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La adolescencia y su silencio (Pisoni, Norberto)

Capítulo IV: Adolescencia: Generalidades

Es un proceso universal de cambio de desprendimiento, pero que a su vez tiene características


peculiares de cada cultura que lo favorecerán o dificultarán según sus circunstancias.

No se conoce tan bien al adolescente como al niño.

Se presentan no solo dificultades en cuanto a las diferencias teóricas, sino también en cuanto a
la clínica.

Etimológicamente proviene del latín adolescens: dolencia habitual que acompaña el


crecimiento.

La adolescencia es un periodo complejo de la vida y la estabilización de la personalidad no se


logra sin pasar por cierto grado de conducta “patológica”, normal en esta etapa (Knobel). Esta
normalidad variará en relación con el medio socioeconómico, político y cultural. También se
relaciona normalidad con la adaptación al medio, aunque no siempre la personalidad bien
integrada no es siempre la mejor adaptada.

Cuando concluye esta etapa biológica como psíquica, todo se ha transformado,


metamorfoseado, de tal manera que deja huellas en el adulto que serán definitivas.

Al ser una etapa evolutiva de transición que va desde la niñez a la adultez, el ser queda
desplazado. Doltó llegó a decir “el adolescente no existe”.

Características:

® En apariencia el adolescente es improductivo: No quiere estudiar o trabajar, es


subversivo, altera el orden establecido, el orden del hogar, el orden social, el de las palabras
(crea neologismos) e impone un código de expresión propia.

® Rivalidad a la autoridad de los adultos: El adulto cree que porque ya se han manifestado
sus cambios físicos también aparecerán responsabilidades que se adquieren en la fase resolutiva
de la adolescencia. Desafío en hacer lo contrario de lo que se les dice o se les ha ensenado.
Esta conducta desafiante coincide con un deseo de independencia de los padres que aún no se
ha logrado, y que pretende alcanzar a través del no a casi todo lo ensenado.
® Hay cambios físicos que se reflejan en todas las facetas de la conducta: lo lleva a
abandonar su autoimagen infantil y a proyectarse en el futuro de su adultez. Cambios en sus
propios cuerpos, a nivel inconsciente, sus intereses, conducta social y cualidad de su vida
afectiva.

® Los conflictos de la temprana niñez deben ser recapitulados antes de encontrar


nuevas metas instintivas. Por eso se llamó a la adolescencia la segunda edición de la infancia
(la primera ocurre hacia el fin del segundo año, cuando el niño experimenta la distinción entre
ser y no ser). En ambos periodos se da un Ello relativamente fuerte que confronta a un Yo
elativamente débil. Lo pulsional irrumpe sobre el sujeto que está en vías de constitución en
cuanto a la organización psíquica. Debe tenerse en mente que las fases preginitales de
organización sexual todavía trabajan tratando de afirmarse camino hacia la genitalidad y la
orientación heterosexual que se detuvo en la fase edípica entre los 3-5 años en la primera
consagración del desarrollo yoico (latencia). Se da también la segunda instancia en el proceso
de subjetividad en la adolescencia(el niño lo experimenta a los 2 años en la diferenciación ser y
no ser que está condensada en una sola palabra: NO), es más compleja pasando por etapas de
autoconciencia y de experiencia fragmentada y culmina en un sentido de identidad.

® Incluye el pasaje desde la endogamia (códigos de la intimidad familiar) hasta la


exogamia (códigos de la cultura). El logro de la madurez sexual, es decir:

 la asimilación psíquica de los cambios morfológicos y fisiológicos que corren en su


cuerpo (madurez genital).
 El estar apto para la conservación de la especie.
 El encuentro intrapsíquico exterior con el objeto heterosexual y
 El desenlace eficaz del narcisismo positivo derivado de las investiduras de objeto
homosexual que permitan transformaciones psíquicas desplazadas hacia la realización
laboral, intereses sociales

® El proceso de subjetivación del adolescente se acompaña de sentimientos de


aislamiento, soledad y confusión. Puesto que todos los sueños megalómanos de la infancia
son relegados a la fantasía de otra forma pueden ser considerados peligrosos.

® La concreción de la finalización de la infancia crea un sentido de miedo y pánico. En


consecuencia, más de un adolescente trata de permanecer en forma indefinida en una fase
transitoria del desarrollo (“adolescencia prolongada”) que lleva a la emergencia de lo
patológico.

FASES DE LA ADOLESCENCIA: desde el punto de vista cronológico (evolutivo) y la


clínica con su lógica estructural del AP.

1. Adolescencia temprana: Se dan todos los cambios físicos y en la conducta.

× Pre-pubertad (8-10): Cambios de crecimiento, estatura, talle y conducta. Los juegos y


verbalizaciones se tiñen de contenido sexual. No solo depende de lo biológico, también
interactúa con lo social. Generalmente aparece primero en las niñas, que se vuelven más
intrusivas, envolventes y desenvueltas. Los varones se alejan como forma de defensa; quedan
en el lugar de inmaduros.

× Pubertad (10-15): Se hacen visibles los cambios con la sexuación. Aparecen los caracteres
secundarios (caracteres femeninos: crecimiento de senos, acumulación de grasa en algunas
zonas / masculinos: cambio en la voz, vello facial, nuez de Adán) (Primarios con los que
nacemos: órganos reproductores). El púber crece de manera asincrónica, le cambia la voz, no
se reconoce a si mismo ni internamente (pensamiento), ni externamente (cuerpo).

× Adolescencia temprana propiamente dicha (13-15): tercer año del secundario.

Desenfreno pulsional que se traduce en mala conducta.

- Desafío a la autoridad. Se oponen a todo, hacen lo opuesto a lo que les dicen.

- Confrontan con las otras generaciones

- Quedan desalojados (pierden o infantil, sin haber ganado un lugar en el mundo adulto)

- Con el tiempo se van calmando/ordenando, pero en el medio de eso puede haber actividades
que pongan en riesgo su seguridad (actings, fugas).

2. Adolescencia media (15-18) coincide con el egreso del colegio secundario.

- Primer Periodo 15-16: conducta más ordenada en cuando al cumplimiento de las normas
escolares. Se termina de estabilizar el proceso de crecimiento. Tiene lugar la salida en busca del
objeto. Se tiene que desplazar de las investiduras libidinales que recaen sobre el propio cuerpo a
lo exogámico.

El vínculo se va a dar con un objeto en particular, será un vínculo de intimidad (homosexual o


heterosexual). Coincide con la escuela secundaria, la cual le da un borde, un lugar de
pertenencia, un cuerpo social y vínculos de masa. A los 18 años, al egresar del colegio, los
pierde y se inicia la adolescencia tardía.

- Segundo Periodo: Se dan vínculos en masa, caracterizados por el amor y la identificación


fraterna, con fidelidad a un líder idealizado. Con la ruptura de estos vínculos de masa, propios
de la escuela secundaria, pasa hacia la adolescencia tardía.

3. Adolescencia tardía (18-28)

Conflictos a resolver:

a) Discriminación entre quienes son los padres y quien soy yo: Delimitación de subjetividades
(≠ confrontación generacional, en la cual se rechaza cualquier cosa del mundo adulto), del
lugar de los padres y hermanos en su subjetividad, así como también de la suya propia (quien
soy yo). Esto será la consecuencia del desasimiento parental, un proceso altamente doloroso,
que tiene que ver con desilusionarse de los objetos altamente idealizados (poder soportar la
caída de los padres).

b) Deseo de establecimiento de vivienda independiente

c) Deseo de constituir una pareja estable

d) Logro de la orientación vocacional y/o laboral

La resolución: Tendrá que ver con la capacidad de frustración; que el sujeto logre soportar la
caída de las ilusiones de la adolescencia media (ideal de justicia, de verdad, de amor), que se
inicia con todas las modificaciones en el plano biológico y su efecto en el psicológico.

En este periodo se diferencian tres sub-fases:

1) 18 a 21 años

. Gran conmoción y caos interior, debido al sentimiento de soledad que lo domina


. Perdida del cuerpo institucional que sume al adolescente en un estado depresivo, a veces no
detectado por el observador, porque se recubre de defensas

. Desorientación, confusión, a veces caótico. O su contrario: un adolescente ordenado y sobre


adaptado.

2) 21 a 24 años

. El adolescente toma conciencia de las tareas psíquicas a resolver, independientemente de que


pueda realizarlas. Es el periodo de mayor posibilidad de reflexión, en que el estado confusional
se ha calmado. Si el desorden del primer periodo no había ocurrido, suele darse en esta
segunda subfase.

. Inserción en nuevos grupos sociales y de trabajo, que se saben transitorios

3) 25 a 28 años

. Entrada en la adultez y aceptación de la complejidad psíquica y social

. Capacidad de frustración para aceptar la caída de los ilusorios característicos de la


adolescencia media (ideal de justicia, de verdad, de amor), lo cual le permitirá insertarse en la
sociedad adulta,

compleja e incoherente.

CAPÍTULO V: ADOLESCENCIA TEMPRANA: PUBERTAD

Hay que hacer una discriminación entre la adolescencia y la pubertad, tiene un modo de
procesamiento distintivo. La pubertad es lo constitutivo y el transito adolescente como el
camino hacia la autonomía del proceso de subjetivación o los modos patológicos de conducta,
aislamiento o marginación social.

Pubertad deriva de púber, y esa a su vez, de pubis.

Implica cambios biológicos y fisiológicos, internos y externos que incidirán en la adolescencia.


Hay una transformación que hace que no se reconozca, que se convierta en un extraño para él
y para los otros. Hay perdida de la continuidad de imagen infantil (la gracia, la armonía) y esta
transformación va a impactar en el Yo, porque el Yo es un Yo corporal (lo va a desorganizar).
Suceso biológico

Produce un nuevo impulso y una nueva organización en el Yo. Se dan cambios pronunciados
internos y externos con alteraciones morfológicas de la corporalidad. Estos cambios se
producen en un lapso de 2 o 3 años, a partir de los cuales el adolescente aparece, tanto para si
como para los otros, como un desconocido. Se puede decir que son cambios más bien súbitos
que como una progresión gradual y suave.

1. Aumento del tamaño corporal (estatura y peso)

2. Cambios en las proporciones del cuerpo (exterior e interior) de manera asincrónica y


manifiesta. Con frecuencia trae exigencias extremas a la adaptabilidad física y mental del sujeto.

3. Desarrollo de los caracteres sexuales primarios

4. Desarrollo de los caracteres sexuales secundarios.

Los brotes en el crecimiento de las características antes nombradas van acompañados por
importantes estados emocionales. El cambio en la autoimagen corporal y una reevaluación del
Ser a la luz de nuevos poderes y sensaciones físicas son dos consecuencias psicológicas

El espejo que hasta hace poco era apenas utilizado, ahora lo es en exceso y en forma
meticulosa. Seria comparable “el signo del espejo” planteado por Jaspers, cuando el enfermo se
mira repetidamente en el espejo para tratar de comprobar si sigue siendo el mismo, debido al
sentimiento de extrañeza que experimenta, solo que en el púber la transformación
(metamorfosis) es real.

Hay un temor a una deformación exagerada de la armonía corporal que los haga parecer
ridículos o repulsivos a los demás, justo, cuando al haber descubierto el juicio social necesitan
de apoyo y de reasegurarse el aprecio colectivo.

Otro elemento de inquietud que liga el cambio anatomorfológico a lo psíquico es la


preocupación por la vestimenta, ya que debido a los cambios rápidos en el cuerpo, en poco
tiempo sienten que no les queda bien.

Peter Bloss también agrega que las niñas empiezan el desarrollo de la pubertad y alcanzan el
crecimiento completo mucho antes que los muchachos.
Entre los varones si bien están dentro de la misma edad cronolóligca se pueden dar diferencias
en el desarrollo físico e intereses. Debido a ello pueden aparecer formas imitativas y de
conducta “como sí”, para mantenerse dentro de las pautas de conducta esperadas y proteger la
compatibilidad social con el grupo de compañeros al que pertenece.

Todos estos cambios físicos y emocionales se les suma losrequerimientos y estímulos que el
ambiente demanda en este período de desarrollo, provocando una alteración global de su
individualidad que no podría ser comprendida de otro modo que considerándola como una
verdadera crisis vital y existencial que dura años.

Intersecciones: Lo psicosomático

Los cambios inciden en la aparición y declinación de ciertos intereses y actitudes.

Las chicas se interesan más en el adorno en su persona y menos en juegos y actividades que
requieren esfuerzos intensos, interesándose mas en actividades imaginativas o en sonar
despiertas.

Los autores anteriores a Freud suponían erróneamente que la sexualidad emergía a partir de la
pubertad, en 1898 Freud marcará que la sexualidad comienza por primera vez en la niñez
temprana y la sigue la pubertad como segunda fase. Ambas fases hacen su aparición bajo el
tutelaje de las funciones fisiológicas, tales como la lactancia en la infancia y la maduración
genital en la pubertad. La personalidad total se verá envuelta gradualmente en el
mantenimiento de una homeostasis psicosomática. Los procesos de diferenciación son llevados
a cabo por los estímulos de maduración que actúan simultáneamente de adentro y de afuera en
forma suplementaria y complementaria y se integran de acuerdo con el tiempo de maduración
del cuerpo y del aparato psíquico. La capacidad para valorar, reconciliar y acomodar los
estímulos internos y externos, tanto benignos como peligrosos, permite al yo mantenerse en
una armonía relativa con los impulsos y el ambiente.

Pero no debemos dejar de tener en cuenta que al período que está colocado entre el temprano
florecimiento de la sexualidad infantil y la sexualidad puberal genital está la latencia. Es en este
periodo donde el niño adquiere fuerza y competencia para manejar la realidad y los instintos
(sublimación) con el apoyo de las influencias educativas. Sin estos logros el niño sería
derrotado por la pubertad.
Toda la conducta, explicita o implícita de los púberes, acusa el desequilibrio que en ellos surge
como consecuencia de los siguientes hechos:

• Pensamiento: la nueva concepción del mundo y la creación de valores: Aparecerá una


tendencia al dogmatismo absoluto: (ley del todo o nada), los juicios de valor son absolutos
(fulano es un idiota, todas las mujeres son tal o cual cosa) que están basados más en la pulsión
o por el deseo que por una pauta racional y sistemática.

Existe un egocentrismo intelectual de la adolescencia, comparable al del lactante que asimila el


universo a su actividad corporal, este finaliza cuando encuentra poco a poco su corrección en
la reconciliación entre el pensamiento formal y la realidad. El adolescente puede liberarse de lo
concreto y elevarse al plano de reflexiones y teorías abstractas, formular hipótesis pero tambien
los lleva a vivir en la edad de las ilusiones y las fantasías. Esto permite poder empezar a pensar
en su futuro, su carrera, su trabajo y futuro en la sociedad.

Se identificará en todo ya no a sus progenitores ni en sus subrogados (en quienes quiso


encontrar la verdad y solo se hallaron sus velos) sino a un ser ajeno al estrecho vínculo familiar
directo. A estos compañeros, héroes o personajes a quienes admiran, serán con quienes se
identifique en su forma de pensar, sentir y actuar, pero no de forma permanente pues al
identificarse con el representante de su Idea, puede esté personaje caer muy fácilmente si no
cumple con sus expectativas, rompiendo todo lo que le haga recordar a ese personaje
retemplándolo por uno nuevo. El yo del adolescente es débil pero no por un déficit en su
estructuración sino por el avance de lo pulsional? (ver audio). Pag. 132.

• La vida psíquica puberal: La proyección es el rasgo distintivo. Si bien con frecuencia soñaba
con ser grande para poder hacer algo que le era negado por ser chico, se siente desligado del
pasado, disconforme con su presente e ignorante respecto de su futuro. Hay temor a
enfrentarse a lo desconocido que está en relación a la vida y a la muerte y al desasimiento de la
autoridad parental. La ausencia de interés por estos aspectos de su futuro no será patológica en
LA púber y si lo es en EL púber.

Hay falta de precisión de la vocación o disparidad entre vocación y aptitud esto lo puede llevar
a un bajo rendimiento de lo que esté haciendo, generando una reconvención familiar y el púber
se oirá llamar torpe, holgazán, etc., lo cual lo llevara a sentirse malo y descargar su enojo en
actos reprochables. En estos púberes cuyo sentimiento existencial sufre oscilaciones bruscas
pueden aparecer desde cuidados excesivos de la salud hasta excesos, algunos se refugian en el
misticismo religioso o por el contrario negando el problema. Lo que más le preocupa al joven
no es tanto morirse como vivir sufriendo o transvivir después de la muerte en un área
desconocida.

• Necesidad imperiosa de afirmar la propia personalidad: si hasta ahora el sujeto ha sido


de una manera específica, ahora quiere ser diferenciado y reconocido como sui generis entre
los demás, quiere tener personalidad. Esto será diferente según el ambiente, las normas de
conducta imperantes y sexo y el carácter del púber, pues la sociedad generalmente exige más al
púber que a la púber pues con que esta tenga mínimamente buena apariencia es suficiente,
generando en el púber una distancia entre el ser y valer y el ideal o pauta modélica del quehacer
al que se aspira, así discurren entre polos de ambición (ideal deseado) y angustia (realidad
actual), ante esta última pueden aparecer tendencias regresivas a modos de existencia infantiles.
Para evitar caer en la duda acerca de su propio valor, necesitan someterse a pruebas
experimentales, creando situaciones que demanden especial esfuerzo (varones: luchas
deportivas / chicas: tareas artísticas, escolares, etc.). Si fracasan, aparecen actitudes negativitas y
obstinación en persistir en conductas perjudiciales.

CAPÍTULO VI: MITOLOGÍA Y PUBERTAD

Históricamente el mito es un relato popular, fabuloso, que intenta explicar el origen del mundo
representando las fuerzas de la naturaleza bajo la forma de seres vivientes.

El mito según Freud, se refiere a las fantasías, mediante las cuales el sujeto modifica
imaginariamente los lazos con sus progenitores. El mito incide en lo que queda silenciado y sin
embargo juega un rol predominante en los anhelos del sujeto y en la formación de síntomas del
neurótico.

Para fundamentar como se estructura los mitos, se parte de la premisa freudiana de fantasía
(escenas infantiles contadas por jóvenes o adultos, en su mayor parte falsas por efecto de la
represión, y en algunos casos contrarias a la realidad, pero no por ello menos reales). Son
eficaces porque producen determinación psíquica. Tales fantasías fueron atribuidas por Freud a
la situación edípica y surgen por la presión que ejerce en este momento crucial, la asunción de
una nueva identidad independiente de los prodigiosos cuidados parentales y los duelos que
enfrenta en este momento. Pero también el mito adopta otra estructura en jóvenes con
delirios paranoicos, de un modo patológico ya que no se presenta integrado a la fantasía, sino
que lo vive como una certeza, producto de una perturbación en el contenido del pensamiento y
basado en un juicio desviado y tendencioso por el cual se elabora una trama más o menos
verosímil pero patológicamente errónea de la cual está convencido.

Podemos definir a los mitos como sucesos imaginarios con los que se encubre a si mismo la
historia de su infancia, obrando de la misma forma que los pueblos encubren con leyendas la
historia de su pasado olvidado.

En la misma línea del mito se ubica “la novela familiar del neurótico”, que crea el púber según
sus fantasías.

El mito de Edipo es una de las modalidades fundamentales de la repetición, del encuentro


fallido con lo real. Encuentro en el que aparece la parte que de sí mismo pierde el sujeto al
entrar en el orden simbólico. Lacan articulará la relación entre el mito y la verdad y la
estructura de la ficción propia de la verdad.

El mito de la horda primitiva y la culpa retrospectiva. La prohibición del incesto que funciona
como ley es decir como organizadora del procesamiento psíquico y la salida exogámica a partir
de la muerte del protopadre en manos del hermano mayor.

Los mitos individuales hay varias verdades en juego y a veces ninguna guarda una lógica
entendida por las otras sino que es una lógica en sí misma, que solo puede aclararse en la
clínica, en el discurrir y las asociaciones del paciente. En este sentido la mitología busca dejar
silenciada la historia, una verdad que el sujeto la puede decir de forma figurativa, a medias, no
objetiva. Solo a partir de construir con el puber esa mitología, plagada de leyendas familiares se
puede levantar el silencio sacro de lo infantil.

CAPÍTULO VII: LOS RITOS DE INICIACIÓN

La pubertad ha sido históricamente señalada en la iniciación. Prácticamente en todas las


culturas hay y/o hubo ritos de iniciación.

1. Iniciación a la vida adulta


2. Iniciación a cofradías más o menos secretas
3. Iniciación en un sentido más abarcativo (ej.: shamanismo)
Uno de los pilares en que sostienen simbólicamente los ritos de iniciación es su tendencia a
retomar y reactualizar un tiempo pasado.

Marcan una diferencia entre los iniciados y aquellos que no lo son. Luego de la iniciación el
sujeto vuelve cambiado, con una marca de distinción y con una transformación acerca de la
función que cumple y desempeña desde ese momento en lo social; puede poseer una mujer;
procrear y tener una tarea o trabajo enconmendado. Habitualmente, la iniciación es planteada
como un segundo nacimiento.

Hay algo común que se da en las distintas tribus:

La separación inicial del chico de la madre: que se produce más o menos terriblemente, en
algunas la madre lo cede; en otras en pleno ritual, es arrancado literalmente de la choza y
transportado por hombres disfrazados de divinidades. Lo destacable de esta situación es que
tanto la madre como el chico viven esto como una experiencia de muerte.

El aislamiento: el iniciado va a estar alejado de la comunidad tanto sea en la choza o en la selva,


es decir que queda separado todos aquellos hábitos en que participaba ordinariamente.

La elección del lugar: el lugar elegido es un lugar sagrado que a la tribu reconoce
ancestralmente como lo que podríamos llamar centro del mundo; “… es ahí donde se le reveló
por primera vez a algún antepasado la función de la tribu, el destino de la comunidad, etc”.

Transmisión Oral: de algún secreto.

La adolescencia de nuestros días en nuestra cultura occidental es testimonio de la ausencia de


un rito iniciático. El rito ausente va a reaparecer en otros acontecimientos que no serán vividos
en lo real como experiencia de muerte, pero si en lo simbólico:

• De adaptación: Entrada al colegio secundario, egresar, formar una pareja, etc.

• De desadaptación: Inhibiciones, fracaso escolar, conductas delictivas o embarazo, etc.

CAPÍTULO VIII: METAMORFOSIS DE LA PUBERTAD

Metamorfosis significa transformación de una cosa en otra.

En Tres Ensayos para una Teoría Sexual, Freud plantea la pubertad como a un túnel que se excava
por ambos lados: por un lado, el niño y por el otro, el adulto.
El bello príncipe de la latencia se transforma en un feo sapo, en una cosa que lo único que
hace es crecer. Irrumpen nuevos fluidos y olores, cambias las formas y proporciones conocidas
y aparece la torpeza, producto de un cuerpo diferente que todavía no dispone de una imagen
intrapsíquica que permita su control. Cuando el cuerpo infantil pierde su gracia y armonía, “el
Yo, que es ante todo un Yo corporal”, se desorganiza.

Es un punto de encuentro entre la sexualidad infantil y la sexualidad adulta. Va a implicar una


nueva forma de abordar la pulsion con un nuevo fin sexual: la genitalidad (descarga de los
productos sexuales, que trae intenso placer).

Para que pueda darse el desasimiento, la desinvestidura de los vinculos incestuosos, la


identificacion con los objetos de amor y hallar el objeto exogamico tiene que haber un
desarmado de la organizacion psiquica infantil (modificacion en el Yo y en el Superyo). Es el
momento en que los padres dejan de ser los reyes magos para el hijo, con el costo inevitable de
dejar de ser para siempre su majestad el bebe.

Hay un desalojo del lugar y una identidad de nino y pasaje a un lugar de adulto. El joven puede
resolver este pasaje por medio de un trabajo de duelo, que le permita reencontrarse consigo
mismo en la salida.

Se pierde a los padres idealizados como soporte externo del Ideal del Yo. El poder sobrellevar
estas perdidas sin caer en la enfermedad depresiva, depende del establecimiento temprano de
un sentimiento de si. Es importante contar con el sostenimiento parental. Este puede ser
insuficiente por crisis severas en la pareja, violencia familiar, problemas economicos, etc.

Cuando aun no se encontraron objetos sustitutos y el proyecto de vida no esta claro, se


depende mucho de la integridad, proteccion y estima de los padres para conservar la confianza
en si mismo, que permita investir el futuro y conservar la condicion deseante.

El padre debe ser lo suficientemente fuerte para que pueda ser destituido y el hijo ocupe su
lugar en el mundo adulto. Debe soportar la paradoja de dejarse asesinar y sobrevivir.

Otro factor es la posibilidad de encontrar suplentes adecuados de los objetos primarios, es


decir, nuevos espejos en los grupos y las instituciones.

En la pubertad se produce una oleada represiva. El objeto parental debe quedar


definitivamente condenado como objeto sexual y dirigirse a objetos exogamicos.
la pubertad es entonces, tiempo de represion, de resignificacion de la sexualidad infantil, es
repeticion del Complejo de Edipo, imponiendose la tarea de repulsa y vencimiento del objeto
incestuoso.

CAPÍTULO IX: LOS DUELOS EN LA ADOLESCENCIA

Ana Freud

Relaciona las dificultades en el tratamiento de los jóvenes con las que se presentan en pacientes
que están en duelo o que han sufrido un infortunio amoroso reciente. “Son estados
emocionales en los que la libido del individuo esta totalmente comprometida con el objeto de
amor real del presente o del pasado inmediato, el dolor mental es el resultado de la difícil tarea
de retirar la cátedra y renunciar a una posición que ya no ofrece posibilidades de retorno del
amor, es decir, de gratificación”.

Peter Blos

Refiere que la adolescencia esta ligada a dos temas dominantes: la revivencia edipica positiva y
la desconexion con los primeros objetos de amor. Esta fase se puede describir en terminos de
dos amplios estados afectivos: duelo y enamoramiento.

El duelo es escencial para el logro gradual de la liberación del objeto perdido, requiere tiempo y
repetición.La separacion de los padres es un proceso doloroso que solo puede lograrse
gradualmente. Su contrapartida que es la capacidad de enamoramiento de los jovenes. A su vez
el duelo se desarrolla paralelamente con el júbilo de sentirse independiente del progenitor
interiorizado. Señala también los estados transitorios de inundación libidinal del self, hasta su
reconexion con nuevos objetos.

Plantea un segundo momento de individuacion. El sujeto tiene que abandonar las


identificaciones en el Yo y en el Superyo. Para que pueda desinvestir estos objetos e
identificaciones tiene que hacer una regresion al servicio del desarrollo, que permitira resolver
lo que en tiempos de la infancia habia sido una carga demasiado pesada y no pudo abordar el
tiempo infantil.

Aberastury – Knobel
Relacionan la adolescencia con el duelo. Lo comienzan planteando desde el carácter invasivo
de las modificaciones corporales y de las exigencias ambientales. Nada interno o externo que
quiera apresurar este proceso de duelo favorece esta labor, ya que de otra manera lo pueden
llevar a tomar una postura defensiva de negación maníaca de la pérdida de su infancia.

Cuando el adolescente puede aceptar los aspectos-infantiles y adultos, puede oscilar en la


aceptación de sus cambios corporales y surge paulatinamente su nueva identidad que lleva gran
parte de su energía.

Las modificaciones en el cuerpo promueven la estructuración de un nuevo yo corporal, la


búsqueda de su identidad y el cumplimiento de nuevos roles, así como una nueva forma de
relación con los padres. Tiene que dejar de ser a través de los padres para llegar a ser él mismo.

1. Duelo por el cuerpo infantil: los cambios en su cuerpo a partir de la aparición de los
caracteres sexuales secundarios

2. Duelo por el rol y la identidad infantil: lo obliga a una renuncia de la dependencia y


aceptacion de responsabilidad que muchas veces desconoce.

3. Duelo por los padres de la infancia: la protección que ellos significan, en los cuales busca
retener en su personalidad y se le agrega el abandono de la fantasía de doble sexo implícita en
todo ser humano como consecuencia de su bisexualidad básica

Octavio Fernández Mouján:

Define el duelo en la adolescencia como un período de pérdidas manifestadas en todas las


áreas de relación:

1. con el cuerpo, en la pubertad perdida del cuerpo físico tangible y la del esquema
corporal que incluye la idealización del cuerpo adulto esperado. Es un período de
protesta. Hay un retiro de libido del objeto
2. objetos internos (identificaciones y sus configuraciones), a los 15 años se centra en el
duelo en el yo psicológico, entendiendo por tal las identificaciones y la función
imaginativa y pensante. Es un período desesperación. Predominan las tendencias
narcisistas, la idealización yoica, las ilusiones y la participación en identidades grupales.
3. con los objetos externos (familia y medio ambiente) la última etapa y período
adolescente la caracteriza por el desplazamiento hacia nuevos objetos y supone el logro
de una identidad básica que posibilita al sujeto el estar solo. Hay una vuelta de
investimiento al objeto externo

Agrega que se destacan tres tipos clásicos de ansiedades en relación a los duelos.

1. Persecución
2. Depresivas
3. Despersonalización, extrañamiento, desorientación y ansiedad confusional.

Freud

Tambien tiene 3 instancias:

1. Descatectización: La realidad le avisa que el objeto se ha perdido. Se produce un corte


como defensa, una escision en el Yo para mantener la ilusion del objeto perdido.

2. Vuelta hacia el Yo

3. Recarga de nuevos objetos

La descatectizacion es pieza por pieza. Se tienen que desinvestir las diferentes identificaciones y
posiciones en que el Yo ha puesto a ese objeto en relacion al sujeto. Hay una historia entre el
objeto y el Yo. Implica un trabajo de elaboracion.

Una vez logrado esto, el sujeto queda liberado para volver a investir objetos. La investidura se
hace tambien de esa manera (pieza por pieza).

Estos duelos no son sucesivos, sino simultaneos. Hay coexistencia de conductas y sentimientos
de identidad infantiles y adultos, o vinculacion con nuevos objetos, sin haber renunciado
completamente a los primarios.

Pisoni

Disiente respecto de lo que plantean los autores arriba mencionados sobre los duelos porque
sostiene que el adolescente no pierde, sino que cambia, se transforma, como en los ritos de
iniciacion. Si bien cuesta dejar lo conocido (infantil), el adolescente desea fervientemente lo y
nuevo y puja por lograrlo, mas de lo que lo apena dejar su pasado, que sobredimensiona e
idealiza a partir de las dificultades y angustias que le apareja lo nuevo.
En cuanto a la representación psíquica del cuerpo, tampoco se pierde, sino que los cambios
físicos son significados e incorporados gradualmente, produciéndose un parcial y continua
modificación de dicha representación del cuerpo. Homólogamente sucede con la identidad que
no se pierde sino que se transforma y complejiza, o con respecto a la relación con los padres
que también varía.

Dolto dice que aparecen al mismo tiempo la pena por lo que se deja pero también la alegría de
lo que se logra y progresa (por eso no es un duelo tal como lo señala Freud). Pisoni agrega que
debe primar la alegría pues de lo contrario hay detención o regresión y es ahí donde podemos
ubicar el silencio desde lo patológico.

H. Deutsch agrega que los movimientos oscilantes entre lo regresivo y lo progresivo que
caracterizan al adolescente posibilitan incluir en el futuro el pasado revitalizando la pérdida de
lo infantil. No hay pérdida ni duelo porque el cuerpo infantil se desarrolla desde el cuerpo
infantil previo, con señales progresivas de cambio.

Si, puede haber algun duelo respecto de como iba a ser desarrollada alguna capacidad o
habilidad imaginada que no se logra, pero se podran promover y enaltecer aquellas capacidades
y/o habilidades que si se tiene.

Lo que desencadena este proceso según Pisoni:

En primer lugar la reactualización edípica, por la resignificación que el advenimiento del


erotismo genital y la maduración física, las cuales propician una resolución con características
diferentes a las de la infancia. La aceptación de la castración y la prohibición del incesto,
promueve su renuncia forzada a los padres como objetos eróticos de amor siendo este sí un
duelo lento y progresivo en donde se decatectiza a los padres, es decir su representación
psíquica, su modalidad vincular y el contacto externo con los padres reales en donde debe
trocarse ese amor erótico por una relación tierna y cariñosa.

El duelo al que hacemos referencia se ve dificultado por la ambivalencia afectiva si los


elementos de odio y resentimiento prevalecen, generando una cristalización en un vínculo
persistente y cruel. Para poder realizar la renuncia deben ser más más intensos los sentimientos
amorosos.
La situación edípica en la adolescencia no es una repetición del complejo infantil, sino que
toma otra dimensión y destino a partir de la resignificación que los logros de este período
promueve. La pérdida, con su consecuente duelo, es también aceptada en tanto que a cambio
puede acceder al contacto genital y la vida amorosa de pareja que es socialmente convalidada.
En este sentido hay una coexistencia del nuevo objeto y del anterior aún no plenamente
resignado, fundiéndose los momentos de descatectización y la recarga de nuevos objetos del
duelo de acuerdo a la teoría freudiana.

Defensas

El proceso de desidealizacion, tanto del self como del objeto, es probablemente el proceso mas
doloroso, por el que transcurre el adolescente.

El movimiento exogamico iniciado en el periodo de latencia e incrementado en la adolescencia,


lo conecta con otras familias, otros adultos, otras relaciones de autoridad, permisividad,
castigos, codigos, etc. que le permiten ir comparando una imagen mas realista de sus padres,
que aquella idealizacion infantil que

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