, de los
ner se ven suplidas por el ambiente cristia- argumentos es la Sagrada Escritura, redu-
no. cida entonces a este pobre papel.

Entre los instrumentos con que se con-


2_6 La polémica tridentina y el surgi-
taba para la exposición de la doctrina está
miento de los "catecismos"
un texto para catequistas atribuído a AI-
(8 XVI)
cuino y titulado "Disputatio puerorum
per interrogationes et responsiones", así
Con la imprenta la cultura se define
como la "Biblia Pauperorum", colección
corno un saber sistematizado y separado
de estampas destinadas a instruír a los
de la vivencia, porque la palabra que hasta
pobres e ignorantes en la historia sagrada.
entonces tenía vida se convierte en letra
muerta. El lector del libro impreso es
2.5 La teología Escolástica y su ab-
simple repetidor de lo que está escrito y
sorción de la catequesis (s X-XV)
se pierde la dimensión comunitaria del
saber. Este fenómeno bien puede ser a la
La academia cultural de los siglos X y
vez causa y efecto del pluralismo propio
XI, producto de las circunstancias histó- de la Edad Moderna.
ricas, se ve en parte aminorada por la la-
bor de las escuelas monacales y catedra- La predicación eclesial recibe el influjo
licias, verdaderos centros de cultura, don- de estos cambios culturales. De una parte,
de los monjes y los futuros doctores ad- con la impresión de la Biblia se va per-
quirían el saber de su tiempo, y de mane- diendo el sentido de la proclamación viva
ra muy especial, se preparaban en las cien- de la Palabra de Dios en el seno de la co-
cias sagradas. munidad y aparece el lector individual
que interpreta libremente la Escritura. De
De estas escuelas se forman, posterior- otra parte, la teología y la catequesis se
mente, las universidades; en ellas profeso- constituyen en "saber escrito" que no es
res y alumnos se dan a la tarea de discutir sino repetición de textos, sin proyección
y sistematizar los conocimientos en forma a la vida, con lo cual se ha perdido el prin-
orgánica. Además, con la traducción de cipio hermenéutico de correlación, que
las obras de Aristóteles, y su "incultura-
~onsiste en la relación entre verdad y
ción" europea, llega a su esplendor la Es-
¡entido, entre "saber" y "vivencia histó-
colástica.
rica" .
La mayoría y tal vez la totalidad de los
escolásticos eran hombres de Iglesia, quie- Simultáneamente, y como reacción
nes a la vez que conciben el sistema filosófi- ante los peligros que la lectura libre e
co lo están aplicando a la reflexión teológi- individual de la Biblia ofrece, la Iglesia se
ca Es también la época de las "Su mm as" o aleja de la Sagrada Escritura.
compendios del saber universal.
No es necesario recordar aquí las cir-
Esta mentalidad repercute en la cate- cunstancias que rodean la convocatoria y
quesis: el método es el mismo de la teolo- desarrollo de Concilio de Trento y su ob-

518 LA ENCARNACION DE LA FE EN LAS CULTURAS


jetivo principal, la condena del protestan- quesis que adelantaron, las mismas defi-
tiSmo. ciencias de la europea, pero .agravadas por
el fenómeno de "a-culturación" de los
La polémica antiprotestante caracteri- aborígenes a una cultura extranjera.
za, as(, a todas las disposiciones concilia-
res, una de las cuales es la elaboración de Es cierto también que la catequesis de
un "catecismo" destinado a los niños y los grandes misioneros interpela las situa
los rudos para recordar su fe bautismal. ciones de injusticia de orden social y poi í·
En cumplimiento de tal disposición, ori- tico, pero simultáneamente la "doctrina"
ginada en la XXV sesión (1563), un equi- sirve para manipular al indígena y mante-
po de teólogos dirigido por San Carlos nerlo en situación de sometimiento.
Borromeo preparó el que sería conocido
como Catecismo de Trento o Catecismo La catequesis que los misioneros traje-
Romano y que Pío V promulgara en 1566. ron a América estaba inspirada por las
Este catecismo está dirigido no a los directivas del Concilio de Tortosa (1492),
niños sino a los párrocos y es un verdade- el cual mandó redactar un catecismo que
ro tratado de teología. incluyera lo que se debe creer y pedir, lo
que se ha de observar y evitar, lo que se
Otros catecismos hicieron su aparición debe desear, esperar y temer.
a finales del siglo XVI. El de San Roberto
Belarmino en Francia, el de San Pedro Ca- El primer catecismo del Nuevo Reino
nisio en Alemania y los de Ripalda y As- de Granada fue publ icado en 1576 por el
tete en España, caracterizados todos ellos Arzobispo Luis Zapata de Cárdenas. Si-
por el conceptuelismo. En los dos prime- guiendo los criterios del Concilio de Tor·
ros es evidente el afán polémico antipro· tosa, contiene lo que se debe enseñar a los
testante. De los otros dos sab.emos "de indios para evangelizarlos y. "civilizarlos".
memoria" las fórmulas breves y concisas,
verdaderos extractos de la teología de la Otro catecismo americano. es el de San·
época, que contenían "todo cuanto es to Toribio de Mogrovejo, _que resume la
necesario saber y creer". doctrina cristiana en forma de preguntas
y respuestas, utilizando un lenguaje sen-
También aqu í la catequesis responde a cill.o y claro, adaptado a los oyentes.
los probll~mas y a la mentalidad de una
época y sería anacrónico pedirle que se Aunque la actividad misionera en
adaptara a las necesidades del siglo Xx. América ha sido duramente criticada, no
se puede desconocer que gracias a ella el
cristianismo vino a este continente. Sus
2.7 Los misioneros y la doctrina en deficiencias son fruto del momento histó·
la colonización de América rico y de la mentalidad de la época, y, así,
aunqu~

Al lado de los conquistadores espa-


ñoles llegaron a América los misioneros "la teologla del catecismo del siglo XVI
con el objeto de evangelizar y convertir al concebla al hombre en las categorias
cristianismo a los pobladores del conti- antropológicas de su tiempo, por ello
nente. Sin menospreciar el trabaja mu- no deja de encarnarse a Sil manera ni
chas veces heróico de los misioneros, hay de llevar las riquezas del mensaje cris-
que recono.cer las deficiencias de la cate- tiano" (26).
(26) Garcia, J.: Teulogía.Y Catequesis. en Theologic .. Xaveriana 26 (1976), P. 206.

ISABel CaRPAS D~ POSADA - GABRII;L J. pEREZ S.J. 51,9


2.8 Intentos de renovación catequé· participación activa del catequizando.
tica frente al monolitismo esco· Ahora bien, aunque se trata de un avance
léstico (S. XVII. XVX) metodológico importante, no hay cam-
bios significativos en cuanto al contenido.
Algunos catequistas del siglo XVII, en-
tre ellos Fenelon y Fleury, al darse cuenta Pero gracias a la renovación bíblica y
de que la catequesis no atrara a los niños, litúrgica, así como a la teología kerigmá-
intentaron retornar a la catequesis patrís- tica, la catequesis empieza a estructurarse
tica y presentar el mensaje como historia según criterios y contenidos más acordes
de salvación, pero fueron esfuerzos aisla- a la mentalidad actual y a la primitiva pre-
dos sin mayor repercusión. dicación.

Posteriormente, con el nuevp humanis- Una realización muy significativa en


mo y las ideas pedagógicas de J.J. Rous- esta I(nea es el Catecismo Católico de las
seau, se hizo evidente la necesidad de Diócesis Alemanas, publicado en 1955 y
adaptar el mensaje a la mentalidad de los fruto de muchos años de trabajo en el
niños destinatarios de la catequesis. Así cual participaron numerosos especialistas.
lo entendió el francés M. de la Chetardie,
pero tampoco halló eco en la catequesis
oficial, aferrada al escolasticismo. 2.10 La catequesis en el marco de 10$
principios pastorales de Vaticano
También los intentos de renovación de
Sailer y van Hirscher en el siglo XIX tro- "
Dado el carácter francamente pastoral
piezan con las categorías escolásticas de
la Iglesia, más inclinada a las definiciones del Concilio Vaticano 11, puede decirse
conceptuales y a un lenguaje técnico y que algunos de sus documentos, especial-
abstracto. Características que sí tenía la mente "Gaudium et Spes", constituyen
catequesis de Deharbe, fiel seguidor de una catequesis mediante la cual la Iglesia
los postridentinos y noescolásticos, de presenta al mundo el mensaje evangélico,
adaptándolo a las circunstancias y al len-
guaje del mundo de hoy.
2.9 La nueva pedagogía de la cate-
quesis (S. XX) Al referirse concretamente a la cate-
quesis, el Concilio señala que debe aco-
El Congreso Catequístico de Viena modarse
(1912) y el Congreso de Munich (1928)
introducen una nueva pedagogía de la ca- "al carácter, aptitudes, edad y condi-
tequesis, especialmente en cuanto al ciones de vida de los oyentes, y que
tono polémico y en la línea de la "devo- dicha instrucción se funde en la Sagra-
tio moderna" en cuanto a espiritualidad. da Escritura, en la tradición, liturgia,
magisterio y vida de la Iglesia" (27)
. Las consecuencias de una catequesis de
este estilo pueden deducirse fácilmente en También dispuso el Concilio la compo-
el deterioro de la fe y en el secularismo de sición de un Directorio sobre la instrucc-
los dos últimos siglos. ción catequética del pueblo cristiano (28'

(27) CbriltU8 Dominu8 14.


(28) Chrl.stus Dominus 44.

520 LA ENCARNACION DE LA FE EN LAS CULTURAS


Directorio que fue promulgado por la Sa- 2_ 11 Conclusión
graoa Congregación del clero en 1971.
La anterior descripción del proceso
En todas las pllginas del Directorio Ge- histórico de evangelización y encarnación
neral de Catequesis se evidencia la necesi- de la fe en las culturas permite observar
dad de adaptar el mensaje cristiano a las cómo la catequesis ha seguido las vicisitu-
circunstancias actuales y a la mentalidad des de la teología y cómo, también, la
de los catequizandos, así como la urgen- teolog(a ha respondido - o ha debido ha-
cia de una renovación catequética, porque cerio- a las exigencias de la acción cate-
quética. As( mismo, es posible reconocer
"el ministerio de la Palabra no es la pura los fenómenos de "in-culturación" o de
y simple repetición de una antigua "a-culturación" de la fe cristiana en las
doctrina, sino una reproducción de és- realidades humanas, y la mutua relación
ta, adaptada a los nuevos problemas y de la teolog(a y la catequesis con los suce-
comprendida cada vez más profunda- sos históricos y los hechos culturales,
mente" (29). cuyo carácter denotativo adquiere a la
luz de la fe una nueva significación con-
Esta preocupación también es patente notativa en cuanto "acontecimientos" sal-
en los ulteriores documentos magisteria- víficos. As(, la catequesis debe llevar a
les, en los cuales también se hace alusión describir y vivir como signos de la revela-
a la acción en favor de la justicia y a la ción y acción salvadora de Dios los ele-
participación en la trasformación del mentos histórico-culturales de una co-
mundo (30) como dimensión constituti- munidad concreta, mientras la teología
va de la evangelización y de la catequesis. se ocupa de descubrir la connotación de
los sucesos históricos como "aconteci-
Esta misma preocupación se refleja en mientos" portadores de salvación.
los documentos de Medellín cuando 105
obispos señalan que
3_ COMO ENCARNAR LA FE HOY
"las situaciones históricas y las apira-
ciones auténticamente humanas for- "El hombre creyente de hoy no es to-
man parte del contenido de la cateque- talmente igual al hombre creyente de
sis, deben ser interpretadas seriamente ayer. De aqu { nace la necesidad de ase-
dentro de su contenido actual a la luz gurar la continuidad de la fe, pero tam-
de las experiencias vivenciales del pue- bién de proponer de un modo nuevo el
blo de Israel, de Cristo y de la comuni- mensaje de salvación" (32).
dad eclesial en la cual el Esplritu de
Cristo vive y opera cont{nuamente" El marco del planteamiento del Direc-
(31)_ torio General de Catequesis, que es al mis-

(29) Directorio General de Catequesis 13.


(30) er. Sínodo 71_
(31) Medellín 8,6.
(32)

Directorio General de Catequesis.

ISABEL CORPAS DE POSADA - GABRIEL J. PEREZ S_J. 521


mo tiempo el de la pregunta sQbre la en- avatares históricos de esas culturas. En
carnación de la fe en los tiempos actuales, esta forma, el proceso de evangelización
es el del criterio hermenéutico de "corre- puede recuperar su carácter "mayéutico",
lación". La Iglesia, no tanto cuando hace es decir, de "develación progreSiva de la
teol~ía, como cuando educa en la fe a verdad (aletheia)", a partir de un diálogo
través de la cateques.is, no puede dar res- entre la fe y las culturas que mutuamente
puestas a preguntas que no se le están ha- se interpelan. Decir que la predicación ha
ciendo, es decir, no puede seguir ofrecien- de ser mayéutica significa que debe aban-
do fórmulas de ayer a los interrogantes de donar la actitud opuesta que es la "retó-
hoy, ni respuestas de allá a las preguntas rica", consistente en "tratar de imponer
de aqu/: la propia opinión (doxa)", lo cual con-
vierte a la fe en "ideología" y a la misión
Ahora bien, si en algún tiempo este cri· evangelizadora en proselitismo.
terio debe aplicarse en toda su profundi-
dad es precisamente en el nuestro, cuando La Iglesia no puede arrogarse,hoy, la
el ritmo vertiginoso de los cambios genera posesión absoluta de los valores dentro
una diversidad sociocultural que interpela de una mentalidad proteccionista de
de manera pluralista a la fe y le exige una "cristiandad", sino ofrecer una alternativa
constante "renovación encarnatoria". crítica a las formas concretas de realiza-
ción de las aspiraciones humanas a la luz
Juan XXIII acuñó el término italiano de la "utopía" del Evangelio, vale decir,
que ya se ha hecho común para indicar del futuro pleno del hombre nuevo en
esta exigencia, que fue la que motivó la Cristo que relativiza toda adquisición cul-
convocatoria del Concilio Vaticano 11: tural del presente.
"aggiornamento". Sin embargo, no sólo
se trata de "ponerse al día" sino de un Esto no significa desprecio por los
"ponerse en el lugar", porque "el mensaje avances científicos y tecnológicos o por
cristiano debe encarnarse en las culturas los logros de las culturas o de los sistemas
humanas~: (33). Lo cual no quiere decir sociopolíticos, sino que el creyente los
"ponerse a la modaú con 'relación a las asume y los integra en su vida, siendo
metrópol is teológicas, trasplantandQ lo consciente a la vez de su relatividad his-
que en .una parte parece actual a otros lu· tórica.
gares ·donde tal vez no· corresponda a las
necesidades reales, porque de lo que se Uno de los fenómenos más importan-
trata, precisamente, es de hacer sentidas tes del siglo .XX es la incidencia de los
esas necesidades a la luz de la fe. modernos med.iosde comunicación en la
vida de las personas y de la sociedad,
Cuando la predicación de la Iglesia se como elementos. de una nueva forma cul·
ha limitado a formular respuestas, ha cal- tural llamada "civilización de la imagen"
do en la "a-culturación", En cambio, la (34). Estos medios, y concretamente los
"in-culturación" exige lo contrario: en· "audiovisuales", le ofrecen a la fe la po-
trar en la dinámica de las culturas para sibil idad de encarnarse hoy de manera vi-
interrogarlas desde dentro, sintiéndose al va y eficaz, recuperando la dimensión co-
mismo tiempo interrogada la fe por los munitaria de la proclamación Que se

(33) Sínodo 1977.


(34) ef. Octogeslma Adveniens 20.

522 LA IiNCARNACION DE LA FE EN LAS CUL TUR~S


había perdido con la absolutizaci6n de la tológica inherente a la fe en determinados
palabra impresa. En este sentido "la en- modelos sociopolíticos y hasta qué punto
carnación de la fe por medio de la cate- es válido, por ejemplo, encarnar la teo-
quesis supone no sólo el proceso de dar logía en los esquemas de marxismo, tal
sino también el de recibir" (351. Por una como los re interpretan la "teoría crítica
parte, la palabra de la fe encarnada en la de la sociedad" de la Escuela de Frank-
cultura de la imagen le aporta a ésta un furt y las teolog(as latinoamericanas de
contenido que trasciende el mero funcio- la liberación. La discusión sobre este pro-
nalismo utilitario; por otra, los medios blema no permite aún una respuesta defi-
contribuyen a una mayor resonancia y nitiva. Lo que s( se puede afirmar, en
profundización personal y comunitaria todo caso, es que dejará de ser válida esta
del Evangelio (36). encarnación cuando se pierda la identidad
misma de la fe al ser absorbida ("a-cultu-
El proceso de dar y recibir puede reali- rada") por un sistema ideológico.
zarse también en la relación de la fe con
las ciencias del lenguaje. La lingü (stica y
En definitiva, concluímos, el encarnar-
la semiología modernas pueden ofrecer al
se no significa diluírse: la sal de la tierra
discurso de la fe elementos de auto.análisis .
no salar-á si pierde su sabor, pero debe dar
en orden a una mejor comprensión de su
sabor a algo. Y ese algo son las culturas en
significado y a una más adecuada utiliza-
sus realidades históricas concretas. De ma-
ción de sus elementos significantes, a la nera análoga. 8". como la Palabra se hizo
vez que la fe contribuye a que estas Hombre sin dejar de ser Dios, así la fe
ciencias no se reduzcan a un formalismo debe encarnarse en la historia concreta de
neo-positivista. los hombres sin perder su identidad.
Otro tanto sucede con las ciencias so-
ciales. Estas se ofrecen a la catequesis y Por último, si tal como lo propone el
a la teología como mediación de la praxis último Sínodo, la cat9Go~srs- está- lJ.::''ni>-
educadora de la fe y de la reflex ión sobre da a inculturar la fe en los elementos his-
sus contenidos. Así mismo, las ciencias tóricos concretos, deberá darse un proce-
sociales reciben de la fe reflex ionada y so de encarnación de la fe en los valores
transmitida una instancia crítica que las humanos, en las instituciones sociopol í-
libera de convertirse en instrumentos de ticas, culturales y económicas, sin negar-
manipulación de la conducta humana. les su identidad pero dándoles todo su
significado en cuanto constituyen los
Surge aquí la pregunta de cómo se "signos de los tiempos" en los cuales la
puede inculturar hoy la dimensión esca- salvación de Dios sigue manifestándose.

(35) Sínodo 77.


(36) er. EVQgelli nuntlandl 46.

ISABEL CORPAS DE POSADA - GABRIEL J. PEREZ S.J. 623


ALFONSO LLANO ESCOBAR

REGULACION
DE LA
NATALIDAD

PEDIDOS: FACULTAD DE TEOLOGIA, Carrera 10 No. 65-48


Bogotá

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