N
“Sexo Ilícito”
Aprende a
Escapar de la
tentación...
Pero antes de que sigas leyendo, te doy un
consejo: deja de hacer lo que estás haciendo,
desconéctate un rato y medita en las siguientes ideas. Ya
no postergues más el hacer algo bueno con lo más
preciado que tienes: tu propia vida. Tampoco no le
pidas a Dios que guie tus pasos si no tienes la
intención de mover los pies. Una de las áreas
más conflictivas en la vida del ser humano en su
búsqueda de la santidad, está en la lucha por
conservar la pureza sexual; en un mundo
contaminado por miles de teorías en donde el
sexo es la carnada perfecta para destruir y
esclavizar al hombre. ¿Son conscientes Ud. de
la cantidad de empresas, negocios e intereses
que se mueven alrededor del sexo?
El diablo hace que el sexo ilícito sea
más atractivo a través del alcohol y
las drogas, el trío perfecto para la
destrucción de la humanidad, y trae
miseria, esclavitud y destrucción. Es
por ello por lo que se hace necesario
el poder orientar bien a nuestras
iglesias en estas realidades latentes
que afectan a millones de jóvenes en
todo el mundo. Y con la tecnología
del Smartphone, la tentación está
totalmente a tus dedos. Las
presiones personales. Entre todas
las luchas sexuales que podemos
enfrentar, está el lado externo de la
tentación. “Si somos tentados
sexualmente, es debido a nuestras
propias pasiones. Nos atrae y nos
seduce a cometer un acto sexual
prohibido” (Santiago 1:13-15). La
tentación es externa, pero la pasión
es interna. ¿Las relaciones sexuales
son legales antes del matrimonio?
¿Sabías que, en la Biblia, las relaciones
sexuales antes del matrimonio se llaman "fornicación?”
1 Corintios 6:13b. Ese es el nombre correcto. El mundo
no lo llama fornicación, porque el
mundo quiere presentar esta
relación como inofensiva, atractiva
y placentera. No produce ningún
problema; es un buen momento, un
“enganche" en el lenguaje actual.
Pero no te dejes engañar, es
fornicación. Pablo les habla aquí a
los corintios, a los hijos de Dios.
Este no es un mensaje para el
mundo, sino para los hijos de Dios:
“El cuerpo no es para la fornicación” (y se refiere a
este cuerpo), “sino para el Señor y el Señor para el
cuerpo.” Consérvate puro. Para terminar esta parte,
veamos (1ª de Timoteo 5:22). Sabemos que Timoteo era
un joven. Y Pablo le escribe esta carta aconsejando al
siervo joven. Vamos a leer la última frase que aparece al
final del versículo 22: “Consérvate puro.” Luego en (2ª
de Timoteo 2:22), dice: “Huye también de las pasiones
juveniles.” Aquí está de nuevo el “Huye.” Hay un
peligro allí: También se puede traducir “pasiones
juveniles” como “deseos desordenados.” Miren lo que
dice ‘La vida antigua y la vida nueva’ en Colosenses 3:5
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:
fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos
deseos y avaricia, que es idolatría.” Este es el amor
pasional del que
hablábamos antes.
Timoteo también
estaba expuesto,
también tenía
oportunidad de
sentir aquello,
también surgía en su
corazón ese deseo,
pero Pablo le dice
“Huye de eso.” ¿Cómo conservarse puro? Vamos a
leer el (Salmo 119:9-11) “¿Con qué limpiará el joven
su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi
corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus
mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos,
para no pecar contra ti.” Lo primero, es tener la palabra
del Señor en el corazón, tenerla cerca, leerla, llenarse de
la palabra. El versículo 63 de este mismo capítulo:
“Compañero soy yo de todos los que te temen, y
guardan tus mandamientos.” Te pregunto directamente:
¿De quién eres
compañero? ¿De
los que temen al
Señor, de los que
guardan sus
mandamientos?
Mira, si tú eres
compañero de los
que no temen al
Señor y no guardan
su palabra, entonces, estás en peligro. Un ejemplo de
cómo escapar. Veamos ahora a Génesis 39. Es la
historia de José y una mujer casada. José es un siervo de
Dios, un hombre joven y atractivo. Y sucede que la
esposa de este hombre se enamora de José con
ese amor apasionado. Él dice en los versículos
7 al 9: “Aconteció después de esto que la
mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo:
“Duerme conmigo” (seguramente buscó el
momento apropiado, estaban los dos solos en
la casa, el amo afuera atendiendo sus asuntos,
los criados alejados astutamente por la mujer: todo
estaba
ordenado). Y él
no quiso, y dijo
a la mujer de su
amo: He aquí
que mi señor
no se preocupa
conmigo de lo
que hay en
casa, y ha
puesto en mi
mano todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en
esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti,
por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este
grande mal, y pecaría contra Dios?” Hablando ella
a José cada día y no escuchándola él para acostarse
al lado de ella, para estar con ella (para tener una
relación sexual con ella), aconteció que entró él un
día en casa para hacer su trabajo y no había nadie de
los de casa allí. La esposa del patrón lo agarró por
su ropa (lo tomó violentamente), diciendo: “Duerme
conmigo. (No solamente las palabras; ahora había
acción allí). Entonces cuando vio ella que le había
dejado su ropa en sus manos, y había huido fuera,
llamó a los de casa, y les habló diciendo: Mirad, nos ha
traído un hebreo para que hiciese burla de nosotros.
Vino él a mí para dormir conmigo, y yo di grandes
voces; y viendo que yo alzaba la voz y gritaba, dejó
junto a mí su ropa, y huyó y salió.” Y después, cuando
llegó su marido, le contó la misma historia: “Aquí está
la ropa, él huyó. Me quiso violar.” José fue encarcelado
injustamente. Estando él en la cárcel, Dios vio la justicia,
la santidad y la pureza de José, y lo honró en la cárcel, lo
sacó de allí, y lo hizo gobernador de Egipto. La clave
de la victoria está al final del versículo 9, donde José
concluye sus palabras a la mujer: “¿Cómo, pues, haría
yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” Mira
esto: José no temía pecar contra su amo, tanto como
pecar contra Dios. ¿Acaso Dios no sabía y lo veía
todo? La salvación de José, la clave de su victoria
fue que él tenía temor de Dios. Mira, amado joven, si
tú no tienes temor de Dios, en vez de huir, vas a
quedarte allí. El Señor libra a los piadosos. Piensa en
José la próxima vez que te sientas "atrapado" en una
relación íntima injusta. Piensa en José la próxima vez
que tus amigos te tienten a salir a beber o fumar
cigarrillos. Piensa en su historia la próxima vez que un
amigo te invite a su casa porque sus padres están
ausentes. “Sabe el Señor librar de tentación
a los piadosos.” Mira, aquí hay un hecho de
Dios: esto es también una promesa para ti y
para mí. Recuerde: ¡Las consecuencias del
sexo ilícito antes del matrimonio son serias!
Sigue las enseñanzas del Señor y mantente
puro.