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MOMENTOS DE ADORACIÓN “24 HORAS CON JESÚS”

Canto: Señor enséñanos a Orar

Guía 1:

Digamos todos: "Sea por siempre, bendito y alabado"

 bendito sea Jesús, enviado del Padre


 bendito sea Jesús, Dios con nosotros
 bendito sea Jesús, el Verbo de Dios hecho hombre
 bendito sea Jesús, que se ha quedado entre nosotros
 bendito sea Jesús, que se hizo alimento para los hombres en la
santa Eucaristía
 bendito sea Jesús, que nos fortalece y nos acompaña
 bendito sea Jesús, que desea que permanezcamos unidos a él
 bendito sea Jesús, en el Santísimo Sacramento del Altar

Canto: Entra Jesús

ORACION:

- Padre nuestro (1)…


- Ave maría (3)…
- Gloria (1)…

Canto: Nadie te ama como Yo

Guía:

Primera Meditación: JESÚS DESDE EL SAGRARIO

Jesús está en el sagrario. Está en el sagrario tan realmente como lo estaba


en los brazos de su Madre, entre los discípulos a quienes eligió, entre
aquellos a quienes sanaba espiritualmente dándoles la verdadera vida, y
corporalmente, devolviéndoles la vista, la posibilidad de caminar. Está
Jesús, nuestro Maestro, como lo estaba cuando enseñaba a los que les
seguían; está escuchando..., hablando..., aconsejando..., esperando...

Canto: Yo te busco
Aun cuando nosotros no lo veamos, él nos mira desde allí, y allí se halla
realmente presente, para permitir que le poseamos, si bien se oculta para
que le deseemos. Oculto nos llama a descubrirlo mediante otros ojos, los
ojos de la fe.

Canto: Me dice que me ama

Está. Está mirándonos.


Sí, el Corazón de Jesús en el Sagrario nos mira. Nos mira siempre. Nos
mira en todas partes... Nos mira a cada uno de los hijos de su Padre.
¿Por qué, Señor? Porque me quieres, y los que se quieren ansían mirarse.
A una madre que lleva horas sin hablar y casi sin respirar, junto a su hijito
que duerme, preguntémosle qué hace y nos responderá: miro a mi hijo...
¿Por qué? Porque lo quiere con todo su corazón y su cariño le impide
hartarse de mirarlo.

Canto: Alianza

El Corazón de Jesús nos ama con un cariño tan grande como su poder.
¡No tiene límites! ¡Un Amor omnipotente!
Sí, Él me sigue con su mirada...
Detengámonos un momento... El Corazón de Jesús está mirándonos
siempre...
Hay miradas de espanto, de persecución, de vigilancia, de amor.
¿Cómo nos mira el Corazón de Jesús desde su Eucaristía?
No es la mirada del ojo justiciero que perseguía a Caín, el mal hermano.
No es aquella mirada de espanto, de remordimiento sin esperanza, de
justicia amenazante. No, ahora no está mirándonos así.

Canto: Jesús estoy aquí

El Evangelio nos muestra tres miradas de Jesús:


Una es la mirada que tiene para los amigos que aún no han caído, otra
es para los amigos que están cayendo o acaban de caer, pero quieren
levantarse, y la otra para los que cayeron y no se levantarán porque no
quieren.
La mirada para los que aún no han caído, es la que regaló al joven aquel
que de rodillas le preguntaba: "Maestro bueno, ¿qué he de hacer para
conseguir la vida eterna?" El evangelista San Marcos describe al Señor
aquí: "Jesús, poniendo en él los ojos, le amó".

Canto: Vine adorarte


Mirada de descanso, de complacencia, de un amor que envuelve y baña
a las almas inocentes y sencillas, que como la de aquel, había guardado
los mandamientos desde su juventud.
La mirada de los que están cayendo o acaban de caer, nos lleva a esa
noche santa del jueves, al Patio de Sumo Pontífice. Allá adentro, Jesús
está sumergido en un mar de calumnias, ingratitudes, malos tratos,
grandes ofensas...; fuera, Pedro, el amigo íntimo, el hombre de confianza,
el confidente del perseguido Jesús, negándolo una... dos... tres veces con
juramento...

Canto: Aquel nunca fui yo

¿Qué ha pasado? Pedro va corriendo con sus manos cerradas


aguantando las lágrimas que brotan de sus ojos. Es que a Quien apresaron
allá adentro, ha saltado por encima de todos sus dolores, ha vuelto la cara
atrás y ha mirado al amigo que caía. Mirada que hacen recordar los
beneficios recibidos, de reproches que duelen y parten el alma de pena,
de invitación al llanto, de esperanza, de perdón...!

Canto: Perdón por aquel mendigo

La mirada de los que cayeron y no se levantarán porque no quieren nos


llena de vacío el corazón... ¡El Maestro, sobre lo alto de un monte,
cruzados los brazos, mira a Jerusalén y llora...! ¡Qué triste, qué
desoladoramente triste debe ser la mirada de Jesús sobre un alma que se
condenará!
Cruza los brazos porque la obstinación y dureza de aquella alma frustra
cuanto se haga por ella, y llora porque... eso es lo único que le queda a su
Corazón.
Hermanos, ¿con cuál de estas tres miradas seremos mirados? Meditemos
esto delante suyo, de su amoroso Corazón.
(Pequeño silencio)
Canto: Adorador
Guía:
Corazón de mi Jesús que vives en ese mi Sagrario, y que no dejas de
mirarme, ya que no puedo aspirar a la mirada de complacencia que regalas
a los que nunca cayeron, déjame que te pida la mirada que le hiciste a
Pedro. ¡Me parezco tanto a él! ¡Necesito tanto tu mirada para empezar y
acabar de convertirme!

Canto: Déjame nacer de nuevo


Mírame mucho, mucho, no dejes de mirarme como lo miraste a él, hasta
que llore yo por mi falta de amor constante, y dejen mis lágrimas marcas
en mi corazón destrozado por la pena del pecado.

Que yo me dé cuenta de que me miras siempre, Señor... ¡Que no quiero


verte delante de mí llorando con los brazos cruzados...! ¡Que yo soy el que
quiere y debe llorar!... Tu no, mi Jesús...

Canto: Llénanos de ti

Guía:

A cada intención respondemos: "Gracias Señor"

 Porque nos has salvado


 Por tu perdón
 Porque quisiste quedarte con nosotros
 Porque vienes sacramentalmente cada día en la Santa Misa
 Por revelarnos tu misericordia
 Por enseñarnos a amar de verdad

Canto: Hasta la Locura

ORACION:

- Padre nuestro (1)…


- Ave maría (3)…
- Gloria (1)…

Canto: No adoréis a nadie

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