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Los Alimentos

La alimentación es el acto de consumir alguna clase de alimento, esta solo depende


de la persona que se hace responsable de qué clase de alimento consume. Esta
también depende del lugar geográfico en que se vive, los hábitos alimenticios que
te enseñan o heredan los padres, la situación económica y la variedad de alimentos
que se producen en alguna región especifica (lugar en que se vive), el conocimiento
de que alimentos elegir en el momento de comprarlos y el saber qué beneficios
aportan estos al cuerpo. La alimentación es confundida muchas veces con la
nutrición y esto no debe ser así, ya que la nutrición es la cantidad de nutrientes o
beneficios que se obtienen de los alimentos y la capacidad del cuerpo para
aprovecharlos.

Un alimento es una sustancia que tiene la propiedad de otorgar a un determinado


organismo los nutrientes y la energía necesarios para que cumpla sus funciones
básicas. Todos los seres vivos requieren alimento: personas, animales y plantas.
Sin embargo, cada uno de los seres vivos requiere diferentes tipos de alimentos.
Las plantas, por ejemplo, se alimentan de la luz del sol, a través del proceso que se
conoce como fotosíntesis. Debido a que el cuerpo humano requiere una gran
complejidad de elementos nutritivos, como proteínas, minerales, vitaminas, etc., los
alimentos que requiere el ser humano son de muy variados tipos, ya que ellos
colaboran en diferentes procesos.

Los alimentos se agrupan por su composición nutricional, cantidad de proteínas,


lípidos (grasas), hidratos de carbono o agua que contiene un alimento.

 Cereales, derivados y legumbres.


 Lácteos y derivados.
 Verduras, hortalizas y frutas.
 Carnes, pescados, huevos y grasas.
 Frutos secos, azúcares, dulces y bebidas azucaradas

Los cereales y derivados son compuestos principalmente por hidratos de carbono


(también llamados glúcidos).Destaca su aporte en vitaminas del grupo B y en fibra,
sobre todo, si los cereales son integrales, juntos con las verduras y hortalizas son
la base de nuestra alimentación y se recomienda su consumo en el desayuno y la
cena, siendo también una buena alternativa para la merienda y almuerzos en los
más pequeños y adolescentes. Las legumbres son muy útiles por su alto aporte y
bajo contenido en grasa. Por su interesante aporte en fibra, se recomienda su
consumo 2-3 veces por semana. Bien combinados, son valiosa alternativa en la
realización de menús vegetarianos como sustitutos de la carne (por sus contenidos
en proteínas y hierro).
Los lácteos aportan nutrientes de alto valor biológico. Son la fuente principal de
calcio. También contienen importantes cantidades de vitaminas A, D, B12, y de otros
minerales como el fósforo. Su composición es muy variable dependiendo del tipo de
lácteo. Los más comunes son leche, yogures y quesos. La grasa de la leche tiene
un alto contenido en grasa saturada, pudiendo ser un inconveniente cuando el
consumo global es elevado. Afortunadamente gracias a la industria, que permite
modificar el contenido en grasa de los lácteos, los podemos incluir en nuestra
alimentación diariamente en las proporciones recomendadas como semidesnatados
y desnatados, sustituyendo la grasa láctea por otros tipos de grasa más
cardiosaludables como el ácido olecio o los ácidos grasos omega-3. Si combinamos
los lácteos (yogur, leche o quesos) con las legumbres, obtendremos proteínas de
alto valor biológico y por lo tanto, podríamos sustituir a la carne, en caso de seguir
una dieta vegetariana. El consumo de lácteos es válido a todas horas.
Principalmente en desayunos, almuerzos, meriendas y postres. Además podemos
realizar múltiples recetas con ellos, tales como salsas, ensaladas y postres

Según el Código Alimentario Español (CAE) Las hortalizas son cualquier planta que
se puede utilizar como alimento, ya sea en crudo, o cocinado. Las verduras, son las
hortalizas en las que sus partes comestibles son sus órganos verdes (hojas, tallos,
inflorescencia), tienen en común su gran contenido en agua y por lo tanto su
bajísimo aporte en grasa. A destacar también su importante contenido en fibra,
vitaminas (sobre todo vitaminas A, B y C), minerales y sustancias antioxidantes. Las
podemos consumir crudas y cocidas. Se venden frescas, en lata, en frasco,
congeladas y secas, lo que las hace muy asequibles. Recuerda cocinarlas por poco
tiempo y añadirlas al agua cuando está hirviendo, así, conservan más su color,
sabor, y contenido en vitaminas y minerales. Las podemos consumir en una amplia
variedad de texturas: en sopas, cremas, ensaladas, como primer plato o
complemento de un plato principal, en zumos y a todas horas.

Una fuente excelente de vitaminas, fibra y agua son las frutas. Contienen además
una cantidad variable, y por lo general no alarmante, de azúcar; junto con las
verduras, nos aportan la mayor parte de sustancias antioxidantes de nuestra dieta
mediterránea, culturalmente las consumimos al final de las comidas y son muy útiles
en ese momento para facilitar la asimilación de muchos de los nutrientes. Son
también una muy buena alternativa en el desayuno, almuerzo y merienda. Pueden
consumirse como ingredientes tanto en ensaladas como en platos principales,
participando en un sinfín de recetas tan apetitosas como saludables.

Se recomienda un consumo moderado de carne y sus derivados, alternándose con


otras fuentes proteicas, menos grasas (pescados, legumbres, tofu, huevos). Un
consumo excesivo de estos aumenta el riesgo cardiovascular, por los aportes de
ácidos grasos saturados, colesterol y sodio. Se recomienda controlar el consumo
de carnes rojas y vísceras, así como de embutidos en general (chorizo, salchichón,
etc.). El conejo y las aves pueden consumirse de forma regular (excepto el pato).
Es adecuado quitarle la piel del pollo y la grasa visible de las carnes justo antes de
cocinarlas.
Otro que tiene proteínas similares a las de la carne es el pescado, pero el aporte de
grasa es mucho menor (pescado blanco menor al 5% y pescado azul del 10% o
superior.)

Son ricas en vitaminas A y D presentes en la grasa. Tienen menos hierro que las
carnes. Son ricos en ciertos minerales como el yodo, fósforo y potasio. Recuerda
que si están conservados (en lata o en salazón) el contenido de sal es mucho mayor.
Los mariscos contienen poca grasa y mayor cantidad de colesterol sobre todo en
las cabezas. Los cefalópodos (pulpos, calamar y sepia) contienen cantidades
despreciables de grasa y son una fuente proteica importante. Ideales para completar
platos de pastas, legumbres o ensaladas.

Existen grandes diferencias entre la clara y la yema del huevo. La clara contiene
proteínas de alto valor biológico y la yema es rica en lípidos (ácidos grasos
esenciales, grasas saturadas y colesterol) y por lo tanto, es la responsable del
aporte calórico el huevo (unas 80 kcal por un huevo de 70 gramos). El huevo
contiene además, hierro, vitaminas del grupo B y vitaminas liposolubles A y E. Las
variedades de cocción y consumo son infinitas. Se consideran las proteínas de
mejor calidad y encima, con un coste muy bajo. El consumo de huevos debe
limitarse a 2 o 3 yemas a la semana, en caso de patología cardiovascular.

Hay diferentes tipos de grasas como los aceites vegetales, la margarina, la


mantequilla y la manteca. Estas grasas tienen características muy diferentes.
Mientras los aceites vegetales (sobre todo el aceite de oliva y semillas), contienen
ácidos grasos con beneficios claros para la salud (grasas monoinsaturadas), las
otras grasas más sólidas tienen efectos negativos sobre el perfil lipídico,
favoreciendo el desarrollo de la enfermedad cardiovascular. Este tipo de grasas se
utilizan en la elaboración de alimentos preparados (congelados) y/o en la pastelería
industrial.

Los frutos secos destacan por su alto aporte en grasa y energía. Son una buena
fuente de calcio, fósforo, cobre, vitamina E y fibra. Contienen sobre todo grasa
insaturada (las que ayudan a bajar el colesterol en sangre) y el contenido en grasa
saturada es mínimo. Son una buena alternativa a las proteínas de origen vegetal,
se pueden consumir de múltiples maneras, en salsas, guisos, postres, dan un toque
especial en ensaladas y, además, son un magnífico complemento nutricional.

Los dulces y las bebidas azucaradas aportan una elevada cantidad de energía
(procedente de los azúcares) y no aportan nutriente esencial alguno, pudiendo
favorecer el desarrollo de obesidad o caries dental. Además, el consumo de estos
alimentos, puede desplazar la ingesta de otros alimentos más nutritivos y por lo
tanto, más interesantes para nuestro organismo

El estilo de vida de las personas evoluciona constantemente y esto influye en su


alimentación. Mientras que en un principio la alimentación se entiende como una
función meramente fisiológica, en la actualidad depende de factores aparentemente
tan alejados como el social, el psicológico, el económico, el religioso o el cultural.
El estilo de vida de las personas evoluciona constantemente y esto influye en su
alimentación. Mientras que en un principio la alimentación se entiende como una
función meramente fisiológica, en la actualidad depende de factores aparentemente
tan alejados como el social, el psicológico, el económico, el religioso o el cultural.

Hoy en día cada vez nos preocupa más la alimentación. El público está siendo
bombardeado por mensajes muy heterogéneos y de etiología muy dispar. La
sociedad, por ejemplo, pide un cuerpo esbelto incompatible con las necesidades
nutricionales recomendadas. La paradoja está servida. Para el hombre y la mujer
de hoy en día, el hecho alimentario es un continuo conflicto que se puede resumir
con una simple cuestión: ¿Qué debemos comer? Frente al dilema entran en el
juego los mensajes externos que aportan tanto la cultura y la tradición (fruto de la
experiencia ajena) como la propia experiencia. Además, estamos en un momento
en el que el comer se concibe como una fuente de placer. Este placer también lo
relacionamos con actos de sociabilización como son las comidas de negocios o los
eventos familiares. En estas ocasiones, la comida no responde a una necesidad
física sino al mero deleite. Así pues, comprender el hecho alimentario es muy
complicado. Es necesario buscar un equilibrio entre lo que tenemos a nuestro
alcance y las necesidades fisiológicas. Este equilibrio es imprescindible ya que la
población, pese a ser cada día más sedentaria, no es proclive a modificar los
aportes energéticos. Actualmente una de las principales preocupaciones de la salud
pública son las enfermedades nutricionales. Es necesario, pues, insistir en una
correcta educación alimentario-nutricional.

No existe forma alguna de poner en entredicho lo que hoy enfrenta Venezuela en


materia de seguridad alimentaria y nutricional y, por ende, en los tremendos
impactos que tal situación tiene sobre la salud de la población. Pero, ¿cómo
llegamos hasta aquí? Este camino parece un cuento increíble dado los inmensos
recursos petroleros con los cuales contaron los gobiernos llamados socialistas para
distribuir y redistribuir tales beneficios. En evidente retaliación de las gestiones
anteriores, estos gobiernos intentaron cambiar el esquema económico basado en
una fuerte pero matizada intervención estatal, por la abierta centralización de todas
las decisiones.

En materia agroalimentaria, las expropiaciones y los episodios de violencia que las


acompañaron resultaron en fin de cuentas, en la pérdida de la capacidad productiva
de tales empresas de las cuales medraron funcionarios gubernamentales y sus
familiares. Si a ello se añade la creciente militarización de las instituciones y el
nepotismo en el Estado y en sus aparatos, la conclusión es más pobreza y hambre
abierta y oculta.
En Venezuela, a pesar de los programas diseñados por el gobierno, la situación
agroalimentaria según diferentes expertos, es la siguiente:
1. Se ha deteriorado el respeto por la propiedad privada y el negocio agroproductivo
debido a escasez de insumos, incertidumbre para la inversión, inseguridad jurídica
y personal.
2. Se ha registrado una reducción de la producción de rubros básicos como arroz,
palma aceitera, yuca, cacao, caña de azúcar, aves, bovino, huevos, porcino y
pescado; con acentuación de esta reducción en el corto plazo.
3.Ha disminuido la manufactura de alimentos debido a los fuertes controles
impuestos por el gobierno nacional, entre los que se encuentran las expropiaciones
y cierres de empresas, negación de divisas para la adquisición de materia prima,
preferencia por la importación de alimentos, que también ha disminuido en los
últimos años.
4. Disminución o casi nula exportación legal e incremento de exportaciones ilegales
de alimentos (contrabando de extracción).
Las consecuencias del deterioro del aparato productivo venezolano, conduce a que
los venezolanos tengan menos acceso a los alimentos, agregando a esto la
gravedad de los indicadores socioeconómicos como:
1. Incremento de la pobreza extrema, que según cifras reportadas por el INE pasó
de 8,9% en el 2009 a 13,1% en el 2013. Para el 2015 la Encuesta de condiciones
de vida del venezolano (ENCOVI, 2015), reportó 73% de pobreza general, de la cual
el 49% es pobreza extrema.
2. El índice de escasez de alimentos, según el Banco Central de Venezuela, alcanzó
un valor de 29,5% en marzo de 2014. Desde entonces, las cifras oficiales sobre este
indicador no se han publicado, aunque lo que si se ha observado es el incremento
de personas haciendo colas en los expendios de comida, el día que le corresponde
según número de cédula, para adquirir los alimentos básicos que están más
escasos (harina de maíz, aceite, arroz, pasta, azúcar, entre otros, y productos para
la higiene personal y del hogar jabón, champú, entre otros).
A esto se suma la aparición del fenómeno del “bachaqueo” como alternativa de
comercialización de los alimentos con mayor escasez, actividad que les ha permitido
a algunos venezolanos incrementar sus ingresos generando distorsión de los
precios en el mercado de alimentos.
La inflación de los alimentos en Venezuela ha sido una de las más altas de América
Latina, la cual para el año 2014 se ubicó en 91% cuando el promedio de la región
fue de 13% (FAO, 2015).
Para el cierre de 2015, el Banco Central de Venezuela reporta que el Índice
Nacional de Precios al Consumidor anualizado se ubicó en 141,5% (BCV, 2015).
Los programas oficiales de subsidio de alimentos como la red Mercal, Pdval y
Bicentenario, se encuentran en decadencia y han disminuido su cobertura y
disponibilidad de alimentos.
También el Programa de Alimentación Escolar ha bajado su cobertura y la calidad
de su oferta:
La consecuencia final de la crisis alimentaria es el deterioro del estado nutricional
de las personas, con manifestaciones de malnutrición, en especial en la población
infantil y adulto mayor; sobrepeso y obesidad en niños, adolescentes y adultos;
déficit de vitaminas y minerales (como la anemia) en todos los grupos poblacionales,
con déficit o exceso de peso.
En consecuencia el deterioro del acceso, disponibilidad y utilización de alimentos
en Venezuela se encuentra comprometido y en resumidas cuentas podría hablarse
de inseguridad alimentaria para la mayoría de los venezolanos.

Nosotros comemos alimentos para que el organismo tome de ellos los compuestos,
y de estos los nutrientes. Como no hay alimentos compuestos, debemos
combinarlos entre sí. La comida debe ser completa, variada, suficiente, equilibrada
y adecuada. Es necesario comer productos animales ya sean derivados o
directamente carne animal, ya que nos trae beneficios que ningún otro alimento nos
va a poder proporcionar. Hay que tener en cuenta y consumir con cuidado estos
productos porque como ya fue mencionado nos puede provocar daños si lo
consumimos en exceso.
En nuestro país la alimentación tiene grande contrastes. La desnutrición existe, y la
prevalencia de anemia es muy alta. También ha surgido epidemia de enfermedades
que ya estaban erradicadas por la falta de vacunas y una buena alimentación como:
La malaria, Tuberculosis, difteria...etc.
Por eso es necesario llevar acabo una alimentación sana para tener una buena
salud. El caminar, trotar, correr, jugar, estudiar, pensar son actividades que
hacemos a diario. Todas estas actividades hacen que nuestro cuerpo gaste
energías. Estas energías perdidas tenemos que recuperarlas y aumentarlas para
poder crecer y mantenernos sanos. De ahí la importancia de consumir alimentos
variados para que el cuerpo reciba una dieta balanceada.La cantidad de alimentos
que debemos tomar cada día para el buen funcionamiento del organismo debe ser
balanceada es decir, debe incluir por lo menos un alimento de cada grupo.
Alimentación balanceada no es comer mucho o en abundancia es comer lo
necesario.
Republica Bolivariana De Venezuela
Ministerio Del Poder Popular Para La Educación
Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez”
Iniciación Universitaria

Los Alimentos

Facilitadora: Participante:
Tania Arcia Beatriz González
Sección “A”

Maturín, Noviembre del 2019

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