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Mario Lavaisse/INDES
m_lavaisse@hotmail.com
Un proceso judicial iniciado contra Samuel Yussem, editor de ascendencia ruso judía, en el
Santiago del Estero de 1945, nos conduce a pensar en el caso de la colectividad judía y en su
presencia y partida mayoritaria a mediados del siglo XX. Samuel Yussem mismo abandonaría
Santiago, a fines de la década del cincuenta, y para la ocasión se organizó un agasajo en
reconocimiento a su trayectoria, en una confitería sobre calle Avellaneda, frente a la plaza
principal, a la que asistieron alrededor de cincuenta invitados.
El presente se pregunta si esta partida masiva de santiagueños judíos descripta puede llevarnos a
pensar en la existencia de matrices locales productoras de alteridad que hayan operado en un
sentido expulsor. Claudia Briones inscribe sus ideas en lo que llama el tema de las economías
políticas de producción de diversidad cultural y postula que “el juego históricamente
sedimentado de marcas va entramando formaciones nacionales de alteridad cuyas regularidades
y particularidades resultan de –y evidencian– complejas articulaciones entre sistemas
económicos, estructuras sociales, instituciones jurídico-políticas y aparatos ideológicos
prevalecientes en los respectivos países” (2004:16). La autora precisa que no es sencillo hablar
de formaciones de alteridad de todo un país puesto que existen estilos locales propios de
construcción de hegemonía. Los canticos xenófobos de los nacionalistas que coreaban
“¡Argentinos sí! ¡Judíos no!” en las manifestaciones antisemitas de diciembre de 1945 en
Buenos Aires, tanto como el comunicado local1 del Colegio de Abogados en relación a esos
hechos, pueden resultar en conjunto un elemento para pensar a formaciones nacionales de
alteridad –antisemitas tras asociar judaísmo con bolcheviquismo– operando en su versión local.
1
Además de expresar su repudio, proponían que sea reconocida la “colectividad hebrea santiagueña”
en tanto “vinculada al orden básico de la economía agraria y comercial y de la vida intelectual
santiagueña".
de la Jewish Colonization Association (JCA)2, y partieron masivamente y casi en su totalidad
una vez instituido el estado de Israel, entre fines de los cuarenta y principios de los cincuenta
casi en simultáneo con la derogación en Argentina de muchas de las restricciones impuestas a la
inmigración en el año 1947. El año anterior el peronismo había logrado la reapertura de la
inmigración (interrumpida desde 1930), aunque manteniendo el rechazo del gobierno
conservador-liberal de Ortiz y Castillo, de la mano de obra de refugiados de Europa Oriental por
motivos raciales e ideológico-políticos. Esta coincidencia entre los tiempos de la derogación de
esas leyes restrictivas y la partida mayoritaria de santiagueños judíos a Israel, a pesar de resultar
de entrada contra intuitiva, puede entenderse al considerar que Santiago Peralta, un antropólogo
antisemita confeso (autor de libros discriminatorios contra la colectividad judía en la
Argentina), llegó a ocupar el cargo de director en la Dirección General de Migraciones en
diciembre de 19453. A lo largo de ese año habían sucedido varias manifestaciones antisemitas
en Buenos Aires, que iban desde actos vandálicos llevados a cabo por nacionalistas congregados
que avanzaban por la ciudad entonando canticos estigmatizantes del tipo “¡Argentinos, sí,
judíos, no!” mientras destruían comercios en un barrio habitado por judíos, hasta casos de
violencia institucional, como el ataque de la policía a la Sociedad Hebraica Argentina de Capital
Federal, de principios de diciembre de 1945. El proceso iniciado contra Samuel Yussem, en
noviembre de 1945, sucedía en un contexto nacional en que no era una excepción la de ser judío
y perseguido. Tanto el caso de Yussem como el de los colonos de Dora sirven para pensar a
conflictos internacionales en su versión local en una época en la “nazi” era una categoría de
desacreditación política y en la que había un consenso generalizado acerca de la condena de los
actos antisemitas.
2
Organización filantrópica fundada en 1891 y clausurada en 1978. Su finalidad era la de contribuir con la
migración masiva de judíos de Europa Oriental. Le compraron parte del terreno al fundador de Colonia
Dora (Antonio Lopes Agrello) para el establecimiento de los colonos judíos.
3
En julio de 1947 sería separado tras tomar carácter internacional las denuncias en su contra de
prácticas discriminatorias en el ejercicio de su función pública. A pesar de esto pasó a ocupar la
dirección del Instituto Étnico Nacional, creado en julio de 1946 como una dependencia del Ministerio del
Interior, hasta su jubilación en enero de 1948 (Senkman, 1992)
4
Tasso (año) cuenta del caso de Aarón Smulvervat, quien se vio obligado a emigrar a Israel en 1960
debido a que era periódicamente amenazado de muerte por un hombre violento apellidado Collado
quien lo extorsionaba pidiéndole dinero amenazándolo con matarlo en caso de negarse. Esta situación
se repitió durante un año hasta que Smulvernat y su pareja decidieron abandonar la ciudad. Hernán
Avni (1994) plantea tres niveles de antisemitismo en Argentina: popular, organizado y
promovido por el estado. Para el caso de la colectividad en la provincia es el primer nivel en el
que puede pensarse aunque sea difícil de precisar dado su carácter de dicho, refrán, y chiste.
Con estos juegos lingüísticos se ponen a circular sentidos que contribuyen a la producción y
reproducción de estereotipos. Cabe una pregunta psicoanalítica al respecto de lo que se pone en
juego con un chiste y otra más acerca del efecto humorístico de lo no dicho y de su relación con
situaciones concretas de marginación y segregación.
Acá justamente lo que quiero destacar: estas formaciones de alteridad no son solo formaciones
de ideas, sino que existe una especie de identidad entre palabra, pensamiento y acción. Incluso
sin palabras. Una mirada despectiva puede bastar para alterizar. Un buen ejemplo de esta triple
identidad son los mencionados chistes reforzadores de estereotipos. Situaciones concretas de
exclusión o silenciamiento se producen como efectos que las sedimentaciones inscriben en los
sentidos y prácticas5. Se trata de estas operaciones identitarias mencionadas, de efectos
performativos territoriales y estatales, que son normalizadas a través de distintos dispositivos y
que en el mediano y largo plazo sedimentan en el sentido común6.
Si consideramos a Samuel Yussem en relación al sentido común que vincula judaísmo con
bolcheviquismo, debemos agregarle al estereotipo su ascendencia rusa. Lo mismo para el caso
de los colonos de Dora. Tanto allí como en la ciudad capital, y de forma extensible a todo el
territorio argentino, circula hasta la actualidad el mote de “ruso” como eufemismo para nombrar
a los judíos, el mismo estereotipo usado por los fanáticos nacionalistas que perpetraron el
pogromo de 1919 en Buenos Aires, hechos conocidos como “la Semana Trágica”, en la que
cientos de inmigrantes judíos de Europa Oriental identificados como bolcheviques y anarquistas
Kriscautzky comentó en una entrevista el recuerdo infantil de ser acosado por sus compañeros de
primaria, en un baño, para “comprobar” que era judío.
5
En una edición de EL llamada Santiago Profundo (2008) se visitan distintos puntos del interior de la
provincia y al describir a Colonia Dora se resalta a la participación cívica de un descendiente de sirios
llamado Jorge Sherif. De los dorenses judío ni una palabra. Las intenciones del medio no se pueden ver
como por lo general sucede con las intenciones. Pero en este no decir se hace posible pensar a una
estrategia de silenciamiento.
6
Claudia Briones (2008) rastrea con maestría estas formaciones de alteridad en dichos del sentido
común que refieren a los argentinos como venidos de los barcos, también en otros que ubican a las
oficinas del Todopoderoso atendiendo en Buenos Aires y también en rituales escolares consistentes en
ennegrecer con corcho la cara de los niños para luego silenciar nuestro pasado afro.
fueron detenidos y asesinados. Estos usos vigentes del “ruso” de la actualidad argentina que
comento funcionan como apelativos cariñosos. Y que alguna vez hayan sido usados en un
sentido despectivo es suficiente para entender a la relación entre los principios de clasificación
de la población y la desigualdad y su reproducción. Cuando la categorización se usa como
insulto, se transforma en instrumento de producción de desigualdad. “Cualquier clasificación
social es una especie de ubicación en el espacio social, y como éste está jerarquizado porque es
una trama de relaciones sociales y de relaciones de fuerzas sociales, entonces toda clasificación
social –incluida la identidad– es una jerarquización, una relación de fuerza social que interviene
en las luchas de esa trama social” (García Linera, 2016).
El nombre de Samuel Yussem aparece como referencia inmediata en una búsqueda web acerca
del porqué de la celebración del día del periodista. Hay varias entradas conformadas por el
mismo texto que relatan el accionar en Tucumán del Círculo de la Prensa, quienes fijaron esa
fecha en 1941 en honor a Mariano Moreno, fundador del diario La Gazeta de Buenos Aires en
1810. Es de sus años de militancia en el socialismo que se lo recuerda como un hábil
conferencista cuyos temas principales estaban asociados a los beneficios del gremialismo y la
participación política (Guzman, 2013). En 1932 inauguró los Talleres Gráficos Yussem en el
centro de Santiago y frente al Colegio Nacional, que fue el primer establecimiento de enseñanza
secundaria en la ciudad (inaugurado en 1908) y que por entonces era una de las escuelas más
concurridas. En esa época no eran muchos las editoriales, solamente había tres, todas en el casco
céntrico y dos de ellas también administradas por descendientes de inmigrantes italianos
(Fortunato Molinari y Constanzo Grandi). Cinco años después hacia 1937 la cifra de sellos
editoriales se duplicaría y sería coincidente con el aumento de la producción bibliográfica
(Castiglione, 2014). Un recorrido por el archivo del diario La Hora (LH) y El Liberal (EL)
muestran que era un personaje frecuente y recurrido por los medios gráficos a mediados de los
cuarenta. Si salía de viaje, era cubierto en el espacio de sociales de ambos diarios e incluso
cuando se dañaba su salud y cuando se recuperaba. Sí es notorio que su relevancia como editor
era más destacada en el diario LH que en EL. Puede pensarse a esto como posible puesto que
Leocadio Tissera, propietario de LH, era allegado a Yussem y lo conocía en su faceta de editor
puesto que se había formado justamente en los talleres gráficos del diario. En 1941 Samuel
Yussem se asoció al Círculo de la Prensa en Tucumán, del cuál sería uno de sus primeros
directivos. Para entonces ya contaba con varias publicaciones de prestigio en el ámbito local .
Durante los catorce años en que se dedicó a la edición con sus talleres gráficos, Samuel Yussem
tuvo el privilegio de ser el imprentero personal, al estilo de antes, de Domingo Bravo, Segundo
V. Osorio, ambos maestros y escritores, el primero especializado en quichua y el segundo
colaborador frecuente de Picada (1939-1953), revista difusora de la actuación de los maestros, y
director de la misma a partir de 1945, también de Carlos Abregú Virreyra; escritor de corte
americanista y diputado en varias ocasiones, intendente interventor de la Municipalidad en 1945
al momento de la detención de Yussem, ese mismo año Talleres Gráficos Yussem publicó un
poemario de su autoría titulado “Añatuya y otros cantos”; y también a José Francisco Luis
Castiglione, periodista y empresario director por muchos años del diario El Liberal, director del
Consejo General de Educación en 1941 y senador nacional en 1963. También incluyen el
catálogo de Yussem las obras de Alfredo Gargaro, historiador que perteneciera a la Academia
Nacional, Hipólito M. Noriega, Carlos B. Gómez, autor de la primera novela de corte
sociopolítico en Santiago del Estero: “Tolvanera”, de 1942, la misma que relata los maltratos
dados a los empleados del obraje. Antes de fundar sus propios talleres adquirió experiencia
junto al plantel del diario La Hora. Y mucho tiempo atrás había dirigido “Renovación”, el
órgano difusor de la Sociedad de Resistencia de Artes Gráficos, que había sido creada por el
Partido Socialista en 1918 y en el mismo año también fundó el diario El Norte en Suncho
Corral7. Por entonces Samuel Yussem tenía veintiséis años. Inauguraría sus propios talleres
7
Localidad del interior, cabecera del departamento Juan Felipe Ibarra, situada a 86 km. de la ciudad
capital en dirección noreste y establecida exactamente en el centro de la provincia y la mesopotamia
santiagueña. Se caracterizó por albergar a muchos inmigrantes sirios libaneses a lo largo del siglo XX. Sus
calles principales que se intersectan son: la Avenida 25 de mayo, paralela a las vías del ferrocarril, donde
se asienta la plaza principal y la mayoría de los comercios, y la calle República de Siria. Sobre la avenida
principal, y frente a la plaza, se contaban consecutivamente doce casas de inmigrantes sirio libaneses a
mediados del siglo XX.
gráficos a los cuarenta y estos dejarían de funcionar en 1946, y sería coincidente también, tanto
como en la iniciativa, con el cierre de varias imprentas y tipográficas en la ciudad.
Hacia mediados de noviembre de 1945 Samuel Yussem fue detenido por el incumplimiento en
el pago de una multa impositiva. El diario local de mayor tirada, El Liberal (EL), del día 25 de
noviembre de 1945 le dedicó al episodio su editorial al que tituló “Ilegalidades impositivas” y
en el que comentaba del descontento general de almaceneros y comerciantes quienes aducían
superposiciones fiscales de parte del municipio lo que ocasionaba que los impuestos de los
productos de salazón, grasa y quesos se acumularan hasta llegar a resultarles excesivos. Un
apartado del texto editorial titulado “De abuso y usurpación acusarán al Delegado Regional del
Trabajo” explicaba los sucesos pormenorizadamente. De acuerdo a la versión de EL el delegado
regional de la Secretaría de Trabajo y Previsión, Juan Basilio Usandizaga, le impuso a Samuel
Yussem la multa de sesenta pesos o su equivalente de arresto durante doce días. En aquellos
días un pantalón de vestir y un par de zapatos costaban tres pesos cada cosa. Y doce pesos la
suscripción anual a EL. Por lo que la multa sería equivalente a diez pares de zapatos y diez
pantalones de vestir o a cinco suscripciones anuales a EL. Se trataba de un monto considerable
(una suma hoy cercana a los veinte mil pesos). Al negarse a pagar en el plazo exigido el medio
destaca que "el Delegado Regional ordenó la inmediata detención del señor Yussem". Una vez
en la jefatura de policía Yussem se dispuso a pagar la multa a lo que "dado el procedimiento el
jefe de policía dispuso su libertad (...) Pero la Delegación Regional no aceptó el dinero de la
multa e informó a la policía que el señor Yussem debía cumplir el arresto impuesto, en todos
sus términos". Un subtítulo aparta al relato del pedido de un interdicto de Habeas Corpus de los
abogados representantes de Sara Kuchuk, esposa de Yussem, mediante el cual finalmente
recuperó la libertad. El medio se posiciona claramente en defensa de Samuel Yussem. En
especial porque de esa forma queda en oposición a la Secretaría de Trabajo y Previsión y
personalizada en este caso en la figura de Juan Basilio Usandizaga, a quien el medio no nombra
sino como “el Delegado Regional”, posición que es coherente al considerar su rol de órgano de
prensa tanto de la Unión Democrática -en un año pre electoral- como de la Asociación de
Productores de la Industria Forestal (APIF) en un contexto de reconfiguración de la economía
provincial vinculada al agotamiento de la explotación forestal. En 1944 los dividendos de la
“industria” forestal significaban el 32% del presupuesto provincial. Hacia el final del gobierno
de Mittelbach8 (1946-1948) sería del 9,4% y ya un 57% provenía de la contribución federal. Así
se empezaba a dibujar un escenario de dependencia económica entre la Nación (con sede en
8
Aristóbulo Mittelbach (1896-1952) fue uno de los fundadores del Grupo de Oficiales Unidos que
participó del golpe de estado que derrocaría a Ramón Castillo en 1943. Llegaría a la gobernación de la
provincia en las elecciones de 1946 de las cuales los hechos del presente son la víspera.
Buenos Aires) y la provincia (Martínez, 2008)9. Durante el mes de noviembre de 1945 EL se
ocupó de difundir las iniciativas sociales de la Asociación de Productores de la Industria
Forestal (APIF) y el “mejoramiento social de los hacheros” que estas medidas traerían
implicadas, incluida la prestación de un seguro de vida mutual para los empleados del obraje.
También tenían lugar los empresarios obrajeros para dejar asentada su posición frente al estatuto
del peón y su presunta inaplicabilidad. Es interesante de pensar al rol de EL como difusor de “la
vasta obra social de la APIF” en este contexto de agotamiento de la explotación forestal como
modelo de negocios. Además considerando la trayectoria de actores que tuvieron en común
ocupar lugares dirigenciales tanto en EL como en la APIF, como el caso de Jesús M. Suárez,
gerente de APIF en 1943 y director de EL entre 1941 y 1943.
Es en este contexto de enunciación que cobra sentido el lugar sostenido para las acusaciones
contra el delegado regional de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. El caso en el que
queda involucrado Samuel Yussem no era el primero en el cuál el medio encontraba la
oportunidad para expresarse de forma crítica respecto a este organismo. Antes también el medio
había plantado posición en contra de Amalio Olmos Castro y el accionar del Departamento
9
Ana Teresa Martínez (2008:83) agrega como características de la política económica del primer
peronismo en Santiago, además de la dependencia económica respecto del poder central, a la cuestión
del estado provincial como principal empleador, y a la obra pública como fuente principal de negocios
para la provincia.
Provincial del Trabajo10. La posición contra el naciente peronismo era agresiva11. Incluso en su
editorial del día del aniversario de su cumpleaños 47 del día 3 de noviembre de 1945 dice que
no pueden celebrar “con alborozo como lo hubieran querido” por el contexto de “luchas
ásperas” en las que “el periodismo argentino no tiene derecho a la alegría ni al descanso”. Una
semana después, el 10 de noviembre, EL publicó otra nota crítica respecto de la Secretaría de
Trabajo y Previsión. Llevaba por título: “La Federación de Trabajadores Santiagueños denuncia
a la Delegación del Trabajo por desarrollar actividades políticas". La nota consistía básicamente
en la transcripción punto por punto de un documento emitido por la Federación de Trabajadores
Santiagueños en la que "denuncia públicamente el trabajo subterráneo que está desarrollando la
tendencia peroniana (sic) para embarcar a la clase obrera en el campo de la entrega de su
libertad a costa del reconocimiento de algunos de sus derechos". El uso de la palabra
“peroniana” resulta curiosa aunque es una señal de que no se había estandarizado aún el
concepto de “peronista” para referirse a los seguidores del naciente peronismo. El artículo
comparte el repudio general de la Federación de Trabajadores Santiagueños la invitación hecha
por el delegado regional de la Secretaría de Trabajo y Previsión a los distintos dirigentes obreros
locales para asistir a una reunión política de dirigentes gremiales en Buenos Aires, cuya
finalidad, de acuerdo al documento es la de “crear un partido político nazi-peroniano, dándole
un falso carácter obrerista con el que se pretende, a través del fraude, y la violencia, la
utilización de los resortes creados dentro del Estado, para asegurar la continuidad de este
régimen”. Es significativa la asociación con el nazismo puesto que por esos días ocurrió un
ataque antisemita en Capital Federal que el medio destacó en una nota doble: de un lado la
narración de los acontecimientos incluida la cita textual de los canticos racistas de “las bandas
de elementos peronistas”: “¡Argentinos, sí, judíos, no! ¡Mueran los judíos! ¡Viva Perón!”, y por
el otro a la posterior denuncia de la Unión Cívica Radical de los hechos vandálicos de principios
de noviembre de 1945 (varios negocios habían sido destrozados y los comerciantes encargados
fueron atacados a golpes de puño) y de “un plan racista y antisemita entre todos los elementos
que propician la candidatura del coronel Perón”. De esta forma el medio identificaba a los
autores de los hechos vandálicos como “seguidores de Perón quienes incitan al odio racial o
religioso”.
EL se posicionó como defensor de los valores del liberalismo en este contexto de confrontación
liberalismo económico – intervencionismo estatal, en el que el primero contaba en la provincia
con actores con mayor capacidad de agencia, con EL como estandarte principal. Sería
10
Para más consultar el artículo de Ana Teresa Martínez y José Vezzosi (2019): “Amalio Olmos Castro y
la cuestión social en Santiago del Estero. El Departamento Provincial del Trabajo entre límites
estructurales y conflictos ideológicos”.
11
Para más consultar el artículo de José Vezzosi y Mercedes Vargas (2018): “Tradición, cambio y política
en el peronismo interior: El Liberal y el triunfo laborista”.
interesante imaginar un campo de palabras frecuentes para así advertir esta insistencia con la
“defensa del individuo, su libertad y sus derechos” con la que me topé leyendo y releyendo los
diarios santiagueños del mes de noviembre de 1945. Es deducible un acuerdo tácito en la
reproducción de la alteridad de lo que no sería propio del santiagueño: liberalismo en lo
económico en la que el opositor claro es de izquierdas, y esto como un anticipo de lo que serían
las fronteras ideológicas en la década del setenta: “el que es marxista no puede ser argentino”. Y
luego, el catolicismo en lo religioso en la cualquier otra creencia es presentada como
amenazante. El agnosticismo propuesto por el socialismo hace que sea entendible la virulencia
antisemita, tras la asociación judaísmo-bolcheviquismo.
Después de este recorrido se hace posible pensar a la difusión del caso contra Samuel Yussem y
la toma de postura en su favor de parte de EL como parte de un abanico comunicativo más
amplio y más vasto, en el que el opositor claro era el intervencionismo estatalista peronista.
La partida silenciosa
Hernán Kriscautzky fue presidente de la Sociedad Israelita entre 2012 y 2017. Hernán cuenta
que existen 55 colectividades en el interior del país y que “quizá la colectividad de Santiago sea
la más chica”. Al consultarle por la partida mayoritaria de los dorenses judíos de fines de la
década de 1940 lo primero que resalta como una generalidad es que las migraciones judías
buscan centros de educación. La escasa oferta educativa del Santiago del Estero de la época es
en el relato de Hernán, el fundamento de la partida masiva de la provincia. En ese relato hay una
entronización de la educación que coincide con su propia interpretación de la partida
silenciosa.12 Y arriesga una tesis sobre lo que sucede en "todo el mundo con los colonos judíos"
y en su visión esa tesis es aplicable al caso santiagueño: si la colectividad es pequeña o migra,
puede pensarse que haya habido algún contexto expulsor. Otro dato de interés que aporta es que
“se frena el éxodo cuando empieza a crecer el nivel de la universidad acá, en Salta pasa lo
mismo, se dejan de ir cuando mejora la universidad". Desconoce que algunas familias hayan
viajado de Santiago del Estero a Estados Unidos13 como comentan algunos informantes
dorenses. Sí sabe de algunas que al dejar Santiago viajaron a Tucumán, Rosario y Buenos Aires.
12
Dice Hernán: “lo primero que construían los colonos era la escuela que funcionaba como templo y
vivían ahí además, luego, el cementerio, luego las casas y al último el templo. Es algo cultural: el
establecimiento de cortes de justicia y de centros educativos. La educación para la colectividad es muy
importante. Por eso buscan afincarse en ciudades que garanticen la educación universitaria”. Luego
reafirma la idea contando de juegos típicos de la Pésaj, las pascuas judías, en la que incentivan a los
niños a pensar al presentarles objetos sin sentido por los cuales deben preguntar. También cuenta de
otros que tienen el fin de enseñarles el alfabeto a los tres años con golosinas de recompensas.
13
Informantes de Colonia Dora aportaron el dato de que la familia de Jorge Efron emigró a los Estados
Unidos y que Zac Efron, un actor norteamericano de fama internacional, tendría ancestros santiagueños.
Para desmitificar este dicho Hernán Kriscautzky aporta el dato de que “Efron” es un apellido judío muy
común.
A esa lista de destinos mayoritarios Miguel Pajón le agrega Roque Sáenz Peña (Chaco), Moisés
Ville (Santa Fe) y sí destaca a Tucumán como la ciudad predilecta de los dorenses judíos.
Aquellos que se lo podían permitir en términos económicos migraban a Israel. Miguel Pajón
entiende que por los contactos con los administradores de la JCA los dorenses judíos contaban
con ventajas para gestionar la inmigración a Israel.
14
Localidad del interior santiagueño próxima a Colonia Dora. Es la cabecera departamental de Taboada.
En la ciudad también existió una colectividad judía, aunque no tan numerosa como la de Dora. En la
actualidad se pueden advertir inscripciones en hebreo sobre las ruinas de lo que fuera la sinagoga de
Añatuya, frente a la plaza principal.
15
Al momento de la escritura del presente Miguel Pajón se encuentra trabajando en la producción de
un libro sobre la historia de Colonia Dora en la que dedica un apartado a la comunidad judía. Para más
ver: http://www.nuevodiarioweb.com.ar/noticias/2018/01/11/131438-colonia-dora-tendra-su-propia-
historia-escrita
Un aspecto llamativo que destaca es al respecto de la lengua. Comenta que muchos de los
dorenses judíos murieron sin poder hablar con fluidez el castellano local, y que muchos de ellos
sí dominaban el quichua. Ese le parece un signo de gauchización y la entiende como una
estrategia de adaptación de los colonos dorenses. En su visión la cercanía que generaba con los
lugareños al hablar en quichua les servía también en un sentido comercial.
Comentario final
Con esta ponencia quería rastrear la existencia de matrices locales productoras de alteridad, en
relación al judaísmo en especial y para el caso de la colectividad en Santiago del Estero. El
material empírico que permite verlas operando no es el que esperaba obtener, así que estas ideas
e hipótesis esperan aun mayor desarrollo. Lo que sí pude encontrar en este recorrido es, además
de la reconstrucción de la trayectoria de los dorenses judíos, es la curiosidad de que el principal
periódico de la ciudad y sostén de los valores del liberalismo económico, defendiera a Samuel
Yussem, militante socialista e impulsor del gremialismo en la provincia. Es decir que un medio
estandarte del liberalismo puede llegar a ser el defensor enérgico de un judío socialista porque
enfrente tiene a un opositor más vigoroso y amenazante para sus intereses: el naciente
peronismo.
Bibliografía
Martínez, Ana Teresa (2008) Estado, economía y política en Santiago del Estero, 1943-1949.
Exploración de algunas condiciones estructurales de la cultura política, Andes #19, pp. 67-92.
Martínez, Ana Teresa y Vezzosi, José Vicente (2019) Amalio Olmos Castro y la cuestión social
en Santiago del Estero. El Departamento Provincial del Trabajo entre límites estructurales y
conflictos ideológicos, Historia Regional. Sección Historia #40, pp. 1-17.
Roniger, Luis (1992) Los latinoamericanos de Israel: la comunidad invisible. Reflejos #1, pp.
39-49.
Vezzosi, José y Vargas, Mercedes (2018) Tradición, cambio y política en el peronismo interior:
El Liberal y el triunfo laborista, en Martínez, Ana Teresa (coord.) (2018) Discursos de
identidad y geopolítica interior: indios, gauchos, descamisados, intelectuales y brujos, Biblos,
Buenos Aires.