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Se presentan no solo dificultades en cuanto a las diferencias teóricas, sino también en cuanto a
la clínica.
Al ser una etapa evolutiva de transición que va desde la niñez a la adultez, el ser queda
desplazado. Doltó llegó a decir “el adolescente no existe”.
Características:
® Rivalidad a la autoridad de los adultos: El adulto cree que porque ya se han manifestado
sus cambios físicos también aparecerán responsabilidades que se adquieren en la fase resolutiva
de la adolescencia. Desafío en hacer lo contrario de lo que se les dice o se les ha ensenado.
Esta conducta desafiante coincide con un deseo de independencia de los padres que aún no se
ha logrado, y que pretende alcanzar a través del no a casi todo lo ensenado.
® Hay cambios físicos que se reflejan en todas las facetas de la conducta: lo lleva a
abandonar su autoimagen infantil y a proyectarse en el futuro de su adultez. Cambios en sus
propios cuerpos, a nivel inconsciente, sus intereses, conducta social y cualidad de su vida
afectiva.
× Pubertad (10-15): Se hacen visibles los cambios con la sexuación. Aparecen los caracteres
secundarios (caracteres femeninos: crecimiento de senos, acumulación de grasa en algunas
zonas / masculinos: cambio en la voz, vello facial, nuez de Adán) (Primarios con los que
nacemos: órganos reproductores). El púber crece de manera asincrónica, le cambia la voz, no
se reconoce a si mismo ni internamente (pensamiento), ni externamente (cuerpo).
- Quedan desalojados (pierden o infantil, sin haber ganado un lugar en el mundo adulto)
- Con el tiempo se van calmando/ordenando, pero en el medio de eso puede haber actividades
que pongan en riesgo su seguridad (actings, fugas).
- Primer Periodo 15-16: conducta más ordenada en cuando al cumplimiento de las normas
escolares. Se termina de estabilizar el proceso de crecimiento. Tiene lugar la salida en busca del
objeto. Se tiene que desplazar de las investiduras libidinales que recaen sobre el propio cuerpo a
lo exogámico.
Conflictos a resolver:
a) Discriminación entre quienes son los padres y quien soy yo: Delimitación de subjetividades
(≠ confrontación generacional, en la cual se rechaza cualquier cosa del mundo adulto), del
lugar de los padres y hermanos en su subjetividad, así como también de la suya propia (quien
soy yo). Esto será la consecuencia del desasimiento parental, un proceso altamente doloroso,
que tiene que ver con desilusionarse de los objetos altamente idealizados (poder soportar la
caída de los padres).
La resolución: Tendrá que ver con la capacidad de frustración; que el sujeto logre soportar la
caída de las ilusiones de la adolescencia media (ideal de justicia, de verdad, de amor), que se
inicia con todas las modificaciones en el plano biológico y su efecto en el psicológico.
1) 18 a 21 años
2) 21 a 24 años
3) 25 a 28 años
compleja e incoherente.
Hay que hacer una discriminación entre la adolescencia y la pubertad, tiene un modo de
procesamiento distintivo. La pubertad es lo constitutivo y el transito adolescente como el
camino hacia la autonomía del proceso de subjetivación o los modos patológicos de conducta,
aislamiento o marginación social.
Produce un nuevo impulso y una nueva organización en el Yo. Se dan cambios pronunciados
internos y externos con alteraciones morfológicas de la corporalidad. Estos cambios se
producen en un lapso de 2 o 3 años, a partir de los cuales el adolescente aparece, tanto para si
como para los otros, como un desconocido. Se puede decir que son cambios más bien súbitos
que como una progresión gradual y suave.
Los brotes en el crecimiento de las características antes nombradas van acompañados por
importantes estados emocionales. El cambio en la autoimagen corporal y una reevaluación del
Ser a la luz de nuevos poderes y sensaciones físicas son dos consecuencias psicológicas
El espejo que hasta hace poco era apenas utilizado, ahora lo es en exceso y en forma
meticulosa. Seria comparable “el signo del espejo” planteado por Jaspers, cuando el enfermo se
mira repetidamente en el espejo para tratar de comprobar si sigue siendo el mismo, debido al
sentimiento de extrañeza que experimenta, solo que en el púber la transformación
(metamorfosis) es real.
Hay un temor a una deformación exagerada de la armonía corporal que los haga parecer
ridículos o repulsivos a los demás, justo, cuando al haber descubierto el juicio social necesitan
de apoyo y de reasegurarse el aprecio colectivo.
Peter Bloss también agrega que las niñas empiezan el desarrollo de la pubertad y alcanzan el
crecimiento completo mucho antes que los muchachos.
Entre los varones si bien están dentro de la misma edad cronolóligca se pueden dar diferencias
en el desarrollo físico e intereses. Debido a ello pueden aparecer formas imitativas y de
conducta “como sí”, para mantenerse dentro de las pautas de conducta esperadas y proteger la
compatibilidad social con el grupo de compañeros al que pertenece.
Todos estos cambios físicos y emocionales se les suma losrequerimientos y estímulos que el
ambiente demanda en este período de desarrollo, provocando una alteración global de su
individualidad que no podría ser comprendida de otro modo que considerándola como una
verdadera crisis vital y existencial que dura años.
Intersecciones: Lo psicosomático
Las chicas se interesan más en el adorno en su persona y menos en juegos y actividades que
requieren esfuerzos intensos, interesándose mas en actividades imaginativas o en sonar
despiertas.
Los autores anteriores a Freud suponían erróneamente que la sexualidad emergía a partir de la
pubertad, en 1898 Freud marcará que la sexualidad comienza por primera vez en la niñez
temprana y la sigue la pubertad como segunda fase. Ambas fases hacen su aparición bajo el
tutelaje de las funciones fisiológicas, tales como la lactancia en la infancia y la maduración
genital en la pubertad. La personalidad total se verá envuelta gradualmente en el
mantenimiento de una homeostasis psicosomática. Los procesos de diferenciación son llevados
a cabo por los estímulos de maduración que actúan simultáneamente de adentro y de afuera en
forma suplementaria y complementaria y se integran de acuerdo con el tiempo de maduración
del cuerpo y del aparato psíquico. La capacidad para valorar, reconciliar y acomodar los
estímulos internos y externos, tanto benignos como peligrosos, permite al yo mantenerse en
una armonía relativa con los impulsos y el ambiente.
Pero no debemos dejar de tener en cuenta que al período que está colocado entre el temprano
florecimiento de la sexualidad infantil y la sexualidad puberal genital está la latencia. Es en este
periodo donde el niño adquiere fuerza y competencia para manejar la realidad y los instintos
(sublimación) con el apoyo de las influencias educativas. Sin estos logros el niño sería
derrotado por la pubertad.
Toda la conducta, explicita o implícita de los púberes, acusa el desequilibrio que en ellos surge
como consecuencia de los siguientes hechos:
• La vida psíquica puberal: La proyección es el rasgo distintivo. Si bien con frecuencia soñaba
con ser grande para poder hacer algo que le era negado por ser chico, se siente desligado del
pasado, disconforme con su presente e ignorante respecto de su futuro. Hay temor a
enfrentarse a lo desconocido que está en relación a la vida y a la muerte y al desasimiento de la
autoridad parental. La ausencia de interés por estos aspectos de su futuro no será patológica en
LA púber y si lo es en EL púber.
Hay falta de precisión de la vocación o disparidad entre vocación y aptitud esto lo puede llevar
a un bajo rendimiento de lo que esté haciendo, generando una reconvención familiar y el púber
se oirá llamar torpe, holgazán, etc., lo cual lo llevara a sentirse malo y descargar su enojo en
actos reprochables. En estos púberes cuyo sentimiento existencial sufre oscilaciones bruscas
pueden aparecer desde cuidados excesivos de la salud hasta excesos, algunos se refugian en el
misticismo religioso o por el contrario negando el problema. Lo que más le preocupa al joven
no es tanto morirse como vivir sufriendo o transvivir después de la muerte en un área
desconocida.
Históricamente el mito es un relato popular, fabuloso, que intenta explicar el origen del mundo
representando las fuerzas de la naturaleza bajo la forma de seres vivientes.
El mito según Freud, se refiere a las fantasías, mediante las cuales el sujeto modifica
imaginariamente los lazos con sus progenitores. El mito incide en lo que queda silenciado y sin
embargo juega un rol predominante en los anhelos del sujeto y en la formación de síntomas del
neurótico.
Para fundamentar como se estructura los mitos, se parte de la premisa freudiana de fantasía
(escenas infantiles contadas por jóvenes o adultos, en su mayor parte falsas por efecto de la
represión, y en algunos casos contrarias a la realidad, pero no por ello menos reales). Son
eficaces porque producen determinación psíquica. Tales fantasías fueron atribuidas por Freud a
la situación edípica y surgen por la presión que ejerce en este momento crucial, la asunción de
una nueva identidad independiente de los prodigiosos cuidados parentales y los duelos que
enfrenta en este momento. Pero también el mito adopta otra estructura en jóvenes con
delirios paranoicos, de un modo patológico ya que no se presenta integrado a la fantasía, sino
que lo vive como una certeza, producto de una perturbación en el contenido del pensamiento y
basado en un juicio desviado y tendencioso por el cual se elabora una trama más o menos
verosímil pero patológicamente errónea de la cual está convencido.
Podemos definir a los mitos como sucesos imaginarios con los que se encubre a si mismo la
historia de su infancia, obrando de la misma forma que los pueblos encubren con leyendas la
historia de su pasado olvidado.
En la misma línea del mito se ubica “la novela familiar del neurótico”, que crea el púber según
sus fantasías.
El mito de la horda primitiva y la culpa retrospectiva. La prohibición del incesto que funciona
como ley es decir como organizadora del procesamiento psíquico y la salida exogámica a partir
de la muerte del protopadre en manos del hermano mayor.
Los mitos individuales hay varias verdades en juego y a veces ninguna guarda una lógica
entendida por las otras sino que es una lógica en sí misma, que solo puede aclararse en la
clínica, en el discurrir y las asociaciones del paciente. En este sentido la mitología busca dejar
silenciada la historia, una verdad que el sujeto la puede decir de forma figurativa, a medias, no
objetiva. Solo a partir de construir con el puber esa mitología, plagada de leyendas familiares se
puede levantar el silencio sacro de lo infantil.
Marcan una diferencia entre los iniciados y aquellos que no lo son. Luego de la iniciación el
sujeto vuelve cambiado, con una marca de distinción y con una transformación acerca de la
función que cumple y desempeña desde ese momento en lo social; puede poseer una mujer;
procrear y tener una tarea o trabajo enconmendado. Habitualmente, la iniciación es planteada
como un segundo nacimiento.
La separación inicial del chico de la madre: que se produce más o menos terriblemente, en
algunas la madre lo cede; en otras en pleno ritual, es arrancado literalmente de la choza y
transportado por hombres disfrazados de divinidades. Lo destacable de esta situación es que
tanto la madre como el chico viven esto como una experiencia de muerte.
La elección del lugar: el lugar elegido es un lugar sagrado que a la tribu reconoce
ancestralmente como lo que podríamos llamar centro del mundo; “… es ahí donde se le reveló
por primera vez a algún antepasado la función de la tribu, el destino de la comunidad, etc”.
En Tres Ensayos para una Teoría Sexual, Freud plantea la pubertad como a un túnel que se excava
por ambos lados: por un lado, el niño y por el otro, el adulto.
El bello príncipe de la latencia se transforma en un feo sapo, en una cosa que lo único que
hace es crecer. Irrumpen nuevos fluidos y olores, cambias las formas y proporciones conocidas
y aparece la torpeza, producto de un cuerpo diferente que todavía no dispone de una imagen
intrapsíquica que permita su control. Cuando el cuerpo infantil pierde su gracia y armonía, “el
Yo, que es ante todo un Yo corporal”, se desorganiza.
Hay un desalojo del lugar y una identidad de nino y pasaje a un lugar de adulto. El joven puede
resolver este pasaje por medio de un trabajo de duelo, que le permita reencontrarse consigo
mismo en la salida.
Se pierde a los padres idealizados como soporte externo del Ideal del Yo. El poder sobrellevar
estas perdidas sin caer en la enfermedad depresiva, depende del establecimiento temprano de
un sentimiento de si. Es importante contar con el sostenimiento parental. Este puede ser
insuficiente por crisis severas en la pareja, violencia familiar, problemas economicos, etc.
El padre debe ser lo suficientemente fuerte para que pueda ser destituido y el hijo ocupe su
lugar en el mundo adulto. Debe soportar la paradoja de dejarse asesinar y sobrevivir.
Ana Freud
Relaciona las dificultades en el tratamiento de los jóvenes con las que se presentan en pacientes
que están en duelo o que han sufrido un infortunio amoroso reciente. “Son estados
emocionales en los que la libido del individuo esta totalmente comprometida con el objeto de
amor real del presente o del pasado inmediato, el dolor mental es el resultado de la difícil tarea
de retirar la cátedra y renunciar a una posición que ya no ofrece posibilidades de retorno del
amor, es decir, de gratificación”.
Peter Blos
Refiere que la adolescencia esta ligada a dos temas dominantes: la revivencia edipica positiva y
la desconexion con los primeros objetos de amor. Esta fase se puede describir en terminos de
dos amplios estados afectivos: duelo y enamoramiento.
El duelo es escencial para el logro gradual de la liberación del objeto perdido, requiere tiempo y
repetición.La separacion de los padres es un proceso doloroso que solo puede lograrse
gradualmente. Su contrapartida que es la capacidad de enamoramiento de los jovenes. A su vez
el duelo se desarrolla paralelamente con el júbilo de sentirse independiente del progenitor
interiorizado. Señala también los estados transitorios de inundación libidinal del self, hasta su
reconexion con nuevos objetos.
Aberastury – Knobel
Relacionan la adolescencia con el duelo. Lo comienzan planteando desde el carácter invasivo
de las modificaciones corporales y de las exigencias ambientales. Nada interno o externo que
quiera apresurar este proceso de duelo favorece esta labor, ya que de otra manera lo pueden
llevar a tomar una postura defensiva de negación maníaca de la pérdida de su infancia.
1. Duelo por el cuerpo infantil: los cambios en su cuerpo a partir de la aparición de los
caracteres sexuales secundarios
3. Duelo por los padres de la infancia: la protección que ellos significan, en los cuales busca
retener en su personalidad y se le agrega el abandono de la fantasía de doble sexo implícita en
todo ser humano como consecuencia de su bisexualidad básica
1. con el cuerpo, en la pubertad perdida del cuerpo físico tangible y la del esquema
corporal que incluye la idealización del cuerpo adulto esperado. Es un período de
protesta. Hay un retiro de libido del objeto
2. objetos internos (identificaciones y sus configuraciones), a los 15 años se centra en el
duelo en el yo psicológico, entendiendo por tal las identificaciones y la función
imaginativa y pensante. Es un período desesperación. Predominan las tendencias
narcisistas, la idealización yoica, las ilusiones y la participación en identidades grupales.
3. con los objetos externos (familia y medio ambiente) la última etapa y período
adolescente la caracteriza por el desplazamiento hacia nuevos objetos y supone el logro
de una identidad básica que posibilita al sujeto el estar solo. Hay una vuelta de
investimiento al objeto externo
Agrega que se destacan tres tipos clásicos de ansiedades en relación a los duelos.
1. Persecución
2. Depresivas
3. Despersonalización, extrañamiento, desorientación y ansiedad confusional.
Freud
2. Vuelta hacia el Yo
La descatectizacion es pieza por pieza. Se tienen que desinvestir las diferentes identificaciones y
posiciones en que el Yo ha puesto a ese objeto en relacion al sujeto. Hay una historia entre el
objeto y el Yo. Implica un trabajo de elaboracion.
Una vez logrado esto, el sujeto queda liberado para volver a investir objetos. La investidura se
hace tambien de esa manera (pieza por pieza).
Estos duelos no son sucesivos, sino simultaneos. Hay coexistencia de conductas y sentimientos
de identidad infantiles y adultos, o vinculacion con nuevos objetos, sin haber renunciado
completamente a los primarios.
Pisoni
Disiente respecto de lo que plantean los autores arriba mencionados sobre los duelos porque
sostiene que el adolescente no pierde, sino que cambia, se transforma, como en los ritos de
iniciacion. Si bien cuesta dejar lo conocido (infantil), el adolescente desea fervientemente lo y
nuevo y puja por lograrlo, mas de lo que lo apena dejar su pasado, que sobredimensiona e
idealiza a partir de las dificultades y angustias que le apareja lo nuevo.
En cuanto a la representación psíquica del cuerpo, tampoco se pierde, sino que los cambios
físicos son significados e incorporados gradualmente, produciéndose un parcial y continua
modificación de dicha representación del cuerpo. Homólogamente sucede con la identidad que
no se pierde sino que se transforma y complejiza, o con respecto a la relación con los padres
que también varía.
Dolto dice que aparecen al mismo tiempo la pena por lo que se deja pero también la alegría de
lo que se logra y progresa (por eso no es un duelo tal como lo señala Freud). Pisoni agrega que
debe primar la alegría pues de lo contrario hay detención o regresión y es ahí donde podemos
ubicar el silencio desde lo patológico.
H. Deutsch agrega que los movimientos oscilantes entre lo regresivo y lo progresivo que
caracterizan al adolescente posibilitan incluir en el futuro el pasado revitalizando la pérdida de
lo infantil. No hay pérdida ni duelo porque el cuerpo infantil se desarrolla desde el cuerpo
infantil previo, con señales progresivas de cambio.
Si, puede haber algun duelo respecto de como iba a ser desarrollada alguna capacidad o
habilidad imaginada que no se logra, pero se podran promover y enaltecer aquellas capacidades
y/o habilidades que si se tiene.
Defensas
El proceso de desidealizacion, tanto del self como del objeto, es probablemente el proceso mas
doloroso, por el que transcurre el adolescente.