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La prevalencia del HAP es mucho más alta de lo que se estimaba anteriormente, y varía
significativamente entre diversos estudios entre el 4,6% y el 16,6%. Sin embargo, en los
pacientes con hipertensión arterial (HTA) resistente, la prevalencia es todavía más alta
encontrándose entre el 17% y el 23% (Piaditis G, 2015; Monticone S, 2017).
Etiopatogenia y fisiopatología
La aldosterona se sintetiza en la zona glomerular de la corteza suprarrenal a partir de la
corticosterona, proceso facilitado por la baja concentración en esta capa cortical de la
enzima P450c17 (con actividad 17α-hidroxilasa y 17,20-desmolasa), que cataliza el
paso de pregnenolona y progesterona a 17α-hidroxipregnenolona y 17α-progesterona,
respectivamente, para su ulterior conversión en diferentes pasos en cortisol y
andrógenos. La conversión de corticosterona en aldosterona es catalizada por la acción
de la P450aldo (aldosterona sintasa) que se expresa únicamente en la zona glomerular.
La función principal de la aldosterona es el mantenimiento del volumen sanguíneo
circulante. Los principales reguladores de su síntesis y liberación son los que citados a
continuación.
Angiotensina II: La producción de angiotensina II (A-II) correlaciona inversamente con
el volumen circulante. Su síntesis es regulada a su vez por el SRA y, en ausencia de
este sistema, (por ejemplo, pacientes nefrectomizados) se pierde el estímulo de la
hipovolemia sobre la secreción de aldosterona. En las células yuxtaglomerulares de la
arteriola aferente se sintetiza la enzima proteolítica renina que se almacena en gránulos
secretores. Estímulos que producen la liberación de esta enzima almacenada son la
hipoperfusión renal (hipotensión arterial, depleción de volumen real o efectiva, como en
el caso de la insuficiencia cardiaca o hepática), el incremento de la actividad simpática
(cambios posturales), la ingesta de sodio (Na+ ) y la hipopotasemia . Inhibidores de la
liberación de renina son la propia A-II y el péptido natriurético auricular (PNA). Estos
estímulos son detectados por receptores de presión en la arteriola aferente renal,
cardiacos y arteriales sistémicos, y quimiorreceptores en la mácula densa del túbulo
distal que responden al descenso de las concentraciones de cloro (Cl- ) estimulando la
liberación de renina mediada por prostaglandinas (PGE2 y PGI2), o bien inhibiendo su
liberación en el escenario contrario mediante la producción de adenosina. La renina
produce la escisión del precursor angiotensinógeno, α2-globulina de síntesis hepática,
en angiotensina I. La enzima convertidora de angiotensina (ECA) (diana de los
inhibidores de la ECA [IECA] que se sintetiza fundamentalmente a nivel pulmonar,
endotelial y de la glándula suprarrenal, convierte la angiotensina I en A-II. La A-II, a
través de su unión a los receptores AT111, estimula la síntesis de aldosterona
aumentando la actividad de enzimas como la P450scc, enzima limitante de la
esteroidogénesis adrenal y que cataliza la conversión de colesterol en pregenenolona a
nivel mitocondrial, y de P450aldo. También ejerce efectos directos sobre la reabsorción
de Na+ y agua en el túbulo proximal, y produce vasoconstricción arteriolar tanto
directamente como facilitando la liberación de noradrenalina y aumentando la
sensibilidad a esta, lo que se traduce en un incremento de los valores de presión arterial.
Asimismo, posee un efecto vasoconstrictor de la arteriola aferente y eferente renal,
participando en la regulación del flujo renal y de la tasa de filtración glomerular. Su unión
a los receptores AT2 tiene efectos profibróticos y proliferativos en la pared arterial.
Hiperpotasemia: Estimula la síntesis de aldosterona, incrementando la transcripción de
P450aldo. Otros estímulos de la síntesis y secreción de aldosterona menos potentes
son la corticotropina (ACTH) de forma aguda y la hiponatremia.
Aldosterona: La aldosterona ejerce su acción, al igual que el resto de los esteroides
suprarrenales, induciendo la síntesis de diversas proteínas gracias a la expresión de
genes nucleares tras su unión al receptor de mineralocorticoides. El cortisol puede
unirse también al receptor de mineralocorticoides con la misma afinidad que la
aldosterona, pero pese a que sus niveles plasmáticos son 100 veces superiores a los
de esta, los órganos diana cuentan con la presencia de una enzima, la 11β-
hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo 2, que se encarga de inactivar el cortisol en
cortisona. Situaciones patológicas hereditarias o adquiridas que bloquean (ingesta de
regaliz) o sobrepasan la capacidad de acción de esta enzima (síndrome de Cushing)
dan lugar al cuadro de EAM, en el que un fallo en la inactivación del cortisol conduce a
su unión al receptor de mineralocorticoides, ejerciendo los efectos metabólicos
mediados por este. Este receptor de localización citoplasmática en estado de
inactivación sufre un cambio conformacional tras su unión con la aldosterona y una
traslocación al núcleo celular donde ejerce su función como factor de transcripción. La
regulación del volumen circulante por aldosterona se realiza mediante el incremento de
la reabsorción de Na+ y Cl- en la nefrona distal (túbulo colector cortical y papilar), que
se acompaña de un aumento de la eliminación urinaria de K+ e H+ y retención hídrica.
La unión de la aldosterona a su receptor induce la síntesis de proteínas serina quinasas
y K-ras 2 que regulan la actividad y estabilizan el canal epitelial de sodio. También
incrementa la actividad de la bomba Na+ -K+ -ATPasa en la membrana basolateral de
la célula epitelial de la nefrona, permitiendo el intercambio de Na+ y K+ a este nivel. La
secreción de K+ , además, se ve favorecida pasivamente por la creación de un gradiente
eléctrico tras el paso de Na+ al interior celular. Situaciones con un descenso del volumen
circulante efectivo conducen a un incremento de la reabsorción de Na+ en el túbulo
proximal por efecto de la A-II, y en la nefrona distal por la aldosterona. La retención de
agua proximal disminuye el fluido de forma distal contrarrestando parcialmente el efecto
de la aldosterona sobre las concentraciones de K+ . No obstante, esta regulación puede
verse sobrepasada en situaciones de secreción autónoma de aldosterona y provocar
hipopotasemia. Por otro lado, el estímulo crónico mineralocorticoideo durante 3 a 5 días
o una ganancia media de 3 kg desencadena un mecanismo de contrarregulación
conocido como “fenómeno de escape”, que se acompaña de pérdida renal de Na+ y
agua, mediado por la liberación de péptido PNA y una natriuresis de presión provocada
por fenómenos hemodinámicos locales, que normaliza de nuevo el volumen circulante,
y que explica la ausencia de edemas característica de los pacientes con HAP. Otros
efectos no clásicos de la aldosterona son la inducción de la expresión de genes
colágenos, genes relacionados con factores de crecimiento y genes mediadores de
inflamación, cuya activación conlleva una mayor prevalencia de lesión de órgano diana
(cardiopatía, nefropatía) y eventos cardiovasculares en pacientes con HAP en
comparación con aquellos con HTA esencial u otras causas de HTA secundaria.
Manifestaciones clínicas
La presencia en un paciente de HTA, hipopotasemia y alcalosis metabólica debe hacer
sospechar inmediatamente la existencia de un HAP. No obstante, esta tríada es poco
sensible en términos diagnósticos, puesto que la presentación más común de la
enfermedad es la HTA normopotasémica. El diagnóstico se suele realizar entre la
tercera y la sexta década de la vida. Dentro de las formas hereditarias, los pacientes
con HRG tienen un espectro clínico muy variable, incluso dentro de la misma familia,
con sujetos asintomáticos con mutación probada hasta grados severos de HTA desde
edades tempranas de la vida. En términos generales, el grado de HTA en el HAP suele
ser moderado-grave, puede existir una tendencia hacia la hipertensión de predominio
diastólico, y los valores de presión arterial tienden a ser mayores en los pacientes con
adenomas que en aquellos con hiperplasia bilateral. No es rara la refractariedad a
tratamientos antihipertensivos tradicionales, y aunque no es habitual, puede presentarse
como una emergencia hipertensiva. Aunque de manera excepcional, se ha comunicado
el diagnóstico de HAP en sujetos normotensos con hipopotasemia. La presencia de
hipopotasemia es más frecuente en pacientes con adenomas (50% de los casos) que
en aquellos con hiperplasia bilateral (menos del 20% de los casos), y en algunos
pacientes sólo es evidente tras la administración de diuréticos tiacídicos o de asa. Los
pacientes con HRG presentan hipopo tasemia en menos de 50% de los casos. En casos
de hipopotasemia moderadagrave puede aparecer debilidad muscular, calambres,
palpitaciones, cefalea, polidipsia, poliuria y/o nicturia. La poliuria y nicturia son
consecuencia de un defecto de concentración a nivel renal inducido por la
hipopotasemia, y que produce una resistencia reversible al efecto de la hormona
antidiurética (diabetes insípida nefrogénica), aunque frecuentemente es confundido con
la presencia de prostatismo en el varón. La aparición de parálisis periódica asociada a
la hipopotasemia es excepcional en caucásicos, pero es muy frecuente en series de
pacientes de origen asiático (40% de los casos). Los pacientes con hipopotasemia
crónica padecen una alta tendencia a desarrollar quistes renales. Puesto que el exceso
de aldosterona incrementa la excreción renal de hidrogeniones, los pacientes con HAP
suelen presentar una alcalosis metabólica leve, que en raras ocasiones es lo
suficientemente marcada para producir un descenso del calcio iónico y desencadenar
tetania. La concentración sérica de sodio suele estar en el límite alto de la normalidad o
sobrepasar este ligeramente, hallazgo clínico que nos debe hacer también sospechar la
presencia de un HAP en un sujeto hipertenso. Sin embargo, la ausencia de edemas es
característica por el fenómeno de escape al exceso mineralocorticoideo crónico. Los
efectos no clásicos de la aldosterona a nivel proliferativo e inflamatorio provocan
consecuencias deletéreas a nivel de órganos diana (riñón, corazón)
independientemente del grado de HTA. Así, cuando se comparan los pacientes con HAP
con sujetos con otras causas de HTA secundaria o pacientes con HTA esencial
pareados por edad, valores de presión arterial y duración de la enfermedad, los primeros
presentan una mayor afectación cardiaca y renal, además de una mayor incidencia de
eventos cardiovasculares de índole coronaria y cerebral. Mención aparte merece la
aparición de eventos cerebrales hemorrágicos en pacientes con HRG por ruptura de
aneurismas intracraneales en pacientes jóvenes, en probable relación con la influencia
de la HTA congénita durante fases tempranas del desarrollo cerebrovascular.
Diagnostico