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Todo puede ser Real o Simbólico. Por lo tanto, mi madre puede ser efectivamente mi
madre, puede ser mi abuela, puede ser la mujer que me crió, puede ser mi maestra, puede
ser mi jefa, puede ser mi madre patria (país), puede ser cualquier figura que en mi vida, yo
vea como mi madre o mi guía.
Y todavía, después de toda esa aclaración, añadir, que por supuesto, en el caso de que yo
sea mujer, puede significar también «A qué me obligo yo, como madre».
La causa emocional que provoca que nuestros de los pies se comiencen a encimar, es que
somos muy duros en nuestros pensamientos. Difícilmente nos mostramos flexibles ante
las situaciones de la vida. Nos aferramos a dolores emocionales del pasado y preferimos
seguir sufriendo que superarlo.
Un cambio de pensamientos, una toma de conciencia en la que nos permitamos soltar y
ser flexibles, sanará nuestros dedos.
Y podrán pensar: «no es verdad, son los zapatos». Sí claro, diré yo. Y no será acaso que tus
dedos te piden a gritos dejar de usar esos zapatos pero «no sabes decir que no?». Hay que
darse un momento para analizar.
Como ya dijimos, puede ser mi madre real o puede ser algo simbólico. Tal vez mi jefa
siempre me pide a la hora de salir que yo me quede más tiempo en la oficina.
¿Comprenden la situación? Y no será hasta que yo me convierta en una persona segura y
determinada a lograr mi felicidad y salud, que esto seguirá.
Debo empoderarme, debo ser seguro, debo ser inteligente emocionalmente, para que
mis pies, no sufran por mi falta de decisión. O, seguir igual y dejar de quejarme de mis
juanetes o mi fabuloso espolón.
Recuerda que los pies nos permiten caminar por la vida, ir hacia adelante, avanzar
en la vida, crecer y desarrollarnos como persona, etc.