Universidad Andrés Bello

Facultad de Ciencias Jurídicas

Escuela de Derecho
Curso: Ética
Sección: 603
Profesor: Benjamín Gajardo.
Segundo semestre de 2019

‘’Postura Ética de Los Asesores del Presidente de la República del Congo’’

Nombre alumno: Yasna Alvarado B.

Rut: 16.272.983-7

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 1. De acuerdo al caso, ¿a qué postura ética adscribe los asesores del presidente?
Desarrolle

En el primer caso la postura ética que adscriben los asesores del partido RM es la utilitarista,
ya que es una respuesta a una situación límite, que en este caso son terminar con las protestas.
Nicolás Maquiavelo señala que “ninguna republica seria jamás perfecta, sino lo prevé todo
mediante la ley, si no ofrece un remedio para cada emergencia y fija las normas de su
aplicación”.
En este caso RM sostendría que lo moralmente aceptable seria mantener el control y
salvaguardar un estado, y que toda cuestión moral se reduciría a una simple ecuación de
costes y beneficios, independiente de otras consideraciones. En este punto la sociedad se
beneficiaría al usar los militares porque devolvería la estabilidad y tranquilidad al país, aun
a consecuencia de bajas civiles, mediante esta ecuación, el gobierno estaría maximizando la
felicidad (el placer superaría el dolor).
El legislador o el gobierno deben buscar la máxima utilidad de la sociedad en su conjunto,
pues a fin de cuentas, la sociedad solo es la suma de los individuos que la forman.
La autoridad ante un inminente peligro, tiene que demostrar que los recortes de derechos
para los individuos están justificados, entregando las facultades necesarias a los militares,
para garantizar la seguridad de un país y otorgar una solución ante una situación crítica. Al
militar solo le queda obedecer al mando político, conocer y cumplir escrupulosamente la
legislación vigente y sobretodo actuar a conciencia.
En el segundo caso la postura ética adscrita por los asesores del partido UDY es la kantiana.
Estos argumentan que, por muy violentas que sean las protestas no se pueden reprimir, pues,
se deben respetar siempre los derechos humanos, aunque, implique graves costos al gobierno,
dando a entender que la dignidad humana es intrínseca. Esto implica en terminología
kantiana, que tal dignidad es innata en los hombres, los seres racionales nunca pueden tratarse
simplemente como un medio para un fin; siempre deben tratarse también como fines en sí
mismos, lo que requiere que sus propios motivos razonados deban ser igualmente respetados.
Un ser racional no puede consentir ser utilizado, además, este fin debe representar la

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posibilidad de una obligación mutua, universal, conforme con la libertad de todos según las
leyes generales, porque la libertad es la clave para explicar la autonomía de la voluntad.
Una voluntad que actúa por deber, es distinguible como una voluntad que supera los
obstáculos con el fin de cumplir la ley moral; por consiguiente, es un caso especial de buena
voluntad que se hace visible en condiciones adversas.
Actuar por deber es una reverencia a la ley moral y esta tiene un carácter imperativo
categórico. Esta obligación es entendida como un deber que le corresponde estrictamente a
la ética y no a la legislación jurídica, porque actúa sobre todas las personas, sin importar sus
intereses o deseos; a menudo limita a las personas y las motiva a actuar en contra de sus
inclinaciones como por ejemplo: protestar. Por lo tanto, cuando un individuo realiza una
acción por deber, es porque los incentivos racionales le importan más que sus inclinaciones
opuestas.

2. Según las lecturas del curso, si usted fuese el presidente ¿qué consejo, de los asesores,
seguiría? Justifique su respuesta.

Seguiría el consejo de los asesores UDY, ya que los motivos para generar las protestas de los
individuos racionales se debe a que estos no pueden soportar tener una vida indigna ante sus
ojos. La dignidad es por tanto una obligación derivada del derecho de la humanidad en
nuestra propia persona, es un sentido socio-político y legal asociado a la noción de un
especial rango que se ostenta al interior de un estado; un rango que, en última instancia,
indica la idea de un valor especial y único, que concede derechos, pero también demanda
deberes y obligaciones.
La dignidad humana por tanto, configura el portal a través del cual el sustrato igualitario y
universalista de la moral se traslada al ámbito de las leyes, no reprimiendo ni opacando los
intereses que permitan una movilización en marcos pacíficos y por ende debe ser respetado.

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