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Bullying

Integrantes: Muriel Gubernatti


Nicolas Olivares
Profesora: América Opazo
Fecha de entrega: martes 3 septiembre
Modulo: Proceso integrativo intermedio del Trabajo Social
Introducción
Chile ha avanzado en gran medida en la última década en lo que
respecta a la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos. Desde la
década de 1990, el país ha tenido un historial de crecimiento sólido y
reducción de la pobreza. No obstante, Chile se sitúa por debajo del
promedio en ingreso y patrimonio, compromiso cívico, estado de la salud,
empleo y remuneración, vivienda, balance vida-trabajo, sentido de
comunidad, seguridad personal, educación y competencias, calidad
medioambiental y satisfacción. (OECD Better Life, s.f.)
La solución de los problemas de salud mental constituye indiscutiblemente
una tarea cada vez más importante de la salud pública en el mundo. Se calcula
que 450 millones de personas sufren actualmente de trastornos. (Minoletti &
Alessandra, 2005, pág. 346)
Según datos recopilados por la Agencia de Calidad de la Educación y
publicados por La Tercera, en Chile cuatro de cada 10 escolares es discriminado
en su colegio ya sea por sus características físicas, su personalidad, su forma de
vestir o su ritmo de aprendizaje. (El desconcierto, 2019, pág. s/p)
Si bien es importante tomar en cuenta las cifras, las que revelan la
magnitud del problema, no podemos quedarnos únicamente en las
estadísticas. El gran problema del bullying es que hay niños, niñas y
jóvenes de carne y hueso que estas sufriendo. (Risco, 2019, pág. s/p)
Involucrar a la comunidad escolar completa en la prevención y
detección de casos de bullying es una tarea de gran envergadura aún
pendiente, pero hoy en día, estamos dando los pasos correctos para
terminar con estas malas prácticas y fortalecer ambientes seguros y de
calidad dentro de los colegios. (Risco, 2019, pág. s/p)
En el segundo y final día del Congreso Internacional de Bullying que
se está realizando la Fundación Educacional Semanario en el Gran Salón
del Hotel W , la Ministra de Educación, Marcela Cubillos, abrió la jornada
recalcando el rol del Gobierno en la actualización de los aspectos de la
actualización de la Política Nacional de Convivencia Escolar con eje en un
buen trato, inclusión, no discriminación, participación democrática y
solución pacífica de conflictos. (Bustamante, 2019, pág. s/p).
Bullying
Bullying, no tiene una traducción al español consensuada en Chile; algunos
hablan de acoso escolar, intimidación o matonaje. Otros investigadores en el país
han estudiado más bien el fenómeno de violencia escolar. (Valles, 2007, pág. 72)
Se define bullying como una dinámica de maltrato sistemática que
ocurre entre iguales de manera persistente. Es considerado un problema de
salud pública debido a su prevalencia y las con-secuencias que tiene en
todos sus participantes: en los agresores, en las víctimas, en los
espectadores, en los padres y familias, en la comunidad escolar y en la
sociedad en general. (Musalem & Castro, 2015, pág. 14)
En Chile, el interés público en el matonaje ha sido gatillado,
fundamentalmente, por los medios de comunicación. Tal como en los
países vecinos, las investigaciones sobre el tema provienen en su mayoría
de las ciencias sociales, con un predominio de estudios de tipo cualitativo,
también cuantitativos de tipo descriptivo. Además, no es infrecuente que los
resultados generados en estos estudios sean difíciles de obtener, ya que
rara vez son publicados en revistas de corte científico (Wolf & Estefan,
2008, pág. 181)
Los límites entre las distintas categorías para clasificar los tipos de
agresión son algo difusos. No obstante, existe un consenso en la literatura
de incluir las acciones de bullying físico y verbal en la categoría de bullying
directo y en considerar al bullying relacional como un tipo de bullying
indirecto. Pese a estas distinciones, lo común en los tres tipos de bullying
es que la agresión hacia la víctima es sostenida en el tiempo y está en una
situación de menor poder que el o los agresores. (Pérez, 2011, pág. 26)
El impacto de las enfermedades mentales, tanto para la persona
afectada como para sus familiares y la sociedad en general, es muy alto, no
solo en términos emocionales, sino también financieros. Se calcula que el
gasto ocasionado por estos trastornos puede equivaler a 3–4% del producto
nacional bruto de los países desarrollados. (Minoletti & Alessandra, 2005,
pág. 346)
Los expertos han definido diversos tipos de bullying, según la
naturaleza y el fin de la agresión. El bullying directo alude a un tipo de
agresión física o verbal, en la que el o los agresores enfrentan abierta y
directamente a la víctima. (Perez, 2011, pág. 25)
En ese sentido el bullying es un hecho social, que implica dinámicas
de estatus y posicionamiento en términos de poder de un individuo frente al
grupo. El estatus se relaciona con la posición que tiene una persona dentro
de un grupo en términos de una jerarquía de valoración, preferencias o
importancia. Generalmente los ofensores, mediante la acción de
hostigamiento, fortalecen su estatus o posición dominante frente a la
persona ofendida, pero también frente al grupo. Mediante acciones de
hostigamiento, humillación, burla o desprestigio, el ofensor expone
debilidades o asigna falta de valor social al ofendido. Al destacar sus
defectos, hacerlo quedar en ridículo frente a los demás o mostrar su
dificultad para defenderse, el ofensor busca disminuir el estatus del
agredido, al tiempo que aumenta su propio estatus al hacer ejercicio de su
poder de intimidación. (Musalem & Castro, 2015, pág. 15)
La familia influye de forma directa en el surgimiento de
comportamientos violentos, pues los agresores generalmente han sido
víctimas de experiencias traumáticas de maltrato. Dentro de los
antecedentes familiares se resaltan que han sido niños sin relaciones
afectivas cálidas y seguras. Con dificultades en el establecimiento de
límites, permisividad ante conductas antisociales, falta de atención por parte
de sus padres, y el castigo físico como principal fuente de imposición de
mando autoritario. (Rodríguez & Mejía, 2012, pág. 99)
Debido al impacto y los alcances que está teniendo el bullying en
nuestros jóvenes es necesario tomar medidas de prevención, ya que se ha
visto que la conducta agresiva en la niñez es considerada como un factor
de riesgo para la violencia y conducta criminal en la adultez, además de las
repercusiones principalmente en la esfera de salud mental que este
fenómeno presenta.
Olweus plantea 3 fases para enfrentar este problema.
1. La primera fase es la concientización de la población con respecto al
fenómeno.
2. La segunda fase es el diagnóstico de la magnitud del fenómeno en un
recinto escolar
3. La última fase es el trabajo en la sala de clases y finalmente en el
individuo particular. (Escuela de Medicina, s/f, pág. s/p)

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