Sunteți pe pagina 1din 9
oO Sv EL CASTIGO EN LA gsc a ACTIVA INFORME QUE PRESENTAN; CARLOS Y MARGARITA VILLALBA. ESCUELA ACTIVA NEILL MEXICO, D.F. ¥ CONGRESO NACIONAL DE ESCUELAS ACTIVAS DE MEXICO Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional Coutdiansion Genera: Castile de Miramar 45, Mesto 10) OF Tel. 5701888 Un problema siempre presente en todos aquellos que hemos emprendido la tarea que significa 1a Escuela Activa es el de 1a disci- plina. ‘Todos nos hemos enfrentado ala "cuestion de 1a libertad". Qué permitir y qué no. Aparecen entonces los alegatos ya conocidos por todos nosotros acerca de libertad'y libertinaje. Acerca de como evitar el caos en 1a conducta de los niflos en un ambiente de libertad. ¥ también el de.con qué instrumentos contamos para controlarla. Es- to nos sitéa ya directamente en el problema del castigo: Qué es, qué significa, si es aceptable en 1a escuela activa ono, cémo y cusndo; ai no, porqué. Quisi¢ramos por esto hacer breve aportacion acerea de las experiencias y a veces descalabros que en este espinoso asunto he- mos tenido. 1.- "Voy a traer una espada grandota y te voy a matar". "Ya me voy de la casa porque no me quieres y luego me voy a morir para que sufras". "A este Manuelito que me peg6 lo voy a tirar por un barranco y luego lo voy a quemar y luego voy adecirle a sus-ami- gos que la corten con él". Afirmaciones como las anteriores, y muchas m4s pareci dag a ellas, encontramos diariamente quienes trabajamos edn los ni- flos.como educadores, padres, o en cualquier otra forma.’ JI niflo ‘eal est4 en fntimo contacto con sus emociones y de-ahf 1a enorme y envi- } Cowt’ diable naturalidad, espontaneidad, capacidad de disfrutar dé las cosas, cuando no han sido deformdos por sus padres, y frescura que todos advertimos en los nifios, pero también su belicosidad, impulsividad y agresién que no siempre permiten 1a convivencia en paz y tranquilidad. El problema que todos enfrentamos es precisamente el de eliminar unos rasgos, pero no todos. Evitar que el niilo sea tan agresivo, voraz, envidioso, logrando que tales impulsos 0 emociones sean controladaa, pero sin perder su alegrfa, naturalidad, etc. Lo que habitualmente su- cede es que el nifio, en el proceso de socializaci6n pierde ambas carac~ terfsticas. Se hace como somos los adultos, ms o menos tratables, que hemos aprendido también en mayor 0 menor grado a esperar nues- tro turno, renunciando a pedir siempre todo para uno y a ser el prime- ro siempre. Todo esto por lo menos deja de hacerlo manifiesto, pero también pierde el goce de vivir, su naturalidad y capacidad de creacién. Entonces qué hacer, ;dejar pasar? za qué precio? Es el eterno dile- ma, que por ahf algtn maestro Mamé el Escila y Caribdis de 1a educa~ cién, quiocedsl 11 instrwnento del que 1a educaci6n tradicional ee ha valido conducta del niflo, hia sido 1a sunenaza y el castigo. A cién el precto que hemos pagado ha si~ ¢ quienes estamos in- con para controlar 1s cambio de una relativa socializ: do indudablemente muy alto. , Qué hacer entone! tentando reformar la cducacién? ;Castigaremos 0 no?, sino lo ha mos qué.es lo que debemos hacer zentonces? Analicemos entonces 1a conducta que ha sido Mamada castigo y quizis de esta toma de conciencias podamos encontrar algunas refe- renciag que nos permitan normar nuestra actitud frente a estos proble~ mas. La.raz6i declarada en la mayor parte de los eastigos es "lo hago por tu bien. ‘Te castigo pormie te quiero". (O, cuando existe ma- yor autocrftica por parte del adulto dirfa: "Te castigo porque ya no sé qué hacer contigo. Porque no puedo contigo, de plano") Sin embarso, el nifio no lo vive asf. Lo vive simple y Hanamente como una agresion que realiza una persona {fsicamente superior con otra que no puede de- fenderse. Por eso no hace sino desquitarse repitiondo el acto por el qque fue castigado, haciendo un sabotaje subterrneo, o si de plano el castigo es demasiado violento y toda rebelién imposible, termina, con el objeto de evitar nuevas agresiones, justificando la conducta de los padres: "ellos tienen raz6n, me castigaron porque soy malo y me lo merecfa", adoptando para sf la conducta agresiva que vivié de sus pa~ dres y desarrollando una conciencia moral muy rfgida para preveni ‘ai me cenguro antes y ms evitaré que me peguen o me castiguen", ye desarrolla ast Ia personalidad reprimida- —~ e——eeE—E—E—ooOoOor or é El nifio lo vive pues como una agresién. Pero si el adulto desarrollara una mayor conciencia de sus actos, seguramente encon- trarfa que detrés del castigo cocxisten otra seric de razones que diff- cilmente podrfamos Hamar amor. Porque castigar es: a) ejercer una represalia en contra del niflo. Una especig de revancha frente ala yio- facién de las normas que hemos establecido. -Que intenta por una par- te restablecer lo que puede ser una autoridad maltrecha y por otra des- cargar muestra irritaci6n al sentir qué nos estan pasando por alto, qa “ge"burlan nuestra auforidad". Desacato, lo laman en jurisprudericia. b) La segunda caracterfstica del castigo ya est implfcita en 1a explica- cién anterior. La raz6n mis importante por lo cual castigamos somos. Nuestro-amor propio como autoridad est4 en juego- nosotros mismo: juestro amor propio como autoridad esté en juego. Ex el que dicta gran parte de 1a conducta de nuestra vida y sin duda est4 presente cuan- do castigamos. Por ello lamamos narcicista al castigo: lo determinan Jas necesidades del adulto ms que las del niflo. Podemos, de esfa ma nera, castigar por distintos motivos, en todos los cuales el importante ye Caatye Mame tn, plea Wr abee. couno-mismo, castigamos en el niflo lo que no nos Permitieron a noso- irs Pues zc6mo va a ser posible que le permita havec to que no me dejaron? , podemos castigar porque necesitamos que sea un modelo de Conducta del cual sentimos orgullo,. coma modernos Pigmaliones que wiviéramos de los logros de nuestros hijos.. "he eet, forma castigo pa- pontine me haga quedar mal delante de otros padres, pues no podrfa sentirme orgulloso de mf como educador'' Podomos castigar simplemen- fvoraue el jefe nos maltrat6 hoy, 1a escuela nos subié lac colegiaturas pani mujer me engafa: total que con el dnico que puedo es ‘con el chiqui- jlo? con él descargo entonces las frustraciones de aa vida. Yen la re- sercida mente humana es posible que castiguemos perave ta conducta_ del nifte-en el fondo nos agrad6 tanto que nos wentinee ts ‘auificientemen- te culpables conn o8 inp: 3 castigarlo proporcionindonos un placer prohibi. do. Podemos por dltimo castigaren el nifio lo que sentimos eensurable] (en nosotros: Los padres Trin, castea oe ‘ Por. ello es también cién en aquellas situacion: pueden salirse de control Jar de fijar Ifmites por su temor a envolverse en 1a altwa tal actitud de "extrema libertad” Y falta de interés. Posible que el adulto se retire de la rela~ es en lag que siente que sus propias emociones ante 1a conducta del educando.: Es decir, de- .cién; por ello, £8 advertida por el niflo como debilidad ‘orme impulsividad del nisfo, con 1 educador, por ego éste puede esiva o la disciplina nula. La clave de todo esto es 1a en todo lo que esto implica ante los ojos de temerle tanto, y de ahf 1a represi6n exc: ¢) Una tercera y muy frecuente razén eg la impotencia, Se rque s¢ considera que no es posible evita Ta conducta que Por ello, es posible €, 6 porque esté sin- castiga po: consideramos inadécuada de ningin otro modo. que cuando un padre o maestro castigue o amence Ehacedo al custiae > POH aque me a de quexet ey ocdenes YY i Clears Lemrar eh ondocoMill en ch wine : Contoncion @ es bay tiendo.que mio puede controlar al nifflo. Lo mismo sucede si ulilizaun pe. cog te, premio como carnada para su buen comportamiento. Y el nifio lo siew a te, lo sabe y una de las formas mis frecuentes para que se deje Nevar Aone tam por sus impulsos es que advierta que el adulto bajo cuyo cuidado esté, Ko sienta que tampoco puede controlarlo. 1 Giersty cai asdelto,eettan on tm jeteenln viniteaiis focnuipon trolar a su hijo "'a como dé lugar" y este émpeora su conducta, quien de verdad controla la situaci6n es el nifio. ahf los consejos del vie~ jo maestro, que afirma que para ser obedecido a¢ deben dar pocas 6r- denes y tiene raz6n porque el que da muchas ya est4 sospechando deso- bediencia y al ser advertida su duda, estimulfndola. tudes su En verdad, un adulto puede comunicar con sus a conviceién de no ser obedecido, su duda acerca de su capacidad de co trolar al nifio: cuando grita 0 castiga desproporcionadamente, cuando da 6rdenes repetidas o instrucciones excesivas o también cuando "da li- bertad” y no hace sino evadirse de una situaci6n que.no siente poder ma- nejar. Por todo esto, es claro que el castigo entendido de esta ma- nera, no puede estimular el crecimiento pleno del nifio. Empero ante Ja disyuntiva, al antes anotada, de nointervenir en absoluto en la edu- cacién del nifio permitiéndole todo,’ debemos preguntarnos qué hacer. Pues si no és negative que tenga impulsos sf es en.cambio que sea un esclavo de los mismos, dejéndose (nicamente Mevar por la eiocién. Queremos pues que, teniendo dichos efectos, sea duefio de ellos. Que pudiendo tener miedo,.por ejemplo, y utilizéndolo como una referencia indispensable para normar su conduct a, pueda también ser independien- te de él y actuar valerosamente. qué temiendo pereza pueda ser activo yesforzado. En suma, que sir perder toda la riqueza interior que pue- dan significar sus afectos, deseos o sentimientos pueda, no necesaria- mente dejarse evar por ellos, utilizando ‘también la voz de su inteli- gencia pare diricir au sonducta Pero esto gipone, por parte del edu- cador, 1a posibilidad de utilizar un instrumento que permita‘controlar 1a conducta del niffo sin mutilar sus emociones. ° Qué proponemos en- tonces? Si cl castigo, como lo describimos no, entonces: , qué? Si como dijimos al principio el niffo es una persona impulsi- va por naturaleza-y por tener menos desarrollados sus procesos ver- bales ¢ intelectuales, podémos decir que "habla con su conducta", que se deja llevar por ellos no siendo su duefio, lo que proponemos es que el adulto le sirva precisamente como un muro de fontencién\que le per- jnita, con su auxilio, un mejor manejo de las mismas. Una persona fuerte que le haga sentir que no est4 a merced del flujo de sus emo- clones sino que, con ayuda de 1a raz6n le permita percibir los reque- rimientos de la realidad, pata actuar en funcién de ella. Creemos, pues, que el adulto puede y debe poner Mimite a ja conducta del nifio. Pero qué al hacerlo debe también cumplir con una serie de requisitos, si no quiere caer en el castigo tradicional, Pues la diferencia entre uno y otro ser basicamente la actitud. La clave es quien educa. El asad acsate Fede g ne debe cowholartode Lree gee ic dene nee A) Debido a 10 anterior 1o primero que necesitamos €8 au-"Noveycin co tocritica: conciencia de los motivos de nuestra conducta. Sin ella, no qutaconiwer Podremos evitar. ninguna de las ventajas del castigo tradicional y cae- Lomeeate. ser nane levamerite en el engafio de suponer que acttamos en beneficio MS® EN del nino cuando no hacemos’ sino ejercer pnestra negativa superioridad: Y adult Ges tle Ce are> Aime _ B) Er establecimiento de lod limites debe ser claro y preci- Ogan'zar So. De nuestra definicién al hacerlo depende en gran medida su cum- Ju achvi- Plimiento. La ditda del adulto es el primer paso para el incumplimien- aac to de las normas que establece. S6lo a partir de la clara definicion nace la flexibilidad. Cuando se-da una orden como con pinzas, manifes~ tando temor a la posible reaccién'de enojo, reproche o protesta por par- te del nifio, pusimos ya bases indefinidas que diffcilmente servirén co- mo normas de accién para el niffo, que darén lugar bési¢amente a chan- tajes por su parte, y que no harén sino crear confusién y fricciones en- tre el nino y el educador; por la misina razon es menester ‘ cumplir lo ‘que.se afirme de antemano, El no hacérlo da pie para nuevos chantajesi, C) Creemos también que los limites deben responder alas " necesidades de realidad, Sin represalia alguna’ni necesidad de sufri- miento por parte del nifio, por ejemplo: Si un nifio en una salida de- muestra que no est en condiciones de obedecer y se pone en peligro o trastorna el paseo, y si vemos que no est dispuesto a corregir tal situacién independientemente’ de que lo atendamos en entrevistas, le comunicamos que si no guarda compostura no va. No es malo por ello, simplemente no est en posibilidad de j=. Intentaremos que este manejo no.se realice por medio de Ja incul- idas disciplinari como se- z)*_, pacién o la represalia. Of /ralamisnion de reatideas si demuestras que no estis.capacitado para manejarte en X situaci6n la medida de realidad desaparece. No tiene como fin "el escarmiento", ‘Se aplica una vez que sea claro que los lf- mites se ajustan a los requerimientos de Ja realidad y no (inicamente a nuestras necesidades personales. D) Sentimiento y reparacién. En lo que se refiere al control del niflo, es menester tomar en cuenta dos factores distintos: el senti- miento y la conducta. Estamos convencidos de que él primero debe ser aceptado, ahora bien, los padres, en la mayorfa de los casos, castigan Ja conducta que‘ellos mismos provocaron; por tanto, nuestro intento ea detenerla desde el principio. El objeto es que no se produzca, Para intentarlo, lo primero que aceptamos, como hemos dicho, es el senti- miento. Pero aceptar 1a emoci6ii no signiftea ni rechazarla ni eatim Ierln< Conecemon casos en los qe existe una verdadera(sedueei po) arte dé los adultos) que no hacen. sino exacerbar las neceaidadés in: ‘vas, agresivas 0 cexuales de los nifios. Aceptar.no significa alen- tar. Si alentamos en cambio, diciendo por ejemplo: "si te provocen pe- ga, pega siempre a cualquier provocacién", el resultado serA que la agresi6n rebasara todo Ifmite. Nifios que golpean a compatieros a dies~ tray siniestra. Por otra parte, 1a sola prohibicién no termina con el impulsa de los nifios, tnicamente lo oculta a nuestros ojos, normalmente s6lo provocando el secreto y 1a conducta subterrfnea. Por ello es importan te no imponer la prohibicién mediante el temor, que no resuelve nada. Consideramos que en la escuela un niflo puede y debe decir- nos lo que siente, por ejemplo que en la escuela le disguste o que la conducta o actitud de tno de los adultos lo enoja sin represalias de. nin- guna especie, y por otra est4 el factor de realidad: esta aceptacién con la excepcién de los caso: 8 que el nifio Japerteltemiueie bemealatea _(aeate sos fer emociones| Entonces se tratar& de Tmpedir tal Con- Es indispensable detener 1a conducta destructiva antes de que cause efectos nocives. Si esto'no es posible entonces nuestro objetivo seré ayudar al niflo a reparar el dafio causado. Ejemplo: Si le tiraste la torta a Totlo-se 1a pagas mafiana’con tu dinero. Nuestro concepto es el de sustitufr el término castigo por el de reparacién, lo que implica abolir 1a noci6n de culpa: de " y transformarlo en un hiciste éste, ,cémo puedes arreglarlo? Sin embargo, cuando 1a reparacién no es posible, S indispensable comprender la causa del acto, BGl nir Ifmites: tal 0 cual conducta no vamos a perinij Esto también tiene su vinculo con medidas de realidad, en jas que la decisi6n tiene relacién directa con el problema. Si un nino golpea a otro, y es manifiesto eu abuso, después de analizar con 61 el incidente, sé le indica que no puede continuar con esta conducta, puede estimularse reconciliaci6n o un anélisis mutuo 0 si este ea muy frecuente y poco controlableprodemios Bi ee note Gio} Pero esto implica una relaci6n de realidad & sometidoyTa decisién del adulto, Implica también una dis. ciplina centrada en las necesidades del ni ——— E) Otro de nuestros objetivos es dar salidas mas adecuadas a los impulsos dando una buena cantidad de posibilidades de ublima- gion. La clase de ceramica es un ejemplo de ello. “Aunque el nifio se Je pide orden y limpieza en los salones y en el patio de 1a escuela, en las clases de pintura y cer&mica y en jardinerfa, tiene la posibilidad silvartoney de ensuciarse con barro, yeso, pintura o tierra al tiempo que le ofre- Be econ cemos la posibilidad de’ crear con su juego. Utilizamos ef futbol y el i A a basquet como actividad’en que permitan una expresi6n Iddica de impul- \°S pec’s pew. sos agresivos, asf como el material de juego como mecanoa, plastili- entender

S-ar putea să vă placă și