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Pregunta: Explica las causas de la Guerra de

Sucesión Española y la composición de los bandos en


conflicto.

Criterios de evaluación

✓ Caligrafía y faltas ortográficas.


✓ Expresión escrita y equilibrio en el texto.
✓ Responde con rigor, orden, lógica y precisión al conjunto de elementos
históricos contemplados en la pregunta
✓ Ubica de forma correcta el tiempo y lugar de los elementos históricos
contemplados en la pregunta
✓ Maneja de vocabulario preciso y variado
✓ Explica lo que supuso la Unión Dinástica para Castilla y Aragón

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✓ Hace referencia al mapa de la práctica (Unión de Castilla y León y
expansión)
✓ Menciona los principales hitos del proceso de expansión territorial:
Descubrimiento de América, Granada, Canarias y Navarra.
✓ Señala las características del nuevo Estado (monarquía autoritaria,
especialmente en Castilla)
• Limitación del poder de la nobleza.
• Ejército permanente.
• Fortalecimiento de la Hacienda.
• Principales instituciones (Cortes, consejos, audiencias y
cancillerías, corregidores)
✓ Incluye una breve alusión a la política de uniformidad religiosa como
a la cohesión social (creación de la Inquisición, expulsión de los judíos
y musulmanes, conversiones forzosas)

Nos encontramos ante un mapa de la Península Ibérica que nos muestra diversos
acontecimientos históricos relacionados con la unión dinástica y por consiguiente con el
reinado de los Reyes Católicos. La unión dinástica hace referencia al matrimonio de 1469
entre Isabel I de Castilla y Fernándo II de Aragón (los reyes católicos) que posibilitó la
unión de ambos reinos en 1479 (hecho representado con una marca en el mapa). El
matrimonio entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón se puede considerar como el
inicio de la concepción de la España moderna, gracias a favoreció a la unión de ambos
reinos y dotó a la monarquía hispánica de los recursos necesarios para sentar en el futuro
las bases de un Estado moderno.
Esta unión se realizó en un momento delicado para ambos reinos. Fernando II,
fue reconocido heredero de la corona aragonesa a la muerte de su hermano, Carlos,
príncipe de Viana (1461). Finalmente fue proclamado rey tras la muerte de su padre Juan
II en 1479. Isabel, hija de Juan II de Castilla y de su segunda mujer, Isabel de Portugal,
pasó a un segundo plano cuando murió su padre y subió al trono su hermano Enrique IV.
Tras el fallecimiento de Enrique IV, lo sucedió y se enfrentó a Juana la Beltraneja (hija de
Enrique IV y Juana de Portugal). Parte de la nobleza apoyó a Juana y la otra parte a Isabel.
Juana se casó con el rey de Portugal Alfonso V, mientras que Isabel se casó con Fernándo
II de Aragón. La batalla de Toro en 1476 (hecho representado con una marca en el mapa)
fue determinante ya que cambiará el curso de la guerra en favor de los partidarios de
Isabel. Finalmente, Isabel venció en la guerra civil castellana y se convirtió en la reina de
todos los castellanos en 1479. A pesar de la unión, cada “reino” tuvo independencia del

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otro y fueron gobernados por cada uno de sus reyes, aunque ambos tomaran decisiones
en común que afectaran a los dos reinos. No sería hasta el reinado de Felipe V tras la
Guerra de Sucesión Española, cuando instaurara los Decretos de Nueva Planta y se
produciría la unión política, judicial y administrativa de ambos reinos.
Tras la unión de ambos reinos se produce un proceso de conquistas y anexiones
de nuevos territorios. Con la conquista del Reino nazarí de Granada (1492), del Reino de
Navarra (1512), de las islas Canarias (1496) y de Melilla (1497), consiguieron el control de
la totalidad de los territorios que hoy forman España (exceptuando Ceuta y Olivenza, que
entonces pertenecían a Portugal). Además, conquistaron otros territorios situados en
continente africano, América y por el Mediterráneo.
Los reyes católicos, desde el inicio de la unión dinástica, tuvieron una clara
voluntad para terminar la conquista de la totalidad del territorio peninsular a los
musulmanes. El reino nazarí de Granada era el último reducto de la conquista islámica en
la Península Ibérica. Así que estos iniciaron la guerra de Granada, término asociado al
conjunto de enfrentamiento que tuvieron lugar entre 1482 y 1492 para la conquista de
Granada. Hasta 1482, las treguas entre Castilla y Granada se habían renovado
regularmente (no obstante, los incidentes fronterizos no eran extraños). Pero la
inestabilidad del reino musulmán empujó a una acción poco meditada: a finales del año
1481 (hecho representado con una marca en el mapa), como represalia por
hostigamientos puntuales por parte cristianaos los musulmanes en la frontera, estos
tomaron Zahara, lo que provocó el inicio de la Guerra de Granda. Finalmente, en 1492
Boabdil rindió la ciudad de Granada firmando una capitulación donde se le concederían
una serie de privilegios a la población musulmana y el recibiría tierras y una
compensación económica.
En cuanto a la anexión del Reino de Navarra en 1512 (hecho representado con
una marca en el mapa) esta ser realizaría con al final del reinado de Fernándo el católico.
No fue una anexión pacífica, ya que se produjo una conquista militar en 1512 hasta 1528
(reinado de Carlos I).
Con referencia a la conquista de la Islas Canarias (hecho representado con una
marca en el mapa), la Corona de Castilla fue incorporando progresivamente estas islas
mediante una ocupación militar que se inició en 1402 y que finalizó en 1496. Esta
conquista estuvo principalmente motivada por la importancia de la navegación atlántica
durante el siglo XV. Se distinguen dos periodos en la conquista de Canarias. El periodo de
la conquista señorial (1402 - 1478), término que hace referencia a la conquista llevada a
cabo por la nobleza, en beneficio propio y sin una participación directa de la monarquía.
El segundo periodo está relacionado con la conquista realenga (1478 - 1496). Este
término define la conquista llevada a cabo directamente por la Corona de Castilla durante
el reinado de los Reyes Católicos. Finalmente, en 1496 llegó la conquista a su fin con el
dominio de la isla de Tenerife.

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La conquista de Melilla se realizó en septiembre de 1497, como continuación del
fin de la conquista del territorio de la Península Ibérica a los musulmanes. Los Reyes
Católicos autorizaron a la Santa Hermandad la dotación de un ejército para la conquista
de Melilla, pero tras un fracaso inicial, en 1498 los cristianos redoblaron sus esfuerzos y
decidieron enviar nuevas tropas de refresco. Finalmente, los musulmanes no pudieron
sitiar la ciudad y fueron perseguidos hasta ser obligarlos a asentarse en la región de Orán
(hecho representado con una marca en el mapa).
También dentro de la anexión de territorios en el reinado de los Reyes Católicos,
hay que hacer referencia a la Anexión de Rosellón y Cerdeña que se produjo con el
Tratado de Barcelona de 1493, en el que el reino hispánico vuelve a anexionar los
territorios de Cerdeña y Rosellón a cambio de que los Reyes Católicos no intervengan en
la primera guerra italiana (1494-1498) en contra del monarca francés.
En cuanto a las características del nuevo reino, hay que señalar el aumento y
centralización del poder en la figura de los Reyes Católicos, iniciándose lo que
determinadas corrientes historiográficas denominan monarquía autoritaria (sistema de
gobierno de transición entre la monarquía en época medieval y la monarquía de corte
absolutista propio del reinado de la dinastía de los Austrias). Los Reyes Católicos tras la
unión de ambos reinos crearon un reino más autoritario mediante una nueva
organización interna del reino, basada principalmente en la centralización del reino,
unificación religiosa y expansión exterior.
En Castilla, tras el final de la guerra civil castellana, se produce un proceso de
centralización de poder entorno a la monarquía. Las áreas centrales de la Meseta, la
nobleza y las ciudades reconocieron la autoridad de los monarcas, pero en áreas más
alejadas continuó la desobediencia nobiliaria. Para remediar esta situación se creó la
Santa Hermandad, institución que tenía la responsabilidad de mantener el orden público
y controlar a la nobleza. Además, para solventar el problema de la pacificación de la
nobleza, los Reyes Católicos aseguraron su preeminencia social y económica al respetar
sus grandes dominios señoriales y sus privilegios jurisdiccionales, pero redujeron su
poder político con la creación de nuevas instituciones de gobierno que reducían el poder
de la nobleza y el clero en sus feudos. En 1480 reorganizan el Consejo de Castilla,
encargado de las labores administrativas y el asesoramiento de los Reyes Católicos,
disminuyendo el protagonismo de la nobleza y alto clero en favor de unos funcionarios
fieles a la corona. Reformaron la Real audiencia o tribunal de justicia y consolidaron la
figura de corregidor, funcionario real que representaba a los Reyes en los municipios
encargados de recaudar impuestos, administrar justicia y arbitrar en los conflictos locales.
En cuanto a los Cortes de Castilla, era una institución parlamentaria de gobierno en las
que participaban representantes de los diferentes estamentos: clero, nobleza y "común"
o pueblo llano en un principio no tenía poder. Estas no tenían importancia, motivado
principalmente porque no se reunían de forma periódica lo que suponía que los Reyes
Católicos pudieran gobernar de forma más autoritaria. En Aragón, se mantuvo las norma,
fueros y costumbres del reino, combinándose una doble político autoritaria o pactista

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según circunstancias. El principal motivo de esta dicotomía política era que, para obtener
financiación y otros beneficios para la Corona de Aragón, la nobleza tenía que dar su visto
bueno. En este contexto, en 1491, el rey creó el Consejo de Aragón, órgano consultivo
del monarca cuyos miembros los designaba la Corona. Además, se consolidó la figura del
Virrey, que era el máximo representante después del monarca en las cortes Aragón,
Valencia, Cataluña, Islas Baleares y Nápoles.
Como se ha comentado anteriormente, el ámbito religioso fue donde más se
manifestó el autoritarismo de la monarquía ya que intentó dar cohesión a los diversos
territorios mediante la difusión y unificación religiosa cristiana en todo el territorio. Los
principales medios fueron, la creación en 1478 del Tribunal de la Santa Inquisición, el cual
se encargaba de velar por la fe cristiana y perseguía a las herejías o infieles; la aprobación
de un Decreto de expulsión en 1492, por el que los judíos residentes en territorios de la
monarquía de los Reyes Católicos fueron exiliados de sus dominios y la conversión masiva
de musulmanes en el año 1500.

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