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Por: Víctor Carrión
En 1969, el estructuralista francés Louis Althusser escribió:
“Lenin solo leyó a Hegel en 1914 y 1915”.1
Un criterio compartido por el exiliado republicano español Adolfo Sánchez Vazquez
en su “Filosofía de la praxis”. Este, aunque no llegó a afirmar que Lenin
desconocía a Hegel del todo antes de los “Cuadernos Filosóficos” de 1914, sí insinuó
que los conocimientos filosóficos de Lenin se limitaban a las obras de Engels y
Plejánov. En el libro referido, leemos:
“... no solo hay enriquecimiento de algunas tesis suyas [en los 'Cuadernos
filosóficos' de 19141915], sino también, en otras, fundamentales, una
verdadera rectificación. Asimismo, por lo que toca a la cuestión que nos
interesa especialmente – la cuestión de la praxis –, Lenin supera la pobreza
y unilateralidad de su pensamiento anterior”.2
Para Sánchez Vazquez y su corriente de pensamiento, Lenin, al leer a Hegel,
realizó la autocrítica a los puntos de vista expuestos en “Materialismo y
empiriocriticismo” (1908), dejando atrás el “materialismo tradicional” para asumir,
finalmente, las tesis de la filosofía de la praxis.
Décadas después, Néstor Kohan repetirá los argumentos de Althusser y Sánchez
Vázquez. Así, en uno de sus escritos tenemos: “Lenin tendrá oportunidad en el
exilio [en 1914] de leer la Lógica de Hegel y su filosofía sufrirá un viraje de ciento
ochenta grados, en medio del cual realizará una auténtica y sentida autocrítica
cuestionando el 'materialismo' de la filosofía marxista supuestamente heredero del
materialismo empirista de la burguesía francesa del siglo XVIII y enfatizando la
centralidad de la problemática de la praxis”. Según el señor Kohan, este
“encuentro teórico con Hegel” supondría un “viraje radical”, una “ruptura
epistemológica”, una auténtica superación de escritos filosóficos previos, en
especial del libro “Materialismo y empiriocriticismo”, elaborado, supuestamente,
“cuando [Lenin] aún no había estudiado sistemáticamente a Hegel”3.
1 Louis Althusser. Lenin before Hegel, en Lenin and Philosophy and Other Essays. Monthly Review Press.
1971. <https://www.marxists.org/reference/archive/althusser/1969/leninbeforehegel.htm>.
2 Adolfo Sánchez Vázquez. Filosofia de la praxis. 3". Grijalbo. CDMX. 1980.
3 Néstor Kohan. Marx en su (Tercer) Mundo. 2". Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura
No es de extrañar que el señor Kohan repita los argumentos de Althusser, Sánchez
Vázquez y de todos los illak yuyayku4, la reiteración de los mil y un lamentos
emitidos por los “marxistas críticos” con respecto a un Lenin mecanicista,
positivista, realista ingenuo de “Materialismo y Empiriocriticismo” que se
contrapone al Lenin dialéctico, flexible y profundo de los “Cuadernos Filosóficos”.
Es moneda común y no sorprende. Ya en 1979 el filósofo soviético Evald Iliénkov
sentenció al respecto:
“... el filósoso revisionista francés Roger Garaudy (no es el único, ni el
primero) en su folleto 'Lenin', condescendientemente reconoce a
'Materialismo y empiriocriticismo' el mérito de exponer el abc del
materialismo en general, cosa que no es en lo absoluto lo característico del
materialismo marxista ni se relaciona, en modo alguno, con la dialéctica;
esto, dice, es 'materialismo de jardín de niños' y nada más. Lenin se interesó
por primera vez en la dialéctica, solo más tarde, solo en la época de los
'Cuadernos Filosóficos'. Lo mismo afirma otro representante del
revisionismo filosófico, Gajo Petrovic, de 'Praxis', agregando que el estudio de
las obras de Hegel forzó a Lenin a introducir correctivos substanciales en su
caracterización tanto del materialismo, como del idealismo y la dialéctica,
limitando seriamente la acción del principio del reflejo... Y esto ya es
abiertamente una mentira no solo con respecto a la comprensión por Lenin
del materialismo, sino también con respecto a la comprensión leniniana de la
dialéctica.”5
Tomar en serio tal argumentación parece a primera vista absurdo, pues la propia
lectura de “Materialismo y Empiriocriticismo” y “Cuadernos Filosóficos” es más
que suficiente para desechar todos estos razonamientos. No obstante, la idea de un
Lenin desconocedor de Hegel previo a 1914 tiene gran difusión y aceptación, y
justifica muchas posturas filosóficas y políticas de rechazo al legado de la tradición
marxistaleninista y las experiencias revolucionarias del siglo XX. Es necesario,
por lo tanto, un breve examen de los testimonios y evidencias respecto de la
relación de Lenin con la obra de Hegel.
Exilio en Siberia
En 1898,Vladimir Ilich Lenin fue condenado al destierro en la aldea de
Cubana Juan Marinello. La Habana. 2003.
4 Sin fundamento.
5 Evald Iliénkov. La dialéctica leninista y la metafísica de positivismo. 1". EDITHOR. Quito. 2014.
Schuschenskoie en Siberia por su actividad en la Unión para la Emancipación de
la Clase Obrera. En las memorias de Nadiezhda Krupskáia, su compañera de vida
y lucha, encontramos una descripción vivida del gran orden y disciplina volcados
por Lenin en la recopilación de materiales para el libro “El desarrollo del
capitalismo en Rusia”, y de su gran interés por la literatura y la filosofía:
“Hacia el crepúsculo, por lo general leía libros de filosofía – Hegel, Kant y los
naturalistas franceses – o cuando estaba muy cansado, Pushkin, Lermontov
o Nekrassov.”6
Lenin colocó a los clásicos de la literatura rusa en la cabecera de su cama “al lado
de Hegel”7, una lectura ligada al debate contemporáneo del movimiento socialista
internacional, como lo constatamos a partir del testimonio de Anna Uliánova
Elizarova (hermana de Lenin):
“...Ya en Siberia... la corriente del neokantismo en el marxismo lo incitó a
emprender el estudio de la filosofía.”8
Y Krupskáia, en una carta a María Alejandrovna Uliánova (madre de Lenin),
describe la forma en que él se consagró a esta tarea:
“Volodia lee con dedicación todo tipo de filosofías (es ahora su ocupación
oficial); Holbach, Helvetius, etc. Me burlo de él diciéndole que pronto será
terrible hablar con él, porque estará impregnado de filosofía.”9
Durante su exilio siberiano estuvo pendiente de la lucha entre marxismo y
revisionismo bernsteiniano, estudió sus aspectos políticos, económicos y sus
meandros filosóficos. Una misiva, fechada en noviembre de 1898, patentiza la
conexión que en su opinión tenían los problemas políticos y filosóficos:
“¿Se fijó en los artículos de N.G. contra el 'materialismo y la lógica
dialéctica', publicados por Rússkoie Bogatsvo (en los dos últimos volúmenes)?
Son interesantísimos en un sentido negativo. Debo confesar que no soy un
experto en la materia, pero me extraña de sobremanera que el autor de
Beiträge zur Geschichte des Materialismus10 no se haya expresado en la
literatura rusa, ni se pronunciara contra el neokantismo abiertamente, y
permitiera que Struve y Bulgákov polemicen sobre algunos aspectos de dicha
6 N. Krupskáia, Mi vida con Lenin, cit.
7 Vladimir Ilich Lenin. Sobre arte y literatura. 1". Ediciones Jucar. Madrid. 1975.
8 A.I. Ivanskij. Lenin. Sibirskaya ssylka. 1". Editorial de Literatura Política. Moscú. 1975.
9 N. Krupskáia, A LA MADRE DE LENIN, M. A. ULIÁNOVA, (1929)
[https://www.marxists.org/espanol/Krupskáia/1899/1899_20vi.htm].
10 Ensayos sobre la historia del materialismo de G.V. Plejánov.
teoría filosófica, como si ya formara parte de los conceptos de los discípulos
rusos11. Estoy seguro que más de una revista nuestra daría cabida a artículos
filosóficos, e incluso sería fácil reunirlos en un libro. La polémica de este
autor con Bernstein y Konrad Schmidt me interesa mucho y siento
muchísimo no poder conseguir Vremia. Le agradecería enormemente que me
ayudara en este sentido. Por supuesto, me bastaría tener el periódico en mi
poder por poco tiempo. ¿No tiene el número de Nóvoie Vremia donde se
publicó (hace algunos años) un artículo del mismo autor sobre Hegel (en el
30 aniversario de su muerte, o algo por el estilo? Ni yo ni otro camarada de
aquí recibimos Nóvoie Vremia, aunque nos lo habían prometido de
Petersburgo. ¡El diablo se lleve a todos los que hacen promesas y no las
cumplen!”12
Y en la carta de abril de 1899 expone su juicio sobre el vínculo entre el
revisionismo de Bernstein, el neokantismo y la economía y política:
“Las objeciones de Bernstein a la interpretación materialista de la historia,
etc. (según Zhisn) son nuevas para mí y me asombran por su debilidad. Si
P.B. es un defensor tan acérrimo de Bernstein, que llega casi a 'pelearse' por
él, es una gran lástima, pues la 'teoría' de éste contra la Zusammenbruch13 –
estrecha en demasía para Europa occidental – es ya del todo inservible y
peligrosa para Rusia. ¿Sabe usted que ahora la utilizan nuestros 'jóvenes'
(los ultraeconomistas), quienes en una publicación relataron los debates de
Stuttgart en forma tal, que Bernstein, Peus y otros resultan ser defensores
'de la economía y no de la política'? ¿Qué piensa P.B. de semejantes
'aliados'?”14
La lucha internacional del marxismo con la bernsteiniada y las divergencias de los
“discípulos rusos” con los “ultraeconomistas” (que separaban economía de política)
transcurrieron con el telón de fondo de las críticas contra la lógica dialéctica por
parte de los neokantianos. Tal el criterio de Lenin en 1899:
“A propósito del neokantismo. ¿De qué lado se coloca usted? Leí y releí con
gran placer Beiträge zur Geschichte das Materialismus y los artículos del
mismo autor contra Bernstein y Konrad Schmidt publicados en Neue Zeit
(núm. 5, de 18981899, no he visto los números posteriores); leía a Stammler
(Wirtschaft un Recht), elogiado por nuestros kantianos (P. Struve y
11 Se refiere a los marxistas rusos.
12 Vladimir Ilich LENIN, Carta a A.N. Potresov, 2 de noviembre de 1898.
13 La bancarrota del capitalismo.
14 Vladimir Ilich LENIN, Carta a A.N. Potresov, 27 de abril de 1899.
Bulgákov), y me puse decididamente del lado del Monista 15. Quien me
indigna de modo especial es Stammler, en el que no puedo advertir ni un
ápice de sinceridad ni contenido alguno... ¡Pura erkenntnistheoretische
Scholatik16! Estas son necias 'definiciones' del más adocenado de los juristas,
en el peor sentido de la palabra, y las 'conclusiones' que de ellas extrae no
son menos necias. Después de Stammler, volví a leer los artículos de Struve y
Búlgakov en Nóvoie Slovo y deduzco que se hace realmente necesario tomar
en serio el neokantismo. Ante semejante situación no pude contenerme y
tanto en mi respuesta a Struve (a su artículo publicado en Naúchnoie
Obozrenie) como en la que envié a Bulgákov, arremetí contra aquel y formulé
mis objeciones. (No comprendó quién o por qué se demora la publicación de
dicha respuesta. Me dijeron que aparecería en el núm. 6 de Naúchnoie
Obozrenie. Pero no ocurrió así y mientras tanto mi aparente silencio me
provoca ya situaciones tan desagradables, como por ejemplo el artículo de
Niezhdánov en Zhisn, núm. 4). Digo 'no pude contenerme', porque tengo
clara consciencia de mi falta de conocimientos filosóficos, y no pienso escribir
sobre esos temas hasta no haber estudiado algo. Precisamente a eso me
dedico ahora; comencé con Holbach y Helvecio y me propongo pasar a Kant.
Conseguí las más importantes obras de los clásicos de la filosofía, pero
carezco de libros neokantianos (el de Lange es el único que pedí me
enviarán). Le ruego por favor que me comunique si usted o sus camaradas
tienen algunas y si pueden suministrármelas.”17
¿Qué libros leyó Lenin en esta época? Vladimir Adoratski (viejo bolchevique y
eminente investigador del legado de los fundadores de la dialéctica materialista)
cita el detallado inventario preservado en el archivo de la policía zarista y que
incluye los siguientes títulos: 1) Spinoza, Ética; 2) Spinoza, Tratado teológico
político; 3) Spinoza, Tratado de la reforma del entendimiento; 4) Helvecio, Del
Espíritu; 5) Helvecio, Del Hombre; 6) John Locke, Ensayo sobre el entendimiento
humano; 7) Kant, Crítica de la razón pura; 8) Fichte, Los hechos de la consciencia;
9) Fichte, Características básicas del sistema de filosofía; 10) Fichte, La vocación
del hombre; 11) Schelling, Obras Completas (un tomo); 12) Hegel, Obras (tal vez el
tomo que contiene la “Lógica pequeña”); 13) Hegel, Elementos de la filosofía del
derecho; 14) Feuerbach, Historia de la filosofía moderna de Bacon a Spinoza; 15)
Feuerbach, Críticas filosóficas; 16) Plejánov, Ensayos sobre la historia del
15 Se refiere a G.V. Plejánov.
16 Teoría del conocimiento escolástica.
17 Vladimir Ilich LENIN, Carta a A.N. Potresov, 27 de julio de 1899.
materialismo; 17) Lange, Historia del materialismo.18
A estos estudios se suma la fructífera discusión con Friedrichs Lengnik, camarada
revolucionario y futuro bolchevique. A continuación se cita el relato de Lengnik al
respecto:
“En el exilio siberiano me interesé en las cuestiones de la filosofía y de paso
también en la filosofía de Hume y Kant. El escepticismo de Hume en
particular, al parecer, armonizaba con ese ambiente de desesperación en el
que transcurría entonces el exilio siberiano, cuando de hecho aún no existía
un partido y cuando tampoco no se podía ni pensar en una huída... Además,
la filosofía de Kant ya se me inoculó en la infancia junto con los clásicos
alemanes, de los cuales Schiller en particular, como es conocido, era un
ardiente entusiasta del kantismo.
“Vladimir Ilich conoció, probablemente, por los camaradas de mis arrebatos,
y entre nosotros se entabló una correspondencia singularmente animada
sobre cuestiones filosóficas. Me esforcé por convertirlo a la religión
exponiéndole la belleza poética de la 'Crítica de la razón práctica' de Kant, y
a menudo caí en el escepticismo extremo apoyándome en Hume y en su
discípulo más cercano Schopenhauer, que también atrajó mi atención en el
tedioso exilio. En sus cartas de respuesta Vladimir Ilich, por lo que recuerdo,
apareció de modo delicado y totalmente determinado como adversario
resoluto tanto del escepticismo humeano como del idealismo kantiano, al que
contrapuso la lozana filosofía de Marx y Engels. Él demostró con ardor que
no podía existir límite alguno al conocimiento humano, que debe progresar y
librarse de la cáscara idealista, burguesa, a medida que crece el movimiento
obrero revolucionario este definirá no solo la conducta y modo de ver el
mundo de la propia clase obrera – diáfana de parte a parte, lozana y que
cautiva por su sencilla belleza –, sino que también determinará del modo
más preciso la conducta y modo de ver el mundo de sus enemigos de clase y
obligándolos a hablar el lenguaje de los hechos y barricadas ardientes en
lugar de las teorías nebulosas, quiméricas...”19
Otro veterano bolchevique, Panteleimón Lepeschinski, afirmó respecto del
intercambio epistolar entre Lenin y Lengnik: “Sus cartas mutuas a menudo eran
18 Adoratski et al. Dialektichesky Materializm. Marks, Engels, Lenin, Stalin. Editorial Partidaria. Moscú.
1933. <http://istmat.info/node/39521>.
19 F. Lengnik, Pisma V.I. Lenina po voprosam filosofii, pisannye mnie v 18981899 godaj, en L. V. Kamenev
(ed.), Leninski Sbornik I, Instituto Lenin adjunto al CC del PCR (b), Moscú Leningrado 1924, pp. 194–
195.
largos tratados completos de filosofía.”20 Alexander Schapovalov, cuadro
bolchevique que vivió el exilio cerca de Lenin, escribió:
“La correspondencia de Lengnik con Lenin empezó ya en la aldea de
Kazachinski. El propio Lenin se interesaba tanto en la filosofía que desde la
primera palabra, tan pronto conoció a Lengnik, comenzó con él una
conversación sobre cuestiones filosóficas. Siendo que Lengnik era un hombre
seguro de sí mismo, orgulloso, con una individualidad muy desarrollada,
perseverante, que poseía una gran erudición y temperamento apasionado,
con frecuencia la conversación pasó a ser una disputa seria. F.V. Lengnik
partió del neokantismo poniendo en duda la posibilidad de conocerlo todo.
Aceptando que la cosmovisión idealista ineludiblemente se corona con la fe
en dios, él citó la opinión de uno de los filósofos de que dios es 'la consabida
negación de todas las dudas e indecisiones'. Basado en esto creía que a los
marxistas, que rechazaban la existencia de dios y van al paso de los
conclusiones de la ciencia, les es inherente la duda en la posibilidad de
conocer y, más aún, que la duda se considera la materia de todo
conocimiento. Ambos, tanto Lenin como Lengnik, estaban en la flor de sus
fuerzas y capacidades, y cada uno de ellos, de modo totalmente natural, se
esforzaron por triunfar en la discusión con su contradictor...
“En cuanto lo recuerdo, Lenin no negaba el derecho del hombre a cierta duda
e indecisión en general, pero sostuvo con toda la habilidad que le era
inherente el poderío de la razón humana. Alegó, para refrendar sus palabras,
la forma en que se demuestra tanto en la historia de la ciencia como en la
historia de todos los grandes descubrimientos que la razón humana penetra
en la profundidad de los fenómenos, abre eso que aún ayer se consideraba
inasequible para el hombre, y hace diáfano y comprensible hoy, eso que aún
ayer estaba arropado por la neblina del misterio.
“En general, los marxistas no deben hablar de la inteligencia humana como
limitada, sino, a la inversa, deben sostener que no existe barrera alguna
para la razón humana, que en el conocimiento de la naturaleza siempre
avanza de victoria en victoria. El marxismo al ir al paso con las conclusiones
de la ciencia defiende con éxito el conocimiento científico del mundo, es una
cosmovisión optimista que descubre las más amplías perspectivas para el
desarrollo de la personalidad humana. En lo que respecta a las dudas e
indecisiones propias del 'hombre que piensa', Lenin, en cuanto esto se
conserva en mi memoria, dijo que estas no deben atentar contra la
20 A.I. Ivanskij, op. cit.
integridad de la cosmovisión marxista y perturbar la disciplina partidaria.”21
En resumen, durante su condena en Siberia, Lenin se mantuvo al corriente de los
desarrollos políticos y teóricos del movimiento marxista en Rusia y a nivel
internacional; esto es, la lucha con los revisionistas de Europa occidental y con la
naciente tendencia del economismo entre los socialdemócratas rusos. Para él, el
duelo con el revisionismo era una batalla en defensa de la lógica dialéctica frente
al neokantismo, y por esta razón se volcó al estudio de la filosofía. Los testimonios
más cercanos evidencian la dedicación y amplitud de este primer acercamiento, su
lectura de Holbach, Helvecio, Fichte, Kant y Hegel. Tenemos conocimiento del
interesante intercambio de Lenin con Lengnik sobre la posibilidad y límites del
conocimiento y aunque estas cartas, que constituían “tratados completos de
filosofía”, le fueron confiscadas a Lengnik por la policía zarista en 1901 y no han
sido localizadas, pese a los esfuerzos del Instituto Lenin durante la época soviética,
esto confirma la seriedad con la que el futuro líder del bolchevismo asumió sus
deberes filosóficos.
La evidencia señala que, entre 18991901, Lenin ya leyó a Hegel (cuyos libros tenía
en la cabecera de su cama) y por las memorias de Panteleimón Lepeschinski
sabemos que “Vladimir Ilich... estudió minuciosamente en el exilio la 'Ciencia de la
Lógica' (y puede ser que alguna otra obra) de Hegel y nos requirió... a los
camaradas que le rodeabamos, la debida atención a las ideas de este tratado
filosófico”22, información confirmada por el inventario de la policía zarista, citado
por Adoratski, que indica la presencia de un tomo de las Obras de Hegel (aunque
no se tiene certeza si contenía la “Ciencia de la Lógica” o la “Lógica pequeña) y de
“Elementos de la filosofía del derecho”.23
Algunos elementos de dialéctica
“Algo más sobre la teoría de la realización” de 1899, al que Lenin se refiere en una
de las cartas arriba citadas, contiene las primeras réplicas a los neokantianos y se
corresponde a estas primeras lecturas de filosofía.
21 Id.
22 Id.
23 “Durante los largos meses de invierno de Schuschenskoie, donde, de acuerdo a los recuerdos de N.K.
Krupskáia, estudió los clásicos de la filosofía universal, incluyendo a Hegel y su 'Fenomenología del
Espíritu'; las prolongadas charlas con Plejánov, la correspondencia con Lengnik y Bogdánov, en el curso
de la cual las cartas de Lenin (¡lástima!, se han perdido) crecieron hasta convertirse en 'largos y
completos tratados de filosofía', que medían hasta 'tres cuadernos'...” (Evald Iliénkov, op. cit.).
El artículo en cuestión es la respuesta dada por Lenin a la crítica que Piotr Struve
hizo de su escrito “Observación sobre el problema de la teoría de los mercados (a
propósito de la polémica de los señores TugánBaranovski y Bulgákov)”. En los
párrafos iniciales se expone el núcleo de la discusión:
“A mi juicio, la polémica de Struve con los escritores mencionados se ha
sucitado más por una concepción errónea de Struve sobre el contenido de la
teoría que ellos defienden, que por divergencias fundamentales. En primer
lugar Struve confunde la teoría de los mercados sostenida por los
economistas burgueses, los cuales arguyen que los productos se intercambian
por productos y por lo tanto debe existir una correspondencia entre la
producción y el consumo con la teoría de la realización de Marx, quien
demostró, con su análisis, cómo se opera la reproducción y la circulación del
conjunto del capital social, es decir, la realización del producto en la sociedad
capitalista. Pero Marx y los escritores que expusieron sus ideas y con los
cuales polemiza Struve, lejos de deducir de ese análisis la armonía entre la
producción y el consumo, destacan, por el contrario, con toda energía, las
contradicciones inherentes al capitalismo, que no pueden dejar de
manifestarse en la realización capitalista. En segundo lugar, Struve
confunde la teoría abstracta de la realización (y fue exclusivamente eso lo
que trataron sus adversarios) con las condiciones históricas concretas de la
realización del producto capitalista en un país y en una época determinados.
Es lo mismo que confundir la teoría abstracta de la renta del suelo con las
condiciones concretas del desarrollo del capitalismo agrario en determinado
país...”24
Desde el punto de vista filosófico, Lenin le reprocha a Struve su falta de lógica, su
accionar basado en decretos, en resultados anticipados:
“Por otra parte, la incomprensión de Struve se debe a que considera
indispensable establecer una diferencia entre las categorías sociológica y
económica de la teoría de Marx, y formula algunas observaciones generales
contra esta teoría. Debo decir al respecto, en primer lugar, que todo esto no
tiene absolutamente ninguna relación con la teoría de la realización. En
segundo lugar, que considero poco clara esa diferencia que establece Struve,
y que no le encuentro utilidad alguna. En tercer término, creo no sólo
discutibles sino sencillamente erróneas las afirmaciones de Struve, cuando
24 Vladimir Ilich Lenin. Algo más sobre la teoría de la realización, en Obras Completas #04, 1". Akal
Editor. Madrid. 1974: 76–95. <https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/akal/leninoctomo
04.pdf>.
declara que 'el propio Marx, incuestionablemente, no veía con claridad la
relación entre las bases sociológicas' de su teoría y el análisis de los
fenómenos del mercado, y que 'la teoría del valor, tal cual está expuesta en
los tomo I y III de El capital, es indiscutiblemente contradictoria'. Todas esas
afirmaciones de Struve son completamente gratuitas. No son argumentos,
sino decretos. Son el resultado anticipado de la crítica de la teoría marxista
que los neokantianos se proponen iniciar...”25
El decreto de Struve ordena establecer la diferencia entre lo “sociológico” y lo
“económico”, entre las “bases sociológicas” y el “análisis de los fenómenos”, entre
“teoría abstracta” y “condiciones históricas”, es decir, requiere que la esencia
coincida inmediatamente con la apariencia. Al abordar esta cuestión, y pese a la
“falta de conocimientos filosóficos”, que Lenin reconocía y admitía, en la
contrarréplica a Struve encontramos una notable defensa de una de las tesis
fundamentales de la dialéctica materialista, a saber, la relación contradictoria
entre esencia y fenómeno y su importancia para determinar el valor científico de
una teoría.
“Detengámonos aún algo más en el problema que 'desde hace largo tiempo
preocupa' a Struve: ¿cuál es el verdadero valor científico de la teoría de la
realización?
“Su valor científico es exactamente el mismo que el de las otras tesis de la
teoría abstracta de Marx. Si Struve se siente perturbado por el hecho de que
'la realización absoluta es el ideal de la producción capitalista, pero nunca la
realidad de esta', le recordaremos que todas las otras leyes del capitalismo
descubiertas por Marx describen también únicamente el ideal del
capitalismo, pero nunca su realidad. 'Solo nos proponemos – escribía Marx –
presentar aquí la organización interna del modo de producción capitalista en
su medida ideal' (in ihrem idealem Durchsnitt. Das Kapital, III, 2, 367, trad.
rusa, pág. 688). La teoría del capital supone que el obrero recibe el valor
total de su fuerza de trabajo. Este es el ideal del capitalismo, pero de ningún
modo su realidad. La teoría de la renta del suelo supone que la población
agrícola se encuentra totalmente dividida en terratenientes, capitalistas y
obreros asalariados. La teoría de la realización supone la repartición
proporcional de la producción. Este es el ideal del capitalismo, pero de
ninguna manera su realidad.
“El valor científico de la teoría de Marx consiste en que muestra el proceso
25 Id.
de la reproducción y de la circulación del conjunto del capital social. Además,
la teoría de Marx ha demostrado cómo se opera esta contradicción inherente
al capitalismo, que el enorme aumento de la producción nunca es
acompañado por un aumento correspondiente del consumo popular. De ahí
que la teoría de Marx no sólo no restablece la teoría apologética burguesa
(como se le ocurre a Struve), sino que, por el contrario, proporciona un arma
poderosa contra la apologética.
“De esta teoría se deduce que, aun cuando la reproducción y la circulación
del conjunto del capital social fuesen idealmente uniformes y proporcionales,
no podrá evitarse la contradicción entre el aumento de la producción y los
límites restringidos del consumo. Además, el proceso de la realización no se
desenvuelve, en la práctica, según una proporción idealmente uniforme, sino
sólo a través de 'dificultades”, de 'fluctuaciones', de 'crisis', etc.”26
¿Qué quiere decir esto (que las leyes descubiertas por Marx siempre describen
únicamente lo ideal, pero nunca la realidad)? En rigor, el razonamiento de Lenin
es exacto, “toda ley del capitalismo se cumple por su incumplimiento” o, si lo
decimos en lenguaje filosófico, la apariencia nunca coincide directamente con la
esencia tal y como lo postularía Lenin en los “Cuadernos Filosóficos”: en “lo
inesencial, en la apariencia, hay un momento del no ser”, es decir, “lo inesencial, lo
aparente, lo superficial, desaparece frecuentemente, no se mantiene tan
'estrechamente', no 'se asienta con tanta firmeza' como la 'esencia'...”, por ello “la
apariencia = naturaleza negativa de la esencia” y “es el manifestarse (Scheinen) de
la esencia en sí misma”27. La ley nunca se realiza de forma pura en la realidad, la
ley siempre nos presenta la organización interna en su medida ideal (esencia), y a
despecho de que la apariencia es la esencia en su naturaleza negativa, la
apariencia siempre es manifestación de la esencia. Mientras para Struve la teoría
de Marx solo expresa “lo ideal, pero nunca lo real” y en esto ve un defecto, Lenin
capta en ello el mérito de la teoría de Marx, su valía científica que está justamente
en que lo ideal se expresa en lo real no como identidad, sino a través de
“dificultades”, “fluctuaciones” y “crisis”. Las contradicciones inmanentes del
capitalismo no se suavizan, no desaparecen, no son producto de distorsiones
externas que se pueden eliminar para ir al “capitalismo ideal”, sino que toda
remoción de alguna “distorsión” lleva a un más amplío desenvolvimiento de la
organización interna de la sociedad burguesa, de sus conflictos y antagonismos.
Así, mientras para Struve la tesis de que el consumo no es el objetivo de la
26 Id.
27 Vladimir Ilich Lenin. Cuadernos filosóficos, en Obras Completas #42, 1". Akal Editor. Madrid. 1974.
producción capitalista ostenta ese “carácter polémico” típico de todo el sistema de
Marx, que lo hace “tendencioso”. En opinión de Lenin:
“Que el consumo no es el objetivo de la sociedad capitalista, es un hecho. La
contradicción entre este hecho y el de que, en última instancia, la producción
está ligada al consumo, que depende de él aun en la sociedad capitalista, no
es una contradicción de la doctrina, sino de la vida real. La teoría de la
realización de Marx posee un enorme valor científico, precisamente, porque
tiene, entre otros, el mérito de demostrar cómo se opera esa contradicción, y
porque ubica esa contradicción en un primer plano. 'El sistema de Marx'
presenta 'carácter polémico', no porque sea 'tendencioso'; sino porque ofrece,
en teoría, una imagen fiel de todas las contradicciones que existen en la
realidad. Esa es una de las razones por las cuales todas las tentativas de
asimilar 'el sistema de Marx' están y estarán condenadas al fracaso si no se
asimila su 'carácter polémico', ya que dicho 'carácter polémico' no es más que
la imagen fiel del 'carácter polémico' del propio capitalismo.”28
Para Struve, la teoría de Marx al poner de manifiesto las contradicciones de la
realidad capitalista delata su naturaleza polémica, “tendenciosa”, ya que toda
expresión teórica de una contradicción es evidencia de un inaceptable sesgo
subjetivo. En tanto para Lenin el mérito científico de la teoría de Marx reside en
que ella demuestra como opera la contradicción, en que pone a la contradicción en
primer lugar, pero no la contradicción subjetiva, arbitraria, no la “contradicción de
la doctrina, sino de la vida real”, ya que es la realidad en sí la que posee un
carácter dialéctico (contradictorio, “polémico”).
La contradicción es una característica concreta, objetiva, y por tanto la dialéctica
es un reflejo en extremo abstracto y general de esa ley universal de la naturaleza,
la sociedad y el pensamiento. Todo movimiento del pensamiento que nos aleja de la
contradicción nos arrastra fuera de la realidad, hacia la apología del capitalismo.
De tal modo, Struve al declarar que la teoría de Marx es tendenciosa por que en
esta se muestra la contradicción rechaza el núcleo de la dialéctica y tal es
justamente la esencia de la revisión neokantiana del marxismo. De allí, la
valoración negativa que Lenin hizo de la crítica neokantiana del marxismo:
“Vale la pena decir dos palabras sobre esta (futura) 'crítica' que tanto
atractivo ejerce sobre Struve. Por supuesto, ninguna persona de buen sentido
protestará contra la crítica en general; pero Struve, en apariencia, repite su
opinión favorita sobre la forma en que la 'filosofía crítica' fecundará al
28 Vladimir Ilich Lenin. Algo más sobre la teoría de la realización, op. cit.
marxismo. Se sobreentiende que no tengo el deseo ni la posibilidad de tratar
aquí la cuestión del contenido filosófico del marxismo, y me limitaré, en
consecuencia, a las siguientes observaciones. Esos discípulos de Marx que
invocan 'el retorno a Kant' no han ofrecido hasta el presente nada que
demuestre la necesidad de semejante viraje, nada que demuestre que la
teoría de Marx haya ganado algo al ser fecundada por el neokantismo. Ni
siquiera dieron cumplimiento a la obligación que le corresponde, la primera
entre todas: analizar en detalle y refutar la apreciación negativa que Engels
hizo del neokantismo. Por el contrario, aquellos discípulos que retornaron no
a Kant, sino al materialismo filosófico premarxista o al idealismo dialéctico,
ofrecieron una exposición valiosa y notablemente bien construida del
materialismo dialéctico, demostraron que éste es el producto legítimo e
inevitable del desarrollo posterior de la filosofía y la ciencia social.”29
Lenin es categórico en su apreciación: con el neokantismo no se gana nada, lo
único que sale de todo ello es que la concepción revolucionaria del mundo se vea
desplazada, suplantada, por el árido evolucionismo. La “filosofía crítica” cierra los
ojos ante las contradicciones en la vida real, rechaza la dialéctica y pide el retorno
a Kant, y niega las conquistas del materialismo dialéctico como “producto legítimo
e inevitable del desarrollo posterior de la filosofía y la ciencia social”.
Resulta interesante que esta idea esencial (el demostrar cómo opera la
contradicción, poner a la contradicción en primer lugar, esa contradicción de la
vida real, ese carácter polémico que refleja el carácter polémico del propio
capitalismo), sin la cual es imposible asimilar el “sistema de Marx”, se expone en
los “Cuadernos Filosóficos” de 19141915, de la siguiente forma:
“En particular, la dialéctica es el estudio de la oposición de la cosa en sí
(Ansich), de la esencia, el sustrato, la sustancia – con el fenómeno, con el
'serparaotros'. (También aquí vemos una transición, un fluir de uno a otro:
aparece la esencia. El fenómeno es esencial.) El pensamiento humano se
hace indefinidamente más profundo, del fenómeno a la esencia, de la esencia
de primer orden, por así decirlo, a la esencia de segundo orden, y así hasta el
infinito.
“La dialéctica, en el sentido correcto, es el estudio de la contradicción en la
esencia misma de los objetos: no sólo los fenómenos son transitorios, móviles,
fluidos, demarcados sólo por límites convencionales, sino que también es así
29 Id.
la esencia de las cosas.”30
Tal la riqueza del pensamiento de Lenin en el período en que apenas iniciaba sus
estudios filosóficos. Por supuesto, Lenin aún no alcanzaba la resolución de varios
problemas de la dialéctica materialista, no obstante, la gran coherencia de su
pensamiento esta muy lejana de los esquemas de los illak yuyayku que hablan de
“giros de 180 grados” y “rupturas epistemológicas” entre el Lenin previo a 1914 y el
Lenin posterior a 1914.
Es notable que el señor Kohan no mencione la posición de Lenin en la lucha contra
la bernsteiniada y el economismo. Para el señor Kohan lo único digno de mención
en la polémica contra Bernstein es el “fatalismo histórico” de Kautsky (“La historia
devenía así un sujeto autónomo con leyes, fases y períodos sucedidos al margen de
la praxis, en forma necesaria, ineluctable y, en última instancia, fatal” 31) y el
“determinismo histórico lindante con el fatalismo” de Plejánov. Para él esto es muy
importante, pues en su muy particular versión histórica el pensamiento de Lenin
anterior a 1914 seguía filosóficamente amarrado a la problemática de la II
Internacional y por eso en “Materialismo y Empiriocriticismo” es “un vulgar
mecanicista” que “introduce un pronunciado sesgo gnoseológico en la formulación
ontológica de la prexistencia del mundo objetivo [sic], pues para él el mundo
cognoscible existe independientemente de cualquier espíritu, finito o infinito, pero
no a la inversa [?]”, por lo que la “práctica tiene la función de corroborador post
festum de los resultados del proceso de conocimiento pero parecería que está
ausente en el comienzo de este.”32 Lenin, en sus formulaciones filosóficas, ignora o
disminuye el rol de la práctica, no así en sus escritos políticos: “la lucha ideológica,
la batalla cultural por ganar la conciencia y el corazón de millones de trabajadores
(as) – la construcción hegemónica de una nueva 'subjetividad' era para él una tarea
nodal [sic]. La voluminosa cantidad de escritos, folletos, discursos y libros suyos
está encaminada en su totalidad hacia esa meta.” 33 “Aun sin haber roto
filosóficamente con Kautsky y Plejánov, escribe el señor Kohan, Lenin ya
preanunciaba de este modo los rasgos centrales de su viraje posterior otorgándole
a la batalla política y cultural un lugar destacado en la agenda revolucionaria.
Pero todavía en ese momento, una fuerte tensión – la misma que sufriría su
compañero León Trotsky –, desgarraba su reflexión [?]. Lo que había construido en
el espacio de la ciencia política y de la sociedad aún no lo había podido
30 Vladimir Ilich Lenin. Cuadernos filosóficos, op. cit.
31 Néstor Kohan, op. cit.
32 Id.
33 Id.
conceptualizar en el terreno filosófico [?].”34
En otras palabras, en el esquema del señor Kohan existían dos Lenin distintos, un
pensador político que realiza los principios de la filosofía de la praxis de modo
inconsciente, y un pensador filosófico limitado por el marxismo dogmático de la II
Internacional, una dicotomía solo superada por el “viraje posterior de 180 grados”
producto de “su encuentro con Hegel”.
Un pasaje del libro “Un paso adelante, dos paso atrás” (1904) sirve de regla de
medición para saber si esta idea de la dicotomía entre un Lenin político y un Lenin
filósofo es o no verdad. Al resumir el proceso de lucha interna que condujo a la
división del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR) entre bolcheviques y
mencheviques, Lenin realizó la siguiente generalización:
“En cada una de las fases señaladas las circunstancias de la lucha y el
objetivo inmediato del ataque son esencialmente diferentes; cada una de las
fases representa, por así decirlo, una batalla aparte dentro de la campaña
general. Y si no se analizan todos los detalles concretos de cada batalla, es
imposible comprender nuestra lucha. Pero si lo hacemos, veremos con
claridad que el desarrollo se sucede realmente en forma dialéctica, en forma
de contradicciones: la minoría se convierte en mayoría y ésta pasa a ser
minoría; cada una de las partes contendientes pasa de la defensiva a la
ofensiva, y viceversa; el punto de partida de la lucha ideológica (el artículo 1)
es 'negado' y cede su puesto a mezquinas disputas que todo lo invaden;
comienza entonces la 'negación de la negación' y, haciendo mal que bien 'las
paces', en los distintos organismos centrales, con la esposa que el cielo nos ha
destinado, volvemos al punto de partida, a la lucha puramente ideológica;
pero ahora esta 'tesis' aparece ya enriquecida por todos los resultados de la
'antítesis' y se convierte en una síntesis más elevada, en la cual el error
aislado y accidental a propósito del artículo 1 se ha transformado en un casi
sistema de concepciones oportunistas en materia de organización, y en la
cual se revela de un modo cada vez más palpable, a los ojos de todos, la
relación existente entre este hecho y la división fundamental de nuestro
partido en un ala revolucionaria y una oportunista. En una palabra, no sólo
crece la cebada conforme a lo que sostenía Hegel, sino que también guerrean
entre sí, conforme a Hegel, los socialdemócratas rusos.
“Pero no debe confundirse la gran dialéctica de Hegel, que el marxismo hizo
suya después de ponerla de pie, con el vulgar ardid de justificar los
34 Id.
zigzagueos de los políticos que saltan del ala revolucionaria al ala
oportunista del partido, con la práctica vulgar de meter en un mismo saco
determinadas declaraciones, y determinados elementos de desarrollo, que
pertenecen a diferentes fases de un mismo proceso. La verdadera dialéctica
no justifica los errores personales, sino que estudia los cambios inevitables,
demostrando, mediante el estudio detallado del proceso de desarrollo en
todos sus aspectos concretos que fueron inevitables. Uno de los principios
básicos de la dialéctica, es que no existen verdades abstractas, la verdad es
siempre concreta... Y tampoco puede confundirse la gran dialéctica hegeliana
con la vulgar sabiduría cotidiana, que tan bien se expresa en el refrán
italiano mettere la coda dove non va il capo (meter la cola donde no entra la
cabeza).”35
El análisis de la crisis interna del POSDR permite la conceptualización filosófica
precisa del proceso por el que lo contingente en virtud de su contenido llega a ser lo
necesario, “el error aislado y accidental a propósito del artículo 1 se ha
transformado en un casi sistema de concepciones oportunistas en materia de
organización, y en la cual se revela de un modo cada vez más palpable, a los ojos de
todos, la relación existente entre este hecho y la división fundamental de nuestro
partido en un ala revolucionaria y una oportunista”, una divergencia puntual que
degenera en disputas mezquinas engendra el sistema de concepciones del ala
oportunista del partido. Lenin veía en ello un “desarrollo [que] se sucede
realmente en forma dialéctica”, no el cambio arbitrario de quienes se mueven de
una posición a otra (aunque esta sea la manifestación externa del oportunismo),
sino un movimiento sujeto a leyes. ¿Cómo fue posible esto? Aquí son pertinentes
las palabras de Hegel citadas por Lenin en “Cuadernos Filosóficos”:
“El que una cosa sea posible o imposible depende del contenido, es decir, del
total de los momentos de realidad, que en su despliegue resultan ser la
necesidad.”36
El hecho aparentemente accidental de las disputas partidarias mezquinas fijó la
división fundamental entre el ala revolucionaria y la oportunista, el paso dialéctico
de lo contingente a lo necesario, un desarrollo que se sucede en forma dialéctica y
que, aunque suene redundante, se debe estudiar dialécticamente, es decir el
estudio de “los cambios inevitables, demostrando, mediante el estudio detallado del
proceso de desarrollo en todos sus aspectos concretos que fueron inevitables.” Un
35 Vladimir Ilich Lenin. Un paso adelante, dos pasos atrás, en Obras Completas #07, 1". Akal Editor.
Madrid. 1974: 229–452.
36 Vladimir Ilich Lenin. Cuadernos filosóficos, op. cit.
pensamiento que Lenin también resaltó en sus anotaciones del texto de Hegel: “EL
TOTAL, LA INTEGRIDAD DE LOS MOMENTOS DE REALIDAD, que en su
DESPLIEGUE resultan ser la necesidad”. Para Lenin “el despliegue del total de
los momentos de realidad” es “la esencia de la cognición dialéctica”, de la dialéctica
como “propiedad de todo conocimiento humano en general.” 37 Y aquí nuevamente,
al comparar la breve cita de “Un paso adelante, dos pasos atrás” con las reflexiones
desarrolladas en “Cuadernos Filosóficos”, no encontramos el “giro de 180 grados”
prometido por el señor Kohan. Esa rígida separación entre un Lenin político y un
Lenin filósofo cuya reflexión se desgarraba por la incapacidad de conceptualizar en
lo filosófico lo que había construido en la política, no existe en ninguna parte. De
hecho, las palabras de Krupskáia nos dan una semblanza muy diferente de la
actitud de Lenin hacia la filosofía, que niega de plano esta separación arbitraria
entre política y filosofía :
“... La filosofía para Vladimir Ilich también era un arma de lucha, y ya en
Siberia se ocupó muy singularmente de las cuestiones de la filosofía, claro
está, en tanto y en cuanto estuvieron en nuestras manos los libros
correspondientes... que nos lograron hacer llegar. Vladimir Ilich trabajó
sobre estos libros. Entonces ya le otorgó a los estudios por filosofía una
importancia excepcionalmente grande. Esto le llevó a discutir con el cam.
Lengnik acerca de ciertas cuestiones filosóficas, y en ese momento recalcó
que la filosofía es necesaria cuando se tiene que encontrar el enfoque para
valorar todos los fenómenos.”38
Teoría y práctica
La derrota de la revolución de 1905 acarreó tras de sí la renuncia por parte de la
inteliguentsia y la pequeña burguesía a todas las tradiciones de la lucha
revolucionaria, el quebranto de la solidaridad de la fracción bolchevique. En la
correspondencia de Lenin con Máximo Gorki leemos:
“Estoy enteramente de acuerdo con usted en que es preciso librar una lucha
sistemática contra la decadencia política, la apostasía, las lamentaciones,
etc. En lo que se refiere a la 'sociedad' y a la 'Juventud', no creo que puedan
existir divergencias entre nosotros. Los intelectuales están perdiendo su
importancia en nuestro partido; de todos lados nos llegan noticias de que los
37 Id.
38 A.I. Ivanskij, op. cit.
intelectuales desertan del partido. ¡Al diablo con esa canalla! El partido se
depura de la resaca pequeñoburguesa; los obreros tomaron el asunto en sus
manos; el papel de los obreros artesanos aumenta.”39
En medio de esta crisis organizacional, política e ideológica del partido
revolucionario apareció el volumen “Ensayos de filosofía del marxismo” con escritos
de los bolcheviques Bogdánov, Lunacharsky y Bazárov. Este tenía como objeto
“revisar la filosofía materialista de Marx sobre el desarrollo de la humanidad y la
concepción de la lucha de clase”40, y de este modo constituía una manifestación más
de la derrota del movimiento revolucionario y el ascenso de la reacción
caracterizados por el ánimo pesimista de la inteliguentsia que abonaba el terreno
para la apostasía y la pérdida de los principios. En los “Ensayos...” se encontraba
una “nueva filosofía que abría las puertas a todo tipo de misticismo” 41, a Lenin le
era claro que esta nueva disputa filosófica se vinculaba al viejo debate con
bernsteinianos y economicistas:
“Con respecto al materialismo como concepción del mundo, me parece que en
el fondo discrepo con usted. No precisamente en lo que se refiere a la
'interpretación materialista de la historia' (que ni siquiera niegan nuestros
'empirio'), sino en cuanto al materialismo filosófico, pero rechazo
enérgicamente la tesis de que los anglosajones y los alemanes deban al
'materialismo' su espíritu pequeñoburgués y los romanos su anarquismo.
Entre ellos el materialismo, tomado como filosofía, está siempre en segundo
plano. Neue Zeit, el periódico más consecuente y erudito, es indiferente a la
filosofía, jamás fue un ardiente defensor del materialismo filosófico, y en los
últimos tiempos ha venido publicando los trabajos de los empiriocriticistas
sin ninguna reserva. ¡Es a todas luces erróneo pensar que de ese
materialismo que enseñaron Marx y Engels se pueda sacar como conclusión
una ideología pequeñoburguesa sin vida alguna! Todas las corrientes
pequeñoburguesas de la socialdemocracia combaten, en primer término, el
materialismo filosófico, empujan hacia el lado de Kant, al neokantismo y a la
filosofía crítica. No, la filosofía que Engels fundamentó en su AntiDühring,
no tolera que la ideología pequeño burguesa se le acerque siquiera. Al llevar
la lucha fraccionista a este terreno, Plejánov perjudica enormemente a la
filosofía, y ningún socialdemócrata debe confundir al Plejánov de ahora con
el de antes.”42
39 Vladimir Ilich LENIN, Carta a A.M. Gorki, 7 de febrero de 1908.
40 N. Krupskáia, Mi vida con Lenin, cit.
41 N. Krupskáia, Mi vida con Lenin, cit.
42 Vladimir Ilich LENIN, Carta a A.M. Gorki, 13 de febrero de 1908.
Máximo Gorki, que por entonces compartía algunas tesis de los empiriocriticistas,
pensaba que la deriva pequeño burguesa de la socialdemocracia alemana tenía su
origen en el materialismo “burgués”. Sin embargo, para Lenin el fundamento
filosófico de esta desviación no era el materialismo, sino su contrario, la negación
del materialismo filosófico, el predominio del neokantismo, etc. En realidad, la
aparición de los “Ensayos...” no causó la disputa entre los bolcheviques, solo fue el
detonante de una disputa mucho más antigua:
“El libro Ensayos sobre la filosofía del marxismo ha venido a agudizar
extraordinariamente las viejas discrepancias existentes entre los
bolcheviques por cuestiones filosóficas. No me considero lo bastante
competente en estas cuestiones para apresurarme a intervenir en la prensa.
Pero siempre he seguido con atención nuestras discusiones filosóficas de
partido, empezando por la lucha de Plejánov contra Mijaílovski y compañía
desde fines de la década del 80 y hasta 1895, luego la lucha del mismo
Plejánov contra los kantianos en el año 1898 y siguientes (en este caso no
sólo seguí la discusión, sino que, en parte, intervine en ella, como miembro
de la redacción de Zariá desde 1900) y, finalmente, su lucha con los
empiriocriticos y compañía.
“He seguido los trabajos de Bogdánov sobre filosofía a partir de su libro
energético Enfoque histórico de la naturaleza, que estudié a fondo durante
mi permanencia en Siberia. Para Bogdánov, esa posición no fue más que la
transición a otras concepciones filosóficas. Le conocí personalmente en 1904,
con la particularidad de que acto seguido hicimos nuestra mutua
presentación, ofreciéndole yo los Pasos43 y ofreciéndome él uno de sus
trabajos filosóficos de entonces. Inmediatamente (en la primavera o a
comienzos del verano de 1904) le escribí desde Ginebra a París diciéndole
que sus escritos me habían convencido profundamente de lo equivocado de
sus concepciones y del acierto de las de Plejánov.
“En la época en que trabajamos juntos, Plejánov y yo hablamos varias veces
acerca de Bogdánov. Plejánov me explicó el error de las concepciones de éste,
pero creía que sus desviaciones no era muy graves ni mucho menos.
Recuerdo muy bien que en el verano de 1903, en Ginebra, Plejánov y yo
hablamos en nombre de la Redacción de Zariá con un delegado de la
Redacción de Ensayos de una concepción realista del mundo y aceptamos
prestarles nuestra colaboración, yo para la cuestión agraria y Plejánov para
43 Se refiere a “Un paso adelante, dos pasos atrás”.
la filosofía contra Mach. La publicación de sus artículos contra Mach fue la
condición que puso Plejánov para prestar su colaboración cosa que el
delegado de la Redacción de los Ensayos aceptó. Plejánov consideraba
entonces a Bogdánov como a un aliado en la lucha contra el revisionismo,
pero a un aliado que estaba equivocado por cuanto había seguido a Ostwald y
posteriormente a Mach.
“En el verano y el otoño de 1904 coincidimos definitivamente con Bogdánov
como bolcheviques y concertamos un bloque tácito, en el que la filosofía, como
esfera neutral quedaba tácitamente excluida. El bloque subsistió durante
todo el período de la revolución y nos permitió aplicar juntos en ésta la
táctica de la socialdemocracia revolucionaria (= del bolchevismo) que, según
mi profundo convencimiento, era la única acertada.
“En el ardor de la revolución hubo pocas ocasiones de dedicarse a la filosofía.
A comienzos de 1906, hallándose en la cárcel, Bogdánov escribió otro trabajo,
creo que el tercer fascículo del Empiriomonismo, me lo ofreció en verano del
mismo año, y con toda atención me puse a estudiarlo. Después de leerlo me
enfurecí terriblemente; para mí resultaba aún más evidente que Bogdánov
seguía un camino archiequivocado, un camino no marxista. Le escribí
entonces una 'declaración de amor' expresada en una cartita filosófica de
tres cuadernos. En ella le explicaba que yo era, naturalmente, un marxista
de filas en materia de filosofía, pero que sus trabajos, admirablemente
escritos, en forma clara y popular, me habían convencido definitivamente de
que en el fondo no tenía razón y que quien la tenía era Plejánov. Mostré los
cuadernos en cuestión a varios amigos (Lunacharsky entre ellos) y tuve la
intención de publicarlos con el título de Observaciones de un marxista de
filas en materia de filosofía, pero no llegué a ponerlo en práctica. Ahora
lamento no haberlos publicado en aquel entonces. Hace unos días escribí a
Petersburgo, pidiendo que busquen y me envíen esos cuadernos.
“Ahora han aparecido los Ensayos sobre la filosofía del marxismo. He leído
todos los artículos a excepción del de Suvórov (lo estoy leyendo ahora) y cada
uno de ellos me ha hecho temblar de indignación. ¡No, eso no es marxismo!
Nuestros empiriocríticos, empiriomonistas y empiriosimbolistas se están
metiendo de cabeza en el pantano. Asegurar al lector que la 'creencia' en la
realidad del mundo exterior es 'misticismo' (Bazárov), confundir del modo
más vergonzoso el materialismo con el kantismo (Bazárov y Bogdánov),
defender una variedad del agnosticismo (del empiriocriticismo) y del
idealismo (el empiriomonismo), predicar a los obreros un 'ateísmo religioso' y
enseñarles a 'adorar' las potencias supremas del hombre (Lunacharsky),
calificar de misticismo la teoría de Engels sobre la dialéctica (Berman),
beber en la fuente pestilente de unos 'positivistas' agnósticos o metafísicos
franceses (¡al diablo con ellos!), con una 'teoría simbolista del conocimiento'
(Yuschkévich), ¡eso es demasiado! Naturalmente, nosotros somos marxistas
de filas y gente poco leída en materia filosófica, pero ¿por qué se nos ofende
de ese modo, presentándonos todo eso como la filosofía del marxismo? Antes
dejaré que me descuarticen que colaborar en un órgano o en un consejo de
Redacción que predica semejantes cosas.
“De nuevo me siento atraído por las Observaciones de un marxista de filas en
materia de filosofía, y ya he empezado a escribirlas. Naturalmente, a medida
que iba leyendo los Ensayos exponía mis impresiones a A.A. con toda
franqueza y brusquedad.”44
De modo tal que la discusión entre bolcheviques por cuestiones filosóficas de 1908
no era la manifestación de una discrepancia súbita, estas diferencias ya databan
de 1903, pero en cuanto los empiriocriticistas encabezados por Bogdánov actuaron
de modo tal que rompían el acuerdo tácito de aplicar la táctica bolchevique
dejando de lado las posiciones filosóficas en un empeño por lograr que el
bolchevismo, como tendencia y línea táctica, se identificase plenamente con el
empiriocriticismo o empiriomonismo, y Plejánov al rebatir a los empiriocriticistas
intentara presentar esto como parte de las discrepancias fraccionales entre
bolcheviques y mencheviques, Lenin se vio obligado a intervenir.
En tanto para el señor Kohan “Materialismo y empiriocriticismo constituye, según
nuestra opinión, un escrito principalmente de polémica política y no de filosofía,
aunque esta aparente ser el contenido primordial del debate. Desgajado del
pensamiento vivo del líder bolchevique en permanente transformación, convierte a
este último en un vulgar mecanicista. ” 45 La valoración que el propio Lenin realizó
poco años después es totalmente diferente:
“La dialéctica del desarrollo histórico ha sido tal, que en el primer período
[19051907] estaba a la orden del día la realización de reformas inmediatas
en todos los aspectos de la vida del país, y en el segundo [19071909], el
estudio de la experiencia adquirida, su asimilación por capas más amplias,
su penetración, si se puede expresar así, en el subsuelo, en las filas
atrasadas de las diferentes clases.
44 Vladimir Ilich LENIN, Carta a A.M. Gorki, 25 de febrero de 1908.
45 Néstor Kohan, op. cit.
“Precisamente porque el marxismo no es un dogma muerto, no es una
doctrina acabada, lista, inmutable, sino una guía viva para la acción, no
podía dejar de reflejar en sí el cambio asombrosamente brusco de las
condiciones de la vida social. Este cambió se reflejó en una profunda
dispersión, separación, en vacilaciones de todo género, en una palabra, en
una crisis interna sumamente seria del marxismo. La resistencia decidida a
esa disgregación, la lucha resuelta y tenaz en pro de los fundamentos del
marxismo se ha puesto de nuevo a la orden del día. En la época anterior
capas extraordinariamente amplias de las clases que no pueden prescindir
del marxismo al formular sus tareas, lo habían asimilado de un modo
unilateral y mutilado, aprendiéndose de memoria ciertas 'consignas', ciertas
soluciones a los problemas tácticos, y sin comprender los criterios marxistas
para esas soluciones. La 'revaluación de todos los valores' en las diversas
esferas de la vida social condujo a la 'revisión' de los fundamentos filosóficos
más abstractos y generales del marxismo. La influencia de la filosofía
burguesa en su más diversos matices idealistas, encontró expresión en la
epidemia majista que estalló entre los marxistas.”46
¿Una mera polémica política y no filosófica como afirma el señor Kohan o una
crisis interna sumamente seria del marxismo que se manifestó en la revisión de los
fundamentos filosóficos “más abstractos y generales del marxismo”, en la
influencia de la filosofía burguesa expresada en la epidemia de discípulos de Ernst
Mach (majistas) que ponía a la orden del día la lucha tenaz en pro de estos
fundamentos, tal y como lo planteó Lenin?
El señor Kohan minimiza la importancia de “Materialismo y Empiriocriticismo”
con el fin de sustentar su muy particular sistema filosófico, su “marxismo en el
Tercer Mundo”. Estos vagabundeos teóricos poco interesan por el momento. Lo
importante aquí es que al revisar la obra de Lenin del período 19071910 nos
encontramos con una lucha tenaz por reorganizar al partido y resistir la ofensiva
reaccionaria, no solo las “simples” polémicas políticas (como las llama el señor
Kohan), sino la resistencia ante un mal profundo, que dio origen a los discípulos de
Ernst Mach entre los marxistas, a los otzovistas y a los liquidadores:
“Este mal es la descomposición y la discrepancias ideológicas, que invadió
totalmente al liberalismo y que por todas partes se abre camino en nuestro
partido.”47
46 Vladimir Ilich Lenin. Algunas particularidades del desarrollo histórico del marxismo, en Obras
Completas #17. Akal Editor. Madrid. 1974: 30–35.
47 Vladimir Ilich Lenin. Descomposición y discrepancia ideológica en la socialdemocracia rusa, en Obras
La descomposición del liberalismo, la apostasía liberal, la ruptura de la
intelectualidad burguesa “con el movimiento de liberación ruso, con todos sus
objetivos fundamentales y todas sus auténticas tradiciones”, una ruptura que
contemplaba “la lucha contra los fundamentos ideológicos de toda la concepción del
mundo de la democracia rusa (e internacional).” 48 El liberalismo en descomposición
repudió el materialismo “del que afirman que no es más que dogmatismo,
metafísica”, una forma inferior de filosofar 49, y este argumento tenía eco entre los
marxistas que encontraban en la filosofía de Ernst Mach la justificación para
sumarse al coro de rechazo al materialismo al que consideraban tosco y metafísico.
Agotados los intentos de mantener aisladas las cuestiones partidarias de las
filosóficas, puesta en evidencia la actividad fraccional de Bogdánov, Lunacharsky,
Bazárov en la escuela partidaria de Capri, Lenin se vio obligado a decir las cosas a
su modo. De esta manera, al elaborar su libro de filosofía, Lenin no lo hizo en un
espíritu de estrecha lucha fraccional, sino para contrarrestar “la descomposición y
la discrepancias ideológicas, que invadió totalmente al liberalismo” y que se abrían
paso en el seno del partido.
En preparación de “Materialismo y Empiriocriticismo”
Para 1907 Lenin poseía una sólida cultura filosófica, tal y como lo comenta
Krupskáia en sus memorias:
“Ilich se interesó siempre por la filosofía. Estudió los problemas de la
filosofía íntimamente en el exilio y conocía muy bien las opiniones de Marx,
Engels y Plejánov. Había estudiado a Hegel, Feuerbach y Kant. Mientras
permanerció exiliado en Siberia tuvo acaloradas discusiones con camaradas
que se inclinaban hacia Kant; seguía lo que se escribía sobre el tema de
filosofía en Neue Zeit y hablando en general poseía buenos fundamentos
filosóficos.”50
A partir de febrero de 1908, Lenin se consagró nuevamente al estudio de la
filosofía. Ingresó en la Sociedad de Lectura de Ginebra lo que facilitó una sala de
lectura y acceso a las más novedosas publicaciones de literatura filosófica. Solicitó
a sus familiares en San Petersburgo el manuscrito “Observaciones de un marxista
Completas #16, 1". Akal Editor. Madrid. 1974: 106–108.
48 Vladimir Ilich Lenin. Acerca de Veji, en Obras Completas #16, 1". Akal Editor. Madrid. 1974: 119–128.
49 Id.
50 N. Krupskáia, Mi vida con Lenin, Editorial Rescate, Buenos Aires 1984.
de filas en materia de filosofía” (escrito en 1906). Y en mayo viajó a Londres para
trabajar en la Biblioteca del Museo Británico.
El primer producto de esta labor es “Marxismo y revisionismo”, escrito entre
marzo y abril y parte de la compilación titulada “Karl Marx (18181883)”. Allí
leemos:
“En el campo de la filosofía, el revisionismo iba a remolque de la 'ciencia'
académica burguesa. Los profesores 'retornaban a Kant', y el revisionismo se
arrastraba tras los neokantianos; los profesores repetían las vulgaridades
que los curas habían pronunciado mil veces contra el materialismo filosófico,
y los revisionistas, sonriendo complacidos, murmuraban (repitiendo palabra
por palabra el último manual) que el materialismo había sido 'refutado'
desde hacía mucho tiempo. Los profesores trataban a Hegel como a 'perro
muerto', y mientras ellos mismos predicaban el idealismo, solo que mil veces
más mezquino y superficial que el hegeliano, encogiéndose desdeñosamente
de hombros ante la dialéctica, los revisionistas se hundían tras ellos en el
pantano del envilecimiento filosófico de la ciencia, sustituyendo la 'sutil' (y
revolucionaria) dialéctica por la 'simple' (y pacífica) 'evolución'.”51
Lenin nos señala la ligazón existente entre la negación de la dialéctica (el
desprecio por Hegel) y la refutación del materialismo, fundamentada por los
profesores liberales y repetida por revisionistas y empiriocriticistas. Pues él notó
muy rápidamente el hilo que víncula neokantismo y revisionismo bernsteiniano
con la crisis del marxismo y la epidemia majista en el POSDR.
¿Qué textos leyó Lenin mientras trabajó en “Materialismo y Empiriocriticismo” de
febrero a octubre de 1908? En total utilizó más de 200 libros y artículos de
diferentes autores, entre los que destacan las siguientes obras filosóficas: 1)
Joseph Dietzgen, Pequeños escritos filosóficos; 2) Bogdánov, Lunacharsky, Bazárov
y otros, Ensayos de la filosofía del marxismo; 3) Engels, Sobre el materialismo
histórico; 4) Plejánov, Cuestiones fundamentales del marxismo; 5) Lafargue, El
materialismo de Marx y el idealismo de Kant; 5) Chelpánov, Avenarius y su
escuela; 6) Chelpánov, Filosofía inmanente; 7) Gottlob Ernst Schulze, Enesidemo o
sobre los fundamentos de la filosofía elemental; 8) Fichte, Exposición clara como la
luz del sol, al alcance del gran público, de la verdadera esencia de la filosofía más
moderna; 9) Fichte, Crítica de “Enesidemus”; 10) Hegel, Enciclopedia de ciencias
filosóficas brevemente resumidas; 11) Feuerbach, Obras Completas (tomo II, tomo
51 Vladimir Ilich Lenin. Marxismo y revisionismo. 1908.
<https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1900s/3iii08.htm>.
X); 12) Schulyátikov, La justificación del capitalismo en la filosofía europea
occidental; 12) Abel Rey, La filosofía moderna; 13) Chernichevski, no se determinó
la obra exacta; 14) Berkeley, Tratado de los principios del conocimiento humano;
15) Hume, Investigaciones sobre el entendimiento humano; 16) Diderot, Obras
Completas (tomo I); 17) Mach, Historia y raíz de la ley de la conservación del
trabajo; 18) Mach, Mecánica; 19) Mach, Conocimiento y Error; 20) Pearson,
Gramática de la ciencia; 21) Petzoldt, Introducción a la filosofía de la experiencia
pura.52
Conclusiones
Nuestro breve examen permite afirmar que Lenin estudió a Hegel durante su
exilio en Siberia, lo más probable es que ya antes de 1905 había leído “Elementos
de la filosofía del Derecho”, “Fenomenología del Espíritu” y la “Ciencia de la
Lógica” (o la “Lógica pequeña”). Y entre febrero y octubre de 1908 estudió la
“Enciclopedia de ciencias filosóficas”.
Siendo así, ¿cómo es posible que los Althusser, Garaudy, Sánchez, Vázquez, Kohan
afirmen de modo tan desvergonzado que Lenin no leyó a Hegel, no se interesó por
la dialéctica y que filosóficamente se adscribía a un “materialismo dieciochesco”?
¿Y las evidencias de las lecturas previas de Hegel? ¡Una minucia irrelevante!
Cuando lo que se busca es construir un castillo en el aire que no necesita de
cimientos y que puede erigirse en base de la especulación pura, las evidencias o la
rigurosidad poco importan. Por supuesto, el señor Kohan y otros que han
convertido en dogma de fe y piedra básica de su mana suti53 la contraposición entre
el “Lenin mecanicista” y el “Lenin dialéctico” pueden argumentar que todo esto no
demuestra nada, que no existió tal estudio sistemático.
Por eso el señor Kohan puede decir muy suelto de huesos que:
“Lo que Lenin está discutiendo de fondo con esta corriente [en 'Materialismo
52 Runivers. Lenin zakonchil rabotu nad knigoi “Materializm i empiriokrititzizm”.
<https://www.runivers.ru/philosophy/chronograph/154819/>.; Vladimir Ilich Lenin. Materializm i
empiriokrititzizm, en Polnoie Sobranie Sochinenij #18, Instituto de MarxismoLeninismo adjunto al CC
del PCUS (ed.), 5". Editorial de Literatura Política. Moscú. 1968: 1–552. ; Vladimir Ilich Lenin.
Filosofskie Tetradi, en Polnoie Sobranie Sochinenij #29, Instituto de MarxismoLeninis adjunto al CC
del PCUS (ed.), 5". Editorial de Literatura Política. Moscú. 1969: 1–817.; Vladimir Ilich Lenin.
Materialismo y Empiriocriticismo, en Obras Completas #14, 1". Akal Editor. Madrid. 1974: 1–364.
53 Aserción infundada.
y empiriocriticismo'] atañe centralmente a la esfera política, no a la filosofía,
aunque se valga de ella en la polémica. En todo caso la discusión traduce en
términos filosóficos un problema político. Tanto es así que al comenzar 1909
le envía un ejemplar de su libro a Rosa Luxemburg para que esta lo presente
en una nota a la revista del partido alemán, y de esa manera se conozca la
lucha política entre los otzovistas y los partidarios de Lenin en Rusia.
“Aunque la obra de 1908 se vertebre sobre un eje materialista precrítico y
prehegeliano, existen poderosas razones para sospechar que, por detrás de la
débil y rudimentaria armazón categorial filosófica que Lenin maneja en esos
años, otras razones no siempre visibles lo impulsaban a rechazar con
semejante ímpetu el intento bogdanoviano. Idéntica vehemencia empleará
años más tarde contra el mismo Bogdanov en ocasión del debate sobre las
vanguardias estéticas, la 'cultura proletaria' y la herencia cultural. En
ambos casos, la desesperada defensa leniniana de la continuidad filosófica
entre el marxismo y el viejo materialismo por un lado, y de la continuidad
cultural entre la herencia clásica y la nueva cultura revolucionaria por el
otro, respondía a una misma preocupación esencialmente política. ”
Así, “Materialismo y empiriocriticismo”, al haberse escrito previo al “giro de 180
grados” de 1914 debe leerse, según el señor Kohan, no como un texto filosófico, sino
político, como la expresión de “una preocupación esencialmente política”
vertebrada en un “eje materialista precrítico y prehegeliano”, en una armazón
“débil y rudimentaria”. Ya que Lenin nunca se preocupó por la dialéctica, o
específicamente por la obra de Hegel, antes de 1914. ¿Es que acaso se olvida que la
dialéctica no solo está en los escritos de Hegel, sino que puede hallarse en lo mejor
de la tradición del pensamiento filosófico universal y en cada línea de lo escrito por
los fundadores de la dialéctica materialista, Marx y Engels? Memorias,
investigaciones y testimonios directos nos indican que Lenin leyó a los
materialistas franceses, a Kant, Fichte, Hegel, a grandes pensadores rusos como
Chernichevski y Herzen; ¿Cómo puede el señor Kohan afirmar tales cosas sin
sonrojarse? Muy sencillo, a la hora de armar esquemas que sirven a propósitos
inconfesables, las evidencias salen sobrando, los hechos nos indican que Lenin se
preocupó desde muy joven por la dialéctica, no solo en Hegel, sino en todos los
clásicos del pensamiento universal.
Gente como el señor Kohan, Garaudy o Sánchez Vázquez solo dan cuerda a una
vieja letanía. El soviético Evald Iliénkov desnuda la médula de esta letanía en su
libro consagrado al “Materialismo y empiriocriticismo” de Lenin. Según Iliénkov
existe un procedimiento utilizado con frecuencia por todo tipo de fariseo que
consiste en declarar la unilateralidad o la pobreza de las definiciones leninistas, de
siempre declarar la necesidad de “completarlas”, “corregirlas”, “contextualizarlas”,
y siendo así:
“Resulta que en ningún punto que se refiera a la dialéctica materialista es
posible comprender a Lenin 'literalmente', sino que debe ser comprendido
'figurativamente', solo con las reservas que le imprimen a su tesis un
significado opuesto.”54
Así, Iliénkov denuncia que este procedimiento se utiliza para introducir en los
textos de Lenin un sentido que les es totalmente ajeno, con el fin de suplantar la
dialéctica materialista por alguna otra idea de moda. Así, hoy tenemos que el
señor Kohan puede decir que las tesis de “Materialismo y empiriocriticismo” deben
ser comprendidas con la reserva de que no son “filosóficas”, sino “políticas”. Y todo
esto produce un único resultado:
“... la solución monolítica al problema, que se mantuvo en realidad el mismo
tanto en 1908, como en 1914 y en 1922 (año de publicación del artículo 'Sobre
el significado del materialismo militante'); se desintegra ante nuestros ojos
en una multitud de oraciones no solo desvinculadas entre sí, sino que se
contradicen directamente unas a otras. Y la tarea de reconstruir los criterios
genuinos de Lenin sobre la dialéctica materialista se metamorfosea en la
tarea puramente formal de coordinar (armonizar) sus distintas declaraciones
respecto a la cuestión.
“Tal cosa sucede cuando no se percibe ni en 'Materialismo y
empiriocriticismo' ni en 'Cuadernos Filosóficos' la genuina concepción de
Lenin del materialismo y de la dialéctica.”55
Por eso, el señor Kohan no ve vínculo alguno entre el “Lenin político” y el “Lenin
filósofo”, entre el Lenin de 1908 y el de 1914, e incapaz de coordinar las
determinaciones de la dialéctica materialista dadas por el líder bolchevique lo
único que atina a hacer es declarar un “giro de 180 grados”, una “sentida
autocrítica”, “una ruptura epistemológica” que le permite armonizar las ideas de
Lenin con su esquema particular de la filosofía de la praxis, y tal cosa, como bien
anota Iliénkov, nos aleja totalmente de la genuina concepción leninista del
materialismo y la dialéctica.
Lo único que falta por añadir es que solo la verdad beneficia a la humanidad, a
54 Evald Iliénkov, op. cit.
55 Id.
este principio básico del materialismo dialéctico esperamos haber rendido honor
con este breve escrito.
Agosto 2018
Biblografía:
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