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Teología Práctica- Machado Osuna Andrea

Actualmente, el evangelio en medio de un mundo post-modernista junto con la


cultura occidental se ha topado con un modo de pensamiento en el cual se
considera que no hay una verdad absoluta. Esto significa que todo es relativo; de
manera que, lo que para ti es “la verdad”, para tu vecino es simplemente “tu verdad”
pero no la de él. Es este argumento en el cual las nuevas generaciones
fundamentan su manera de pensar y, por lo tanto, de vivir.

El hecho de declarar algo como verdad puede causar incomodidad o incluso ser
considerado una ofensa dentro de esta manera de pensar. “Nadie tiene el derecho
de decirme cómo vivir, qué decir, qué hacer…” Son frases muy comunes citadas
por aquellos que se niegan a escuchar una cosmovisión diferente a la de ellos o
simplemente viven con la idea que todos deben de preocuparse solamente por su
propia vida y de no “molestar” a los demás al compartir una cosmovisión en la cual
se cree que sí existe una verdad absoluta; por lo tanto, viven bajo el lema de
“mientras eso te haga feliz, hazlo”, si te incomoda o te pide que cambies algo en ti,
no lo aceptes porque “Tú eres el dueño de tu vida”.

Sin embargo, en la otra parte del mundo se piensa completamente diferente a esta
cultura post-modernista e individualista. Tenemos una cultura la cual es celosa con
sus creencias y sus tradiciones, mandándole este mensaje al individuo: -somos más
grandes e importantes que tú o tú manera de pensar-.

Al comparar estas diferentes maneras de ver la vida y toparse con todas estas
cosmovisiones, un seguidor de Jesús puede dejarse intimidar por toda esta corriente
de pensamientos y dejar pasar un mandamiento que Jesús les dejó a los apóstoles-
y a todo que se proclame seguidor de Él- antes de ascender a los Cielos. Este
mandamiento lo encontramos en Mateo 28:19-20, de acuerdo con la traducción de
la NTV: “Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos
discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro
esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos”.
Teología Práctica- Machado Osuna Andrea

Es curioso cómo Jesús dice: “…hagan discípulos de todas las naciones…”. ¿Qué
significa esto? ¿A qué se refería Jesús? Sí, Jesús se refería a ir y compartir el
evangelio a todo el mundo, darles las buenas nuevas, enseñar y hacer discípulos.
Muy seguramente los discípulos ni se habían dado cuenta o les había “caído el
veinte” de lo que esto significaba y de la manera que esto impactaría el mundo y la
historia. A su vez, muy seguramente tampoco se imaginaban lo difícil que sería, y
de qué manera Jesús los estaba llamando no sólo a compartir “Las buenas nuevas”
sino realmente “La Verdad”. Y es justamente, ahí, en dónde todo el conflicto
comienza. Jesús los estaba llamando a no sólo compartir, sino a confrontar.

Hoy en día, decirle a alguien: “Yo tengo la razón, estoy en lo correcto, estoy en la
verdad… y tú no” en cualquier situación de la vida, hace que la persona que está
recibiendo esto se lo tome personal y ofensivo. La mayoría de los pleitos y
contiendas ocurren porque ambos lados afirman que están en lo correcto y la otra
persona no. De modo que, el ir y compartir el evangelio a personas de otras
nacionalidades, significa ir y compartirles de La verdad y confrontar “su verdad” o
su cosmovisión con el evangelio. Entonces, ¿debemos de compartir el evangelio
con personas de otras religiones? Sí, es un mandato de parte de Jesús; no es una
sugerencia, o un “ahí por si quieres, por si tienes tiempo”. Realmente estamos
llamados a compartir a otros que Jesús es el camino, la verdad y la vida.

No todos los caminos te llevan a Dios, ni todas las creencias. Solamente un camino
y una verdad es la que salva, y como seguidores de Jesús no debería de existir una
apatía o indiferencia hacia aquellos que no conocen de la verdad, ni tampoco un
espíritu de intimidación por el mundo y su cosmovisión.

Jesús dio este mandato a sus seguidores, por lo tanto, junto con él dio autoridad.
Autoridad para ir y compartir con toda la seguridad como representante de Jesús de
la verdad. Ahora bien, el evangelizar a otros no debe volverse un arma de juicio.
Sino esta extensión de gracia recibida compartiéndola con compasión, amor y
empatía con aquellos que no han escuchado de ella.
Teología Práctica- Machado Osuna Andrea

Por otra parte, es importante que los cristianos tengan conocimiento acerca de las
demás religiones y de las diferentes culturas. Es muy común que como cristianos
occidentales creamos que la cultura es igual en todas partes y recibirán el evangelio
de la misma manera que nosotros lo recibimos. Sin embargo, los problemas
sociales, económicos, emocionales y espirituales que enfrenta cada cultura son muy
diferentes entre sí. Por eso, es muy importante que tengamos un conocimiento de
la cultura a la que vamos a evangelizar; aun dentro de un mismo país, de un mismo
estado o ciudad existen tantas culturas diferentes y es importante conocer el
contexto y la cosmovisión de cada lugar o grupo, para que así, la tarea de
evangelizar sea mucho más efectiva al momento de conectar con las personas que
se están evangelizando.

De igual manera, otra perspectiva importante de porqué es necesario conocer otras


religiones y aprender de ellas, es el hecho de que muchas veces se infiltran
doctrinas muy raras en la iglesia. Y desafortunadamente, muchos cristianos
empiezan a tomarlas para su vida e influir en su manera de pensar sin saber de
dónde proviene esta idea, cuando muchas veces, las raíces de estas filosofías
tienen su origen en otras religiones. El hecho de querer aprender más o estar
simplemente informado por las creencias o doctrinas de otra religión no te condena,
sino que amplia tu visión y se convierte en una herramienta para discernir y no dejar
que influyan en tu manera de pensar cuando son completamente antibíblicas. En
conclusión, es necesario que el creyente conozca primeramente los fundamentos
bíblicos como prioridad y conozca y tenga una revelación de Dios en su vida y al
mismo tiempo tenga una visión más amplia del mundo que le rodea, al conocer de
las demás religiones y sus creencias para que así, le permita ser más empático al
momento de compartir la verdad del evangelio.

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